Tras el éxito prolongado de Lluvia fina, Luis Landero retoma la memoria y las lecturas de su particular universo personal donde las dejó en El balcón en invierno. Y lo hace en este libro memorable, que vuelve a trenzar de manera magistral los recuerdos del niño en su pueblo de Extremadura, del adolescente recién llegado a Madrid o del joven que empieza a trabajar, con historias y escenas vividas en los libros con la misma pasión y avidez que en el mundo real. En El huerto de Emerson asoman personajes de un tiempo aún reciente, pero que parecen pertenecer a un ya lejano entonces, y tan llenos de vida como Pache y su boliche en medio de la nada, mujeres hiperactivas que sostienen a las familias como la abuela y la tía del narrador, hombres callados que de pronto revelan secretos asombrosos, o novios cándidos como Florentino y Cipriana y su enigmático cortejo al anochecer. A todos ellos Landero los convierte en pares de los protagonistas del Ulises, congéneres de los personajes de las novelas de Kafka o de Stendhal, y en acompañantes de las más brillantes reflexiones sobre escritura y creación en una mezcla única de humor y poesía, de evocación y encanto. Es difícil no sentirse transportado a un relato contado junto al fuego.
Luis Landero Durán, nacido en una familia de agricultores extremeños emigrados a Madrid en 1960, tuvo que trabajar muy joven para pagarse los estudios en los oficios más variopintos, en especial como profesor de guitarra flamenca. Estudió filología hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció en la misma como profesor ayudante de Filología Francesa. También fue profesor de Lengua y Literatura españolas en un instituto de bachillerato de Madrid. Actualmente está jubilado, tras impartir clases en la Escuela de Arte Dramático de esta misma ciudad. Desde la aparición de su primera y exitosa novela, Juegos de la edad tardía, donde se da un singular diálogo entre la fantasía y la realidad de raíces cervantinas, y que fue galardonada con los premios de la Crítica de 1989 y el Nacional de Literatura en 1990, ha publicado otras novelas y artículos en la prensa (El País, principalmente) recogidos en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004).
Leer a Landero (1948-) es como contemplar un mar en calma. Parece que no ocurre nada, pero no puedes dejar de mirar, porque sabes que en cualquier momento saltará algún destello que te deslumbrará.
Todas las historias están dentro de nosotros, fruto de nuestras vivencias y de nuestras lecturas. Solo se necesita recordar. El huerto de Emerson (2021) es un homenaje a la memoria, una invitación al pensamiento sosegado. Desprendernos de la inmediatez, para conseguir dudar de aquello que se nos presenta como cierto. Ese es el papel crucial de la memoria. Los recuerdos, pasados por el tamiz de las emociones, como eficaz herramienta para descubrir el mundo, para disfrutar de nosotros mismos.
«A veces da la sensación de que la vida es breve, sí, pero en cambio, la memoria de lo vivido no se acaba nunca.»
Con un formato hibrido, ya utilizado por el autor, aparecen sus dos pasiones inseparables: las historias, vividas o inventadas, y el modo de contarlas. Utiliza tres momentos propios, su infancia rural (inocencia), la llegada a Madrid en la adolescencia y en su época de estudiante (descubrimiento) y la actualidad (inseguridad, a pesar del conocimiento), para reivindicar la individualidad y concluir que esta sólo se puede alcanzar prolongando en la edad adulta esa mirada de infantil asombro.
«...lo extraordinario y original no está más allá, sino más acá, confundido con las horas más humildes de nuestra vida»
Existe también mucha literatura en El huerto de Emerson. Literatura en un sentido general, completo. Se observa en la forma en la que está escrito (la búsqueda de la exactitud, la correcta adjetivación, la lucidez, la perfección en el ritmo), en las reflexiones sobre el oficio de escribir (estimable la Plegaria del noveno capítulo) y en las innumerables referencias a autores, personajes y poemas. Leer a Landero es disfrutar de la perfección formal. Recibir una clase de escritura creativa. Darse cuenta de por qué nunca vas a dejar de leer.
«…encontrar el nombre exacto de las cosas, de hacer poderosas las palabras humildes, interesante lo vulgar, nuevo lo viejo, de modo que pueda imaginar lo que nadie a imaginado antes, y decirlo como nadie lo había dicho nunca.»
Landero nos envuelve con sus recuerdos, sus ideales, sus saberes y sus incertidumbres. Sólo queda pararse a escuchar.
El que haya leído anteriores reseñas mías sabe que soy el seguidor más ferviente de Luis Landero. Espero sus libros como agua de Mayo. Y una vez más ha sido un placer maravilloso leer esta última novela donde nos habla de su niñez en Extremadura, de su llegada a Madrid, de unos personajes maravillosos de su pueblo con sus historias tan peculiares ..todo ello contado con una prosa inigualable. En fin, es una autobiografía, unas memorias, un ensayo, una sucesión de cuentos sin desperdicio. Que nadie se eche para atrás si en unos momentos nombra a Freud, Nietzsche, Schopenhauer, Kafka... y se hace la lectura un poco "más difícil", pues el resultado es un libro delicioso. Muy grande Landero, una vez más.
Siempre es un placer leer a Luis Landero, con su escritura preciosa y llena de sentimiento. A medio camino entre el ensayo y la autoficción esta es una colección de momentos y episodios que definen su vida: la infancia, la primera juventud, el presente y el incierto futuro.
Todo, todo está en el fardo de la vida. Recojamos, pues, nuestros propios despojos como el mejor botín ganado en buena guerra.
Además de su sabiduría vital, Landero nos regala con un montón de referencias literarias, libros y autores que han formado parte de su proceso de formación y que están fuertemente imbricados en su vida:
Pensé también en las mías, en mis ilusiones perdidas, y en cómo las ilusiones que se pierden no suelen ser reemplazadas por otras. Son solo eso: vacíos, huecos, magníficos edificios en ruinas, jardines de ayer donde hoy solo crecen hierbas sin ley, amargas flores sin aroma.
Al echar la vista atrás y hacer balance de su vida, el autor se expresa con melancolía, pero al mismo tiempo está satisfecho de su consagración a la literatura, aunque en algunos momentos le parezca que no ha logrado sus fines:
Salvo algunas generalidades, apenas ha sobrevivido nada de lo que llegué a saber, pero entiendo que el empeño no fue en vano, y que, misteriosamente, todo lo que ahora sé, el grueso de mis experiencias, se lo debo al poso que ha ido dejando en mi memoria, en mi espíritu y en mi carácter todo ese cúmulo de pálidas lecturas, de idilios intelectuales casi desvanecidos.
Un libro para subrayar y no parar, bello y sincero.
Me lo regalaron ayer y hoy lo he acabado. Imposible resistirse. Cada libro de Landero es un absoluto regalo para la mente. Su adjetivación, su sintaxis, todo en su obra es magnético y te atrapa, aunque sea en estos retazos de memoria.
No es una novela al uso, si no una ventana a la mente, las obsesiones y los pensamientos de Landero. Un absoluto regalo para los que amamos la literatura.
Literatura con mayusculas. Landero nos acerca a sus pensamientos más profundos a través de los recuerdos de su infancia y juventud. Es un placer disfrutar de la facilidad que tiene el autor para moldear las palabras con un estilo sobresaliente.
Una vez terminado «El huerto de Emerson» de Luis Landero (@TusquetsEditor) procede la relectura inmediata para subrayar y conservar en la memoria párrafos enteros; una maravilla.
Landero excava de nuevo en su memoria feraz. Con un depurado y exquisito dominio del lenguaje, extrae recuerdos de su infancia y juventud, destilándolos por el poder de su imaginación y transmutándolos hasta que la vida se funde con el mito. Toda una lección de literatura.
Sin embargo, da la impresión de que "El huerto de Emerson" nació como un proyecto más ambicioso. Tal vez Landero plantó las semillas para que brotaran nuevas historias con el que improvisar su jardín-novela y, por diversos avatares, fueron surgiendo relatos, un puñado de recuerdos con el que ya apuntaló uno de sus mejores libros (El balcón en invierno), algunos retoños y este esbozo de novela fallida.
Subrayaría cada renglón de esta novela. Es como tener una conversación con el autor, al que te apetece escuchar todo el rato. Magistral, he disfrutado muchísimo. Es el primer libro que me leo de Landero, así que para mí, ha sido un gran descubrimiento.
Primer libro que he leído del autor e igual no ha sido el más acertado, la verdad que no va conmigo, es una recopilación de anecdotas, experiencias, historias.... No me ha transmitido y me he quedado igual.
Es una lectura muy breve y muy reflexiva. Me tomo más o menos día y medio terminarlo. Se puede leer como novela, como relatos, o como libro de memorias. Yo no se si Landero es uno de los mejores y más grandes escritores de nuestra lengua, más si diré que para mí gusto pocos, pero muy pocos, han escrito con tanta honestidad, profundidad y belleza como el.
Previamente, decidí leer EL BALCÓN EN INVIERNO, que trata de la autobiografía del escritor.
En este libro, que se llama EL HUERTO DE EMERSON, Luis Landero retoma los recuerdos de su universo personalísimo que dejó en EL BALCÓN EN INVIERNO.
El libro empieza contándonos que el autor tiene un libro nuevo y no sabe en qué gastarlo. No sabe qué escribir; como que tiene el síndrome de la página en blanco.
Entonces, él mismo se dice que cuando uno tiene la necesidad de escribir y no sabe de qué, pues abandonarse a sus recuerdos es lo único que le queda a un escritor. Y decide escribir sobre lo que recuerda, y salir a pasear por el bosque del tiempo ya vivido, sin otro rumbo que el azar.
El autor nos manifiesta su deseo de que aquel libro se vaya haciendo solo y vaya tomando la forma que mejor le parezca.
Y así nos va a ir contando sus vivencias, sus recuerdos, sus lecturas, sus proyectos, las enseñanzas que les daba a sus alumnos (ese capítulo es una joya)….
Además, nos va a presentar personajes, como Manuel Pache y su boliche en medio de la nada que aparentemente era su felicidad, o el cortejo lentísimo de Floretino y Cirpiana, donde mete algo de realismo mágico cuando el adornito que estaba encima de la mesa, al ver tan torpe a Florentino decide tirarse de la mesa abajo y hacerse añicos.
Nos habla también de sus soledades eróticas cuando deslizaba sus dedos por el bosque sagrado, avanzando entre musgos húmedos y tiernos en busca de lo inimaginable e imposible.
También nos regala un capítulo que se llama “Hombres y mujeres” y obviamente, hace una especie de contra punto entre ellos y ellas muy divertido, de una brillantez literaria asombrosa. ¡Es una delicia leerlo!
Los quince capítulos de esta obra son joyas. Son enseñanzas de vida, frustraciones, anhelos…
Creo que los libros de Landero deberían enseñarse en las facultades de literatura por su manejo magistral del idioma, el uso de figuras literarias, las estructuras que utiliza de una manera genial y la forma que tiene de conducir al lector a través de todos y cada uno de los relatos, es maravillosa.
La relectura de esta obra es obligatoria para darnos un clavado en todo lo que hay dentro del libro y disfrutarlo cada vez más y mejor.
La advertencia a los lectores es que no es un libro con una trama y desenlace como la mayoría. Es un libro diferente. Es ingresar al genio del autor y dejarse llevar.
ABANDONADO Aunque Balcón en Invierno me encantó, este libro me decepcionó bastante. Va citando a diferentes autores y personalidades importantes mientras habla de su trabajo como escritor y profesor. Muy wanna be deep y los pensamientos no me parecen muy novedosos. Me estresaba demasiado que de todos los autores que citaba no se refirió a NINGUNA mujer. De verdad no entiendo como no se dan cuenta o les da tan igual que ni siquiera lo disimulan. Un recordatorio de porque ya no leo libros escritos por hombres. Sorry NOT sorry.
Me ha parecido un retorno a "El balcón en invierno" y un abandono del terreno puramente novelístico de la ficción. Es "El huerto de Emerson" una introspección reflexiva sobre el quehacer novelístico del propio autor, una inmersión en su propia biografía y entorno familiar y vecinal donde está el germen de la literatura.
Mi primera lectura de Luis Landero, y me ha gustado lo bien que está escrito, me ha parecido intuir una reflexión acerca de la importancia de vivir el momento presente y al mismo tiempo las historias que te llevan a otro tiempo, a las raíces. Ameno y gustoso de leer.
Landero escribe un diario que disimulando se ha metido en el formato de novela. Los capítulos narran ocurrencias, recuerdos y otras cosas que están en la mente del autor.
El tono sincero del libro me ha encandilado, y ha hecho aparecer de manera frecuente una ligera sonrisa ante su discurso.
Luis Landero combina en ‘El huerto de Emerson’ (Tusquets) recuerdos de su vida y reflexiones sobre el oficio (que niega) de escritor y el de lector. Landero resalta la importancia de lo concreto, de la mirada, de lo vivido, como la base sobre la que asentar la imaginación necesaria para la escritura. Y también lanza, casi de pasada, ideas sobre los autores que han sido importantes para él: Adorno, Schopenhauer, Montaigne, Juan Ramón, Cervantes, el anónimo del Lazarillo… En los capítulos dedicados a los recuerdos aparecen una serie de personajes enraizados en su Extremadura natal y en sus primeros años en Madrid, cubiertos en un halo de ensoñación. Después de la excepcional Lluvia fina, el nuevo libro de Landero parece leve, pero despierta el hormigueo de volver con una nueva mirada sobre Borges, Kafka o Shakespeare, o descubrir autores que no han caído en tus manos.
Una versión de esta entrada apareció antes en mi cuenta de Twitter @Librosen5tuits.
La memoria. Luis Landero se vuelve hacia el pasado para construirse en el presente. Su infancia, su pueblo, la familia. Lo que queda de aquellos tiempos, lo que de aquellos tiempos se puede convertir en literatura. Las lecturas, los estudios nocturnos y el trabajo diurno. el amor. Toda menoría no es más que una forma de reconstruir el presente. Recordar e inventar. La base es la memoria lo real es la literatura.
El gran mérito de Landero es la capacidad que tiene de evocar escenas cotidianas y hacer que el lector visualice cada detalle. Dicho esto, aunque sin duda es un libro de gran nivel literario, es el más flojo del autor de lejos. Relatos inconexos y en ocasiones, a mi pesar, nada interesantes. Me parece un buen libro para una clase de literatura, no es una novela como 'Balcón en invierno', por ejemplo.
Sigue la línea de El balcón en invierno pero considero que, mientras que en esta había un cierto hilo argumental que iba ordenando sus memorias, en El huerto de Emerson, la memoria, la reflexión y las anécdotas ajenas se mezclan de forma más arbitraria. Puede que por eso este me haya gustado un poco menos que el anterior, aunque me sigue resultando una delicia de leer. Por otra parte, en este este es más patente la reflexión metaliteraria y el juego constante entre ficción y realidad. Me encanta el estilo de Landero tanto en sus partes más narrativas como en aquellas más expositivo-argumentativas. A través de su propia experiencia vital y reflexiva, su prosa consigue llegar a la esencia de la cotidianidad y de la literatura. En algunas secciones (¿o capítulos?) dibuja estampas que me recuerdan al estilo de Azorín, pero con la frescura de un escritor contemporáneo. En general, el libro está repleto de frases y de fragmentos memorables que son puro estilo Landero, pura sensibilidad inteligente. 8/10
Acabo de terminar el huerto de Emerson. Me han gustado especialmente los relatos en los que aborda el proceso de escritura o el fuego del amor. Es un cuchillo de luz entrando en la mantequilla ciega de la entrada de la cueva de las emociones. Te hace más sabio. Me emociona y me inspira. Le daría un 5 sin dudarlo si todas las historias tuvieran el nivel de las que me más me gustan.
Me gustaría dedicar un tiempo a escribir. Toda mi vida soñando con ser escritor. Con vivir en las historias. En el fondo detesto el emponzoñamiento tedioso de los días iguales, de la caverna oscura en la que los ciegos se afanan por girar su rueda como ratones tontos a la espera de su muerte. Muy animosos, pero sin creatividad e ignorantes.
Preciosa lectura. Una colección de 15 relatos con un estilo bellísimo y no exentos de humor y guiños al lector en los que, como quien no quiere la cosa, ahonda en cuestiones trascendentales, en la visión del amor, en la metaliteratura, sirviéndose de textos y autores como si de un buffet se tratara, con descripciones bellísimas en las que lo más cotidiano alcanza un nivel en el que difícilmente se puede ahondar si no es con una literatura. De esas narraciones en las que uno piensa "Es verdad. Lo que yo he sentido en esos momentos similares se parece mucho a lo que expresa pero nunca se me habría ocurrido expresarlo tan bien". Literatura para relajarse y disfrutar del placer de leer por leer.
Recreació sentida d'un passat perdut que viu en la memòria i en la volutat d'explicar-la. L'autor ens diu que "(...) he contado ya casi todo mi pasado. Casi toda mi vida está ya vedimiada." (pàg 12). No obstant això, ens va presentant diferents quadres evocadors, biogràfics, reflexius, on se'ns mostra la persona, l'escriptor, el professor, l'infant o l'enamorat que viu en ell. Un llibre fet des de la perspectiva que dóna el pas del temps, on l'autor s'asseu, com es feia abans, al voltant del foc i n'interroga les flames.
(...) " Solo la vieja a la que nadie conoce y por la que nadie pregunta tiene en el rostro la sombra dorada de una sonrisa imperceptible. Así fue siempre, durante siglos, cuando en las casas la gente se reunía junto al fuego" (pàg 234)
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Leer a Landero es siempre una apuesta segura. Su forma de narrar es especial, minuciosa, se adentra en los detalles hasta llegarse a perder en ellos. Y tú como lector junto a él. En esta ocasión, vuelve a la autoficción y nos habla de su infancia, juventud y su vida actual. Y nos habla, entre otros temas, sobre el valor de la literatura, la muerte, la familia, el amor y los sueños. Se me ha hecho bastante corto para lo que estaba disfrutando de él.
«El huerto de Emerson» es el primer libro que leo de Luis Landero y he de decir que ha sido todo un descubrimento, tanto el propio autor como su maravillosa obra.
En este libro, el autor narra una serie de relatos llenos de experiencias muy variadas, descripciones detalladas y palabras llenas de significado. Me han encantado las alusiones a las zonas rurales, así como las referencias a las personalidades famosas y literarias. Además, es increíble cómo el autor nos refleja ese realismo a través de las metáforas, que destacan su magnífica narración.
Al comenzar a leer el libro, pensé que estaría interesante leer un relato cada día, pero no me ha durado ni dos. Podeis leerlo en varios días, pero no sé si la redacción de Luis Landero os permitirá hacerlo. Sea como sea, estoy segura de que lo vais a disfrutar.
Estoy deseando leer más libros del autor para seguir descubriendo las maravillosas obras que me están esperando.
Creo que ha pretendido hacer un libro sin una idea o una historia de partida, y que éste se fuera construyendo solo, a medida que iba escribiendo. Algo que solo se puede hacer a base de oficio. Es un libro compuesto de retazos y reflexiones de la vida del autor, salpicado de perlas, que te envuelve en la atmósfera poética y acogedora de su literatura, de sus autores y de su escritura. "Un artista, un escritor, un científico, un filósofo, pero también cualquiera que aspire a alcanzar lo mejor de sí mismo, o un buen gustador de la vida, es el que prolonga de algún modo su infancia, y de algún modo su inocencia" Sobre la memoria irracional: "Ese es el paisaje que ofrece nuestra vida vista en la distancia, unos cuantos episodios desperdigados al albur de los años, y otros muchos que no dejaron apenas huella en la memoria, pero que van con nosotros, y que son los que quizá nos obsesionan, y conforman nuestra sensibilidad y nuestro carácter, y los que inspiran a los poetas, a los pintores o a los músicos. Ese mundo oscuro y tormentoso, y siempre tentadoramente inefable, que todos tenemos muy adentro, y que no conocemos salvo por súbitas iluminaciones, esa precisamente es la materia más preciosa del arte. Todo un tesoro de misteriosos significados y raras intuiciones, de los que no conservamos el recuerdo, pero sí la emoción, y que, a pesar del paisaje desolado que el olvido va dejando a su paso, dan fe de que vivimos muchos momentos de plenitud, y de que nuestra existencia no fue del todo en vano.
Nee. Weer niet. Ik had me in mijn studietijd door Juegos de la edad tardía geworsteld en vond het nu tijd om nogmaals iets van Landero te lezen. Maar het kon me weer niet echt boeien. Er gebeurt te weinig, er wordt vrijwel niets geponeerd, de tekst kabbelt lekker voort zonder boeiende versnellingen of blokkades.
“Después, con los años, con la observación, con el estudio, cada cual a su modo llegará a ser un poco sabio. Pues bien, el sabio y el niño formarán un magnífico dúo. ¿Y que puede aportar el niño al negocio común? Algo esencial para cualquiera que aspire a vivir la vida de primera mano: la intuición y el asombro, la incansable capacidad de asombro. Del asombro nace el conocimiento, como nos enseña Platón”
A todos nos ha tocado un pequeño terrenito el cual tenemos que cuidar. Cultivar lo nuestro, cuidar lo que nos tocó con suerte, aceptarlo con orgullo. Alejarse de lo universal y ocuparse de lo concreto.