For the past two decades, British author Mark Samuels has written some of the most vibrant and challenging weird fiction of any contemporary writer. But his work—collected in such volumes as The White Hands and Other Weird Tales (2003), The Man Who Collected Machen (2010), and Written in Darkness (2014)—has by and large appeared in limited editions not widely distributed in the United States. This volume features seventeen of Samuels’s best weird stories. Several display his fascination with technology, advertising, and urban horror, as in “Apartment 205” and the title story. Other tales speak of the writing of weird fiction itself as a potentially hazardous and supernatural enterprise, as in “The White Hands” and “Vrolyck.” In several of his lengthier narratives—notably “The Gentleman from Mexico” and “The Crimson Fog”—Samuels draws upon H. P. Lovecraft’s pseudomythology to venture into realms of cosmic horror. “The Black Mould” and “My World Has No Memories” are distinctively existential tales of undeniable potency.
Mark Samuels is one of the pioneering weird writers of today, and this selection makes plain why he has few rivals in the portrayal of the horrors that are unique to our troubled age.
TABLE OF CONTENTS: - Introduction, by Michael Dirda - Mannequins in Aspects of Terror - The White Hands - Apartment 205 - Vrolyck - Ghorla - Cesare Thodol - Sentinels - A Gentleman from Mexico - The Black Mould - Thyxxolqu - Regina vs. Zoskia - The Age of Decayed Futurity - My World Has No Memories - Outside Interference - The Crimson Fog - Court of Midnight - In the Complex
Mark Samuels (1967-2023) was a British writer of weird and fantastic fiction in the tradition of Arthur Machen and H. P. Lovecraft. Born in deepest Clapham, South London, he was first published in 1988, and his short stories often focus on detailing a shadowy world in which his protagonists gradually discover terrifying and rapturous vistas lurking behind modernity. His work has been highly praised by the likes of Thomas Ligotti and Ramsey Campbell and has appeared in prestigious anthologies of horror and weird fiction on both sides of the Atlantic.
En el vigésimo segundo programa de Gabinete de Curiosidades se comenta en profundidad el relato El moho negro: https://go.ivoox.com/rf/137147241
Valdemar Gótica, en su inestimable labor social, nos ha descubierto recientemente a un nuevo escritor de terror contemporáneo que, trágicamente, falleció antes de ser publicado al castellano. Como suele ser habitual en la esfera hispanohablante, llegamos tarde a Mark Samuels, al parecer uno de los renovadores del género terrorífico, extraño y macabro que sigue, como tantos otros, el sendero siniestro trazado por Lovecraft y Ligotti. O lo que es lo mismo, otro autor que según la crítica es heredero de Ligotti sin serlo realmente. Como Padgett y sus muñecos de ventrílocuo, sí. Parecerse a Ligotti es tan fácil como era parecerse a Lovecraft: solo tienes que meter maniquíes donde antes se metían tentáculos.
La influencia del de Detroit es evidente, pero en la misma medida que la de Lovecraft y otros importantes narradores macabros de principios de siglo XX. Sin embargo, el horror de Samuels no emana de la misma fuente que el de Ligotti, del mismo modo que los pastiches lovecraftianos solo lo son superficialmente. La mayoría de las historias de Samuels buscan exponer esa famosa conspiración contra la raza humana ligottiniana; pero, mientras que en su ensayo esta conspiración viene de dentro, de entender nuestra conciencia como un tropezón evolutivo, el inglés la ve como un asedio exógeno, una causa externa que distorsiona y corrompe nuestra realidad. El moho, la podredumbre, los edificios abandonados, la estática electrónica son símbolos que utiliza Samuels para evidenciar como en nuestro mundo irrumpe lo macabro y terrorífico, como a partir de una pequeña grieta se abre paso un miasma corrupto que, no amenaza con, sino que está destinado a devorar todo a su paso. Esta infección de lo consuetudinario es percibida, primero, como en Dick, por nuestros sentidos falibles como estímulos equivocados, para inmediatamente ser aprehendida gracias a un aumento de la lucidez, sinónimo de cordura en esta nueva realidad, como lo era en la obra de Lovecraft. En su universo macabro, Samuels parte de un mundo que reconocemos como nuestro y que va transformándose por las experiencias y vivencias del narrador. No así en Ligotti. Con unas cuantos párrafos Ligotti ya asienta un tono onírico, pesadillesco y extraño que evidencia un universo ajeno al nuestro. Porque para el de Detroit no hay amenazas externas que se abren paso y nos devoren, sino que el horror siempre ha estado presente, entretejido con la realidad hasta lo inconsútil: Ligotti es un cáncer y Samuels un virus, ambos letales.
Por eso cualquier intento de copiar de Ligotti termina en un trampantojo impostado. Porque Ligotti está sonado, cree en lo que escribe. En su obra no hay estética sino axiomas. Samuels, por el contrario, puede ser un misántropo, pero su terror es estético, por lo que es mucho más convencional y, sobre todo, más variado. En esta antología se juegan con distintos tonos, hay relatos de terror sobrenatural más convencionales, otros más lovecraftianos, otros más ligottinianos, y algunos que recuerdan a un Kafka o Buzzati puesto de anfetas. Aunque todos, o casi todos, mantienen esa constante de conspiración contra la realidad.
Esta antología recoge los siguientes relatos:
Maniquíes en aspectos del terror (***): un narrador amnésico a raíz de un accidente que también lo desfiguró, se obsesiona con el edificio abandonado frente a su trabajo. Su obsesión llegará a más cuando descubra que ese edificio será dónde se realice una exhibición artística de su autor favorito, un arquitecto vanguardista convertido en creador de performances. Un cuento correcto que solo tiene de Ligotti ese elemento superficial que son los maniquíes. Nada que ver.
Las manos blancas (***): muy recurrente en Samuels son las referencias a autores clásicos del género del terror sobrenatural y a oficios relacionados con la compraventa de libros o la escritura de revistas especializadas. En esta ocasión, el protagonista busca escribir una tesis sobre el género, pero pronto su objetivo cambia al descubrir el enorme material que conserva un antiguo profesor universitario sobre una escritora prácticamente desconocida. Un buen relato de terror sobrenatural convencional, muy siniestro y con un muy logrado descenso a la locura.
Apartamento 205 (***): Samuels va asentando su conspiración metafísica en este relato, más minimalista. El narrador se muda a un nuevo bloque de apartamentos. Una noche recibe la visita de su vecino completamente trastornado. A la muerte de éste a los pocos días, el narrador sufre unos accesos de sonambulismo que impulsan a su cuerpo a entrar y ver que hay tras la puerta del apartamento 205, donde vivía su difunto vecino.
Vrolyck (**): tengo que leerlo de nuevo. Los personajes de este relato van descubriendo cómo ya no son dueños de su cuerpo y como unas entidades externas buscan utilizarlos como receptáculos para una misión tan desconocida como de seguro terrible.
Ghorla (****): Ghorla fue un escritor pulp popular en su época, recientemente fallecido. Un escritor de revistas especializadas en terror acude, junto a su gato Edgar, a visitar a la hermana del difunto escritor con la esperanza de hacerse con los últimos legajos de su obra. Allí descubrirá que la hermana es todo un personaje, desagradable e inaccesible, que por capricho decidirá compartirle al narrador el secreto de la filosofía terrorífica de su hermano juntaletras. A-CO-JO-NAN-TE.
Cesare Thodol: algunas frases escritas en una pared (****): el filósofo decadente Cesare Thodol fue internado en un manicomio a raíz de un brote psicótico, tras encontrársele yaciendo en su apartamento junto a una muñeca de cera a tamaño real con el rostro de su hermana muerta en un lamentable estado de descomposición micótica. En su confinamiento en la institución, el filósofo escribió una declaración en las paredes de su celda. La locura, unida a la infección micótica que arrastra tras años de convivencia con la hermana de cera, contagiará tanto a su médico como al narrador.
Centinelas (****): a raíz de un libro sobre leyendas urbanas londinenses, un policía relegado al servicio de oficina descubrirá la clave que conecta una serie de extrañas desapariciones con una presunta conspiración subterránea que tiene su centro de mando en las estaciones abandonadas del metro de Londres. Cómo si El tren de carne de medianoche lo hubiera escrito Ligotti.
Un caballero de México (****): un editor viaja a México para entrevistarse con un aspirante a escritor de terror recomendado por un beatnik local consumido por el alcohol y las drogas. Tras leer sus cuentos y conocerlo en persona, se sorprende al identificar los rasgos y manierismos del mismísimo H.P. Lovecraft, hasta tal punto que la impostura alcanza el nivel de reencarnación del solitario de Providence en un mexicano cualquiera. Esta presunta suplantación psíquica, unida al hecho de que el suplantado pertenecía a una secta que tenía a Lovecraft por un Nostradamus y sus Mitos como una realidad futura, introducirá al narrador en un universo monstruoso en el que los Antiguos podrían ya estar aquí, entre nosotros. Es de los mejores relatos de la colección. Como dato curioso, Samuels menciona a Valdemar y a Siruela. O sea, el tío se documentaba.
El moho negro (*****): una estampa de terror cósmico breve e intensa. En un aerolito a la deriva en el espacio surge, por generación espontanea, un hongo autoconsciente. El terror de su existencia le obliga a esparcirse por el universo y asimilar todo a su paso con la esperanza de poder librarse de sus pesadillas. ESTO, ESTO SÍ ES LIGOTTI.
Thyxxolqu (****): nuestro mundo está a punto de sucumbir a una enfermedad, una enfermedad lingüística. El protagonista, en un encuentro fortuito, descubre un cartel escrito en una lengua extraña, con un alfabeto desconocido. Poco a poco comienza a descubrir palabras y frases escritas en esta lengua. Y lo que es más sorprendente, habladas por las personas de su alrededor. Me recordó, salvando las distancias, a La cotorra de Humboldt; eso sí, más terrorífico, con menos sentido del humor y, seamos honestos, peor escrito.
Regina contra Zoskia (***): el más kafkiano. El bufete de abogados para el que trabaja el protagonista parece subsistir únicamente gracias al dilatado proceso de Regina contra Zoskia, un litigio que sostiene la directora de un manicomio con toda la sociedad inglesa. Cuando el protagonista viaja a las instalaciones y conoce a sus pacientes, insomnes voluntarios, comenzará a dudar de quiénes son los locos y los cuerdos en esta historia. Buen relato, aunque se queda a medias en su sórdida crítica social.
La era del futuro degradado (****): una escritora de ficción especulativa logra salir de su bloqueo gracias a la historia que le cuenta un antiguo actor de Hollywood, una que incluye a una secta que controlaría los medios de comunicación como trampolín hacia una dominación mundial y definitiva. Es el ejemplo paradigmático de cómo Samuels ve esa conspiración contra la raza humana ligottiniana. Otra diferencia entre el inglés y el americano: aún siendo críptico y ambiguo, explica y describe mucho más sus amenazas que Ligotti.
Mi mundo no tiene recuerdos (***): un relato de terror en el mar, en el que el narrador, único tripulante de su embarcación, descubre entre la carga de su bodega una extraña flor que marcará el inicio del suceso que está a punto de sufrir.
Interferencia externa (***): en una estación científica en un páramo helado se desata una ventisca que deja incomunicados a los pocos trabajadores que aún siguen operando en ella. Para colmo de males, uno de ellos ha sido atacado por una fuerza extraña que ha carbonizado su piel, dejando intacta su ropa. Y esto solo será el inicio de algo mucho, mucho peor. Un gran asedio sobrenatural muy divertido de leer y con escenas bastante potentes que, por desgracia, tiene un cierto toque amateur y torpe.
La niebla carmesí (****): una suerte de Apocalipsis Now en clave de horror cósmico. Una niebla carmesí aparece en una provincia china y transforma toda la geología y biología en un mundo escarpado y selvático poblado de demonios homicidas. El protagonista y su grupo, un pelotón de soldados en misión de rescate, se adentraran en la espesura carmesí para encontrar a la única persona capaz de acabar con esta amenaza desconocida.
La plaza de la medianoche (***): el narrador sufre una extraña enfermedad que lo va deformando con el tiempo por el influjo de la luna. En su retiro en busca de una cura, se reencontrará con un compañero artista en las últimas fases de su enfermedad, y este le dará un nuevo significado a su afección y a la terapia con que busca curarse.
En el complejo (***): el narrador es ingresado en una institución médica debido a una enfermedad que sufre altamente contagiosa. Allí, privado de reloj y de cualquier medio de medir el tiempo o reconocer el lugar en que está, intenta utilizar el amortiguado ruido del paso de los trenes como ancla. Pero cada conato de desobediencia, o de lo que los administradores de la institución consideren como tal, será duramente castigado. Lo mejor del relato, el cierto toque cortazariano al final.
Genial recopilatorio con las mejores historias de Mark Samuels. " La era del futuro degradado" nos presenta una selección de los mejores relatos escritos por Samuels a lo largo de su carrera. Mark Samuels tiene una clara influencia de escritores como Ligotti, Grabinski o Machen. Sus relatos encantarán a cualquier seguidor de estos escritores pero también tiene una voz propia y eso le hace muy especial. En cierta manera me hace recordar a cuando descubrí a Ligotti o Barker, autores que tenían su propio estilo y de quienes inmediatamente deseé leer lo que cayese en mis manos. Sus relatos son tan variados como los de estos maestros. A destacar:
Maniquies en aspectos de terror(*****): Uno de los mejores cuentos si no el mejor. Un hombre es invitado a una exposición de arte que intenta mostrar el terror puro. Nuestro protagonista se encontrará con extraños maniquíes y sentirá el terror al no poder escapar del edificio. Soberbio y muy Ligottiano.
Ghorla(****): Un redactor literario se traslada a un extraño y aislado pueblo para investigar a un desaparecido y misterioso escritor. Allí se encontrará a su hermana a quien intentará entrevistar. Siniestro y con toques de humor.
THYXXOLQU(****): Original historia donde un virus posee el lenguaje de los humanos y hackea a las personas. Nuestro protagonista, que domina varios idiomas, comienza a ver anuncios con fragmentos de un idioma extraño. Entonces, un compañero de trabajo comienza a esparcir palabras extrañas en su discurso, y el protagonista escucha cada vez más esta lengua extraña, hablada y escrita por cada vez más público. Y esta corrupción lingüística parece ir acompañada de una infección parecida a la lepra. Uno de mis favoritos de la colección.
Un caballero de México(****): Un editor que publica pastiches de Lovecraft se traslada a Mexico para comprar unos particularmente buenos. Allí conocerá al creador de los mismos, un mexicano que afirma que se levantó un día y el cerebro de Lovecraft había poseído el suyo y ahora es su reencarnación. Fenomenal homenaje a los mitos y impagable que en el mismo relato aparezcan mencionadas las editoriales españolas de Valdemar y Siruela. Nos enseña que Samuels era uno de los nuestros y que no duda en homenajear al weird cuando tiene ocasión.
Cesare Thodol(*****): Otro fenomenal relato en donde se nos narra el caso de Cesare Thodol, un noble joven que mantenía relaciones incestuosas con su hermana siamesa y que después de la muerte de esta y de dilapidar toda su fortuna en juegas y drogas acaba ingresado en el manicomio de Colney. Sus médicos harán un experimento con él, situando una muñeca vieja y llena de hongos en su celda, la cual Cesare usó durante mucho tiempo durante su locura y que simulaba ser su hermana.
La niebla carmesí(****): En una jungla de China una extraña niebla roja cubre todo. Los habitantes del lugar comprobarán que es muy peligrosa y que algo habita dentro de ella. Un comando será enviado a descender a la jungla para salvar al único humano que ha podido sobrevivir milagrosamente dentro de ella y que puede tener la clave para acabar con el peligro de su expansión. Ecos de Predator y mucha tensión.
Interferencia externa(****): Un grupo de trabajadores es enviado a una remota compañía en un páramo helado. Allí las cosas se empiezan a poner extrañas cuando uno de ellos baja con el ascensor muchos más pisos de los que en teoría hay en el edificio. Hay un infierno debajo de la empresa? Que son esas extrañas criaturas que se aproximan arrastrándose?
Mark Samuels era un escritor de terror muy bueno y ha sido una lástima su fallecimiento. Por mi parte recomiendo a todo aquel que guste de los libros de Valdemar o del terror weird este libro. Yo tengo ganas de leer los relatos que no entraron en este recopilatorio y que seguro que son fabulosos.
Absolutely stunning collection. Almost overnight I went from total ignorance of Samuels’ work to considering him one of my favorite authors, weird or otherwise. Deeply my shit on a variety of levels.
De lo mejor que voy a leer este año, sin duda. En cada relato, los desdichados protagonistas de Mark Samuels te toman de la mano para llevarte a través de paisajes absolutamente terribles y condenados.
Ojalá la Editorial Valdemar se anime a traducir más obras del autor.
Repetitivo (un crítico benévolo diría que es un autor autoconsciente con una temática y un estilo muy marcados), pero lo bastante imaginativo como para no dejar a medias esta su antología de relatos.
Este libro va ganando estrellas según vas leyendo relatos. Si bien los primeros pueden parecer demasiado simplones (concretamente el primero me ha echado el alma a los pies con esa mención tan explícita a los maniquíes, entiéndase marionetas ligottianas) según va avanzando se vuelve más onirico y pesadillesco. Para mí mucho mejor estos últimos, por supuesto, aunque entiendo que los hayan ordenado así para ir entrando poco a poco en la perturbada mente del autor.
Maniquíes en aspectos de terror: Un hombre se obsesiona con una torre de oficinas deshabitada. Empieza bien pero el final no resulta del todo satisfactorio.
Las manos blancas: Un erudito desterrado se obsesiona con una antigua escritora. Bastante bueno.
Apartamento 205: Un estudiante de medicina recibe una visita de madrugada que cambiará su vida. No está mal.
Vrolyck: Un escritor insomne hace amistades en una cafetería de esas que nunca cierran. A nivel ambiental ese concepto me parece tremendamente sugerente. Luego el desarrollo sin ser maravilloso se deja leer.
Ghorla: Otro erudito solitario (ola Lovecraft k ase) que se adentra en misterios que debieran permanecer ocultos, en este caso además contando con el escenario de un pueblo que bien podría tener geometrías no euclidianas.
Cesare Thodol: Algunas frases escritas en una pared: Un extraño hongo se esparce por las paredes de una pared contaminando a todo aquel que entra en contacto de manera prolongada con él.
Centinelas: Una de metros y estaciones fantasmas. Me ha recordado al famoso relato de Barker.
Un caballero de México: Volvemos con Lovecraft. Desde luego como concepto es muy sugerente.
El moho negro: el fin del mundo viene de la expansión de lo negro por el universo. Seguro que algún autor de Providence staría muy de acuerdo con este relato.
Thyxxolqu: Una enfermedad lingüística se abre camino entre la población aniquilando todo lonque se presenta a su paso hasta que no queda nada de elles.
Regina contra Zosquia: Un curioso homenaje al proceso de Kafka.
La era del futuro degradado: Uno de los mejores relatos de la antología. Una escritora en apuros y una secta secreta sobre la que escribir. Evidentemente no puede acabar bien.
Mi mundo no tiene recuerdos: Terror en el mar. Bastante bien ambientado.
Interferencias externas: horror corporativo que te recuerda por qué es mejor usar las escaleras en lugar del ascensor cuando estás en la oficina.
La niebla carmesí: No entiendo que pinta esto aquí. Me descoloca completamente con el resto de relatos. Y no merece la pena esa descolocación.
La plaza de la medianoche: Una extraña fiebre reclusa a los poetas en una oscura plaza, huyendo del ponzoñoso influjo lunar.
En el complejo: Parece la continuación del relato anterior, para aquellos casos en los que el influjo de la luna ya ha hecho su trabajo. Absolutamente pesadillesco. Aquí sí me cabe el adjetivo Ligottiano.
Esta es una recopilación muy variopinta de todo lo que tiene que ofrecer Mark Samuels en cuanto a relatos de terror. La prosa es sobria y va al grano. Aborda cada uno con un enfoque diferente, aunque al final acaban tirando casi todos por los mismos derroteros y puede llegar a ser incluso tedioso en lo predecible de sus finales. En el prólogo de esta (tremenda) edición de Valdemar lo comparan con Ligotti y con Lovecraft y, si bien es cierto que comparten temas de interés, no pasa de ahí la similitud y a menudo sus relatos dejan la sensación de que se podrían haber lucido más las ideas planteadas. Eso sí, me parece una muy buena recomendación para neófitos de la literatura de terror moderna que estén buscando algo entretenido y sencillo de leer
“Opinaba que el realismo era la literatura de lo prosaico. Que el tema adecuado para la alta literatura era la búsqueda de los misterios ocultos, que la forma más elevada de literatura debía desentrañar los secretos de la vida y la muerte. Insinuaba que su consecución implicaría una alteración en la estructura de la misma realidad.”
“La esencia de la ficción de lo extraño es el aislamiento mental. Aislamiento al enfrentarse a la enfermedad, la locura, el horror y la muerte. Esas son las reverberaciones del infinito que nos atormentan. Solo ella descubre nuestro inevitable y torpe tambaleo hacia la aniquilación eterna. Solo ella muestra nuestras almas gritando en la oscuridad sin que nadie oiga nuestros gritos.”
Estos fragmentos pertenecen a “Las manos blancas”, uno de los mejores relatos de Mark Samuels, recogido en la antología que recientemente ha publicado Valdemar, LA ERA DEL FUTURO DEGRADADO. Y aun en voz de uno de los personajes, encapsulan a la perfección la intención del autor al entrar de lleno con su escritura en el terror cósmico. Sus protagonistas se ven ante la infinitud del universo y, en sus intentos de explicarla, se encuentran con lo extraño, con lo que no está ni vivo ni muerto, con una locura reveladora, con la trascendencia en el dolor y la deformidad de cuerpo, mente y alma, con una destrucción paradójicamente creadora de sentido que les deja horrorizados y fascinados a partes iguales.
Pero solo crea una mitología a lo Lovecraft, sino que, además, y a pesar de situar sus relatos en lugares que parecen atemporales, Samuels se vale del terror más contemporáneo con su uso magistral del “body horror”, del gore y del terror explícito. Ahí encontramos una sensibilidad moderna muy diferente del estilo ominoso y elíptico del maestro de Providence, y más cercana, por ejemplo, a autores contemporáneos como Clive Barker. Es decir, a Samuels le interesa la filosofía, pero no renuncia a provocar en el lector el escalofrío más profundo. Estos relatos son aterradores metafísicamente hablando, pero también como historias de horror. O quizá es que lo primero lleva al final, ineludiblemente, a lo segundo.
Hay que leer esta antología solo en casa, de noche, y disfrutar de ella con la adrenalina que provoca el saber que uno está atisbando los secretos del universo a riesgo de perder la cabeza. Y es que, como se dice en el mismo relato que citaba más arriba, “la soledad puede empujar a un hombre a regiones mentales de extremada rareza”.
Una misma idea paranoica y delirante (sumamente propicia para el género del horror) guía la mayoría de las narraciones de Mark Samuels: la realidad es un engaño que encubre una gran conspiración contra la especie humana, una conspiración que viene del futuro… La influencia de Ligotti es, pues, manifiesta, sobre todo en un plano temático. Sin embargo, el estilo de Samuels es más cercano a una enunciación clásica del tipo de Poe o Lovecraft, a quienes rinde homenajes explícitos. He disfrutado el volumen, especialmente la segunda parte, donde los cuentos son más atrevidos, alienígenas, menos antropocéntricos. En la primera parte, salvo quizás el primer relato, no he encontrado originalidad alguna: todo es un pastiche metaliterario de Poe y otros grandes nombres del género. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del libro, la cosa cambia, las narraciones se tornan verdaderamente inquietantes y adquieren una voz propia. Una voz que viene del futuro a aniquilar todo lo que creíamos real.
3★ Nos encontramos con una antología que busca recoger los mejores cuentos del escritor Mark Samuels. Donde se abordan temas como la decadencia tecnológica, la alienación existencial y el sinsentido de la modernidad. Samuels ofrece relatos que, sin duda, evocan a escritores clásicos de weird fiction como Lovecraft, Machen (y hasta Kafka), con atmósferas cargadas y personajes que sucumben al deterioro mental y espiritual. Es mi primer acercamiento a la pluma de este autor y aunque en general me deja un “buen sabor de boca” (pues escribe muy bien y usa premisas e imágenes muy potentes) siento que en algunos casos perdía fuerza con los finales (o el tercer acto en general). Mis favoritos: “En el complejo”, y “El moho negro”.
«El concepto de lo que llamamos cordura no es más que una muestra de nuestro éxito al ocultar la locura subyacente»
Punto(s) alto(s): Lectura sumamente atmosférica donde es posible “palpar” la decadencia que busca reflejar / Terror cósmico contemporáneo / Premisas y conceptos potentes Punto(s) bajo(s): Algunas temáticas fueron sobreexplotadas / Algunos finales fueron anticlimáticos
Libro obsesivo más que repetitivo. Deberían haber dejado fuera dos relatos que deslucen mucho el trabajo de Samuels: "Interferencia externa" y "La niebla carmesí".
Resulta evidente que Ligotti ya está permeando la nueva narrativa de terror, cosa que celebro porque no necesitamos más Stephen Kings. Ahora bien, si lo notaron, Ligotti no escribe muchísimos libros; en 40 años salieron más bien pocos libros de cuentos suyos y eso es porque el tema tampoco se puede machacar excesivamente sin caer en la repetición de los mismos temas. Eso es un poco lo que me pasó con esta colección de Samuels: todos los cuentos están buenos, incluso podría decir que son todos excelentes, pero son repetitivos.
Y no es algo de lo que el autor sea inconsciente: intenta por todos los medios que sus historias se desarrollen en lugares diferentes, que haya alguna vuelta de tuerca en las tramas, pero la idea es siempre la misma: el mundo está siendo cooptado por algo siniestro y el protagonista es el último en enterarse (y también está dispuesto a aceptar ese futuro degradado)
Una reseña de acá nota algo que me parece pertinente como diferencia entre Ligotti y Samuels: lo que en Ligotti es un cáncer, en Samuels es un virus. La amenaza en estos cuentos siempre es externa aunque de alguna manera siempre estuvo entre nosotros, hasta se podría decir que esa amenaza es producto de nuestras formas de vida. No se trata tanto de que no hay futuro, sino de que nuestro presente idiota es la condición de existencia de ese futuro que tarde o temprano llegará para tragarnos: no nos vamos a convertir en zombies, ya lo somos, solamente que aún no nos enteramos.
Tampoco quiero hacer creer que Samuels escribe igual que Ligotti, esa es otra diferencia significativa. El estilo de Samuels es mucho más cristalino y menos barroco que el del autor yanqui, de hecho se parece más a los clásicos como Benson y M. R. James. De este último toma a esos personajes que generalmente son escritores, editores, críticos o cualquiera que esté vinculado al mundo de las letras, y particularmente a la literatura de terror de los siglos XIX y XX. Al igual que Lovecraft y Borges, Samuels cree que la literatura puede alterar el mundo real (yo también comparte la idea). Que esa alteración sea para bien o para mal queda en cada uno.
Aunque el libro tiene menos de 300 páginas, hacia el final se me empezó a hacer largo y no porque los cuentos sean malos, sino por ese cansancio que mencioné antes. Pero si les gustan los primeros tres o cuatro relatos de esta colección entonces les van a gustar todos.
Quote: ”Consciousness seemed to mingle with dreams. The two states were becoming one, and I saw visions of some hellish ecstasy. […] And I could not help being reminded of the notion that what we term sanity is only a measure of success in concealing underlying madness.”
I discovered Mark Samuels just recently this year, and I already consider him one of my favourite authors.
This is an anthology of Samuels’ stories previously published in other books/collections. The intention of the book, as the subtitle suggests, was to collect his best short works so far (the book was released in 2020) - which, in retrospect, became a sort of ”THE BEST OF” with sad finality in it since it truly encompasses what it promotes to encompass, simply because the ”so far” so quickly became ”ever” as Samuels passed away just a couple of years after the release of the book.
In this anthology Samuels continues with Lovecraftian perceptions albeit in modern urban settings. Weird fiction at its best, here it shows the true difference between modern horror, with its predisposition towards shocking the reader with gore and violence, and the metaphysical vistas of the weird and supernatural where cosmic horror of inevitability as well as human inadequacy and insignificance draws parallels to the traditions of strange fiction of Victorian and Edwardian eras. With an absurdly efficient economy of words in his writing Samuels nonetheless succeeds in creating a Lovecraftian atmosphere where serious questions are asked, where the central question, perhaps, is: what do we know of reality, and how do we differentiate what is real from what is not?
Best (and essential) stories, in my opinion, are ”The White Hands” and ”The Age of Decayed Futurity”.
Sidenote on ”The White Hands” story: Story version in this collection is expanded in comparison with the one in the original Tartarus Press anthology (parts expanded: pp. 35-36, 38-41, 43-44 [Hippocampus Press, 2020]). It is probably the most outstanding piece of short fiction Samuels has ever written. Having previously read it in the original anthology, I was surprised to get new insights of the story, things I missed even in the passages that are exactly the same in both versions. I guess the subtleness of some story elements is so delicate and out of place that one does not attach much importance to them until an eventual aha moment when things fall into place, and you start realising that Samuels have been preparing the reader for this specific end all along.
Individual story ratings:
★★★★★ (excellent) * Mannequins in Aspects of Terror * The White Hands [longer version than original] * Apartment 205 * Vrolyck * Ghorla * Cesare Thodol: Some Lines Written on a Wall * Sentinels * A Gentleman from Mexico * The Black Mould * Thyxxolqu * Regina vs. Zoskia * The Age of Decayed Futurity * My World Has No Memories * Outside Interference * Court of Midnight
Urban decay, 9-5 drudgery, and horror from beyond our world combine in this short story collection of Mark Samuels. A more than worthy bearer of the weird fiction torch, his style is reminiscent of Ligotti and Lovecraft.
Me pusieron los pelos de punta los relatos. La inmersión que produce la narrativa es atrapante, además que los relatos suceden en tiempos más actuales, lo que produce que se sientan reales.
Hoy terminé el libro y a la par ha muerto David Lynch y es preciso decir que me ví leyendo relatos similares a las películas, definitivamente le encontraré un significado oculto a esta coincidencia.
A bit of a bad choice to read in one sitting. The stories all contain so many similar elements that this work is better read out intermittently between other reads, for variety.
The overall collection was good, no great standouts. Individual stories reviewed below;
Mannequins in Aspects of Terror. 3/5. Not bad, certainly evokes horror. I feel like Mark Samuels is a fan of (or influence on?) The Magnus Archives horror podcast. This story was The Stranger and The Lonely. In fact one episode of that podcast was very nearly a twin to this story. The White Hands.4/5. Very Edgar Allen Poe, the buried damsel beckoning from the grave, dreaming the real world from the other side. Apartment 205. 3/5. Similar to the others, a hint of occult draws a young man in and drives him mad. Vrolyck. 5/5. Great tale of contagious ideas that open portals into the mind of hosts to extra dimensional invasion. Enjoyable to watch the narrator realize that graffiti, highly visual symbols would work better than his written words. Ghorla. 4/5. Pretty vivid body horror and another Invasion of the body snatchers theme. Might have to take a break and read other stuff between tales, they’re good but repetitive. Cesare Thodol: Some Lines Written on a Wall. 4/5. Creepy tale of (yet again) dark passenger, this time a sentient evil fungus. Great twist ending, interesting narrator getting dragged into the story. Sentinels ..4/5. London's answer to Clive barkers midnight meat train. Morlocks live in the underground and feast on Londoners. A Gentleman from Mexico. 2/5. A cult brings Lovecraft back from the dead, imbues him with darkness powers and replaces the mind of a host. Goes a lot of places but doesn't do much there. The Black Mould. 4/5. A short apocalyptic tale of a universe consuming spore. Basically the infinite paperclip problem with a runaway AI, only the AI is a hivemind terror fungus. Thyxxolqu. 4/5. This was a fun riff on the earlier idea of words that infest the brain and change the reader. Many of M Samuels stories hinge on the idea of ideas that get past our defences and then overcome us with their horrible beauty. Regina vs. Zoskia. 2/5. A cult that never sleeps has a legal case trying to prove all the outside world mad while they're the only sane ones. But they're drooling crazies. The Age of Decayed Futurity. 3/5. The future coming back to eat the past. My World Has No Memories.3/5. Man wakes up on an abandoned boat, starts discovering flowers, things get weirder and weirder as he keeps waking up, Groundhog Day style, on the boat. Turns out he's there as food for the spawning flowers. Outside Interference. 3/5. A closed in abandoned office tower far from anything is overtaken by static monsters from am alternate technological dimension. The Crimson Fog...3/5. Scary tale of a red fog full of monsters. Court of Midnight 4/5. A Lovecraftian disease caused by moonlight that affects artists and authors. I liked that idea very much, creative brains being open enough to be vulnerable to infection. In the Complex. 2.5. A follow-on to the Court of Midnight, where the protagonist is locked away and tortured by faceless agents as books are shredded to bits. Just an odd, time travel, body horror, conformity run wild story.
La viñeta que me parece más adecuada para describir algunos cuentos de esta antología es ´kafkianismo sonámbulo´ (estuve a punto de teclear ´trasnochado´...)
¿Qué pasó con el cuento "A Gentleman from Mexico"? Lo leí hace unos años en la recopilación de S. T. Joshi "A Mountain Walked: Great Tales of the Cthulhu Mythos" y podría jurar que mostraba una Presencia ultraterrena bastante inquietante durante el clímax. Ese detalle está ausente en la versión de "The Age of Decayed Futurity". A no ser que, por mal de mis pecados, esté siendo víctima del efecto Mandela.
Mr. Samuels es un evidente discípulo de Ligotti, no de Lovecraft. Eso se deja ver hasta en los nombres de algunos personajes (Vrolyck, Ghorla, Zoskia). En sus cuentos, lo corporativo-numinoso, lo viral-visceral, la zombificación urbana y la muerte del sentido (representada por el ubicuo ruido blanco), pasan de ser estilemas a devenir insípidas justificaciones de una poco inspirada diatriba contra la vida moderna y sus bemoles. Not my cup of tea.
Al principio, cuando me propusieron usar mi foto de portada me mostré reticente (la gente siempre me ha insultado por mi apariencia física), pero los ingresos y el hecho de que me conste que algunas de las historias que se cuentan en el libro son reales, me hicieron decidirme.