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Estrella Madre
Un hombre espera a su madre: nadie sabe dónde está ni por qué se ha ido. Mientras la espera, atraviesa los días entre la tristeza y el consuelo de sus vecinas, a las que está unido por una relación maravillosa, llena de alegría y comprensión. El tiempo pasa y el protagonista empieza a preguntarse si su madre volverá.
304 pages, Kindle Edition
First published September 1, 2020
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About the author
Giuseppe Caputo
14 books63 followersGiuseppe Caputo was born in Barranquilla, Colombia, in 1982. He studied creative writing at New York University and at the University of Iowa. Also at Iowa, he specialised in queer and gender studies. An Orphan World is his début novel, and earned Caputo a place as part of the 2017 Hay Festival’s Bogotá 39 list of best Latin American writers under 40. He is also the author of several books of poems including Garden of Meat, The Cage Man and Jesus’ Nativities, and of a second novel which remains unpublished to date. He is a contributor to Arcadia magazine and El Tiempo newspaper. After being Cultural Director of the Bogotá International Book Festival for many years, Caputo now teaches creative writing at the Instituto Caro Cuervo in Bogotá.
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Community Reviews
Displaying 1 - 19 of 19 reviews
April 15, 2021
Estrella madre tiene una prosa preciosa, muy cuidada, precisa y poética. Las construcciones evocan figuras llenas de ternura, a pesar de estar ubicadas en entornos de carencias y tristezas. Los personajes y sus circunstancias se acercan a lo surreal en la descripción de la voz narradora, a pesar de que el lazo que los inspira desde la realidad es también bastante visible.
Como novela, sin embargo, la obra falla en la trama; la soledad, la espera, la tristeza y el amor, a pesar de estar narrados con atención a la belleza del estilo, no logran captar el interés continuo por querer avanzar en la lectura; esa parte cuesta. Hay elecciones de forma para describir, por ejemplo, la rutina mediante la repetición continua una y otra vez de las mismas frases, un mismo pensamiento, una misma idea, reiterados continuamente en un espacio muy corto de tiempo, y el resultado no queda muy bien logrado.
Es en términos generales una lectura bonita desde el estilo, pero difícil desde la trama.
Como novela, sin embargo, la obra falla en la trama; la soledad, la espera, la tristeza y el amor, a pesar de estar narrados con atención a la belleza del estilo, no logran captar el interés continuo por querer avanzar en la lectura; esa parte cuesta. Hay elecciones de forma para describir, por ejemplo, la rutina mediante la repetición continua una y otra vez de las mismas frases, un mismo pensamiento, una misma idea, reiterados continuamente en un espacio muy corto de tiempo, y el resultado no queda muy bien logrado.
Es en términos generales una lectura bonita desde el estilo, pero difícil desde la trama.
December 16, 2021
En esta casa embrujada brilla el sol (Reseña, 2021)
(También disponible en: https://cuadernosdeunbibliofago.wordp... )
En esta casa embrujada brilla el sol, y está embrujada porque brilla el sol, porque el sol es el fantasma. La luminosa e iluminada imaginación de Giuseppe Caputo nos regala en su segunda novela una historia de dolor tierno, de amoroso espanto, de esperanzada desolación; y reitera en Estrella madre lo que en Un mundo huérfano había adelantado como su tema: la casa como milagro del afecto, la familia como un vínculo de amistad, el cuidado como un gesto capaz de redimirnos entre tanta infamia, tanta pérdida, tanto vacío. Con un ritmo rápido de capítulos cortos con título, a la manera de postales, viñetas o apuntes; con personajes que crean el mundo en profecías y locuras; con el alcance poético de las canciones de amor esta novela es un gozo, para leerla cantando y entonar sus alabanzas.
Estrella madre es una narración de la espera con movimientos en el tiempo para presentar el antes de la espera. En esa dinámica formal la memoria aparece como una práctica que aguarda. Recordar es llenar las horas expectantes procurando trazar el camino que concluye en ellas, sin que ellas concluyan todavía. El personaje protagónico de la novela cuida su teléfono con la esperanza de que del otro lado de la línea estará algún día la voz anhelada, que aparece una sola vez para narrar una ausencia. La voz ausente comparte la ausencia que descubre. El hombre junto al teléfono no comprende de inmediato que eso significa tener que lidiar con su propia intransferible soledad. Pospone, y lo hace también la novela, el momento de decidir. Gesta su dolor en un vientre de tal veces.
Y tal vez podría haber sido distinto el pasado y tal vez la madre nunca se hubiera ido y tal vez la abuela hubiera tenido amor que dar y tal vez el oro del pez habría sido real y tal vez la esperanza de ver la torre concluida se cumpliera y tal vez y tal vez y tal vez no doliera tanto, carajo, no doliera tanto y tan dulcemente saber que ha sido abandonado pero que en el abandono hay consuelo porque fue abandonado para que quien lo abandonó pudiera reparar su propio abandono. Las palabras discurren en las páginas con frescura, con reiteración, con música, y va apareciendo la balada de las personas solas, de las personas que recorren sin tiempo la ciudad, de las personas que comen en compañía de otras personas solas frente a televisores que cuentan historias de amor donde al final todo resulta bien pese a haber estado tan mal como era posible imaginarlo.
Me encanta esta forma de escribir de Caputo, me encanta su coqueteo con las narrativas sentimentales de las telenovelas, de los melodramas, de la música para aplanchar. Me encanta que además esté presente un aire de literatura infantil, de mito, de fábula; que la sabiduría cuando existe esté acompañada de cariño y no de soberbia; que el ridículo recaiga sobre el mundo y no sobre sus personajes, que cuando son ridículas lo son llenas de dignidad; que el juego haga parte de su voz para inventarse el mundo, para moldear el mundo, para insistir en la belleza en una ciudad cada vez más triste, más vacía, más gris y más seca. Su imaginación que es lluvia y río, y barco, bendito, sobre las olas distantes.
Esta casa embrujada contará la historia de su fantasma bajo la luz del sol, y contará la historia del sol porque el sol es el fantasma, y revelará que de alguna forma puede retirarse el sol de la ventana sin que la noche aflija (porque la noche es el espacio del amor), y que se consigue recordar el calor sin que lata la herida. Porque el corazón es la luna.
(También disponible en: https://cuadernosdeunbibliofago.wordp... )
En esta casa embrujada brilla el sol, y está embrujada porque brilla el sol, porque el sol es el fantasma. La luminosa e iluminada imaginación de Giuseppe Caputo nos regala en su segunda novela una historia de dolor tierno, de amoroso espanto, de esperanzada desolación; y reitera en Estrella madre lo que en Un mundo huérfano había adelantado como su tema: la casa como milagro del afecto, la familia como un vínculo de amistad, el cuidado como un gesto capaz de redimirnos entre tanta infamia, tanta pérdida, tanto vacío. Con un ritmo rápido de capítulos cortos con título, a la manera de postales, viñetas o apuntes; con personajes que crean el mundo en profecías y locuras; con el alcance poético de las canciones de amor esta novela es un gozo, para leerla cantando y entonar sus alabanzas.
Estrella madre es una narración de la espera con movimientos en el tiempo para presentar el antes de la espera. En esa dinámica formal la memoria aparece como una práctica que aguarda. Recordar es llenar las horas expectantes procurando trazar el camino que concluye en ellas, sin que ellas concluyan todavía. El personaje protagónico de la novela cuida su teléfono con la esperanza de que del otro lado de la línea estará algún día la voz anhelada, que aparece una sola vez para narrar una ausencia. La voz ausente comparte la ausencia que descubre. El hombre junto al teléfono no comprende de inmediato que eso significa tener que lidiar con su propia intransferible soledad. Pospone, y lo hace también la novela, el momento de decidir. Gesta su dolor en un vientre de tal veces.
Y tal vez podría haber sido distinto el pasado y tal vez la madre nunca se hubiera ido y tal vez la abuela hubiera tenido amor que dar y tal vez el oro del pez habría sido real y tal vez la esperanza de ver la torre concluida se cumpliera y tal vez y tal vez y tal vez no doliera tanto, carajo, no doliera tanto y tan dulcemente saber que ha sido abandonado pero que en el abandono hay consuelo porque fue abandonado para que quien lo abandonó pudiera reparar su propio abandono. Las palabras discurren en las páginas con frescura, con reiteración, con música, y va apareciendo la balada de las personas solas, de las personas que recorren sin tiempo la ciudad, de las personas que comen en compañía de otras personas solas frente a televisores que cuentan historias de amor donde al final todo resulta bien pese a haber estado tan mal como era posible imaginarlo.
Me encanta esta forma de escribir de Caputo, me encanta su coqueteo con las narrativas sentimentales de las telenovelas, de los melodramas, de la música para aplanchar. Me encanta que además esté presente un aire de literatura infantil, de mito, de fábula; que la sabiduría cuando existe esté acompañada de cariño y no de soberbia; que el ridículo recaiga sobre el mundo y no sobre sus personajes, que cuando son ridículas lo son llenas de dignidad; que el juego haga parte de su voz para inventarse el mundo, para moldear el mundo, para insistir en la belleza en una ciudad cada vez más triste, más vacía, más gris y más seca. Su imaginación que es lluvia y río, y barco, bendito, sobre las olas distantes.
Esta casa embrujada contará la historia de su fantasma bajo la luz del sol, y contará la historia del sol porque el sol es el fantasma, y revelará que de alguna forma puede retirarse el sol de la ventana sin que la noche aflija (porque la noche es el espacio del amor), y que se consigue recordar el calor sin que lata la herida. Porque el corazón es la luna.
July 5, 2022
Una historia sobre la esperanza de esperar y el abandono, sobre la relación con la madre y como el cordón umbilical se va cortando, solo que esta vez no es el hijo quien lo corta sino la madre.
Negarse a una realidad evoca la existencia de otra mas llevadera, una mezcla de realismo mágico rayando al borde de la locura.
Decia Khalil Gibran: « Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y a salvo de ser comprendido , porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro.»
La relación entre el protagonista y el mundo en el que vive, pareciera no ser ajena a nuestra propia experiencia idealizando otras vidas otras formas de querer ser cada vez que el sol sale o la la luna se posa en el firmamento.
Negarse a una realidad evoca la existencia de otra mas llevadera, una mezcla de realismo mágico rayando al borde de la locura.
Decia Khalil Gibran: « Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y a salvo de ser comprendido , porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro.»
La relación entre el protagonista y el mundo en el que vive, pareciera no ser ajena a nuestra propia experiencia idealizando otras vidas otras formas de querer ser cada vez que el sol sale o la la luna se posa en el firmamento.
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December 13, 2022
Este libro es la maravilla mas linda que he leído en mucho tiempo. Es un libro que sabe a lágrimas y tiene un color añil. Esta demasiado bien escrito y su prosa cala en lo profundo. El sufrimiento del complejo de Edipo, la locura de Narciso y la maternidad están presente. Me fascino gracias Caputo por esta obra.
June 10, 2022
No me lo pude terminar. Qué cosa más repetitiva :s
December 3, 2021
Definitivamente Caputo se convierte en uno de mis autores actuales favoritos. Luego de lo loco que me dejó con su primera novela, Un mundo huérfano, estaba muy ansioso de leer esta, su segunda novela. Se vuelven a repetir algunos tópicos que obsesionan al colombiano: los afectos de padres/madres a hijxs, la pobreza, la comunidad en medio del desamparo.
Acá se narra la historia de un hijo que espera a una madre que se fue de viaje y no volvió: ¿abandono? ¿liberación? ¿autonomía?
Destaco por sobre todo la búsqueda por una forma de narrar que no sea tan convencional, la dedicación y el trabajo de cada frase hicieron que la lectura fuera una grata experiencia.
Acá se narra la historia de un hijo que espera a una madre que se fue de viaje y no volvió: ¿abandono? ¿liberación? ¿autonomía?
Destaco por sobre todo la búsqueda por una forma de narrar que no sea tan convencional, la dedicación y el trabajo de cada frase hicieron que la lectura fuera una grata experiencia.
March 30, 2021
Leí Estrella madre de Giuseppe Caputo y no me sentí conforme. Le exigía al libro que me diera más, que me revelara más cosas, que me explicara algo más del mundo. Ahora siento cada capítulo del libro como un humo que no vi y no olí, pero que se me fue metiendo en el cuerpo.
Yo estudié en una Universidad privada, pero a mis papás les costó pagarla. Recuerdo que un profesor que nos metía Apple por los ojos llegó a decir en una clase que como examen final él debía revisarnos a todos los Ipoods. Él daba por sentado que todos, por estar en esa Universidad, íbamos a tener un Ipood. Su examen consistía en revisar nuestra música, y si teníamos toda la que él nos había mostrado, pasábamos su materia. La música era la snob de los 2007. Además, nos pedía a cada uno poner una canción y él respondía con otra, todos competían por ser el más inglés, el más extraño, el más indie. Hasta que una compañera muy brillante le puso Sopa de caracol y lo ubicó un poco, seguíamos en América Latina.
Tenía angustia de que de verdad tuviera que tener un Ipood para pasar la materia. Ya pagábamos caro para que yo pudiera estudiar en esa universidad, que me iba a garantizar un buen trabajo a futuro. No podíamos sumarle un Ipood.
El humito del libro de Caputto empezó a hacerme algo en el cerebro después de que me robaron el celular. Fue en la marcha del 8M en Buenos Aires. Di papaya, me distraje y me lo sacaron del bolso. Yo sé que perder un celular no es un problema tan grande. Aunque hoy el celular es la oficina móvil, por suerte estoy de vacaciones y la única cosa compleja fue ver cómo me despertaba para ir a terapia porque el celular es despertador, alojador de archivos, contacto con todos y es mi oficina.
Vivo bien, pero siempre hay una angustia, como lo llaman acá en Buenos Aires, por llegar o no a fin de mes. El celular se repone, yo sé. Y no me hicieron nada, todos me han dicho que debo estar agradecida por eso. Ni me di cuenta cuando me lo sacaron del bolso. Nada fue grave. También me dijeron que es común, que a todos nos roban el celular.
El protagonista de la historia de Giusepe Caputto vive solo en un edificio al que siempre le falla algo, con unos vecinos a quienes siempre les hace falta algo. El protagonista guarda su plata, la poca que tiene, en una cajita de hojalata, debajo de la cama. Su prioridad, aunque deba 3 meses de alquiler, es pagar el teléfono, para tener la posibilidad de que su mamá, a quien no ve hace un tiempo, lo llame. Cada vez que saca plata de la cajita, se le activa un tica tac, el ruidito de las monedas que van faltando en su cajita de hoja lata. El tic tac le marca el dinero y el tiempo que le queda. No de vida, de cada día. Cada mañana hay un tic tac para garantizar la comida, el dinero del alquiler, pagar el teléfono.
Yo soy privilegiada, yo estudié en una Universidad privada, yo viajé, yo tengo la posibilidad de vivir en un país diferente al que nací, y aunque no ha sido sencillo, me he podido acomodar. Tengo trabajo en una agencia, vivo sola y estudio. Pero a la vez soy migrante, soy mujer, trabajo por prestación de servicios o Monotributo y, además, debo tener otros trabajos para tener alguna independencia económica, para llegar a fin de mes, para poder ahorrar.
Me robaron el celular y no lo puedo reponer fácil. A mí el tic tac me suena cada mes. La obra social, el alquiler, los servicios, tic tac, la comida, los transportes, tic tac. La inflación que se come todo. Tic tac. Pagar una Maestría que me dé otro título que ya sé que no me va a garantizar mejor trabajo, pero que igual quiero terminar. Pagar yo sola todo porque quiero independencia. Pagar para no levantar el teléfono y decir papá ayúdame. Ayúdame que tengo dos trabajos y varias aspiraciones, pero no me alcanza para reponer la oficina móvil que perdí. Ayúdame que la Universidad cara que pagaste no alcanzó para tener un super trabajo que me dé para vivir sin lío. Ayúdame que debo reponer la oficina móvil para poder trabajar. Ayúdame que como en la U, sin Ipood, no me gradúo, sin celular oficina móvil no trabajo.
Alguien a quien también le hace tic tac el tiempo/dinero me sacó el celu del bolso. Yo iba con dos amigas migrantes, con privilegios, amigas centroamericanas que pueden pagar una Maestría acá en Buenos Aires, donde la educación es buena y más barata. Amigas que quieren un título más, para volver a sus países a buscar un trabajo que les dé un futuro mejor… Meli, de Guatemala, en medio del fin de la marcha del 8M, después de ver que sí, que yo ya no tenía celular, nos ubicó, como la compañera de Sopa de Caracol: “no hay que olvidar que seguimos en América Latina”. Mis papás me van a ayudar a reponer el Iphone que perdí, porque como muchos de mi generación no me sobran los dólares que vale para reponer un celu tan fácil.
Quien me sacó el celu tiene algo de tiempo, de dinero, para silenciar su tic tac. Hasta que ese tic tac se le vuelva a activar y se encuentre otro bolso y le active a alguien más el tic tac.
Yo estudié en una Universidad privada, pero a mis papás les costó pagarla. Recuerdo que un profesor que nos metía Apple por los ojos llegó a decir en una clase que como examen final él debía revisarnos a todos los Ipoods. Él daba por sentado que todos, por estar en esa Universidad, íbamos a tener un Ipood. Su examen consistía en revisar nuestra música, y si teníamos toda la que él nos había mostrado, pasábamos su materia. La música era la snob de los 2007. Además, nos pedía a cada uno poner una canción y él respondía con otra, todos competían por ser el más inglés, el más extraño, el más indie. Hasta que una compañera muy brillante le puso Sopa de caracol y lo ubicó un poco, seguíamos en América Latina.
Tenía angustia de que de verdad tuviera que tener un Ipood para pasar la materia. Ya pagábamos caro para que yo pudiera estudiar en esa universidad, que me iba a garantizar un buen trabajo a futuro. No podíamos sumarle un Ipood.
El humito del libro de Caputto empezó a hacerme algo en el cerebro después de que me robaron el celular. Fue en la marcha del 8M en Buenos Aires. Di papaya, me distraje y me lo sacaron del bolso. Yo sé que perder un celular no es un problema tan grande. Aunque hoy el celular es la oficina móvil, por suerte estoy de vacaciones y la única cosa compleja fue ver cómo me despertaba para ir a terapia porque el celular es despertador, alojador de archivos, contacto con todos y es mi oficina.
Vivo bien, pero siempre hay una angustia, como lo llaman acá en Buenos Aires, por llegar o no a fin de mes. El celular se repone, yo sé. Y no me hicieron nada, todos me han dicho que debo estar agradecida por eso. Ni me di cuenta cuando me lo sacaron del bolso. Nada fue grave. También me dijeron que es común, que a todos nos roban el celular.
El protagonista de la historia de Giusepe Caputto vive solo en un edificio al que siempre le falla algo, con unos vecinos a quienes siempre les hace falta algo. El protagonista guarda su plata, la poca que tiene, en una cajita de hojalata, debajo de la cama. Su prioridad, aunque deba 3 meses de alquiler, es pagar el teléfono, para tener la posibilidad de que su mamá, a quien no ve hace un tiempo, lo llame. Cada vez que saca plata de la cajita, se le activa un tica tac, el ruidito de las monedas que van faltando en su cajita de hoja lata. El tic tac le marca el dinero y el tiempo que le queda. No de vida, de cada día. Cada mañana hay un tic tac para garantizar la comida, el dinero del alquiler, pagar el teléfono.
Yo soy privilegiada, yo estudié en una Universidad privada, yo viajé, yo tengo la posibilidad de vivir en un país diferente al que nací, y aunque no ha sido sencillo, me he podido acomodar. Tengo trabajo en una agencia, vivo sola y estudio. Pero a la vez soy migrante, soy mujer, trabajo por prestación de servicios o Monotributo y, además, debo tener otros trabajos para tener alguna independencia económica, para llegar a fin de mes, para poder ahorrar.
Me robaron el celular y no lo puedo reponer fácil. A mí el tic tac me suena cada mes. La obra social, el alquiler, los servicios, tic tac, la comida, los transportes, tic tac. La inflación que se come todo. Tic tac. Pagar una Maestría que me dé otro título que ya sé que no me va a garantizar mejor trabajo, pero que igual quiero terminar. Pagar yo sola todo porque quiero independencia. Pagar para no levantar el teléfono y decir papá ayúdame. Ayúdame que tengo dos trabajos y varias aspiraciones, pero no me alcanza para reponer la oficina móvil que perdí. Ayúdame que la Universidad cara que pagaste no alcanzó para tener un super trabajo que me dé para vivir sin lío. Ayúdame que debo reponer la oficina móvil para poder trabajar. Ayúdame que como en la U, sin Ipood, no me gradúo, sin celular oficina móvil no trabajo.
Alguien a quien también le hace tic tac el tiempo/dinero me sacó el celu del bolso. Yo iba con dos amigas migrantes, con privilegios, amigas centroamericanas que pueden pagar una Maestría acá en Buenos Aires, donde la educación es buena y más barata. Amigas que quieren un título más, para volver a sus países a buscar un trabajo que les dé un futuro mejor… Meli, de Guatemala, en medio del fin de la marcha del 8M, después de ver que sí, que yo ya no tenía celular, nos ubicó, como la compañera de Sopa de Caracol: “no hay que olvidar que seguimos en América Latina”. Mis papás me van a ayudar a reponer el Iphone que perdí, porque como muchos de mi generación no me sobran los dólares que vale para reponer un celu tan fácil.
Quien me sacó el celu tiene algo de tiempo, de dinero, para silenciar su tic tac. Hasta que ese tic tac se le vuelva a activar y se encuentre otro bolso y le active a alguien más el tic tac.
October 8, 2021
Estrella madre de Giuseppe Caputo es quizás el libro que mejor condensa mis emociones durante este año tan atípico en el que la espera ha cobrado una importancia significativa. En esta novela el protagonista —que por momentos parece un niño y por otros se revela como un adulto– espera el regreso de su madre al tiempo que recuerda los momentos vividos con ella, acompañado por sus vecinas quienes también están a la espera. Una de ellas, Madrecita, espera el nacimiento de su hijo imaginario que lleva años en el vientre y la otra, Luz Bella, espera el episodio de su telenovela diaria.
Pero Estrella madre no sólo habla de la espera, sino también de los lazos de amor y apoyo que se tejen entre un grupo de personas que sobreviven en un mundo desigual, cada vez más precario como el edificio en el que viven los personajes.
Uno de los elementos que más disfruté dentro de la historia es la importancia que cobran las telenovelas en la vida de los protagonistas, tal y como ocurre en Colombia y Latinoamérica. Pero en las telenovelas que aparecen mencionadas en el libro se recrean situaciones que remiten a una realidad muy dura del país.
Pero Estrella madre no sólo habla de la espera, sino también de los lazos de amor y apoyo que se tejen entre un grupo de personas que sobreviven en un mundo desigual, cada vez más precario como el edificio en el que viven los personajes.
Uno de los elementos que más disfruté dentro de la historia es la importancia que cobran las telenovelas en la vida de los protagonistas, tal y como ocurre en Colombia y Latinoamérica. Pero en las telenovelas que aparecen mencionadas en el libro se recrean situaciones que remiten a una realidad muy dura del país.
July 24, 2022
En Estrella madre Giuseppe Caputo retoma los temas que había presentado en su novela anterior: la pobreza, la violencia, el deseo y la identidad sexual. Nos presenta una historia sencilla. Un joven que no logramos descifrar su edad, espera fervorosamente en su cuarto alquilado a su madre que un día decidió partir. Él no se hace la idea de estar solo y por tal motivo trata de autoengañarse con cualquier motivo. Esto es muy interesante ya que nos permite reflexionar sobre los valores que atribuimos al hecho de ser madre (que es amorosa, protectora y con un amor incondicional. A partir de este desengaño vemos al personaje sufrir y compartir un mundo marginado con otra serie de personajes que se inventan realidades para escapar al horror de la pobreza y el abandono en el que viven.
Giuseppe Caputo sin duda tiene una voz narrativa muy particular. Describe mundos violentos y convulsos con dosis de ternura y con tratamiento poético. Sin embargo a mi parecer esta novela se vuelve un tanto repetitiva y algunos personajes no tenían la suficiente fuerza que merecían en la historia.
Giuseppe Caputo sin duda tiene una voz narrativa muy particular. Describe mundos violentos y convulsos con dosis de ternura y con tratamiento poético. Sin embargo a mi parecer esta novela se vuelve un tanto repetitiva y algunos personajes no tenían la suficiente fuerza que merecían en la historia.
April 17, 2021
El pensamiento y la voz de un niño, de un niño que recuerda y espera incesantemente a su madre.
Un niño que le habla a una madre omnipresente desde su ausencia. Esa ausencia profunda hace que las cosas cobren vida y también cobren muerte. Hay días de amor y días de tristeza.
La forma en que esta escrita la novela es muy distinta a todo. Una novela con personajes muy bellos, que perecieran salidos de un melodrama de medio día, con episodios absurdos y llenos de humor.
En esa conversación íntima (que como lectores tenemos con el autor y con la obra) le pedía más; no sé precisamente qué, pero le pedía un poco más, quizás, que saliera del quejido perpetuo y pasara algo.
Un niño que le habla a una madre omnipresente desde su ausencia. Esa ausencia profunda hace que las cosas cobren vida y también cobren muerte. Hay días de amor y días de tristeza.
La forma en que esta escrita la novela es muy distinta a todo. Una novela con personajes muy bellos, que perecieran salidos de un melodrama de medio día, con episodios absurdos y llenos de humor.
En esa conversación íntima (que como lectores tenemos con el autor y con la obra) le pedía más; no sé precisamente qué, pero le pedía un poco más, quizás, que saliera del quejido perpetuo y pasara algo.
August 15, 2024
En los libros de Giuseppe Caputo hay una ternura y una rabia que me maravilla. La narración está llena de imágenes hermosas, en sus personajes hay un encanto lleno de luz. Leyendo esta novela reviví lo que sentí cuando leí Un mundo huérfano, su novela anterior -uno de mis libros favoritos-: una sorpresa página a página. Es verdad que la estructura de este libro es extraña y retadora para el lector. Hay un punto en el que parece que la historia no avanza. Pero finaliza de una manera hermosa. Vale la pena la espera.
December 24, 2025
Abandono este libro en la pág 118. Le di su oportunidad pero el juego poético de la "estrella madre" no sostiene la falta de trama que, a mí parecer, hay en el libro.
Tuve oportunidad de hablar un poco con el autor y me comentó que este libro era algo lento, ahora entiendo el porqué. Está bien escrito, es simpático, pero a veces solo falta carne en el asador.
Tuve oportunidad de hablar un poco con el autor y me comentó que este libro era algo lento, ahora entiendo el porqué. Está bien escrito, es simpático, pero a veces solo falta carne en el asador.
January 16, 2021
Un libro con una narrativa medio atropellada y sin pericia. A veces confunde la sensiblería con la sensibilidad. El primer libro del autor me encantó, pero este me lo terminé más que todo por pura disciplina.
May 14, 2021
La prosa poética de Caputo es espectacular. Envolvente y mágica. Me parece que la historia es un poco circular y repetitiva, y termina siendo una extensión de un mondo huérfano pero desde el abandono materno.
January 26, 2022
Termino este libro con una sensación de nostalgia. Al ver que nos pasamos la vida esperando que lleguen a nuestra vida lo que deseamos, pra al final darnos cuenta que ya lo tenemos. Cómo dice el autor “cómo se repite la vida”
Vivimos inconformes cry no nos damos cuenta lo afortunados que somos.
Vivimos inconformes cry no nos damos cuenta lo afortunados que somos.
November 17, 2020
La voz del narrador de esta historia juega entre niño y adulto. Y en esa dinámica, crea para sí mismo un lazo familiar con el cosmos, es decir, con todo.
August 6, 2023
Una excelente historia de perdida, dolor y aceptación, excelente prosa y una cantidad de alegorías bellísimas.
January 13, 2025
La prosa esta tan cuidada, amo que sea indistinguible la edad del protagonista.
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