TRECE es una bomba atómica. Un número prohibido que esconde toda una revolución dentro. A través de una exquisita prosa poética y con un hilo conductor, la nostalgia por nuestra niña interior, la autora nos guía, mediante versos y besos dedicados a todas las personas que alguna vez soñaron con cambiar el mundo, hacia un fascinante viaje por aquellos lugares donde alguna vez nos dejamos un trocito de nosotros mismos.
Trece se trata de un poemario en el que la poeta nos vuelve a demostrar su don con la palabra y su evolución con las letras, dejando pequeñas pistas de la influencia que los grandes poetas de nuestra cultura han tenido en ella. Escritos para su niña interior - la cual me parece una expresión puramente enternecedora -, Angulo se muestra ante el lector con total humildad y transparencia.
Personalmente, en estos poemas he encontrado una seguridad - aun cuando habla sobre caos - y confianza - aun cuando algunos están escritos en pleno confinamiento - que demuestran la madurez de la poeta. Conociéndose a sí misma, reconoce las cicatrices del dolor pasado y acepta que lo que no te mata te hace más fuerte.
Esta vez no puedo decir que me pille desprevenida la alta calidad de esta poeta, pero sí que he disfrutado bastante con sus versos. Por ello, dado que no soy una gran entendida de la poesía, no dudo en recomendárselo tanto a aquellos amantes de la poesía como de la prosa.
Y no es meter presión ni nada... pero tengo curiosidad y muchas ganas de descubrir el siguiente proyecto literario de esta poeta.
Después de su primer libro, Non omnis moriar, Rocío vuelve a regalarnos sus palabras, en un viaje de emociones y redescubrimiento. Pese a no ser muy aficionada al género de la poesía, este libro me ha atrapado desde la primera página, haciéndome sentir todos y cada uno de los poemas. Con una pluma preciosa, la autora nos habla del amor y la fugacidad de la vida en este homenaje a su niña interior en el que seguro que muchos nos podemos sentir identificados. Rocío tiene el don de transmitir mucho a través de una pluma sencilla y tierna. La verdad es que leí este poemario en un suspiro, aunque saboreando poco a poco sus palabras. Os lo recomiendo mucho tanto si sois amantes de la poesía como si no estáis acostumbrados a leer poemarios.