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248 pages, Kindle Edition
First published June 1, 2020
Me encuentro de nuevo con Petros Márkaris en la selección de novela negra de mi biblioteca, y decido pasar un rato en buena compañía, con el comisario Kostas Jaritos, los miembros de su equipo, e incluso su familia, que forma parte ineludible de las tramas de esta serie policiaca. Además, descubro que hay otro personaje que protagoniza parte de la novela, Lambros Zisis, un viejo activista de izquierdas, amigo del comisario Jaritos y promotor de una serie de concentraciones para concienciar sobre la pobreza, que consiguen aglutinar a inmigrantes y refugiados de diversos orígenes, así como a griegos de clase media empobrecidos a raíz de la crisis de 2008.
Con ese doble protagonismo, la novela avanza en paralelo entre la investigación en curso de dos asesinatos de inversores extranjeros y la organización de las diferentes concentraciones sociales, con sus debates asamblearios, la inmersión en los diferentes colectivos que participan y sus problemas, incluido el de la aparición de la extrema derecha como elemento disruptivo. Entre medio, las deliberaciones entre Jaritos y Zisis en cenas compartidas en la casa del comisario o en la de su hija, cuyo primer vástago ha recibido el nombre de Lambros en honor al activista y amigo.
Así, la narración se desenvuelve en un ambiente cargado con el misterio del móvil de los asesinatos y la investigación en el seno de un equipo bien coordinado, y a su vez sumergiendo al lector en las contradicciones de la sociedad griega sobre la inmigración, los refugiados y la constatación de la pobreza en amplias capas de la sociedad. Por otro lado, el contrapunto del clan Jaritos ofrece la vida cotidiana en la unidad más tradicional de cualquier sociedad: la familia. Ese es quizá uno de los aspectos más disfrutables de esta serie, su inmersión en la sociedad griega hasta el nivel de intimidad que proporciona el discurrir diario de una familia. Que, a su vez, participará, de una manera u otra, en el desarrollo de los acontecimientos.
Una vez más, Márkaris consigue emocionarnos y mantenernos en la intriga hasta el final en este inteligente y muy recomendable entretenimiento, siempre con las adecuadas dosis de humor, un disfrute añadido.