What do you think?
Rate this book


234 pages, Kindle Edition
First published November 25, 2020
En la ciudad se pierde la noción de las horas del día, del paso del tiempo.
En el campo es imposible.
Tardé en ralear los rabanitos y ahora ya están grandes, con las hojas duras. La raíz, en lugar de enterrarse, ir hacia abajo y formar cabeza, se volvió un piolín largo y colorado, rastrero. Los sembré muy tupidos, y al voleo. La próxima vez habrá que sembrarlos en línea y ralearlos enseguida, cuando todavía sean un brote. Me da pena haber puesto a nacer todas esas semillas al vicio, sin saber muy bien lo que hacía.
Calor de enero que todo lo quema. Las hormigas se comen la acelga. Los pajaritos se comen el resto. No llueve y lo que nació se retuerce sobre sí mismo y se seca. Solo el maíz dulce que sembré para choclo parece resistir un poco. Riego con manguera lo más que puedo, pero me gana la desazón y el fuego. Cada mañana, algo parecido a la desesperación. Me repito una y otra vez que hay un tiempo para cada cosa. Un tiempo para la siembra. Un tiempo para la cosecha. Un tiempo para la llovizna. Un tiempo para la sequía. Un tiempo para aprender a esperar el paso del tiempo.
Las cosas en la oscuridad ya no existen. Durante la noche, es como si todo desapareciera alrededor. Solo existe la casa, el interior de la casa, sus paredes blancas. La casa flotando en lo negro.
El recuerdo de los faros de la camioneta iluminando el camino. La luz avanza a cada metro, come la oscuridad, a cada instante descubre una nueva huella en lo negro.
La textura de foto vieja del recuerdo. Colores lavados, ámbar, tungsteno, baquelita, loza celeste, el parpadear, el silencio subacuático de la imagen como si fuera en super-8, el murmullo de un proyector corriendo.
También tendría que aprovechar la luna para sembrar zanahorias y puerros. Será la semana que viene, o la otra, o cuando la luna vuelva a estar en menguante: de luna llena a menguante se siembra todo lo que va bajo tierra; de nueva a creciente, lo que va arriba y es de hoja; de creciente a llena, lo de arriba y que es de fruto; de menguante a nueva, no se hace nada, se espera.
El ensayo general de un jardín.
El ensayo general de una huerta. Un lugar donde pasar el tiempo y empezar de nuevo.
Ahora estoy cansado. La huerta cansa. Llega la noche y me duermo enseguida. No tengo energía para pensar en nada. No hay espacio para la ansiedad ni para la pena. El cansancio atonta, la tierra descarga.