En cincuenta y cinco fragmentos breves, Clara Muschietti compone un relato que se mueve entre la narrativa y la poesía, asumiendo la dificultad de conciliar nuestra experiencia con lo que se entiende por normalidad. «Te ponen en el mundo y no te enseñan algunas cosas, y vas así con lo aprendido. Y de golpe pareciera que hablás otra lengua. Te mirás en el espejo para entender y ninguna de las partes de tu cara tiene una respuesta.» Una enfermedad crónica, cuyos síntomas son solo «la punta de un iceberg», moviliza a la narradora a realizar una exploración interior donde pesan tanto las palabras como los silencios.
Es breve, así es que lo leí en una noche. Me encantó. Lo leí de nuevo al otro día y lo encontré todavía mejor.
Hay fragmentos graciosos, otros muy tristes, otros que creo que no entiendo realmente y otros con lo que me identifico. Uno pasa rapidísimo por esas sensaciones, porque son solo fragmentos, a veces de dos líneas. Lo maravilloso en todo caso es la atmósfera que crea el libro a partir de pequeñas alusiones, de descripciones parciales, bromas, cambios en la sintaxis. Al final, no sabes exactamente qué le pasó a la voz que narra, pero sientes que entiendes. Y que está bien entender sin saber.
Un día aprendés a nadar y nadás y nadás y nadás. Cruzás toda el agua y te quedás en esa costa porque ahí parece que todos hacen más o menos las cosas como vos. Hasta que crece la marea y todos hacemos el mismo gesto inútil.
Poemas o relatos cortos. Como en casi todo, no importa el qué sino el cómo. No siempre es fácil conectar en pocas líneas, menos cuando se intenta crear una atmósfera cargada de misterio. ¿Es una misma narradora? ¿Es una misma historia? ¿Son dos? ¿Son tres? No se entiende, pero no importa. Comprendes en la confusión.
Este libro me recuerda a ese momento que marca la amistad real, que es cuando un -hasta entonces- conocido llora desconsoladamente en tu hombro soltando frases inconexas. En ese caos hay un conocimiento mutuo, único momento donde el lenguaje se supera y qué más da lo que se puede decir porque el dolor pasa a ser una experiencia común.
Partí desconfiada y terminé encontrando oro.
Al final la recomendación es la de siempre: vida normal.
"Cuando vuelve un olor, vuelve todo" "Una vida buscando el origen de la angustia" "Desde acá se ve el mar, camino un poco más y lo huelo. Camino un poco más y lo toco. Camino un poco más y me sumerjo. Camino un poco más y me muero." "Tengo un órgano de más. Se llama melancolía. A veces me salva, a veces me hunde."
La idea del dolor que acerca a la muerte es fantástica. En algunos fragmentos derechamente se habla sobre episodios en que la autora se ha enfrentado a la muerte, como espectadora. Libro conciso, al que (a mi parecer) le sobran silencios.
"Tengo un órgano de más. Se llama melancolía. A veces me salva, a veces me hunde. / Desde acá se ve el mar, camino un poco más y lo huelo. Camino un poco más y lo toco. Camino un poco más y me sumerjo. Camino un poco más y me muero"
Algo tienen estos fragmentos que parecen equilibrarse entre lo normal y lo poético. Pero quizás lo normal es más poético de lo que creemos. Entonces este libro no es un equilibrio, sino una absoluta normalidad que nos acompaña, nos identifica y nos plasma.
Yo no estaba preparada para esto. Empecé a leer sin saber mucho más que una de las frases que estaba en la contraportada, que fue el porqué me llamó la atención y wow. Lo encontré en la sección de novedades de la biblioteca de santiago y wow. Lo quiero, necesito tenerlo, rayarlo y leerlo cada vez que no me sienta comprendida. Es sobre -en su mayoría- tener una enfermedad crónica *ejem tengo dos hasta el momento* y me sentí muy identificada con muchas de las situaciones que contaba, le saqué fotos a varias (porque no lo puedo rayar) así que lo recomiendo. Me encantaría insertar las frases que más me marcaron, pero lo encuentro injusto -en este libro- prefiero que lo lean por primera vez y se sorprendan.
2021, me lo regalo un amigo que a pesar de no saber sobre literatura pero si saber que a mi me encantaba leer, se tomó el tiempo de buscar un libro que me interese, y eligió muy bien porque el libro tiene pequeños relatos sobre la muerte, sobre la angustia y la nostalgia, sobre la vida, y la enfermedad. 2025, hoy en día ese amigo se convirtió mi novio y siempre voy a estar agradecida porque que más felicidad hay cuando te regalan algo conociéndote.