Año 394 d. C. Los godos han vuelto a ser traicionados por Roma. Diez mil de sus mejores guerreros yacen muertos a orillas del río Frígido, sacrificados sin escrúpulos como fuerza de choque por el emperador Teodosio en su lucha contra el usurpador Eugenio. Los godos vuelven a convertirse en un pueblo errante que parece condenado a diluirse en la historia. Será un joven caudillo, Alarico, el que tome el testigo de aquellos que le precedieron en busca de unas tierras en las que asentarse. Un lema cobra vida entre los godos: Ad ultionem. «Hacia la venganza». Y dieciséis años después, ocurre lo inimaginable: los bárbaros de Alarico asedian la ciudad de Roma, amenazando con saquearla y destruirla. El Imperio se desmorona. Intrigas políticas, amor y guerra se dan cita en esta apasionante novela que traza con maestría uno de los períodos más convulsos y significativos de la historia universal.
Fecha, 26 de agosto del año 410 d.c. Alarico, el godo, saquea Roma. Habían transcurrido 1163 años desde su fundación. Si la batalla de Adrianópolis marcó el principio del fin, el saqueo de Roma supuso el final de un símbolo y el preludio de lo inevitable. Siempre que leo sobre la caída del imperio romano siento una infinita pena. Este libro me deja con la satisfacción de haber degustado una buena novela histórica y con la tristeza de saber que ninguna civilización es para siempre.
Dice la sinopsis: Año 394 d. C. Los godos han vuelto a ser traicionados por Roma. Diez mil de sus mejores guerreros yacen muertos a orillas del río Frígido, sacrificados sin escrúpulos como fuerza de choque por el emperador Teodosio en su lucha contra el magister militum franco, Arbogastes. Los godos vuelven a convertirse en un pueblo errante que parece condenado a diluirse en la historia. Será un joven caudillo, Alarico, el que tome el testigo de aquellos que le precedieron en busca de unas tierras en las que asentarse. Un lema cobra vida entre los godos: Ad ultionem. «Hacia la venganza». Y dieciséis años después, ocurre lo inimaginable: los bárbaros de Alarico asedian la ciudad de Roma, amenazando con saquearla y destruirla. El Imperio se desmorona. Intrigas políticas, amor y guerra se dan cita en esta apasionante novela que traza con maestría uno de los períodos más convulsos y significativos de la historia universal.
Mis impresiones.
Cronológicamente, la novela abarca desde la batalla del río Frigio en el 394 d.c hasta la muerte de Alarico en noviembre del 410. Durante esos dieciséis años, el imperio entró en barrena. No es fácil reflejar la multitud de levantamientos, incursiones, batallas, pretendientes que se autoproclamaban emperadores, luchas intestinas por el poder, etc, en una obra de 600 páginas. Pueden parecer muchas, pero lo cierto es que se podría contar y no parar en otras 600 y seguramente aún faltarían 600 más. Es por ello loable la labor de Santamaría. Nos ofrece una novela sólida, pero atractiva. Se mueve a la perfección por los acontecimientos históricos sin saturar de datos al lector.
El libro está muy bien escrito. Se divide en dos partes, un interludio entre ambas y un epílogo ya en el año 414. El ritmo es ágil. Las páginas pasan sin sentir. Santamaría tiene la habilidad de ambientar sin grandes descripciones y sin parar la acción. Es muy visual. Me hubiera gustado que incluyese mapas, pero es cierto, que tampoco se los echa mucho de menos.
Los capítulos se alternan entre las figuras y lugares más representativos de la época, Milán y Rávena en occidente, Constantinopla en oriente, Grecia, Panonia, Iliria, la frontera del Rhin, Dirraquios, Britania y por supuesto Roma. Si numerosos son los territorios, no lo son menos los personajes, todos ellos históricos. Por la parte romana, destacan el emperador Teodosio, sus hijos, Arcadio y Honorio, la hermanastra de ambos, Gala Placidia, el general Estilicón, regente del imperio de occidente, su esposa Serena, la emperatriz Eudoxia, esposa de Arcadio, los senadores de la curia y los infames consejeros de los jóvenes emperadores Arcadio y Honorio. Por la parte goda, Alarico, Gainas y Ataúlfo. Junto a todos ellos y a medida que transcurre la acción, aparecen otras figuras igualmente históricas, como es el caso de los obispos Ambrosio y Juan Crisóstomo y Santa Marcela de Roma.
La trama se articula en torno a varios ejes. A día de hoy, por muchos textos que se consulten, no existe unanimidad a la hora de determinar las causas últimas que propiciaron la caída del imperio. Digamos que Santamaría nos presenta un mosaico complejo con todas ellas. Por un lado, las luchas internas por el poder, tanto en el entorno de las dos figuras imperiales como del propio imperio en sí. Por otro la pérdida de la propia identidad que la civilización romana arrastraba desde tiempo atrás. Por último, la aparición de pueblos de distintas etnias, que cruzaban las fronteras del imperio en busca de una vida mejor. Los romanos de entonces despreciaron y ningunearon a estos pueblos. Se negaron a asimilarlos en la misma medida que minusvaloraron la amenaza que suponían. La forma en que el autor articula todo esto me ha parecido brillante, como ya he dicho, sin abrumar y sin parar la acción. Una labor de documentación ingente y bien integrada.
Las batallas y campañas militares están igualmente representadas. Santamaría no abusa a la hora de describir con excesiva minuciosidad la planificación, desarrollo y desenlace de cada una. Tampoco creo que hubiera sido posible ahondar más sin engrosar el ya de por sí abundante número de páginas. Es posible que los lectores, que gustan de estos temas, echen de menos más detenimiento, por mi parte, me basta y me sobra.
Resaltar, por último, que más allá de construir una trama sólida sobre figuras y hechos conocidos, el autor mueve a la reflexión. A lo largo de esta lectura he sentido tristeza por la civilización que moría, rabia por la estrechez de miras de sus gobernantes, pena por el pueblo godo, siempre errante y traicionado y todas esas emociones juntas cuando pienso en el paralelismo del entonces con el ahora.
"El fin de aquel imperio, de aquella asombrosa civilización que parecía eterna, el imperium sine fine de Virgilio, del que somos herederos y en el que siempre encontramos un espejo en el que mirarnos, nos susurra al oído continuamente que toda sociedad tiene fecha de caducidad. Que tarde o temprano volverán los bárbaros, que tarde o temprano dejará de manar el agua de los grifos, dejarán de funcionar los electrodomésticos y los coches, dejará de haber teatro y cine y el mundo se sumirá en una nueva edad oscura. Y nos susurra también que somos nosotros mismos los que dejaremos entrar a esos bárbaros, en parte debido a nuestra autocomplacencia, en parte porque damos por hecho todo lo que tenemos como si nos perteneciese por derecho, y en parte porque no dejamos de intentar destruir y de arremeter contra todo aquello que nos define. A veces los bárbaros somos nosotros". (Pedro Santamaría. Nota del autor)
En conclusión. Una novela histórica ágil, sólida y bien articulada. Buena recreación del momento y de los personajes. Recomendable.
Novela muy completa sobre los antecedentes que llevaron a que Roma fuera saqueada por el pueblo Godo, es curioso, pero quizás este punto sea su mayor virtud y al mismo tiempo su gran defecto, y es que la novela se me ha hecho al final un pelín larga, con tantas idas y venidas.
Tiene muchos puntos a favor, en líneas generales la narración fluye muy bien, para un profano como yo, creo que el tema histórico está muy bien tratado y se explica muy bien los motivos que llevaron a este suceso que cambió de forma definitiva el rumbo de un imperio cada vez más decadente. Los personajes también me han gustado y los diferentes POV de vista que nos dan una visión más global y no centrada en solo uno de los bandos.
Por otro lado, como comentaba al final se me ha hecho la lectura un poco larga. Igual con 100 páginas menos se hubiera llevado 5 estrellas, entiendo que había mucho que explicar y que la novela abarca un periodo bastante largo y no solo el saqueo en sí, que al final es bastante secundario dentro de la propia trama, pero eso no quita que haya alguna parte que otra algo más tediosa en la que se podría haber recortado.
¿Recomendable? Sin duda diré que sí, pero ojo, antes me leería la novela de "Godos: El principio del fin del Imperio romano" del mismo autor, para tener un poco más de contexto y entender las referencias con las que nos encontraremos y los antecedentes que nos conducen a esta novela.
“Por primera vez en 800 años, un ejército enemigo entraba en la ciudad eterna”. “Con Roma, también moría algo en su interior. Nada, nunca, volvería a ser lo mismo. Algo se estaba apagando para siempre”.
Cómo he disfrutado esta novela, capítulos muy amenos que enganchan y van alternando batallas, traiciones, sufrimientos, emociones, venganzas,…
Ese pueblo godo al que coges cariño por ser traicionado en tantas ocasiones por los romanos y ese gran imperio a punto de sucumbir.
Magnífica. Si su "precuela", Godos, ya me gustó mucho, esta segunda parte (que no es tal, ya que es una novela independiente, aunque posterior a "Godos" en el tiempo) alcanza las 5 estrellas.
"Godos" terminó con la inesperada victoria goda contra las supuestamente invencibles tropas imperiales en la batalla de Adrianópolis. Y "El saqueo de Roma" arranca años después, con unos godos que han alcanzado su objetivo inicial, llegar a un acuerdo con Roma para establecerse en sus tierras a cambio de trabajo, impuestos y apoyo militar en las campañas romanas.
Pese al acuerdo, para Roma los godos no dejan de ser unos bárbaros indeseables, unos extranjeros de los que aprovecharse pero que nunca serán considerados como iguales. Y, una vez más, Roma traiciona al pueblo godo, enviándoles, en virtud del tratado de cooperación, a una guerra de desgaste en la que no recibirán la ayuda pactada por parte de las legiones romanas, que se reservan para intervenir cuando el enemigo ya esté desgastado y el ejército godo prácticamente exterminado.
Traicionados por Roma, pero debilitados e incapaces de enfrentarse a ella, los godos vuelven a emigrar en busca de un hogar en el que establecerse. Y también, en el fondo, buscan venganza contra una Roma que no ha hecho más que traicionar lo pactado con ellos una y otra vez a lo largo de los años.
Y tras ese largo periplo, ese pueblo debilitado terminará logrando lo impensable: entrar en la propia ciudad de Roma y saquearla durante tres días como castigo a las humillaciones recibidas.
De nuevo, como en la anterior novela, seguiremos los acontecimientos desde dos puntos de vista, el godo y el romano, a través de personajes principales en ambos bandos. Con unos personajes que, como ya comentamos para la novela anterior, poseen la suficiente personalidad y profundidad como para que la novela se lea muy gratamente.
Se mantiene también, aunque quizás en una menor medida que en el libro anterior, la trama religiosa: un cristianismo ya afianzado en el imperio y con fuerte influencia en la política y la sociedad. Un complemento interesante a la trama principal.
De nuevo, un texto al parecer muy apegado a los hechos, combinado con una narración temendamente amena y unos personajes suficientemente sólidos, hacen de ésta una magnífica novela histórica. A mi parecer, sube su nivel sobre la anterior, alcanzando esta vez unas merecidas 5 estrellas. Muy recomendable. Y, por supuesto, no puedo dejarlo sin continuar con la tercera y última de la serie, en la que viviremos la caída final del imperio romano...
El emperador Teodosio I está en guerra con los francos y para ello usa su ejército de godos, con su caudillo, el joven Alarico, como encargado de dirigir la ofensiva. Roma les ha traiciona y no le da la ayuda que prometió. Los godos son derrotados y masacrados, empobrecidos y bajo el mandato de Roma. Alarico reúne a sus fieles y dieciséis años después, este pueblo asedia Roma en un imperio que agoniza y ve su fin cada vez más próximo.
Siempre es un verdadero placer leer las novelas de Santamaría. Esta vez nos trae unos años muy convulsos para el Imperio Romano, el cual se va a dividir en dos: la parte de Oriente (con su hijo Arcadio) y la de Occidente (a su hijo Honorio). Honorio, que era un niño, queda bajo la custodia de Estilicón, un general romano pero de origen vándalo.
Cronológicamente, la novela comienza el 4 de septiembre del año 394 d.C. y acaba en noviembre del 410. Es una novela llena de acción, de intrigas, de intentos de mantener unidos las dos partes del Imperio, de ambición y de luchas de pueblos y por el poder. Los personajes son otro punto fuerte de la novela. Son personajes históricos muy humanos, con unas personalidades marcadas y con sus dudas, miedos y ambiciones. Destaco los personajes femeninos, especialmente a Serena, esposa de Estilicón, o a la esposa de Arcadio, Eudoxia, por sus inteligencias y fortalezas
La pluma de Santamaría es maravillosa, convirtiéndose en uno de mis escritores de novela histórica favoritos. Es una narración muy intensa y amena a la vez, calando y atrapando al lector. No nos sobrecarga con información y datos. Además el ritmo es constante, en ningún momento decae. Todo esto está reforzado con unos capítulos cortos (creo que es seña de su identidad como en otras novelas que leí, El ateniense o Al servicio del imperio) lo que agiliza mucho también la lectura.
Pasaron 1.600 años y a veces me cuesta creer que Roma haya caído. Este libro logró hacerme imaginar lo que debía ser estar ahí mientras pasaba todo. El Imperio se divide entre facciones internas buscando el poder y en el cisma Occidente/Oriente. El viejo Imperio ya no es lo que era, ya no es lo que era...pero se puede adaptar a los cambios.
Pedro Santamaria mantiene su estilo literario cautivador con la conocida fórmula de capítulos cortos, dinámica de escenarios, narrativa y descripciones cinemáticas que lleva a la mente de lector a transportarse a los lugares de los hechos y genera toda saga de emociones. En esta obra, a diferencia de “Godos”, no he extrañado tanto los mapas ni los gráficos de batallas presentes en otras obras. Se puede iniciar lectura en esta obra ya que no tienen concatenación estricta de personajes y hechos, pero en mi opinión he disfrutado de leer esta obra luego de “Godos”. En la aplicación, la obra de ediciones Paimes la caracterizan con 480 páginas teniendo el libro físico 568; entonces según Goodreads, ya has leído 100% pero en la realidad te faltan los capítulos finales. Primera vez que me pasa esto. Estoy adicto a las obras de Santamaria, con anterioridad no había leído nada de este autor y llevo leídas cuatro obras suyas una tras otra. Fascinante es poco para describir la destreza de este autor para plasmar en sus obras todo lo que sucede dentro y fuera de todos los personajes que articulas sus historias. Seguiré con “Campos de Gloria” esta misma noche y ya pienso encargar “Al Servicio del Imperio”, “El Ateniense” y “Rebeldes”
Primero leí Godos, y hoy terminé El saqueo de Roma.
Soy fanática del Imperio Romano y estoy emocionada con todo lo que he aprendido a lo largo de esta historia, es la primera vez que leo sobre la caída del Imperio Romano, siempre había leído los siglos atrás.
Sabía sobre la existencia de Alaríco y aquí llegue a conocerlo, me gustó muchísimo, al igual que su cuñado.
Me gustó como se fue desarrollando la novela para ir conociendo a todos estos personajes históricos.
Fuímos testigos privilegiados de todo lo que ocurrió en el campo de batalla, en los campamentos, en la urbe de Roma , Constantinopla y en sus palacios.
Me quedé impresionada y muy feliz con el final de Ataúlfo y de la hermana del Emperador Honorio.
En fin estoy feliz por haber aprendido todo lo que aprendí y ahora voy a empezar “ Campos de Gloria “
Muchas gracias Pedro Santamaría por llevarnos a ese viaje tan espectacular .
Tras su magnífica “Godos”, la cual recomiendo leer antes de embarcarse en la lectura de la presente, termina este fantástico autor esta mini serie con otra joya de parecido calado, pero mejor, si ello es posible.
Y es que de Pedro Santamaría no he encontrado todavía una novela que me haya dejado indiferente. Creo que no sólo se le puede considerar a la altura de un Posteguillo, sino que, con el tiempo, puede incluso llegar a hacerle sombra. Pero es sólo mi apreciación personal. Quizás en el futuro tenga que rebajarle mi estima. Pero no parece probable que tal cosa vaya a pasar. ¡qué bien escribe este hombre!
La novela abarca desde el 394 (batalla del Frígido) hasta su muerte (la de Alarico, por supuesto) en el 410. Un personaje del que no se sabe demasiado, pero que tuvo bajo sus botas la posibilidad de barrer del mapa a Roma hasta en tres ocasiones.
No tengo ni el más mínimo pero que ponerle a la novela. Me ha encantado a todos los niveles (vale, quizás narrando batallas sea mejor Posteguillo), desde descripciones tanto geográficas como de la situación política de cada momento. Ídem para los personajes a nivel descriptivo como los personajes a nivel diálogos. Disfrutaremos de los diferentes escenarios protagonistas de la época, principalmente Constantinopla, de Rávena y de Milán. Sí, Roma también aparece, por supuesto, aunque por aquellos años ya no fuese más que un recuerdo de la gran urbe que deslumbró al orbe entero.
¿Personajes principales? Pues aquí te vas a hinchar, y además, todos de vital importancia tanto para la historia del extinto imperio como para la de la novela. Tenemos a Alarico de personaje principal, pero también a Honorio y a Arcadio, cada uno gobernando “supuestamente” la parcela que les encomendó Teodosio. Tenemos a Estilicón, personaje de importancia tan relevante o incluso mayor que la de Escipión Emiliano, pero del que apenas había leído unas cuantas líneas antes de embarcarme en esta novela. Entre las mujeres, contamos nada más ni nada menos que con Eudoxia y con Gala Placidia, personaje este por el que siempre me he sentido fascinado. Como secundarios de lujo están Serena (esposa de Estilicón) y Ataúlfo, primo y sucesor del gran Alarico. Tampoco podemos olvidar a Juan Crisóstomo, obispo de la iglesia católica que ya dejaba de entrever en sus inicios por dónde iban a ir las directrices de la nueva religión.
Si queréis saber más, aquí veo publicadas muy buenas reseñas sobre la novela. Por mi parte sólo añadir que no sé por qué he tardado tanto tiempo en ponerme con ella.
Mucho mejor que el primero. Al contrario que el primer libro Godos, este es mucho mas denso. Mas personajes, mas intrigas, mas profundidad en toda la historia. El libro continua unos años después de la finalización de Godos. Y cómo los descendientes de éstos siguen en su odisea para buscar vivir en paz y en un territorio fijo. Cómo se ven traicionados continuamente por Roma una y otra vez, hasta conseguir que una gente que quería integrarse en paz, acaben con el deseo de revancha que finaliza con el saqueo de Roma. Sin embargo, le sigo encontrando una de las mismas pegas que reseñé en Godos, y es la falta de épica, de sentimiento, de alma. Hay una serie de muertes a lo largo de la historia, que pasan prácticamente en un par de líneas. Además, todas siguen el mismo patrón. En las líneas finales de un capítulo se hace una breve reseña a algo que le ocurre al personaje, y al punto y aparte siguiente, al capítulo siguiente ,ya ha fallecido. No hay descripción alguna que te haga sentir y 'sufrir' por esos personajes a los que has acompañado a lo largo de cientos de páginas, a modo de pasaje emotivo. Pasa sin mas, y a otra cosa. Lo mismo ocurre con el saqueo final. No hay climax, no hay in-crescendo, es todo muy lineal. Sabes que llegas al final porque se acaban las páginas, pero no porque sensación alguna de ello. Lo dicho, muy buena novela histórica pero que adolece de 2 puntos que de una novela a otra no ha conseguido mejorar. Y ahora os dejo que me voy a leer el tercero....
Todo lo que tenga sabor a Roma me encanta. Ya lo he dicho en varias ocasiones y hoy me voy a repetir. Desde que tengo uso de razón me sentí engatusado con Roma. Desde siempre me ha llamado mucho la atención como vestían Los romanos, como estaban organizados, como se preparaban para la batalla...y "El saqueo de Roma" no ha sido ninguna excepción.
Ha sido la primera novela de Pedro Santamaria que he leído y ya os aseguro que no será la única porque me ha gustado bastante como capta la atención del lector, como hace de la Historia algo entretenido, dinámico y muy visual.
En "El saqueo de Roma", el Imperio Romano tal y como lo conocemos pende de un hilo debido a las diversas embestidas de los godos con Alarico en cabeza. Los godos se sienten traicionados por Roma después de la batalla junto al río Frígido cuando gran parte del ejército godo murió.
Por el bando romano veremos que no siempre van de la mano buscando un mismo objetivo. Que se lo digan a Estilicón que por petición del emperador debe tratar de unificar el imperio para que no se desmorone.
El juego ha empezado. El tablero está listo y los jugadores también. Os la recomiendo encarecidamente.
Sabemos lo que va ocurrir al final del libro, pero no sabemos cómo llegamos. El periodo de la caída del imperio se sabe relativamente poco, y el libro hace un esfuerzo en mostrar los acontecimientos más importantes. Nos muestra la decadencia del imperio, la ambición de la élite y generales principales, la ineptitud del emperador, entre muchas cosas. Entendemos a los "bárbaros", los godos, su deseo de paz y tierra, y nos hace preguntarnos si la historia hubiera sido distinta con diferentes generales y emperadores. Hubiera deseado que la parte final se extendiera un poco más y cortar más de cosas a la mitad del libro, pero no le quita sabor. También hubiera sido bueno tener un poco más sobre cómo reaccionó el imperio ante el saqueo de Roma. Es un gran libro para todos los interesados en ese periodo.
Segunda parte de la trilogía de Godos y con ganas de meterme en la última a la que acudiré pronto.
Santamaría nos lleva esta vez de lado a lado en busca de un lugar donde asentarnos de la mano de Alarico en una Roma a borde del precipicio donde las traiciones eran tan habituales como comer y, Alarico, la excusa de todas ellas.
En una Roma donde se vive de antiguas rentas, donde el poder sigue siendo la meta de todos, la mala política hace que, un hombre con un montón de bocas hambrientas a su espalda, pida justicia.
Alarico carga contra Roma y Santamaría nos muestra la desesperación de un pueblo y su huida hacia delante. Un pueblo bárbaro harto de injusticias por otros bárbaros llamados romanos que en sus últimos estertores avanza contra su peor mal: Roma.
Batallas, intrigas, personajes e historia en una novela que te atrapa desde la página uno hasta la última.
El Saqueo de Roma narra las aventuras (y desventuras) de Alarico, rey de los godos, desde la Batalla del Frígido hasta el Saqueo de la Ciudad Eterna.
El autor narra con brillantez (la novela tiene mejor calidad narrativa que su predecesora) las convulsiones de un imperio en jaque y un pueblo godo que lo único que desea es un hueco en el nuevo mundo que está por nacer.
Un Alarico ingenuo, un Honorio manipulable, un Estilicón líder y una Gala Placidia perspicaz son algunos de los personajes que conforman está historia.
A destacar la actitud de Alarico, siempre presto al diálogo y la concordia. También destacaría la historia final de Ataulfo y Gala Placidia, que el lector letrado en historia sabrá concluir.
Se me ha hecho largo porque he tenido que interrumpir la lectura más de lo deseable por temas laborales, pero es de esas historias que se devoran.
Transcurren 16 años y si bien hay episodios o fragmentos que se tratan de pasada, en general la trama fluye muy bien y resume una época trascendental en la Historia.
Echo en falta algún mapa, que no estaría nada mal, y me sorprende muy negativamente la mala edición del libro, con frecuentes palabras/verbos repetidos en la misma frase y errores ortográficos como un "a aceptado" (página 503) que hace que te sangren los ojos...
En cuanto pueda, iré a por la tercera y última de la serie.
Esta bastante bien, bien escrito, bien ambientado, el problema, al menos desde mi punto de vista es que le falta un poco de realismo para poder crear el suspense, los romanos son malos y hay que vengarse, crea una imagen un poco caricaturista de Roma en mi opinión para que Alarico (deformado) pueda tener ese arco del héroe para salvar su pueblo y vengarse de una traición. Pero sin duda merece la pena leerlo, es fresco y agradable.
Me fascinó! Una vez que lo comencé lo devoré casi sin parar. Este es el tercer libro que leo de Pedro Santamaría, y estoy apunto de comprar el cuarto, no puedo esperar :)