¡Esta temblando! Un romance a escondidas. Un departamento en la colonia Roma. Los objetos se desploman, las paredes se agrietan. « Moriremos?» La escala de Richter es alta y la fatalidad, tambien. Gritos. El pavor crece y se quiebra; de las fisuras manan los recuerdos de ella que, aterrorizada, espera la caida. Como destellos de vida, se dispara el recuento final de una historia hecha de tantas otras. Se desprenden los mosaicos de sus vivencias, amorios, viajes, infancia feliz... o remendada? Matrimonios, divorcios, una hija sabia, genial y entrafiable . Existen los recuerdos o son visiones desesperadas de un aqui que se derrumba? El pecado de omisión y la culpa taladran la memoria de esta enamoradiza agnóstica, mientras crujen las entrafias de la tierra. El desafio que tiene por delante consistira en contarlo todo a riesgo de que solo las piedras y el polvo la escuchen.
En esta intima y emotiva novela, Beatriz Rivas compone un collage de confesiones, pensamientos, desahogos, manias, banalidades y fantasmas que se entrelazan entre hondos cuestionamientos. Un rompecabezas para los voyeuristas del alma donde se unen placeres y heridas; un caleidoscopio de voces que gira concéntrico y revelador. Loque no he dicho es una expiación a la velocidad del miedo...
Tiene estudios de derecho y de periodismo. Ha impartido clases de literatura, geografía política y radio.
Antes de comprometerse definitivamente con la literatura, incursionó en medios de comunicación: televisión (Imevisión, Canal 40 y Cepropie), radio (Monitor de Radio Red y la XEX) y prensa (perteneció al grupo fundador del semanario Milenio y ha sido columnista de diversos diarios y revistas). Desde 1986 hasta el 2003 tuvo la oportunidad de trabajar al lado de José Gutiérrez Vivó, José Cárdenas, Adela Micha, Ciro Gómez Leyva y Jorge Castañeda entre otros personajes. Fue gran amiga y albacea del testamento de la pensadora Ikram Antaki.
En el mundo de la imaginación creadora, estudió un diplomado en literatura mexicana del siglo XIX en la UAM Xochimilco y una maestría en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana. Participó en los talleres de edmundo Valadés, Guillermo Samperio, Humberto Guzmán y Miguel Cossío Woodward.
Hace tres años fundó su propio taller de creación literaria y actualmente se dedica a la investigación para poder escribir su quinta novela.
En el ámbito privado, tiene cinco vicios imprescindibles: su hija, los viajes, las pláticas interminables con amigos, el amor a la comida y un buen vaso de whisky en las rocas. Beatriz colecciona fotografías y libros autografiados directamente por el autor.
En su lista de pendientes están: cursar un doctorado en filosofía, aprender alemán, continuar sus estudios de piano (abandonados hace ya un buen rato), traducir sus novelas a otros idiomas y seguir viajando. ¡Ah! También quisiera vivir permanentemente enamorada.
Si pudiera escribirle a la autora le diría: “Qué bueno que no escribes como Arriaga, (con perdón de tu hija). Qué bueno que aplazaste la novela sobre la “otra” Irene.”
Hacía un buen rato que no me sumergía en una historia con esta mezcla de emociones, de asombro y de placer.
Leo pedacitos de mi propia vida entre las páginas de «Lo que no he dicho». ¿Cómo ocurre esa magia? Estoy leyendo la vida de otra persona (¿será todo verdad?) y me reconozco en un montón de pasajes, pero más allá de la coincidencia de anécdotas, épocas vividas, sentimientos compartidos, es la fuerza de su literatura la que crea ese vínculo incluso en pasajes y experiencias ajenos: cuando como lector te identificas hasta la médula con la historia, estás delante de una chingonería.
Escribir desde la entraña y con el corazón en la mano debería estar catalogado como un súper poder. No soy muy fan de las biografías y menos de las autobiografías o autoficciones, pero, ¡caray! qué poder y qué habilidad para tejer una historia, darle vida y envolver con palabras y arropar con emociones. Gran homenaje a la vida, al amor y a la amistad. No hay mejor tributo que estas letras.
¿Pesará más un edificio sobre mi cuerpo o una muerte sobre mi conciencia?
Así es como inicia el último libro escrito por Beatriz Rivas. Una mujer es sorprendida en si apartamento por el sismo de septiembre 2017 y en lugar de salir a resguardarse decide quedarse en casa donde comienza a rememorar fragmentos de su vida, de las personas que la marcaron, la acompañaron, ya no están, vivencias familiares e íntimas.
Para esta obra la autora realizó una investigación exhaustiva acerca de cómo funciona la memoria, los impulsos eléctricos, los recuerdos. Y de ahí construyó su personaje y comenzó con el relato.
El libro me pareció que era un cúmulo de relatos inconexos acerca de vivencias personales y ficticias. Habla sobre personas que existen y que la autora conoció; sin embargo, el hilo conductor no es claro y salvo que te interese saber sobre ella no le veo mayor atractivo.
En palabras de la propia autora: “está no es una novela, una antinovela ni una contra novela... es un libre devenir de ideas, preguntas, recuerdos y momentos. Un collage de confesiones, banalidades y fantasmas. Un papalote sin itinerario preciso. Una botella cargada de letras, lanzada al mar. Por eso los capítulos no son capítulos y los personajes y escenas se van construyendo en desorden y al azar. Esto son letras que se mezclan para contar verdades a medias y mentiras completas. Para jugar con mi memoria, mis deseos y sueños...” Exquisita narrativa que nos conduce por las cavilaciones de una mujer que nos complace con su visión de la vida, es “una expiación a la velocidad del miedo”. Una verdadera joya.
Nada que objetar a la calidad narrativa de esta novela, o al estilo de Beatriz Rivas; pero para mí esta lectura se queda en pura anécdota.
Como anécdotas parecen ser los componentes principales de esta obra, en la que la escritora parece centrarse en lo autobiográfico... que como nada sabía de esta mujer, ni nada me había leído de ella con anterioridad, me falta la certeza del que juzga con conocimiento.
En definitiva, bellamente escrito, intimista, nada que vaya a perdurar en mi memoria. Lo dicho: pura anécdota.
Te sientes identificada con cada reflexión y anécdotas, es un libro que nos hace valorar la vida y quienes las conforman, la importancia de un abrazo, un te quiero y una llamada. Lo primero que leo de Beatriz Rivas y quede muy satisfecha.
Recién conozco a la escritora y llegué a este libro por participar en un foro con ella. Me he llevado una grata sorpresa, como bien lo dicen las reseñas, es para quienes somos voyeristas del alma de lo que los demás viven.
Dicen que cuando ves cerca la muerte empiezas a ver tu vida como una película, en pequeños trozos y sin ningún orden. Eso le pasa a Irene, nuestra protagonista, de repente empieza a temblar en la Cdmx y ella se queda paralizada por el miedo y en lugar de salir de su departamento empieza a recordar los momentos más significativos de su vida, como flashasos. ¿Serán estos recuerdos lo que realmente pasó o la memoria nos engaña y rellenamos los vacíos con otros recuerdos, con conjeturas personales y creencias preestablecidas? Sentí que este libro era como una confesión de Beatriz Rivas, sus preocupaciones por la edad, su familia, sus amores, su trabajo, sus muertos, sus amigos y sobre todo su amistad con Armando Vega Gil y ese sentimiento de culpa de no haber hecho esa llamada y que junto con la edad que tiene la llevaron a escribir esto tan íntimo. Tan íntimo que en varias ocasiones me sentí totalmente identificada con ella en sus sentimientos y sus cuestionamientos.
En un inicio me confundí, pensé que eran relatos de varias mujeres. Fue un libro que me hizo reflexionar en muchísimas cosas, es cierto esto de: Eres feliz con lo que tienes o ya te ch... nunca había subrayado tantas frases, lloré, me reí y al final me quedo con agradecer todos los días por que la vida es maravillosa a pesar de todas las cosas malas que nos ocurren, la pérdidas irreparables y los deseos no cumplidos.
Que manera de desnudar el alma de la autora, una maravilla su pluma ✍️ Temas como la culpa, muerte, maternidad,amistad,la vejez… suicidio! Inicia con un temblor en la ciudad de Mexico en el 2017 y cada grieta que se abre en la pared, son los recuerdos que le llegan de su propia vida. Me sentí tomada de su mano a visitar cada pagina.
Me encanto las referencia a frases y libros de otros autores (me animé totalmente a leer El Salvaje de Arriaga) y a Stephen king 😉
Como bien lo escribe ella misma “todos tenemos historias”… -“el problema no es tener historias, sino saber contarlas”-
De mis frases favoritas es esta ⭐️💫🌟✨ “Hay personas que nada poseen, pero están bastante agradecidas con la vida. Puedes clavarte con tus carencias, o bien, con las bondades de lo que tienes frente a ti. Y esa decisión no tiene nada que ver con la fortuna.”
3.5 al principio me costó un poco de trabajo con el ir y venir de cada capítulo, pero una vez que entendí lo que estaba pasando, fue fácil leerlo. Tiene partes desgarradoras: el peso de la culpa, el impacto de las vidas de nuestros ancestros sobre nosotros, etc. He de admitir que aunque sabía que ciertos personajes son reales, no investigué hasta casi al final (cuando se habla de cómo muere Armando) que esta novela (que según Irene no es novela) es también autobiografía. Entender eso hizo que fuera más desgarrador. Definitivamente quiero releerlo en un futuro
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Una novela que pega profundo, que conmuve, que remueve e incomoda. Ante la muerte, la vida pasa cual película frente a nuestros ojos ...Relatos de todo y de todos, de lo real y de lo ficticio, de lo que fue, de lo que no fue y de lo que pudo ser. Un viaje al interior de la protagonista, historias de aquí y de allá, donde me pregunto, la culpa tiene caducidad ?? ... Si sí, ojalá a todos nos llegue pronto porq ah que peso tan grande se puede llegar a carga !!
Al final me gusto la lectura entre autobiografía con personajes reales y no reales. Un libro que menciona el proceso de duelo que ha tenido que vivir y no superar de su mejor amigo Armando (integrante de botellita de Jerez) mezclado con sus emociones vividas durante el último terremoto en la Ciudad de México. Aprendí de algunos escritores mexicanos como su ex esposo Francisco Martin Moreno e Ikram Antaki entre otros.
Un libro que conforme avanza va desnudando un poco de ti. Me gustó mucho la forma en la que la autora se muestra, es un libro que te hace reflexionar sobre tu propio pasado, sobre tu propio camino. Muchos sentimientos se producen con su lectura, sobre todo llega en un momento, en el que nos encontramos en un viaje hacia nosotros mismos.
Me ha encantado el vaivén entre cada historia como ese mar. Se me antoja incluso como un ejercicio muy personal a repetir para hacer conciencia, mi historia, mismos capítulos, hasta morir. Gracias Beatriz por tu compartir y cercanía PD mi TOC o dislexia fue sobreexpuesto con el nombre de tu hija que siempre lo leí como incorrectamente escrito jajajá
Me estaba gustando al principio pero después todo se torno en un sin sentido, un montón de historias autobiografías y ficticias sobre la autora que no tienen un hilo conductor claro, es el primer libro que me veo en la necesidad de abandonar. Si le doy dos estrellas es porque hay reflexiones que si comparto y me gustaron, pero nada más.
Me hizo pensar en si realmente cuando estamos frente a la muerte, hacemos una remembranza de todo lo que hemos vivido, de lo que hemos hecho, de las buenas y malas decisiones que hemos tomado, de los momentos felices, de las personas que solo pasaron y las que se quedaron. Es la primera vez que leo a la autora y me gustaría leer más títulos de ella.
Me gustó como describe sus duelos familiares o de amigos (Armando Vega Gil) me hizo sentir esa desolación, esa tristeza y cuando comenta sus viajes me contagia su manera de disfrutar o de vivir cada uno
Me costó mucho terminar este libro. No pongo ninguna objeción a la pluma de la autora, simplemente me pareció aburrido, y en momentos sin un hilo conector. Le doy dos estrellas porque, a pesar de todo, hubo frases que atesoré.
No es novela, como lo dice la autora "es un libre devenir de ideas, preguntas, recuerdos y momentos. Un collage de confesiones, banalidades y fantasmas".
Por alguna extraña coincidencia literaria o del destino, las letras de @Brivaso me han acompañado en los momentos más dolorosos de mi vida. La literatura sana el alma.
Un ejercicio exhaustivo de introspección para sanar las heridas que dejan las pérdidas de los seres queridos. Una escritora sensible que nos lleva de la mano por sus miedos, sus amores y sus culpas.
Autobiografía mezclada con ficción. Memorias que no llevan un orden en específico. El libro es bueno, así... a secas, me gustó la manera en que (no) está estructurado.