Pantalones azules es una novela de apariencia engañosamente simple. Como ha señalado Leopoldo Brizuela, cincuenta años después de su primera publicación "se revela como el recuento de un proceso infinitamente más sutil" que un encuentro de amor imposible, clave en la que fue leída por sus contemporáneos. Por el contrario, Pantalones azules es una historia de múltiples desengañ los de Alejandro, el joven protagonista de familia bien, católico y antisemita, que encuentra los límites de sus convicciones al conocer a Irma, una inmigrante de madre judía que ha perdido a sus padres en la guerra europea; los de Irma, que recibe de Alejandro no la compasión sino la brutalidad inhumana de aquellas convicciones; los de Elisa, la novia virgen de Alejandro que debe decidir su posición en la estructura familiar patriarcal y asumir o no su rol de futura esposa sometida a las violencias tácitas de su prometido. Pero más aún que una historia de amor y desengaño, Pantalones azules es una representación prodigiosa, por su frescura y su vitalidad, de las distancias que median en un mismo tiempo y lugar entre grupos sociales, culturas, generaciones y géneros. Ejemplo cabal de la extraordinaria capacidad de Sara Gallardo para dar vida a sus personajes con sabiduría, humor, algo de malicia y una sorprendente economía de recursos, esta segunda novela de la autora amplía también su mirada sobre el el campo, la ciudad y el río se encuentran representados aquí con una justeza inusual, posible solo en quien ha sentido el paisaje y el lenguaje como una amalgama única, característica definitiva de sus obras.Publicada por primera vez en 1963, Pantalones azules circuló escasamente desde entonces. Fiordo se enorgullece de acercar otra vez a los lectores esta estupenda novela de una de las más grandes escritoras argentinas.
Sara Gallardo Drago Mitre (*Buenos Aires, 23 de diciembre de 1931-†14 de junio de 1988) fue una escritora argentina de la generación de narradoras y poetas de la década del 50-60, durante el boom de la literatura latinoamericana, junto a colegas coterráneas como Silvina Bullrich, Martha Lynch, Beatriz Guido, Luisa Mercedes Levinson, Norah Lange, Alejandra Pizarnik, Elvira Orphée y Silvina Ocampo. Su novela Eisejuaz es un ejemplo del temprano realismo mágico sudamericano.
Sara Gallardo se avienta otra belleza con este libro. Su protagonista es un poco que lo quieres y lo odias, por traumado, por estar atrapado en su papel, por católico y reprimido, pero como el de Los Galgos, también te da cierta ternura, o no se qué. Maravillosa Sara Gallardo, háganse el favor y léanla.
Es la segunda novela de Sara Gallardo pero parece la primera. Enero, su primera novela, es mucho más redonda.
Esta es una historia romanticona con un protagonista varón insoportable que además de varón, es católico, cheto y antisemita, con un montón de deseos reprimidos que lo lo vuelven un gil agresivo.
Puede funcionar como retrato de una época pero no llega a ser tan interesante como los otros libros que leí de Sara. Tal vez haya envejecido mal. De todas formas sigue siendo un libro entretenido y bien escrito.
Las historias de Sara Gallardo tienen olor a campo, a rocío, a pasto mojado. Su estilo sutil, despojado, escenarios bucólicos, una prosa cinematográfica. Las escenas te transportan a esos lugares que ella nos va presentando, las palabras se convierten en imágenes. Este libro se desarrolla entre la ciudad, una isla en el Tigre y el campo, pero en este último es donde Sara mejor se desenvuelve, su escritura cuando llega a esas tierras empieza a brillar, a tomar vida. Por el contrario, las escenas en la ciudad son oscuras, melancólicas, las rodea una nostalgia por las pampas. En una entrevista que le hicieron a la escritora en el año 1963 dijo que Pantalones azules no era un buen libro y eso le daba rabia. No comparto esta apreciación, Pantalones Azules no es un mal libro, yo creo que fue un precalentamiento, el entrenamiento para la obra que le siguió, “Los galgos, los galgos” publicada en 1968, donde la escritora pudo lucirse y estar a la altura de sus exigencias. Es cierto que a Pantalones azules le faltó más desarrollo, poder adentrarnos más en la sicología de los personajes, pero la esencia de Gallardo está presente en cada página y siempre es una experiencia muy enriquecedora leerla.
Sara Gallardo, me tiene embelesada con su manera de usar el lenguaje, por su perspectiva de la Soledad y la vida, de las dobles morales de la sociedad, en su Argentina. Esta novela me ha gustado menos que Enero y Los galgos, quizá por el contexto adolescente, y porque esperaba que madurara más la historia, aún así, leerle es una delicia.
Segundo libro que leo de Sara Gallardo. Alejandro está de novio con Elisa, muchacha que pertenece a una familia pudiente, y ambos están pensando en la fecha ideal para casarse. Durante un período vacacional en que Elisa marcha con su familia a una estancia de su pertenencia, Alejandro se topará en la ciudad con Irma, una joven estudiante de Bellas Artes que además es judía. Este encuentro le hará cuestionarse muchas cosas y le conminará a comportarse de una manera apenas imaginada por él mismo.
De apenas 130 páginas, esta pequeña historia vuelve a traer el calor asfixiante como elemento metafórico y protagonista. Alejandro buscará refrecarse con Irma, escapar de esa asfixia en la que (sin haberse percatado) parece estar sumido de repente. Y esos movimientos indecisos del muchacho, ese camino errático, es lo que hacen de esta novelita algo muy actual. Recordemos que está escrita en 1963, pero fácilmente se podría haber creado este mismo año. Parece que cuando la prosa se aleja a zonas más campestres gana en lirismo y fluidez, aunque la parte dedicada a la ciudad tiene un ligero toque de extrañeza que no queda nada mal.
Sin parecerme tan redonda como 'Enero', 'Pantalones azules' es un libro que se lee en un suspiro y con ganas.
Qué bien escrita esta novela, wow. Mientras que a Enero lo salva el final punzante, un historia de amor adolescente solo se puede contar así. Desde el sinsentido de las búsquedas identitarias y siempre al borde del absurdo (por estar así de comprometida con el universo de sus personajes). Ojalá hubiera leído a Sara Gallardo en veranos más ociosos y agobiantes. -- Actualizo esta reseña porque no he dejado de pensar en este libro y sé que es cuestión de un par de relecturas para que se convierta en un favorito. (¿Es "El guardián entre el centeno" argentino?)
Sara Gallardo en Pantalones Azules, novela de 1963 y recientemente publicada por Editorial Fiordo, muestra, cuenta, detalla y recrea el universo de unos jóvenes enamorados. La mera contemplación del conflicto, el engaño amoroso en sí, no es más que la punta del iceberg que esconde bajo la superficie un inmenso mundo. La traición como quiebre de los ideales, el amor fugaz, o lo que se cree que es amor, como extrapolación al deseo. En Pantalones Azules el protagonista se construye en el ideario de una sociedad machista, católica y con odio hacia el contrario, en este caso el judío. Sin embargo ese deseo, devenido en amor, lo transforma de principio a fin. Una lectura sobre los valores antiguos y estructurados de la sociedad argentina puede servir de ayuda cuando queremos entender las motivaciones primordiales. Ser aceptado y remedar las fuertes figuras del imaginario masculino es lo que culmina en la pasividad de la no acción y por otro lado salirse de los preceptos, romper con los ideales y organizar una despedida del mundo adolescente ante una incipiente madurez adulta hace que Alejandro, por quien el lector se mueve, sea digno de estudio. Con diálogos precisos y recursos metafóricos de una hermosa delicadeza, Pantalones Azules se realza como la novela de transformación y ruptura de absolutos instalados en una sociedad argentina opresora.
Pantalones Azules es una historia sencilla, breve y muy bien escrita que se lee de un tirón. Alejandro, un joven católico y conservador está a punto de comprometerse con su novia, una "chica de familia bien" cuando conoce a Irma, inmigrante de madre judía que llegó a Argentina durante la segunda guerra. Con el triángulo amoroso Gallardo va desplegando y desarticulado una serie de contrastes y diferencias entre grupos sociales y culturales, lamentablemente muy presentes en la sociedad argentina. Nuevamente, como si hubiera escrito ayer, Gallardo pone a la vista de todos prejuicios machistas y otros mitos y creencias de la moral cristiana que le dan tanta vigencia a la esta novela.
Qué belleza hay escondida en la contradicción profunda que habita en Alejandro, el amor que queda atrapado, reprimido por la las construcciones culturales y que Sara Gallardo retrata con una delicadeza exquisita.
“Pantalones azules” es una novela que tiene sus años, publicada en 1963 ya cuenta con varias re ediciones encima y no deja de despertar interés entre los lectores, particularmente, tenía muchas ganas de conocer a la autora y me incliné por este libro como primer acercamiento.
Alejandro, un joven poeta y estudiante de arquitectura, va y viene de la ciudad a la estancia, donde se encuentra su novia Elisa, con quien está próximo a comprometerse. Alejandro se muestra como un personaje muy católico y poco a poco empieza a desplegar rasgos de antisemitismo, machismo y violencia. Estando solo en la ciudad conoce a Irma, una muchacha judía y una joven estudiante de Bellas Artes que desafía los límites de lo que considera correcto, y con quién cruzará barreras impensadas para un hombre como él.
La prosa de Sara Gallardo me gustó muchisimo, tenia grandes expectativas antes de leerla y encontré una autora a la que resulta un placer leer y cuya prosa cautiva y envuelve. La historia me parece que está repleta de temas interesantes como ser la traición, el desengaño, el deber ser, las apariencias y los orígenes. Un libro que hay que leer con atención, con los sentidos en alerta, permitiéndole al ojo detectar aquello que se esconde tras sus líneas y enfrentar los distintos estereotipos que a través de sus personajes refleja. Una novela repleta de sutilezas, detalles y ambientaciones muy bien logradas que nos transportan a un verano caluroso de otra época.
Me hubiera gustado que el libro fuera más extenso y que sus distintos temas tuvieran más desarrollo para permitirme establecer una conexión algo más profunda. Me gustó leerlo pero me faltó algo y me quedé con ganas de más, sobre todo llegados los capítulos finales donde se explicitan muchos de los temas que al principio se introducen tímida y sutilmente. No fue mi favorita pero creo que fue un buen libro para empezar a conocer a Sara Gallardo y acercarme a sus libros; y sin dudas quiero seguir conociendo el resto de sus obras.
Terminé la novela y me quedé pensando en Irma y en Alejandro, en el deber ser de la época, en el peso de lo social-mente aceptado, en esa Argentina pacata e hipócrita, llena de prejuicios. Un amor que pudiera haber sido pero no fue. Sara Gallardo escribía bellísimo.
La segunda novela de Sara Gallardo que leo y me encantó. «Pantalones azules» se publicó en 1963, y transcurre durante un verano en una Buenos Aires con tranvía, plazas y balnearios. Hay tres personajes centrales: Alejandro, Irma y Estela. Alejandro Hernández, el protagonista y en quien se enfoca el narrador, es un joven de 20 años, estudiante de arquitectura y muy desagradable en sus convicciones: es machista, clasista, antisemita y gordofóbico. Está comprometido con Estela, una chica virgen y sumisa que intenta seguir al pie de la letra los mandatos sociales. Ambos pertenecen a familias “bien” y católicas, y todo el círculo social se pregunta cuándo se casarán. Esta pregunta, sin embargo, traerá más dudas cuando un día Alejandro conoce a Irma, una inmigrante judía de origen polaco con una vida y principios muy diferentes a los suyos. Sus pantalones azules, como Irma misma, producirán sentimientos polarizados en el protagonista. Sara Gallardo nació en el seno de una familia de linaje aristocrático, y critica la grieta cultural y social que se instala como convicción y no permite ciertos vínculos. Como en otros textos suyos, el campo, el monte y el vínculo criollo-inmigrante y patrón-peón están presentes. Es divertida y profunda. Mucha energía de géminis, libra, capricornio y escorpio.
Gallardo logra detallar una Argentina en verano. Construye una historia de infidelidad y amor, atravesada por valores sociales y culturales como la religión, la nacionalidad y la tierra. Fascinante construcción de Irma como personaje, tan radicalmente diferente a lo corriente que quiebra en dos la estructura del libro. Quisiera que fuese más largo, parece que acaba justo en el clímax de la historia.
Amé a la autora, por moderna, distinta. Por su prisa lograda, con imagenes vivas. Me remonto a esos momentos. A esos sentimientos. La historia no me mató, pero me pareció bien lograda, en sus complejidades y sin caer en la de que todo sea color de rosa. Otra gran escritora argentina.
me gustaron algunos pasajes, algunas descripciones, pero en general me pareció un poco intrascendente y no me interesó tanto. seguiré leyendo de Sara Gallardo igual porque Enero me encantó.
sara gallardo, mi nuevo amor. qué lindo que escribe, de una manera tan simple que te envuelve en temas complejos sin que te des cuenta a tiempo. una representación de la argentina que añoro y a la vez rechazo, que detesto y que amo.
Mi fav de Sara Gallardo hasta ahora. Qué maravilla. Me quedan Eisejuaz y Los galgos, los galgos pero siento que no me animo, aaa cuántos hard feelings, la amo.
no sé por qué siento que aprendí algo con este libro acerca de la condición masculina. hace poco leí otro libro, novela negra, que me hizo sentir lo mismo. pero aquel lo escribió un hombre... también sentí que aprendí algo sobre la sexualidad masculina con el libro Faggots, aunque fuese solamente la sexualidad androfílica. y ahora Sara Gallardo me hace sentir que he entendido algo acerca de la condición masculina joven, latinoamericana, católica, argentina, y antisemita.
me gusta mucho aprender. y más si aprendo leyendo literatura. y más si el recurso no es evidente, aunque tampoco me molesta que haya largos y profundos monólogos o reflexiones (no me molesta Anthony Trollope, me encanta, de hecho)... porque he aprendido mucho, muchísimo, sobre Alejandro, y de la mano de Alejandro, sobre los jóvenes de clase media alta y clase alta de Buenos Aires, sobre el antisemitismo acendrado de manera tan casual y tan profunda, sobre la inseguridad vital y la necesidad de afirmación constante, sobre el campo, sobre el río, sobre el calor sofocante de las navidades australes!, sobre tantas cosas, en tan pocas páginas, y sin apenas darme cuenta...
Sara Gallardo parece contarte algo desde la comodidad de una butaca, donde está ella sentada sobre sus pies descalzos, reclinada un poco, casi frívolamente... te cuenta lo que lees, y es muy profundo porque es algo que sale de adentro del personaje que te pone delante, pero es también muy casual... te dice algo del holocausto, y es terrible, pero no te pesa mientras se posa dentro de tu mente y cava un agujerito donde se quedará para que, más tarde, le des vueltas, lo pienses...
es una combinación deliciosa y extraña de profundidad y liviandad, de violencia informal, casi indeseada pero ejercida con rotundidad, de penas y tristezas que se atisban, que uno sabe que están, que ese hombre sufre, pero solo veremos que se enjuga una lágrima antes de que caiga, que esa mujer sufre, pero solo se ve en el rictus de su ironía, que ese chico sanote tiene la cabeza hueca y no lo sabrá nunca, que esa mujer sabe, lo sabe todo, sabe la verdad, pero pretende pretende pretende...
ves la vida, delante de ti, como un turista que ha tenido la suerte de entrar al barrio más auténtico y menos turístico, al restaurante al que van los locales, y que viste una túnica de invisibilidad... y Sara Gallardo te lleva de la mano, divertida y descalza para no hacer ruido, y te enseña los rincones que los locales ocultan, pero no deja que te regodees en la melancolía o el sufrimiento. y de repente, al cerrar el libro, has estado en Argentina y has sido un muchacho de 20 años, inseguro y estúpido, sexista y antisemita, cobarde, chovinista, pero normal, profunda y absolutamente un chico normal, buena gente, simpático, típico, común, una víctima de la condición masculina, de la condición humana. has sido otra persona. y, descalza aún, te vas, buscando otro libro.
Es un buen libro. Un libro con calor, piel pegajosa y algún sonido a grillo cayendo la tarde. Con vorágine sentimental veraniega, esa sensación de que el verano pasa, las oportunidades son demasiadas, las exigencias múltiples, los cuerpos sobran y uno quiere estar en todos lados a la misma vez. Un poco eso siento que le pasa al protagonista de esta historia, sumado a su advenimiento de la adultez que le lleva a poner algunos puntos a su inestable deseo. Alejandro es el nombre de este personaje, que un poco se hace comprender, pero otro poco te dan ganas de darle un sacudón para que salga de esa cabeza pequeña y claustrofóbica, aunque esto también se comprende viniendo de la época que la historia retrata.
Pero siento que le faltó algo, no digo darle un final más redondo al libro. No, no soy del grupo de creyentes de que el relato tiene que tener un cierre o no ser. Pero sí busco habitar estos personajes con profundidad, mientras que este libro se sintió como que jugueteaba com eso pero sin meterse del todo. Bueno, es un poco lo que le pasaba a Alejandro ahora que lo pienso. Existía de manera superficial, con la mente y el cuerpo desperdigados entre los días de verano.
Esta novela es maravillosa. Encuentro varias puntas de Sara Gallardo que ya me habían llamado la atención en Enero: la importancia que juega lo "no dicho" y la violencia que demuestran los personajes masculinos, en este caso Alejandro, cuando las mujeres que lo rodean, no sólo Elisa sino Irma también, no reaccionan como él quisiera. La bronca, que lo embarga, logra plasmarse en el texto, apoderándose de la lectora de forma reactiva. La furia de él te produce furia hacia él. Hay una escena, especialmente, en la que una quisiera entrar e intervenir. La pintura que hace a través de los diálogos que Alejandro y la familia de Elisa tienen con el servicio, con sus camaradas, con las otras mujeres de su mismo status social es tan real que una siente que está formando parte de esa sociedad por algunas horas. Una puede percibir ese clima espeso de lo reprimido, los prejuicios y el odio que generan la religión mal entendida. La única consecuencia posible es infelicidad.
#PantalonesAzulez de #SaraGallardo. . Segunda novela que leo de la autora. . Otra novela más de la autora que es fuerte. . El protagonista es Alejandro Hernández, de clase alta, elitista, católico, reprimido por pensamientos y formas familiares, antisemita y violento. Está comprometido para casarse con Elisa que acepta esa violencia machista de Alejandro y de las familias. . Alejandro conocerá a Irma que lo trastornará por ese encuentro prohibido y que encima es una chica judía... algo inaceptable para él. . Ahí quedará un amor que podría haber sido con Irma pero por esas cuestiones sociales de la época no terminará siendo. . Me gustó . #MisLecturas2020
Me costó enganchar pero solo al principio. Luego, esa estructura hecha de diálogos es muy llevadera. La historia gira en torno a un personaje contradictorio: Alejandro. Eso es atrayente y engancha la tensión entre ella y él. También hay una tensión interna y me gusta ese paisaje de una Buenos Aires que no conocí pero que redescubro. La ciudad es protagonista y es un personaje más. Como anécdota, me gustaron mucho los personajes secundarios. Los paraguayos que viven en la pensión, las tías, los padres. Y grandes temas atraviesan la obra: la familia, el país, el nacionalismo, la inmigración, la guerra. Muy recomendable.
Llegué con esas habladurías de que era la más floja de sarita y que se yo. Quizás sea la menos buena, en un catálogo corto que incluye una obra maestra interminable como eisejuaz. Pero que simpleza para contar las sensibilidades humanas, que fáciles y naturales esos diálogos, qué forma de contar un tiempo y sus conflictos. Y no sé, a mi hasta me parece vigente. Dicen que los clásicos son clásicos porque se pueden leer con las claves de cada época. Esto no es un clásico, pero tiene una mezcla de retrato de época y choque de clases que la hace vigente. Con esto completo mis novelas de Sara y por suerte me queda tiempo para seguir leyéndolas.
5.5 ☆. "La verdad, uno tendría que recorrer el mundo entero arrodillado y lamiedo el suelo. No hay un solo metro que esté libre de sufrimientos". Haber conocido y recorrido lugares como Retiro,, Plaza San martin( donde habia un antiguo mercado de esclavos), Olivos, Martinez o Tigre, a solas con amistades o en pareja, hace que todo en el libro cobre aun más realismo, y te sitúe en un tiempo y una bs as con personajes tan entrañables como detestables (como lo es el protagonista), Irma es una brisa en una historia de tanto caos, todo esta tan bien escrito que merece un reconocimiento más, excelente de principio a fin.
Alejandro es un protagonista detestable. Un varón propio de su época, con sus actitudes y pensamientos patriarcales y machistas. Confieso que este punto, en combo con el claro antisemitismo del personaje, me generaron un gran rechazo que tal vez actuó como obstáculo para mi modo de vincularme con la historia. Más allá de eso, la historia me pareció liviana, tal vez con poca profundidad aunque la narrativa es muy interesante. Quisiera leer otra obra de la autora ("Enero" o "Los galgos, los galgos") para adentrarme más en su estilo
Me pareció un libro completamente prescindible. Muy facil de leer. Me generó contradicciones, Alejandro, el protagonista es un ser detestable, cuando sentís que está empezando a sentir no deja salir sus emociones. Es un libro donde no veo crecimiento en ningún personaje (quizás apenitas en Irma que salva la novela con su fortaleza). Hay demasiado "no dicho" y no logro interpretar. Es un libro liviano, que no recomiendo ni volvería a leer. Aunque me gustaría discutir con alguien que piense lo contrario, quizás hay algo que no terminé de entender.