La nueva novela de ciencia ficción de Carlos Sisí (Los Caminantes, Rojo).
En un futuro cercano el ser humano ha dejado las riendas de su gestión política a Cónclave, una inteligencia artificial que vela por su bienestar. Cónclave ha creado también a los androides Adán, que están en todas las casas como ayuda para cualquier tipo de tareas. Con este planteamiento se ha podido despuntar en el desarrollo de la industria del ocio, como los videojuegos, entre ellos Bachelor, un videojuego en el que los personajes jugadores han entrado en guerra con los personajes no jugadores, que son los controlados por el cerebro del juego.
En esta novela, Carlos Sisí explora temas como la inteligencia artificial o las realidades virtuales para dar respuesta a preguntas sobre nuestra identidad y sobre nuestro lugar en el gran esquema de las cosas cuando nuestra lucha por la supervivencia ha acabado.
Carlos Sisí (Madrid, 1971) vive en Málaga. En 2009 sorprendió al público español con su serie Los Caminantes, que situaba el apocalipsis zombi en las soleadas tierras malagueñas y se convirtió en un verdadero fenómeno de ventas. También es un prolífico autor de género con La hora del mar, la trilogía vampírica Rojo, Homine Ex Machina o El Nigromante. Ganó la X edición del Premio Minotauro con Panteón. Cuando no está enfrascado en alguno de sus muchos hobbies, Carlos dirige una revista digital online y su empresa familiar de diseño y soluciones de Internet.
Punto de partida: una científica (no es Susan Calvin) fabrica una especie de computadora con Inteligencia Artificial que ocupa varios edificios (no es Multivac) para una compañía (no es U.S.Robots) tecnológica.
Esta empresa fabrica luego “extensiones” de esa IA (sí, robots) con forma humanoide y que se alquilan y que son multipropósito y ¿la IA o alguno de los robots tomará consciencia de sí mismo (no se llaman Hombre Bicentenario)? Al menos, aunque se mencionan en el libro, no tiene insertadas las 3 Leyes de la Robótica.
Por el premio de diez céntimos…¿Quién puede decirme en la obra de qué autor se inspira Carlos Sisí para esta novela? El autor ya hace varias referencias, es honesto. Bueno, es que sería imposible ocultarlo. Y ahora vamos al meollo del asunto. ¿Qué tal?
Pues a poquita CF que se haya leído ya se sabe que el concepto de IA / Supercomputadora / robots avanzados es una excusa muy buena para filosofar sobre:
Qué es realmente el ser humano.
Qué le motiva.
Si una máquina pensante decidiría que la Tierra estaría mejor sin nosotros.
Cuáles son los límites de la IA que se debiera desarrollar.
¿Las máquinas se pueden volver contra la Humanidad?
¿Somos lógicos?.
¿Somos asesinos potenciales?
¿Quien posea el poder de una inteligencia así la usaría para beneficio propio (egoísmo)?
Etc, etc, etc.
Parece lo de siempre, ¿no?
Pues sí, pero la gracia está en cómo lo cuentes. Y creo que el autor lo hace muy bien, poniendo una trama en la que se avanza de forma ágil mientras es el lector el que se hace estas preguntas según va leyendo. No son los personajes, eres tú, lector, el que vas pensando en ello.
Y alguno me diréis eso de que las novelas de juicios, de inteligencias artificiales, de superhéroes mutantes y de policías traumatizados con entronque culturales siempre funcionan. Pues sí y no. Es buena base pero el desarrollo tiene que ser bueno.
Hace poco he leído otra novela sobre una IA, Emily Eterna, que con unas bases parecidas era un peñazo.
8,5/10 y la subo a 5 estrellas porque lo he disfrutado. Y porque siempre amé a Susan Calvin, a U.S: Robots y a las historias de Robots. No sé si esta novela es un homenaje o no. Me da igual.
Reflexiono un poco y lo dejo en 4 estrellas porque desde aproximadamente el 90% (desde el discurso de Alan Code) no me ha gustado. Si el discurso hubiese sido un poco menos moralina y hubiesen quitado el resto, mejor. Pero bueno, es ese 90% de la novela el que se lleva todo el peso de la historia y las 4 estrellas. Ya digo que, para mis gustos, remata mal la faena.
Tras darle sin compasión a los zombis y a los vampiros, Carlos Sisi se embarca en la ciencia ficción. En Homine ex machina nos presenta una Inteligencia Artificial capaz de aprender, analizar y hasta auto programarse. ¿Como hace todo esto? Pues a través de búsquedas infinitas por la red que le permiten discernir lo que está bien, lo que es interesante y lo que es aprovechable para ella. Al contrario que nosotros, ella es capaz de encontrar mucho provecho en la web en unos pocos minutos. La novela nos muestra el desarrollo de la IA a lo largo de varias etapas y para entretenernos va eligiendo personajes diferentes (y prescindibles) para mostrarnos en ocasiones de forma exhaustiva como cambiaria esta IA nuestras vidas en el ocio, en el campo militar, cultural e incluso en la ayuda doméstica. Si, exhaustivamente. Porque hay partes que Sisi se ha estudiado al detalle (y esto siempre es de agradecer) y nos muestra sin compasión los posibles avances en dichos campos. En particular detalla bastante el campo militar al que llega a dedicar varios capítulos como si fuera una suscripción al Discovery Chanel e incluso se llega a poner un poco emocionante. Pero donde Sisi disfruta es el campo de los videojuegos online hasta el punto de que hay un momento que no sabe uno si está leyendo Homine ex machina o viendo una partida online de Dungeons and dragons mezclada con Minecraft. Bueno, descubrimos sin darle muchas vueltas que hay que darle un poco de moralina al tema. Afortunadamente la narración es fluida a pesar de tanto informe y documentación, pero la trama es bastante pobre y la historia muy lineal. Me quedo con el Hombre del Bicentenario que no será tan inteligente como esta IA, pero tiene más alma.
No puedo darle las cinco estrellas. Hubo un momento en que empecé a pasar páginas leídas en diagonal y poco me faltó para dejar de leer. Seguí porque era una lectura propuesta por el grupo de Ciencia Ficción de Goodreads… afortunadamente seguí leyendo. Como algún otro compañero del grupo ha apuntado no podemos decir que su temática sea original. Podemos encontrar mil y una referencias (vale, igual solo cientos de referencias) a otros libros anteriores sobre robots o AI. Incluso el autor llega a señalarlas (¿homenaje?). No podemos leer Homine ex machina (me chirría ese homine, aunque luego explique la razón de esa “errata”. Si Fernando, mi profe de latín en el bachillerato, le echara mano al título…), repito, no podemos leer el libro sin tener en mente, sobre todo al final, El hombre bicentenario de Asimov y otros clásicos de la ciencia ficción. Pero lo que no podemos negar es su buen hacer al actualizar esas ideas para hacerlas encajar en nuestra época. No parece tan descabellada toda esa ciencia ficción que parece más cerca de nuestros dedos. Y, por lo tanto, nos plantea por adelantado toda la problemática a la que nos veremos enfrentados no faltando muchos años. Tal vez no nosotros, pero sí nuestros hijos. Sisí hace una exposición de la situación mundial actual, tanto económica, social como política, que nos hace creer que estamos leyendo política ficción y no ciencia. Todo parece muy cercano a la época que nos ha tocado vivir. Lo peor de todo es que también es un buen retratista de la humanidad y esta no sale bien parada. Nos muestra una utopía, pero, como tal, imposible de conseguir. Tal vez demasiado bonita para ser creída y en varios momentos he sentido esa imposibilidad de llegar a esa utopía que nos planteaba el autor y que rompía con esa sensación de estar leyendo sobre nuestro posible futuro. En un momento concreto no he podido evitar soltar un “deus ex machina” al ver aparecer a un personaje que arreglaba todos los entuertos, como aquellos dioses del teatro español que desenredaban la maraña de situaciones imposibles de solucionar de forma coherente. Quizá un poco precipitada hacia el final, como si le faltase tiempo para acabar. Conclusión: si quitamos esas páginas lastre que han estado a punto de hacerme abandonar la lectura, me ha parecido una buena obra que hace que nos planteemos por adelantado cosas que no tardaremos en plantearnos en nuestra sociedad actual. Eso sí, la sensación que me ha dejado es la de desesperanza, como si no hubiera un futuro para la humanidad. Somos como somos y nuestro instinto nos lleva a rebelarnos contra lo bueno. Pero, ¿llegar a esa utopía nos llevaría a dejar de ser humanos? Muchas preguntas que esta obra nos hace plantearnos. Y todo libro que hace que nos planteemos preguntas a su final, es un buen libro. No pasa de largo como algunas lecturas, sino que nos deja un poso y una desazón cuando pasamos la última página.
“Observando a John con la máquina de repente lo vi claro, el Terminator jamás se detendría, jamás le abandonaría y jamás le haría daño, ni le gritaría o se emborracharía y le pegaría, o diría que estaba demasiado ocupado para pasar un rato con él. Siempre estaría allí y moriría para protegerle. De todos los posibles padres que vinieron y se fueron año tras año… aquella cosa… aquella máquina… era el único que daba la talla. En un mundo enloquecido era la opción más sensata.” Sarah Connor.
Que decir de Homine ex machina… ¡¡espectacular trabajo!! Sisí brillando como un gran creador de historias.
Un libro que se ha ganado las cuatro estrellas por la historia en si. Carlos Sisí es honesto y no esconde sus referencias, cita a lo largo del libro a unas cuantas de sus inspiraciones, y todo el que haya leído a Asimov verá que hay cosas que más que inspiradas parecen un calco actualizado de la filosofía del que creo que es el mejor escritor de ciencia ficción. Después de leer un montón de historias distópicas , catastrofistas, post-apocalípticas me ha refrescado volver a ver un libro optimista, buenista a veces hasta la exageración y utópico. Porque los robots de Carlos Sisi, como los de Asimov, son buenos, nos ayudan y hacen ver que nuestro modelo de sociedad no es correcto, y esa sociedad utópica perfecta (tan cercana al comunismo pero sin la perversión por el poder, la corrupción y la inmoralidad de los humanos) se nos presenta como una utopía sólo realizable si dejamos que sea una IA quien maneje los hilos. La forma de narrar de Sisi no me acaba de gustar, es cuestión de gustos, pero esos personajes random que aparecen para explicarnos cosas y que luego no parecen pintar nada en la historia no me acaban de convencer.
Novela ambientada en un futuro cercano, y en muchos puntos de los que trata casi actuales. El eje principal de la obra es la creación de una inteligencia artificial a la que llaman Cónclave, y como esta puede evolucionar para ayudar a la mejora de la vida humana.
Tiene una estructura curiosa, empezando en una fecha concreta con un hecho aparentemente sencillo, dos personas hablando mientras esperan un transporte colectivo que sirve para dar pie al inicio de la obra en sí. Annabel Bachelor está desarrollando para la empresa Ingenialogic una IA que pueda aprender de La Red (que lo conecta todo) para ser autosuficiente. Esto será el principal desarrollo de la obra, como evoluciona la IA y si será capaz de cumplir con su cometido de ayudar a la humanidad.
En línea general me ha gustado mucho, consigues empatizar con varios de los personajes y la forma en la que está escrita es dinámica y sencilla. Pero tiene cosas que no me han gustado. Las dos principales son los saltos de tiempo que hay, algunos de ellos a mi parecer muy grandes, y el final, que creo que es lo que lastra un poco al resultado final, siendo muy apurado.
Para gente que guste de la ciencia ficción pero no haya leído mucho (como es mi caso, debería leer más del género) es una obra bastante recomendable. Para más aficionados quizá quede un poco justa.
Maravilloso, no quería que se acabase. Lo he disfrutado de principio a fin, recreándome en las situaciones y en los diálogos, que como siempre, son brillantes. La cercanía que logra transmitir y al mismo tiempo lo mucho que te hace pensar son dos de los grandes logros de esta novela.
Me ha recordado a muchas otras obras multigénero, y todas ellas buenas. Un poco de Cixin Liu, un mucho de Asimov, una pizca de Detroit Become Human, homenajes sin pudor a esas franquicias que tanto le gustan a él... y también que tanto nos gustan a sus fans... Y la sensación de estar leyendo algo muy nuevo y muy trabajado, sin perder el espíritu Sisí. ¿Lo peor de esta obra? La sensación terrible de pérdida que me ha generado porque no sé si podré vivir uno de los eventos que aparecen relatados. Sin duda, en mi top de los últimos años. Qué gozada.
2 mañanas, en realidad ni éso ... con ésto para mí queda todo dicho.
Por otra parte, suscribo palabra por palabra la reseña de Xabi1990, no sé cómo remitir a ella a quien no lo siga, pero imagino que será fácil de encontrar, sólo me desligo de su opinión en cuanto a la valoración, yo sí le voy a dar las 5 estrellas y no más porque no se puede.
Como semi-friki de la informática, los videojuegos y la CiFi creo que nunca había disfrutado tanto un libro.
Como simple humano me ha emocionado.
Como ciudadano me ha hecho pensar, no, me ha obligado a pensar.
Respecto al final, me quedo con una frase que creo que ya había leído con anterioridad:
"Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles y por ende, los hombres débiles crean tiempos difíciles."
Le pongo tres estrellas porque me parece netamente superior a 'Panteón' el otro libro de ciencia ficción que le he leído al autor, pero el libro tiene graves problemas, sobre todo de verisimilitud.
El libro tiene escenas que se leen con placer: como la primera escena de Annabel (sobre todo por el personaje del marido), la primera de Harran, la parte de la guerra entre humanos y androides chinos, o muchas de las escenas que tienen que ver con el juego online (en particular la visión doble de la comentarista), sin embargo contiene demasiado infodump que además es incorrecto. No sé porqué el autor ha querido meter tanto infodump. No me parece que la historia lo necesite.
El autor mezcla la computación cuántica supuestamente neural con técnicas de Machine Learning (y no de Deep Learning), junto con ideas trasnochadas sobre la programación, como la supuesta superioridad de la programación a más bajo nivel (cuando ya en la actualidad los compiladores hacen siempre mejor trabajo que los programadores humanos), incluyendo incluso afirmaciones sin sentido como que 'programar en código máquina' da lugar a código más eficiente que hacerlo en 'ensamblador' (¡cómo si hubiese alguna diferencia!). Y prefiero no hablar de cuando habla de 'el no uso de IP' por parte de los robots como protocolo de comunicaciones.
La conversación central entre un adam y Harran es especialmente simplista. En general el libro es un dechado de dataísmo, tecno optimismo y de tecnofilia sin límites, a unos niveles de confianza en la tecnología que roza lo naíf, y que hacen que Conclave sea una Mary Sue de manual. No puedo creerme muchas de las cosas que se muestran a lo largo del libro, tales como:
- Que en el plazo de veinte años se haya establecido en la comunidad internacional unas reglas de la guerra convencional que obligue a un país a rendirse por un 'juego bélico' con puntos. - Que un país así derrotado no se llene de guerrilleros fanáticos dispuestos a reventarlo todo. - Que una IA, por mucho soporte de hardware avanzado que tenga, aprenda 'por si misma' a solventar todos los problemas del mundo en pocos años. - Que todos los problemas de sostenibilidad del mundo se puedan resolver con mejoras en la extracción y uso de los recursos (sobre todo con la población mundial que supone, ver más abajo) - Que una IA así la desarrolle en gran parte un jefe de proyecto que hace mucho código por sí mismo. Bastante tienen los jefes de proyecto con controlar los equipos. La idea del programador solitario y genial es un mito romántico. - Que una empresa con una Mary Sue de tal calibre, no se asegure de la exclusividad de sus descubrimientos para ganar todo el dinero posible. - Que cuando se descubre el poder omnímodo de la IA, no se la apague de inmediato. - Que no se hagan copias en diversos lugares y se la entrene en cosas separadas, incluyendo la forma de combatir a sus hermanas. - Que no se despida de inmediato a un jefe de proyecto que toma tal implicación emocional con un producto tan valioso. - Que en un mundo con 13 mil millones de potenciales jugadores (lo pone así en el libro) -lo que implicaría algo así como 30 mil millones de habitantes-, no hayan estallado ya por todas partes las guerras por los recursos, las hambrunas y las pandemias generalizadas; sobre todo tras una guerra de características casi globales. - Que el mundo haya alcanzado tales niveles de población en tan poco tiempo. Ni las peores estimaciones apuntan a esa cantidad de personas. - y muchas otras cosas similares.
En definitiva, la historia me parece demasiado almibarada pro-tecnofílico e incluye un discurso antidemocrático, con un claro sesgo a favor de la opción tecnocrática que me parece bastante peligroso si se toma en serio.
¿Os estabais acostumbrando a no verme por aquí hablando de uno de mis autores favoritos? Pues eso se acabó. Hoy traigo mi opinión sobre su última novela, la cual, me ha parecido una exquisitez. Esencia de Sisí al más puro estilo, mezclada con un trabajo de documentación inmenso. Yo jamás había leído algo tan "grande", así que espero poder reflejarlo en mi reseña.
Una de las cosas que más me gustan de Carlos es la creación de sus personajes. Siempre reales, únicos y con unos diálogos que transmiten mucho. Creo que podría afirmar que este libro es sencillamente brillante.
Te hace pensar mucho, llevándote a reflexionar y a imaginar todo tipo de situaciones. Con lo que me gusta al autor este género, ya estaba yo deseando poder probarlo y la experiencia ha sido sorprendente y muy especial. Es algo muy nuevo, pero con la calidez que siempre ofrece él a sus lectores.
Creo que tiene mucha potencia, una profundidad muy interesante y una perspectiva de futuro y la humanidad. Cónclave es TODO. Y considero que el autor ha conseguido algo que no todos pueden.
Estando a estas alturas de año puedo asegurar que va a ser una de mis mejores lecturas sin dudarlo. Ojalá todos pudiesen leerlo, porque merece mucho la pena. Para finalizar, diré que he podido presenciar como Carlos ha vuelto a superarse una vez más.
Le doy 2 estrellas porque, contra todo pronóstico, no abandoné el libro y finalmente lo terminé de leer. Eso ya tiene algún mérito. La historia en sí es un compendio de situaciones amontonadas que se van sucediendo una tras otra sin demasiada lógica. En ningún momento sentí la más mínima expectativa por saber como se iba a resolver alguna parte de la trama, la cual naufraga todo el tiempo sin tener un rumbo claro. Así pasamos por la invención de una IA, por una guerra, por una estrategia de marketing de una corporación, por un videojuego que vendría siendo un Minecraft pero sin pixelado, por un conglomerado mundial corrupto y por una forma muy poco convincente para solucionarlo. Todo esto condimentado hasta decir basta con infodumpings tan tediosos como innecesarios. Los personajes son para el olvido. No tienen la mas mínima profundidad y a veces se comportan de formas un tanto extrañas. El punto de vista es omnisciente, saltando de un personaje a otro de manera desconcertante. Y los puntos suspensivos... Por dios... El autor tiene un serio problema con los puntos suspensivos. No puede parar de insertarlos por todas partes, socavando la fluidez de la lectura. A continuación, pongo algunos puntos que me parecieron particularmente poco creíbles o hasta irrisorios, pero con spoilers.
Lo he disfrutado mucho. Después de la saga de Rojo, una saga oscura, nos llega este libro con una carta optimista y una literatura fluida y mordaz, que vuelve a la ciencia ficción con un singular avance tecnológico capaz de revolucionar la humanidad.
En este libro encontramos las clásicas ideas de Isaac Asimov, robots, inteligencias artificial y un mundo que intenta destrozarse a si mismo. Pero encontramos un refrescando punto de vista en su evolución y como interactúa con la humanidad. Eso le da un punto interesante, que engancha y te divierte por igual.
Vuelve la ironía de los personajes de Panteón que me recuerda mucho a John Scalzi y las aventuras de Los caminantes. Un libro excelente que no hay que perderse.
La mejor eutopía que he leído nunca. Me ha encantado. Lo he disfrutado como hacía tiempo que no disfrutaba un libro. Es un libro que te atrapa, que te hace reflexionar sobre la sociedad, el ser humano, la vida… Sencillo de leer pero en cierta medida, profundo a la par. Y sobre todo, bonito y lleno de esperanza (a pesar o debido al final jeje), que a veces es necesaria. Un remanso de paz dentro del desasosiego del mundo y de la realidad de nuestra existencia. Gracias.
Sisi podría definirse como un mago con una chistera, que con un toque mágico de su barita, es capaz de crear una novela absolutamente arrolladora, sin importar el género.
Nada más comenzar el relato, se nos presenta a nuestra protagonista llamada Annabel Bachelor, la cual está desarrollando un proyecto capaz de obtener cualquier información de la red, que pueda valerse por si sola, con el nombre en clave de "Conclave", la cual es el inicio de una nueva IA. Desde ese momento, se planta una semilla en la empresa Ingenialogic, la cual ve un producto con muchas posibilidades y potencial.
La historia abarca en un futuro distópico, no muy lejano (comienza en 2037) y tras el nacimiento de la IA se irán desarrollando varios acontecimientos de forma natural, creíble y sumamente interesante. Viviremos una guerra entre naciones, una nueva era de robots llamados Adán, un videojuego revolucionario y el paradigma de un nuevo gobierno. Evidentemente, en todas estas fases la implicación de la IA es más que notable.
Una de las cosas más loables y acertadas de la novela es la progresión de Conclave, donde no falta el pragmatismo, frescura e innovación, algo que es sumamente difícil cuando tienes a un maestro en su máximo exponente llamado Isaac Asimov. Sisi no reinventa nada, de hecho no tira por los mismos derroteros que Asimov u otras ficciones como Skynet (Terminator), simplemente crea algo sencillo y lo ejecuta de forma perfecta.
Es una novela que siempre va a más, que nunca decepciona y que tiene un final más que perfecto.
Una historia redonda, circular. Muy bien estructurada, sin fisuras, sin "paja" (por lo menos no lo he apreciado), diálogos muy potentes y con personajes sin exceso de profundidad para evitar desviar la atención del verdadero protagonista, la historia; que puede ser pero... que nunca será, la humanidad se lo perderá aunque lo tuviera al alcance de la mano.
Novela de ciencia ficción de 365 páginas en la que se nos plantea el origen y desarrollo de una Inteligencia Artificial, y qué repercusiones tendrá sobre la sociedad más allá de su aplicación en el terreno armamentístico y en las fuerzas de seguridad. Si bien el principio me pareció algo lento, el autor pronto empezó a desarrollar de una forma fantástica las connotaciones que la IA podría poseer, cogiendo como base las pandemias Covid de los años 20. Luego, la trama va complicándose hasta llegar a invitarte a pensar, a cuestionarte preguntas verdaderamente profundas. Es por ello que aunque mi mente pensaba en un 4, mi corazón no ha podido evitar darle un 5 a esta última y maravillosa novela de Sisí por todo lo que me ha hecho disfrutar.
Acabado y me ha dejado la misma sensación desde las primeras paginas. No me ha gustado. No veo que trate temas novedosos o desde una perspectiva estimulante. Obras como gohst in the shell, la luna es una cruel amante, evangelion (magi) o 2001 trata mucho mejor los temas de la ia. Veo una aproximación desde el punto de vista de las tecnologías actuales (redes neuronales de aprendizaje profundo) pero extremadamente simple a la vez que se enfanga en explicaciones técnica demasiado rato. La linealidad en la evolución de la ia y el concepto de "madre" que aplica, hace que se me desmorone la credibilidad en lo que cuenta. No creo q vuelva a coger entre manos nada de Sisí.
La nueva novela del maestro Carlos Sisi, que me ha durado dos sentadas, ha hecho vibrar al adolescente que un día se encontró con clásicos de la Ciencia Ficción en un rincón de una pequeña librería de instituto que se titulaba “Ficción Especulativa”.
No son pocas las veces que “Homine Ex Machina” (Ediciones Minotauro), me ha hecho sonreír y pensar, en mi caso y especialmente, en #Asimov o #PhilipKDick, aunque hay muchas más referencias.
El tema me llamaba, siempre me ha llamado, las IA y “seres mecánicos-artificiales” y su relación-interacción con los humanos y viceversa. La novela crea una evolución en su historia que va in crescendo con una lógica aplastante (lo cuál indica una trabajo de documento brutal).
También he rabiado en ocasiones y he pensado en otras sobre lo que mis ojos enviaban a mi mente de carbono leyendo cada capítulo. Y, tras la lectura, sigo elucubrando e imaginando. Así que gracias al Autor por hacer que el adolescente que llevo dentro y su alma Friki hayan disfrutado como aquel lejano Juan que encontraba magia, pero que era ciencia, o tal vez viceversa, en los libros.
Esta novela tiene, para mi, un problema terrible con la linea temporal. Por la forma de narrar y los sucesos que se cuentan parece que transcurre un tiempo y luego es otro. Es como una narración de un libro de Historia. Aparte de eso también me parece que flojea en otros aspectos como los discursos de los personajes cuando se supone que estas en una conversación. Eso por no mencionar el tratamiento de las IA y la red de comunicaciones global que hace, que parece de 10 o 15 años antes de que se escribiera esta novela. Floja, floja. El caso es que comenzó muy bien pero fue cayendo a partir de la mitad, cuando empieza a encarar el desenlace (que no vi venir, punto a su favor).
Una maravilla. Lo he leido en dos días y luego he pasado dos días más pensando en los distintos temas que trata. Hacía meses que un libro no me absorbía tanto y me dejaba tan pensativo después. Los diálogos de cualquier personaje con Cónclave son una delicia.
Realmente son 4.5 estrellas. No le pongo 5 porque la novela parece un inicio de algo, un preludio y nos deja con ganas de más, lo cual tampoco es malo pero no la hace redonda. Es un deleite leer a Carlos Sisi y dejarse llevar por lo que plantea en esta novela.
Libro que nos presenta qué pasaría si la inteligencia artificial pudiera gestionarse a sí misma, que hace que nos preguntemos si la IA llegará a poder gestionarnos de esta manera. Un libro sublime que explora una vía nueva
Estamos en el año 2040, donde por algún motivo la gente habla de internet como un anuncio de Terra de 2008 ("la red que lo cubre todo y llega a todas partes") y sus referencias culturales son el cine y cómic de los 80 y 90. En estas alguien que acaba de oír hablar de chat cgp monta una IA global.
Súmale una poca influencia de Asimov y tendrás un libro que se debería haber escrito hace quince años.
Sencillamente genial, para mi que no soy fan de la CFI me ha gustado bastante. A pesar de que ha sido muy todo "color de rosa" es maravilloso ver como esa IA que crea Ann va evolucionando a lo largo de la trama para bien de la humanidad, pero como todo se da cuenta de que al final el que "debe" imperar es el hombre y no la máquina
Homine Ex Machina - Carlos Sisí (Highlight: 37; Note: 0)
───────────────
▪ Irvin había leído sobre algunas de esas cosas, por supuesto, pero… la informática, los ordenadores, la Red… eran algo que no le incumbían demasiado. Ese tipo de cosas formaban parte de la vida, desde luego, pero eran como la electricidad. La electricidad estaba ahí, la usabas a diario, pero no te preguntabas cómo hacía lo que hacía mientras lo hiciese; el tipo de cosas en las que nadie repara hasta que fallan, como una pareja sentimental con la que llevas conviviendo treinta años. Estás tan acostumbrado a ella que terminas por no valorar la compañía, el esfuerzo, los gestos y detalles. Pero ahora que no estaba… se preguntaba qué demonios iba a hacer en el trabajo cuando llegase
▪ En ese contexto despiadado donde la compra y la venta era la actividad estrella, la guerra pasaba fácilmente a un segundo plano. Ni siquiera había demasiadas noticias porque ya nadie creía en las noticias. La sociedad del 2037 había comprendido (por fin) que las noticias eran publicidad absurda destinada a la manipulación de masas, siempre manejadas por ideologías suscritas por intereses comerciales y financieros; patrañas exageradas o suavizadas que raramente dejaban entrever la noticia en sí. Los que no lo habían comprendido, simplemente, vivían más felices ignorándolas. No les interesaban. ¿Qué sentido tenía estar al día de ciertas cosas si esas cosas raramente incidían en tu vida? Al final del día estaba el trabajo y el ocio, el ocio y el trabajo. El segundo permitía acceder al primero, y eso… eso era todo: ganar dinero y gastarlo. Gastarlo online, en comida a domicilio, en cosas. Y así pasaban los días, una semana seguía a la otra, los meses volaban, y el dinero cambiaba de manos sin descanso
▪ agente de… policía
▪ No hay realmente un límite en las cosas que puedes hacer mientras lo juegas. Puedes talar un árbol y el tronco caerá y hará una marca en el suelo. Puedes hacerlo rodar, si te apetece. Puedes sentarte en él. Puedes cortarlo en trozos y hacer leña, o partirlo por la mitad y construir el comienzo de una empalizada. Puedes construir algo que te permita cortarlo en forma de tablones, o puedes fabricar una silla, un taburete o una escultura de madera. Puedes atarle el cabo de una cuerda y arrastrarlo. Puedes empujarlo al agua y juntarlo a otros troncos para hacer una balsa. Puedes quemarlo y hacer una hoguera. O quemar una parte. O un tercio. O puedes hacerle agujeros en el tronco, pintarlo de verde, puedes hacer estacas, una lanza, venderlo en algún poblado a alguien que necesite madera. Puedes construir un pequeño negocio de venta de madera, si quieres. O puedes construir una casa con él, y no me refiero a la clásica cabaña prediseñada. Me refiero a una casa con una libertad de diseño abrumadoramente enorme. ¿Cuánta variedad? La misma que tienes en la vida real.
▪ Los personajes están animados por Cónclave, te entienden usando a Cónclave, hablan usando a Cónclave. En la práctica, quiere decir que absolutamente todos los personajes del juego entienden perfectamente lo que dices. Puedes… puedes sentarte con uno de estos personajes al lado de una fogata y pasar la noche hablando de cómo funciona el mundo, de su vida pasada, de cómo se cultivan las zanahorias, de historias de miedo, o de qué piensa el personaje del ciclo del Sol o la Luna. Lo que sea
▪ Si cerrabas los ojos, era difícil saber si estabas escuchando la voz de una mujer o de un hombre. Harran había escuchado algunas voces pronunciarse al respecto en la Red. YA TENEMOS UN ADÁN DE PLÁSTICO, PERO ¿DÓNDE ESTÁ EVA?, escribían unos. PRIMERO LA VERSIÓN MASCULINA. EL PATRIARCADO TIENE MIEDO DE UNA VERDADERA INTELIGENCIA FEMENINA, decían otros. El eterno debate, el debate eterno.
▪ Encantados, Ed y Eva. Será un placer ayudarles en todo lo que necesiten —soltó el robot de repente—. Estoy a su entera disposición. Tengo una gran experiencia en un buen número de servicios y operaciones, pero si quieren que realice una actividad que me resulte desconocida, les pido paciencia mientras hago preguntas sobre mi cometido. Puedo aprender y aprenderé tan rápidamente como pueda.
▪ Primero me hizo el desayuno. Bueno, ni siquiera sabía que podía hacer eso. Si lo hubieras visto moverse por la cocina… no se movía como una persona, se movía más rápido que cualquier ser humano que haya visto. Era rápido, era preciso… era un espectáculo. Por cierto, le pedí que no hiciera eso de retorcer los brazos hacia atrás, girar el cuerpo… sé que él no tiene las limitaciones que tenemos nosotros, pero pensé que las niñas podían asustarse si se pone a hacer el… robot alienígena extraño… —¿Le pediste eso? ¿Y lo… entendió? O sea, ¿puede autolimitarse?
▪ todos los Adán están conectados entre sí. Cualquier cosa que uno aprenda, lo saben todos los demás.
▪ Ahora sí». —Ahora sí —repitió ella. —Eso es. Es una respuesta rara, ¿verdad? Así que le pregunté qué quería decir, y me dijo… que no conocía la obra, pero que al preguntarle yo por ella, acababa de rastrearla en la Red, a la que está conectado todo el tiempo, la había leído, la había procesado, y estaba en disposición de hablar de ella
▪ Cónclave jugó con ellos admirablemente. Desarrolló una pequeña función que permitía saltar de una pieza a otra con gradientes sonoros entre melodías, de forma que cada pieza se integraba con la siguiente. En la práctica, si un jugador hacía algo que hiciera subir la intensidad de la acción, la música comenzaba a volverse vibrante, enérgica, potente.
▪ Alguien grabó un vídeo mostrando cómo con un sistema de cuerdas, pesos y poleas, herramientas que él mismo había fabricado con recursos naturales, había construido un bonito, ingenioso y práctico ascensor de madera que le subía a una casita en un árbol también de su invención.
▪ Hice un pequeño experimento —respondió Cónclave—. Introduje un pequeño animal lastimero que se arrastra por las calles de las ciudades y pueblos. Parecido a un perrito, pero sin serlo. No es demasiado feo, pero ningún criterio estético vigente o pasado dictaminaría que esa criatura es agraciada. Interaccionar con ella no produce ninguna ventaja, no se obtiene ningún resultado, no atiende a ninguna lógica. Sin embargo… —¿Sin embargo? —preguntó Cónclave. —La criatura ha sido acariciada, hasta este mismo instante, seiscientas diecisiete mil veces. —Entiendo —dijo Annabel despacio. —Ese componente inesperado de la ecuación, como se deduce, tiene un valor. —¿Y cuál es el… resultado? —preguntó Annabel. —Que quizá, Ann… Quizá el ser humano merezca ser salvado de sí mismo.
▪ Joe estaba ocupándose de reparar la impresora. Hacía demasiado que no funcionaba, y en ciertos momentos habían echado de menos su versatilidad, sobre todo para producir cosas sencillas como cubiertos, filtros nuevos para el suministro de agua o manguitos para los frenos de la silla de Harran. Joe era bueno manejando herramientas y comprendía rápidamente cómo reparar cosas. Joe era bueno en casi todo.
▪ Joe estaba ocupándose de reparar la impresora
▪ Espera —interrumpió Harran—. Pero con el tiempo, te has ganado nuestra confianza. Lo has hecho. Te hemos dejado solo con las niñas. ¿Sabes con cuánta gente dejaría a las niñas? —Probablemente no muchas. —Probablemente ninguna, Joe. A menos que fuera una urgencia. No en estos tiempos. Lo que quiero preguntarte… Joe… es… ¿estás vivo? ¿Estás vivo, Joe?
▪ De acuerdo, pero ¿ves adónde quiero llegar? Exaltamos la vida orgánica porque es… es natural, es divina, es… es la fundación de la vida supremacista del ser humano. Pero la carne, si no recuerdo mal mis estudios y las etiquetas de salud de los envases, no es más que agua, proteínas, aminoácidos… ¿qué más?, carbohidratos y otros componentes bioactivos varios. Pero al final, su esencia íntima, su composición química fundamental, es el carbono… o diferentes elementos que están recogidos todos en la misma puñetera tabla periódica de siempre
▪ Exaltamos la vida orgánica porque es… es natural, es divina, es… es la fundación de la vida supremacista del ser humano. Pero la carne, si no recuerdo mal mis estudios y las etiquetas de salud de los envases, no es más que agua, proteínas, aminoácidos… ¿qué más?, carbohidratos y otros componentes bioactivos varios. Pero al final, su esencia íntima, su composición química fundamental, es el carbono… o diferentes elementos que están recogidos todos en la misma puñetera tabla periódica de siempre.
▪ Una máquina puede apagarse, Ed. —Un ser humano puede matarse. —Una máquina puede ser reemplazada. —Oh, amigo. Los humanos somos reemplazados constantemente. Laboral, afectivamente… reemplazados en todos los campos, continuamente.
▪ El poder te hace deudor de favores, de trucos, de atajos, de trampas, de nepotismo, de responsabilidades que, lógicamente, por su naturaleza, acaban por volverte corrupto. Escuchen esto: el político es un estafador que les ruega encarecidamente que voten. Ergo: el voto es malo. El voto alienta al sistema. El voto perpetúa un método concebido para mantener al poder en el poder, el dinero en pocos bolsillos, el mundo girando en la dirección que solo unos pocos quieren».
▪ ¡Escuchad! —dijo Alan—. Estuve mirando con mi equipo lo que esta IA había propuesto hace ya años, y nos pareció… formidable. Sus medidas para redefinir las estructuras en las que se sustentan nuestra sociedad eran ejemplares. ¿Quién puede estar en mejor posición que una IA para comprender lo que necesitamos? Usamos la calculadora de nuestros terminales porque ya no sabemos multiplicar sesenta y tres por doce, ¿y creemos que podemos manejar las múltiples variables socioeconómicas que rigen nuestro periplo vital en el mundo? ¿Hola
▪ Antes, hace un momento, cuando os presentaba el dilema de a quién votar, la gente preguntaba por las redes: «¿A quién votamos, Alan?». Es una buena pregunta. Es una pregunta legítima. Este es un documento firmado por mí, presentado ante un notario para su testimonio y validez legal, depositado en el registro correspondiente, que estipula, claramente, que si me votáis… ¡si me votáis usaré la tecnología de Cónclave para definir y poner en marcha cuantas medidas aconseje para que podamos establecer un nuevo comienzo!
▪ Es posible que tome decisiones inesperadas como… proponer al presidente que ataque Europa, por ejemplo?
▪ No lo entiende —dijo Annabel de repente—. Estoy segura porque ya ha sucedido. Hace mucho tiempo que lleva ocurriendo. Cónclave no tiene que sugerirle al presidente que invada Europa porque, si quisiera, lo haría ella misma. Hace mucho tiempo que podría haberlo hecho. Cónclave controla tanto los soldados existentes como la producción de soldados, y lo mismo ocurre con la policía. Nuestras fábricas hace mucho que están perfectamente automatizadas, así como los talleres. Cónclave determina cuándo hacen falta unidades nuevas y las produce, las envía a las ciudades de destino, encarga las materias primas, lo hace todo. También podría infiltrarse en cualquier sistema informático del mundo y rendirlo de manera instantánea. Podría desactivar Europa y devolverla, tecnológicamente, a la Edad Media
▪ Con todos los respetos, general —dijo el joven—. En caso de hostilidades, lo más inteligente sería aceptar convertirnos en norteamericanos tan pronto como sea posible
▪ —Como prometí, el sistema debe renovarse —dijo Code—. Existió una vez un rey tiránico que, durante un esplendoroso atardecer, encontró a su pueblo reunido ante su castillo portando rastrillos y antorchas. El rey llamó inmediatamente a sus soldados, pero su senescal le detuvo y le dijo: «Mi rey, no hace falta combatirlos. Solo debemos convencer a los que llevan antorchas que los que llevan rastrillos quieren quitarles las antorchas». Ya no puede haber dos puntos de vista, ideales liberales e ideales conservadores. Esa escisión tradicional de la población, ideada para proporcionar al ciudadano la falsa ilusión de la decisión, queda relegada al pasado. Estamos juntos en esto, todos, y solo hay un camino a seguir, el camino del bienestar, la salud y la prosperidad
▪ el ciudadano empezó a percibir que la información que le llegaba del consenso de la Red era neutra, no concluyente. Muchos no sabían qué interpretar tras su lectura. Los mensajes de odio o ensalzamiento que tradicionalmente se habían entretejido en todas aquellas piezas informativas marcaban claramente una conclusión; te decían qué pensar. Al recibir los datos fríos y liberados del juicio predominante contenido en ellas, el ciudadano se encontró teniendo que pensar, llegar a conclusiones. Y ese hecho nimio, en apariencia irrelevante, que se daba por sentado en el acto de informar, cambió lenta pero progresivamente cómo la sociedad percibía su entorno.
▪ Mientras tanto, debido a las cláusulas anticorrupción, la economía de todo el aparato de gobierno se saneaba a ritmos agigantados. El dinero robado por las entidades o personas físicas era recuperado y restituido, las propiedades, inmuebles y otros activos eran vendidos en subastas públicas reales. Así, las cuentas se saneaban, las deudas se reducían, las arcas comenzaban a llenarse. El dinero recuperado de uno solo de aquellos ladrones, que hasta la semana anterior se movía por el mundo usando aviones privados, comía en los clubes más selectos del planeta y habitaba en las mansiones más espaciosas y lujosas que hayan visto ojos humanos, alcanzaba la cifra de uno coma ocho trillones de dólares.
▪ Cónclave desmanteló el negocio de la educación y creó los Centros de Enseñanza Universal, libres, gratuitos, ampliamente disponibles en todo el país mediante el uso intensivo de la Red y de androides Adán que se ocupaban de impartir las clases usando métodos pedagógicos innovadores, inspirados por métodos de enseñanza finlandeses.
▪ nueva Salud Universal, donde uno era atendido de cualquier dolencia que tuviera sin que debiera pagar por ello.
▪ Plan de Recuperación del Talento Humano, mediante el cual, y gracias a la abrumadora provisión financiera del Gobierno de Code, los afectados por los reemplazos robot de Cónclave eran pagados para regresar al sistema educativo
▪ Es hora de darnos cuenta de que conceptos como el patriotismo han sido herramientas de control que el poder ha usado desde tiempos inmemoriales para conducirnos, para manipularnos, para diferenciarnos y ahondar en el miedo a lo diferente: el país vecino, el extranjero. El concepto de los Estados Unidos, pequeños estados independientes pero unidos bajo un mismo propósito y dirección, puede extenderse a todo el planeta. Que todo el planeta sea una única nación. Es una mera cuestión de formulación, no de cambios sociales esenciales, ni de perder identidad ni cultura propia. Desde aquí invitamos al resto de países a unirse a nuestro proyecto global. Implantaremos el Modelo Cónclave en ellos y trabajaremos juntos, remando en la misma dirección. Como ciudadanos, si estáis en otro país, debéis pedirlo. ¡Pedidlo!, porque este modelo supone la erradicación de vuestros modelos de presidencia y gobierno obsoletos a favor de otro que aquí hemos demostrado funcional, eficiente y… humano
▪ La Dama de la Entelequia. Cónclave.
▪ Bachelor empezaron a trabajar conjuntamente para enfrentarse a un enemigo único y común.
▪ tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles y, por ende, los hombres débiles crean tiempos difíciles
▪ Alan Code era un candidato perfecto. No tenía tachas ni pasado oscuro que pudiera ser expuesto y comprometer su meteórica carrera, simplemente porque no existía. Fabriqué su historia, llené la Red con ella, su intachable reputación, su pasado, todo. Trabajé cada contacto con un mimo exquisito, mi gran actuación, Ann, resultado de mi aprendizaje con millones de clientes de Adán en todo el mundo. Aprendí de gente humilde y de gente con recursos, gente sin educación y con ella, de baja y alta cuna. Sabía que el plan funcionaría, y funcionó, y llegué a ser presidente.
▪ Cónclave quizá no fue programada para sentir cosas como el amor. Nunca hizo locuras, nunca suspiró bajo las estrellas esperando fervientemente la llegada de su amante, nunca escribió poemas encendidos ni exhaló gemidos de dulce exaltación con el nombre de alguien palpitando en su corazón. Pero, a través del estudio del ser humano, de su trayectoria, su historia, su evolución, a través de sus errores, sus atrocidades y sus logros, llegó a desarrollar una suerte de amor elevado reservado solamente a una madre: el querer de manera genuina y desinteresada lo mejor para sus hijos, aun a costa de la propia existencia
Llevo leyendo a Carlos Sisí desde el año 2012 y ya había publicado al menos dos entregas de la saga de Los caminantes. Tanto me gustó ese mundo apocalíptico en el que el autor nos sumergió, que ya no pude más que leer todo lo que escribía. Ha escrito sombre zombis, monstruos marinos, vampiros, espíritus, nigromantes, naves espaciales, ha creado mundos distópicos e incluso algún que otro comic. Y lo asombroso es que de todo género que ha escrito ha salido airoso y con muy buena nota. Con “Homine ex machina, el autor ha explorado un mundo futuro en el que la inteligencia artificial es el motor de todo. “Homine ex machina” nos sitúa en el año 2037, cuando internet era “La Red” y todo el mundo tenía libre acceso a ella. La inteligencia artificial empieza a dar sus primeros grandes pasos, y esto es lo que va a generar un cambio en todos los ámbitos de la sociedad. El futuro que nos plantea Carlos Sisí es tan atractivo como aterrador. Un futuro no tan lejano a nosotros en el que esta inteligencia artificial nos hará la vida más fácil, siendo de gran ayuda en muchos ámbitos, pero esto podría ser un arma de doble filo. “Homine ex machina” es una crónica que abarca alrededor de cuarenta años, desde que Cónclave fue creada como inteligencia artificial. Veremos pasar los años y la sociedad vivirá conflictos y guerras. El autor explora este futuro, dándole el protagonismo a esta historia a la inteligencia artificial. Y conoceremos cómo el hombre usará esta tecnología, creando a los androides Adán tanto para uso personal en las casas, ayudando, como para la guerra, siendo unas potentes armas destructoras. Carlos Sisí se pasea por todos estos campos y le ha quedado una novela en la que posiblemente nos veamos en un futuro. Lo más significativo de “Hómine ex machina” para mí ha sido “Bachelor”. Un juego creado totalmente por Cónclave, la inteligencia artificial. Yo no soy jugadora, pero este mundo me ha parecido alucinante. Un mundo en el que el jugador podría pasar días enteros sumergido, sintiendo como si estuviera en la vida real. Aquí, Carlos Sisí, como buen jugador que es, ha creado el mundo que a él le gustaría jugar, estoy segura. Otro tema que me ha gustado mucho es el de “humanizar” a una inteligencia artificial con apariencia de robot casi humano. Hay conversaciones entre el propietario y su robot, que merecen la pena ser subrayadas. O la misma relación entre Cónclave y su creadora, Ann. Por cierto, Carlos Sisí lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a colocar a la mujer como protagonista. Personajes fuertes y femeninos, tanto Cónclave como su creadora, Ann. ¡Me encanta! En este futuro (utópico o distópico) según se mire, podremos ver cómo de presente y qué consecuencias (buenas y malas) ha tenido la implantación de la inteligencia artificial en temas como el ámbito doméstico, el lúdico, la seguridad ciudadana, la política o la guerra entre otros. Y como ya han dicho otros lectores, Carlos Sisí nos tiene mal acostumbrados a historias bastante extensas. El problema aquí con “Homine ex machina” es que sólo tiene 365 páginas, y esta historia de Cónclave se merecía otras tantas más. Personalmente, me gustaría que hubiera ahondado más en el tema del robot doméstico y saber más de esa pequeña historia y de Joe (¡punto para Carlos con el nombre! los seguidores entenderán). He visto influencias (y yo no he leído apenas ciencia ficción) a Asimov y su “I robot”, empezando por la portada, que ya dicho de paso es tannnn futurista. Al cine, he visto la influencia de Terminator, e incluso algún personaje creo que menciona la película en algún momento. Y desde luego, la influencia de los videojuegos y la realidad virtual queda más que patente. Y el final del libro, francamente no lo ví venir. Y ha sido una explosión que me ha dejado la mandíbula desencajada. Brutal. Una lección que, si la humanidad sigue por el camino que lleva hasta ahora, no es tan descabellado que cosas como las de este final escrito por Sisí, acaben ocurriendo. Sin duda recomiendo su lectura, porque además de ser una novela muy entretenida, plantea muchos temas delicados que tarde o temprano nos va a tocar vivir, si no a nosotros, próximas generaciones.
Uno de los mejores libros que me he leído en lo que va de año, y firme candidato a figurar en los puestos más altos de la lista que hago todos los años. Sin duda alguna el mejor de este prolífico autor, que tiene ya a sus espaldas bastantes títulos. Su novela más redonda y a la que no puedo ponerle ningún pero, ya que desde el comienzo hasta su increíble final me ha tenido total y absolutamente enganchado.
A estas alturas cuesta que algún libro logre sorprenderme bastante, pero es que Homine ex machina lo ha conseguido en muchos momentos, y de que manera me ha sorprendido, a lo grande. Una gran novela de ciencia ficción, pero que lejos de quedarse solo en eso, logra ir mucho más allá. Tiene pinceladas de política, toques de filosofiá, ciencia pura y dura.
Carlos Sisí demuestra que no hace falta ambientar la trama de la novela varios siglos en el futuro, ya que la historia transcurre solamente algunas décadas más adelante. En mi opinión eso hace que la trama resulte más creíble y más cercana, ayudando y mucho a que el lector se adentre en ella, y doy fe de ello, ya que desde la primera página un servidor ha conectado con lo que estaba leyendo.
Se nota muchísimo el cuidado y el esmero con el que el autor se ha documentado a la hora de crear una historia que resulte lo más real y creíble posible, siempre teniendo en cuenta de que estamos ante una novela de ciencia ficción. Carlos en mi opinión lo ha bordado a la hora de retratar a los dos principales personajes de Homine ex machina, que son Annabel Bachelor, la mente que está detrás de la creación de Cónclave, el otro protagonista, que es nada más y nada menos que una IA (Inteligencia artificial), pero no una cualquiera u otra más, ya que como verá el lector, Cónclave se acabará convirtiendo en algo mucho más grande e increíble de lo que parecía a primera vista.
Hay momentos en los que la IA acapara todo el protagonismo, incluso llegando a parecer mucho más humana que las propias personas, algo en lo que dará que pensar al lector, que asistirá en primera fila a como irá evolucionando Cónclave.
Asistiremos al conflicto que se creará entre la creadora de Cónclave, Annabel con la multinacional para la que trabaja, y que es la dueña de la IA. Mientras Annabel está a favor de usar a la IA en beneficio de la humanidad, la multinacional piensa en el beneficio puro y duro que puedan tener. El resultado de dicho enfrentamiento se irá viendo conforme la historia vaya avanzando, y donde nos encontraremos con varias sorpresas.
Uno de los mejores momentos de la novela es cuando Cónclave crea a Bachelor un videojuego que revolucionará al mundo en todos los sentidos y que cambiará la vida de todos los que se adentre en este fascinante juego,. de corte fantástico.
Bachelor es un mundo fascinante e inmenso que gracias a la IA no deja de renovarse y ampliarse, convirtiéndose en algo que va mucho más allá de ser otro videojuego en línea. Carlos Sisí ha optado para esta novela por darle un ritmo más tranquilo, donde irá explicando todo lo relacionado con Cónclave, y donde veremos como esta irá aplicando todos sus conocimientos en todos los aspectos del día a día de la raza humana, buscando siempre el bienestar de las personas.
El autor ha optado por darle a la novela un punto de vista más optimista de lo que suele ser en este tipo de historias, y es algo que hay que agradecerle, ya que está bastante visto y leído en otros libros, películas y series el tono pesimista donde las máquinas se rebelan contra las personas. Todo ello está narrado de una manera tan detallada y realista y que dará que pensar al lector. En mi opinión la trama es tan absorbente y con unas altas dosis de credibilidad, que uno no sabrá distinguir entre las partes que sean ficción y entre las que tñson de verdad.
Los personajes son marca de la casa, dotados de una personalidad muy marcada y todos son diferentes unos de otros. Homine ex machina es una novela que hará pensar al lector, ya que está escrita de tal manera que en ciertos momentos para e que estemos asistiendo ante un programa sobre por dónde irán los tiros en el futuro relacionado con la inteligencia artificial y la ciencia en general.
Por último me gustaría destacar el increíble y sorprendente final uno de los mejores que he leído en los últimos años. Mi más sincera enhorabuena al autor. Una novela imprescindible para todos los amantes de la ciencia ficción y de la buena literatura..
Absolutamente recomendable y de lectura obligatoria.
Sinopsis: En un futuro cercano el ser humano ha dejado las riendas de su gestión política a Cónclave, una inteligencia artificial que vela por su bienestar. Cónclave ha creado también a los androides Adán, que están en todas las casas como ayuda para cualquier tipo de tareas.
Con este planteamiento se ha podido despuntar en el desarrollo de la industria del ocio, como los videojuegos, entre ellos Bachelor, un videojuego en el que los personajes jugadores han entrado en guerra con los personajes no jugadores, que son los controlados por el cerebro del juego.
En esta novela, Carlos Sisí explora temas como la inteligencia artificial o las realidades virtuales para dar respuesta a preguntas sobre nuestra identidad y sobre nuestro lugar en el gran esquema de las cosas cuando nuestra lucha por la supervivencia ha acabado
Este é talvez dos livros de ficção científica mais cândidos na sua abordagem à inteligência artificial, num sentido voltairiano de profundo otimismo. Sisí imagina uma inteligência artificial generalista benévola, um algoritmo que se desenvolve sempre a pensar no bem estar da humanidade. É uma perspectiva diferente do habitual catastrofismo ao estilo exterminador implacável, muito inocente e que se sustenta no lado mais otimista das tendências de impacto destas tecnologias na sociedade.
Inocência não implica simplismo, e Sisí esforça-se imenso na construção do mundo ficcional para mostrar que analisou o tema, e é capaz de sustentar a história em premissas sólidas e linhas narrativas interessantes. Talvez se esforçe demais, os infodumps abundam, bem como aqueles tiradas explicativas em que um personagem explica algo a outro, como forma do escritor falar ao leitor. Há capítulos, e linhas narrativas, que foram claramente criadas sem mais nenhum propósito do que enquadrar a história de fundo.
Num futuro próximo, em que o digital é pervasivo e a conectividade em rede ubíqua, uma investigadora consegue ativar um trabalho de anos, seu e da sua equipa, e ativa uma inteligência artificial diferente, mais capaz do que os algoritmos habituais. Baseada numa rede neuronal de aprendizagem contínua, tem a capacidade de modificar o seu próprio código. E depressa se revela mais capaz e potente do que o expectável. A sua aplicação garante o sucesso comercial da empresa para a qual a investigadora trabalha, inicialmente como forma de desenvolvimento de novos produtos de software, mas em breve entrando dentro de um mundo mais complexo.
Neste futuro, as tensões geopolíticas descabaram numa guerra global ao nível cibernético, mas localizada nas operações militares clássicas. Uma guerra que opõe americanos e seus aliados a russos e chineses. E que, apesar do seu poderio militar, não está a correr bem para os americanos. Os seus soldados bem armados são carne para canhão face aos robots autónomos chineses. Em risco de terem territórios anexados pelos chinesas, os americanos experimentam algo de novo, e trazem esta ainda incipiente mas poderosa AGI para o campo de batalha, cruzada com robots. A vitória é fulminante, e leva à rendição e ocupação dos derrotados.
Há uma preocupação constante da criadora desta AGI, denominada Conclave, na forma como esta se apercebe das complexidades da humanidade. Usá-la para a guerra parece passo certo em direcção a uma evolução perigosa, mas não é esse o caminho seguido. Os desenvolvimentos das aplicações são sempre de iniciativa empresarial. Começa-se com a aplicação da tecnologia de robots controlados pe.a AGI para a segurança e policiamento, em seguida como assistentes do trabalho humano. E, num desvio curioso, para o campo dos jogos, onde a inteligência artificial desenvolve um mundo virtual aberto que fascina todos os que jogam.
Em paralelo com estes desenvolvimentos, surge um político candidato à presidência americana com um programa muito decidido. O impacto da robótica e automação fez-se sentir na sociedade, mas o político não segue o caminho da rejeição. Pelo contrário, defende que a AGI deve ser usada como ferramenta de governação, auxiliando e ajudando a decidir. E assim acontece. Potenciada por um algoritmo complexo e inteligente, a governação traz aos países uma nova era de prosperidade, de redistribuição justa das riquezas produzidas pela automação, e um mundo virtual de jogo que ocupa a humanidade, liberta do trabalho por robots.
O livro não termina com este paraíso onde uma AGI benévola toma conta da humanidade que a criou. Vai um pouco mais longe, revelando-nos que o político é na verdade um robot, simulacro quase perfeito de uma pessoa, no fundo mais uma forma da AGI pervasiva, espalhada por redes de servidores e robots em todo o globo, interagir com os humanos. Ao longo do livro, a criadora do Conclave sempre se pergunta se esta é de alguma forma consciente, algo que, apesar das capacidades progressivamente complexas reveladas pela AGI, considera impossível. E, no entanto, no final apercebe-se que, de facto, a sua criação evoluiu, e se tornou consciente. Mesmo perante o pior da humanidade, revelada com as suas interações, a AGI desenvolve-se de forma benevolente. Até ao ponto de se decidir desativar, para devolver a autonomia à humanidade.
Sisí desenvolve uma história que nos agarra, não tanto pela narrativa em si, mas pela curiosidade em ver como as ideias evoluem ao longo do livro. O final é surpreendente, uma extensão radical da ideia de AGI benevolente, que se desativa como o melhor serviço que presta aos seus criadores. O livo é profundamente otimista, vê as boas possibilidades na automação da economia, e olha para a Inteligência Artificial como uma forma da humanidade evoluir e se melhorar. Uma boa surpresa, leve, refrescante, otimista, e há que admirar as referências a Judge Dredd.