RINHA DE GALOS, de Maria Ferndanda Ampuero, narra, com o uso de diferentes vozes literárias, o espaço que constrói – ou destrói – as pessoas, o espaço chamado casa. Trata das relações familiares e seus códigos secretos, lutas pelo poder, afeto, silêncios, solidariedade, abuso e todo o horror e a beleza encerrados dentro das paredes de uma casa: o terror e o paraíso de nossa vida cotidiana. . Uma senhora que encontra uma boneca de vodu no quarto da empregada, uma menina que é testemunha de abusos e este facto estilhaça a sua infância em mil pedaços, a esposa perfeita que verifica o seu carrinho de compras e também o seu casamento, um casal encerrado um labirinto, as histórias da Bíblia contadas por Maria Madalena, um exercício macabro de leiloar pessoas realizado entre criminosos. . Rinha de galos reúne criaturas inocentes que tentam seguir em frente com qualquer coisa além de sua vontade. Criaturas que se corrompem, pessoas doentes de amor, de solidão, afogadas em perdas. Pessoas que lutam à sua maneira particular contra a clara crueldade de estar vivo.
María Fernanda Ampuero is a writer and journalist, born in Guayaquil, Ecuador, in 1976. She has published articles in newspapers and magazines around the world, as well as two nonfiction books: Lo que aprendí en la peluquería y Permiso de residencia. Cockfight is her first short story collection, and her first book to be translated into English.
¿Será muy pronto para decir que éste será unos de los mejores libros que he leído en 2020?
Un volumen de cuentos magistral, con temas escabrosos (como el incesto) que sin caer totalmente en la temática sobrenatural, destilan horror, incomodidad, inquietud y por supuesto crítica social. Encontré en María Fernando Ampuero una voz que me recuerda a la de Mariana Enriquez, aunque para ser justa, quizá sólo es en la temática y contenido social, porque los estilos de cada una son bien únicos.
Me encantó. Susbasta, Coro, Luto y Monstruos fueron quizá mis favoritos, pero en general todos los cuentos de este libro valen muchísimo la pena.
“Hay que temerle más a los vivos que a los muertos”
Esta es una de esas historias que escuchas en audiolibro, pero que necesitas en físico porque necesitas marcar un montón de frases.
Incluye una serie de relatos que nos cuentan la crudeza de la humanidad. Abordando temas como el incesto, machismo, violencia intrafamiliar, clasismo, racismo, y más.
Tiene momentos macabros y perturbadores con detalles explícitos que me gustan en historias de este tipo.
Me gustó mucho la voz de la autora, tiene una gran fuerza que me hizo recordar a Liliana Blum o Mónica Ojeda, aunque manteniendo un estilo propio.
No dudo que mis ganas de una relectura, aparecerán cuando tenga un ejemplar físico.
El título de esta colección de cuentos hace referencia a una forma sórdida de diversión con los animales – entre muchas otras – que es aún muy popular en algunos lugares. Y eso ya nos da el tono de estos relatos, que son una denuncia de muchas formas de violencia y en especial la que sufren los niños en el ámbito de la familia. La autora no rehúye lo sórdido, lo escabroso, lo incestuoso, la hipocresía social, pero nos lo presenta con naturalidad y cierta elegancia que desarma y hace que estos cuentos no resulten ofensivos y sí, por momentos muy tiernos. Esta mezcla de horror y delicadeza es la firma de Ampuero, que junto con otras ‘chicas tremendas’ latinas de su generación (Fernanda Melchor, Samantha Sweblin, Mariana Enríquez), están explorando la capacidad de la literatura para denunciar el horror y no se cortan un pelo por consideraciones de buen gusto o tabús sociales. La voz de Fernanda Ampuero quizá no sea la más alta, pero sí es de las que llegan al corazón.
Los relatos que más me han gustado han sido:
- Subasta: Unas personas han sido secuestradas y van a ser vendidas al mejor postor. La que relata la historia es una niña. El comienzo es estremecedor:
En algún lado hay gallos. Aquí, de rodillas, con la cabeza gacha y cubierta con un trapo inmundo, me concentro en escuchar a los gallos, cuántos son, si están en jaula o en corral. Papá era gallero y como no tenía con quien dejarme, me llevaba a las peleas. Las primeras veces lloraba al ver al gallito desbaratado en la arena y él se reía y me decía mujercita.
Sirva este arranque contundente para disuadir a las almas sensibles de continuar la lectura. Pero que conste que el relato está basado en noticias del periódico.
- Ali: Narrada por las criadas, esta historia nos presenta a una mujer que aparentemente lo tiene todo, pero sufre entre las paredes de su casa sin que nadie la pueda ayudar.
La niña Ali era rara, rara hasta en la generosidad. Ella no nos daba, por decir, la comida pasada o la ropa vieja. Nos daba lo bueno. Lo mismo que ella comía y vestía.
- Pasión: Hay varios cuentos en los que la autora hace una reescritura del Evangelio como una crítica a la cultura heteropatriarcal. Tanto este como Luto - que versa sobre las hermanas Marta y María – nos dan una interpretación poco amable de la figura de Jesús.
- Coro: Fernanda tampoco es complaciente con los grupos de mujeres acomodadas y ociosas que se ocupan de las vidas de los otros y contribuyen a mantener una estructura social opresiva. Como en todos sus cuentos, el arranque es poderoso:
Hay un tiempo para hablar y otro para hacer. Hace mucho que estas mujeres renunciaron a lo segundo. El chisme pasea como un fantasma por cada una de sus habitaciones interiores. Las alfombras ya no están de moda así que en el suelo de porcelana se reflejan los relojes, los apliques de los bolsos, las manicuras francesas, los dientes que, de tanto asomar, parecen amenazantes. Besos, cumplidos, besos, cumplidos.
En resumen, una buena colección de relatos, breves pero muy contundentes.
Pelea de Gallos es una serie de cuentos espeluznantes pero no por sus fantasmas, demonios o situaciones fantásticas, sino por como dice uno de sus personajes: porque hay que temerle más a los vivos que a los muertos. Cada historia contada en su mayoría en segunda persona tiene detalles muy específicos que demuestran la crueldad en todas sus facetas, no sólo el abuso de una persona a otra, sino la pérdida de hijos, familiares, el incesto, lo escatológico de la vida. Las mujeres aquí pasan por todo, de víctimas a victimarias, se defienden pero también abusan. Algunas parecen ser muy valientes hasta que dan su vida por un dios. María Fernanda Ampuero disecciona las historias que nos contaron mal para poner la lupa en detalles, especialmente, en uno de mis cuentos favoritos, "Pasión". Quedé enamorada de este cuento, la narración, el giro, la mujer. Para mí en este cuento la autora presenta la verdad de nosotras sin hacerla bella, ni decirnos mentiras. Esto existe, esto pasa. Nada ha cambiado. En fin, un libro increíble.
PELEA DE GALLOS es una colección de relatos sensoriales en los que la suciedad, tanto física como moral, impregna cada una de las sílabas que la componen. En esta colección de universos se saborea la sangre, se palpa la tensión, se huele la podredumbre del mundo y de las personas que lo habitan. Las criaturas de estos cuadros viven al límite de la moral, propia o ajena, y transitan por un mundo en el que el horror puede venir de lo real o lo imaginario. He disfrutado enormemente de la prosa de María Fernanda Ampuero, una autora con el alma en las tripas cuya escritura, corporal y afilada, no puede entenderse sin el género, la raza y la clase social que atraviesan sus relatos.
María Fernanda Ampuero es fabulosa. Tuve la oportunidad de releer este libro, que es de mis favoritos, y logré apreciarlo aún más. Mucho body horror, lo grotesco que se mezcla con la denuncia social en un terror realista y desgarrador. Los tres primeros, "Subasta", "Monstruos" y "Griselda" fueron de mis favoritos, pero creo que todos los relatos de esta antología merecen su reconocimiento. Es una recopilación súper equilibrada, todos los cuentos están a la misma altura. Y, si bien todos tocan temas parecidos, la ejecución de estos textos nunca es la misma. Tienen su impronta, pero de formas muy originales. Nunca se repite de forma evidente o cansadora, y eso me encanta. Todo eso con una prosa mordaz y quirúrgica.
Mi primer libro de esta autora y tengo que decir que me ha gustado su prosa, han sido relatos cortos pero intensos la mayoría. Seguiré a la autora. Valoración: 7/10 Sinopsis: Pelea de gallos narra desde diferentes voces el hogar, ese espacio que construye –o destruye– a las personas, aborda los vínculos familiares y sus códigos secretos, las relaciones de poder, el afecto, los silencios, la solidaridad, el abuso... Es decir, todos los horrores y maravillas que se encierran entre las cuatro paredes de una casa: el espanto y la gloria de nuestras vidas cotidianas.
María Fernanda Ampuero ha reunido en su primer libro de cuentos a un buen número de seres inocentes que se corrompen, gente enferma de amor, de soledad, de pérdida –personas que luchan, a su manera, contra la nítida crueldad de estar vivos– y lo hace con un libro demoledor y apegado a Latinoamérica, en cuyas páginas se van desgranando elementos culturales, políticos y sociales que retratan a un continente en su complejidad, en sus radicales diferencias y semejanzas.
Me encantó. María Fernanda nació para narrar y para encontrar el punto más oscuro del ser humano. Pelea de gallos es un libro que sacude, perturba, fascina. Sin duda la mejor narradora en español que he leído en los últimos años.
'People are incapable of seeing themselves, and that is the root of all evil'.
Where to start with this one. Undoubtedly now my favourite collection of short-stories.
Ampuero is an Ecuadorian feminist writer and journalist. Cockfight is her debut novel, first published in 2018 by Influx Press, and translated from Spanish by Frances Riddle. It was named one of the top ten works of fiction of 2018 by New York Times en Español.
Ampuero manages to merge such beauty with utter darkness. There is something about her style. Succint, terse, direct. She captures the little moments of beauty and sheer horror of life.
Cockfight is a collection of moreish stories. Effortless to read, capturing and compelling. There is an uneasiness to every one of them. They won't make you feel good, yet you find yourself wanting more. Reoccurent themes of violence, rape, incest, domestic abuse. The issues we avoid confronting head on, yet happen all around us.
Notable stories, but they're all unbelievably powerful:
Auction: Grim opener. People kidnapped on taxi rides and sold off to the highest bidder. Wealth trumps looks. Very dark.
Monsters: Innocence of childhood. Discovery, impressionablity of youth.
Griselda: Domestic abuse. Contrasts the innocence of a child, to a depraved reality. Cakes are the symbol of love and hope. And what happens when they disappear.
Pups: Here Ampuero poignantly describes change, and what once was, and how our relationships to people we once knew and thought we admired so well becoming irretrievable when meeting again years down the line. Some things arent meant to be attempted to be rekindled: 'The charade of how nice it all is, how delicious, how much it was all missed'. They look for you in the same places but you're not there'. It explores what happens when 'all the young people had become people'. This story also highlights the beauty of literature: 'I wasn't a weird little girl anymore, but a bookish little girl'. Of course, the undercurrent of sinister reality always underpins the story - sordid love, sexual exploration, sexual abuse.
Some of these stories were so graphic, horrifying and melancholy, I had to take breaks from reading. Extremely heavy and melancholic, but written so effectively.
"La gente no es capaz de verse así misma y ese es el principio de todos los horrores."
Me ha gustado mucho la antología, recorre un amplio catálogo de escenarios donde el sufrimiento, la soledad, la violencia y los problemas tabú de las familias y la vida cotidiana surgen y se muestran en su crudeza y realidad sin adornos y apariencias falsas.
Es una complicación de historias cotidianas que atrapa desde la primera inquietante historia y no te suelta hasta que te devoras cada página.
Creo que lo peor de estos relatos es su factibilidad. Están muy bien escritos, está de más decir, y la autora maneja muy bien los tiempos. El tema es que Ampuero no escribe sobre seres fantásticos: su materia prima son los humanos. Escribe sobre cosas monstruosas, queda claro, pero los protagonistas siempre son posibles, y muchas veces parecen muy reales.
Es un libro corto pero cada relato pesa una tonelada ahí en esa zona entre la cabeza y el estómago. Leer con precaución.
La gente no es capaz de verse a sí misma y ese es el principio de todos los horrores.
Tal como uma das personagens desta colectânea de María Fernanda Ampuero, tenho mais medo dos vivos do que dos mortos. Num dos capítulos de “Visceral”, o livro de memórias que li em simultâneo com “Pelea de Gallos”, encontrei uma verdadeira master class desta autora equatoriana sobre a apetência das latino-americanas contemporâneas pela literatura de terror.
El trauma, entonces, es el verdadeiro motor de esto que, por esa frenética necessidade de etiquetas y casillas, se há llamado “gótico andino”, “gótico tropical” o “neogótico latinoamericano”. La literatura latinoamericana contemporânea, sobre todo la escrita por mujeres, escribe y describe el trauma a veces subiéndole el volumen para transformalo en algo sobrenatural, a veces envolviéndolo en lo poétic y simbólico y, a veces, pegando al realismo.
Apesar da presença do sobrenatural e especialmente do horror corporal em alguns destes contos, o que impera é o horror quotidiano das relações de poder que se manifestam através do machismo, do abuso sexual, da violência intrafamiliar e do preconceito classista. Nestes contos em que María Fernanda Ampuero domina o grotesco desde o incómodo até ao insuportável, até Jesus Cristo falha às personagens femininas.
Subasta -4*
En algún lado hay gallos. Aquí, de rodillas, con la cabeza gacha y cubierta con un trapo inmundo, me concentro en escuchar a los gallos, cuántos son, si están en jaula o en corral. Papá era gallero y como no tenía con quien dejarme, me llevaba a las peleas. Las primeras veces lloraba al ver al gallito desbaratado en la arena y él se reía y me decía mujercita.
Pasíon -4* La primera profecía que cumpliste fue la de «eres igual a tu madre». Te golpeaban para que no seas igual a tu madre mientras te gritaban eres igual a tu madre.
Luto-5* En eso consistía ser puta: en gustar del gusto.
Al terminar el primer cuento de este libro pensé: "se viene otro libro crudo, como Temporada de huracanes". Finalmente pude comprobar que sí, Pelea de gallos es crudo, pero no de una forma tan llevada al extremo. Y eso lo potencia muchísimo porque sin dejar de denunciar situaciones y modos de pensar muy graves, lo hace desde un punto de partida que cala hondo y que le posibilita tener muchísimo alcance.
La narrativa aquí desplegada por Ampuero es notable. Cada cuento conforma un universo complejo, tiene idas y venidas, tensiones, y fundamentalmente fuertes denuncias. Denuncias desde la cotidianeidad, de lo que representan las violencias e injusticias casi siempre más invisibilizadas, las del ámbito doméstico. Algo puntual pero que me gustó mucho es como la autora consigue hacer más digeribles situaciones a veces tétricas, a través de inteligentes dosis de humor negro: el ejemplo del cuento "Luto" me pareció de los mejores.
Tal como he visto desarrollado en otras lecturas de un género que disfruto al máximo como lo es el terror, Ampuero demuestra que el horror está en nosotros. Pelea de gallos no es necesariamente un libro de cuentos de terror, pero muchas de las situaciones cotidianas que se describen lo son. Y lo es mucho más, su invisibilización. Su naturalización. Este grito que la autora propone desde las letras, me parece fundamental. La realidad tiene que cambiar y la literatura es una de las herramientas para ello. Qué valioso es incorporar este tipo de lecturas a nuestro día a día.
Leyendo los cuentos, sobre todo los del inicio del libro, pude reflexionar sobre lo solas que se encuentran nuestras infancias. Cuando la violencia de género y la discriminación calan tan hondo en lugares tan inaccesibles como la familia. Nuestras niñas y niños están solos y muchas veces sus experiencias primeras, tan definitorias, están signadas por lo peor de la humanidad, por su cara más triste y sobre todo, cruel.
En otros relatos, Ampuero explora, también desde el ojo de la femeneidad, la fuerte y brutal desigualdad social que pauta la vida y los ambientes de las ciudades latinoamericanas. Esta cuestión del status, de tener determinado nivel y hacer determinadas cosas para mantenerlo o para querer pertenecer. Y la creciente infelicidad que hay en el fondo de toda esa máscara social de habladurías y rumores, de violencias ocultas.
Encontré en el libro puntos de conexión con otras escritoras latinoamericanas del momento que he tenido la suerte de leer como Tamara Silva Bernaschina, Mariana Enríquez o Camila Sosa Villada. Comparte con ellas esa narrativa de impacto, de gran efectividad y que a la vez consigue captar y retratar muy bien las realidades cotidianas latinoamericanas. Es un gran momento de nuestra literatura y de nuestras autoras. Leer Pelea de gallos, además de ser una gran experiencia, es pertinente.
Content wise I feel like this has more depraved things going on than Human Sacrifices (the authors newer collection), and while this was still very messed up, HS unsettled me on a much deeper level. A few of the endings also felt way too abrupt in this, but overall it was solid!!
Hay un fenómeno muy curioso, que puedo ejemplificar con la gran novela “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”: la novela supura odio, pero es un odio que, en retrospectiva, no tiene mucho sentido.
La historia está narrada en pasado. Quien narra ya no siente ese odio o no así de intensamente, por lo que no tiene sentido que alguien se narre a sí mismo con tanto exceso el recuerdo de alguien que ya no odia, La única razón por la que alguien lo haría es para crear esta ilusión de “historia de odio” y pareciera que la historia de odio existe porque es lo que quiso la autora, no porque sea creíble que alguien lo narre así en retrospectiva. En retrospectiva, alguien que ya no odia tanto, sería más benevolente al recordarlo todo, o se odiaría a sí mismo. Es un artilugio literario en el más amplio sentido: esa historia, la historia de “El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes”, no podría existir en ningún otro medio que no sea la literatura, que no sean palabras con una carga que no deberían de tener, pero lo tienen.
En el caso de esa novela, la consciencia de que no debería de ser narrada así, que debió ser más benevolente, llega hasta el final, porque sólo hasta ahí el odio se desvanece. Funciona muy bien como artefacto, pero la relectura se ve mermada, creo, porque el efecto se pierde. Como uno va acompañando a quien narra, pareciera que el efecto de la consciencia, y por lo tanto, de la suavización del odio, llega en el momento justo para el personaje. Pero es trampa: el relato está en pasado. Tú como lector tienes una epifanía que el personaje emula al narrar, aunque no tendría por qué.
¿Ven la gran trampa que es la literatura? Esos juegos, esas historias que sólo pueden existir del modo en que están escritas y no de otro, porque se derrumban, son las que le regresan a uno la fe en la literatura como arte: el arte de crear verdades que sólo pueden existir ahí.
En el caso de aquella novela, el pacto no es roto sino hasta luego de ser terminada, y para entonces, la historia se ha completado, y el efecto se logró. La literatura triunfó sobre el lector.
El gran problema viene, creo, cuando un recurso tan truculento es repetido sistemáticamente, en historias breves. Porque en cada lectura nueva, de cada cuento, sientes que relees el artefacto, que comprendes el modo en que te cuentan una verdad que es mentira, y todo se cae. El problema es asumir que el lector no se dará cuenta de que le estás contando diez, veinte, cincuenta historias de odio (o de lo que cualquier otra emoción) en el espacio en el que alguien contó una, y que seguirá creyendo en que el odio no se redimirá, cuando la epifanía se repite. Eso sólo hace evidente la mentira. Y ya no te cree.
Ese es el problema que estoy teniendo con “Pelea de gallos” (Páginas de Espuma, 2018), y por el que abandono su lectura, a la mitad: repetidamente es contada la historia en la que la brutalidad, violencia y relaciones tóxicas y universales (todos con todos) destruirán al personaje, pero nada pasa, todos se ensucian pero viven.
Con el primer cuento, “Subasta”, la reacción es de incredulidad. Pero con los siguientes cuentos, el asco, la violencia absurda, la gente edgy, se repite de tal modo que ya no queda ni el engaño ni la epifanía, y el pacto con el lector ahora es otro.
La estructura en los cuentos es muy similar: casi todo lo narrado es el pasado de la protagonista, que casi siempre es una mujer violenta o que ha sido violentada, que es distinta a otras mujeres por su físico o su condición social, y que al ser sometida a la violencia y a la depravación desde muy joven, le ahorra dolores cuando ya es adulta: la chica recuerda algo edgy y violento, luego algo pasa que es solucionado o soportado gracias a eso edgy, fin. El efecto de impacto se pierde cuando todos los personajes están rodeados de incesto o animales muertos o abuso extremo, o son ellos quienes abusan.
Diría, incluso, que hay algo humorístico en el horror de los cuentos. En Subasta, por ejemplo, que es el cuento que abre el libro, la protagonista no parece muy preocupada por su posible asesinato. No sé aún explicar el por qué de esto, pero el pacto es aún más confuso entonces: ¿qué busca la autora de mí? ¿Quiere que me horrorice con sus horrores tan naturalizados, o quiere que me ría?
En última instancia, mi problema con el libro es que no alcanzo a comprender cuál es el pacto que trata de establecer conmigo: su prosa llana, casi de guion cinematográfico, exhibe una violencia, fluidos y relaciones que explotan todo el tiempo, y acaban sin más.
Hay un límite para la cantidad de veces que un pacto así puede ser sostenido. En mi caso, fueron 7 cuentos y ni uno más.
A esta autora la conocí (indirectamente) por mi amiga y gran escritora Solange Rodríguez, quien compartió en redes algunos artículos y notas sobre tres escritoras ecuatorianas que la estaban rompiendo: Mónica Ojeda, la propia Solange y María Fernanda Ampuero. Así que cuando que vi esta edición mexicana (significativamente más barata de lo que acostumbra la editorial española) no dudé en comprarla (a los de Mónica, Nefando y Mandíbula, y al más reciente de Solange, La primera vez que vi a un fantasma, ya los tengo en la mira). La primera palabra que vino a mi mente al terminar de leerlo fue "brutal". Luego, "desgarrador". Para terminar con un simple y contundente "perfecto". Trece relatos breves donde la gran protagonista es la mujer, la mujer ultrajada, humillada, violada, abandonada. Con una prosa sencilla pero filosa, repleta de voces perfectamente coloreadas, y con un ritmo endiablado, Ampuero nos apretuja el corazón y las tripas; te hace sentir incómodo, lleno de rabia e impotencia. Mujeres que son secuestradas para ser subastadas al mejor postor, sirvientas adolescentes que son abusadas por sus patrones, hermanos que permiten que violen y torturen a sus hermanas, esposas maltratadas por sus esposos, niñas violadas por sus padres, hombres que ni muertos dejan de chingar... Locura, amores enfermizos, resabios de la guerra, relaciones edípicas, clasismo, otra mirada (mucho más creíble) a la relación María Magdalena-Jesús... Todo condensado magistralmente en tan sólo 115 páginas: maravilloso ejemplo de que con menos se puede abarcar muchísimo más. Aunque hacia el final vas todo alicaído, sintiéndote miserable, Ampuero nos regala un rayito de luz, un gesto mínimo que puede desbordar un cambio, una revolución. Amé cada una de las historias, pero "Crías" y "Luto" se quedaron resonando en mi mente; la primera por sus imágenes perturbadoras de hámsteres y la exploración del verdadero amor, la segunda por su bestialidad y el toque fantástico que le imprime al final. TIENES que leer a esta gran autora.
"Uno ve gente y no sabe lo que ha pasado detrás de la puerta de su casa". A menudo la intimidad es un infierno y lo que hay detrás de las puertas es puro horror. Estos 13 cuentos de difícil digestión -anacrónicos, brillantes- lo denuncian; lo sacan a la calle para que lo veas bien y lo sufras en tu piel mientras los personajes te zarandean por los hombros. Leedlos y dejad que a esos corazones sensibles les salga un callo al enfrentarlos con una buena dosis de cruda violencia. La que sufren todas las mujeres y niñas que protagonizan estos relatos. Esa violencia atávica de la que ya estamos hartas y que no hay que dejar de visibilizar. Dudo mucho que olvide esta lectura, tanto por su fondo como por su forma y las voces que he encontrado en ella. Qué potencia la de María Fernanda Ampuero. Qué bien escrito está este libro. Llevo un 2020 de lecturas muy, muy top. Pelea de gallos sin duda hace podium.
Muy buen libro de cuentos. No sólo por la temática que aborda en cada uno de ellos, sino por como lo hace. Descarnado, cruel, real, poético a veces, nos muestra realidades que nadie quiere ver ni padecer, pero que suceden. Y la autora lo cuenta de una manera efectista, muy lograda, con una prosa muy interesante y una mirada y voz propia que hacen de éste, un gran libro. 4.5
¡Uff! Es un libro que empecé hoy en la mañana y que ya terminé, me impresionó la crudeza y sobre todo, que no quisiera soltarlo aún cuando me incomodaban algunas partes, en otras me dolía la panza y en otras me dolía el corazón.
Los cuentos de Ampuero hablan de una violencia de la que vivimos muy cerca, por eso inspiran tanto terror, esta mujer nos cuenta con una maestría magnética cosas monstruosas, que suceden en ambientes cotidianos, a ratos nos cuenta poco y así nos arrastra a hacer deducciones, a imaginar con la inercia de lo terrible y esto es aun más tormentoso. Me pareció un libro dolorosísimo de leer y contradictoriamente fué festín para mis pupilas, leer metáforas tan perfectas e inimaginadas.
Esta es mi favorita: "me imaginaba derritiéndome en el asfalto a medida que pronunciaba su nombre y diciendo la última sílaba desde un charco de mí."
Here's thing about this short story collection: María Fernanda Ampuero has a magnetic storytelling style that I became quite addicted to pretty quickly. Her translator, Frances Riddle, does an amazing job capturing Ampuero's essence of the words she uses so that they retain their original meaning but accessible for an English speaking reader. I can't really recommend this or Human Sacrifices to just anyone. Here is a list of attributes to attract the right reader for these stories as well as my real time updates. Read if you can handle: -domestic horrors/family violence -generational trauma -graphic, explicit depictions of SA -child abuse -gruesome, realistic stories of every day violence especially against vulnerable people (children, women, the elderly, animals) -the horrors of femicide in Latin-America -misogynistic violence and oppression -psychic trauma ____ Story Updates: Sadie Hartmann is on page 10 of 128 “Auction” a girl is kidnapped from her father where she worked cleaning up after cockfights and getting leered at by greasy old men. — May 14, 2024 04:57PM
Sadie Hartmann is on page 16 of 128 What the fuck?? Narcisa! What did they do to her?? — May 14, 2024 05:06PM
Sadie Hartmann is on page 22 of 128 Doña Griselda and her beautiful cakes! What did they do to her? Oh my god this book is ruining me :( — May 14, 2024 05:11PM
Sadie Hartmann is on page 35 of 128 NAM- one of my favorite from Ampuero. A young woman is attracted to her best friend, the daughter of her school teacher. She has an intimate night at her house but finds a family secret that ruins everything — May 18, 2024 06:27AM
Sadie Hartmann is on page 47 of 128 PUPS- okaaay, that’s enough stories about disgusting psychopaths for now — May 18, 2024 06:39AM
Sadie Hartmann is on page 54 of 128 “Blinds”—omg what? This started off like it would be my favorite. Summer, coming-of-age vibes. Then it got weird 😓 (CW: incest) — 9 hours, 53 min ago
Sadie Hartmann is on page 61 of 128 “Christ” so one of Maria Fernanda Ampuero’s signature moves is to sucker punch the reader on one small detail — 9 hours, 33 min ago
Sadie Hartmann is on page 68 of 128 “Passion” — (CW: child abuse) I enjoyed this one but it’s pretty bleak and brutal — 9 hours, 27 min ago
Sadie Hartmann is on page 79 of 128 Jeeze. Do yourself a favor and skip “Mourning”—too brutal for me. Very explicit, graphic, SA, torture and murder — 47 minutes ago
Sadie Hartmann is on page 107 of 128 “Coro” violent racism — 27 minutes ago
“Ali” one of the longer stories, I couldn’t quite get a handle on this one. Not sure I understand its meaning. One of the least violent ones too
“Ampuero presents the home as a trap, a prison, or a site of wrenching abuse.” It’s true, all of these stories feature broken, harmful, destructive families — 35 minutes ago
4.5 Excelente antología de cuentos. Todos son crudos, intensos, narran situaciones difíciles. Ampuero consigue algo muy interesante y difícil a la vez: plantea en apenas pocas páginas un contexto, un ambiente, y adentra al lector de lleno en él. Tiene una gran capacidad para construir situaciones cotidianas y al mismo tiempo complejas y duras, además de que logra una voz narrativa que se adecúa al relato que está narrando. Los personajes son, en muchos de los casos, monstruosos. Mayormente protagonizados por personajes femeninos, los relatos de Pelea de gallos son directos, despojados.
Mis favoritos: "Subasta", "Nam", "Crías", "Persianas", "Pasión", "Ali", "Coro", "Otra". El último me pareció buenísimo.
Si tienes el estómago fuerte este libro es para ti. La autora no perdona a los corazones débiles ni la violencia que hay en ellos. Gente enferma de amor, de soledad y ella no se deja amedrentar por lo dura que pueda ser su historia.
Fantástico, brutal que te deja con un nudo en el estómago.
Los cuentos que componen “Pelea de gallos” exhiben una naturalización de la violencia con distintas formas; a veces es la estética de lo grotesco lo que predomina, otras, el horror puro. Ampuero los ubican en latinoamérica, en este tercer mundo olvidado o marginado por el capitalismo como consumo de baja importancia.
Casi todos son narrados desde la perspectiva de las mujeres, víctimas de las masculinidades, del heteropatriarcado reinante. Así, el libro explora la violencia física, sicológica y simbólica que está presente en los hogares, en los espacios públicos en todo sitio donde las interacciones sociales estructuran relaciones opresivas.
El cuerpo femenino es elemento central en este volumen. Fragmentado, abusado, maltratado, es el core de las historias. Es cosificado como propiedad de los representantes del poder de turno, mercantilizado como un objeto no vivo. Terrible. También, las menos veces, funciona como espacio de transformación y supervivencia.
El libro despide olores y no son agradables. Ciertas escenas emanan aromas relacionados con lo asqueroso, lo inmundo de las experiencias humanas, visibilizando lo atroz, lo repugnante, lo tabú.
Las historias de Ampuero muestran que existe resistencia. La liberación está en renunciar a consumir, en retirarse para lograr un empuje final ante el ultraje y el desprecio, en soportar con la mayor entereza que lo permitan las circunstancias para evitar la deshumanización.
"otra señora dijo bajito que alguna vez escuchó que había algo raro en esa casa, que el hermano a la hermana, que el padre a la niña. Las otras la mandaron a callar con violencia: no repitas esas estupideces" " ° Todo lo que se pudre forma una familia (Fabián casas). ¿soy un monstruo o esto es ser una persona? (clarice lispector). ° Después de esto trece relatos cuyo nexo de unión es la violencia latente en cada uno de ellos. La violencia que se da en la familia, esa "institución sagrada" que moldea a los individuos desde su nacimiento, que nos marca y nos puede llegar a convertir en monstruos o en algo parecido a persona. Ampuero denuncia con rabia los abusos que se cometen de puertas para dentro, sufridos siempre por las mujeres de la casa. Abusos sexuales de padres y hermanos hacia madres , hijas y hermanas. Violencia que no se cuestiona porque lo que pasa dentro se queda dentro. Una violencia oculta Personajes aislados y solitarios que buscan el afecto en relaciones fuera de la norma porque no lo reciben precisamente de su familia.
"Ahora son mujeres -dijo- , la vida ya no es un juego" (monstruos).
La vida desde el momento que una nace mujer ya no es un juego sino una pelea de gallos. no hace falta venir de una familia desestructurada para tener el monstruo dentro , muchas veces basta con creer que nuestro cuerpo, pelo, trabajo o valía no es la adecuada y que nos merecemos el desprecio que se ejerce contra nosotras. ° Mis relatos preferidos de este libraco son Subasta, Luto, Ali y Otra.
3.5 ⭐️ Hay cuentos que me encantaron y tienen frases muy acertadas, como Ali, que me gustó de principio a fin. Otros me gustaron mucho el desarrollo pero los finales me desconcertaron, en ocasiones para bien y en otras no tanto. Persianas tiene una conexión con la infancia muy bien lograda, y se contrapone con una inmoralidad que te sacude, alucinante. Es una buena antología, atrapante y muy latinoamericano.
Me pasó lo contrario de Formas de volver a casa, de Zambra. En Pelea de gallos me gustó más lo que contaba a cómo lo contaba. Me falló la prosa, pero es solo mi opinión.
Como si de una patada al estómago se tratara, esta colección de relatos de Maria Fernando Ampuero me ha dejado conmocionado. Y me jode porque cuando uno se adentra en este tipo de narraciones lo hace pensando en que su cabeza se deslizará a través de diversas historias de lo cotidiano en el que podrás entender lo que se siente al recorrer las calles de cualquier punto de Latinoamérica, de esos lugares llenos de brillo que aparecen reflejados en los panfletos turísticos. Pero no, la autora no te trae esas historias para que realices un tour placentero del que solo recibas sol y calor. Quiere que la mires a los ojos, que no desvíes la vista y que te sientas partícipe de una realidad a la que te empeñas en negar. Quiere que, desde que leas la primera de las páginas, seas consciente de que eres un privilegiado, que hay otros mundos tan reales como el tuyo en el que uno pequeño insecto va a contaminar la belleza de esa piscina a la que apenas le haces caso. Quiere que te avergüences por tu ceguera y te lo recrimina a gritos. Porque cada uno de los relatos que componen esta obra son auténticos alaridos que denuncian la podrida sociedad en la que nos encontramos. Desde el horror que supone pertenecer a una clase social determinada al miedo consentido por el simple hecho de ser mujer. María Fernanda te lo sirve en bandeja, presentándote unas situaciones que se leen terriblemente cotidianas en las que los pequeños detalles implican terribles horrores. Y lo hace denunciando a las clases sociales, a las instituciones familiares, a los cánones religiosos, al machismo consentido, a la homofobia, a los extranjeros, a la vida, a la puta vida... Este no es un libro que se disfruta leyendo, para eso hay muchas otras propuestas más inocuas. Pero es uno de los libros que es más necesario recomendar.