Un sentimiento nos ha acompañado durante toda la historia y ha influido enormemente en nuestra forma de ver el mundo, de sentirlo y de interpretarlo. Los griegos lo llamaban «melancolía», los románticos, «angustia existencial», y los psiquiatras y psicólogos de hoy suelen llamarlo «ansiedad».
Ante esta ineludible incomodidad de vivir, unos se abocan a satisfacciones inmediatas, otros la aceptan como una maldición y un tercer grupo trata de sellar un pacto con su demonio particular a través del arte.
De la acedia medieval a la depresión moderna, pasando por el existencialismo, el nihilismo, la filosofía negativa y la cultura del suicidio, El mono ansioso aborda el fenómeno de la melancolía y la angustia desde la confluencia de numerosas disciplinas, como la filosofía, la psicología, la medicina, la literatura y las artes plásticas. Al finalizar la indagación nos consuela pensar que, sin ese «gusano invisible» del que hablaba Blake, quizá nunca habríamos reconocido la felicidad.
Xavier Roca-Ferrer repasa la historia de la melancolía desde una perspectiva amplia y lúcida, dándonos a conocer los vaivenes del espíritu melancólico desde Mesopotamia hasta la actualidad, convertida hoy en la gran enfermedad del ser humano.
El subtítulo de la obra es un gran resumen de lo que nos encontraremos en sus más de cuatrocientas páginas: una biografía de la angustia, la melancolía, el hastío y la depresión. Acompañados siempre por grandes nombres, desde Gilgamesh hasta Houellebecq.
Así, capítulo a capítulo, Roca-Ferrer nos va descubriendo los miedos en la Antigua Grecia, la acedia medieval, el elitismo melancólico del Renacimiento, Las Luces luchando contra el mal de vivre, la loada angustia romántica, la irrupción del psicoanálisis y la democratización de la melancolía de los últimos años. También se agradece la mirada especialmente crítica del autor en sus últimas páginas, pues pese a las disconformidades que puedan nacer de su lectura, como ha sido mi caso, también invitan a la reflexión.
El mono ansioso es un profundo repaso sobre las distintas formas de entender dicho malestar y cómo éste ha influido en distintos ámbitos: medicina, filosofía, artes plásticas, música, psicología, literatura…
Un libro denso y enriquecedor, una multidisciplinar indagación sobre la inevitable incomodidad de existir y la conciencia de nuestro trágico final; siempre arropado por ese último consuelo de que gracias al gusano invisible del que hablaba Blake, también somos capaces de reconocer la felicidad.
El libro está destinado a un público general. Torea muchas de las cuestiones más difíciles y las pasa de largo en favor de una simplicidad que, sin embargo, también puede volverse un poco cuesta arriba a quien no haya leído demasiado y se le escapen algunos nombres (aunque con un mínimo vamos bien). Este tono intermedio es quizá lo que me menos me convence del texto que, por otro lado, resulta un portento de síntesis y recolección esencial acerca del tema que se propone. Los últimos capítulos, en los que habla de la época actual, alternan reflexiones brillantes con generalidades banales. Es quizá la parte en la que tengo más opiniones encontradas. Lo mejor, sin duda, es el recorrido histórico que hace del concepto, caracteriza cada época con figuras emblemáticas y explica sucintamente su pensamiento. El autor demuestra en esto sus profundas lecturas.