Estas páginas narran la historia de Colombia desde los primeros pobladores hasta nuestros días, pasando por la Colonia, la Independencia, la creación de la República, los ires y venires políticos del siglo XIX y primera mitad del XX, la Violencia, los grandes cambios de finales del siglo pasado y los retos del nuevo siglo.
Pero Jorge Orlando Melo no solo trata la historia política, también discute las costumbres de los habitantes, la gastronomía de las regiones, la economía y el papel de la mujer en la sociedad, entre otros, lo que permite al lector tener una visión integral y entender los diferentes procesos sociales, políticos y económicos que han llevado a lo que es el país hoy. En palabras del autor: “Después de años en los que se repitió una versión simplificada del pasado que buscaba ante todo justificar la lucha armada es importante presentar una visión menos sesgada y simple que la que se había impuesto”.
Esta edición que tiene en sus manos es una versión corregida y ampliada del libro Historia mínima de Colombia.
Siempre es entretenido leer un libro que resume, en 324 páginas, la historia de Colombia. Está escrito sin prosa alambicada y fluye sin problemas al no tener centenares de citas o tablas. Las partes más interesantes son las de la colonia y las referencias a la vida precolombina y la última parte sobre la historia reciente: el narcotráfico, la violencia y la Constitución de 1991. Cosas que no salían en los manuales de historia que tuve que leer.
Se lo recomiendo a los lectores de columnas de opinión -que tanta veces se olvidan del contexto por andarse mirando las narices- y a los estudiantes de cualquier disciplina que por fin tendrán un libro para entender el país sin tener que soportar ladrillos ilegibles.
La “Historia mínima de Colombia” de Jorge O. Melo está escrita con un lenguaje sencillo, desprovisto de juegos retóricos o meloserías didácticas. Su autor pasa revista sobre las relaciones que la ciudadanía colombiana ha tenido con sus instituciones desde sus primeros habitantes hasta el reciente acuerdo de paz con una de las guerrillas más dañinas del mundo.
En ese camino, da la sensación de que sus líderes se han preocupado por ser importantes y no útiles a la población que representan (parafraseando a Churchill): desde que los conquistadores españoles llegaron con la idea de obtener propiedad sin tener que trabajar –pues para eso tendrían mano esclava–, pasando por los caudillos independentistas enfermos de un centralismo dictatorial ajeno a la diversidad poblacional, y llegando a las guerras bipartidistas hambrientas de empréstitos, rentabilidad y poder. Todo ello explica un siglo XXI empeñado en la esperanza de que por fin la injusticia social deje de ser obstáculo para el discurso moderno de progreso y prosperidad.
Una historia con enfoque nacional, no deja de ser una suerte de referencia al ombligo de un pueblo. Quizá, la historia de Colombia sea muy parecida a la de otras naciones, especialmente latinoamericanas, lo cual vendría bien para un diálogo regional importante en nuestros días. De todos modos, este es un libro urgente y necesario para conocer lo mínimo de la sangrienta construcción de este país suramericano.
En 2008 es publicada por el Colegio de México a través de la Editorial Turner la presente “Historia Mínima de Colombia”, como parte de la colección de “Historias Mínimas” que el mencionado Colegio ha adelantado a manera de síntesis sobre los anales de países, regiones y expresiones culturales del devenir humano, especialmente relacionados con Hispanoamérica. En poco menos de 350 páginas, el historiador y filósofo colombiano Jorge Orlando Melo (ex consejero presidencial, ex director de la biblioteca Luis Ángel Arango por una década y actual profesor de historia en varias universidades), asume la titánica tarea de compilar, sintetizar y contar a través de la escritura, la caótica, violenta y compleja historia de un país como Colombia, desde la prehistoria y los primeros pobladores que llegaron a la esquina de América del Sur; hasta la firma del proceso de paz con la guerrilla de las FARC en 2016, pasando por el “descubrimiento” y conquista por parte de los Españoles, la época colonial, el proceso de independencia y los intentos vanos de conformar un estado y una nación, en cuyos ensayos se ha caído en un círculo vicioso de gobernantes inútiles, violencias partidistas, polarización, terror fraticida, corrupción, desigualdades sociales, oligarquías cavernarias e inamovibles; problemas acentuados en la segunda mitad del siglo XX por la aparición de guerrillas comunistas, paramilitarismo y narcotráfico.
Con una objetividad asombrosa (en medio de un país que desde su independencia ha estado derramando sangre entre opuestos: Bolivarianos / Santanderistas; Centralistas / Federalistas; Conservadores / Liberales; Bandoleros / Laureanistas / Rojistas; Paramilitares / Guerrilleros; Uribistas / Izquierdistas); una capacidad de síntesis encomiable y un análisis reconstructivo necesario para un pueblo adormilado e indiferente a su historia; Melo logra condensar en estas páginas, la historia de un país que ha oscilado entre la guerra y la paz, la pobreza y la desigualdad, el autoritarismo, la hipocresía y mojigatería de la iglesia católica, la ineficacia de su justicia y el legalismo exagerado en un sistema lleno de leyes inútiles que nadie cumple; la falsa ilusión de democracia (orgullosa pero falazmente llamada “la más estable de latinoamerica”), que sólo disfraza el autoritarismo y la desidia con la que ha sido gobernada por las mismas familias desde el siglo XIX. Ese país que nunca se convirtió en nación y cuya "identidad cultural" sólo sale a flote, de manera violenta y miserable, en los partidos de fútbol.
Un libro que resulta ameno y de fácil lectura, con un estilo sencillo y que engancha fácilmente, gracias a la buena dosificación de datos, nombres, fechas y anécdotas. Como punto negativo, encuentro un desequilibrio entre la historia prehispánica e indígena – que es abordada de manera excesivamente somera, claramente por no ser la especialidad del autor- y los hechos del siglo XX, cuya mayor cantidad de páginas es dedicada en esta obra. Habrán otros eventos que sólo se mencionan como mera anécdota y que en mi humilde opinión, requerían de un análisis más profundo por su trascendencia: La Masacre de las Bananeras; La Guerra Colombo Peruana de 1932, El “Bandolerismo”, entre otros. Resulta igualmente curioso que no se haya dedicado una sola palabra a incidentes como el de los marines enviados por Teddy Roosevelt en medio de la “Guerra de los Mil Días” para proteger sus intereses en el Canal de Panamá; o la historia de la policía secreta paramilitar al servicio del partido Conservador, los “Chulavitas” y el terror que sembraron en los campos colombianos; o el papel de Carlos Castaño en la violencia paramilitar y su infiltración en el Congreso a través de la financiación de campañas políticas, entre otras omisiones históricas.
En mi colección de Historias Mínimas, sigo considerando a la Nueva historia mínima de México como la joya de la corona de la serie. No obstante, esta “Historia Mínima de Colombia” es un libro necesario en medio de un país como Colombia, inconsciente y abducido de su realidad, obnubilado e ignorante de su pasado. Una nación condenada desde un principio al fracaso estrepitoso, tal como lo anticipase Simón Bolívar hace 200 años ("Colombia está perdida para siempre; que con dictadura o sin ella, los indios serán indios, los llaneros y los abogados intrigantes. Crea Vd., mi querido general, que nosotros no podemos salvar este nuevo mundo de la anarquía. ¿Por qué no se ahogan de una vez en el estrepitoso y alegre océano de la anarquía?"); un país cuyas páginas en la historia, siempre manchadas de sangre y violencia, confirman el desastre de su proyecto. Tal como concluye Melo en su libro, "Esta violencia es la gran tragedia de la sociedad colombiana (...) y constituye su mayor fracaso histórico"
Siempre es bueno volver a lo básico. Realizar un repaso de los procesos generales que han generado lo que somos. El libro de Melo es un excelente instrumento para ese propósito. Además, no es la exposición de una mera línea de tiempo. Por el contrario, Mero apunta y analiza los grandes rasgos de nuestra nación, nuestra cultura y contradicciones. En resumen, gran parte de lo que ha hecho de Colombia, como diría Busnhell, una nación a pesar de sí misma.
Luego de leer el libro, mis grandes lecciones fueron las siguientes:
1. No todo ha sido malo ni bueno. La calidad de vida ha mejorado notablemente, la educación se ha expandido y el rol de la mujer se ha transformado. Desafortunadamente la violencia, sobre todo desde mediados del siglo XX, ha sido nuestra gran desgracia.
2. A partir del 2016 Colombia tiene la oportunidad de resolver sus diversos problemas en ausencia de un conflicto armado interno. Aunque persisten grupos subversivos, la desmovilización del más grande de ellos brinda una enorme oportunidad al país. Incluso todavía. Ojalá no la desaprovechemos.
3. Melo arguye que carecemos de una verdadera identidad nacional. La falta de comunicación en las regiones y la multiplicidad de culturas hace que sea más difícil definir qué es un Colombiano a qué es un rolo, un paisa o un costeño, entre otros. Otros autores se contraponen a esa opinión. Vale la pena tener la discusión.
4. Curioso resulta las tensiones que ha generado el legalismo en nuestro país. Lo afirma Melo y otros autores como García Villegas y Lemaitre Ripoll.
Desde el principio de nuestra historia republicana, con Santander y Bolivar, ha existido una tensión entre el derecho y la vía de hecho. Lo militar, lo bélico, lo efectivo, se contrapone a lo jurídico, lo formalista y lo burocrático. En muchas ocasiones, quienes defienden lo primero han visto en el derecho un problema; un obstáculo que impide efectuar acciones “contundentes”. Es interesante leer cómo Bolivar se molestaba por el legalismo de Santander y se quejaba de los abogados Bogotanos.
Los abogados de tradición liberal (en el sentido ideológico de la expresión), sin embargo, han pecado por inocentes. Apasionados por sus estudios en Europa y lo que consideran ser un vasto conocimiento filosófico, se han preocupado más por hablar que por escuchar. Han intentado enseñar las grandes teorías francesas, italianas o alemanas, entre otras, en un país en el que el Estado ni siquiera tiene presencia real en todos sus territorios. Al final, su doctrina siempre corre el riesgo de ensimismarse y no ser más que, como lo escribió Farid Benavides, una carta de viaje, una constancia de diario o una pequeña historia personal de lo vivido en el exterior.
Esa tensión refleja parte de nuestras enormes contradicciones. Hemos tenido largos años de democracia, solo con un pequeño período de dictadura, pero vividos en gran medida bajo estados de sitio, y con el exterminio literal de algunos partidos políticos de oposición (Unión Patriótica). En 1991 empezó a operar la Corte Constitucional con su jurisprudencia más progresista e igualitaria, durante los mismos años en los que se producían las peores masacres en el país, como lo dice Lemaitre Ripoll.
5. Finalmente, después de haber leído todo un libro de historia de Colombia, es inevitable hacer un breve comentario sobre la coyuntura actual. En medio de tantos enfrentamientos es indescifrable la complejidad del problema. De lo que sí estoy seguro es que la irresponsabilidad política de los dirigentes y sectores de la población hace daño. Las generalizaciones peyorativas solo impiden el diálogo. Expresiones como vándalos, comunistas, socialistas, castristas, chavistas, fascistas, asesinos o genocidas simplifican el problema, generan violencia y oscurecen las verdaderas causas del conflicto. En su más reciente libro García Villegas arguye que en Colombia hemos tenido la tendencia de hiperbolizar aquello con lo que no estamos de acuerdo y lo confundimos con una figura de maldad; de enemigo. Por tanto, un ejercicio que vale la pena hacer es preguntarse en qué sector del conflicto me encuentro y quién está en el otro polo. Luego, puedo preguntar a mi contrario, a “mi otro”, qué se considera que es él o ella, cuáles son sus propósitos así como sus limitaciones. Estoy seguro de que nadie iniciaría su descripción diciendo “soy un vándalo” o “soy un fascista”.
Nadie niega que hay personas con intereses particulares y egoístas de lado y lado. Pero no son la mayoría de los que ponen los pies en la calle, también de lado y lado. Es precisamente por ellos, por los que ponen sus pies, la razón por la que vale la pena luchar. Es por ellos que vale la pena creer en una Colombia que es, a pesar de sí misma, nuestra amada Colombia.
Muy buen resumen de lo que ha sido la historia de Colombia, también la forma en que está contada me pareció imparcial y plasma los hechos como son - aunque a muchos no les guste- sin decoraciones ni exaltaciones innecesarias, y, lo mejor de todo, es muy fácil de leer. Creo que todos los colombianos deberíamos leer de nuevo la historia de nuestro país para recordar de dónde venimos y qué no queremos repetir, porque aquí todo el mundo tiene memoria de pollo.
Un recorrido por todos los hechos que han moldeado nuestra nación desde los tiempos españoles.
Es un texto que es agradable de leer y dado para todo el público, se nota una intención de parte del autor para que el libro llegue a todo el mundo sin importar el nivel de educación o el área específica del conocimiento del lector. Es sin lugar a duda un libro que todos deberían de tener sobre su mesita de noche y muy presente siempre, pues siempre he creído que saber de donde venimos es fundamental para poder mirar a donde vamos. Sobretodo ahora en que ni los que nos "dirigen" saben nuestra historia...
El libro sobretodo se centra en los hechos históricos importantes de la nación, dejando de lado un poco el nombre y los personajes implicados en dichos sucesos; lo que permite que no sean juzgados los personajes ni sus deseos personales, cuestión que muchas veces ha movido la historia de la humanidad.
Si bien el libro es muy bueno y sirve para repasar lo que alguna vez nos intentaron enseñar los profesores de historia en el colegio, se centra mucho en la historia política del país; en cómo se han disputado el poder los partidos políticos a lo largo del tiempo. Hubiera sido muy interesante si acompañado de esto, se hiciera un recorrido histórico más coloquial; de los hitos del común que pasaban en las calles mientras liberales y conservadores se peleaban. Quizás recordar cuándo llegó el primer avión al país, cuándo se fundó el primer periódico o la llegada de la primer locomotora. Cosas que son igual de importantes que lo ya dicho.
Sin duda, y pese a lo que dije; es un libro que vale mucho la pena leer y tener a la mano siempre.
Cada libro que me permite aprender algo nuevo o una visión distinta de la historia de Colombia, es un gran aporte como ciudadano de este país.
Jorge Orlando Melo hace una síntesis bastante completa de la historia política de la nación desde la llegada de los primeros indígenas a este territorio, hasta la firma del acuerdo de paz de la guerrilla de las FARC con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Personalmente, el libro no colmó todas mis expectativas, como para otorgarle las 5 estrellas, por dos motivos. El primero, su enorme énfasis en los asuntos políticos del país. Solo deja un capítulo al final del libro para exponer asuntos de otra índole.
Adicionalmente, hay algunos sucesos en los que el autor no ahondó y pasó con enorme rapidez. Quizá no eran importantes en el contexto global, pero personalmente esperaba conocer de ellos.
Una muy breve recopilación de la cronología desde las poblaciones precolombinas hasta el fin del período Santos. Hay datos sin duda muy interesantes, con una mirada casi siempre crítica desde diferentes puntos, lo que le suma en gran medida. Hace muy buenas evaluaciones de los problemas estructurales del país, cómo la distribución de tierras, la segregación racial y desigualdad. Sin embargo la redacción suele solapar períodos que confunden el hilo descriptivo, y decae al final del libro al evaluar el periodo desde Samper a Santos, pues se centra exclusivamente en las políticas de seguridad, dejando de lado las decisiones en otros rubros. En síntesis, es un libro con buena dosis de información, más o menos bien organizada y crítica, que sin embargo podría mejorar mucho en términos de radiación y coherencia, al hacer evaluación tan dispares de los periodos presidenciales modernos.
Historia Mínima de Colombia Jorge Orlando Melo El Colegio de México / Turner, 2018
Ha sido delicioso leer esta obra de Jorge Orlando Melo, filósofo e historiador de la Universidad Nacional y de la Universidad de Oxford. Jugó roles importantes en defensa de los derechos humanos y dirigió la Biblioteca Luis Angel Arango, en Bogotá. Nos da una lectura clara y breve sobre la historia de Colombia y tiene un conjunto de referencias bibliográficas muy preciosas. En las dos últimas líneas del texto escribe:
“Esta violencia es la gran tragedia de la sociedad colombiana del último siglo y constituye su mayor fracaso histórico”.
El libro inicia su análisis mediante consideraciones de nuestros antepasados de hace miles de años (12000 – 3000 a.C). Considera las condiciones específicas de la España del descubrimiento y su explotación inicial hasta 1550. Luego de pasar por la Colonia (1550 – 1810) analiza el proceso de independencia y la creación de la República de Colombia (hasta 1830), la Nueva Granada (y la aparición de los partidos políticos y la república federal (hasta llegar a 1886. A partir de allí el análisis – cada vez más amplio – analiza los gobiernos liberales y conservadores, la violencia y dictadura (1946 – 1957), y me ubica en el contexto en que nacieron mis padres y tíos. Es el contexto que yo viví sin comprender las contradicciones que vivía el país, la complejidad del proceso que vivían nuestros abuelos, padres y demás familiares.
Dentro del contexto amplio me gustó cómo describe: • La agricultura y cómo la seguridad alimentaria existía y no había pestes ni epidemias. Es importante la ligazón con la Iglesia Católica y como ella entra a definir el orden social, los modelos, reglas y exclusiones. • El cómo se debilita España frente a Inglaterra, Francia y Holanda y al final crea algunas condiciones para que triunfe la independencia. • La formación nacional que se da hacia 1790 para encontrar los intereses propios, distintos a los españoles y cómo la Revolución Francesa trajo esperanzas y temores. • La oposición sistemática que existía entre quienes pensasen diferente.
A partir de ése momento, cuando presenta los avances y problemas del siglo XX hasta la fecha, le puse toda la observación a los detalles de los varios gobiernos y al cómo se van entretejiendo ése tejido maldito de esclavización, saqueo laboral, desigualdad, pobreza y violencia, dentro de un contexto “democrático”.
Hay temas que me parece importante trabajar: • Rol que juega la Constitución Nacional dentro de las esferas de interacción de Estado, Gobierno y Sociedad, estando las 3 dentro del sistema dominante de producción (capitalismo). Definición del sistema Legal. Cómo se define la ciudadanía y argumentos de John Locke y otros. • Rol de una asamblea nacional constituyente. • Relaciones entre Francia, Inglaterra y España hacia 1800 • Leer novela Risaralda, de Bernardo Arias Trujillo, sobre pelea sobre propiedad de la tierra y las técnicas de instituciones y grupos utilizados. • Leer a Tomás Carrasquilla: En la Diestra de Dios Padre,
Comentarios y notas:
“La pureza de la fe se convirtió en exigencia social, y durante la Colonia, para venir a América, ocupar ciertos cargos o entrar a la universidad, fue preciso demostrar “pureza de sangre”, es decir que una persona no tenía ancestros cercanos de árabes o judíos”. 36 Esto se ha proyectado durante los 250 años de diferentes maneras sobre nuestra realidad nacional: vivienda, educación, muertos, utilidades de los gobiernos y del sector privado.
Escritura, perros y caballos, herramientas de hierro, armas de fuego y enfermedades fueron herramientas para la conquista,
Los indígenas Caribe no se quisieron convertir, fueron capturados y vendidos. Luego llegaron los esclavos africanos y en 1503 la costa atlántica se volvió el sitio de esclavización, y esta duró hasta 1530. Luego se volvió la explotación laboral permanente de campesinos, indígenas y negros, que sigue durando hasta la fecha.
“Las tierras que se asignaron a los indios eran pocas y dejaban grandes extensiones para repartir a los españoles”.60 Fueron 1.5 hectáreas por tributario, mientras que un soldado a caballo recibía 2.500 hectáreas. “Los indígenas, que cultivaban de modo intenso sus pequeños resguardos, producían casi todos los productos agrícolas que consumía el Nuevo Reino y los vendían en los mercados cercanos”. 61 Buscando dar pan a los españoles de Cartagena, se intentó cultivar trigo en Tunja y Bogotá. Pero eran muy altos los costos y la experiencia terminó.
“Los comerciantes, que intercambiaban este oro de pequeños productores por mercancías del reino y de España, se convirtieron en el grupo social dominante.” 69 Hacia 1593 se formaron dos “repúblicas”: los españoles viviendo en ciudades y los indios y campesinos, viviendo en pueblos, cerca a sus resguardos.
“Los colombianos no aceptaban <>, reconoció (Bolívar) y se preguntaba:<> Tras 20 años de luchas, había llegado a la conclusión de que las nuevas naciones eran ingobernables”. 128 “Fuera de economías diferentes y de unas estructuras sociales algo distintas, lo que diferenciaba a los granadinos de sus vecinos parecía ser el legalismo, el dominio abrumador de los abogados que tanto molestaba a Bolívar, el rechazo a todo poder militar, el culto, más verbal que real, a la ley por encima de la fuerza”. 129
El liberalismo inicial tenía ideólogos que tenían fe en el liberalismo europeo. Los conservadores iban por el lado de las ideas de Bolívar. Los negros y pardos (¡) vieron en el liberalismo una promesa de ciudadanía y democracia. Iglesia y liberalismo fueron chocando y {invoca al pueblo, no a Dios] se convierte en el elemento central de la política colombiana (1961). “La constitución de Vélez concedió el voto a las mujeres (1853), aunque la norma fue derogada por la Corte Suprema porque violaba el orden nacional.” 141 Ahí comenzó la pelea que se va a coronar legalmente un siglo después. El respaldo de la Iglesia a los conservadores duraría hasta 1958.
El nuevo orden, fundamentalmente Conservador (1886) “rigió más de 100 años, hasta 1991, con algunas reformas y en forma limitada”.168: estado de sitio si se quería, hostigando a la oposición, centralista.
En 1926 se crea el Partido Socialista Revolucionario (secretario general Tomás Uribe Márquez). SE acercaba naturalmente a los liberales. Fue recibido en la Internacional Socialista en 1928. En 1928 hace su plan para hacer la “revolución armada”. La Internacional Comunista trató de corregir orientación del PSR de hacer otro intento de revolución en julio de 1929. La orden no llegó a todas partes y en el Líbano los “bolcheviques” se levantaron.
“El problema agrario resurgió en la década de 1920”. 202
Hacia 1970 el sistema político comienza a fortalecer lo que hoy se denomina “mermelada”. Las clientelas votan para defender obras locales, una red eléctrica o una escuela y un maestro. “La agricultura no ha respondido a las esperanzas de los dirigentes y Colombia se convirtió en importador de alimentos”. 272
Si tenemos en cuenta que la mitad de la obra está dedicada al largo siglo XX que empieza en 1886 con la Regeneración, este trabajo debería llamarse "Historia del siglo XX colombiano y sus antecedentes". Como toda obra de síntesis hay que esperar vacíos, sin embargo, la disparidad entre el periodo colonial (al cual se le dedica apenas 55 páginas para 300 años de historia, y ni hablar del prehispánico que inicia en el 12000 a.C. y apenas logra cubrir 18 páginas) y el republicano es evidente. El siglo XVIII no alcanza la decena de páginas y las centurias del XVI y XVII quedan desdibujadas al haber hecho un acercamiento temático bastante general al periodo de gobierno de la casa de los Austrias. El periodo de la independencia se nutre de las interpretaciones más recientes de la crisis de la autoridad monárquica que culminó en la formación de la república de Nueva Granada, después de un largo proceso que practicamente se cierra en 1830 con la separación de Venezuela y Ecuador de la república bolivariana de Colombia. El título "la independencia inesperada" señala sin duda el interés por refutar la historiografía de los precursores y prolegómenos de la independencia, aunque el uso de tropos como "la reconquista" pudieron ser revisados a través de los trabajos recientes. El siglo XIX se narra de la manera tradicional, siguiendo la periodización de la historia política que señala el origen de los partidos políticos y la república liberal-federal como los grandes hitos del periodo. El relativo vacío que existe entre 1830 y 1863 no es culpa del autor sino un reflejo del poco interés que este periodo (como tantos otros) ha despertado en los historiadores contemporáneos. Desde 1886 la obra entra en su etapa más rica, con mayores matices y detalles novedosos para el lector de una obra divulgativa. Es en términos generales una historia de la política contemporánea y el uso de la violencia como estrategia para la disputa del poder. Como dice el mismo autor: "Este nuevo orden [el de la Regeneración y su constitución] rigió más de cien años, hasta 1991, con algunas reformas y en forma limitada: los gobiernos declaraban 'estado de sitio' ante cualquier perturbación del orden interno y gobernaban con poderes extraordinario, hostigando a la oposición, cerrando sus periódicos y confinando o desterrando los más visibles enemigos." Tal vez por el imperativo del espacio, el autor dedicó el periodo posterior a 1991 a la correlación entre gobierno y búsqueda de la paz, una elección acertada teniendo en cuenta la actual discusión del público nacional, pero que lastimosamente tuvo que sacrificar una mayor atención a los problemas asociados con el narcotráfico, el paramilitarismo y la liberalización económica. Aunque hay que aclarar que los menciona en la conclusión del libro. Es interesante el capítulo "los grandes cambios del siglo XX" donde el autor puede abordar temas no asociados directamente con la historia política como la urbanización, la salud, el papel de la mujer, la educación, los medios de comunicación, entre otros.
Para un país que decidió eliminar la cátedra de historia de las escuelas en aras del "ahorro" presupuestal (que prefirió sacrificar en educación antes que en burocracia) el libro de Jorge Orlando Melo es un salvavidas para los educadores, quienes tienen la posibilidad de utilizarlo para la elaboración de sus materiales de clase. Lastimosamente, el texto carece de ilustraciones y apenas cuenta con un par de mapas, el primero de los cuales confunde más de lo que ilustra. Una forma interesante de haber solventado esta carencia hubiese sido incluir un listado de recursos accesibles en línea para ampliar e ilustrar los contenidos de la obra.
Excelente para aprender de una forma concisa y fácil de leer, la historia de nuestro país que la mayoría desconocemos. Debería ser una lectura esencial para entender un poco nuestra situación actual. Mi cita favorita del libro: "Las encuestas sugieren que el país está entre los más felices del mundo, con gente orgullosa de su democracia y del orden legal, aunque crea que la democracia no funciona y la ley casi no se cumple. Al mismo tiempo que se subrayan los males de Colombia se insiste en que estamos en el mejor sitio del mundo. Entusiasmo y desaliento, verg��enza y orgullo, felicidad y sufrimiento, alegría y depresión: Colombia sigue siendo un país de grandes esperanzas y difíciles logros, en el que la naturaleza ofrece su riqueza pero abruma con sus dificultades "
Me gusto mucho esta lectura, me tome mi tiempo, no había por que apresurarse, me gusto mucho que el autor fuera muy neutro en lo que escribió nunca recargado hacía ningún lado, no mostró sus creencias o su opinión acerca de ningún tema, nos mostró la cruda realidad y datos muy interesantes. Violencia, sangre, los mismos políticos, no cambia nada
Recomendado para todos los que quieran aprender/recordar la historia de Colombia.
Como el título dice es una narración breve de los mayores eventos de la historia de Colombia. Sin embargo, logra un buen detalle. Comienza antes de la colonización, explicando cómo se crearon los primeros asentamientos, haciendo uso de las narraciones disponibles, no cuenta la historia desde el punto de vista de los colonizadores ( como la mayoría de los relatos históricos colombianos). Da evidencia de la diversidad cultural colombiana, los patrones culturales de las grandes ciudades son evidentes casi desde su fundación. Trata también los mayores eventos políticos presidente por presidente. Sin embargo, se hace mayor énfasis en los estos ocurridos desde que el General Rojas Pinilla toma el Poder.
Al final hace un resumen recapitulando la historia del país por mayores eventos desde el siglo XX como es la educación, la mujer, arte y literatura, entre otros.
Recomendadisimo, dan ganas de leer mas de saber más de Colombia, pero también ayuda a entender mucho de la cultura de los colombianos.
Nos enseñan en el colegio nuestra historia sin embargo, en ese momento posiblemente no tenemos la capacidad de darle la importancia que se merece. Por esto, creo que este libro que recopila desde la conquista hasta nuestros tiempos es importante leerlo cuando ya tenemos la madurez para analizar y entender nuestra realidad.
La unión de pueblos y regiones conquistadas y colonizadas por España en el noroccidente de Suramérica (y parte de Centroamérica) que hoy llamamos Colombia, ha tenido, a lo largo de sus ~209 años de historia (1810-2019) como entidad "independiente" del imperio español, 6 nombres oficiales (y no oficiales): La patria boba (no oficial), La Gran Colombia, República de la Nueva Granada, Confederación Granadina, Estados Unidos de Colombia y finalmente República de Colombia, como se llama desde 1886.
Aún así, hay un nombre que para mí podría resumir mejor lo que han sido estos dos siglos de "patria boba": "República bananera del sagrado corazón mamerto de Colombia"
Y es que en ese apelativo se esconden las claves de los fenómenos y movimientos que marcaron la historia de nuestra aporreada nación: 1) República: los ideales republicanas de la revolución francesa y la ilustración, 2) Bananera: una nación que desde 1900 esta en proceso de surgir económicamente, gracias a la comercialización y explotación de recursos naturales básicos (agrícolas o minerales), 3) Sagrado Corazón (el aspecto más perverso): un pueblo unido por una lengua y una religión ajena, anclada en tiempos pre modernos y que la han mantenido (y la siguen manteniendo) en el atraso social e intelectual más lamentable, 4) Mamerta: un país de revolucionarios "fracasados" (el término mamerto se lo inventaron los mismos socialistas para denotar los revolucionarios que quieren cambiar las cosas sin apelar a las armas) que nos han dejado 60 años de violencia (de su parte y de parte del mismo estado que de forma torpe los combatió por el mismo tiempo) sin conseguir absolutamente nada.
Esa es la Colombia que he podido conocer a través de las páginas de este libro.
El texto esta muy bien escrito pero no es fácil de leer por alguien no experto en historia política como yo.
Tiene la estructura clásica de los textos de historiografía: una descripción cronológica de hechos y personajes, a veces difícil de seguir por saltos permanentes entre eventos pasados y futuros o por detalles excesivos de eventos y personajes que a la larga no fueron tan relevantes.
Considero que el libro dedica demasiado a la historia política de Colombia y deja solamente un capítulo (el mejor a mi parecer) para describir todos los demás aspectos de la historia del país que valen la pena ser contados.
Por este énfasis, creería que el título del libro debería ser "Una historia mínima política de Colombia con un apéndice dedicado a todo lo demás."
Cualquiera que haya sido el énfasis, el estilo o la razón del autor para escribir un libro accesible a todo tipo de lectores, y especialmente por los tiempos que corren (guerra en la posguerra, resurgimiento de la derecha religiosa, etc.) este es un libro que vale la pena leer.
Como su nombre bien lo indica, es un libro de historia bien conciso. De todos modos, en mi caso sirvió su cometido.Yo lo vi como un recuento rápido de la historia de Colombia, que en algunos casos me refrescó algunos datos que no tenía muy claros, y me aportó otros que no sabía. Ahora con esta información voy a buscar otros libros que profundicen en algunos períodos más específicos, como por ejemplo, la Violencia.
El libro está escrito de manera fácil de leer, aunque considero que no pierde rigurosidad. Además, creo que está escrito en un tono neutro que se limita a mostrar los hechos como pasaron, sin caer en caracterizaciones subjetivas.
Recomiendo este libro tanto para los que tienen interés en repasar toda la historia de manera muy resumida, así como para los que buscan un libro de referencia rápida, pues su división en sub-capítulos hace que cualquier período o gobierno en particular sea fácil de encontrar.
El libro cumple con su objetivo de resumir en unas pocas páginas la historia tan diversa y llena de eventos como Colombia.
En algunos puntos se siente algún matiz de la opinión del historiador, lo cual en mi opinión no es lo mejor para un libro de historia, pero no es nada del otro mundo, tan solo normal. También se siente un vacío muy fuerte en historia moderna, sin embargo es entendible por el modelo propuesto de "Historia mínima".
En algunos puntos se pierde la línea temporal al tratar temas por aparte, lo cual hace complejo relacionar fechas y gobiernos en distintas partes del libro
Texto recomendado como complemento a otras obras de historia que permita conocer las bases de nuestro país y lograr entender que muchos de los problemas que tenemos son heredados y llevamos literalmente cientos de años dando vueltas haciendo lo mismo.
Aprendí mucho, pero más que una visión integral es una visión política con algunas páginas de información puntual sobre otros temas. Sin duda bueno para aprender de historia de Colombia.
Es un muy buen resumen de la historia de este platanal que ha venido en conflicto desde el día de su descubrimiento. Narra de forma muy concisa los principales hechos que han marcado nuestra estúpida y eterna violencia aunque en la narración de las últimas cuatro décadas hay muchas cosas sin el suficiente contexto y varios protagonistas de sucesos de los mas atroces se quedan por fuera de la lista dejando ver un poco de sesgo en esta historia. El final es de eliminar, el resumen de las ultimas páginas no dice nada y esta mal hecho pero en general es interesante.
En 300 páginas, Jorge Orlando Melo, uno de los historiadores contemporáneos más reconocidos e ilustres, logra presentarnos de manera sencilla y evidente qué es y ha sido Colombia desde sus épocas precolombinas con las costumbres y características de las razas indígenas que la habitaban, cómo llegaron los españoles y abusaron de todas las bellezas y maravillas que encontraron…
Entrega las bases para que un lector corriente pueda encontrar explicaciones lógicas y evidentes del por qué los colombianos somos como somos. Describe de manera clara las mañas, costumbres y absurdas directrices que la iglesia católica logró sentar en nuestro territorio ayudadas de los gobiernos conservadores de turno; habla con sencillez pero de manera enfática de la patria boba del siglo XIX que nos mantuvo en constantes guerras civiles —se olvidó y dejó a un lado el gobierno de un país para todos— por estar pendientes de las soluciones marciales con derrocamiento del presidente de turno que por lo general era un filósofo, un poeta, un lingüista. Se volvió una costumbre que con un periodicidad casi milimétrica, cada dos años cambiaban de cabeza, de constitución y de leyes en vez de buscar salidas civilizadas para una convivencia tolerante de las ideas de los demás.
Para el siglo XX recuerda con detalles las historias incomprensibles que llevaron a perder Panamá — tocó en esos momentos un presidente poeta, mas gramático e interesado en el buen castellano que en actuar como líder político.
Casi siempre tuvieron prioridad sus ansias de poder y de protección de la clase privilegiada y se generó una oligarquía blanca que no sólo era la dueña del país sino que frenó el desarrollo para que todos los ciudadanos progresaran y tuvieran oportunidades de desarrollo similares. Se entiende por qué se generaron tan grandes odios entre conservadores y curas contra liberales; una lucha fratricida sin explicación lógica.
Concluye que a pesar de todo, en algunos casos por casualidad, en otros por iniciativas de unos pocos y también por la importancia que se le dió a la educación... hemos avanzado económica y socialmente, se han desarrollado las ciudades —somos un pais de ciudades, ha mejorado sensiblemente el nivel de alfabetización, según muchas encuestas, nos catalogan como el sitio más feliz del mundo y nos hemos venido adaptando al mundo moderno. Si logramos la paz….seguramente seremos una gran referencia para el siglo XXI.
De los comentarios de la contraportada se incluye este temario que utiliza el autor para sellar su narración:
¿Cuándo llegaron los primero pobladores a Colombia ?
-¿Qué tan grande era la población indígena hacia 1500?
-¿Qué lenguas se hablaban a la llegada de los españoles?
-¿Por qué fracasó la unión de Colombia, Ecuador y Venezuela después de la independencia?
-¿Cuándo y por qué se abolió la esclavitud?
-¿Qué impacto tuvo el cultivo del café en el desarrollo económico social del país?
-¿En qué cambió el papel de las mujeres en la sociedad durante el siglo pasado?
-¿Por qué han coexistido la guerrilla y la democracia durante tanto tiempo?
-¿Por qué Colombia se convirtió en un eslabón importante en la cadena del narcotráfico?
-¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta el país en el siglo XXI?
La certeza de vivir un ciclo repetitivo, deja vú, con ligeros cambios progresivos muchas veces pasados por alto. La sensación es de impotencia y reservado optimismo frente al rompimiento posible del ciclo en pequeños saltos.
-"...para la mayoría de los políticos y jefes militares, era legítimo violar las leyes fundamentales para defender lo que consideraban el bien común o la salud de la patria. La derrota de la concepción propia era identificada con un desastre para el país y en vez de aceptarla y luchar, dentro de las reglas, para cambiar los resultados, pensaban que tenían derecho a desobedecer esas reglas y adoptar las formas d lucha que les dieran el triunfo."
- "Quizá esa desigualdad explique el contraste entre la productiva agricultura indígena, que descubrió centenares de especies y pudo alimentar bien cuatro o cinco millones de personas en 1500, y la más pobre agricultura colonial o republicana, que hacia 1900 alimentaba mal a una población similar, y que no añadió entre 1500 y 1950 una sola especie exitosa a los cultivos locales y más bien dejó perder muchas. Al mismo tiempo, la agricultura colonial y republicana, con su orientación hacia el uso extensivo de sabanas en ganadería, impulsó la deforestación y ayudó a consolidar la idea de que el progreso rural equivalía a la destrucción de la selva, hasta el punto de que la prueba más usual de uso económico de un baldío, aceptada para asignar su propiedad, fue derribar bosque y sembrar pastos en un área determinada."
Un libro muy interesante, repasando la historia de Colombia, mucha de la cual uno vio en el colegio pero ya fue olvidando. El autor hace un gran trabajo al seleccionar las partes más relevantes de la historia de Colombia sin bombardear nombres y fechas y datos de los que se pueda prescindir. Me gustó mucho la primera parte del libro, o tal vez hasta que llega al 9 de abril. Muy interesante ver las posiciones opuestas de Santander y Bolivar, repasar cómo era la economía de Colombia en los siglos pasados, releer acerca de presidentes de los que uno a duras penas recuerda el nombre, como Tomás Cipriano de Mosquera, Rafael Uribe Uribe, Jose Hilario Lopez, Marco Fidel Suárez, y Rafael Nuñez.
Es un libro que se lee bastante rápido, y que creería, atraparía facilmente a muchos lectores.
Un libro que de forma sencilla nos permite entender la realidad de nuestro país basada en su historia, inclusive, desde la época prehispánica. Se puede navegar por las diferentes épocas del país, entender los motivos de los grupos políticos y sociales y como hemos evolucionado como sociedad. Si uno analiza esto en el contexto de hoy, podemos ser más críticos ante muchas de las situaciones heredadas de años atrás como la violencia, la centralización, el abandono de muchas poblaciones, la política agraria, el nacimiento de las guerrillas, narcotráfico, la clase política lejana de las necesidades de la población. Somos un país de regiones y cada una tiene su origen y su historia.
Gran resumen de la historia de Colombia. Abarca la historia desde puntos politicos, economicos, sociales y culturales. Organización Política, Jerarquia Social, Conflictos bélicos, Comercio, Música, Arte, Estructura Urbana, Inmigrantes, Emigrantes, entre otros temas, analiza su evolución a través del tiempo.
Por querer abarcar tanto, pasa de manera superfical en temas que son cruciales y que a uno le hubiera gustado que hubiera profundizado.
Melo, un libro melo! Jajaja para hacer un recuento desde tiempos precolombinos en 300 pgs +/- sin perder el rigor académico es perfecto. El autor toma postura pero por lo menos lo reconoce y lo advierte, esa sinceridad me encantó en este libro, y considero que esa posición hace la obra más humana.
Buen libro, fácil de leer y con datos claros. Le adjuntaría una tabla de tiempo general, o una lista de presidentes para que los saltos en el tiempo se hagan más entendibles. Falta un poco de historia contemporánea en cuestión de movimientos sociales. Muy recomendado.