¿Cómo se llega a ser juez? ¿Son los jueces tal y como creemos? ¿Les afecta personalmente el impacto de sus decisiones en la vida de los ciudadanos? ¿Hasta qué punto están politizados? ¿Quién juzga a los jueces? ¿Mandan los jueces en los juzgados? ¿Existe realmente una justicia patriarcal en nuestro país?
La magistrada Natalia Velilla responde a estas y otras muchas preguntas en Así funciona la Justicia , donde narra con todo detalle la realidad del trabajo diario en los juzgados, desde una visión crítica pero humana y empática, mezclando la reflexión experta con la divulgación, las ideas y normas con anécdotas y circunstancias vividas en carne propia.
En estos tiempos revueltos, donde se ha hecho tan habitual que los telediarios y las portadas de los periódicos abran con noticias de tribunales y juicios mediáticos, la confianza en la Justicia no atraviesa su mejor momento. La sombra de politización de jueces y fiscales, la sensación de que no todos somos iguales ante la ley y otros prejuicios arraigados entre gran parte de la ciudadanía son un caldo de cultivo propicio para el desapego y la desconfianza.
Pero esta situación es, en buena medida, consecuencia del desconocimiento que se tiene del tercer poder del Estado, el más desconocido y sin embargo el que constituye el último bastión de defensa de nuestros derechos como individuos y ciudadanos. Con este libro, basado en fuentes rigurosas y de primera mano, Velilla arroja luz sobre la administración de justicia en general y sobre los jueces en particular. Un libro más necesario que nunca, una lectura hoy imprescindible.
Es un libro que recomiendo totalmente a diverso público, pues bien es cierto que si tienes interés en el mundo de la justicia como es mi caso, te atraerá más, pero es una lectura muy amena y creo que necesaria para todos aquellos que no saben como termina de funcionar la justicia en nuestro país y sus distintos órganos internos y externos. En él la autora narra de una forma muy interesante desde su experiencia opositando a judicatura, como ha impactado en cierto modo el ser juez a su vida u opiniones personales de otro índole. (recomiendo tenerlo como segunda lectura y leerlo con calma)
Un libro divulgativo interesante. Yo lo he leído como abogado, por conocer la perspectiva de un juez. No comparto todas sus apreciaciones, pero al menos es un libro muy accesible y conciso que puede servir para acercar la Administración de justicia a los ciudadanos e incitar a la reflexión colectiva.
Libro tremendamente interesante para tener una buena idea de cómo funciona la justicia, que órganos tiene, que mecanismos de control tiene y qué fallos medibles y razonados.
Además, al entremezclar historias personales, a menudo muy emotivas, la lectura no se hace nada pesada.
A título personal, y con vistas a los tiempos que corren, me resulta impresionante que alguna vez fuera posible implementar un sistema tan complejo y bien pensado para mantener la separación de poderes y el control racional y objetivo de los excesos. Es, sin duda, el sostén último de la democracia y este libro ayuda a comprender este hecho.
Algunas de las ideas que propone Velilla para mejorar el sistema judicial:
1. Despolitización y meritocracia en el CGPJ Reforma del sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y otros cargos discrecionales. Se debe priorizar una meritocracia estricta basada en baremos objetivos y medibles, garantizando así una separación de poderes efectiva (como así lo reclama la Unión Europea)
2. Recursos para la ejecución de sentencias Dotación presupuestaria suficiente para asegurar que la implementación y ejecución de las sentencias judiciales sea no solo teórica, sino realista y sostenible en la práctica. Por ejemplo: la creación de centros permanentes para las personas con enfermedades mentales.
3. Política de comunicación institucional Mejora de la labor comunicativa del CGPJ, o bien la creación de un órgano específico encargado de la comunicación, para acercar la justicia al ciudadano y explicar las resoluciones de forma pedagógica. Resolviendo la indefensión actual del Poder Judicial.
4. Mejora de las condiciones estructurales y profesionales - Aumento de la planta judicial: Incrementar el número de jueces para reducir la carga de trabajo y la interinidad. - Carrera profesional: Mayor reconocimiento salarial, progresividad en la carrera y flexibilidad organizativa.
5. Protección de la independencia jurisdiccional Reducción de las injerencias de los cuerpos técnicos o administrativos (que dependen orgánicamente del CGPJ o del Ministerio) en la labor estrictamente jurisdiccional ("el trabajo puro") de los jueces.
6. Modernización tecnológica y estructural Agilización estructural y digitalización real de la Justicia. Es imperativo poner en común los sistemas informáticos y bases de datos de todas las Comunidades Autónomas para evitar la fragmentación (invertir mejor, no necesariamente más).
7. Responsabilidad institucional frente al populismo Establecimiento de mecanismos de responsabilización (¿legal?) para la clase política ante declaraciones infundadas o ataques populistas dirigidos a deslegitimar al Poder Judicial tras resoluciones polémicas.
8. Análisis crítico de la violencia de género Evitar la "automatización" de la causa de machismo en todos los casos de violencia de hombre hacia mujer; se sugiere analizar cada caso con rigor probatorio para evitar problemas derivados de generalizaciones legislativas.
9. Regulación de las "puertas giratorias" Prohibición del paso inmediato de la política a la judicatura. Se propone establecer un periodo de enfriamiento o "gardening leave" de al menos 3 años para garantizar la apariencia de imparcialidad al retornar a la carrera judicial.
Como estudiante de Derecho, me ha resultado extraordinariamente útil para definir mi futuro postuniversitario. Además, creo que cualquier ciudadano debería de leer las reflexiones de Natalia Velilla para descubrir las carencias y el abandono que sufre la Administración de Justicia de nuestro país, sin que sean los funcionarios de la misma los culpables de ello.
Me ha acercado al funcionamiento de la justicia de forma amena y cercana. No pongo 5 estrellas porque, sobre todo hacia la última parte del libro, he sentido que muestra contínuamente una opinión muy corporativista, tratando en todo momento de no incomodar a compañeros de profesión ni decir nada que le pueda ser reprochado.
Absolutamente esencial para cualquier persona interesada en la carrera judicial, y muy recomendable para cualquier agente jurídico.
Escrito con precisión, diferenciando perfectamente los elementos objetivos (como por ejemplo ciertas previsiones legales) de sus apreciaciones subjetivas, fundamentadas en todos los casos
La autora nos acerca a un mundo, el de los juzgados,al que la mayoría de las personas no tenemos acceso. Para ello utiliza un lenguaje claro y preciso pero al mismo tiempo alejado de pedanterías. Mi más sincera enhorabuena.
Si quieres saber cómo se hace uno juez y cómo trabajan los jueces, este libro sirve de introducción. Por lo demás, no le he encontrado nada especial. Anécdotas hay pocas, la voz de la autora es un poco seca. En fin, legible pero nada especial.
Natalia Velilla acerca al ciudadano lego a conocer la figura del juez y muestra a los diferentes operadores jurídicos otra visión de la actividad desarrollado por jueces y magistrados.
Es un libro bastante ameno, muy interesante, que te acerca desde la perspectiva de la autora - jueza - al mundo de la Justicia. Se lee bastante rápido y es entretenido
Este libro es una fantástica aproximación a una carrera judicial, o en el mundo jurídico, para quienes estudian o fantasean con la vocación del derecho. Natalia recopila, con sinceridad y con método, todo su viaje por la carrera judicial desde sus años en la universidad, produciendo un relato por momentos emotivo y en otras ocasiones racional y motivado, de las vicisitudes de la vida de un juez. Natalia hace también un repaso metódico y ecuánime de las dificultades, los éxitos y los desafíos que los profesionales del derecho y el mundo de la justicia enfrentan en la actualidad; desafíos que importan, y mucho, a nuestra sociedad, por cuanto forman parte de nuestro material de vida diario. Sus observaciones y sus propuestas suenan siempre veraces, meditadas, reflexivas, e invitan a que los lectores pensemos también en la necesidad de hacer una justicia mejor para tener una comunidad mejor.
Gran trabajo de la magistrada Natalia Velilla en la que humaniza la figura del magistrado explicando las motivaciones que la condujo a ser Juez en España, las preocupaciones del propio Juez, las vivencias del día a día con alguna anécdota profesional y las preocupaciones del Poder Judicial, utilizando la obra como modo de protesta por algunas injusticias que se producen dentro de los tres poderes del Estado