Silencio cuenta una historia basada en hechos reales. A partir de la desaparición del cuerpo de una mujer a manos de su esposo Clyo habla de un pequeño pueblo donde infantes y ancianos son sólo el primer eslabón en el mercado del narcotráfico.
Clyo Huitzilin Mendoza Herrera nació en Oaxaca, México, en 1993. Poeta y narradora, es autora de Anamnesis (Cuadrivio, 2016) y Silencio (Fondo editorial del Estado de México, 2018), libro por el cual obtuvo el Premio Internacional de Poesía Sor Juan Inés de la Cruz en 2017.
Ha participado en las antologías Poetas parricidas (Cuadrivio, 2014), Tiembla (Almadía, 2018), Los reyes subterráneos. Veinte poetas jóvenes de México (La Bella Varsovia, 2015) y Todo pende de una transparencia. Muestra de poesía mexicana reciente (Vallejo & Company, 2016). Ha sido becaria del FONCA en los géneros de Poesía y Novela y residente becaria de la Fundación Antonio Gala, en Córdoba, España.
Este libro es bárbaro, Clyo Mendoza camina entre la prosa y la poesía para adueñarse y llevarnos por historias atravesadas por la violencia, memorias cruzadas con el dolor. Pueblos donde lo verde crece y todo lo demás muere. Pensé en La Mata de Eliana Hernández. Pensé en Antígona González de Sara Uribe.
Me costó entender la historia que se entrelaza en este libro, al inicio solo estaba rescatando algunas frases e ideas sueltas. Retomé la lectura después de comentarlo en una lectura conjunta, releí con calma algunas entradas y me di cuenta del dolor que une estas páginas.
Es un libro que habla de muerte, de violencia, de abusos e injusticias, es triste.
Siento que la narrativa de Clyo tiene algo de truco para acceder, pero al final terminas valorando la construcción de sus frases y la belleza con la que transmite cosas tan tristes y reales.
las piedras manan de las heridas, los animales habitan cavidades del cuerpo, los dolores provienen de los sueños de los muertos. impecable, gracias por prestármelo d
Estoy tan conmovido por este libro 😭😮🫶✨ Lo leí de golpe y fue tan hermoso. Es un libro que retrata las desapariciones, la violencia creada por el crimen organizado y feminicidios. La forma en la que está escrito el libro es bellísima. La historia es contada por Águeda y su madre, fluyendo de la prosa a la poesía y viceversa. No me fluyen las palabras para explicar lo etéreo y poético que fue leer cada palabra escrita por Clyo Mendoza. También el que recuperara los idiomas originarios y los incorporara a la poesía fue un detalle muy bello. Incluso la cosmovisión que la autora tiene sobre la muerte, su conexión con la naturaleza y el silencio mismo, con la memoria y la ausencia. Es un libro que deben de leer sí o sí 🩶✨
Es de esos libros que pienso recomendar al cansancio, solo es cosa que estés listo o lista para algo así ✨
Ya quiero leer el libro de Furia de la autoría también.
La voz de Clyo es una voz fuerte y este es un texto que te grita desde la primera página. Es una mirada brutal hacia la violencia. Un poema único en su tipo y que solo está autora sería capaz de crear. Volamos entre la prosa y el verso, entre la narración y la metáfora. Todo plagado de un ritmo masoquista: el dolor es el placer que te impulsa a seguir. Una escritora con una obra breve, pero al igual que su primera novela (Furia) ya tienen un lugar en la historia. Clyo es una autora de nicho, que junto con otras escritoras de su estirpe (Fernanda Malchor, Mojica Ojeda, Samanta Schweblin, etc.), han venido para quedarse y (esto lo digo de buena fe) renovar la forma en la que se narra en LATAM y nuestro lenguaje. No es un texto de cinco estrellas, pero es lo máximo que se puede puntuar aquí. Difícil superar esto.
Tip valioso: si eres del Edomex (México, por supuesto), recomiendo la edición que publicó en el 2018 el FOEM (Fondo Editorial del Estado de México, vendido en librerías estatales/municipales de la editorial estatal) con motivo de que esta obra galardonó a Clyo Mendoza con el premio Sor Juana de ese año. La edición es más barata que la recién publicada de Almadía (nada en contra de Almadía) y la calidad de la impresión es mucho mejor, aunque el diseño de portada es menor al de Almadía.
Me costó terminarlo y no estoy segura de que la historia que lleva entre líneas se haya adherido conmigo. Ya se sabe que es dificil catalogarlo pero sin duda tiene una pluma muy suave. A mi gusto, tanta habilidad para la palabra a veces le jugó en contra y no me permitió conectar tanto con lo que estaba contando, que también era mucho. Tal vez una lectura con más calma ayude a mitigar eso. Estaré comentándolo luego, eso sin duda
Leer a Clyo Mendoza siempre resulta una cosa bien preciosa. Este poemario es bellísimo en todo lo que lo conforma, aún con todas esas cosas que se narran desde las dolencias.
Brutal la manera de abordar la violencia y la nostalgia por medio de las palabras.
“Puede que tu dolor fuera un animal vivo, porque a decir verdad estamos atravesados por otros seres vivos. Puede que tu dolor sea un muerto que te está soñando”
" Yo qué soy si siempre estuve construida a partir de mis heridas"
Cuando escuché a Clyo contar la historia detrás de este libro y leer algunos fragmentos, creí que la palabra "fuerte" bastaría. Pero se le suman el horror, el miedo, el asco, el dolor y otras palabras para describir todo lo que me provocó. No importa cuánto se hable del narco, del ejército, de la venta de mujeres y niñas, de violaciones, de genocidios, mientras se siga pensando que es una realidad ajena.
Relectura 2024: este libro me sigue poniendo la piel chinita, por lo que aborda y por la increíble manera en la que Clyo construye imágenes.
En un viejo libro que creo perdido leí una cita que perdura en mi memoria: «Poesía, el auténtico poder revolucionario capaz de cambiar el mundo». No perduró el nombre del autor, supongo que no es importante. Lo importante es el mensaje, una declaración que todos los que nos dedicamos a escribir deberíamos abrazar. De otro modo, nada tendría sentido.
Escribo esto porque Silencio es poesía en letras mayúsculas. Hacía tiempo que no me topaba de frente con algo cuya resonancia es poderosa per se, y la sensación es tan reconfortante que uno no sabe cuánto echa de menos algo así hasta que lo encuentra. Sí, la poesía es capaz de cambiar el mundo. Y sí, Silencio posee ese poder transformativo.
Me permito ilustrar esta opinión con el primer párrafo del primer poema de este libro de Clyo Mendoza:
«A esa hora en todas las grandes ciudades del mundo, en la prisa y en el anonimato, se desplazan cientos de personas arrulladas por el ruido del motor, cabeceando contra los cristales. A esa hora en todos los campos del mundo el viento dobla la hierba hacia la misma dirección y pareciera que esta respirase. En algún pueblo caen relicarios de flores y en el mar las cadenas se precipitan para encallar un navío feroz que ruge y se retuerce como cosa viva. En este país, en este mundo, la sed y el hambre se volvieron un arma. De norte a sur algún ser vivo busca dónde ocultarse. El cielo trae soldados. Los hombres platican: a qué sabe el pulmón de este animal sangrante. Ella, un punto diminuto en una Sierra, toma el veneno y se sienta para esperar la muerte».
No importa la forma, la ausencia de versos, de rima, no importa la narrativa esquinada. El mensaje es poderoso y, como el animal, sangrante. ¿No es esto poesía en su máximo esplendor?
Clyo Mendoza plaga su obra con el descenso final, los últimos pasos hacia la oscuridad, las postreras respiraciones que alimentan pensamientos y recuerdos preclaros, paradójicamente iluminados por la muerte inminente...
Clyo nos muestra en esta historia narrada en formato de poesía la realidad que lamentablemente se vive en nuestro país; sin embargo, lo hace de una manera sublime, surreal, tomando varios recursos y haciendo notar la riqueza de cultura y lenguaje. Es un libro que duele, te abraza y vuelve a doler.
Es la primera vez que leo poesía y me ha encantado. La autora es brillante. Uno de los libros que se posiciona en mis favoritos.
¡Brutal!
“El ave es un pedazo de cielo que entra por los ojos, se queda ahí, creciendo un tiempo. Habla, cuenta historias, vive en el sueño hasta quebrarse. En su estallido, el ave salva al durmiente. Él despierta para siempre aunque esté muerto y ella se extiende otra vez en su propia naturaleza”.
Tremenda es esta historia que acabo de leer. Una conexión tan inédita de relatos que se centra en un caso (de miles existentes en el país) de feminicidio. Con un uso asombro y fascinante del lenguaje, Clyo Mendoza atrapó mi atención desde la primera página, soltando pequeños hilos conectores que conforme vas pasando página, al final forma una historia potente y cruda sobre la madre de Águeda. En menos de doscientas páginas podemos descifrar una poesía, relatos, diálogos y hasta canciones de cuna zapoteca que nos dejarán reflexionando sobre la violencia que se va alimentando día a día con el furor; en fin, una exquisita historia.
Me ha encantado la pluma de Clyo. Definitivamente su escritura es tan poética, y eso hace que está lectura se siente muy profunda en tu ser. Sobre todo siendo una lectura que retrata el dolor, la desolación, la injusticia y el miedo.
En un principio si me confundí un poco, pero poco a poco le agarré el hilo. A pesar de que la historia se centra en Águeda, también nos muestra otros personajes que sufren la violencia de este país, y con eso nos hace mirar diferentes perspectivas.
Hubo un capítulo en específico que me encantó, y aplaudo enormemente la forma en que escribe erotismo. Porque sí, aún en el dolor se encuentra el placer de vivir, de saber que aún hay cosas que nos pueden hacer felices. "Primera tumba".
Con un formato de poema extenso, Clyo Mendoza construye una historia desgarradora dentro de un universo que raya entre lo surreal y lo fantástico, pero que es muy real. Las imágenes que logra la autora son potentes, bellísimas, dolorosas, y es que la narrativa poética de Mendoza es exquisita. Hay varios vestigios en Silencio de lo que luego será Furia. Es un texto exigente, que le pide al lector encontrar un ritmo y una musicalidad, estar atento a la espacialidad y al tiempo. Mendoza es una gran escritora que se atreve a desmarcar del amarillismo y el exotismo a la violencia, la crudeza y la denuncia de un México habitado por el narcotráfico.
Vaya un texto poderoso, lleno de imágenes potentes y frases demoledoras. La violencia, la barbarie, el machismo, la discriminación, la pobreza son destiladas en un libro que se escapa a la clasificación fácil. Es novela, es poemario, es ensayo y es una colección de relatos interconectados a veces en verso libre, a veces en prosa con una métrica perfecta. Es música y es ruido. Merece varias lecturas para encontrar las diferentes vetas narrativas y de lenguaje. Me gustó mucho. Mendoza es una voz que puede resultar incómoda... qué bueno. El espejo que nos pone delante es tan implacable como lo es necesario. ¡Brava!