217 d.C. Iulia Domna, imperatrice filosofa, sposa di Settimio Severo e madre di Geta e Antonino - il futuro imperatore Caracalla -, è al culmine del potere. Ha finalmente raggiunto il suo grande obiettivo: creare una dinastia e consolidarla. Eppure, nonostante sia riuscita a sconfiggere i nemici che si opponevano alla sua ascesa al potere, Iulia deve affrontare ancora molti ostacoli. Nell'Olimpo non tutti la amano. Per porre fine alla disputa che divide gli dei nei confronti dell'imperatrice, Giove decide che Iulia dovrà superare cinque prove. Tra tutte, la più dura per lei è il brutale confronto tra i figli Antonino e Geta, che minaccia l'unione familiare e conduce la dinastia di Iulia al collasso. Ma c'è anche il dolore fisico, un dolore lacerante. La diagnosi del medico Galeno non lascia scampo: l'imperatrice soffre di una malattia gravissima, il suo corpo è aggredito da un nemico implacabile. Nessuno, neanche gli dei dell'Olimpo, può immaginare che Iulia Domna saprà trovare la forza per superare tutte le prove e salvare la sua dinastia. In questo secondo e ultimo volume della saga di Iulia Domna, Santiago Posteguillo completa il ritratto di una donna forte e intelligente, che si dedica alla politica senza perdere la propria femminilità e che ha il coraggio non solo di sfidare gli uomini più potenti del mondo ma anche gli dei.
Santiago Posteguillo is senior lecturer in English Language and Linguistics at the Universitat Jaume I, Castellón, Spain. He is also president of the European Association of Languages for Specific Purposes, and a member of the Editorial Board of the international journals English for Specific Purposes and Written Communication. His latest publications include Netlinguistics: Language, Discourse and Ideology in Internet (2003) and the recent Spanish Computing Dictionary: English-Spanish, Spanish-English (2004).
Santiago Posteguillo, filólogo, lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia, es en la actualidad profesor titular en la Universitat Jaume I de Castellón y director de la sede en dicha universidad del Instituto Interuniversitario de Lenguas Modernas Aplicadas de la Comunidad Valenciana. Santiago Posteguillo ha estudiado literatura creativa en Estados Unidos y lingüística y traducción en diversas universidades del Reino Unido. Autor de más de setenta publicaciones académicas que abarcan desde artículos de investigación a monografías y diccionarios especializados, en 2006 publicó su primera novela, Africanus, el hijo del cónsul (2006), primera parte de una trilogía que continúa con Las legiones malditas (2008). En la actualidad está trabajando ya sobre la tercera novela de esta trilogía. Santiago Posteguillo vive en Puçol, en la provincia de Valencia, a pocos kilómetros de la antigua fortaleza púnica y romana de Sagunto.
4.5 ⭐️ y es que a pesar de ser una historia increíblemente bien contada, la sentí un poco repetitiva. Julia Domna es un gran personaje y en este libro se supera, nunca deja de sorprender la capacidad de esta mujer y la ambición por mantenerse en el poder aún cuando el precio sea muy caro. Un gran final para una gran historia.
Santiago Posteguillo le da una vuelta de tuerca a la novela histórica tradicional incluyendo algunos capítulos “especiales” en los que visita tanto el Olimpo como el mundo de los muertos. La forma en la que el autor mezcla la trama real que lleva todo el peso de la novela con estos breves pasajes contados desde un prisma más fantasioso es magnífica.
Me ha gustado todo. Desde ese gran testigo que es Galeno, hasta todos y cada uno de los personajes. La mayoría son odiosos por cometer una y otra vez acciones carentes de ética; los menos son nobles y leales (¡Quinto Mecio siempre en mi equipo!), pero absolutamente todos son inolvidables: Julia Domna, Septimio Severo, Plauciano, Caracalla, Geta, Macrino…
Si un día me viera frente a Caronte y me dejara llenar la barca de libros para cruzar la laguna Estigia, dos de mis elegidos serían: Yo, Julia & Y Julia retó a los dioses, porque me han encantado y porque tal y como se dice en la novela: “En Roma no se trata de ganar o perder, sino de ganar o morir”.
Joder, joder, joder, qué coño hace este tío… para escribir tan bien. (copia/pega de lo que ya escribí para el segundo libro suyo de Trajano)
Pues eso, que este segundo de Julia me parece mejor que el anterior y que parece increíble que, con lo poco que me gustaba sobre lo que leía, lo estuviera leyendo con tal avidez.
Porque, no nos engañemos, desde el actual punto de vista ético no hacen mas que salvajadas: todos se rigen bajo “el fin justifica los medios”. ¿Que hay que dar escarmiento? Se mata a todos, mujeres, niños y lo que sea. ¿Que pueden aunque solo sea mirarme mal? Se mata a todos, mujeres, niños y lo que sea. ¿Que es posible –solo posible- que ciertos asesinatos me convengan, sea sobre vestales inocentes o no? Pues se entierra vivas a las susodichas. ¿Y en el tema de sexo hay algo sagrado? Quita, quita, que los emperadores hacemos lo que queramos, faltaría más.
Julia y sus hijos (y el resto de personajes de la novela) no tiene ninguna moralidad, sólo el ansia de perpetuar sus dinastías, a costa de todo, de todos.
Y con ese “panoramón” el Sr Posteguillo construye esta pedazo novela que, a Dios gracias, termina la aventura y no nos mete en otra espera para ver cómo acaba todo.
Las cuatro estrellas podían ser cinco. Sólo lo baja la muy subjetiva repulsión que he tenido por todos los personajes (Salvo por Galeno y Mecio, obviamente) y por todas las burradas que nos detallan. Pero por ritmo y por arte del escritor se las merece todas.
Y otra vez que mete con calzador el tema cristiano. Señor Posteguillo, ¿se está preparando usted alguna novela sobre el cristianismo?
Esta segunda parte tiene un ritmo mucho más trepidante que la primera. A punto estuve de quitarle media estrella (porque no me gusta tanta fantasía en cuanto a los dioses) . Peeeeeroooo a medida que iba avanzando, me daba cuenta que sí que tenía sentido y que no había otra mejor manera de llegar a ese final.
Deciros como arranca la novela sería contaros como termina la primera parte “Yo Julia”, así que en lugar de hablaros de la trama os cuento mis impresiones de la novela. Aquí encontraréis a una Julia Domna, si bien en la primera parte apenas tiene protagonismo, aquí se lleva la palma, es fuerte, luchadora, ambiciosa, sin importarle medios necesarios para cumplir su objetivo, llevándolo al extremo en el más amplio sentido de la frase, algo que, a pesar de estar documentado a mí no me gustó. La pega que le pondría no es la extensión de la novela sino la falta de un par de capítulos más, porque el final, final, me pareció precipitado y me faltó un par de encuentros entre varios de los personajes. Lo mejor de todo como incluye la mitología romana en una novela histórica. Me ha parecido fantástica la última parte del libro, muy ingeniosa. ¿Recomiendo la novela? Con los ojos cerrados, es una novela histórica, donde Posteguillo nos da una lección magistral de la historia de Roma, llena de datos contados de manera muy didáctica, muchas luchas internas por conseguir el poder, envidias, asesinatos, complots, manipulaciones, y en medio de este odio, hay una resquicio para el amor.
Me ha sorprendido y me ha gustado más que la primera: Yo Julia.
No esperes un libro histórico "puro" del estilo de los publicados anteriormente por este autor. Lo primero que hace Posteguillo es sorprendernos empezando el libro con la primera asamblea de los dioses. Esos dioses que rigen el destino de los mortales o esa justificación de las cosas que no entendemos y del devenir de la vida - cada cual que se quede con la versión que prefiera ;-) -. Un enfrentamiento entre los dioses, dividido en dos bandos, en el que Júpiter dictará las cinco pruebas a las que tendrá que enfrentarse Julia en estas páginas.
Una Julia que sigue destacando. Una mujer que por encima de todo está la lucha por mantener la dinastía iniciada con Severo -tal vez podría decirse la suya-, que con su inteligencia y sus conocimientos es capaz de adelantarse a los posibles obstáculos, que busca soluciones y pactos que otra persona ni se habría planteado, que no tiene límites y que es capaz de cualquier cosa. Pero también es una mujer consciente de que su caída supondría la aniquilación de toda su familia. Estos romanos no se andan con chiquitas, o todo o nada.
Luchas, intrigas, traiciones y manipulaciones, junto a una trama familiar de la cual no voy a desvelar nada, aunque algunos de los hechos relatados ya son conocidos y en algún caso, hasta casi se agradece que no se recree.
También tenemos nuestra batalla: la de Marciano contra Vologases VI, rey parto.
Y también contaremos con un narrador aventajado, Galeno, que a través de sus diarios nos permite entender más de una vez por donde nos estamos moviendo.
Personalmente, en estos momentos he agradecido ciertas "distracciones" como la parte mitológica, la búsqueda de los libros de Galeno, los sentimientos de Mecio y la escena final en la laguna Estigia.
Mencionar que al principio del libro hay una relación con los principales personajes y que al final hay algún mapa con la extensión del imperio romano y un extenso glosario de términos latinos, algunos de los cuales ya conocía, pero en otros me han resultado muy interesantes sus apreciaciones.
En su conjunto me ha dejado con la sensación de que me ha gustado más que Yo Julia. Por ello:
Segunda novela de la serie de Julia Domna, excelentemente narrada y más centrada en la intriga política y cortesana, que muestra una despiadada lucha por el poder, que en las batallas.
Muy buenos e interesantes personajes, aunque que salvo una o dos excepciones (Ole ahí Galeano) no me han resultado atractivos por su ambición desmedida y escasa (o nula) moralidad.
Curiosa y original la intervención de los dioses del Olimpo.
Según el autor, en este segundo libro Julia retó a los dioses. Y retando también al refranero español en que las segundas partes nunca fueron buenas, la continuación no solo está a la altura de la primera, sino que en algunos sentidos la desborda. Veamos. En el primer libro vimos como, tras haber derrotado y fulminado a los otros candidatos, Septimio Severo se alzó como emperador único de Roma en el año 197, inaugurando una dinastía, la dinastía severa, en la que su mujer Julia Domna sería emperatriz y augusta de Roma y los hijos de ambos, Basiano y Geta, estarían destinados a suceder a su padre como coemperadores. La contundencia de Severo contra todos sus adversarios, su pericia como estrega y su buena sintonía con el ejército asienta los mimbres para años de estabilidad en el Imperio Romano.
Sin embargo, este libro parte de la máxima de que si llegar al poder es difícil, más aún lo es mantenerse. Máxima constatada en todas las épocas y circunstancias, y ésta no iba a ser una excepción. Los problemas para la naciente dinastía no tardarán en aparecer por varios frentes. Por un lado, Plauciano, amigo íntimo ahora jefe de la guardia de Septimio Severo, ambiciona como vimos en el primer libro con desbancar a su amigo del poder. Una ambición que Julia es la primera en intuir y que la llevará a ser el máximo obstáculo para los intereses de Plauciano. Por otro lado, el Senado, mermado y castigado desde la llegada de Severo al poder, no se conformará con su papel en la nueva dinastía y buscará recuperar la influencia en el imperio de la que en otros tiempos gozase. Por no hablar de la creciente rivalidad entre Basiano y Geta, los futuros coemperadores, que nunca han disimulado en mostrar la incomidad en compartir entre ellos el imperio en un futuro próximo.
Pero, por si esto fuera poco, los enemigos de la nueva dinastía van más allá del mundo de los vivos. Esta es una de las novedades de este segundo volumen: la introducción del elemento divino. El origen sirio de Julia y su creciente influencia en la vida romana es vista con desconfianza, cuando no con abierta hostilidad, de ciertos dioses romanos, cuyo principal exponente es Vesta. Esto los lleva a un dura disputa con los dioses partidarios de la nueva dinastía, de entre los cuales la cara más visible es la de Minerva. En aras de resolver el naciente conflicto, Jupiter, como dios de dioses, decreta cinco pruebas mortales para Julia.
Nos encontramos así ante una amalgama de intereses que el autor logra estructurar y plasmar perfectamente a lo largo de las páginas de este segundo libro, como ya hiciera en la primera parte. Y al igual que entonces, lo hace en forma del diario secreto de Galeno, el médico de la corte imperial. Esto permite también la introducción del elemento científico en la novela como una parte perfectamente coherente de la historia, el cual aunque tiene un papel testimonial en la historia, es tremendamente enriquecedor (y lo mismo se podría decir del elemento divino). Y es que pese a la soberbia del médico de Pérgamo, su actitud hacia el conocimiento, hacia la ciencia, representa las bases del pensamiento científico actual. Es aquí donde he visualizado, en general, hasta qué punto la civilización romana representa los cimientos de la actual, y cómo esto queda representado tanto en este libro como el anterior.
Como ya me sucediese con el primer libro, he leído este segundo con avidez, lo he disfrutado enormemente y me he quedado tremendamente satisfecho al terminar. Si hay algo que me haya gustado menos en este segundo libro, es que las licencias que el autor se ha tomado han pasado a ser más significativas, perdiendo así en rigor histórico. Por otra parte, ninguna de estas diferencias es lo suficientemente importante como para afectar la comprensión de la historia, y entiendo su inclusión en el sentido de que encaja con el tipo de historia que el autor quería representar. Por contra, este segundo libro para mí ha sido más intrigante que el primero, con más sorpresas (las que nos ha dejado la historia, en realidad), más largo y con una mayor sensación de completitud. En ese sentido, me ha gustado más que el primero.
Antes de empezar "Yo, Julia" pensaba que la novela histórica de esta época no estaba entre mis intereses y era un poco reticente a iniciar su lectura. Habitualmente me muevo en registros bastante diferentes. Hoy, tras terminar su continuación, considero que este autor ha sido mi principal descubrimiento literario de este 2020, y uno de los mayores de mi vida. Es por esto que quiero extender la recomendación de este libro, de esta saga, a cualquier tipo de lector.
Me encantó!, casi más que Yo, Julia. Sublimes, a mi manera de ver, las asambleas de los dioses y las escenas en la laguna Estigia. Me gusta mucho la manera que tiene Santiago Posteguillo de contarnos la historia.
Ni más ni menos que un Santiago Posteguillo: rigor histórico, capacidad privilegiada para el dinamismo y entretenimiento y más entretenimiento de calidad. Nadie conjuga como él la diversión y el aprendizaje histórico. Recuerdo que escuché decir al autor en una entrevista que uno de sus principales objetivos era hacer de la novela histórica algo muy muy divertido. Pues lo consigue, vaya si lo consigue.
Me ha llamado la atención que, en líneas generales, la obra me haya parecido superior a "Yo, Julia". En el primer libro de la biología hay mucha más acción, entendida como sinónimo de guerra: Issos y Lugdunum, por ejemplo, dos grandes batallas campales narradas con la brillantez que acostumbra el autor. En cambio en "Y Julia retó a los dioses" el componente bélico se traslada a palacio (a la domus, vaya). Las intrigas, las traiciones, la veleidosidad humana, la pugna descarnada por el poder son los temas que vertebran la narración. En este sentido es un libro más político, más comedido en su espectacularidad, pero que, no obstante, me ha parecido más sólido, mejor hilvanado que el anterior a todos los niveles: diálogos, peso narrativo de los personajes, interés...
Quizá el problema de éste libro (por sacarle algún "pero") es que el clímax acaece antes de las páginas finales, sobre el 85% del libro, dejándonos para el final una sucesión de eventos históricos narrados con, probablemente, excesiva celeridad y superficialidad. Un cierre un poco descafeinado. Por otro lado, me ha gustado la incorporación de elementos de fantasía entremezclados con el folklore y la mitología romana. Acertados y perfectamente intercalados en el hilo narrativo.
En definitiva un libro insoslayable para cualquier amante de la novela histórica y que cierra cronológicamente el período más glorioso de Roma, el del Alto Imperio Romano. De hecho en la "Nota Histórica" de la novela Posteguillo nos expone lo que, a partir de la dinastía Severa, le depararía el caprichoso y voluble devenir histórico a los romanos: inestabilidad política, corrupción administrativa, crisis sucesorias y problemas fronterizos, notas que caracterizarían el arduo siglo III romano.
La nota son 4,25 estrellas, muy altas, muy lustrosas. No eclipsan las cosechadas por la imbatible "Trilogía Trajana", pero siguen brillando orgullosas en el firmemente de lo mejor de la ficción histórica patria.
Aunque la reseña pudiera ser parecida a la que hice para Yo, Julia, creo que este libro es mejor porque introduce algunos cambios que eran precisamente de los que me quejaba en el anterior libro.
Por primera vez, Posteguillo introduce un elemento de "fantasía" para narrar y ha sido todo un acierto. Aquí aparece el Cónclave de Dioses Romanos los cuales van poniendo pruebas a Julia y gracias a estos interludios se van separando los distintos arcos argumentales de la novela. Este ha sido un recurso que me ha encantado y que se le aleja de la rigurosidad histórica del primer libro. Eso sí, la documentación y detalle histórico sigue siendo perfecto como siempre, pero ayuda que la forma de narrarlo sea más novelesca y no tanto educativa.
Por lo demás, sigue sin engancharme un personaje tanto como para querer seguir leyendo, porque aunque Julia sea el motor de la novela, en esta segunda parte su obsesión por crear una dinastía llega a unos límites que le da igual a quien matar o a quien maten mientras ellas siga con un plan en la cabeza para seguir en el poder.
La segunda novela de Posteguillo centrada en el personaje de Julia Domna es tan apasionante como la primera e introduce algunos elementos novedosos de fantasía mitológica que en conjunto se agradecen (aunque a mí en ocasiones me han chirriado un poco). Por lo demás, contiene todas las virtudes que han hecho de Posteguillo un maestro en el género de la novela histórica. En resumen: excelente, como siempre.
La verdad es que Posteguillo nunca defrauda. Novela Histórica superlativa, tiene ritmo, intensidad, acción, pese a que si eres un poco conocedor de los acontecimientos históricos que sirven de base al libro y sabes que lo que viene a continuación en cada momento te va a asquear, el autor te atrapa y te obliga a seguir leyendo. Para mi gusto de las tres series históricas de Posteguillo, esta es la menos buena, también hay que reconocer que el periodo elegido está plagado de violencia, guerras, asesinatos, traiciones y no tiene tanto glamour como los siglos de los emperadores buenos, tampoco los escritos que nos han llegado de esta época hasta nuestros días son demasiado importantes y en muchos casos poco creíbles, por lo que el autor ha hecho lo que ha podido. La intercalación del Juicio de los Dioses y la narración de Galeno da agilidad y originalidad al texto. Dicho esto, alguna pega hay que poner para no darle 5 estrellas, hay una cosa que me molesta bastante de la forma de escribir de Posteguillo y es esa manía de recapitular casi cada capítulo, en boca de los principales personajes, todos los acontecimientos que les han llevado hasta allí, como si continuamente necesitaran reafirmarse en sus acciones. A mi, personalmente, me cansa un poco e infantiliza la novela, como si el lector no fuera capaz de seguir por si mismo, de forma eficaz los acontecimientos. A la espera de la siguiente serie: Constatino....Justiniano......A ver si no se hace de rogar.
Que conste que en realidad le daría 4'5 estrellas, por un "problema" que ya he visto que le achacamos varios lectores, la reiteración.
La novela me ha parecido de nuevo, ESPECTACULAR. Adictiva, no escasa de acción ni de diálogos (aunque habría agradecido un poco más de ambas cosas) y nada agobiante con las "lecciones" de historia.
La trama de los Dioses me ha parecido "correcta" puedes leer el libro ignorándola completamente si no te gusta el tema y prefieres ceñirte la la esfera de lo humano.
La única pega que le pondría es la reiteración una y otra vez de los mismos pensamientos, divagaciones, valoraciones de lo que va a pasar o pasó en el pasado ... por unos y otros personajes, pero, ultimamente es algo que veo con bastante frecuencia.
Sigo reservandome los libros de Trajano y Escipión que todo el mundo me dice que son fantásticos. Caeran.
Pues ya está, Posteguillo me acaba de conquistar. Me declaro fiel lectora suya. Si “Yo, Julia” me encantó; “Y Julia retó a los dioses” me ha enamorado. ¡Cómo he disfrutado de la historia! Y es que Julia… es mucha Julia. Hasta los dioses romanos son conscientes de ello.
El ritmo de la novela es perfecto. Lleno de intrigas, conspiraciones, traiciones, asesinatos, amor, odio… Todo ese conjunto de elementos hace que una vez que empiezas el libro no lo puedas soltar. Me encanta el carácter de Julia. Es muy consciente de lo que es capaz de hacer y no se deja achantar por nadie. Sabe lo que quiere y sabe cómo conseguirlo. A lo largo de la novela Julia nos ha dejado grandes pensamientos, como por ejemplo:
“Al enemigo, para controlarlo, es mejor tenerlo cerca”.
“Bueno, los imperios o crecen o decaen –dijo Julia–.No será conmigo que Roma decaiga. Si acaso eso solo ocurrirá sobre mi cadáver”.
“El que resiste, gana. El que gana, vive”
“El agradecimiento es uno de los mayores promotores de lealtad que existen en el mundo”.
En esta novela no encontramos detalladas muchas batallas, como si pasó con el título anterior. Solo nos detallarán una, la batalla de Nísibis. Pero está contada de manera excepcional, y el que tengas los planos de la misma hace que te puedas situar mucho mejor.
En conclusión, si te gustó la primera parte, con esta vas a disfrutar más si cabe. Coge el libro, siéntate y prepárate para comenzar un viaje acompañando a la gran Julia Domna. Viaje que seguro no olvidarás.
Me ha parecido una buena novela, llena de intrigas, rencores, asesinatos y mucho movimiento de personajes. El mejor, sin duda, el de la protagonista Julia Domna. Posteguillo es un muy buen narrador y siempre hace que la novela histórica se lea de forma amena. Os diré que, incluso, me ha gustado más que la primera parte. Os lo recomiendo.
Posteguillo aborda la historia de la segunda mitad de la vida de Julia Domna. El libro es la continuación de 'Yo, Julia' (Premio Planeta 2018). Julia, tras obtener con su marido Severo, el poder absoluto en Roma, tiene que luchar por consolidar la dinastía y enfrentarse a cinco grandes y colosales pruebas que la vida (los dioses) le envían.
Siempre es una gozada viajar al Imperio Romano de la mano de Posteguillo. El libro, aún mejor que la primera parte, es brillante.
Totalmente recomendado para los amantes del autor y de la Historia de Roma. Imprescindible haber leído el primero de la serie.
Creo que es poco lo que puedo decir yo de Posteguillo, que además me encanta desde el primer momento en que lo descubrí y nuevamente me tuvo enganchada de principio a fin, con el toque justo de historia, más las intrigas típicas del imperio, con sus traiciones, sus pasiones, sus locos, sus sabios y sobretodo sus caprichosos Dioses. Si bien es cierto que al principio me asusté ya que el inicio de las anotaciones del Diario Secreto del médico Elio Galeno sentí la narración un poco dudosa, enredada, con saltos de tiempo y llegue a confundirme y sospechar de que algo no iría bien, pero no, la verdad es que es el mismo de siempre impecable!!!
Sublime novela histórica. Julia es un personaje bárbaro. Genial segunda parte con los dioses de por medio y con un desarrollo igual que el mejor de los thriller. Acción e intriga a raudales que no defrauda ni un minuto. Estupenda!!
"Una dinastía nunca empieza con el primer emperador de su estirpe. [...] una dinastía solo comienza de veras cuando el primero del linaje imperial fallece y, de forma efectiva, de ve sucedido por un miembro de su familia."
No hay nada adicional que pueda decir de este autor, ni de su calidad narrativa que atrapa, envuelve y no te permite despegarte de sus páginas, hasta acabar con el libro. Me ha vuelto más adicta, de lo que era, a la novela de ficción histórica.
“Y Julia retó a los dioses” es la continuación de Yo, Julia y el fin de una bilogía espectacular. La historia se sitúa en la última década del siglo II d.C., donde continúa la historia de intrigas, asesinatos, odios, y luchas constantes por el poder del Imperio Romano. Y, Julia Domna no solo tendrá que luchar contra enemigos externos, tendrá que lidiar con las rencillas de sus propios hijos.
"Pero... ¿es posible la victoria cuando el enemigo es tu propio hijo?"
Volvemos a encontrarnos con una Julia plenamente instalada en el poder, quien por supuesto, sigue siendo la misma mujer determinada, fuerte y ambiciosa que conocimos en el libro anterior, y que hará todo lo que sea necesario para preservar la Dinastía que ha forjado junto a su marido, así como tiene claro que, en el juego por el poder, o se gana o se muere.
En esta oportunidad el autor nos introduce un nuevo elemento, ya no solo tenemos las aportaciones del Diario secreto de Galeno, médico imperial; sino que también tendremos sesiones de Asambleas realizadas por los dioses del Olimpo; porque era de esperar… hasta los dioses romanos, en su mayoría, estaban en su contra. Considero que fue un extraordinario añadido a la narrativa, que no le restó credibilidad a la historia, sino que desde mi punto de vista, la ha hecho más enriquecedora.
La novela es completa desde todas sus aristas: absorbente narrativa, gran evolución de los personajes, referencias históricas que no solo muestran hechos y alguna batalla, sino también el complejo equilibrio entre la fuerza militar y la fuerza política que ejerce el Senado Romano.
Si crees en el dicho “las segundas partes no son tan buenas”, Santiago Posteguillo nos demuestra que hay excepciones, y que éstas valen la pena, y nos trae una muy merecida continuación y cierre de la bilogía, para algunos de igual calidad, para mí supera con creces al libro anterior.
100% recomendado.
"¡No me detendrá ni la muerte! ¡Conseguiré la victoria aunque para ello tenga que luchar desde el reino de los muertos!"
Recently I reread the Iliad as well as a couple of modern rewritings of some aspects of the epic. I also watched part of the film Troy – I gave up halfway through. It struck me that in these modern versions the producers or writers have a hard time dealing with the gods and their role in the Troy affair, so in general they are cancelled out.
Posteguillo in this second volume of his Julia Domna series defies our more incredulous and agnostic attitudes and structures his novel as a series of tests that the Olympic gods set for Julia. Like in the Iliad, the gods are split. On the one side we have those who support her, Minerva (goddess of strategy, intelligence and of ‘good’ war) together with those who support the family (Juno, Cibeles and her daughter Proserpina). Choosing Minerva on the pro-Julia camp echoes the characterization of Julia that Posteguillo is offering us in his books. Julia is superbly shrewd and astute. Against her there are some big weights: Apollo and his twin Diana, Mars (as the god of ‘bad’ war he is the nemesis of Minerva), and Neptune. This lot is led by a minor goddess, Vesta who seems to act out of envy and prejudice. The very Roman Vesta does not like Julia’s Syrian origins. And so, we witness how these gods make Julia undergo six texts.
During these tests we walk through a very turbulent period in the Severan Dynasty. As in the previous volume Julia continues to machinate and even if her husband Septimio Severo is finally Emperor she still must get rid of enemies. In her design, though she incurs on some errors. One is feeding too much hatred in the mind of her eldest son, Bassianus (later Caracalla) and Geta with horribly tragic results. Posteguillo’s portrayal of the brute Caracalla is very convincing. He was a complex Emperor – a great military dealer loved by his legions but who could lose complete control of himself. Justly, his efforts at obliterating his brother have not succeeded entirely and we know about him, even if his life was short.
Posteguillo pushes his Julia to the limit. Both literarily (she is too much of everything) and as an agent in this historical episode. As if witnessing fratricide were not enough, her single-mindedness in the pursuit of establishing a powerful dynasty leads her to commit other acts that may disturb some readers.
As the novel continues with this extraordinary family onto its last members, even after Julia has died, Posteguillo solves the conundrum of losing his protagonist when he still has a fair amount of his narrative to complete. This last section will require a new dose of credence and faith on the part of the reader. To combat my desire to laugh I had to think of the very beautiful painting by Patinir in the Prado.
Seré honesta: decepcionada con este libro, y además, me ha costado - un poco - acabarlo. Es el tercer libro que leo de Posteguillo y la verdad es que el primero, que fue la primera parte de la historia de Julia Domna, me gustó bastante. Pero después de haber leído la primera parte de la trilogía de Trajano y esta segunda parte de Julia Domna, sintiéndolo mucho, empiezo a cansarme del "estilo" del autor - si se le puede llamar así - y de tener la sensación que estoy todo el tiempo leyendo la misma historia, como en el día de la marmota. Sí, son historias diferentes, separadas entre sí por lapsos de tiempo - siglos - muy amplios, diferentes personas, diferentes contextos... entonces, ¿por qué esta impresión de estar leyendo todo el rato lo mismo? Como ya he dicho en anteriores reviews de este mismo autor, la labor de documentación y de informarse sobre las fuentes necesarias para manejar el período que trata no se le puede negar en absoluto. Sin embargo, toda la habilidad y dedicación que tiene como investigador la pierde como autor. Es, como he dicho, repetitivo. No importa si habla de Julia Domna, o de Quinto Mecio, o de Caracalla, o de Cómodo, o de Domiciano, o de Antonino, o de Trajano... sus personajes son planos, sin personalidad, estereotipos monolíticos que no tienen riqueza interior ni variedad alguna. Da igual lo que leas de Posteguillo; los mismos arquetipos se repiten hasta el aburrimiento y todo el tiempo son lo mismo: la patricia virtuosa, el emperador monstruo, el pretoriano traidor, el esclavo fiel... los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, los buenos no se equivocan nunca y los malos no pueden hacer ni una a derechas. En el universo Posteguillo, todos son blanco o negro, no hay matices, ni escala de grises, cada personaje es un cliché salido de la mente del autor, que se repite sin que importe si es Trajano o Severo, o si estamos en el siglo I o el II. Es cierto que tenemos una limitación de fuentes - menos limitada de lo que comúnmente se cree - respecto de la época romana, y que los historiadores romanos eran cualquier cosa menos neutrales o imparciales; pero esto no tiene nada que ver con la nula habilidad de Posteguillo para la caracterización de sus personajes. Son aburridos. Estoy aburrida de que Julia sea tan hermosa y tan perfecta, y de que no se equivoque nunca, y de que lo tenga todo tan bien planeado que hasta después de la muerte le sale todo bien - ¡venga ya! -; hasta el punto de que, cuando hace cosas auténticamente aberrantes - como acostarse con su propio hijo - el autor la defiende y justifica (?!), y sí, digo bien, es el autor quien está todo el rato justificando a sus personajes y hablando por ellos, en lugar de respetar su posición omnisciente y dejar transcurrir los eventos dotando a los personajes de personalidad propia. Ha tenido, sin embargo, una gran idea en este libro, que es mezclar el mundo de los vivos con el Olimpo y el Inframundo, hablando de asambleas de dioses paganos al estilo de Homero, o de escenas a orillas de la laguna Estigia al estilo de Ovidio o incluso Dante. Esta idea, que es buena, interesante, y le da un toque mítico y fantástico a una novela en principio histórica - ja - lo acaba pervirtiendo con lo repetitivo y la fascinación que le producen sus propios personajes mal escritos. ¡Pero si hasta Julia se atreve a darle órdenes a Caronte! Venga ya, hombre. Si ibas a hacerle un tributo a Homero o a Ovidio, al menos rígete por sus normas. En el otro mundo, las almas no tienen autonomía ni capacidad de imponerse a nadie. En fin, que al final, me ha costado muchísimo terminar el libro, porque estaba cansada de leer siempre lo mismo. No veo distinción entre un libro de Posteguillo u otro, no aprovecha para enriquecer a sus personajes ni escribir mejores historias de romanos, da la impresión que vomita un libro tras otro y está siempre escribiendo lo mismo. Al final, lo que parecía una buena obra de investigación y documentación se pierde por la falta de realismo y la terrible caracterización de sus personajes, además de ese estilo insidioso que mantiene de estar recordándote todo el tiempo eventos y diálogos pasados, aunque hayan pasado hace dos páginas, como si tuvieras mala memoria. En resumen, que empezó bien cuando sólo había leído un libro suyo, pero ahora que llevo tres, me he dado cuenta de que con Posteguillo, se cumple la norma: leído uno, leídos todos. No innova ni mejora nada de un libro a otro. Ni siquiera contextualiza bien el mundo romano, preocupado sólo por sus personajes principales y las luchas de poder. Demasiado fascinado por sus propios protagonistas, que no son, ni de lejos, personajes bien escritos ni definidos. No recomiendo más a este autor. Y sí, a pesar de todo, puede que termine de leer la trilogía de Trajano, puesto que ya la he empezado y odio dejar cosas a mitad. Pero probablemente después de esto ya no me moleste más en leer otros libros de este autor. Hay mucho más y probablemente mejor escrito que este producto nacional desafortunadamente comercial.
Acabé de leer este libro hace ya unas semanas y como ya se me había comentado me dejó mucho mejor sabor de boca que el primero, Yo Julia.
Sin tener ni idea, creo que a Posteguillo los editores le indican que incluya mujeres, alguna historieta amorosa y escenas ardientes. Y precisamente su fuerte es narrar batallas y presentarnos luchas de poder. En este libro vuelve afortunadamente a esto, de un modo muy ameno, aunque para mí no llega al nivel de sus dos trilogías anteriores, especialmente de la magnífica primera.
Como novedad el autor, emulando otras obras clásicas, narra la historia como un acto dictado por los dioses, con episodios breves en que ellos dialogan y van marcando la historia. Parece original pero no tengo claro que me haya gustado especialmente.
Este segundo libro me ha gustado mucho más que el precedente, es una fantástica historia en la que acompañaremos a una mujer (Julia) dispuesta a todo por mantener el poder y su dinastía; las traiciones y grandes luchas no serán obstáculos para ella, inteligente y hermosa que sin duda sabe cómo manejar un imperio. Magnifica ambientación y descripción de la época hacen que nos trasladamos dentro de la historia misma. Un final estupendo para una historia maravillosa. 4 1/2 ⭐️
No estoy segura si me gustó más este libro que el primero, lo que si sé es que la combinación de la historia de Julia Domna y la mitología romana, me encanta 😍 hay momentos de transición en que la historia flojea un poco, pero cuando empieza de nuevo la acción, las páginas se van como agua 👌🏼
Me encantó, lo amé más q al primero 😅😍, definitivamente fue una buena idea comprarme todas las trilogías y en este caso la bilogía de Santiago, me daré un descanso, pero seguramente antes de q termine el año ya estaré leyendo a Trajano. Nótese q voy de los más nuevos a los anteriores 😂😅.
Por donde empezar... Primero de todo hay que saber que estos libros no son divulgativos, es decir, no se puede tomar todo al pie de la letra ya que al ser una novela el autor decide introducir elementos que no son reales para poder alimentar más el dramatismo de la trama. Evidentemente sí que sigue la historia real de la protagonista, en este caso Julia Domna (que sí que existió) pero no todos los hechos ni las conversaciones son reales. Partiendo de aquí he de decir que ha sido un libro adictvo. Se ve como Julia quiere mantener el poder para que su dinastía perdure en el tiempo. En este libro hemos visto una novedad que en el anterior no se vio, se introducen los dioses del Olimpo. En un principio pensaba que los dioses serían introducidos de otra forma, tipo que Julia los vería y hablaría con ellos (y esta idea no me agradaba mucho) pero el autor lo ha introducido de forma muy sutil aunque también he de decir que la excusa por la que molestan a Julia no me ha convencido mucho. Es rápido de leer. No se para mucho en el desarrollo de los batallas (como si hace en la trología de Trajano). Y siempre tienes el gusanillo de saber que va a pasar en los próximos acontecimientos.
Como conclusión lo recomiendo mucho. Me ha gustado más que el primero y mereció la espera de un libro al otro. También recomiendo leer antes de esta biología, los tres libros sobre el emperador Trajano ya que durante los dos libros a veces se hacen referencias y siempre te quedas satisfecho cuando lo nombra y sabes de que está hablando.