El ultimo día de agosto de 1945, un pastor descubre a cuatro jóvenes muertos en el antiguo adoratorio inca de Sacsayhuamán; su sangre ha teñido la nieve que cayera sobre la región después de doce años y su asesinato desata un torbellino de rumores que termina encubriendo la verdad. A partir de este misterioso caso y a través de la historia de una mujer nacida el año 1900, la sangre, el polvo, la nieve realiza un recorrido por la agitada vida cultural, social, y política del Cusco en la primera mitad del siglo XX hasta la irrupción del terremoto de 1950, como metáfora del rendimiento de las historias ocultas de esta novela.
Karina Pacheco Medrano es doctora en Antropología de América y experta en Desigualdad, Cooperación y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado numerosos libros y artículos especializados en temas de cultura, desarrollo, racismo y discriminación. Como escritora, en 2006 publicó su primera novela, La voluntad del molle; el año 2008 ganó el Premio Regional de Novela del Instituto Nacional de Cultura de Cusco con No olvides nuestros nombres; en 2010 publicó la novela La sangre, el polvo, la nieve, así como su primer libro de cuentos, Alma alga. En 2012 publicó Cabeza y orquídeas, obra ganadora del Premio Nacional de Novela Federico Villarreal 2010. El año 2013 ha publicado el libro de cuentos El sendero de los rayos y la novela El bosque de tu nombre.
Ha sido una lectura intensa, dolorosa y muy compleja que te deja con la sensación de que no hemos avanzado mucho como sociedad respecto al tiempo en que está ambientada la historia y lo mucho que debemos trabajar para dejar este pozo de desigualdad, discriminación e injusticia que aun nos resulta tan tristemente familiar.
Van tres seguidos de Karina Pacheco, y estoy encantada no tengo las palabras para explicar todos los sentimientos que me causan sus historias. En este libro nos encontramos a Giralda, una mujer luchadora con la que empieza el siglo XX, ir en contra de su familia por seguir sus estudios, ademas de mostrarnos el Cusco entre inicios de siglo hasta 1950 año en el cual mi bella ciudad sufrió una de la peores catástrofes de la naturaleza y se perdió mucho de la antigua ciudad, nos muestra ademas las injusticias que sufrían los campesinos ante los hacendados, un libro que me dejo ganas de buscar mas libros sobre la historia de mi Cusco de principios de siglo XX. Gracias Karina por este maravilloso Libro.
Empecé el libro creyendo que era un libro policial (es que casi no leí la descripción), pero me encontré con una joya narrativa que describe al Cusco del siglo XX, con su clasismo, roces políticos, machismo y racismo. No soy de reseñar los libros por acá, pero no tiene otras reseñas y me parece importante difundir la obra. El hijo de la protagonista nos narra tanto en primera persona como narrador omnisciente la vida de su madre, Giralda, que nace junto con el siglo XX bajo una familia bien posicionada, de la que se irá alejando cada vez más por el amor prohibido, diferencias políticas, morales y humanas. Es increíble, me lo leí en un día y realmente lo recomiendo muchísimo; giros inesperados y una de esas historias que duelen y emocionan porque no es necesario buscar mucho para encontrarlas en la vida real.
Está bien escrito. No lo he disfrutado, pero ese es el punto, que incomode. Mi ciudad permanentemente soleada en mi memoria en la novela parece estar permanentemente cubierta por la nieve, el polvo, la sangre. Esa atmósfera oscura a ratos triste, nostálgica y a ratos indigante, con breves chispazos de vida que se sabe serán efímeros, está siempre presente.
El punto de vista narrativo está bien escogido: la mayor parte es desde el punto de vista del hijo de la protagonista hoy, mientras que lo que narra está firmemente anclado en el siglo XX, lo que le da distancia al relato, tiñe de cierta melancolía todo y deja la sensación de que nunca conocemos realmente a Giralda porque es vista desde otro personaje, porque rara vez tenemos certeza de lo que realmente pasaba por su cabeza. Hasta el punto en el que cambia brevemente a la primera persona de Giralda, también acertada.
Como dice la contraportada la novela está llena de elementos simbólicos, y seguro no los he visto todos. No todo queda claro, no hay narración omnisiciente que todo ve y todo lo sabe, aunque aquí y alla hace su breve aparición, es como la vida misma, muchas interrogantes quedan sin respuesta. De una forma original y arriesgada tiene una estructura que funciona y permite que se abran y cierren círculos, misterios, arcos de historias que se entrelazan, todo está relacionado, a veces un detalle parece menor y luego resulta importante. Los saltos en el tiempo están bastante bien y entran en los momentos justos.
A mi me ha dejado la sensación de estar viendo algo a la vez familiar y a la vez lejano, y me ha resultado desgastante, porque narra la vida de alguien que en primera persona o de cerca vivió mil injusticias así que constantemente es frustrante, indigante. Lo peor es que es muy realista. Podría haber sucedido sin duda.
Lo compré por tres razones: se desarrollaba en Cusco, pensé que era contemporánea y parecía girar en torno al misterio de un asesinato. Todo impresión mia, resultó equivocada, no en un mal sentido, solo no es lo que pensé del primer párrafo de la contraportada. Ciertamente sucede en Cusco, pero en un tiempo tan remoto que no me resulta familiar, no parece centrarse en el crimen al que se alude al principio, aunque si en multitud de otras injusticias y crímenes, Spoiler alert [si se llega a contar sobre ese crimen en particular pero ciertamente no desde una perspectiva de novela poliaca que por un momento pensé].
Me ha parecido un buen libro, pero muy honestamente no tengo ganas de tanta depresión en solo 250 páginas asi que no creo que vuelva a leerlo pronto o vaya corriendo a buscar otros libros de la autora, pero está muy bien escrito. Dependiendo lo que cada quien busque, es recomendable.
Tiene una trama atrapante desde el principio, aunque en ciertos giros me pareció forzado tanto dramatismo. La recreación histórica es muy creible. Los personajes revelan de a poco sus historias, las cuales por momentos tienen una carga emocional muy fuerte. A su vez la historia de la ciudad y del pais durante el siglo XX develan que el avance y retroceso se pelean por predominar en un país con enormes contradicciones.
Karina Pacheco es una de las voces más prolijas de entre las escritoras que empezaron a publicar en ese siglo XXI. Su tema no es uno menor, sino por el contrario uno muy ambicioso, de largo aliento y a veces parece que fuese una guerra perdida ante tanta indiferencia y frivolidad: la lucha por la memoria, el cual ocupa un lugar central en la bibliografía de Pacheco Medrano, y además es de vital importancia en la construcción de una idiosincrasia todavía raquítica como la de nuestro país. Y llega a este tema a través de otro muy sensible también: las relaciones familiares y la violencia de género.
La sangre, el polvo, la nieve nos cuenta la historia de Giralda Loayza pero desde la perspectiva de su hijo, quien en la vejez evoca los tiempos en los que aparecieron los cuerpos de cuatro jóvenes cusqueños asesinados en los alrededores de Sacsayhuamán, en agosto de 1945. Este hecho sirve como disparador de una serie de eventos que el narrador nos va contando y que involucran a su familia en acontecimientos sangrientos desde los tiempos de su bisabuelo Julio César Loayza, comerciante, expeón de hacienda, que tiene tras de sí un prontuario de crímenes que llegan a su punto más terrible en un pequeño establo del tercer patio de su caserón cusqueño.
Esos crímenes, cometidos a mediados del siglo XIX proyectan su sombra sobre la famillia de Giralda hasta desembocar de forma trágica en 1950, momento en el cual ella pone punto final a ese legado de vejámenes acallados.
El hecho de que el punto de vista sea el del hijo llegado a la vejez le da un añadido a la historia. Es un hijo varón quien cuenta una historia de mujeres que si bien no eran desvalidas cada una por distintos motivos tuvo que aguantar humillaciones o silenciar abusos, incluso tuvieron que callar la consumación de las revanchas. Esas eran cosas que no se les podía perdonar con facilidad a las mujeres que se atrevían a tomar las riendas de sus propias vidas. Acierta aquí Pacheco en mostrarnos una historia sin pretensiones de «empoderamiento»tan de boga en estos tiempos de corrección política.
Como lector, me atrae ese hecho de ir descubriendo la tragedia familiar a través de las palabras del hijo de Giralda pues él va procesando toda esa información desde su propia experiencia como hijo, padre, y ahora anciano, sin el apasionamiento ni el ímpetu de alguien que, de haber tenido oportunidad, quizá en vez de poner punto final al historial de crímenes, hubiese tomado venganza por sus propias manos.
La historia de la familia Loayza, como demostración de la pluma de Pacheco, está muy bien construida y difícilmente el lector le pierde interés a su relato Pacheco no concede nada. Su prosa es cuidada pero no por eso deja de ser honesta. Quizá el inicio de la novela sea un poco débil porque puedes creer que hay una mayor implicación entre los muertos en Sacsayhuamán y la familia Loayza, pero la verdad no hay tal. Creo que ha sido así ex profeso, pues solo necesitábamos de una excusa para seguir atentos a la historia familia de Giralda. Y por más que la historia se vea afectada por pequeñas licencias y disquisiciones de la autora, rápidamente vuelve a lo que importa en esta novela.
Uno de los grandes momentos de esta libro es toda la tensión que la autora puede crear acerca de ese siniestro cuarto en el tercer patio de la casa. Inclusive la descripción de esta casa y la explicación de lo que rodeaba a cada patio. Buena resolución para esta casa. Buena catarsis de Giralda y conmovedor adiós al padre. Realmente una escena muy potente que nos habla no solo del dolor de una familia, sino también de toda una época que no debemos olvidar en que la injusticia social era invisible y muchos murieron tan solo reclamando lo que les era suyo por derecho.
Cuatro jóvenes son hallados muertos en Sacsayhuamán... Con este acontecimiento inicia el relato de un hijo, quien va contando la historia de su madre, Giralda, una mujer nacida en Cusco en 1900... La que parece ser una historia policial termina siendo la dura historia de vida de una mujer, quien, aun gozando de muchos privilegios, vive momentos sumamente dolorosos, injustos, crueles. Es mi primer encuentro con la obra de Karina Pacheco Medrano y me ha encantado. No es una historia sencilla, pero su lectura es necesaria para entender cuánto hemos avanzado o no...
Pareciera que es una simple novela negra, pero es una trama marcada por secretos familiares, un crimen múltiple y el retrato de una mujer fuerte. A través de esta novela (muy bien escrita), se vislumbran las injusticias, la represión política, la discriminación y la violencia de la sociedad de Cuzco durante principios del siglo XX.
Gratamente sorprendida con este libro. Mi primer Pacheco.
3️⃣ Leer los libros de Karina Pacheco Medrano siempre es un placer, este libro fue impresionante y doloroso, el hecho de que todo se situe en Cusco lo hace más intenso, pues soy cusqueña y conozco algunos de los lugares que se mencionan en el libro y la historia que tenemos ya sea como país o ciudad como lo que sucedió en 1950.
Me encantó como esta escrito, conocemos el pasado y el presente, este libro me hizo llorar mucho, exactamente en una escena que es horrible y triste, dolió mucho.
《Los lugares en sí nunca eran de temer, sino las cosas que los hombres son capaces de infligir a otros en ellos》
Karina es la mejor escritora que he podido conocer en estos años 🌿❤️ espero seguir leyendo más libros de ella.
Contada por el hijo de la protagonista, nos muestra un poco de la sociedad cusqueña en los tres primeros cuartos del siglo XX.
El hilo conductor que nos empuja en la historia son los secretos familiares y cómo se entrelazan con un asesinato múltiple y la vida de una mujer fuerte e independiente. Vemos injusticias, represión política, discriminación, violencia, pero a su vez, arte, música, esperanza.
Al final no me quedaron claras algunas motivaciones, pero dentro de todo, la historia me envolvió.
Este es el tercer libro que leo de Karina Pacheco, sus historias tocan demasiado y su prosa tiene una capacidad de despertar tantos sentimientos a lo largo de la lectura mientas que al mismo tiempo va denunciando los lastres de la sociedad peruana como el racismo, clasismo, machismo, etc.