Mucha madre, de Andrea Fuentes, crea este libro polifónico en el que, mujeres de diversos orígenes, reflexionan sobre la maternidad. Algunas lo hacen desde el deseo de poder concebir sin lograrlo, otras sobre la crianza, unas más sobre cómo maternan, otras sobre la edad, la lactancia, es decir, sobre lo que implica ser madre, dando pie a charla diversa en opiniones y circunstancias.
Mucha Madre brota como vislumbre para pensar nuestras maternidades, para cuestionar aquellas que hemos heredado de sistemas de dominación diversos, las construidas para borrar y a la vez instituir, las que se nos compele a llevar a cabo como una realidad o como un hecho. Subvertir estas maternidades hegemónicas es un deseo genuino, primordial, que nace de lo más íntimo y debe navegar hacia lo más público: la maternidad es política.
Mucha Madre se escribe antes de toda lectura y teoría para apropiarnos de nuestra práctica de maternar, para entender y extender ante lo dicho y lo experimentado; para dar lugar a la voz que surge de lo profundo en cada quien, para ser un libro-espacio de diálogo en el cual elaborar, desde la escritura, nuestro ser madres: la transparente y caleidoscópica experiencia de la maternidad.
Mucha Madre quiere imaginar la libertad para configurar un territorio fértil donde crezca la elección de cómo y cuándo serlo. Es mucha madre ser madre y es mucha madre no ser madre y es mucha madre ser mujer y poder elegir lo que se quiere ser y abrazar el “quiero” tanto como el “no quiero ser madre”. La maternidad no existe. No hay una maternidad: hay múltiples maternidades, porque cada madre y cada contexto en que se es y se existe como madre es diferente; cada posibilidad y utopía son infinitas.
No le pondré rango de estrellitas porque no quiero predisponer a nadie a partir de estas, aunque sí dejo mi experiencia leyéndolo por si alguien coincide…
Es un libro chulísimamente diseñado e ilustrado. Tenía muchas ganas de leerlo y quería que me gustara tanto como verlo, pero en general me costó trabajo transitar sus páginas. Tuve que releer varios párrafos en algunos textos para tratar de comprender ciertas ideas, escritas desde un lugar intelectual que no es el mío. En otros, me perdí entre ideas dispersas. Eso impidió que pudiera conectar emocionalmente con los escritos (que es como yo me relaciono con las lecturas) y fue minando mi interés.
Escrito lo cual, me parece muy relevante que se abra espacio a escribir/reflexionar sobre distintas perspectivas de la maternidad (sin importar si a una le resuenan o no).
Me quedo en la mente con el texto de Ave Barrera, “Ser o no ser madre”, que sí me detonó un montón de reflexiones y varias partes de “Por qué no les quiero contar lo que se siente ‘ser mamá”, de Pilar Villela, donde habla sobre el impacto de los trabajos de cuidados y quién los realiza.
Lo que es ciertísimo es que no hay una sola forma de maternidad, hay muchas, muchísimas. Tenerlo claro abona a nuestra convivencia. <3
Madres solteras, madres que son madrastras, madres que nunca se imaginaron siendo madres hasta que lo fueron, madres que trabajan y mujeres que decidieron no serlo. De todo esto se trata la compilación de textos que hace Andrea Fuentes donde hay plumas como Ave Barrera, Gabriela Jauregui, y muchas más que son el centro de la literatura femenina contemporánea.
Desde su lugar cada una de ellas escribe de su maternidad, de sus dudas, de sus miedos, de sus enojos, desde su centro al exterior. Todos los relatos tienen algo de poderosos, ya sea por la forma en que se embarazaron, por la forma en cómo se enfrentan a sus profesiones pero no desde el lamento sino desde la frustración, o la rabia o el enojo.
Una mamá que es despedida en plenos 6 meses de embarazo. Otra madre que sabe que serse soltera con un hijo es cavar la tumba social. Otra mamá que creo una familia nuclear fuera de todas las reglas de la sociedad. Otra mamá que respeta tanto a sus hijos que prefiere no hablar de ellos, Otra madre que tiene que ser madre para otros hijos que no son de ella.
Y de los más poderosos me resultó uno donde ella dice que si su perra no se hubiera muerto, ella no hubiera sido mamá porque la muerte permite la vida. Qué poderoso y qué maravilla que una cosa desate otra.
Mientras que otro texto, una de ellas explica que decide que no quiere ser madre y que esto responde a que también no serlo es cuestión de privilegio. Y que desde ese privilegio de la no elección nuestra amistad con las sí madres, no debería de convertirse en una piedra, si no en un puente donde las no madres sigan existiendo en ese universo de las sí madres porque ambas se siguen complementando
*Otros brazos que carguen, la maternidad en colectivo es la única salida para no claudicar*
Crear espacios colectivos como mujeres en tiempos de pandemia es un acto de resistencia y justicia.
A mí me gusta subrayar. Subrayé poco. Las ilustraciones a veces me gustaron más que el texto. Algunos ensayos más que otros. Unos no me dijeron nada. Falta diversidad de voces, creo yo. Pero está padre, la edición es muy chula.
Disfruté muchísimo este libro. Como bien dice en la descripción hay múltiples voces de quienes escriben e ilustran. Es bellísimo en texto y en imágenes visuales. Vale mucho la pena adquirirlo y/o leerlo en físico (desconozco si existe en formato electrónico).
Son ensayos que naturalmente me hicieron reflexionar como padre, y también me hicieron reír a carcajadas (Pilar Villela). Son intensas las emociones al leerlo.
No todas las que escriben/ilustran son madres y todas son extraordinarias mujeres que comparten su experiencia, o no, pero de ninguna forma te dejarán indiferente. Serás un mejor ser humano después de leerlo, admirarlo.
No es que al leerlo sepas lo que tu pareja (si la tienes) experimenta al ser madre. La experiencia es única. Y es una lectura que, como hombre, te hará mas empático a la experiencia particular de mujeres a tu alrededor, sean o no sean madres, quieran o no serlo.
Creo que esta es una de mis lecturas sobre la maternidad favoritas. Las experiencias que cuentan son muy sinceras y reales y no se centran tanto en la idea del amor, como sí lo hacen en la imposición social que hay al respecto y en explicar cosas que quienes no somos ni esperamos ser madres, no podríamos entender si no se nos cuentan (y ya sabemos como es tan fan la gente del "tienes que vivirlo").
Además de eso, la edición del libro es super bonita. Vale totalmente cada peso que cuesta, no solo por el contenido, sino por la dedicación de editoras e ilustradoras para crear un libro que da gusto de hojear.
¡Wow! Es una verdadera joya este libro. Es una recopilación de testimonios de mujeres hablando de como viven su maternidad o de como han decidido no vivirla.
Es conmovedor, revelador y sobre todo es, así, sin más. Hay tantas cosas que no se hablan de la maternidad, y que deberían de ser contadas, dejar de ser tabú. Las cosas serían muy diferentes si nos atreviéramos a decir lo que se dice en este libro que no es más que lo que pensamos pero por miedo a ser juzgadas no lo hacemos.
¡Es un libro precioso! Precioso por la edición: el papel, la tipografía, los colores, las ilustraciones, tooodo, me encantó. Precioso por el contenido que cada uno de los textos que lo conforman nos aporta en el tema de la maternidad. 💓💓💓
Esta es una colección bastante heterogénea de experiencias en la maternidad. Algunas de las escritoras mantienen su distancia de las lectoras, mientras que otras nos acercan mucho más a su experiencia. Violeta Celis recuerda mucho a Rivka Galchen y su puma en Pequeñas labores, mientras que Ave Barrera medita acerca del vilo en el que viven las no-madres y su posición en la sociedad. Algunas aportaciones me dicen más a mí personalmente que otras, pero eso solo habla de lo que recalcan y retoman las propias autoras en la sección final, en el manifiesto de madres en pandemia: «la maternidad es una experiencia singular, no universal».
“Mis mujeres me enseñaron a confiar, en su amor, en sus diversas experiencias, en nuestro lazo. Mi maternidad se dejó querer y cuidar y ese miedo que había sentido se diluyó.”
“No se desea lo que no es posible imaginar.”
“Criar no debería ser bajo ninguna circunstancia, una tarea en solitario.”
“El posparto es para siempre.”
#bookquotes
Mucha Madre se construye sobre una premisa que asegura que la maternidad es política. Con esto como base, se despliegan más de diez textos diferentes que además de profundos están bellamente ilustrados. Desde diferentes trincheras estas mujeres nos cuentan sus experiencias con la maternidad, desde la honestidad de sus corazones en donde lo que prima son sus intentos, sus vivencias, sus sueños y deseos de cómo debe ser este proceso que tiene inicio, pero quizás nunca fin.
Las antologías de mujeres que se levantan en armas pluma en mano, siempre han sido un deleite. En esta ocasión no tenemos la excepción a la regla, ya que prácticamente todas las entradas resultan entrañables y con seguridad acompañaran a lo largo del tiempo. Este es el tipo de libros que deben comentarse, compartirse, regalarse.
Este libro tiene algunos tesoritos. Lindo leer diferentes voces, me maravilla la diversidad de lo que somos. Me hubiera gustado leer más historias de no-madres (solo hay una, a pesar de que en la introducción habla de madres y no madres).
Después de 2 años lo pude leer. Las ilustraciones son bellísimas y algunos relatos me gustaron mucho. El de Sara Schulz me pareció bello y también disfruté el de Ave y Jazmina Barrera. Es difícil dar un rating cuando las autoras te hablan desde un lugar tan personal como lo es la maternidad. No se les puede juzgar porque son viajes tan diversos con algunos caminos tan comunes que no es posible evaluar. Sin embargo, por ahí hubo un par de relatos que de plano mi inteligencia quedó corta. Parecían palabras rebuscadas con contexto rimbombante que tenía que regresarme a leer varias veces. Me pasó sobretodo con la interacción entre Gabriela Jauregui y Luisa Fuentes (Neta, ¿qué es eso? ¿¿¿Qué dijo???) Dicen que los libros te llegan en ciertas etapas de la vida. Creo que quería buscar complicidad en este y la verdad que no la encontré (me río), pero supongo es parte de. La maternidad pareciera tribal pero es realmente solitaria. Y bueno, hay buena bibliografía para explorar. Se irán algunos a la lista del “want to read”.
Llevaba días tratando de acomodar varios sentires respecto a la maternidad, la vida cotidiana, el trabajo, el capitalismo... y, por diferentes razones, conecté con varios de estos ensayos. Que necesario es hablar de maternidad y su complejidad en tribu. Hubo quien me conmovió, quien expresó a detalle un remolino de emociones que yo no lograba desenredar, quien me incomodó con su escritura teórica un tanto opaca (no es queja), quien me mostró una otredad que me hizo reflexionar; también, en honor a la verdad, hubo ensayos con los que no conecté o cuya fragmentación me confundió ligeramente, pero en mi opinión eso no demerita el proyecto porque seguramente habrá quien conecte con esos ensayos. Lo recomiendo para quienes quieran pensar su maternidad en tribu y para quienes necesiten acomodar emociones e ideas. Ahhhh y también me hizo pensar mucho en mi madre y sus propias maternidades, es decir que también dio paso a pensarme como hija.
Este libro es un espacio de diálogo para elaborar la experiencia de maternidades (en plural), para reinventarlas junto una tribu de mujeres, madres y no madres, con palabras e imágenes. Se explora ¿cómo se verter las maternidades heredadas del sistema y dominaciones de diversas índoles? Busca reescribir el relato de la maternidad y, por lo tanto, transformar la narrativa. Argumentando que las maternidades son políticas. La maternidad no existe, hay múltiples maternidades, porque cada madre y cada contexto en se es madre es diferente; cada posibilidad e utopía son únicas. Y para esto busca compartir pensamientos, escritos. Busca entender nuestro ser madres con luchar por escapar al dictado social para no someterse a la camisa de fuerza que supone , que busca en el día a día desmontar la idea de “condición” frente la idea de proceso. Estudia los complejos vínculos entre maternidades y feminismos. Sobretodo hoy en día como compaginamos estas ideas caducas de mamá ideal y sacrificada, con la súpermujer capaz de llegar a todo compaginando crianza y trabajo. Porque la maternidad no es solo tener hijos sino criarlos y educarlos. ¿Cómo se cruza la maternidad con el capitalismo? En una estructura del sistema de producción ¿cómo tener tiempo para la maternidad si se requiere tiempo para mantener a los hijos? ¿Existe un sistema de cuidados para compaginarlo? Aquí vemos qué elección y posibilidades son una dupla que enuncia complejas dimensiones públicas y económicas. En el texto que narra la conversación íntima entre Jáuregui con Luisa Fuentes reflexiona cómo la conversación crítica sobre maternidades siempre ha estado en un plano secundario en las artes visuales, como el arte hecho por las mujeres. Discuten si la visión de madre, que plantean Victoria Sau, cómo construcción subyugada a un territorio patrialcamente oprimido que genera violencia, entendiendo que Maternar también es resistencia, es ternura y aprendizaje, es conexión, y también es tener redes de solidaridad entre muchas mujeres, mujeres de generaciones diferentes, mujeres de mundos diversos que de otra forma quizá no tendrían un vínculo en común. En este sentido, plantea salir de la trampa de buena madre, y propone mirar las maternidades en resistencia que nos llevan a pensar, imaginar y vivir el cuerpo en otros tiempos, en otras técnicas en vínculos políticos-afectivos que se pueden abrir desde el deseo y la co-crianza, la experiencia de la alteridad radical y más. Fuentes narra las contradicciones de la maternidad por un lado sintiendo la interdependencia y vínculo, y por el otro lado sentirse como un cuerpo explotado porque la gestación y crianza es un trabajo descomunal sin un apoyo político real en toda su correspondiente dimensión. Miura plantea cómo el miedo acompaña a la maternidad eternamente. Mientras Andrea Fuentes plantea los malabarismos que tenemos que hacer las mamás para tener espacios donde nuestrxs hijxs no están. Porque así nos vamos convirtiendo en elles y nosotras. Dentro de la diversidad de maternidades Abril Castro narra su experiencia como mamá lesbiana de gemeles. “cada uno a su manera me ha regresado a mi propia infancia, ha iluminado mis grietas y señalado mis abismos”. También mencionando que criar no debería ser, bajo ninguna circunstancia, una tarea solitaria. Pilar Píllela plantea hoy en día como ser mamá trabajadora, implica el trabajo de cuidado para generar los recursos necesarios para mantener el tiempo del cuidado y las personas que se cuidan. Y cómo a veces es muy frustrante nos vean solo como mamás y no cómo seres humanos. Señala que no le interesa hablar de la maternidad como un determinante aislado, sino cómo nos estamos constituyendo como sujetas colectivas. Ave Barrera narra su decisión de no ser madre, aseverando cómo está decisión solo se puede desde el privilegio. Para luego criticar todas las narrativas contra las mujeres que desean no ser madres, 1) igualando maternidad con satisfacción, que justifica nuestra existencia, 2) indicando que si no tienen hijos se van a arrepentir. Explora cómo la decisión sobre la maternidad es una forma de retomar el control de nuestros cuerpos, Por eso están importante desarraigar los tabúes y prejuicios en torno a los métodos de anticoncepción ya la interrupción del embarazo. Habla de la importancia de incluir a las no madres como grupo legítimo en las nuevas estructuras familiares. Todas estas narraciones de madres solteras, madres que nunca pensaron serlo, madres que son madrastras, desde su maternidad cada una escribe sobre sos miedos, sus enojos, sus alegrías, cómo afecta su identidad y su vida. Llama la atención que a muchas nos cuesta escribir sobre la experiencia.