Este libro se reparte en dos torrentes. Primero fluye como inscripción territorial de ciertas estancias geográficas donde la escritura aparece como bitácora o mapa inherente al poema. Construye con precisos detalles no solo el curso de las aguas, sino lo que ellas provocan a quienes las habitan o contemplan. En un segundo momento surge la quietud observadora desde el interior de una casa, lo que permite que el desborde ocurra por fuera. También emergen ciertos elementos domésticos que proponen una visión y seña de clase. En cada texto se mixturan sensaciones y recuerdos a modo de retazos, una forma de grabar la memoria entre las olas, la lluvia o los cauces. «Volverse líquida», «desvanecerse», nos dice la poeta, mientras registra el paso del tiempo bajo una conciencia de su fugacidad e incertidumbre. Sus poemas oscilan —tal como las aguas— entre el desplazamiento y la quietud, entre una contemplación del viaje y el encierro, no como dicotomías insondables, sino como fronteras ocupadas desde la tensión: «la humedad lo llena todo». Caudal intenta nadar entre la amenaza y la resistencia. Sus aguas rebosan lo que no se puede decir: aquello que resta entre las olas.
Efectivamente en Caudal están algunos de los poemas más tristes y certeros que he leído en el último tiempo.
Todo lo que la protagonista no ha podido decir a viva voz, se encapsula en fragmentos invernales.
Hay versos que nos llevan a una casa en la playa, con frazadas, madera y olor a encierro. Y ese entorno se complementa fuertemente con los pensamientos que habitan en ella.
Siempre hay algo inconcluso en este caudal interminable, y eso es lo bello que tiene.
Un poemario que te tendrá en un fluir de sensaciones dentro de lo cotidiano pero que no internalizamos con detenimiento, con esas cosas llenas de magia que a veces dejamos pasar y también esas que en lo simple tienen su propia magia, todo esto envuelto en un oleaje propio al ritmo de sus versos.
Encontrarás la rutina y lo doméstico, pero también esos momentos en donde nos salimos del esquema y nos vamos de viaje, conocemos distintos rincones del país, llenos de naturaleza y el sonido del agua en sus variadas formas: mar, lagos, ríos; invitando a la conexión con la naturaleza y recorriendo lugares mágicos de Chile al pasar de un poema a otro.
Leerlo me hizo realmente sentir el mar, en un momento me transportó a ese bote que se mecía en el oleaje de sus versos y estrofas. Leerlo fue también fluir, un dejarse llevar a las emociones que transmitía y recorrerlas con calma.
"Caudal intenta nadar entre la amenaza y la resistencia. Sus aguas rebosan lo que no se puede decir: aquello que resta entre las olas"
Lxs dejo muy invitados a leer este poemario, adentrarse en sus olas y descubrir a su autora 🙌
Un viaje entre aguas, paisajes e íntimos detalles. La voz poética pendula entre la primera y la segunda persona de forma sutil, pero significativa. Un poemario bello que me tocó la fibra del desborde <3