Dietario voluble

by Enrique Vila-Matas

Este libro abarca tres años (2005-2008) del cuaderno de notas personal de Enrique Vila-Matas. Combina los comentarios sobre libros leídos con la experiencia y la memoria personal, y va abriendo camino para la autobiografía amplia, siempre a la búsqueda de que lo real sea visto como espacio idóneo para acomodar lo imaginario, y así novelizar la vida. Además, Dietario voluble abunda en los procedimientos literarios más habituales en Vila-Matas, donde las diferencias estilísticas entre la ficción y el ensayo son cada vez menos relevantes. Compuesto en parte por notas que pasaron del cuaderno del escritor a la edición dominical de El País de Cataluña, pero también por fragmentos inéditos, y por notas que han sido escritas para completar esta edición, Dietario voluble es un tapiz que se dispara en muchas direcciones. «Me gusta muchísimo Dietario voluble, libro inclasificable. Lo leo como una novela, una muy buena novela» (Pedro Almodóvar); «Dietario voluble es simplemente un gran libro» (B. Fauconnier, Le Magazine Littéraire).

Genres: Biography, Spanish Literature

280 pages, Paperback

First published January 1, 2008

About the author

Enrique Vila-Matas is a Spanish author. He has written several award-winning books that mix genres and have been translated into more than thirty languages. He is a founding Knight of the Order of Finnegans, a group which meets in Dublin every year to honour James Joyce. He lives in Barcelona.

Reviews

[Guille · Rating 5 out of 5]

“¿Escribir es intentar saber qué?”

¿Y leer? Nadie lo sabe o, de poseer tal conocimiento, no ha tenido el valor de revelarlo pues ello podría imposibilitarnos seguir disfrutando de lecturas tan deliciosas como “Dietario voluble”, de Jordi Llovet, obviamente.

En “Dietario voluble” el autor nos habla de su enfermedad del misterio de la vida, de su inagotable asombro ante la extrañísima presencia de las cosas, de “lo que pasa cuando no pasa nada”, concretamente en su vida y durante los años 2005 a 2008. Una lectura que, parafraseándole, me ha parecido tan bella y extraña que desde el primer momento parecía estar yo leyendo exclusivamente para el recuerdo.

En el fondo, no es un texto muy diferente al de sus novelas si a estas les quitamos su mínima trama, sus personajes ficticios (aunque esto no lo tengo del todo claro), sus engranajes y engarces de textos y escenas y dejáramos únicamente el meollo del asunto, un compendio de impresiones, pensamientos, anécdotas, informaciones sobre sus costumbres diarias y extraordinarias, sucesos corrientes que acaban siendo insólitos, comentarios sobre libros y autores —con el consiguiente aumento de mi ansiedad lectora—, sobre cine y cineastas, música y músicos, amigos y coincidencias, sobre sus quejas —la vulgaridad de la literatura de masas, lo políticamente correcto, la invasión de millones de turistas analfabetos, la expulsión de la metafísica de la filosofía, edificios que tapan el mar, aviones y aeropuertos, la satisfacción con la propia ignorancia, los malditos Rosenblum del mundo…—, sobre la idea del puro y pleno presente, sobre lo peligroso que es regalar, sobre las moscas, de las que no hay un autor profundo que no haya hablado, sobre la enfermedad del optimismo, el odio y los odiadores, los perdedores radicales con rabia asesina, sobre faros, el oficio de escribir —“Uno no empieza por tener algo de lo que escribir y entonces escribe sobre ello. Es el proceso de escribir propiamente dicho el que permite al autor descubrir lo que quiere decir”—, solteros parásitos, locos y el bastón de Artaud… Y, por supuesto, un vademécum de citas de todo tipo.

“Sentirse extranjero en el mundo creo que es una de las condiciones de la escritura, habitar el mundo de una forma un poco esquinada” J.A. González Sainz

“Cualquier persona inteligente o decente odia a la mitad de sus contemporáneos” Cioran

“He conocido la felicidad, pero no es lo que me ha hecho más feliz” Outil O’Toole

“Al principio era la palabra. Después la palabra se volvió incomprensible” Ennio Flaiano

"Apenas alguien tiene una deformación, ya tiene ideas propias" Lichtenberg

¿Por qué me gusta tanto Vila-Matas? Tomo prestadas las palabras de San Agustín: si no me lo preguntan, lo sé, pero si me lo preguntan, lo ignoro.


P.D. Sobre el tema central de toda su obra literaria, Vila-Matas nos ofrece en su dietario hasta tres posibilidades: su rechazo a una identidad personal, la tensión entre ficción y realidad para alcanzar la verdad y, la más sugerente y paradójica de las tres, su imposibilidad para decir la verdad, algo que parece querer demostrar desde la propia portada de este libro en la que aparece de espaldas, con la cara vuelta hacia otro lado.

“Sin contar / queda la historia / de las caras / vueltas hacia otro lado.” (Sebald)

[Guillermo Jiménez · Rating 5 out of 5]

Lo más fácil sería comenzar por el inicio y sin rodeos. Comencé a leer este libro porque hace poco me traje de Monterrey la única novela de Juan Emar que hay en la biblioteca de la familia. Ya no recuerdo ahora por qué sentí la necesidad de leerlo a la brevedad, el caso es que en la edición que tengo de la novela de “Un año”, el prólogo lo escribe Enrique Vila-Matas, y al avanzar en los meses de la novela, habiendo leído el prólogo, sentí un deseo incontrolable de leer este libro de Vila-Matas, el cual, según yo, ya había comenzado a leer hace años.

Conforme avanzaba en la lectura, tres cosas sucedían en cada página, no exagero, en cada página: algo me provocaba risa, algo tenía que apuntar --el nombre de un autor o un título de una obra o película o música, o ideas sueltas que me iban surgiendo de pronto-- y cada página tenía la sensación de haberla leído ya.

Como dije, recordaba haber comenzado la lectura, pero, cuando llegué a la página 245 --en la que habla de Malamud-- de 275 caí en cuenta que quizá ya hubiera leído el libro y que por descuido no lo hubiera apuntado así.

Otra teoría que tengo es que quizá leí las primeras 50 páginas de un tirón, algo que normalmente hago antes de decidir continuar leyendo un libro, y de ahí me fui brincando a intentar reconocer libros o autores, porque si algo tengo seguro es que a Céline Curiol, el comentario sobre los Antònia Font, Jean-Philippe Toussaint y otros, me los descubrió EV-M.

Aunque no recordaba para nada la historia de Pepín Bello de quien ahora me siento una especie de alma gemela.

Dietario voluble es un libro increíblemente ameno… si te gusta Vila-Matas. De él comprendí ese afán de originalidad que reside en citar descarnadamente a otros y con ello crear algo que no existía; la yuxtaposición no solo de ideas, sino de autores, de tramas y subtramas y la construcción del relato exactamente allí donde Borges la había dejado.

Lecturas y escritura. Amistad. Viajes. Lo cotidiano como odisea. Aunque algo que encuentro ausente en estas notas es El Amor. No el amor por la literatura, no el amor al arte, a lo humano y a la amistad, pero sí el amor a otra persona. Las menciones a Paula son mínimas, y entiendo que pueda ser privado, pero, a mí me costaría mucho trabajo dejar fuera a Emilia, mi hija, de los comentarios que escribo; que me parece muy extraño no ver más de ese tema.

Creía haber leído este libro, pero descubro que no, que no fue así. Que en una especie de ejercicio a la Pierre Menard aunque en lectura, aunque así fuera, que ya lo hubiera leído, no lo había leído el Guillermo que soy hoy, uno que no solo puede saber de qué autores habla Vila-Matas porque ya los leí una vez (¿o no?); sino que puedo disfrutar con gozo perverso los robos y préstamos y reediciones de títulos y frases de otras obras, de otros autores.

Otro tema que no encuentro es el odio, o el enojo de perdido. Hay un arrebato de indignación, y a lo mucho un par de entradas que exudan molestia, animadversión, pero, hasta allí. Bien por Vila-Matas, creo.

Libro sobre libros y asuntos similares, este Dietario es una buena guía al universo que alimenta la ficción, la materia de la que están hechos los sueños vila-matianos. Imprescindible para quien sea aficionado a la obra de este autor.

[Jess · Rating 4 out of 5]

si leo a una persona más hablando tan bien de México voy a tener que coger un avión

[Claracristela · Rating 3 out of 5]

Es tan difícil encontrar un buen escritor que además parezca buena persona. Cuando todo lo que se dice está centrado en los libros (eso sí, alta literatura) pero no aparece la gente que vive fuera de esos libros, la letra es hermosa, pero fría. No hay sentimiento real, no hay verdad, todo es una ficción que nos remite a otras ficciones.
Es increíble que se pueda viajar tanto y ver tan poco. Quedarse encerrado en uno mismo tratando de encajar la imagen que nos devuelven los ojos con la otra que nos han creado los libros. Y decidirse por esta última, claro, porque el mundo real es demasiado estúpido para nuestro cultivado cerebro.
Qué pena que no se empape también un poco de otros viajeros que supieron mirar el mundo desde dentro, integrándose en cada lugar, en cada pueblo, y creando a partir de sus vivencias otra literatura más humana. Una sola página de Kapuscinski contiene mucho más saber sobre el ser humano que estas casi 300 en las que el literato omnisciente nos mira desde arriba y nos juzga según sus anquilosados esquemas. Pobres de nosotros, masa inculta, que osamos creer que la acción es muchas veces necesaria para la vida. No entendemos que son ellos, los que piensan y no actúan, los que salvan el mundo de su mediocridad.

[Andreua · Rating 5 out of 5]

És problablement dels millors Vila-Matas

[Xavier · Rating 5 out of 5]

Es como tener una conversación con Vila-Matas, entretenida, interesante e inteligente

[Kiko · Rating 4 out of 5]

Dietario voluble contiene las anotaciones hechas por Enrique Vila-Matas en su cuaderno personal entre diciembre de 2005 y abril de 2008. A un lector habitual de su obra apenas sorprenderá lo que encontramos en sus casi trescientas páginas. Pero un primerizo podrá descubrir más o menos de un plumazo a qué juega este hombre en sus libros desde hace ya algunos años, probablemente desde sus comienzos. Además de la escritura y la literatura -Enrique, él bien lo sabe, sufre del mal de Montano-, hay espacio para sus aventuras y reflexiones dentro y fuera de Barcelona.

Uno de los sucesos más terroríficos que relata corresponde a un texto de diciembre de 2006. “Es peligroso regalar”, avisa, “no podemos regalar nada que nos guste mucho, pues si casualmente llegamos a encontrar algo maravilloso, el impulso natural nos conduce a quedárnoslo, nos lo apropiamos, no llega nunca a la persona a la que pensábamos obsequiar”. Tal vez lo más difícil sea regalar libros. Vila-Matas parece haber sufrido algunas decepciones al respecto. Es complicado regalarlos “cuando quien los recibe pregunta si merece la pena leerlos”, pero también cuando el destinatario es muy exigente y mira los libros “con extraña atención y acaba preguntándote si les acabas de regalar medio kilo de papel y tinta o bien una nueva vida”. Especialmente peliagudo es regalar un libro a esas personas que solo se fijan en el título. “Me ha ocurrido”, cuenta, “que regalé El arte de callar, de Dinouart, a alguien tan susceptible que pensó que trataba de indicarle que fuera menos charlatán, que hablara menos, sobre todo en mi presencia”. El día que le dio por regalar El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, “el amigo tímido que lo recibió y que llevaba años sufriendo en silencio su condición de solitario casi rompió a llorar porque había creído leer El laberinto de tu soledad“. Y no sabemos qué pensaría aquella amiga deprimida a la que le compró Rumbo a peor, de Samuel Beckett.

Por sus páginas vuelven a pasear, juntos, revueltos o por separado, caras tan reconocibles dentro de su obra como Kafka, Ricardo Piglia, Pessoa, Sergio Pitol, W.G. Sebald o Juan Villoro. Citas de todos ellos trufan el dietario, aunque no hemos comprobado si son ciertas, si no hay algún tipo de amaño en ellas. Poco importa a estas alturas. Hay una de Antoine de Rivarol que registré con cierta algarabía: “¿La eternidad? Sin duda me encantará; uno entra en ella tumbado”. Por otro lado, supone un placer leer su entusiasmo ante lecturas de Slavoj Žižek (En defensa de la intolerancia), Raymond Queneau (Ejercicios de estilo), Julien Gracq (El mar de las Sirtes) o Montaigne. Y sacude siempre nuestra imaginación con pequeños párrafos que en manos de un Cortázar o de un Bolaño podrían alcanzar la inmortalidad. Es el caso de aquella historia “de un famoso escultor vasco que, cuando estaba solo y se aburría por las tardes en su casa de siempre (su casa natal), colocaba un cartel en la puerta donde decía: “Se vende”. Y se quedaba fumando un cigarrillo, asomado a la ventana, esperando. Era su manera de ir en busca de una conversación que llenara la tarde”.

El dietario, además de exhibir los particulares síntomas de un enfermo de literatura, es también una colección de lugares geográficos. Liubliana, París, Helsinki o Póvoa de Varzim, cerca de Oporto, se nos muestran bajo un tipo de luz nada habitual. Con Barcelona, su lugar de nacimiento y residencia, el tono suele ser grisáceo tirando a oscuro. “Ya no es sólo la barbarie que en una sola mañana a mí me ha alcanzado por tres ángulos distintos, sino también esa incomodidad creciente de notar que la ciudad ya no es nuestra, que es un gran parque temático para extranjeros y que en realidad con tanta estupidez ya se ha producido -en los próximos años simplemente se confirmará- el fin de Barcelona”.

Dietario voluble fue editado por Anagrama en 2008. En la foto de portada, tomada por Olivier Roller, observamos a un Vila-Matas de espaldas y con la mano izquierda introducida parcialmente en el pantalón. Un poco más abajo el retrato se agota. La imagen, como suele ser habitual en estos casos, está congelada. Probablemente no se vaya a mover jamás. Pero podemos jugar a imaginar con qué intenciones puso Enrique su mano ahí.

[marcela · Rating 5 out of 5]

«Y también me gustan ahora aquellas personas que buscan remontarse a las raíces y para ello se tumban en la hierba fresca de la mañana y contemplan el cielo y las nubes como si fuera la primera vez y se hacen fuertes en su radicalidad inocente y acaban merodeando alrededor de alguna teoría de la relatividad, que es lo mismo que decir que aprenden a mirar y a pensar de nuevo y comienzan una nueva vida».

Quizá habría tardado menos leyendo si no me hubiera detenido a anotar la mitad del libro en mi diario para tener a mano todos los fragmentos que han resonado conmigo (y/o me han parecido una cosa inteligentísima) cuando lo devuelva a la biblioteca de mi barrio nuevo, pero ha sido justo por eso una lectura más rica, más propia, supongo. Pocas veces en los últimos años he disfrutado, en el sentido de gozo, de diversión, leyendo como con Vila-Matas. Si ya antes me apasionaba la construcción de Vila-Matas-personaje, ahora me obsesiona mucho más. Todo el diálogo con las lecturas que hace, con las películas que va viendo —¡ya me gustaría a mí un libro íntegramente compuesto de sus pensamientos sobre cine!—o con las personas con las que conversa redondean esa voz tan propia y permiten al lector un cachito de lucidez, un huequecillo desde el que asomarse al humano, más allá del personaje. Qué es ficción y que es realidad, dentro de un así llamado «dietario», cuánto adorno hay en la supuesta confesión, no me interesa para nada. La prosa de Vila-Matas es brillante todo el rato, su modo de auto-representación como personaje y como humano —categorías de límites difusos— solo me hacen querer leerle más y más, entrar en su juego, dejarme convencer.

A nivel más personal, sobre todo me ha atrapado del libro toda la imagen de pasear y pensar. El sentimiento de nuevo comienzo a la vuelta de la esquina, cuando menos lo esperas. La disposición a dejarse llevar, esperando algo nuevo. La lectura como ansia de algo que remueva, la conversación, la compañía, el viaje, todo como experiencia de algo que irrumpa y que conmueva al alma. Un par de fragmentos sobre este tema, además del ya citado: «Hay un antes y un después de mi catarsis de semanas atrás. 'Cuando algo concluye, uno debe pensar que empieza algo nuevo', recuerdo que me dije entonces. Y así ha sido. Al principio sabía lo que había perdido, pero no lo que podía comenzar. Avancé a tientas y lo que llegó fue la irrupción de cierto sentido de la calma aplicado a la vida»; «Era yo, que volvía por fin a ser yo mismo. Yo, que estos días estoy volviendo a ser el que era, estoy regresando poco a poco a la vida como si despertara de un desvanecimiento». En un lapsus chiquitín de confesión y emoción puedo decir que Vila-Matas y su dietario me han acompañado en un momento de cambio, de paseos en los que mirar alrededor como algo nuevo, más bien de cambio en la mirada puesta sobre el mundo.

[Alexandre Alphonse · Rating 4 out of 5]

No siento predilección por los diarios y, sin embargo, pocas páginas me han parecido prescindibles en este (cuando habla de cine o apuntes muy prosaicos de su vida, sobre todo [que sí, que es un diario, pero ni yo soy cinéfilo ni lo he leído por ser un diario sino por ser uno de un escritor e intelectual que admiro y cuyas opiniones sobre literatura me interesan [las vidas personales, para cada uno o para todos desde la telebasura]]).

No concuerdo siempre con Enrique (quien, al hablar de patriotismo, nunca habla de Mishima, por ejemplo, y lo reduce todo a provincianismo paleto [paradojilla: como nacionalista gallego que considera Galiza una colonia de interior [sobran ejemplos desde el XVI, mejor no empiezo], desde la perspectiva artística decir que abogo por una literatura gallega antienxebrista y antifolclórica [el colonizador reduce la cultural del territorio colonizado a eso: riquiña TeleGaita], es decir, cosmopolita y moderna, futurista]), pero sí las más de las veces (y si bien me gusta leer a ensayistas que piensan diferente a mí, eso en literatura o en un libro sobre ella sería ridículo en la mayor parte de los casos).

[Liliana · Rating 5 out of 5]

"No nos engañemos. Se enfriará este mundo, una estrella entre las estrellas y, por otra parte, una de las más pequeñas del universo, es decir, una gota brillante en el terciopelo azul. Se enfriará este mundo un día y se deslizará en la ciega tiniebla del infinito -ni como una bola de nieve, ni como una nube muerta-, como una nuez vacía. Creo que debemos tener en cuenta esto y amar al mundo en todo momento, amarlo tan conscientemente que podamos al final cada uno de nosotros decir: he vivido." (p. 41)

[José Miguel Tomasena · Rating 4 out of 5]

Muy divertido libro. ideal para momentos vitales en los que cuesta comprometerse con lecturas más exigentes. Es una colección de apuntes, comentarios, críticas y anécdotas extravagantes sobre lecturas y autores. Una forma de encender la ñoña pasión por la literatura. Todo o nada.

[v. · Rating 4 out of 5]

Sempre me molaron os dietarios sobre todo se son directos como este. Ademais do fragmentario que é, algo que me achega por ser similar escribindo. É un libro recomendable

[Mario Soares · Rating 3 out of 5]

Diario literario del escritor con algunos apuntes geniales y otros no tanto.

[Rafa Fernández De Capel · Rating 4 out of 5]

Las reflexiones sueltas de este libro te encuentran al azar, en el autobús, viendo el telediario, cuando te llega un paquete... Ese reencontrarse con el cigarrillo como ventana a quien uno fue y ya no es más, con toda la certeza de que lo volverá a abandonar; ese "mataría a este tipo" tan honesto de cuando te toca lidiar con según que estirpe de individuos. La neurosis, siempre presente en sus textos, y su innegable capacidad y bagaje enganchan de una forma agridulce muy particular.

[Víctor Sarrión · Rating 4 out of 5]

No es para todo el mundo. Me ha gustado mucho por el momento en el que estoy, pero te tiene que gustar el formato y el género del diario. Me han cautivado mucho más los pasajes cotidianos y bajados a tierra que aquellas en las que se enreda más en reflexiones, pero es por gusto personal y porque valoro más lo superficial que lo interior. Eso sí, contiene grandes lecciones sobre escritura y literatura que nadie debería perderse.

[diario_de_um_leitor_pjv · Rating 4 out of 5]

“Diário Volúvel” de Enrique Vila-Matas, Teorema, Lisboa, 2010 (Li de 02/01/2021 a 16/01/2021)

Gosto de Enrique Vila-Matas e gosto de ler o seu mundo cheio de um cínico desencanto. Foi por isso bom ler, mais uma vez, as suas notas em torno de conversas e viagens que transformou num volume de diário.

[Josefina Miró Quesada Gayoso · Rating 4 out of 5]

Si te gustan los diarios, este es uno que vas a disfrutar mucho. Y si eres un abogado frustrado, wannabe escritor, más...

[EH · Rating 2 out of 5]

El interior de nuestra casa tiene siempre un antiguo y obsesivo paralelismo con el de nuestro cerebro.

[Rodrigo Alfonso · Rating 5 out of 5]

Volvería a leerlo. Cómo no, si es un diario. Viajé a lugares conocidos y desconocidos. Releer, sin duda.

[Damián Vives · Rating 3 out of 5]

Es indudable que los últimos años han hecho justicia con Enrique Vila-Matas puesto que no sólo se ha convertido en uno de los autores mimados por el público lector sino que ha sabido crear, sostener y acentuar, si esto es posible, la mística de su espacio creativo sin desmerecer en ningún momento el nivel de su prosa. Dietario voluble es un cuaderno personal, una bitácora de lectura, una colección de imágenes rotas, juego de espejos. Los pequeños ensayos que componen el volumen coquetean con la ingravidez de una meditada intrascendencia inmanente a todo lo real o poseen el peso abrupto y certero de las buenas ficciones. Sus páginas desdibujan las fronteras narrativas adentrándose en el mágico territorio vila-mateano en el que se entremezclan geografías y personajes; grafías y biografías.
Dietario voluble no es la opción acertada para ingresar en el mundo narrativo del genial taumaturgo español, sí lo es para penetrar definitiva e irreversiblemente en el círculo íntimo de su imaginación.