En el Madrid frenético y alocado de los últimos años puede suceder que un chico de 23 años conozca a una chica de 17 y se enamore perdidamente de ella. Como también puede suceder que de pronto ella le deje, tal vez porque él es incapaz de decirle con palabras que la quiere... Y esto es justamente lo que narra Qué te voy a contar, las marchas y contramarchas de este singular romance, los avatares que esta pareja enfrenta en el curso de una relación que, a diferencia de la novela tradicional, comienza con su rompimiento: Antón nunca se hubiera imaginado un final tan brusco, y está dispuesto a realizar grandes sacrificios para recuperar a Rosemary, entre ellos, garabatear un cuaderno para ella (precisamente esta novela), en el que le contará todo lo que no ha podido expresarle con palabras.
Qué duda cabe de que Antón es un joven muy peculiar: agudo e irónico hasta la desesperación, igual tiene tiempo para ir al psiquiatra que para entusiasmarse con la liga de fútbol o el cine; su amor con Rosemary le lleva de cabeza, aunque eso no le impide frecuentar la noche madrileña, tener ligues e incluso fantasear con la atractiva hermana de su amada. Como telón de fondo a esta divertida relación amorosa, la presencia de una ciudad que convoca a los más variopintos personajes y testimonia, a ritmo de rock, el caos surrealista de nuestra época.
Una novela iconoclasta que desmitifica el sacrosanto Amor y radiografía con amenidad y desparpajo el estado espiritual de toda una generación. Y, desde luego, la revelación de un narrador cuyas dotes literarias se manifiestan con acierto en esta magnífica ópera prima.
No sé porqué este libro no es conocido ni famoso porque merece muchísimo la pena.
El libro nos presenta a Anton, que está muy enamorado de Rosemary, quien ha cortado la relación por no decirla que la quiere. Y es por eso que decide escribir en un libro todas esas cosas especiales de Rosemary que hacen que la quiera. Cada capítulo cuenta momentos en pasado que vivió con Rosemary, pero no de forma lineal por lo que me parece increíble.
Anton está como una cabra, me ha caído bien, PERO había un poco de Red Flags en su forma de hablar, cosa que me pone dudosa a la hora de valorar ya que el libro en sí es un 5 🌟 pero eso le quita o media o una, igualmente intentaré dejarlo pasar porque el libro es del 87. Es un personaje que está súper bien construido. De Rosemary conocemos sólo el punto de vista de Anton, un chico enamorado, que es también lo que hace que el libro sea muy especial.
La forma de escribir de Martin Casariego en este libro ME HA ENCANTADO. Porque es como si un amigo te cuenta lo mucho que le gusta una chica, porque utilizaba un lenguaje informal, de una persona tomando algo con un colega en un bar y aunque está escrito en primera persona, había momentos que me gustaban muchísimo porque se dirigía al lector y a Rosemary a la vez.
Además había escenas y frases tan bonitas que me daban ganas de abrazar el libro.
Me ha gustado muchísimo, lo he leído muy rápido y es que engancha bastante. Creo que podría gustar a cualquiera que lo lea. Es una pena que libros así no sean muy famosos o muy conocidos.
Antón de 23 años ha sido dejado por Rosemary de 17, por no ser capaz de expresar con palabras sus sentimientos. Tendrá ante si todo un verano para poner en orden sus ideas en este diario de fracaso que es la columna vertebral del libro. El tiempo no ha pasado demasiado bien por sus páginas ya marchitas, aunque reconozco que en su momento sí que lo leí con entusiasmo
" —Mira, voy a contarte mi vida, voy a hacerte llorar…
—¿ De verdad quieres hacerme llorar?
—Sí.
—Entonces corta cebolla.
—Corta tú mejor, te voy a hacer llorar sin cebolla, simplemente haciendo un resumen de mi trayectoria… Mis primeras experiencias sexuales compartidas se remontan a la tierna edad de doce años,porque de alevín prometía, la verdad, me metí en la cama con una niña de mi clase, una repetidora que por cierto intentó organizar un sindicato de estudiantes y fue expulsada… Pero todo esto no te interesa, y no quiero hacerte llorar, porque… Mira, a los veinte años lo más erótico que recuerdo fue que un día el sargento repartió condones entre los que nos íbamos de pase… Porque como sabes yo hice la mili, y fue después cuando fui al psiquiatra, me hubieran dado inútil, pero no, claro, yo no, lo hice al revés de lo que lo hubiera hecho una persona normal, como es lógico y normal… ¿Te echo más Coca-Cola también a ti…? Estoy tratando de explicarte que contigo me siento bien y sólo deseo que a ti te pase la mismo, así que me alegro de haberme reservado para ti sin saberlo, yo creo que el amor tiene algo que ver con lo nuestro, a veces he pensado que me gustaría tener un hijo tuyo, pero nunca te lo he dicho porque supongo que pensarás que es un disparate, que solamente tienes diecisiete años y que a lo mejor yo no soy el hombre de tu vida, el tiempo dirá quién tenía razón, pero no, el tiempo no dirá nada y además está mucho mejor calladito, y sé que cuando me dices que me quieres es que lo piensas, porque no sabes disimular, y que ni se te pasa por la cabeza pensar en otro, Y ME INTRANQUILIZA PENSAR QUE NO SEPA TRATARTE COMO MERECES, A VECES TENGO MIEDO DE PARECERTE DEMASIADO BRUTO O POR QUÉ NO DECIRLO DEMASIADO LOCO, O INCLUSO DEMASIADO PERDEDOR, PORQUE LA GENTE PIENSA QUE UN GANADOR ES EL QUE SABE ELEGIR UN VINO EN UN RESTAURANTE O CONSIGUE UN AUMENTO DE SUELDO, Y LO QUE QUIERO…
—Estás gritando, ¿por qué gritas?
—Lo siento, no me daba cuenta, estoy como loco, lo que quiero que sepas es que no soy egoísta y que estoy dispuesto a perder las dos piernas EN ESTA CARRERA Y QUE NO BUSCO TRANQUILIDAD, CUANDO TE DEJO EN TU CASA EL DÍA TERMINA, ASl QUE… Así que esa alfombra tiene puesto el precio porque mi madre la compró hace tres meses y se olvidó de quitarlo, y estoy orgulloso de nosotros, y un señor dijo que la lluvia ha echado a perder esta semana, y yo pensé que qué importa la lluvia, no sé si sabes qué quiero decir, mira, YO NO SE QUÉ ES EL AMOR, NI POR QUÉ NACE NI POR QUÉ MUERE NI POR QUÉ CRECE O POR QUÉ SE QUEDA ENANO, NI SI TIENE TAMAÑO O FORMA, NI SI HAY MUCHOS TIPOS DIFERENTES, Y NO SÉ QUÉ MÁS DECIR SOBRE EL AMOR…
Estaba excitadísimo y me di cuenta de que otra vez estaba gritando y gesticulando, y Rosemary corría el peligro de quedarse sorda, pero al parecer eso no le importaba demasiado, o más bien se había olvidado de que gritaba, me miraba sin decir nada y yo seguí gritando.
—SÓLO QUERÍA QUE LO SUPIERAS, Y QUE PUEDES CONFIAR EN MÍ, PORQUE A TU LADO ME SIENTO BIEN Y… Y Rosemary, voy a quedarme ronco y tú sorda, ¿por qué no nos vamos al cine y nos olvidamos de todos nuestros pecados? Estoy cansado de hacer siempre el imbécil, de haber hecho la mili cuando me hubieran dado inútil, de no ganar dinero, de gritar cuando no hace falta gritar…
Aquella tarde no fuimos al cine, pero creo que Rosemary supo que estaba enamorada de mí y que nunca podría querer a otro, claro está que eso fue a los tres meses de conocernos, creí que con un discurso tan lleno de energía y sentimiento y ardor tenía para 1.000 kilómetros, y por lo visto me quedé tirado sin gasolina a los 500, creí que mi depósito era mas grande o que el coche en el que viajábamos consumía menos, puede que olvidara una gran verdad, y es que el amor chupa más que un Mercedes antiguo. En cualquier caso nunca volví a soltar un discurso tan largo centrado en el amor, ni he vuelto a hacerlo, claro, y no basta con sacar las llaves y decir una vez: «Llénelo», y dar cinco duros de propina, resulta que hay que mirarlo de vez en cuando y hasta comprobar el aceite y el agua, y con más frecuencia cuanto más viejo es. Y sin embargo creo que aquella noche, en mis brazos, suspiró que estaba enamorada de mí, y que nunca podría querer a otro…"
Casariego, Martín (2012-02-23). Qué te voy a contar (Spanish Edition)
Después de bastante tiempo, con trabajos de por medio y últimos exámenes de la carrera… Lo he terminado!
Descubrí este autor por casualidad, este libro entre las grandes estanterías y es fantástico. Este en concreto, es específico y locuaz, es importante demostrar el amor y a veces chillarlo ;). A menudo le damos demasiada importancia a cosas que no la tienen tanto, que al final mañana ya no están.
Ojalá nunca las cosas no dejen de ser más allá de lo que son.
“Casi olvidando que una fotografía es solo una fotografía y que un beso no es más que un beso”.