Dice Hadri que sus colegas ven las series a más velocidad de lo normal para acabarlas antes. Que así aprovechan más el tiempo. Y yo me imagino al director, a los guionistas, a los actores, al de vestuario... llorando y dándose de hostias contra una pared. Este libro y todos los sentimientos y situaciones que lo han construido son para leer sin prisa. Como diría mi amigo Isaac, puedes dejarlo en el baño y leer un poema con calma cada vez que vayas a defecar. Por ejemplo. Lo que vas a encontrarte aquí dentro son pequeñas piezas que mi pecho ha construido a lo largo de los últimos dos años. Que han sido bonitos y también han sido decepcionantes. Como todos los años que pasan.
Lúa Mosquetera naceu en 1988 e estudou Filoloxía Galega na Universidade de Santiago de Compostela. Publicou o seu primeiro poemario (autoeditado), Rasrás, en 2018, e desde entón participou en numerosos festivais recitando a súa poesía, sempre acompañada da guitarra do músico Mori4rty.
Destacan as súas intervencións no festival Elas Son Artistas, no Festival de Música e Artes Loro Facu ou no Festival Internacional de Poesía e Performance Kerouac.
Leyendo a Lúa me pasaron muchas cosas: perdí dos autobuses y quemé un desayuno; abracé a mi hermana sin venir a cuento; dejé de responder el WhatsApp durante horas; anhelé tener una servilleta arrugada enmarcada, colgando en mi pared; me dieron muchas ganas de abrirme un Tinder y a la mierda; quise más que nunca irme de fiesta y bailar reguetón con mis amigas; me di cuenta de hasta qué punto no me gustan mis pies; entendí que hay alguien que no me quiere y pude hacer, por fin, las paces con eso; me reí pensando en cómo me reiré un día de todo lo que hoy me parece inaguantable; recordé a mi padre muerto, pero tan vivo en mí y en cada giro que da el mundo; lloré muchísimo y aún estoy buscando las palabras que decirme y los abrazos que darme; recordé lo importante que es no dejar nada para mañana.
Gracias, Lúa, por romperte en un libro para darnos una parte a todos. Y ojalá que todos sea grande, muy grande, cada vez más grande y que nadie se quede sin leer a Mosquetera.
Intenté dosificarlo lo máximo posible, página a página, verso a verso y palabra a palabra porque desde el primer momento sabía que estaba ante algo grande. Lúa hace poesía con lo puesto, con el dolor, el corazón roto y la mierda del día a día. No es la poesía más pulcra, depurada o artificiosa del mundo pero es poesía de verdad. De la que te llega al corazón, te lo rompe y luego se agacha contigo a recoger los pedazos. Puede que mucha gente no conozca a Lúa, pero que nadie dude de que si es capaz de autopublicar un libro como este, puede hacer lo que le de la real gana en la vida.
«Ojalá tú un Me gustas mucho. Aunque seas rara y seas pájaro.»
Conocí a Lúa Mosquetera hace un año cuando estaba haciéndome las uñas y ella entró como un terremoto con una uña rota y que perdón pero que si por favor la dejaba pasar a arreglársela, y no sé qué clase de feminista de mierda sería yo si no estuviese dispuesta a ayudar a otra mujer con una emergencia en su manicura.
Ese breve encuentro me impactó por la energía que desprendía, y aunque estaba esperando por su novela porque yo no sé leer poesía, el otro día me encontré con esto en la biblioteca, y estaba tan cansada y tan desencantada de la vida (eso, y que al abrirlo al azar encontré una apología del reguetón con amigas) que lo cogí con la esperanza de que me transmitiera otra vez una poca.
Empecé poco a poco, como ella dice en el prólogo, como se debe leer la poesía, pero (otra vez) yo no sé leer poesía así que la acabé del tirón y llorando a mares.
Una radiografía poética de nuestros dramas generacionales, desde que los ligues de Tinder quieran verte las tetas antes de saber cómo te gusta la tortilla hasta esa angustia que nos atenaza al despertarnos y nos hace dudar por un momento de si realmente todo, o algo al menos, vale la pena. De fondo, dos dramas universales: la pobreza y la muerte de un ser querido. Y un estilo ágil e incisivo, directo a donde duele. Me ha gustado mucho, más de lo que me esperaba.
Maravilla! Tuve que esforzarme en dosificar mucho el libro para disfrutarlo poco a poco, como se merece, y no devorarlo en una tarde. Un libro que transmite, que hace llorar y que es un impulso para ser valiente y lanzarse a por las metas. Todo un descubrimiento, muy recomemdable.
Conocí a Lúa por casualidad, en el trabajo. Se acercaba el día de sant jordi y en Barcelona nos ponemos a hablar de libros, rosas y dragones. En una de las conversaciones salió el nombre de Lúa. Y, ya en casa, la busqué en instagram. Sus publicaciones acompañadas de sus textos me llamaron mucho la atención. Empecé a seguirla. Vi que publicaba fechas de sus recitales y me sorprendí al pensar "qué pena, ninguna por Barcelona". Inconscientemente Lúa y su pluma ya habían calado en mí y tenía ganas de descubrir más de ella. Al paso de los días compré su libro "¡Yo vivo!" y se lo comenté a mi compi de trabajo. Él, todo contento, me dijo que me gustaría el libro y me dejó este libro "Aunque seas rara y seas pájaro". Tengo que admitir que devoré el libro. ¡Qué pena no haberte leído antes, Lúa! ¿Cómo pude no haberte conocido antes? Sus poemas son reales, vivos y los lees con toda la fuerza que necesitan para leerlos. Poemas duros, pero.. ¿qué no es duro en esta vida? Además, algún que otro poema está en gallego... y eso a una gallega que vive a 1000 km da terriña, chégalle á pataca.
"[...] ser lo que los demás quieren es tan aburrido. Y ser lo que tú quieres es tan acojonante."
Me ha encantado asomarme al mundo de Lúa, que nos deja adentrarnos en parte de su historia de una forma muy cercana. Maravillosamente escrito, los dos últimos me han tocado la patata 🥲. Sin duda lo revisitaré muchas veces.
Que un poema titulado "Cagar con la puerta abierta" me desarme en cada oportunidad que se le presenta ... Privilegiada de poder leerlo y haberlo escuchado en directo.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Conocí a Lúa durante el confinamiento, es un slam de poesía virtual. Nunca me consideré una lectora de poemas pero este fue mi autoregalo festejo de sobrevivir un confinamiento sola en una ciudad desconocida.
Este libro es arte desde el encuadernado, hasta la dedicatoria y los dibujos. Cada página me toca alguna fibra incluso las que tienen referencias culturales o en galego, porque todas hablan en idiomas universales: amor, desamor, familia, feminismo.