El Metro lo es vitrina, historia de México, jaula, carrocería, movimiento, cementerio, descubrimiento, encuentro de enamorados, escenario de conciertos con piano para karaoke, telón de teatro, sala de cine, hotel de paso, tumba del suicida. El Metro nos precipita al fondo de la tierra, al fondo de la historia de nuestro país y de nosotros. Inquieta a los arqueó ""Allá adentro está todo nuestro pasado, cuidado con hacerlo trizas"". Cada excavación puede ser una puñalada en la espalda de Cuauhtémoc. Beatriz Zalce de Guerriff unió el pasado con su presente tan entregado a los demás como el que late en sus Historias del Metro, como si ella también fuera un vagoncito de metro que avanza por los rieles del tiempo y lo hace a su modo, pian pianito. Entrevistó a trabajadores, vagoneros, usuarios como ella los llama, músicos, pintores, ingenieros, arqueólogos, jefes de estación, todos ellos sumamente preocupados por nuestro presente, nuestra historia y prehistoria, infinitamente más valiosa que el mamut visto de perfil en la estación Talismán de la Línea 4.
Un libro de bolsillo entretenido, que ofrece algunos datos interesantes sobre el Metro dela Ciudad de Mexico. Es una coleccion de fragmentos cortos, basados en entrevistasy observaciones de la autora. Para ser sincera, esperaba un poco mas del libro en terminos de datos, anecdotas curiosas e historia propiamente del metro. Se disfruta, sin embargo.
Esperaba mucho más de este libro ya que en el prólogo dice que Beatriz es la nueva Madam Calderón de la Barca pero nada que ver. Las historias son muy cortas y la mayoría aburridas, lo único rescatable son algunos datos sobre lo qué hay en ciertas estaciones del metro o las entrevistas con los trabajadores.
Le doy 3 estrellas porque contiene datos interesantes sobre el metro y la ciudad, pero las historias algunas son muy cortas y otras más las sentí muy aburridas. Quizá la publicidad que vi en algunas plataformas influyó en las expectativas que tenía del libro, porque lo vendían como el súper libro con historias de terror pero, personalmente, no me atrapó tanto.
Me ha gustado el libro, mi perspectiva del mismo fue cambiando conforme avanzaba.
Algunas veces cuando haz recorrido ciertas calles te da temor escuchar de alguien más la descripción del paisaje poco conocido pero infinitamente familiar.