«La mitología griega habla de Procusto, cruel posadero con un retorcido sentido de la hospitalidad. Mientras sus huéspedes dormían, los ataba de pies y manos en su cama y los medía con esmero, obsesionado con que se ajustaran a ella perfectamente. Si el huésped era demasiado pequeño, lo estiraba hasta que ocupara la totalidad del lecho. Si era demasiado grande, mutilaba los miembros que rebasaban los límites de la cama (...) ¿No se asemejan esos lechos de hierro a las dos rígidas casillas, hombre o mujer, que nuestra cultura ha dispuesto para contener vidas enteras? Como es fácil notar, Procusto no soporta la diversidad. Análogamente, desde la Antigüedad el patriarcado ha preferido rasar las diferencias y uniformar todo lo que destaque demasiado. El mito de Procusto grafica muy bien la insensatez del binarismo patriarcal en su exigencia de una uniformidad imposible».
Si con su primer libro Roberto Suazo leyó críticamente el discurso patriarcal (Víboras, putas, brujas, 2018), en ¿Macho y hembra los creó? Una historia de la diversidad de género en el mundo antiguo construye un mosaico de viejos y atractivos relatos de Oriente y Occidente para mostrarnos cómo los géneros fluyen y las identidades han sido siempre diversas, en humanos y también en dioses. Y aun en los relatos bíblicos el amor no se da solo de una manera, sino que toma todas las formas que el deseo le ofrezca.
Es complicado expresarse respecto a "¿Macho y Hembra los Creó?" de Roberto Suazo, porque, en teoría, es un libro que me ha agradado. Su prosa es sumamente ágil y entretenida con una estructura dividida en capítulos temáticos. Como recopilatorio introductorio, es acotado pero agradable, y parece una puerta de entrada ideal para cualquier lector interesado en la historia del género y la sexualidad.
Sin embargo, aquí reside el problema central: el libro se siente como un enorme despropósito. Se vende como un análisis de las diferentes formas de concebir el género en culturas tanto orientales como occidentales, con el objetivo de demostrar que las identidades siempre han sido más complejas que el rígido binario tradicional. Si tu expectativa es un analisis multicultural prepárate para una profunda decepción.
La promesa de un viaje global por las concepciones de género choca contra una realidad mucho más limitada. La bibliografía es notablemente acotada para un trabajo de esta envergadura, dando la sensación de que el autor no se tomó el trabajo de explorar verdaderamente otras culturas más allá del mundo grecolatino, el cual se convierte en el foco casi exclusivo de todo el ensayo.
Esta mirada limitada es especialmente lamentable en un autor chileno. Las pocas menciones al pueblo mapuche son meras apariciones en listados que enumeran la "diversidad", sin que se le dedique nunca un análisis central o profundo. Lo mismo ocurre con las culturas orientales: el concepto de Hijra en la India recibe una mención breve y tangencial, pero no se explora en detalle, ni hay rastro de otras ricas tradiciones no binarias de Asia o África.
Al final, la impresión que queda es que Roberto Suazo quiso apuntar a un análisis ambicioso para, irónicamente, reforzar los mismos tres ejemplos trillados de lo que conocemos como "diverso" en las culturas antiguas. El libro se centra exclusivamente en lo grecolatino, sin realizar la investigación profunda y global que su título y premisa prometen. Es, en definitiva, una introducción agradable pero superficial que no cumple con su propio objetivo.
La necesidad de conocer de dónde venimos, nuestras construcciones sociales, nuestras leyendas y mitos que nos permiten erguirnos como sociedad; ayudan a pensarse dentro del marco y desde allí saber actuar y pensar. Roberto Suazo intenta ayudarnos en ese tránsito. Con un ensayo, que es un relato, reconstruye nuestro pasado occidental para pensar cómo nos hemos ido construyendo como una sociedad con distintos géneros. Es ahí donde apunta este libro, a las construcciones de género y como en la antigua Grecia y después en Roma, pilares de nuestra cultura, la identidad de género vivía en una constante transgresión de lo que hoy intentamos definir como canones o límites impuestos por el patriarcado. Es una historia de la diversidad de género, en el mundo antiguo, como dice su bajada de título pero que nos permite entender y comprender lo que hoy vivimos e intentamos cambiar. Es muy entretenido, permite acercarse y conocer desde otra perspectiva toda la mitología griega y romana, permitiéndonos conocer a esos dioses que se trasvisten, las leyendas que hoy nos explican ciertas liturgias y pensamientos en torno a la homosexualidad y una diversidad de datos entretenidos que permiten cuestionarnos más allá las creencias de nuestra “cultura” occidental, construida a la sombra patriarcal. Excelente lectura de divulgación.
Me sorprendió leer comentarios alusivos al lenguaje académico, siendo que uno de los aspectos que más aprecié fue el esfuerzo de Suazo por acercar el tema a un público más "casual", sin caer en la condescendencia; entiende que son discusiones que debiesen estar en boca de todos. Pero bueno, quizá sea un sesgo personal. De todos modos, es un texto muy interesante y necesario.
Es un ensayo que es útil para iniciarse en el tema de la construcción de género. Sin embargo, y a pesar de ser un ensayo, tiene un pobre uso de las fuentes (lo que me molestó sobre todo lo demás) y varias interpretaciones parecen sobre inferencias o conclusiones algo rebuscadas y caprichosas.
"Lo cierto es que bastaría con despegar un segundo la mirada de las entrepiernas, propias y ajenas, y levantar la cabeza para advertir que en este mundo hay tantas identidades como personas."
Empecé a leer este libro inmediatamente después de terminar "Mythos" de Stephen Fry, debido a que también este libro tocaba el tema de lxs dioses y diosas griegxs (entre otras historias mitológicas o creencias ancestrales), y al tener la información fresca en el recuerdo, no quería desaprovechar la oportunidad.
Suazo rescata y recopila muchas historias (y debe haber muchas más) que, siendo sincera, han sido ocultadas a propósito, ya que desafían completamente la norma hegemónica heteropatriarcal. A través de estos relatos, el autor defiende la afirmación que hace a lo largo de toda la obra, que es cuestionar, poner en duda o directamente rechazar el binamismo, la heterosexualidad y la jerarquía masculina como norma (o, como dirían algunos Procustos, "el orden natural").
En el libro se exponen una serie de mitos y creencias ancestrales de diversas culturas, con énfasis en las historias que muestran que el género ha sido no solo fluido desde tiempos antiguos, sino que ha sido motivo de adoración y devoción en varias culturas.
También expone de manera cabal cómo la mujer o la feminidad es tomada, destruida, desplazada, re escrita y demonizada para que el patriarcado pueda imponerse como soberano absoluto. El tema de la mujer o lo femenino no queda como secundario, al contrario, diría que es piedra angular de este libro.
Me encantó la resignificación que el autor le da a Caín, el primer asesino y, también, el primer desterrado en el mundo terrenal. No solo resulta una reflexión interesante respecto a lo simbólico de Caín y Abel vs Dios Padre y Diosa Madre, sino que también, y primera vez que lo veo, los desterrados de la sociedad tienen una figura simbólica, "un padre", o una imagen que les represente desde lo histórico, mítico y/o espiritual.
Me impresionó mucho cuando el autor desmitifica esta creencia popular de que la Biblia contiene los argumentos más homofóbicos, y que de hecho se hace mención a relaciones homosexuales, e incluso que probablemente Sodoma y Gomorra fueron destruidos más por su falta de hospitalidad que por la homosexualidad (la historia de Lot me recuerda mucho a un mito griego donde participan Hermes y Zeus si no me equivoco).
Este libro es una reflexión sobre las categorías y el orden impuesto, donde se pone en duda el binarismo y los papeles cerrados, usando como argumento o de ejemplo las historias, mitos y culturas de la Antigüedad.
En resumen, es un libro excelente. La reflexión que hace, las historias que cuenta, el cuestionamiento y visión crítica que tiene, todo esto lo hace una lectura rica y compleja en contenido, aunque simple en su forma. Un libro que definitivamente recomendaría, aunque debo decir que no es la máxima de libros que toquen estos temas, pero no por eso deja de ser menos interesante.
Frases que llamaron mi atención:
"Porque, sin importar cuáles sean sus órganos genitales, bajo la lógica patriarcal todo cuerpo penetrado es considerado femenino y, por tanto, inferior y menospreciable."
Escuché al autor en una entrevista en la radio UdeChile, estaba presentando el libro. Su relato durante la entrevista me pareció entretenido e interesante. El texto presenta en una linea cronológica los cambios hegemónicos religiosos de la herencia occidental que nos ha dominado, y cómo se ha ido anulando todo un mundo rico en diversidad que es parte de la vida. De lectura agradable, un relato cercano y con una mirada hacia la diversidad que invita a cuestionar nuestro panorama religioso cultural.
Me gustó mucho este libro, empecemos por ahí. Creo que planteó muchas conexiones, relaciones y cuestionamientos muy pero que muy interesantes. La manera de hilar y redactar todo fue magnífica, me gustó muchísimo y se me hizo muy fácil de leer (dos sentadas). Si bien hay ciertas cosas que sentí más como opiniones que como hechos, o planteamientos que deberían ser matizados y explorados en mayor profundidad a mi parecer, es un libro que me encantó y recomiendo mucho, aunque sea para darse una vuelta de cultura general.
Una joya de libro, por favor léaselo para que se de cuenta de muchas cosas que tenemos ahí en las cosas que nos molestan de la sociedad, pero nos acostumbramos a que molesten. Ver de dónde vienen esos estereotipos que nos hacen ruido para poder derribarlos.
Como el ser uno con la naturaleza se cambio por alejarse de ella, para que ahora estemos volviendo a la metamorfosis de la constante renovación. Venimos de una cosmovision sin géneros ni etiquetas en las que el género fluye, para que llegara el patriarcado y hoy ya se está logrando demoler para volver a lo no binario.
Amo que este libro sea anti-masculinidad toxica. Al principio me preocupe de no enganchar tanto por el lenguaje académico, pero después enganche en el segundo capitulo y lo disfrute mucho. Creo que es un libro necesario para entender como se ha ido avanzando la construción del género. Amo que sea un libro educativo al enseñar de personajes de la biblia y de literatura griega y romana pero lo haga de manera entretenida y con un enfoque en las diversidades.
Lo leí lo más lento posible para que me continúe acompañando. Es de esos libros que te explican el mundo, de esos que cuando era niña amaba. El autor a través de mitos logra re-visar el presente y sus prácticas, sacudiendo la neutralidad de lo normalizado. De la lectura me queda la seguridad de que entre risas romperemos el espejo patriarcal y conjuraremos un mundo más vulnerable, fluido y gozoso.
Me generó algo de incomodidad el academisismo (necesario, pero extraño a mi parecer) de este libro, Quizás cómo desarrolla las ideas. Creo que al compararlo con "Brujería y Contracultura Gay" de Arthur Evans como punto de referencia, pierde algo de datos y reflexión, porque el último detalla eventos y sucesos queers de mejor manera. El público al que se orientan ambos son distintos. Como libro de divulgación histórica queer funciona bien
Buen libro, muy explicativo, buenas metáforas, buen contenido, buena síntesis. Me gustó mucho el concepto del “oráculo genital” en el que plantea la audacia de predecir el futuro de la persona a través de su genitalidad como una práctica pseudocientífica. Además, no hace daño que la portada sea demasiado hermosa.
Bastante esclarecedor, nos muestra con una mirada feminista cómo a lo largo de la historia, inserto en las religiones y sociedades de antaño, han existido géneros que escapan de lo binario, así como la homosexualidad u otras orientaciones, además de cómo la mujer deja de ser vista como igual con el surgimiento de las religiones patriarcales. Un poco para demostrar que todas estas conversaciones sociales y "polémicas" no son una moda, sino que han existido siempre.