Addresses love, human feelings and relationships, knowledge and discovery, and other essential qualities of human life in such short stories as "Ya vendieron el piano," "El otro lado de los espejos," and "Carta abierta a mi misma"
Nacida en Paraná, provincia de Entre Ríos, lleva el mismo nombre de su madre, Leopoldina. Su padre fue Enrique Bird Mosconi (sobrino del General Mosconi). Cuando tenía 45 días de edad su familia se mudó a Buenos Aires. Quedó huérfana de madre a los 8 años.
Con 16 años publicó un poema en el diario La Prensa, y otras colaboraciones en revistas como Maribel o Vosotras. Se casó con Martín Renaud, a quien había conocido a los 17 años, y a los 20 tuvo su primera hija, Verónica. Allí comenzó a escribir la obra que la hiciera famosa, su libro Cuentos para Verónica se editó en 1969, y se convirtió en un éxito. En 1971 publicó Cuentos para leer sin rímmel. Entre estos dos libros se vendieron, a los largo de los años y las sucesivas ediciones, aproximadamente 3.600.000 ejemplares.
En 1975 dejó de trabajar como directora de la revista Vosotras y se dedicó junto a su marido a la creación de una editorial. Así nacería Orión, donde se publicaron sus libros y también otros escritores conocidos como Katherine Mansfield, Arnaldo Rascovsky, Antonio di Benedetto y Silvina Ocampo. En 1977 su marido fallece de un infarto.
En 1980 el cuento "Mamá de niebla" fue llevado al cine con el título "Días de ilusión", dirigida por Fernando Ayala y protagonizada por Andrea del Boca.
Continúa escribiendo libros y colaboraciones en varios medios gráficos. En el año 2001 cierra la editorial debido a la crisis económica. El 25 de octubre de 2008 fallece su hija, Verónica Renaud, de un ataque cerebral.
Tenía tantas esperanzas para este libro. Al final fue muy inconsistente.
Pero acepto que hubo al menos dos cuentos que me encantaron: "Las distancias" y "Carta de Papá Noel"... sólo por esos dos cuentos vale la pena leer el libro
Breves, casi parecen poemas más que cuentos. Creo que lis más rescatables son los últimos dos "el gobelino" y "Carta abierta a mi misma". Espero que volcar tanto dolor (y tantos dolores) en este libro haya servido al menos para aliviar a la escritora.
Ya había leído a esta autora, supe de su existencia en un taller literario hace ya varios años. Precisamente del sur de America era mi maestro, al igual que ella; desde el principio me enamoraron sus letras, me sentí muy identificada por su manera de escribir y de pensar. Ahora, pasados los años, me encontré con ella nuevamente en esta obra; erróneamente pensé que sería igual a los otros textos pero no. Es muy lento el texto y a veces sin sentido, pareciera que la autora desahogó en esas páginas todos sus pensamientos sin ordenar, pensamientos de tristeza y lastimeros.
Varios de estos cuentos los leí en la secundaria y leerlos de vuelta fue remontar la infancia. Todos ellos tristes e inolvidables. Mis favoritos siempre serán:
- Ya vendieron el piano - Respuesta - Esa no era mamá
No se que me motivo a leerlo. pero es muy bueno, un poco anacrónico en algunos cuentos y repetitivo. Lo interesante, para ser relatos sencillos demuestra que un cuento no es necesariamente inicio, nudo y desenlace sino que un cuento puede estar suspendido en la narrativa en el tiempo y sentimiento.
Este libro es un recopilado de cuentos tristes. Cuentos sobre perdidas, sobre la nostalgia, rupturas y la vida misma. Hubo varios que me gustaron bastante, que me dejaron con esa espinita clavada en el pecho, algunos que pudieron decir en palabras pensamientos o sentimientos que no supe como formular. La autora los narra con un estilo poético que deja plasmada esa nostalgia.
Voy a poner algunas frases o momentos que me gustaron:
-"Y para eso estamos los amigos, Juan Manuel. Para hacerte el favor de traerte de vez en cuando hasta el lugar que amabas, que odiabas, que te gustaba, que no te gustaba, que era bueno y era malo, pero era el único lugar que le correspondía a tu vida de veintiséis años."
Este me gusta porque siempre que alguien a quien amamos fallece, por el dolor que sentimos, se lo deja de nombrar o de hablar de él/ella. Como un acuerdo tácito entre todos los que vivimos con su ausencia. Pero eso también es triste, dejarlo en recuerdos y dolores. Hablar de la persona se siente así, como traerla de nuevo a nuestro presente, darle forma y calidez a aquella ausencia que siempre está, aunque no se diga.
-"Una escena feliz...,pero ¿Y los otros? Eso temo: las ausencias...,y tener tanto tiempo (todo ese tiempo que me falta ahora, ese tiempo que me devora entre mi cansancio y mis horarios), tener tanto tiempo para darlo...¿a quienes? ¿a los q ya no están...a los que no pueden recibirlo porque están en la lucha, apurados, tan apurados como lo estoy yo hoy?"
A veces estamos tan consumidos por la vida, por las responsabilidades, por el trabajo, que en parte descuidamos a nuestros seres queridos. Esto me hizo acordar a una charla que dio un chico: tenía un examen que era muy importante y una abuela que estaba media delicada (y en otra provincia). Él fue a ese examen, su abuela falleció ese día y el no pudo despedirse. Pienso mucho en esto, hay cosas que sentimos que son tan importantes que no podemos perder la oportunidad, sentimos que son de vida o muerte, pero en realidad hay cosas más importantes o mejor dicho personas. Nunca se sabe cuando será la última vez y eso es lo único que no tiene solución.
-"...y no quiere que se saque de encima ese saquito roto por cuyos agujeros le entra todo el frío del invierno y se escapa toda la maravilla de la infancia."
En donde vivo, veo muchos niños vendiendo: pañuelos, chicles, etc. Y siempre me da tristeza, por todo lo que se están perdiendo, porque deberían andar entre juguetes y niños y no entre adultos y responsabilidades. Hay varios cuentos en este libro que plasman esta realidad.
La voz de Poldy Bird tiene esa forma de insinuarse sin anunciarse, como si llegara despacio y aun así dejara una huella profunda. La lectura de Cuentos para leer sin rimmel se vive como un recorrido por escenas que parecen pequeñas hasta que revelan una intensidad que desarma. Lo cotidiano se vuelve un territorio casi sagrado donde cada gesto encierra una vida entera y cada recuerdo guarda una emoción que late bajo la superficie.
Las palabras avanzan con una sinceridad que conmueve. No hay ornamentos ni intención de impresionar. Hay una desnudez que invita a mirar lo propio con más valentía. Bird se mueve por el universo femenino con una sensibilidad que no pide permiso. Retrata pérdidas, nostalgias y esas emociones silenciosas que suelen quedar guardadas en un rincón del cuerpo. Lo hace con una precisión que sorprende porque reconoce matices que a veces ni siquiera sabemos nombrar.
A medida que cada cuento se abre, aparece una cercanía que abraza. La escritura parece escribirnos a nosotros y no al revés. Algunas frases se quedan a vivir en la memoria y otras se sienten como un susurro que llega cuando la guardia está baja. Esa mezcla de vulnerabilidad y belleza vuelve el libro un refugio para quienes habitan el mundo con intensidad.
Cuentos para leer sin rimmel es literatura que acompaña desde un lugar íntimo. Se siente como un abrazo hecho de palabras, uno de esos que encuentran justo el espacio donde algo necesitaba ser tocado. Es un libro para quienes sienten demasiado y lo reconocen como una forma de estar vivos.
3⭐️ "un minuto, un año, un siglo" y "cumpleaños" me aniquilaron. Sentí que yo los escribía o que me conocía como nadie. El amor y Cosas mías fueron las mejores partes, La muerte demasiado triste creo q se me salieron un par de lagrimitas. me encantan los cuentos 💟
es el segundo libro que leo de poldy y me hace emocionar, sabe muy bien como reflejar las emociones y a veces hasta hacerte sentir que sabe por lo que pasaste y esta contando una historia tuya. hermoso libro y definitivamente para leer sin rimel <3
"Un hombre que una vez al día remonta los ojos al cielo como un barrilete esperanzado, es un hombre que, además de llevar cuentas y números pegados en la frente y en los puños de la camisa, lleva mariposas colgando del corazón."
Hermoso, sencillo, tierno y muy, muy conmovedor. Un placer sumergirme en las letras de esta mujer.
- Vos no me vas a poder decir nada de lo que quiero saber… porque no lo sabés. - Eso creés. Se que la vida es… es… bastante linda, que se sufre, que se llora, se golpean los puños contra las paredes, se odia, se huye… pero se vuelve, siempre se vuelve. - ¿Adónde se vuelve? - A uno mismo. Yo ando por ahí, descubriendo cosas hermosísimas y llenas de colores como flores y mariposas y bichos de luz y giros de calesita y molinillos que dan vueltas en el viento, ¡vos también vas a verlo! - ¿Y de qué te sirve verlo? ¿Se te mete adentro y se queda con vos? ¿Las flores no se secan, las mariposas no se mueren, las calesitas no se tapan de noche con una lona, los molinillos no se rompen, los bichos de luz no se apagan? - Sí, pero cerrando los ojos se puede recordar, y recordar es como resucitar las cosas lindas.
Aw, yo crecí con este libro. Me parece sentimentaolide, un poquito básico, curso, etcétera, no sé si lo miraría con los ojos llenos de amor con que los miro hoy (no se nota, lo sé, jaja), pero... es tan dulce. Es tan romántico y detallado... es todo con lo que soñamos, quizá, las mujeres... cosas sencillas, a veces un poco dramáticas, pero intensas, en especial cuando uno está empezando a vivir (era mi libro de cabecera en mi adolescencia).
Cuentos para leer sin rimmel es... placentero leer cada uno de los cuentos escritos por Poldy Bird a pesar de que son tristes. No todos los escritores son capaces de conmover a sus lectores, Poldy lo hace a traves de la tristeza y de los momentos cotidianos o situaciones vividas y sufridas por muchos.
De mis libros favoritos. Si sos una loca como yo que ama llorar con libros y sentir que te estás ahogando en tus lágrimas... Léelo loca, no te vas a arrepentir