"Puede que me equivoque, pero existe un momento en la vida, sólo un momento, en que somos conscientes de que somos genios o enamorados. La cuestión es sencilla, ridícula. O una cosa u otra, imposible ambas. Y cuando ese momento llega tenemos la vaga certeza de que arrastraremos nuestra carga, sea la fuere, hasta el final de los días. Yo supere ya el momento. Se que nunca alcanzare las cimas de la genialidad y, lo más abrumador, acongojante aún, se que el momento del amor se escurrió entre mis dedos para siempre. Así, ni tengo nada, ni espero nada."
Chuse Izuel escribió este texto en los márgenes de la hoja promocional de una película que fue a ver, a principios de 1992, pocos días antes de su muerte. Lo contó su amigo Felix Romeo y no sabemos si era un texto de Izuel o una cita que había leído en otra parte. Es sólo uno de los sortilegios que plantea este libro. Los 19 relatos de Todo sigue tranquilo recuperan una voz perdida, pero tambien un tono, una epoca y una vida.
Este libro me ha dejado un poco sin palabras. Hacía tiempo que un libro de relatos no me daba lo que me ha dado este y que no sé si sé explicar. Este libro es una bofetada de realidad, sin más. Diálogos sacados de cualquier conversación de la calle y descripciones precisas y sin adornos de los ambientes. Detrás de esas palabras aparentemente sencillas y vacías, hay mucho escondido.
El dolor humano escondido detrás de la cotidianidad. Una joya que solo se puede entender gracias a prólogo y la introducción, y que me hace querer saber más sobre Chusé, Félix romeo y bizen Ibarra. Trabajazo de caballo de troya y muy recomendable si eres de Zaragoza.
Una crónica de la juventud de los 80, todo me suena de verlo o vivirlo en cierta forma. Tenía curiosidad por Chusé Izuel después de haber leído Amarillo de Félix Romeo donde se relata amistad de ambos. Su lectura me ha recreado a través del vocabulario aquella época.
Crónicas iracundas de la joven adultez, a veces tan atinadas y cercanas. Violencia social, falta de entendimiento, vacío, paquetes de cigarros y cervezas. Deprimente.
Solo unos cuatro relatos me han parecido sorprendentes. En general, poca chicha literaria a pesar de tener atisbos de un realismo sucio local que podría haber expandido más.
Este fue el libro que me inició en la lectura de forma compulsiva, lo releo finalmente después de varios años y me deja la misma sensación que la primera vez.
Me parece maravilloso desde el realismo y verdad en el que se cuentan todos los relatos. Se puede entrever cosas que indicaban que Izuel no se encontraba bien. Amor, vida y amigos. Me flipa junto a amarillo
El mejor libro del Realismo Sucio que se ha escrito en español. Chusé hubiera sido un grandísimo escritor y estos relatos todavía laten décadas después de su muerte.