Durante años he cruzado de ida y de vuelta existencias que abarcan, además de una subjetividad marcada por etiquetas diagnósticas (trastornos psicóticos, afectivos, de la personalidad...), una crítica en acto de la noción misma de frontera. Esa frontera tan porosa e inestable que pretende distinguir lo normal de lo anormal y lo sano de lo insano. Desempeñarme profesionalmente en ese territorio lábil me ha obligado a hacerme muchas preguntas cuyas respuestas, de haberlas, han sido troceadas y repartidas entre las instituciones, profesiones, servicios, libros y personas que tienen algo que decir al respecto. Sin embargo, el material de esta novela es totalmente ficticio y su parecido con la realidad, por usar la fórmula canónica, es pura coincidencia.
Empecemos diciendo que este no es un libro corriente, que no es una novela, pero tampoco es un ensayo. ¿Qué es entonces? No sabría definirlo.
Está dividido en cinco capítulos, cada uno de los cuales corresponde a un paciente (David, Marta, Juan, Isabel y Erika) que es acompañado por una terapeuta anónima. Ella nos cuenta la evolución de todas estas personas que padecen una enfermedad mental. Todos ellos muy diversos entre sí y, sin embargo, igual de aquejados por el sistema de salud mental público que tenemos en España.
Seguimos vidas presas de la agorafobia, de la manía persecutoria, del TLP o la esquizofrenia. Nos sentimos conectados con ellos por la empatía a lo largo de todo el relato, de sus primeros pasos hacia la recuperación, de sus recaídas, de sus brotes psicóticos y entristecemos cuando una historia no tiene final feliz. Anna R. Ximenos nos hace partícipes de sus andanzas y sus bajones emocionales acompañando a estos pacientes.
Lo peor de todo son las partes en las que Anna narra los entresijos institucionales a los que se ven abocados tanto terapeutas, como médicos, psiquiatras, enfermeras o asistentes sociales, mostrando así la crítica a un sistema que solo busca el beneficio propio y se nutre de la despersonalizacón de los enfermos mentales que, en muchas ocasiones, acaban en la indigencia o, si tienen suerte, en alguna institución con dejes carcelarios y empastillados y medicados hasta la médula.
Cuanto más conscientes seamos del trato inhumano al que se somete a este tipo de personas, más podremos prevenir y actuar en casos que nos toquen de cerca. Por lo tanto, veo muy necesario este tipo de lecturas y no olvidarnos nunca de que nadie está a salvo de nada, por lo que debemos luchar por un trato justo hacia ellos, que no pueden hacerlo por sí mismos.
Sé que seguramente a nadie le interesen este tipo de lecturas y sin embargo, todos deberíamos ser conscientes de este submundo aberrante creado por las farmacéuticas y el gobierno que, muchas veces, pasa inadvertido.
❤️8'75/10❤️
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Primera novela de esta autora, que mereció el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro en 2020, uno de los premios «limpios» más prestigiosos de narrativa en castellano.
La novela narra, en primera persona, las vicisitudes con que lidia una acompañante terapéutica para personas con trastornos psíquicos graves. El acompañante terapéutico es el último eslabón de la cadena de profesionales que trabajan con los enfermos mentales. No son ni psiquiatras, ni psicólogos, ni trabajadores sociales. Son, sin embargo, los que tienen el contacto más íntimo con los pacientes, y por lo tanto tienen que buscar constantemente el equilibrio entre las heridas abiertas que dejan la empatía con ellos y los muros burocráticos que supone conseguir un tratamiento adecuado o lo suficientemente duradero, un alojamiento estable o una prestación.
Cada capítulo narra el acompañamiento de un enfermo: David, Marta, Juan, Isabel y Erika. Cinco casos que podrían haber sido tres o quince. Da igual: es una acotación arbitraria en un catálogo probablemente sin fin. Es un libro duro, perturbador, que pone de manifiesto que existe una pared infranqueable en la mente de determinados enfermos, pero está contado con una buena dosis de lirismo y, en ocasiones, con pinceladas de humor.
Una novela distinta y de la que se sacan lecciones. Desde el punto de vista de una profesional se retrata todo el abanico institucional que trata con este tipo de enfermos. Una narración ficticia pero sin ninguna duda basada en experiencias muy reales.
Es un libro que contiene una crítica con un pensamiento que te hace dudar y hacerte pequeñas cuestiones sobre somo influye la sociedad en personas con problemas mentales. No es un libro que recomendaria de primeras pero es ameno en su escritura y el tema que relata, por lo que creo que es un buen libro.