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La casa del ahorcado: Cómo el tabú asfixia la democracia occidental
¿Cómo podemos defender el pensamiento individual ante el exceso de líneas rojas?
Los proyectos comunes que han sostenido las sociedades democráticas occidentales parecen rotos. Ni siquiera una pandemia global logra hacernos comprender que los grandes retos requieren respuestas colectivas. Sometidos a las reglas del identitarismo, una polarización extrema ha dado lugar al narcisismo tribal y al ensimismamiento autorreferencial. Colectivos erotizados por su propia identidad y hostiles al resto, victimistas profesionales y nacionalistas excluyentes dominan un panorama donde parece justificable eliminar los derechos de las personas en pos de una causa mayor.
La casa del ahorcado es un demoledor y controvertido ensayo que observa los efectos de la cultura del sentimentalismo en la libertad de expresión y analiza algunas de las manifestaciones más alarmantes de nuestro retroceso hacia la tribu. Con mirada antropológica, pero sin intención académica, Soto Ivars nos ofrece un recorrido por diversos casos contemporáneos de retorno al tabú, el horror sacro, el chivo expiatorio, la herejía y el castigo ritual, y propone la restauración del concepto de ciudadanía como única salida a la guerra civil de las identidades.
«Comparto con las almas puras la idea de que nadie con un mínimo de sensibilidad mencionaría la soga en la casa del ahorcado, pero como veremos en las próximas páginas, nos enfrentamos a un problema enorme: en un mundo global e hipercomunicado la casa del ahorcado no tiene paredes, ni puerta por la que escapar, abarca el mundo entero sin dejar un resquicio para la libertad.»
Los proyectos comunes que han sostenido las sociedades democráticas occidentales parecen rotos. Ni siquiera una pandemia global logra hacernos comprender que los grandes retos requieren respuestas colectivas. Sometidos a las reglas del identitarismo, una polarización extrema ha dado lugar al narcisismo tribal y al ensimismamiento autorreferencial. Colectivos erotizados por su propia identidad y hostiles al resto, victimistas profesionales y nacionalistas excluyentes dominan un panorama donde parece justificable eliminar los derechos de las personas en pos de una causa mayor.
La casa del ahorcado es un demoledor y controvertido ensayo que observa los efectos de la cultura del sentimentalismo en la libertad de expresión y analiza algunas de las manifestaciones más alarmantes de nuestro retroceso hacia la tribu. Con mirada antropológica, pero sin intención académica, Soto Ivars nos ofrece un recorrido por diversos casos contemporáneos de retorno al tabú, el horror sacro, el chivo expiatorio, la herejía y el castigo ritual, y propone la restauración del concepto de ciudadanía como única salida a la guerra civil de las identidades.
«Comparto con las almas puras la idea de que nadie con un mínimo de sensibilidad mencionaría la soga en la casa del ahorcado, pero como veremos en las próximas páginas, nos enfrentamos a un problema enorme: en un mundo global e hipercomunicado la casa del ahorcado no tiene paredes, ni puerta por la que escapar, abarca el mundo entero sin dejar un resquicio para la libertad.»
380 pages, Paperback
First published March 25, 2021
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 46 reviews
July 22, 2022
Me ha parecido un ensayo muy interesante. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que dice el autor (aunque sí con buena parte), pero me parece que tiene muchos puntos a favor: en primer lugar, expone sus argumentos y opiniones de forma muy amena, bien explicada y en ocasiones brillante. En segundo lugar, trata temas muy actuales y que nos afectan a todos en mayor o menor grado. Y por último, y sobre todo, tiene la gran virtud de invitar a reflexionar al lector. Incluso cuando expresa alguna opinión con la que no coincido, lo hace ofreciendo la posibilidad de analizar el tema en cuestión desde otro ángulo, lo que me hace comprender en cierta medida su razonamiento aunque en ocasiones no lo comparta.
En definitiva, un libro recomendable para leer con la mente abierta a opiniones distintas (el autor "se moja" sobre muchas cuestiones y se mete en "charcos" sin parar, así que a buen seguro encontrarás opiniones suyas que no coincidan con las tuyas, como me ha pasado a mí) y a reflexionar sobre aspectos importantes de la sociedad actual y hacia dónde nos lleva el signo de los tiempos.
En definitiva, un libro recomendable para leer con la mente abierta a opiniones distintas (el autor "se moja" sobre muchas cuestiones y se mete en "charcos" sin parar, así que a buen seguro encontrarás opiniones suyas que no coincidan con las tuyas, como me ha pasado a mí) y a reflexionar sobre aspectos importantes de la sociedad actual y hacia dónde nos lleva el signo de los tiempos.
May 3, 2021
Partiendo de la descripción etimológica del tabú, del concepto de herejía y del origen de la tribu, Soto Ivars indaga acerca de cómo han llegado hasta el presente tomando forma en las nuevas formas de censura.
Es un ensayo muy interesante y que el autor sabe mantener en un tono muy emocionante. Combina varios casos de los últimos años en los que se muestran polémicas sobre la identidad con varias hipótesis de sus raíces. Quizás lo menos interesante me ha parecido el trasfondo histórico que repite varias veces, como el de la isla de Hawái o las persecuciones de Calvino. Y es cierto que muchos de los casos que ilustra están ya muy manidos, aunque sabe sacar lecturas nuevas de ellos.
Como punto positivo, es muy valiente en sus análisis y no se queda en la orilla. Emplea datos y estudios a medida que va avanzando y elige referentes plurales. En el que posiblemente sea el mejor capítulo, describe bien la decadencia del pensamiento materialista de la izquierda, pasando por la búsqueda de referentes en la literatura académica posmoderna, hasta llegar a enarbolar las políticas de identidad como su principal bandera, con las que el autor es crítico. También condena el exceso de la nueva derecha en defender una corrección patriótica que es tan caricaturesca como aquella corrección política a la que se enfrenta. Otro eje importante de su narrativa es el uso de la tecnología y de las redes sociales, al defender que está acelerando todas estas revoluciones del pensamiento. Para concluir, el autor se muestra a favor de fortalecer las instituciones porque pueden resistir los fuertes embistes de los fanáticos a la vez que son un refugio común para todos los ciudadanos.
Es un ensayo muy interesante y que el autor sabe mantener en un tono muy emocionante. Combina varios casos de los últimos años en los que se muestran polémicas sobre la identidad con varias hipótesis de sus raíces. Quizás lo menos interesante me ha parecido el trasfondo histórico que repite varias veces, como el de la isla de Hawái o las persecuciones de Calvino. Y es cierto que muchos de los casos que ilustra están ya muy manidos, aunque sabe sacar lecturas nuevas de ellos.
Como punto positivo, es muy valiente en sus análisis y no se queda en la orilla. Emplea datos y estudios a medida que va avanzando y elige referentes plurales. En el que posiblemente sea el mejor capítulo, describe bien la decadencia del pensamiento materialista de la izquierda, pasando por la búsqueda de referentes en la literatura académica posmoderna, hasta llegar a enarbolar las políticas de identidad como su principal bandera, con las que el autor es crítico. También condena el exceso de la nueva derecha en defender una corrección patriótica que es tan caricaturesca como aquella corrección política a la que se enfrenta. Otro eje importante de su narrativa es el uso de la tecnología y de las redes sociales, al defender que está acelerando todas estas revoluciones del pensamiento. Para concluir, el autor se muestra a favor de fortalecer las instituciones porque pueden resistir los fuertes embistes de los fanáticos a la vez que son un refugio común para todos los ciudadanos.
April 5, 2021
Un libro muy interesante y válido para los tiempos que corren. Aunque ya por la mitad se nota un poco inflado y con excesiva terminología, no deja que escapemos a su lectura; Soto Ivars tiene la habilidad para aterrizar cada uno de estos conceptos de tal forma que percibamos la realidad de los tabúes, la corrección política y el fenómeno tribal que intenta apoderarse de nuestra ideología personal, y el recorrido que han tenido desde sus invenciones como términos.
Recomiendo sin duda este y el "Arden las redes". Un autor que sigue sorprendiendo por sus investigaciones que tienen que darse a conocer a muchos más niveles. Seguro que incomodará a la izquierda progre, sin que el autor tome partido por nadie, a excepción de su tendencia a señalar y satirizar la corrección política.
Recomiendo sin duda este y el "Arden las redes". Un autor que sigue sorprendiendo por sus investigaciones que tienen que darse a conocer a muchos más niveles. Seguro que incomodará a la izquierda progre, sin que el autor tome partido por nadie, a excepción de su tendencia a señalar y satirizar la corrección política.
April 24, 2021
Magnífico ensayo y muy necesario en estos momentos en los que la paranoia y el absurdo campan a sus anchas, y lo hacen como el que no quiere la cosa. Y es que si hoy en día lloramos o nos descojonamos, no sólo los filólogos sino las personas que se paran a pensar un poco, cuando oímos aquello de "todos, todas y todes" para referirse a todos, lo cierto es que descuidamos y pasan desapercibidos aquellos que lo ven como algo bueno, integrador, inclusivo, o si me aprietas, lógico, en su aspiración de alcanzar los dogmas de la tribu identitaria.
Este es un ensayo erudito y a la vez de fácil comprensión que lo explica perfectamente desde el punto de vista sociológico, no desde una visión partidista política, cosa que se agradece. Y desde esa perspectiva analiza las tribus identitarias que tienden a etiquetar, y por tanto a parcelar y a concretar lo que es bueno y lo que es tabú, interdicción, promoviendo e "imponiendo" los eufemismos a los que hay que recurrir para que una persona normal, un individuo, que debería ser único, autónomo y librepensador, entre al redil y sea capaz de cometer las mayores torpezas, atrocidades y disparates lingüísticos y sociales, marcando así la agenda del postprogresismo, del postestructuralismo.
Se impone, bajo pena de cancelación (erradicación inquisitorial), lo que debe decir una persona para considerarse progresista, inclusiva y políticamente correcta ( o sea, politizadamente correcta), y no ser un fascista, un imperialista, etc., llegando el absurdo a ejemplos esperpénticos que arruinan la biografía de grandes personas que han luchado por la igualdad y los derechos reales, sin postureos. Y lo mismo, del otro lado, del nacionalpopulismo. Y lo peor es que trasciende lo individual y llega a la cultura. Desde hace un tiempo leo siempre las muestras antes de comprar un libro porque, si detecto artificios idiotas como doblar el género y otras burradas similares, no lo leo.
Quizá me esté yo también radicalizando pero, desde luego, hay cosas por las que no pienso pasar. Afortunadamente, siempre nos quedarán los clásicos y, hasta que las quemen o las destuyan digitalmente, las ediciones escritas con sentido y corrección.
A un nivel político, llevo ya mucho tiempo echando de menos el bipartidismo. Ahora, tras esta lectura, que me llamó desde el principio porque mi tesis de licenciatura trataba de la interdicción y el tabú, ahora veo muchas de las estructuras e intenciones que subyacen en comentarios como el de todes, hombres cis, asignación de género, portavoza, y gilipolleces similares. No podía ser que fueran tan incompetentes lingüísticos por mucha ignorancia que atesoren los políticos de hoy.
Un ensayo muy recomendable.
Este es un ensayo erudito y a la vez de fácil comprensión que lo explica perfectamente desde el punto de vista sociológico, no desde una visión partidista política, cosa que se agradece. Y desde esa perspectiva analiza las tribus identitarias que tienden a etiquetar, y por tanto a parcelar y a concretar lo que es bueno y lo que es tabú, interdicción, promoviendo e "imponiendo" los eufemismos a los que hay que recurrir para que una persona normal, un individuo, que debería ser único, autónomo y librepensador, entre al redil y sea capaz de cometer las mayores torpezas, atrocidades y disparates lingüísticos y sociales, marcando así la agenda del postprogresismo, del postestructuralismo.
Se impone, bajo pena de cancelación (erradicación inquisitorial), lo que debe decir una persona para considerarse progresista, inclusiva y políticamente correcta ( o sea, politizadamente correcta), y no ser un fascista, un imperialista, etc., llegando el absurdo a ejemplos esperpénticos que arruinan la biografía de grandes personas que han luchado por la igualdad y los derechos reales, sin postureos. Y lo mismo, del otro lado, del nacionalpopulismo. Y lo peor es que trasciende lo individual y llega a la cultura. Desde hace un tiempo leo siempre las muestras antes de comprar un libro porque, si detecto artificios idiotas como doblar el género y otras burradas similares, no lo leo.
Quizá me esté yo también radicalizando pero, desde luego, hay cosas por las que no pienso pasar. Afortunadamente, siempre nos quedarán los clásicos y, hasta que las quemen o las destuyan digitalmente, las ediciones escritas con sentido y corrección.
A un nivel político, llevo ya mucho tiempo echando de menos el bipartidismo. Ahora, tras esta lectura, que me llamó desde el principio porque mi tesis de licenciatura trataba de la interdicción y el tabú, ahora veo muchas de las estructuras e intenciones que subyacen en comentarios como el de todes, hombres cis, asignación de género, portavoza, y gilipolleces similares. No podía ser que fueran tan incompetentes lingüísticos por mucha ignorancia que atesoren los políticos de hoy.
Un ensayo muy recomendable.
July 13, 2021
Necesario e imprescindible. Ahora cada vez más alguien con libertad de pensamiento se ve coartado para no ofender a una piara de imbéciles.
May 17, 2023
Lectura de obligado cumplimiento.
December 21, 2021
Batiburrillo de ideas con poca coherencia entre sí y una falta de análisis brutal. Un ensayo que podría haber escrito mi abuelo y sus amigos del bar con las conversaciones que tienen día a día sobre lo mal que estamos.
June 8, 2021
Para enmarcar
December 19, 2023
Un ensayo valiente que aborda temas controvertidos con total libertad y naturalidad, cosa rara hoy en ambos lados del espectro ideológico. Los continuos ejemplos actuales han logrado que, leyendo el libro, analizase la sociedad en la que estamos inmersos con perspectiva, con una mirada crítica. El hecho de no estar de acuerdo completamente con lo que se lee no debería ser una causa para no leerlo (o al menos no es la forma en la que, personalmente, entiendo la literatura).
Se expone con total claridad la pérdida de relevancia política de las medidas pragmáticas y de gestión frente a la creciente importancia de las identidades y la guerra cultural. Probablemente, una de las mayores mentiras que hemos comprado en las últimas décadas ha sido aquello de que los políticos son y deben ser «gente de la calle» (en cualquier caso, ¿qué es eso?). En fin, como bien se explica aquí, cuando un político tiene que recurrir continuamente al pasado y a ideas simbólicas para ganarse los votos, algo tiene que ocultar. En el mejor de los casos, el vacío moral e ideológico más absoluto.
Se expone con total claridad la pérdida de relevancia política de las medidas pragmáticas y de gestión frente a la creciente importancia de las identidades y la guerra cultural. Probablemente, una de las mayores mentiras que hemos comprado en las últimas décadas ha sido aquello de que los políticos son y deben ser «gente de la calle» (en cualquier caso, ¿qué es eso?). En fin, como bien se explica aquí, cuando un político tiene que recurrir continuamente al pasado y a ideas simbólicas para ganarse los votos, algo tiene que ocultar. En el mejor de los casos, el vacío moral e ideológico más absoluto.
June 10, 2021
Un punto de vista interesante sobre todo lo que está pasando hoy en día, con sus manipulaciones correspondientes (feminismo, partidos de izquierda, de derechas...).
También da un punto de vista interesante distinto y complementario con el del de Jordan Peterson sobre por qué tenemos la piel tan fina, oiga.
Tiene partes un poco tediosas y otras que dan ganas de levantarse y aplaudir. Vamos, recomendable, oigan.
También da un punto de vista interesante distinto y complementario con el del de Jordan Peterson sobre por qué tenemos la piel tan fina, oiga.
Tiene partes un poco tediosas y otras que dan ganas de levantarse y aplaudir. Vamos, recomendable, oigan.
August 23, 2025
Tiene un par de ideas muy interesantes, pero de difícil adopción desde mi punto de vista, principalmente debido a la escala actual de polarización y la espiral continuada de odio generada por el sector político y satélites de los mismos: independientemente del color e ideología. ¿Somos un fracaso como democracia? En parte, puede ser.
September 28, 2023
El punto de vista de Juan Soto Ivars sobre el delirio identitario en el que la sociedad occidental vive actualmente me parece muy acertado.
Tengo la impresión que muchos de nosotros por el placer de pertenecer a un grupo, lo cual, hasta hace unos años no era más que una manera de socializar con personas parecidas a ti y con las que congeniar, en el mundo de las redes sociales muchas personas se vinculan a grupos con los que poco tienes que ver excepto en un punto con que que te puedes victimizar en grupo y con en que puedes atacar al grupo antagónico "x".
Esto se está llevando a tal extremo que ahora resulta muy incómodo poder decir según que cosas y se está coartando la libertad de pensamiento.
Lo super recomiendo.
Tengo la impresión que muchos de nosotros por el placer de pertenecer a un grupo, lo cual, hasta hace unos años no era más que una manera de socializar con personas parecidas a ti y con las que congeniar, en el mundo de las redes sociales muchas personas se vinculan a grupos con los que poco tienes que ver excepto en un punto con que que te puedes victimizar en grupo y con en que puedes atacar al grupo antagónico "x".
Esto se está llevando a tal extremo que ahora resulta muy incómodo poder decir según que cosas y se está coartando la libertad de pensamiento.
Lo super recomiendo.
June 26, 2024
(3.5/5 — read in Spanish)
In La casa del ahorcado: Cómo el tabu asfixia la democracia occidental (“The Hanged Man’s House: How the Taboo Is Suffocating Western Democracy”), Juan Soto Ivars takes on the ambitious task of attempting to explain the dynamic of increasing tribalism throughout Western society over the past decade or so — increasing tribalism manifesting itself as, among other phenomena, identity politics, cancel culture, and the growing political power of national populism. His argument is complex when it comes to the particulars, but I will attempt to summarize it.
Soto Ivars’ analysis is divided into three parts, beginning with an idea referenced in the book’s subtitle: the taboo. He examines the importance of taboos in a society through anthropological, sociological, and psychological lenses, and — though he never quite settles on a precise definition — cites thinkers who theorize that taboos serve an important role in the way a society orders the world by delineating firm limits, reducing ambiguity, and maintaining order. Some widespread taboos - like, say, the one around incest — are shared across societies, while others are specific to certain societies in particular, like the taboo around women revealing their hair in public in many parts of the Muslim world. They can be a source of unity when they are widely accepted, but given their importance within a social group, can also become a source of serious conflict when not respected by individuals within a group or by other groups.
To describe what happens when a taboo is challenged from within a group or a space where a group has a dominant influence, Soto Ivars uses the concept of “heresy.” In La casa del ahorcado’s second section, he draws parallels between the way in which the Inquisition or John Calvin punished those who challenged religious orthodoxy and the way that those who challenge progressive orthodoxies in progressive spaces have been punished, citing as a prime example the case of James Damore, the Google engineer fired for suggesting in an internal memo that biological differences could be partially responsible for inequality in representation of men and women among Google’s workforce. Then as now, heretics are severely punished because their dissent poses a symbolic threat to the ideological unity of the group.
“Tribal narcissism,” the book’s third part, sets out to illustrate how the violation of taboos and punishment of heretics in societies increasingly fractured into competing tribes leads to growing intra-societal conflict. As residents of Western democracies lose faith in ideas that once bound them together (i.e., that children would be better off than their parents, and that significant problems could be solved collectively through democratic action) and feel increasingly confused in a world in which old certainties have been rejected as outdated or even retrograde, growing numbers of people take refuge among different “tribes” made up of people who have the same perceived identities they do (often in terms of race or ethnicity, gender, sexual orientation, etc.), the same beliefs (often nationalist or religious), or both. Rather than work together to solve problems they have in common, these tribes compete with each other in what they see as a zero-sum contest for power, wealth, and rights. In Soto Ivars’ analysis, identity politics and national populism are essentially two sides of the same coin, part of a dynamic in which people advocate on behalf of their perceived tribe at the expense of others. He concludes by pleading for the residents of Western democracies to reverse course along the tribalist path they’ve been on and embrace their shared status as citizens of democracies working together to solve collective problems.
Given the complexity and controversial nature of the issues at hand, I can’t help but admire Juan Soto Ivars’ attempt to articulate a coherent explanation for some of the significant social and political changes that have taken place over the last decade without much apparent concern for the possible consequences of critiques that could feasibly lead to the kinds of attacks he describes in the book. His attempt to zoom out and look at what’s happening from a certain distance, as well as from a position of relative independence, seems necessary and useful. I suspect that those who are firmly aligned with the tribes the author criticizes will be unsympathetic to his analysis (see one-star reviews for examples), but there’s a lot here that will likely be of interest for the skeptical and unconvinced.
As far as Soto Ivars’ analysis itself, I found some sections to be brilliantly incisive and others to be less convincing. The book’s final third, the “Tribal Narcissism” section, appeared to me to be its strongest, while the “Taboo” section, though interesting, seemed less compelling — which is unsurprising, given that dissecting and critiquing current events, and not anthropology or psychology, is his bread and butter. (The fact that the author never settles on a clear definition of what a taboo is and is not may have had something to do with this, as it makes the argument that taboos are what are suffocating Western democracy less clear-cut.) I did not find the epilogue calling for a renewed faith in democratic institutions to be especially persuasive, given that Chapter 8 makes a pretty strong case that the ties that undergirded such a faith have frayed to the point of breaking, but La casa del ahorcado is focused on diagnosing what ails Western democracy, not the cure. Some unevenness aside, its incisive stretches of analysis and the sharp prose with which they are delivered are more than enough to make it worth reading.
In La casa del ahorcado: Cómo el tabu asfixia la democracia occidental (“The Hanged Man’s House: How the Taboo Is Suffocating Western Democracy”), Juan Soto Ivars takes on the ambitious task of attempting to explain the dynamic of increasing tribalism throughout Western society over the past decade or so — increasing tribalism manifesting itself as, among other phenomena, identity politics, cancel culture, and the growing political power of national populism. His argument is complex when it comes to the particulars, but I will attempt to summarize it.
Soto Ivars’ analysis is divided into three parts, beginning with an idea referenced in the book’s subtitle: the taboo. He examines the importance of taboos in a society through anthropological, sociological, and psychological lenses, and — though he never quite settles on a precise definition — cites thinkers who theorize that taboos serve an important role in the way a society orders the world by delineating firm limits, reducing ambiguity, and maintaining order. Some widespread taboos - like, say, the one around incest — are shared across societies, while others are specific to certain societies in particular, like the taboo around women revealing their hair in public in many parts of the Muslim world. They can be a source of unity when they are widely accepted, but given their importance within a social group, can also become a source of serious conflict when not respected by individuals within a group or by other groups.
To describe what happens when a taboo is challenged from within a group or a space where a group has a dominant influence, Soto Ivars uses the concept of “heresy.” In La casa del ahorcado’s second section, he draws parallels between the way in which the Inquisition or John Calvin punished those who challenged religious orthodoxy and the way that those who challenge progressive orthodoxies in progressive spaces have been punished, citing as a prime example the case of James Damore, the Google engineer fired for suggesting in an internal memo that biological differences could be partially responsible for inequality in representation of men and women among Google’s workforce. Then as now, heretics are severely punished because their dissent poses a symbolic threat to the ideological unity of the group.
“Tribal narcissism,” the book’s third part, sets out to illustrate how the violation of taboos and punishment of heretics in societies increasingly fractured into competing tribes leads to growing intra-societal conflict. As residents of Western democracies lose faith in ideas that once bound them together (i.e., that children would be better off than their parents, and that significant problems could be solved collectively through democratic action) and feel increasingly confused in a world in which old certainties have been rejected as outdated or even retrograde, growing numbers of people take refuge among different “tribes” made up of people who have the same perceived identities they do (often in terms of race or ethnicity, gender, sexual orientation, etc.), the same beliefs (often nationalist or religious), or both. Rather than work together to solve problems they have in common, these tribes compete with each other in what they see as a zero-sum contest for power, wealth, and rights. In Soto Ivars’ analysis, identity politics and national populism are essentially two sides of the same coin, part of a dynamic in which people advocate on behalf of their perceived tribe at the expense of others. He concludes by pleading for the residents of Western democracies to reverse course along the tribalist path they’ve been on and embrace their shared status as citizens of democracies working together to solve collective problems.
Given the complexity and controversial nature of the issues at hand, I can’t help but admire Juan Soto Ivars’ attempt to articulate a coherent explanation for some of the significant social and political changes that have taken place over the last decade without much apparent concern for the possible consequences of critiques that could feasibly lead to the kinds of attacks he describes in the book. His attempt to zoom out and look at what’s happening from a certain distance, as well as from a position of relative independence, seems necessary and useful. I suspect that those who are firmly aligned with the tribes the author criticizes will be unsympathetic to his analysis (see one-star reviews for examples), but there’s a lot here that will likely be of interest for the skeptical and unconvinced.
As far as Soto Ivars’ analysis itself, I found some sections to be brilliantly incisive and others to be less convincing. The book’s final third, the “Tribal Narcissism” section, appeared to me to be its strongest, while the “Taboo” section, though interesting, seemed less compelling — which is unsurprising, given that dissecting and critiquing current events, and not anthropology or psychology, is his bread and butter. (The fact that the author never settles on a clear definition of what a taboo is and is not may have had something to do with this, as it makes the argument that taboos are what are suffocating Western democracy less clear-cut.) I did not find the epilogue calling for a renewed faith in democratic institutions to be especially persuasive, given that Chapter 8 makes a pretty strong case that the ties that undergirded such a faith have frayed to the point of breaking, but La casa del ahorcado is focused on diagnosing what ails Western democracy, not the cure. Some unevenness aside, its incisive stretches of analysis and the sharp prose with which they are delivered are more than enough to make it worth reading.
January 31, 2022
Comienzo titubeante, aparentemente superficial o ligero, ya que no sigue el patrón de un trabajo de investigación... sin embargo conforme avanzas descubres que el autor está muy bien documentado y el discurso coge peso. La crítica a lo políticamente correcto, el análisis del cambio de los tabúes, la descripción de una sociedad actual como una gran casa del ahorcado, en la que internet ha derribado las paredes y todo el mundo es susceptible de ser acusado por lo que diga o haga... muy interesantes reflexiones.
January 2, 2024
Se trata de un ensayo atrevido donde se analizan los tabúes actuales que emanan de las distintas corrientes identitarias y que ponen en peligro la libertad de expresión y las instituciones típicas de las democracias occidentales.
Es un libro muy pertinente en la actualidad que levanta la voz de alarma sobre el rumbo que llevamos como sociedad.
El libro está muy bien estructurado y las ideas ordenadas, lo que facilita enormemente la lectura.
Es un libro muy pertinente en la actualidad que levanta la voz de alarma sobre el rumbo que llevamos como sociedad.
El libro está muy bien estructurado y las ideas ordenadas, lo que facilita enormemente la lectura.
December 29, 2021
Descubierto en Cuarto Milenio, libro y autor. Interesante reflexión sobre la censura en redes y la corrección política.
April 25, 2023
Luces de libertad y sombras de ignorancia. Lo mejor del liberalismo...pero fusionado a la banalidad de la ignorancia.
Mientras que la mayor parte de este ensayo es un acérrimo y brillante alegato en contra del falso progresismo, la corrección politica, la alienacion juvenil por las redes sociales o el movimiento Woke, el opúsculo a veces presenta grietas y fisuras un tanto peligrosas. Por ejemplo, y este es un lugar común entre parte de la mejor inteligencia liberal hispánica (i.e. Félix Ovejero, Pablo Malo, Pablo de Lora, Marino Pérez Alvarez...), culpar a pensadores de la talla de Foucault, Derrida, Lyotard, Marcuse, Adorno o Butler de ser causantes de los males denunciados.
Banalidad del mal (nunca mejor dicho, porque Ivars emplea mucho -y acertadamente- a Hannah Arendt), sí, pues que tantos iluminados de pacotilla (desde EEUU) citen distorsionadamente a varios de esos autores no implica que su riqueza y calidad sean culpables. Si algo me queda claro es que o Ivars no ha leído a Derrida y a Foucault o se ha quedado con una anécdota mal contextualizada (véase pág 98). Léase a Luis Roca Jusmet (o su canal de Youtube) para entender, sin idealizaciones ni demonizaciones, a este pensador.
La falta de profundidad es, para mí, la que genera todos los problemas de la democracia. Y así, incluso un análisis tan necesario como el de este libro cae en ocasiones en la negación de sus posibles antídotos: releer a Adorno, por ejemplo, enseñaría que ni se trata de victimizar a colectivos ni tampoco de no hacer memoria de la barbarie humana, a la manera benjaminiana. Cuestión de matices. ¿Acaso replantearse ciertos cánones artísticos o dudar de "verdades" ideológicas implica caer en la chorrada fascista woke? Ivars parece responder que sí (aunque sea tácitamente).
No distinguir entre sublimación freudiana y la generación de deseos por los mass media actuales es, por ejemplo, un peligro que Ivars no matiza. Claro que los videojuegos subliman la violencia, pese a lo que creen los nuevos inquisidores, pero ello no niega que los discursos culturales (television, mass media...) promueven una serie de comportamientos o modelos estéticos que deben ser revisitados y debatidos. Sin censura, por supuesto, proponiendo alternativas, pero también sin el populismo de la "libertad romántica" individual (sobre este tema véase a Zizek, a McGowan...).
¿Qué problema tiene Ivars con el ”idiota de Andy Warhol" (pag 225)? ¿Qué significan los exabruptos contra "intelectuales elitistas" en la página 235? Puede ser un arma de doble filo... ¿Y eso de poner a Le Pen, Abascal, Trump y... Judith Butler en el mismo lugar? Vale que a mí me parezca una pensadora secundaria (que maneja sin cuidado a Lacan), pero, ¿La ha leído? Porque a ella se le imputan muchos atropellos que no están en su desarrollo discursivo. Y eso de llamar "izquierda" a tantas corrientes (Google, los Woke, Podemos, El País, etcétera) también puede ser un mal banal. ¿Y ese relativismo -aunque se supone que él detesta dicha epistemología- subrayando que lo bueno y lo malo de, por ejemplo, la bomba atómica, están tan unidos que son inseparables? (Pág 173) ¿No se contradice con su línea de pensamiento? ¿No está cayendo en el tabú?
Y aún así, un libro muy necesario por la tormenta que nos está cayendo. Sólo que sus exabruptos ignorantes y cierta falta de matices pueden pasar factura. Cuidado, cuidado...me preocupa que intelectuales cercanos al libre-pensamiento caigan en errores de bulto culpando a grandes filósofos que casi nadie ha leído y que distorsionan a su antojo. Léase, por ejemplo, a Elizabeth Roudinesco (El yo soberano) para ver cómo la crítica esencial de Ivars es posible desde los pensadores que él considera, con una expresión poco cuidada, "consecuencia del totalitarismo" (!).
Mientras que la mayor parte de este ensayo es un acérrimo y brillante alegato en contra del falso progresismo, la corrección politica, la alienacion juvenil por las redes sociales o el movimiento Woke, el opúsculo a veces presenta grietas y fisuras un tanto peligrosas. Por ejemplo, y este es un lugar común entre parte de la mejor inteligencia liberal hispánica (i.e. Félix Ovejero, Pablo Malo, Pablo de Lora, Marino Pérez Alvarez...), culpar a pensadores de la talla de Foucault, Derrida, Lyotard, Marcuse, Adorno o Butler de ser causantes de los males denunciados.
Banalidad del mal (nunca mejor dicho, porque Ivars emplea mucho -y acertadamente- a Hannah Arendt), sí, pues que tantos iluminados de pacotilla (desde EEUU) citen distorsionadamente a varios de esos autores no implica que su riqueza y calidad sean culpables. Si algo me queda claro es que o Ivars no ha leído a Derrida y a Foucault o se ha quedado con una anécdota mal contextualizada (véase pág 98). Léase a Luis Roca Jusmet (o su canal de Youtube) para entender, sin idealizaciones ni demonizaciones, a este pensador.
La falta de profundidad es, para mí, la que genera todos los problemas de la democracia. Y así, incluso un análisis tan necesario como el de este libro cae en ocasiones en la negación de sus posibles antídotos: releer a Adorno, por ejemplo, enseñaría que ni se trata de victimizar a colectivos ni tampoco de no hacer memoria de la barbarie humana, a la manera benjaminiana. Cuestión de matices. ¿Acaso replantearse ciertos cánones artísticos o dudar de "verdades" ideológicas implica caer en la chorrada fascista woke? Ivars parece responder que sí (aunque sea tácitamente).
No distinguir entre sublimación freudiana y la generación de deseos por los mass media actuales es, por ejemplo, un peligro que Ivars no matiza. Claro que los videojuegos subliman la violencia, pese a lo que creen los nuevos inquisidores, pero ello no niega que los discursos culturales (television, mass media...) promueven una serie de comportamientos o modelos estéticos que deben ser revisitados y debatidos. Sin censura, por supuesto, proponiendo alternativas, pero también sin el populismo de la "libertad romántica" individual (sobre este tema véase a Zizek, a McGowan...).
¿Qué problema tiene Ivars con el ”idiota de Andy Warhol" (pag 225)? ¿Qué significan los exabruptos contra "intelectuales elitistas" en la página 235? Puede ser un arma de doble filo... ¿Y eso de poner a Le Pen, Abascal, Trump y... Judith Butler en el mismo lugar? Vale que a mí me parezca una pensadora secundaria (que maneja sin cuidado a Lacan), pero, ¿La ha leído? Porque a ella se le imputan muchos atropellos que no están en su desarrollo discursivo. Y eso de llamar "izquierda" a tantas corrientes (Google, los Woke, Podemos, El País, etcétera) también puede ser un mal banal. ¿Y ese relativismo -aunque se supone que él detesta dicha epistemología- subrayando que lo bueno y lo malo de, por ejemplo, la bomba atómica, están tan unidos que son inseparables? (Pág 173) ¿No se contradice con su línea de pensamiento? ¿No está cayendo en el tabú?
Y aún así, un libro muy necesario por la tormenta que nos está cayendo. Sólo que sus exabruptos ignorantes y cierta falta de matices pueden pasar factura. Cuidado, cuidado...me preocupa que intelectuales cercanos al libre-pensamiento caigan en errores de bulto culpando a grandes filósofos que casi nadie ha leído y que distorsionan a su antojo. Léase, por ejemplo, a Elizabeth Roudinesco (El yo soberano) para ver cómo la crítica esencial de Ivars es posible desde los pensadores que él considera, con una expresión poco cuidada, "consecuencia del totalitarismo" (!).
May 14, 2024
Sinceramente, no sé a dónde quiere ir a parar el autor con este texto. Imagino que siendo un hombre cis blanco, heterosexual e imagino que sin pluma no se ha parado a pensar demasiado en la violencia cotidiana que sufren (sufrimos) los que tenemos cuerpos y poses potencialmente insultables, agredibles, violables, cada vez que salimos a la calle. Desde esa feliz ignorancia plantea que, aunque las demandas de mujeres, personas racializadas o LGBTQ están muy bien, todo tiene un límite y que la "cultura de la cancelación" ha generado nuevos tabúes que impiden el diálogo en sociedad.
Estoy de acuerdo con él en que la noción de ciudadanía democrática dentro de un Estado de Derecho debe proteger a todo el mundo y que quizás se ha llegado a límites absurdos (sobre todo en los Estados Unidos pero no solo allí) en la imposición de una corrección política que impide el debate, pero me parece que calificar de "polémica estúpida" a campañas como la protesta contra el estereotipo racista que muestran los Conguitos, tachar de "activistas chifladas al colectivo Afroféminas o equiparar la toma del Capitolio en enero de 2021 con las protestas de Black Lives Matter en realidad demuestra una actitud prepotente y paternalista, planteada desde el privilegio que puede hacer determinadas "concesiones" a las minorías, siempre que estas se mantengan dentro de determinados límites considerados aceptables.
Ciertamente hay que defender la libertad de expresión y defender los mecanismos democráticos de debate de ideas, hay que exigir a los partidos de izquierdas que hagan políticas de izquierdas para toda la ciudadanía (y, efectivamente, un hombre mayor de 50 años desempleado o un chaval joven que no encuentra trabajo y ve el futuro muy oscuro merecen tanta protección y ayuda como cualquier mujer) pero no hay que olvidar que no estamos hablando de teorías sino de la vida cotidiana de millones de personas que llega un punto en que dicen basta. Equiparar a los populismos neofascistas con las legítimas reivindicaciones de grupos históricamente discriminados equivale a situarse en una cómoda equidistancia que demuestra muy poca empatía con aquellos que no son como él.
Estoy de acuerdo con él en que la noción de ciudadanía democrática dentro de un Estado de Derecho debe proteger a todo el mundo y que quizás se ha llegado a límites absurdos (sobre todo en los Estados Unidos pero no solo allí) en la imposición de una corrección política que impide el debate, pero me parece que calificar de "polémica estúpida" a campañas como la protesta contra el estereotipo racista que muestran los Conguitos, tachar de "activistas chifladas al colectivo Afroféminas o equiparar la toma del Capitolio en enero de 2021 con las protestas de Black Lives Matter en realidad demuestra una actitud prepotente y paternalista, planteada desde el privilegio que puede hacer determinadas "concesiones" a las minorías, siempre que estas se mantengan dentro de determinados límites considerados aceptables.
Ciertamente hay que defender la libertad de expresión y defender los mecanismos democráticos de debate de ideas, hay que exigir a los partidos de izquierdas que hagan políticas de izquierdas para toda la ciudadanía (y, efectivamente, un hombre mayor de 50 años desempleado o un chaval joven que no encuentra trabajo y ve el futuro muy oscuro merecen tanta protección y ayuda como cualquier mujer) pero no hay que olvidar que no estamos hablando de teorías sino de la vida cotidiana de millones de personas que llega un punto en que dicen basta. Equiparar a los populismos neofascistas con las legítimas reivindicaciones de grupos históricamente discriminados equivale a situarse en una cómoda equidistancia que demuestra muy poca empatía con aquellos que no son como él.
August 11, 2023
Me ha parecido un buen libro. La primera y segunda parte son, creo, las mejores del libro si te interesa el tema del tabú y de la herejía desde el punto de vista más histórico y formal, como era mi caso. En la última parte el autor usa todo lo construido en las páginas anteriores para realizar una reflexión sobre la sociedad actual que, si bien no estoy apenas de acuerdo (ya lo preveía desde el momento en el que compré el libro), si resulta interesante.
Lo mejor del libro es su brillantez a la hora de narrar. En ningún momento se hace pesado o aburrido gracias a que continuamente hace referencias a anécdotas que hacen reflexionar y dan otra perspectiva a las cuestiones que desarrolla en la parte más expositiva.
En mi opinión las partes referentes a la pandemia, a la caída de los consensos sociales y al debilitamiento del concepto de ciudadanía y de confianza me han parecido los más interesantes.
En definitiva, me ha parecido un gran libro que recomiendo más allá de la ideología. Aporta un análisis muy en profundidad del tabú que me parece interesante y tan solo por eso, si a una persona le interesa ese tema, le va a gustar. Ahora, las partes de las reflexiones sobre la sociedad actual entiendo que a muchas personas les pueda hacer desconectar.
Lo mejor del libro es su brillantez a la hora de narrar. En ningún momento se hace pesado o aburrido gracias a que continuamente hace referencias a anécdotas que hacen reflexionar y dan otra perspectiva a las cuestiones que desarrolla en la parte más expositiva.
En mi opinión las partes referentes a la pandemia, a la caída de los consensos sociales y al debilitamiento del concepto de ciudadanía y de confianza me han parecido los más interesantes.
En definitiva, me ha parecido un gran libro que recomiendo más allá de la ideología. Aporta un análisis muy en profundidad del tabú que me parece interesante y tan solo por eso, si a una persona le interesa ese tema, le va a gustar. Ahora, las partes de las reflexiones sobre la sociedad actual entiendo que a muchas personas les pueda hacer desconectar.
January 20, 2022
Resaltaré lo que considero interesante en esta lectura:
El islam prohibe la representación gráfica de Mahoma, comer cerdo y beber alcohol
Ser migrante es duro. Si encima no conoces el idioma, la dificultad aumenta por mil. Decir que las personas que se juegan la vida y que lo hacen porque quieren la paguita del estado es vil y despreciable.
No ofrecen propuestas sino que plantean exigencias.
Claro que hay desigualdad, barreras, pobreza y castas hereditarias. Claro que el mérito es menos importante que la suerte.
Claro que las democracias son eternamente imperfectas y la vida es más dura para ti si perteneces a un colectivo con problemas específicos.
Son las instituciones viejas lo que hemos de rescatar primero si queremos que ellas nos rescaten a nosotros.
La igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades son siempre el resultado de la calidad de la democracia, por mucho que las tribus te prometan el paraíso en una pancarta para mañana a la hora de merendar. Pese a todo recortar tu salario o se niega a pagarte las horas extras, nada puedes conseguir sin un estado que regule el trabajo ni sindicatos con fuerza suficiente para negociar tus condiciones.
El islam prohibe la representación gráfica de Mahoma, comer cerdo y beber alcohol
Ser migrante es duro. Si encima no conoces el idioma, la dificultad aumenta por mil. Decir que las personas que se juegan la vida y que lo hacen porque quieren la paguita del estado es vil y despreciable.
No ofrecen propuestas sino que plantean exigencias.
Claro que hay desigualdad, barreras, pobreza y castas hereditarias. Claro que el mérito es menos importante que la suerte.
Claro que las democracias son eternamente imperfectas y la vida es más dura para ti si perteneces a un colectivo con problemas específicos.
Son las instituciones viejas lo que hemos de rescatar primero si queremos que ellas nos rescaten a nosotros.
La igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades son siempre el resultado de la calidad de la democracia, por mucho que las tribus te prometan el paraíso en una pancarta para mañana a la hora de merendar. Pese a todo recortar tu salario o se niega a pagarte las horas extras, nada puedes conseguir sin un estado que regule el trabajo ni sindicatos con fuerza suficiente para negociar tus condiciones.
June 12, 2025
Me parece el mejor libro de Juan Soto Ivars. La forma de abordar conceptos como tabú me parece excepcional. Es un libro educativo que me ha planteado muchas preguntas, como que es para nosotros algo prohibido. Te replantea cosas que si lo escribiera se me mal interpretaría, ratificando asi las tesis de Soto Ivars. Es un libro de filosofía, llano, que llega y no te resulta tedioso ni difícil de alcanzar
June 12, 2023
Excelente ensayo sobre la preocupante autocensura que nos imponemos en Occidente con la cultura de la cancelación y el pensamiento único, las redes y la globalización no solo no han aportado más libertad sino que nos limitan, nos juzgan y nos catalogan, reduciendonos a mínimos. Soto Ivars es, en este sentido, uno de los intelectuales más visionarios de nuestro país.
Read
November 20, 2023Un ensayo entretenido con píldoras de inmensa sabiduría y lucidez. El estilo de Juan con paciencia y esmero entreteje el telar para lograr una combinación de matices lo suficientemente basto para que tanto izquierda y derecha se enfrenten sin olvidar que son partes de un mismo tejido, maravilloso, aunque por momentos un poco tedioso, pero poco, muy poco.
November 7, 2025
Juan Soto Ivars siempre me hace sentir incómodo y me gusta mucho esa extraña sensación de dudar de mis propias ideas.
El identitarismo nos juega malas pasadas en muchas luchas y al final nos acaba segregando. Este libro levanta ampollas allá donde pasa pero aunque difiera en muchos puntos, creo que me hace cuestionarme ideas preconcebidas
El identitarismo nos juega malas pasadas en muchas luchas y al final nos acaba segregando. Este libro levanta ampollas allá donde pasa pero aunque difiera en muchos puntos, creo que me hace cuestionarme ideas preconcebidas
July 17, 2021
Un ensayo fantástico, sabe dar información objetiva sobre los tabúes a la vez que emite una opinión asentada de forma sobria y nada pretenciosa. No confunde con las formas y deja claro lo que es, excelente para hacerte pensar
November 11, 2021
Ensayo original, constructivo, cargado de ideas alejadas del convencionalismo fácil y de moda. Te descubre la situación de la democracia actual a través de una magnífica documentación de situaciones históricas o presentes. Me ha encantado!!
December 29, 2021
No estando de acuerdo en cosas que comenta el libro, saco bastantes reflexiones interesantes.
Diría que el libro podría ser un poco más corto teniendo la misma información, pero en general me ha parecido un libro interesante y bastante polémico
Diría que el libro podría ser un poco más corto teniendo la misma información, pero en general me ha parecido un libro interesante y bastante polémico
February 20, 2022
Mi problema es que no me ha contado nada que ya no supiera, aunque me parece interesante toda la parte antropológica del origen de los tabús. Reflexión que recomiendo sobre las censuras actuales y como se enmascaran en falso en progresismo
August 17, 2022
Un interesantísimo ensayo acerca del tabú y del peligro que puede suponer para la democracia. No apto para quien se crea en posesión de la verdad y piense que, si gobierna el oponente, lo acecharán insufribles desdichas.
April 29, 2023
Un análisis exhaustivo de la sociedad occidental actual, sin pelos en la lengua y poniendo todos los puntos sobre las íes.
A través de reflexiones sobre el tabú, la herejía, feminismo o corrección política, entre otras muchas, expone nuestro retroceso hacia las tribus.
A través de reflexiones sobre el tabú, la herejía, feminismo o corrección política, entre otras muchas, expone nuestro retroceso hacia las tribus.
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