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O processo Maurizius
Jakob Wassermann, grande representante do romance psicológico, desenvolve esse tema a ponto de lhe conferir a grandiosidade de uma tragédia grega.
Com seu gênio inventivo e uma incomparável capacidade descritiva — que lhe granjearam a alcunha de “Dostoiévski do século XX” —, Wassermann tece em O processo Maurizius uma profunda reflexão sobre a justiça, o livre-arbítrio e a incessante busca pela verdade, conduzindo magistralmente o leitor através da história de Etzel Andergast, um rapaz de dezesseis anos, filho do procurador-geral, que descobre as atas de um processo polêmico e central para a carreira do pai, sem saber que isso mudaria para sempre a sua própria vida.
Com seu gênio inventivo e uma incomparável capacidade descritiva — que lhe granjearam a alcunha de “Dostoiévski do século XX” —, Wassermann tece em O processo Maurizius uma profunda reflexão sobre a justiça, o livre-arbítrio e a incessante busca pela verdade, conduzindo magistralmente o leitor através da história de Etzel Andergast, um rapaz de dezesseis anos, filho do procurador-geral, que descobre as atas de um processo polêmico e central para a carreira do pai, sem saber que isso mudaria para sempre a sua própria vida.
436 pages, Paperback
First published January 1, 1928
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About the author
Jakob Wassermann
347 books42 followersJakob Wassermann (1873 – 1934) was a German writer and novelist of Jewish descent.
Born in Fürth, he was the son of a shopkeeper and lost his mother at an early age. He showed literary interest early and published various pieces in small newspapers. Because his father was reluctant to support his literary ambitions, he began a short-lived apprenticeship with a businessman in Vienna after graduation.
He completed his military service in Nuremberg. Afterward, he stayed in southern Germany and in Switzerland. In 1894 he moved to Munich. Here he worked as a secretary and later as a copy editor at the paper Simplicissimus. Around this time he also became acquainted with other writers Rainer Maria Rilke, Hugo von Hofmannsthal, and Thomas Mann.
In 1896 he released his first novel, Melusine. Interestingly, his last name (Wassermann) means "water-man" in German; a "Melusine" (or "Melusina") is a figure of European legends and folklore, a feminine spirit of fresh waters in sacred springs and rivers.
From 1898 he was a theater critic in Vienna. In 1901 he married Julie Speyer, whom he divorced in 1915. Three years later he was married again to Marta Karlweis.
After 1906, he lived alternatively in Vienna or at Altaussee in der Steiermark where he died in 1934 after a severe illness.
In 1926, he was elected to the Prussian Academy of Art. He resigned in 1933, narrowly avoiding an expulsion by the Nazis. In the same year, his books were banned in Germany owing to his Jewish ancestry.
Wassermann's work includes poetry, essays, novels, and short stories. His most important works are considered the novel Der Fall Maurizius (1928) and the autobiography, My Life as German and Jew (Mein Weg als Deutscher und Jude) (1921), in which he discussed the tense relationship between his German and Jewish identities.
Born in Fürth, he was the son of a shopkeeper and lost his mother at an early age. He showed literary interest early and published various pieces in small newspapers. Because his father was reluctant to support his literary ambitions, he began a short-lived apprenticeship with a businessman in Vienna after graduation.
He completed his military service in Nuremberg. Afterward, he stayed in southern Germany and in Switzerland. In 1894 he moved to Munich. Here he worked as a secretary and later as a copy editor at the paper Simplicissimus. Around this time he also became acquainted with other writers Rainer Maria Rilke, Hugo von Hofmannsthal, and Thomas Mann.
In 1896 he released his first novel, Melusine. Interestingly, his last name (Wassermann) means "water-man" in German; a "Melusine" (or "Melusina") is a figure of European legends and folklore, a feminine spirit of fresh waters in sacred springs and rivers.
From 1898 he was a theater critic in Vienna. In 1901 he married Julie Speyer, whom he divorced in 1915. Three years later he was married again to Marta Karlweis.
After 1906, he lived alternatively in Vienna or at Altaussee in der Steiermark where he died in 1934 after a severe illness.
In 1926, he was elected to the Prussian Academy of Art. He resigned in 1933, narrowly avoiding an expulsion by the Nazis. In the same year, his books were banned in Germany owing to his Jewish ancestry.
Wassermann's work includes poetry, essays, novels, and short stories. His most important works are considered the novel Der Fall Maurizius (1928) and the autobiography, My Life as German and Jew (Mein Weg als Deutscher und Jude) (1921), in which he discussed the tense relationship between his German and Jewish identities.
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 33 reviews
November 28, 2025
Romanzi così oggi non se ne scrivono più! il racconto inizia lentamente tanto che ho fatto fatica a entrare emotivamente nella vicenda e nell'anima dei personaggi e per qualche giorno ho temuto di lasciarmi irretire da altri libri di più facile fruizione e di interromperne la lettura, ma poi, piano piano, sono entrato in empatia con i suoi personaggi, mi sono fatto prendere dall'intricata vicenda e lasciato cullare dall'avvolgente atmosfera mitteleuropea in un fluire suadente della trama e dell'introspezione fino al catartico finale. Le figure del giovanissimo Etzel, di suo padre l'inflessibile barone Von Andergast, di Leonardo Maurizius e di Gregorio Waremme, si ergono a protagonisti indiscussi di questo drammatico romanzo del quale molti lettori non conoscono nemmeno l'esistenza, pubblicato nel 1928 da Jakob Wassermann [1873-1934]. Approfitto per ringraziare il mio babbo e mia zia Noemi, accaniti lettori di classici che fin da quando ero ragazzo innamorato di Hemingway e Steinbeck cercavano di farmi intravvedere, attraverso le loro parole entusiastiche, la nobiltà e la bellezza di questo libro che continuamente snobbavo: finalmente li ho ascoltati!
February 4, 2025
https://kansasbooks.blogspot.com/2025...
“¿Qué sentido tiene clamar por la justicia cuando la realidad que nos rodea nos recuerda de forma constante, con un desprecio insolente, que vivimos del fruto de la injusticia? Cada bocado de pan que me llevo a la boca, cada marco que gano, cada par de zapatos que calzo, es el resultado del intrincado sistema de violación de los derechos y de injusticia.”
Mientras leía esta lúcida novela no me podía creer, no solo que Jakob Wassermann no fuera más conocido, sino que no lo fuera precisamente esta novela que yo encuadraría dentro de estas obras universales en las que se define con sutil clarividencia el terrible conflicto de una sociedad en plena decadencia tras la Gran Guerra y que además vaticinaba el horror en el que se iba a sumergir Europa pocos años después. Jakob Wassermann fue un judío austriaco nacido en Alemania en los que sus últimos años confirmaron todos los vaticinios que había volcado en sus escritos. En 1933, cuando Hitler se convirtió en Canciller, Wassermann publicó un ensayo denunciando el antisemitismo alemán, poco antes había renunciado a la Academía de las Artes de Prusía sin darles la opción a la expulsión. La gente a su alrededor le empezó a hacer el vacío, sus libros fueron prohibidos y muere en 1934, pocos años antes de ser testigo real de lo que había vaticinado.
"Tal vez esa persona diría incluso que fue fruto de mi imaginación y que no era real. Y si un escéptico empedernido refutara todos mis argumentos es posible que yo mismo acabara convencido de que esa relación no fue más que un sueño. ¿No ocurre eso con todas nuestras experiencias? Al cabo de cierto tiempo se convierten en sueños: el yo que vivió esa experiencia no es el yo que la recuerda."
El caso Maurizius fue publicada en 1928, y como el resto de su obra, fue destruida y borrada del mapa cinco años después. Ha costado años y poco a poco se le está rescatando aunque creo que por lo menos esta novela debería estar en la lista de las mejores novelas universales y va ya con retraso. En El Caso Maurizius el tronco base es la justicia y plantea continuamente al lector cuestiones, que igual no siempre nos hemos parado a pensar, y sin embargo, la narrativa de Wassermann es tan fluida, la exposición de los temas clave tan candentes e igualmente vigentes hoy en día, que realmente el lector se tiene que parar y analizar muchos dilemas morales que van surgiendo. ¿Hasta qué punto un acto define a una persona? ¿Qué es realmente la justicia? ¿Existe el peligro a la hora de impartirla de confundirla con el deseo de venganza? ¿Y qué ponemos sobre la mesa al impartirla, la vida de una persona, un principio, o la protección a una sociedad? ¿Dónde se encuentra ese punto a la hora de traducir o interpretar el concepto de justicia en leyes y procedimientos?
“Desde que el mundo es mundo ¿ha existido algun motivo justo para iniciar una guerra? ¿Ha habido alguna vez un general que haya llevado a cabo sus batallas guiado por el amor a la justicia? ¿Se ha pedido cuentas alguna vez a algunos de los célebres conquistadores o a los genocídas excepto cuando fracasan en sus propósitos? Le recomiendo que reflexione sobre la estrecha relación, por no decir parentesco entre los términos justicia y venganza ¿Cuándo y dónde en la historia se han creado imperios, fundado religiones, construido ciudades, expandido civilizaciones con ayuda de la justicia? ¿Conoce un solo caso? Yo no conozco ninguno. ¿Dónde está la picota en la que se hará expiar el exterminio de diez millones de indígenas, la intoxicación con opio de cien millones de chinos, la esclavitud de trescientos millones de hindúes? ¿Quién detuvo los navíos cargados de negros que entre los siglos XVI y XIX atravesaron el océano desde África hasta América en largas caravanas’ ¿Dónde se mueve el dedo por los cientos de miles de hombres que se matan en las minas de cobre en Brasil? ¿Dónde está el juez que se encargue de condenar los pogromos en Ucrania’ ¿Quiere que siga? Ejemplos no me faltan.”
Wassermann construye esta obra básicamente en torno a dos personajes principales, el enfrentamiento entre el fiscal de estado Wolf von Andergast y su hijo Etzel de dieciséis años, que es además, creo, una buena base porque de esta forma, el autor nos hace asumir la piel de Etzel a la hora de poder entender estos intricados conceptos en torno a la justicia. La fuerza de la historia radica precisamente en lo bien que Wassermann nos va preparando y construyendo los retratos psicológicos de padre e hijo, totalmente opuestos: un padre rígido, conservador y que apenas se cuestiona la justicia que imparte con mano firme, y un hijo que no puede llegar a entender que la justicia sea un concepto tan amplio que llegado un punto, pueda convertirse en injusticia. La forma en que el autor nos sumerge en la personalidad de Etzel es totalmente envolvente y será a través de cómo lo ven los demás como nos haremos una idea de la obsesiva idea que tiene Etzel de las injusticia.
"Así que se puso a explicarle que Etzel era de una transparencia cristalina. No se trataba de transparencia en el sentido corriente del término, no era lo que se denomina normalmente un chico extrovertido. Extrovertido no lo era en absoluto, aunque tampoco es que fuera introvertido, era más bien que estaba encerrado en una vaina que tenía muchas capas. La transparencia de la que hablaba Camill Raff estaba relacionada con la moral, con la claridad que se desprende de ella. (...) Etzel tiene el don de ser lo que es, no trata de aparentar lo que querría ser.”
"Una ficción con la que uno ha decidido vivir es un tirano que se niega a ver y oír." El conflicto de la historia comienza precisamente cuando Etzel descubre que su padre puede ser el causante de un error judicial veinte años atrás. Un caso, el de Maurizius que levantó en su momento mucha pólvora y debate en la calle y un hombre, Maurizius, que fue condenado a cadena perpetua cuando realmente no había pruebas en contra. Su padre a partir de ese momento despegó en su carrera. Cuando Etzel enfrenta a su padre, el fiscal, sobre la cuestión éste es incapaz de contraargumentar sobre una sentencia de veinte años antes, y Etzel huye de la casa familiar para encontrar la verdad por su cuenta. Será una huida traumática no solo para el hijo sino para el padre porque su propio hijo le está obligando a hacer su propia introspección sobre el caso. A partir del momento de la huida de Etzel, la novela se divide en dos tramas paralelas: la de Etzel que en su ingenuo idealismo se decide ir a la búsqueda de la verdad y desentrañar el misterio, y la del padre, que por su parte, decide desenterrar el caso por su propia cuenta. "Me gustaría saber cómo son los jóvenes de dieciséis años hoy en día. Es una edad trágica. La gran linea divisoria de la vida. En numerosas ocasiones todo un futuro depende de un solo acontecimiento. Pasan años, se ha olvidado, y de pronto surge, y uno ve que ha sido llevado por una determinada vida." Va a ser una etapa definitiva en la vida de Etzel, completamente desprotegido por su clase y haciéndose llamar Edgar Mohl, asume como un deber su búsqueda de justicia porque está convencido de que hay un inocente en una cárcel por un error judicial, así que se sumerge en un mundo hasta ahora totalmente desconocido para él, el de las calles, en un intento por encontrar a los testigos que vivieron el caso Maurizius de cerca.
"No confío mucho en las palabras; me interesan mucho más las personas, siempre y cuando lo sean de verdad."
El gran talento de Jakob Wassermann está quizás en como extrapola lo que puede ser un caso judicial y lo convierte en una novela iniciática, no solo para el hijo adolescente sino sobre todo por su padre: “Sin embargo piensa que hoy en día prácticamente todo hombre que se acerca a los cincuenta está destrozado a causa del fracaso de su proyecto de vida. Desgraciadamente, yo no soy una excepción.” La misma vida de ambos se entremezcla con estos conceptos de justicia casi abstractos y el autor a través de este cisma familiar, nos hace accesible un tema que podría habernos sonado muy distante. "En algunos hogares burgueses hace ya generaciones que la ternura ha desaparecido. Hace falta un corazón excepcional para que la carencia no se convierte en sed de venganza. Sin embargo, los corazones de esa índole son pocos comunes." El hijo del barón Von Andergast, Etzel, ha tenido una infancia protegida pero siempre ha sentido una ira escondida hacia su padre por haberlo separado de su madre desde su infancia. La rigidez y el control que Von Andergast ejerce en los tribunales también lo ejerce en su vida familiar, así que se puede decir que el momento en que Etzel descubre este posible error judicial, la ira soterrada por su padre, se convierte en un deseo de venganza también soterrado bajo la excusa de su búsqueda de la verdad. Estos son los conceptos que maneja tan bien Wassermann, y es situar al lector precisamente en la base del problema creando dilemas con los que fácilmente se puede identificar para dar en la llaga de una herida que le interesa exponer: poder, control, venganza, abuso de poder, intereses creados, todo es un batiburrillo entremezclado bajo el manto del concepto de justicia, aunque Etzel todavía sea demasiado joven para entender esta infinita gama de grises.
“- Hasta que cumplí veinte años yo era una persona libre; el día de la boda se me condenó a vivir en clausura. La maternidad te llega inesperadamente, de acuerdo con el derecho y con la ley ¿En qué consistía mi vida? ¿En qué consistía mi matrimonio? El hombre, compuesto híbrido de sexo y profesión, ser sensual por las noches y magistrado durante el día, en una mezcla que se iba enturbiando a medida que la costumbre le daba mayor seguridad en sí mismo, no tenía un corazón lo suficientemente humano como para querer saber por qué la pobre criatura que marchitaba a su lado siempre guardaba silencio, a lo sumo decía sí o no, era dulce y sumisa, vestía bien y en todo lo demás, era poco que aun animal de compañía. Él era el señor, el esposo, el padre, el sostén, y se ceñía a su papel escrupulosa y concienzudamente, de acuerdo con el derecho y la ley.”
Jakob Wassermann es un maestro de la profundidad psicológica, de adentrarnos en sus personajes y aunque aquí los personajes masculinos son aparentemente los más relevantes porque realmente era un mundo de hombres del que nos está hablando, no es menos cierto que hay varios personajes femeninos absolutamente apabullantes, y no por no convertirlas en protagonistas no se puede decir que no sean esenciales. Es en estas escenas donde Wassermann ubica perfectamente el papel de la mujer de la época, como es el caso de Sophia, la madre de Etzel, apartada y excluida por un hecho del pasado y dónde de nuevo surge el conflicto de ¿hasta qué punto una persona deba ser castigada toda una vida y excluida de su entorno por un determinado hecho o impulso? En este aspecto, Wassermann crea similes en la vida personal, familiar, en el entorno de Etzel para extrapolarlo al caso Maurizius: son conceptos que entenderemos perfectamente y que nos ayudarán a penetrar en la realidad de estos personajes perfectamente esbozados.
"¿Hasta qué punto la persona real responderá a la imagen que me he hecho de él? ¿En qué estado de ánimo abandonaré está casa después de haberlo visto, de haber escuchado su voz y sus palabras? ¿Qué dirá o hará, cómo mirará o hablará? ¿Qué debería ocurrir para que siga conservando el lugar que ocupa en mi vida?, se preguntaba Etzel.”
El caso Maurizius es una novela que me ha absorbido y encandilado porque está llena de compartimentos que se van abriendo y van planteando cuestiones universales con las que nos sentiremos identificados. Absolutamente universal y clásica porque está vigente y se puede considerar que incluso muy moderna en cómo plantea temas que pudieran haber sido escritos hoy en día. Todos y cada uno de los personajes secundarios podrían ser los protagonistas de otra novela, e independientemente del misterio que quiere resolver Etzel, el mismo que vuelve a desempolvar su padre, Wassermann va mucho más allá y no cree que el mundo pueda reformarse, sentencia que no podemos mejorar nada a través de la justicia y que el individuo es demasiado pequeño para poder influir en mejorar está justicia, sino que lo más fácil es que una vez puesto en marcha el mecanismo, es imparable y el individuo se deja llevar. “Existe la amenaza de que se derrumbe el edificio entero que llevamos erigiendo desde hace 2000 años. Está surgiendo un profundo y enfermizo deseo de destrucción en las partes más sensibles de la humanidad. Si no se consigue dominarlo, y temo que sea demasiado tarde para ello, en los próximos 50 años llevará a un cataclismo mayor que todas las guerras y todas las revoluciones que han tenido lugar hasta ahora. Resulta extraño que la destrucción a menudo provenga de quienes se consideran los guardianes de los bienes más sagrados.” Una novela fascinante cuyo bestial final la hace todavía más grande. Eso sí, acabo de enterarme de que es el primer título de una trilogía...
"Durante la guerra había vivido en una Suiza caótica y en llamas, en pensiones baratas, entre personas corrientes, y supo no llamar la atención para no despertar una amistosa curiosidad que la habría importunado.
Le costó horrores habituarse a la soledad pese a no poder soportar ninguna compañía. Aunque sus intereses intelectuales eran diversos y su deseo de vivir inquebrantable, su corazón estaba en un sentido vacío, la existencia que llevaba estaba desprovista de alegría; sabía reírse y divertirse, pero solo en compañía de personas que le resultaban indiferentes; en el momento en que alguien, hombre o mujer, buscaba mayor familiaridad, ella cambiaba de actitud y se desvinculaba sin miramientos. "Ya no era capaz de creer seriamente en nada, su relación con el mundo se había malogrado."
Natural Blues - Moby
“¿Qué sentido tiene clamar por la justicia cuando la realidad que nos rodea nos recuerda de forma constante, con un desprecio insolente, que vivimos del fruto de la injusticia? Cada bocado de pan que me llevo a la boca, cada marco que gano, cada par de zapatos que calzo, es el resultado del intrincado sistema de violación de los derechos y de injusticia.”
Mientras leía esta lúcida novela no me podía creer, no solo que Jakob Wassermann no fuera más conocido, sino que no lo fuera precisamente esta novela que yo encuadraría dentro de estas obras universales en las que se define con sutil clarividencia el terrible conflicto de una sociedad en plena decadencia tras la Gran Guerra y que además vaticinaba el horror en el que se iba a sumergir Europa pocos años después. Jakob Wassermann fue un judío austriaco nacido en Alemania en los que sus últimos años confirmaron todos los vaticinios que había volcado en sus escritos. En 1933, cuando Hitler se convirtió en Canciller, Wassermann publicó un ensayo denunciando el antisemitismo alemán, poco antes había renunciado a la Academía de las Artes de Prusía sin darles la opción a la expulsión. La gente a su alrededor le empezó a hacer el vacío, sus libros fueron prohibidos y muere en 1934, pocos años antes de ser testigo real de lo que había vaticinado.
"Tal vez esa persona diría incluso que fue fruto de mi imaginación y que no era real. Y si un escéptico empedernido refutara todos mis argumentos es posible que yo mismo acabara convencido de que esa relación no fue más que un sueño. ¿No ocurre eso con todas nuestras experiencias? Al cabo de cierto tiempo se convierten en sueños: el yo que vivió esa experiencia no es el yo que la recuerda."
El caso Maurizius fue publicada en 1928, y como el resto de su obra, fue destruida y borrada del mapa cinco años después. Ha costado años y poco a poco se le está rescatando aunque creo que por lo menos esta novela debería estar en la lista de las mejores novelas universales y va ya con retraso. En El Caso Maurizius el tronco base es la justicia y plantea continuamente al lector cuestiones, que igual no siempre nos hemos parado a pensar, y sin embargo, la narrativa de Wassermann es tan fluida, la exposición de los temas clave tan candentes e igualmente vigentes hoy en día, que realmente el lector se tiene que parar y analizar muchos dilemas morales que van surgiendo. ¿Hasta qué punto un acto define a una persona? ¿Qué es realmente la justicia? ¿Existe el peligro a la hora de impartirla de confundirla con el deseo de venganza? ¿Y qué ponemos sobre la mesa al impartirla, la vida de una persona, un principio, o la protección a una sociedad? ¿Dónde se encuentra ese punto a la hora de traducir o interpretar el concepto de justicia en leyes y procedimientos?
“Desde que el mundo es mundo ¿ha existido algun motivo justo para iniciar una guerra? ¿Ha habido alguna vez un general que haya llevado a cabo sus batallas guiado por el amor a la justicia? ¿Se ha pedido cuentas alguna vez a algunos de los célebres conquistadores o a los genocídas excepto cuando fracasan en sus propósitos? Le recomiendo que reflexione sobre la estrecha relación, por no decir parentesco entre los términos justicia y venganza ¿Cuándo y dónde en la historia se han creado imperios, fundado religiones, construido ciudades, expandido civilizaciones con ayuda de la justicia? ¿Conoce un solo caso? Yo no conozco ninguno. ¿Dónde está la picota en la que se hará expiar el exterminio de diez millones de indígenas, la intoxicación con opio de cien millones de chinos, la esclavitud de trescientos millones de hindúes? ¿Quién detuvo los navíos cargados de negros que entre los siglos XVI y XIX atravesaron el océano desde África hasta América en largas caravanas’ ¿Dónde se mueve el dedo por los cientos de miles de hombres que se matan en las minas de cobre en Brasil? ¿Dónde está el juez que se encargue de condenar los pogromos en Ucrania’ ¿Quiere que siga? Ejemplos no me faltan.”
Wassermann construye esta obra básicamente en torno a dos personajes principales, el enfrentamiento entre el fiscal de estado Wolf von Andergast y su hijo Etzel de dieciséis años, que es además, creo, una buena base porque de esta forma, el autor nos hace asumir la piel de Etzel a la hora de poder entender estos intricados conceptos en torno a la justicia. La fuerza de la historia radica precisamente en lo bien que Wassermann nos va preparando y construyendo los retratos psicológicos de padre e hijo, totalmente opuestos: un padre rígido, conservador y que apenas se cuestiona la justicia que imparte con mano firme, y un hijo que no puede llegar a entender que la justicia sea un concepto tan amplio que llegado un punto, pueda convertirse en injusticia. La forma en que el autor nos sumerge en la personalidad de Etzel es totalmente envolvente y será a través de cómo lo ven los demás como nos haremos una idea de la obsesiva idea que tiene Etzel de las injusticia.
"Así que se puso a explicarle que Etzel era de una transparencia cristalina. No se trataba de transparencia en el sentido corriente del término, no era lo que se denomina normalmente un chico extrovertido. Extrovertido no lo era en absoluto, aunque tampoco es que fuera introvertido, era más bien que estaba encerrado en una vaina que tenía muchas capas. La transparencia de la que hablaba Camill Raff estaba relacionada con la moral, con la claridad que se desprende de ella. (...) Etzel tiene el don de ser lo que es, no trata de aparentar lo que querría ser.”
"Una ficción con la que uno ha decidido vivir es un tirano que se niega a ver y oír." El conflicto de la historia comienza precisamente cuando Etzel descubre que su padre puede ser el causante de un error judicial veinte años atrás. Un caso, el de Maurizius que levantó en su momento mucha pólvora y debate en la calle y un hombre, Maurizius, que fue condenado a cadena perpetua cuando realmente no había pruebas en contra. Su padre a partir de ese momento despegó en su carrera. Cuando Etzel enfrenta a su padre, el fiscal, sobre la cuestión éste es incapaz de contraargumentar sobre una sentencia de veinte años antes, y Etzel huye de la casa familiar para encontrar la verdad por su cuenta. Será una huida traumática no solo para el hijo sino para el padre porque su propio hijo le está obligando a hacer su propia introspección sobre el caso. A partir del momento de la huida de Etzel, la novela se divide en dos tramas paralelas: la de Etzel que en su ingenuo idealismo se decide ir a la búsqueda de la verdad y desentrañar el misterio, y la del padre, que por su parte, decide desenterrar el caso por su propia cuenta. "Me gustaría saber cómo son los jóvenes de dieciséis años hoy en día. Es una edad trágica. La gran linea divisoria de la vida. En numerosas ocasiones todo un futuro depende de un solo acontecimiento. Pasan años, se ha olvidado, y de pronto surge, y uno ve que ha sido llevado por una determinada vida." Va a ser una etapa definitiva en la vida de Etzel, completamente desprotegido por su clase y haciéndose llamar Edgar Mohl, asume como un deber su búsqueda de justicia porque está convencido de que hay un inocente en una cárcel por un error judicial, así que se sumerge en un mundo hasta ahora totalmente desconocido para él, el de las calles, en un intento por encontrar a los testigos que vivieron el caso Maurizius de cerca.
"No confío mucho en las palabras; me interesan mucho más las personas, siempre y cuando lo sean de verdad."
El gran talento de Jakob Wassermann está quizás en como extrapola lo que puede ser un caso judicial y lo convierte en una novela iniciática, no solo para el hijo adolescente sino sobre todo por su padre: “Sin embargo piensa que hoy en día prácticamente todo hombre que se acerca a los cincuenta está destrozado a causa del fracaso de su proyecto de vida. Desgraciadamente, yo no soy una excepción.” La misma vida de ambos se entremezcla con estos conceptos de justicia casi abstractos y el autor a través de este cisma familiar, nos hace accesible un tema que podría habernos sonado muy distante. "En algunos hogares burgueses hace ya generaciones que la ternura ha desaparecido. Hace falta un corazón excepcional para que la carencia no se convierte en sed de venganza. Sin embargo, los corazones de esa índole son pocos comunes." El hijo del barón Von Andergast, Etzel, ha tenido una infancia protegida pero siempre ha sentido una ira escondida hacia su padre por haberlo separado de su madre desde su infancia. La rigidez y el control que Von Andergast ejerce en los tribunales también lo ejerce en su vida familiar, así que se puede decir que el momento en que Etzel descubre este posible error judicial, la ira soterrada por su padre, se convierte en un deseo de venganza también soterrado bajo la excusa de su búsqueda de la verdad. Estos son los conceptos que maneja tan bien Wassermann, y es situar al lector precisamente en la base del problema creando dilemas con los que fácilmente se puede identificar para dar en la llaga de una herida que le interesa exponer: poder, control, venganza, abuso de poder, intereses creados, todo es un batiburrillo entremezclado bajo el manto del concepto de justicia, aunque Etzel todavía sea demasiado joven para entender esta infinita gama de grises.
“- Hasta que cumplí veinte años yo era una persona libre; el día de la boda se me condenó a vivir en clausura. La maternidad te llega inesperadamente, de acuerdo con el derecho y con la ley ¿En qué consistía mi vida? ¿En qué consistía mi matrimonio? El hombre, compuesto híbrido de sexo y profesión, ser sensual por las noches y magistrado durante el día, en una mezcla que se iba enturbiando a medida que la costumbre le daba mayor seguridad en sí mismo, no tenía un corazón lo suficientemente humano como para querer saber por qué la pobre criatura que marchitaba a su lado siempre guardaba silencio, a lo sumo decía sí o no, era dulce y sumisa, vestía bien y en todo lo demás, era poco que aun animal de compañía. Él era el señor, el esposo, el padre, el sostén, y se ceñía a su papel escrupulosa y concienzudamente, de acuerdo con el derecho y la ley.”
Jakob Wassermann es un maestro de la profundidad psicológica, de adentrarnos en sus personajes y aunque aquí los personajes masculinos son aparentemente los más relevantes porque realmente era un mundo de hombres del que nos está hablando, no es menos cierto que hay varios personajes femeninos absolutamente apabullantes, y no por no convertirlas en protagonistas no se puede decir que no sean esenciales. Es en estas escenas donde Wassermann ubica perfectamente el papel de la mujer de la época, como es el caso de Sophia, la madre de Etzel, apartada y excluida por un hecho del pasado y dónde de nuevo surge el conflicto de ¿hasta qué punto una persona deba ser castigada toda una vida y excluida de su entorno por un determinado hecho o impulso? En este aspecto, Wassermann crea similes en la vida personal, familiar, en el entorno de Etzel para extrapolarlo al caso Maurizius: son conceptos que entenderemos perfectamente y que nos ayudarán a penetrar en la realidad de estos personajes perfectamente esbozados.
"¿Hasta qué punto la persona real responderá a la imagen que me he hecho de él? ¿En qué estado de ánimo abandonaré está casa después de haberlo visto, de haber escuchado su voz y sus palabras? ¿Qué dirá o hará, cómo mirará o hablará? ¿Qué debería ocurrir para que siga conservando el lugar que ocupa en mi vida?, se preguntaba Etzel.”
El caso Maurizius es una novela que me ha absorbido y encandilado porque está llena de compartimentos que se van abriendo y van planteando cuestiones universales con las que nos sentiremos identificados. Absolutamente universal y clásica porque está vigente y se puede considerar que incluso muy moderna en cómo plantea temas que pudieran haber sido escritos hoy en día. Todos y cada uno de los personajes secundarios podrían ser los protagonistas de otra novela, e independientemente del misterio que quiere resolver Etzel, el mismo que vuelve a desempolvar su padre, Wassermann va mucho más allá y no cree que el mundo pueda reformarse, sentencia que no podemos mejorar nada a través de la justicia y que el individuo es demasiado pequeño para poder influir en mejorar está justicia, sino que lo más fácil es que una vez puesto en marcha el mecanismo, es imparable y el individuo se deja llevar. “Existe la amenaza de que se derrumbe el edificio entero que llevamos erigiendo desde hace 2000 años. Está surgiendo un profundo y enfermizo deseo de destrucción en las partes más sensibles de la humanidad. Si no se consigue dominarlo, y temo que sea demasiado tarde para ello, en los próximos 50 años llevará a un cataclismo mayor que todas las guerras y todas las revoluciones que han tenido lugar hasta ahora. Resulta extraño que la destrucción a menudo provenga de quienes se consideran los guardianes de los bienes más sagrados.” Una novela fascinante cuyo bestial final la hace todavía más grande. Eso sí, acabo de enterarme de que es el primer título de una trilogía...
"Durante la guerra había vivido en una Suiza caótica y en llamas, en pensiones baratas, entre personas corrientes, y supo no llamar la atención para no despertar una amistosa curiosidad que la habría importunado.
Le costó horrores habituarse a la soledad pese a no poder soportar ninguna compañía. Aunque sus intereses intelectuales eran diversos y su deseo de vivir inquebrantable, su corazón estaba en un sentido vacío, la existencia que llevaba estaba desprovista de alegría; sabía reírse y divertirse, pero solo en compañía de personas que le resultaban indiferentes; en el momento en que alguien, hombre o mujer, buscaba mayor familiaridad, ella cambiaba de actitud y se desvinculaba sin miramientos. "Ya no era capaz de creer seriamente en nada, su relación con el mundo se había malogrado."
Natural Blues - Moby
July 3, 2018
Diciamo subito che non è un romanzo epocale, di un gigante della letteratura. Non lo è intanto per un fatto stilistico, di limiti della prosa, che cade qua e là in aggettivazioni ridondanti o scontate e in forme retoriche stereotipate (colpa forse anche della traduzione imperfetta della mia edizione; Fazi lo ha ripubblicato e ritradotto di recente). Poi il racconto a volte si disperde in rivoli marginali, divaga. E risente degli echi della letteratura gotica e romantica, di cui però trasmette anche alcune suggestioni. Tra i difetti c'è anche una certa prolissità e ripetitività in alcuni passaggi (non comunque sino al punto da annoiare). Non in tutti i personaggi lo scavo psicologico è convincente e ce ne sono troppi che restano solo degli schizzi. Detto questo, con tutti i suoi limiti stilistici e di struttura, l’architettura e soprattutto la sostanza sono di ottimo livello.
L'idea centrale, in particolare, quella di dare alla trama il passo del giallo, funziona molto bene. È la ricostruzione di un delitto e la scoperta del suo vero colpevole a quasi vent'anni di distanza; con una doppia indagine parallela condotta dal padre, che è il giudice che aveva emesso la sentenza sbagliata, condannando il povero Maurizius, e dal figlio, che ne fa il cavallo di Troia per demolire la figura e il mondo di valori del padre.
Nei romanzi scritti tra la fine dell'Ottocento e gli anni che precedono e immediatamente seguono la prima guerra mondiale, prima dell’epoca dei grandi totalitarismi, diventa in embrione visibile ciò che saremo noi, l’uomo del Novecento. Quello del crollo progressivo degli Imperi Centrali è anche il momento in cui nella mente degli uomini e delle donne le certezze, la concretezza, la solidità prima si crepano, poi si disintegrano e infine diventano dubbio permanente, virtualità, possibilità infinite ed indeterminabili, liquidità nei valori e nei rapporti. Ci siamo già noi lì; e nell'arte che intuí e rappresentò quei processi sociali e psicologici possiamo vederci come nella foto di un ecografo. Per questo, per esempio, la letteratura del “finis Austriae” (Musil su tutti, ma anche Schnitzler, Zweig, Roth e altri) è così interessante; ed è nel molto che a quella la accomuna che sta secondo me il pregio maggiore di questo romanzo. Wasserman d'altronde era tedesco, ma ha vissuto a lungo a Vienna.
L'originale peculiarità del libro sta nel fatto che qui il punto focale del racconto è esattamente l'epicentro della crisi di quel periodo e cioè il rapporto tra il padre e il figlio, tra l'autorità e il mondo su cui si esercita. Al centro del romanzo c'è l'Imperatore che abitava in tutte le case, il tesoriere dei valori, dell'ordine, delle regole, della giustizia. Il modo in cui vediamo barcollare e crollare il giudice Andergast e tutto quello che ciò comporta e prefigura è la vera sostanza pregiata del romanzo. Insieme col messaggio che i più grandi disastri nella vita e nella storia sono fatti nel nome della volontà di far trionfare il Bene e la Bontà.
Abbiamo iniziato con i difetti e allora chiudiamo con i pregi. Le pagine dell'incontro dei due padri (il giudice e il padre dell'innocente) sono alta letteratura. La discesa nell'universo carcerario e l'attenzione, tra fascino e orrore, verso il mostruoso che c'è tanto nel delitto quanto nel modo in cui viene punito ripercorre la strada del Moosbrugger di Musil nell' USQ con non minore efficacia. Il personaggio di Warenne, dell'uomo nuovo, malato del demone del narcisismo, vero motore del male nel secolo nuovo, è gigantesco. Mi pare abbastanza.
L'idea centrale, in particolare, quella di dare alla trama il passo del giallo, funziona molto bene. È la ricostruzione di un delitto e la scoperta del suo vero colpevole a quasi vent'anni di distanza; con una doppia indagine parallela condotta dal padre, che è il giudice che aveva emesso la sentenza sbagliata, condannando il povero Maurizius, e dal figlio, che ne fa il cavallo di Troia per demolire la figura e il mondo di valori del padre.
Nei romanzi scritti tra la fine dell'Ottocento e gli anni che precedono e immediatamente seguono la prima guerra mondiale, prima dell’epoca dei grandi totalitarismi, diventa in embrione visibile ciò che saremo noi, l’uomo del Novecento. Quello del crollo progressivo degli Imperi Centrali è anche il momento in cui nella mente degli uomini e delle donne le certezze, la concretezza, la solidità prima si crepano, poi si disintegrano e infine diventano dubbio permanente, virtualità, possibilità infinite ed indeterminabili, liquidità nei valori e nei rapporti. Ci siamo già noi lì; e nell'arte che intuí e rappresentò quei processi sociali e psicologici possiamo vederci come nella foto di un ecografo. Per questo, per esempio, la letteratura del “finis Austriae” (Musil su tutti, ma anche Schnitzler, Zweig, Roth e altri) è così interessante; ed è nel molto che a quella la accomuna che sta secondo me il pregio maggiore di questo romanzo. Wasserman d'altronde era tedesco, ma ha vissuto a lungo a Vienna.
L'originale peculiarità del libro sta nel fatto che qui il punto focale del racconto è esattamente l'epicentro della crisi di quel periodo e cioè il rapporto tra il padre e il figlio, tra l'autorità e il mondo su cui si esercita. Al centro del romanzo c'è l'Imperatore che abitava in tutte le case, il tesoriere dei valori, dell'ordine, delle regole, della giustizia. Il modo in cui vediamo barcollare e crollare il giudice Andergast e tutto quello che ciò comporta e prefigura è la vera sostanza pregiata del romanzo. Insieme col messaggio che i più grandi disastri nella vita e nella storia sono fatti nel nome della volontà di far trionfare il Bene e la Bontà.
Abbiamo iniziato con i difetti e allora chiudiamo con i pregi. Le pagine dell'incontro dei due padri (il giudice e il padre dell'innocente) sono alta letteratura. La discesa nell'universo carcerario e l'attenzione, tra fascino e orrore, verso il mostruoso che c'è tanto nel delitto quanto nel modo in cui viene punito ripercorre la strada del Moosbrugger di Musil nell' USQ con non minore efficacia. Il personaggio di Warenne, dell'uomo nuovo, malato del demone del narcisismo, vero motore del male nel secolo nuovo, è gigantesco. Mi pare abbastanza.
July 30, 2021
Leggendo il titolo, sembra di trovarsi davanti un giallo, una indagine, ma sebbene sia quello il motore principale, vi è molto di più. Un romanzo nel quale confluiscono diverse tematiche. Mescola insieme romanzo di formazione con Etzel che vive quasi come fosse un recluso, chiuso in casa conducendo una vita dove tutto è programmato e sotto controllo, impostato. Un romanzo filosofico in cui si intravede anche una componente sentimentale che aggiunge un tocco in più.
"Il caso Mauritius" è, prima di tutto, una indagine, un giallo in cui si cerca di far luce su un omicidio avvenuto anni fa e con molti punti oscuri. È anche, come dice lo stesso Henry Miller, tra le citazioni, una storia di vendetta che ha tutti gli elementi tipici della tragedia greca, oltre al rapporto di alti e bassi tra Etzel e il padre con il quale instaura una vera e propria lotta alla verità.
Wasserman scrive un'opera sul senso di crudeltà e di giustizia che, sebbene sia un po' lento in alcune parti, avvince lasciando il seguito alla storia personale di Etzel, ma non del caso Maurizius che termina qui.
"Il caso Mauritius" è, prima di tutto, una indagine, un giallo in cui si cerca di far luce su un omicidio avvenuto anni fa e con molti punti oscuri. È anche, come dice lo stesso Henry Miller, tra le citazioni, una storia di vendetta che ha tutti gli elementi tipici della tragedia greca, oltre al rapporto di alti e bassi tra Etzel e il padre con il quale instaura una vera e propria lotta alla verità.
Wasserman scrive un'opera sul senso di crudeltà e di giustizia che, sebbene sia un po' lento in alcune parti, avvince lasciando il seguito alla storia personale di Etzel, ma non del caso Maurizius che termina qui.
December 6, 2020
This one took me a little over two months to get through, though the edition I read (a 1960s mass market paperback not listed on Goodreads) was only about 400 pages. Dense, though. For this novel Wassermann wrote in uncommonly long paragraphs, so each page was filled to it maximum with words in tiny, close-packed print. The acute psychological scrutiny of his characters also demands more time (and thought) than action or dialogue. Yet it's an incredible, intense, fascinating novel from a sadly forgotten German novelist. For fans of Stefan Zweig and Arthur Schnitzler.
May 25, 2022
A rica tessitura de “O Caso Maurizius” é o que eleva este trabalho de Jakob Wassermann a uma obra de arte. O enredo desta obra em particular e de toda a trilogia, tal como tenho visto nos poucos comentários que li, não tem feito justiça ao real significado da obra em minha opinião. Talvez por isso Wassermann que enquanto vivo gozava junto a Mann e Hesse a estima de maior romancista alemão do século XX caiu em relativo esquecimento. Vou tentar analisar, no sentido em que um crítico de música ou de tapeçaria, o motif do romance e sua execução.
O Triunfo da Juventude
Wassermann também é conhecido por outros romances como Caspar Hauser, Die Juden von Zindorf, Das Gänsemannchen e Mein Weg als Deutscher und Jude mas sua obra que mais lhe apetecia era Der Aufruhr um den Junker Etzel, (O burburinho a respeito do Junker Etzel, ao pé da letra, ou, na tradução inglesa The Triumph of Youth) uma alegoria sobre fanatismo, opressão e liberdade de expressão e criativa.
Aparentemente é uma novela histórica que se desenrola em Wurzburg, Alemanha do século XVII, sob o bispo Philipp Adolf von Ehrenberg quando da caça às bruxas em 1623. O garoto Etzel tinha seis anos quando presencia o traumatizante evento da morte do pai e é abandonado pela mãe que por achar que ele a odeia o deixa aos cuidados do Bispo. Este, o bispo de Wurzburg, ocupado em queimar bruxas e trucidar hereges, não quer saber do menino que é relegado a uma enfermeira surda e a um tutor bonzinho, Onno Molitor. Durante o abandono e a pobreza Etzel se torna aéreo, mofino e enigmático e desenvolve uma habilidade quase sobrenatural de contar histórias cativantes, quase hipnotizantes. As crianças e os adultos locais logo lhe formam séquito. (Aí está um forte elemento biográfico pois Wassermann também era hábil narrador quando menino, foi pobre e perdeu a mãe muito cedo.)
A mãe de Etzel então resolve visitá-lo mas a essa altura a fama de místico atrai a atenção de Padre Gropp, confessor do Bispo e jesuíta inflexível, que já o vigiava e busca pretexto para o prender. O Bispo, Padre Gropp, Etzel e sua mãe se reúnem e de fato a arapuca estava montada quando Etzel conquista o próprio Bispo. Fascinado com o sobrinho, o Bispo leva Etzel e a mãe para o castelo onde vivem felizes por algum tempo. Mas afinal as maquinações de Padre Gropp surtem efeito e ele prende Etzel. A mãe protesta, mas ela também é posta sob ferros e torturada na frente do filho. Mas o povo ultrajado, guiado pelas crianças e pelo jesuíta Padre Spe (esperança em latim), liberta Etzel e sua mãe, expulsando o Bispo e Padre Gropp (este, para sempre).
O feliz deus ex machina do final traz um tom de fábula sombria ao todo. O que na realidade aconteceu foi que o sobrinho do Bispo foi queimado vivo na fogueira, o Bispo que governou mais cinco anos não apenas não demonstrou qualquer crise de consciência como foi responsável pela morte de mais 900 pessoas. Ao reescrever imaginativamente a história Wassermann presta honra às vítimas e serviço à causa do indivíduo contra o fanatismo numa época em que Tarantino ainda não fazia “revenge movies”. A mistura de romance histórico e fábula no final teve um impactante efeito em críticos como Arnold Bennett que escreve:
Contudo, é óbvio que o final deixa algo de insatisfatório. Soa arranjado e Wassermann estava ciente disso. Havia mais a ser dito.
Der Aufruhr um den Junker Etzel, ou The Triumph of Youth, se tornou o motif, o elemento básico de tapeçaria, ao redor do qual O Caso Maurizius seria construído. Há até um paralelo que pode ser feito entre os personagens: Eztel é o protótipo de Etzel Andergast, a mãe de Etzel é Sophia Andergast, o Bispo está para Wolf Andergast, o Padre Gropp para Gregor Waremme, o Padre Spe para Belchior Ghisels e até a enfermeira surda e o tutor bonzinho acham paralelos aqui: Rie e Dr. Camil Raff.
Os temas de justiça, injustiça, liberdade e perseguição continuam a ser centrais, contudo aqui não estamos mais no reino da fábula ou da história mas de um presente sombrio, no limiar do nazismo. Os personagens são ambivalentes, há muitas camadas no contexto da ação e nos personagens. A ideia básica é replicada, aprofundada e posta em várias perspectivas. Este fino trabalho de enriquecimento é o que faz de "O caso Maurizius" uma obra tão impressionante.
Pai e Filho
O que se deve ter em mente – e vou relembrá-los ao longo da resenha – é a última frase do livro, essa não é a história de Etzel Andergast mas do caso Maurizius. Frequentemente isso é esquecido ao longo de outras resenhas. Farei o que puder para explicar o sentido das duas histórias mas Wassermann amarrou-as de forma quase inextrincável.
Etzel é um aluno do colegial como alguns adolescentes que tempos hoje: é um bom aluno mas sem entusiasmo, tem muitos amigos mas é realmente descompromissado. Sua família o ama e lhe tem cuidado. Muitos dizem que seu pai é por deveras rigoroso – e não o nego, mas para mim a questão é outra. O rigor aqui é apenas adjetivo, uma consequência. O autor chega a explicar a causa de forma mais profunda, quase genética. Há com a família Andergast algo errado:
[Há algo estranho com a vista de todos os Andergast. A Generala sofria há décadas de uma perturbação do nervo óptico. Há talvez nisso algum sentido profundo: quem somente pela vista vive, sofre pelos olhos. O intenso violeta-azul dos olhos do Herr von Andergast tinha algo de anormal.]
Mas esse aparente Éden familiar é fachada para um problema. Sophie, a Frau Andergast, traiu o marido e essa traição foi humilhante e traumatizante. Tudo referente a Sophie senão o absolutamente necessário deveria ser omitido de Etzel para que essa polução materna não corrompesse o garoto. Cartas, visitas e conversas misteriosas trazem à memória a pessoa ausente com quem ardentemente um filho buscava se reunir. Todos os membros da casa eram como espiões que como Panoptes guardavam e metodicamente controlavam os passos do menino. Etzel (que se via no começo do romance com 16 anos) se via cercado de adultos mentirosos, numa realidade que impedia qualquer exercício moral ou de personalidade e que exigia cega obediência e cumprimento de deveres externos. Sua realidade era como um sonho, intermitente, fraturada. Seu pensamento é primariamente imagético e concreto. Seus sonhos, pesadelos dantescos. O sentimento de provisoriedade abrangia todas as coisas, principalmente suas relações humanas. Todas suas amizades, meros compromissos. Incapaz de compartilhar ou elaborar sua própria dor, ele também não conseguia ser confidente dos outros. Quando esses pequenos fragmentos de consciência entram em conflito, ele recorria a um topos imaginativo:
[Quando tinha apenas 8 anos tinha adotado um certo “uso” – do qual raramente recorre no presente – para quando se sentia em desacordo consigo mesmo ou não conseguia vencer a melancolia. Etzel via isso como um atavismo, um regresso ao nível infantil, do qual saía com uma ressaca comparável a de um bêbado. Tal “uso” consiste em se esgoelar numa sinfonia composta por ele mesmo a partir de reminiscências de outras sinfonias.]
No centro desse mundo imaginativo estava o próprio pai, cujo símbolo era Hermes Trimegisto, o deus que atravessa os mundos. Oberstaatsanwalt (Procurador Geral) Wolf Freiherr Andergast estava no centro do “complô” que obscurecem Etzel de encontrar a verdade sobre a sua mãe.
Tudo mudou com a aparição de maltrapilho, pálido, macambúzio e quase fantasmagórico senhor com chapéu de comandante que dizia »Ich heiße Maurizius.«, “me chamo Maurizius”. A princípio Etzel se assustou mas depois, como um pálido Hamlet que vê o espectro do pai subir do seio da terra, ouve o discurso do pobre espírito. O que o velho Peter Paul Maurizius tinha para dizer estremeceu a vida de todos. Seu filho, Leonhardt Maurizius, tinha sido julgado injustamente e Herr Wolf Andergast tinha errado na corte.
Etzel Andergast
Mas o que quer Andergast? Ele terminaria por fugir de casa para ajudar o velho Maurizius. A nota de despedida de Etzel dizia ao final:
Seit ich von dem Schicksal und dem Prozeß des Leonhart Maurizius weiß und dem Anteil, den Du na seiner Verurteilung hast, ist keine Ruhe mehr in mir, da muß die Wahrheit an den Tag, ich will die Wahrheit finden.
[Desde que eu soube do destino e processo de Leonhardt Maurizius e a parte que lhe coube no seu julgamento não tive mais sossego. A verdade deve vir à luz, eu quero a verdade.]
Etzel quer a verdade. Mas esse não é um romance sobre a busca da verdade. Lembremos: essa não é a história de Etzel Andergast mas do caso Maurizius. O romance é sobre justiça (como vocês devem ter lido por aí) mas Etzel busca por verdade! Mas o que é verdade para o jovem? A pergunta é relevante porque em algum momento o leitor cairá em confusão: por que o interesse pelo Maurizius se ele busca pela mãe? Na verdade, o que é que Etzel tem que ver com todo esse julgamento, com que direito ele se mete nessa história?
[O jovem é mesmo um raro! Mesmo aqui, diante de quem ele chamaria um mestre [Melchior Ghisels], ele omite a realidade e o decisivo. Tal como o fez diante de Camill Raff e Robert Thielemann. Assim, na conversa com Thielemann a relação com a mãe serviu-lhe de biombo, aqui a relação com o pai cumpre esse papel.]
Esses três atos de revelação, na verdade propositalmente obscuros e enigmáticos, são tudo o que temos para entender Etzel. Fiz tudo o que pude para descrever a imagem que Wassermann pintou do Andergast filho na primeira parte do livro, uma pessoa com a vida interior fragmentada e fraco senso de realidade. Para Etzel a verdade é aquilo que unirá esses fragmentos e sobre a base sólida da qual uma realidade pode ser construída. A verdade destronará Hermes Trimegistos do grande teatro de espelhos, do mundinho controlado no qual se acha Etzel. A verdade começa a se construir a partir de três problemas: Qual carreira seguir? Esse é o tópico do diálogo com o prof. Raff. Com Thielemann, pouco antes de fugir de casa, a conversa é sobre a ausência e omissão da mãe. A relação com o pai e o caso Maurizius são expostos diante de Ghisels. Nenhum dos interlocutores tem o restante dos temas através dos quais Etzel pretende encontrar a verdade. O que é buscado nessa primeira parte do livro é a correta enunciação dos problemas:
[A coragem de encontrar a pergunta é o mais difícil. Para Etzel elaborar corajosamente uma pergunta sobre algo é ganhar impulso e liberdade para lidar com ela]
Assim, da selvagem confusão em que se acha aquela consciência, uma linha de trabalho começa a ser elaborada. Embora no começo apenas uma intuição, a inocência de Leonhardt Maurizius se torna para Etzel uma questão existencial. Como vemos no diálogo entre Camill Raff e o Senhor von Andergast não é a primeira vez que o garoto toma para si a responsabilidade de trazer justiça a um oprimido; e isso leva a crer a muitos críticos que Etzel é um militante de um conceito abstrato de justiça. O restante do livro me leva a crer que não. O caso Maurizius é para Etzel uma questão pessoal e concreta. Um passo para organizar seu mundo interno, de conectá-lo com a realidade exterior e a vida.
O Caso Maurizius
Quanto mais distante do drama familiar e mais próximos do thriller policial, menos engajados se sentem os leitores. Não tirei isso de nenhum lugar nem me senti assim. Apenas suponho que leitores de Hesse e Kundera – autores que suponho próximos a Wassermann - se sentiriam dessa forma. O fato é que na segunda parte do romance o foco está na família Maurizius principalmente.
Tal como a busca da verdade onde a elaboração da pergunta é importante, para a busca da justiça ela é vital. Veremos o caso Maurizius elaborado de diversas formas. Peter Paul Maurizius, o pai protetivo, o faz. Etzel lê como os jornais e revistas da época retrataram o julgamento. Ouvimos os professores explicarem o significado do caso. Também ouvimos a repercussão doméstica através de vovó Andergast e Sophie. Mas a narrativa decisiva foi a do Oberstaatsanwalt Wolf Freiherr von Andergast embora nunca a ouçamos de sua boca, mas através dos autos.
Otto Leonhardt Maurizius era um pobre estudante universitário que dependia economicamente do pai. Embora um aluno talentoso, Leonhardt era mais conhecido por ser um conquistador e um apostador. Mesmo enquanto professor ele não consegue se livrar das dívidas e aos 23 anos casa com a rica viúva de 38 anos Elli Hensolt (Jahn, quando solteira) – um casamento que o pai não aceita (os Maurizius são protestantes e os Jahns católicos além de outros fatores) e distancia-se do filho. O casamento começa bem mas encontra seu primeiro empecilho com a chegada de Anna Jahn, a ex-freira e irmã pobre de Elli, cuja presença incomoda Leonhardt. Um choque maior foi a descoberta de uma filha ilegítima, Hildegard, fruto dos seus dias de solteiro. A situação foi amenizada quando Anna tomou conta da menina que depois foi estudar em Londres.
A dinâmica familiar se transformaria com a chegada de um novo elemento, um personagem cujos traços trazem uma nova direção a toda a história, Gregor Waremme.
O Triunfo da Juventude
Wassermann também é conhecido por outros romances como Caspar Hauser, Die Juden von Zindorf, Das Gänsemannchen e Mein Weg als Deutscher und Jude mas sua obra que mais lhe apetecia era Der Aufruhr um den Junker Etzel, (O burburinho a respeito do Junker Etzel, ao pé da letra, ou, na tradução inglesa The Triumph of Youth) uma alegoria sobre fanatismo, opressão e liberdade de expressão e criativa.
Aparentemente é uma novela histórica que se desenrola em Wurzburg, Alemanha do século XVII, sob o bispo Philipp Adolf von Ehrenberg quando da caça às bruxas em 1623. O garoto Etzel tinha seis anos quando presencia o traumatizante evento da morte do pai e é abandonado pela mãe que por achar que ele a odeia o deixa aos cuidados do Bispo. Este, o bispo de Wurzburg, ocupado em queimar bruxas e trucidar hereges, não quer saber do menino que é relegado a uma enfermeira surda e a um tutor bonzinho, Onno Molitor. Durante o abandono e a pobreza Etzel se torna aéreo, mofino e enigmático e desenvolve uma habilidade quase sobrenatural de contar histórias cativantes, quase hipnotizantes. As crianças e os adultos locais logo lhe formam séquito. (Aí está um forte elemento biográfico pois Wassermann também era hábil narrador quando menino, foi pobre e perdeu a mãe muito cedo.)
A mãe de Etzel então resolve visitá-lo mas a essa altura a fama de místico atrai a atenção de Padre Gropp, confessor do Bispo e jesuíta inflexível, que já o vigiava e busca pretexto para o prender. O Bispo, Padre Gropp, Etzel e sua mãe se reúnem e de fato a arapuca estava montada quando Etzel conquista o próprio Bispo. Fascinado com o sobrinho, o Bispo leva Etzel e a mãe para o castelo onde vivem felizes por algum tempo. Mas afinal as maquinações de Padre Gropp surtem efeito e ele prende Etzel. A mãe protesta, mas ela também é posta sob ferros e torturada na frente do filho. Mas o povo ultrajado, guiado pelas crianças e pelo jesuíta Padre Spe (esperança em latim), liberta Etzel e sua mãe, expulsando o Bispo e Padre Gropp (este, para sempre).
O feliz deus ex machina do final traz um tom de fábula sombria ao todo. O que na realidade aconteceu foi que o sobrinho do Bispo foi queimado vivo na fogueira, o Bispo que governou mais cinco anos não apenas não demonstrou qualquer crise de consciência como foi responsável pela morte de mais 900 pessoas. Ao reescrever imaginativamente a história Wassermann presta honra às vítimas e serviço à causa do indivíduo contra o fanatismo numa época em que Tarantino ainda não fazia “revenge movies”. A mistura de romance histórico e fábula no final teve um impactante efeito em críticos como Arnold Bennett que escreve:
“What particularly and astonishingly satisfies me in this book is its atmosphere of naturalness. Everything is terrible, but nothing is forced, and beauty disengages itself from the asphyxiating horror. The people are not aware that they are living in the dark age. They hate their age: they are unhappy and unfortunate in it: but their age is as ordinary to them as ours to us. They have no idea that any other age could be different from theirs. Herein is the supreme excellence of a historical fiction. Jacob Wasserman is indeed an uncommon fellow. He has at once imagination, insight, a fine sense of form and marked dramatic power.”
Contudo, é óbvio que o final deixa algo de insatisfatório. Soa arranjado e Wassermann estava ciente disso. Havia mais a ser dito.
Der Aufruhr um den Junker Etzel, ou The Triumph of Youth, se tornou o motif, o elemento básico de tapeçaria, ao redor do qual O Caso Maurizius seria construído. Há até um paralelo que pode ser feito entre os personagens: Eztel é o protótipo de Etzel Andergast, a mãe de Etzel é Sophia Andergast, o Bispo está para Wolf Andergast, o Padre Gropp para Gregor Waremme, o Padre Spe para Belchior Ghisels e até a enfermeira surda e o tutor bonzinho acham paralelos aqui: Rie e Dr. Camil Raff.
Os temas de justiça, injustiça, liberdade e perseguição continuam a ser centrais, contudo aqui não estamos mais no reino da fábula ou da história mas de um presente sombrio, no limiar do nazismo. Os personagens são ambivalentes, há muitas camadas no contexto da ação e nos personagens. A ideia básica é replicada, aprofundada e posta em várias perspectivas. Este fino trabalho de enriquecimento é o que faz de "O caso Maurizius" uma obra tão impressionante.
Pai e Filho
O que se deve ter em mente – e vou relembrá-los ao longo da resenha – é a última frase do livro, essa não é a história de Etzel Andergast mas do caso Maurizius. Frequentemente isso é esquecido ao longo de outras resenhas. Farei o que puder para explicar o sentido das duas histórias mas Wassermann amarrou-as de forma quase inextrincável.
Etzel é um aluno do colegial como alguns adolescentes que tempos hoje: é um bom aluno mas sem entusiasmo, tem muitos amigos mas é realmente descompromissado. Sua família o ama e lhe tem cuidado. Muitos dizem que seu pai é por deveras rigoroso – e não o nego, mas para mim a questão é outra. O rigor aqui é apenas adjetivo, uma consequência. O autor chega a explicar a causa de forma mais profunda, quase genética. Há com a família Andergast algo errado:
mit den Augen waren alle Andergasts nicht in Ordnung, die alte Generalin litt schon seit Jahrzehnten an einer Störung des Sehnervs.(...)Vielleicht hatte das eine tiefere Bedeutung: wer bloß mit den Augen lebt, leidet durch die Augen. Hatte doch auch die intensive Veilchenbläue der Augen des Herrn von Andergast etwas Abnormes.
[Há algo estranho com a vista de todos os Andergast. A Generala sofria há décadas de uma perturbação do nervo óptico. Há talvez nisso algum sentido profundo: quem somente pela vista vive, sofre pelos olhos. O intenso violeta-azul dos olhos do Herr von Andergast tinha algo de anormal.]
Mas esse aparente Éden familiar é fachada para um problema. Sophie, a Frau Andergast, traiu o marido e essa traição foi humilhante e traumatizante. Tudo referente a Sophie senão o absolutamente necessário deveria ser omitido de Etzel para que essa polução materna não corrompesse o garoto. Cartas, visitas e conversas misteriosas trazem à memória a pessoa ausente com quem ardentemente um filho buscava se reunir. Todos os membros da casa eram como espiões que como Panoptes guardavam e metodicamente controlavam os passos do menino. Etzel (que se via no começo do romance com 16 anos) se via cercado de adultos mentirosos, numa realidade que impedia qualquer exercício moral ou de personalidade e que exigia cega obediência e cumprimento de deveres externos. Sua realidade era como um sonho, intermitente, fraturada. Seu pensamento é primariamente imagético e concreto. Seus sonhos, pesadelos dantescos. O sentimento de provisoriedade abrangia todas as coisas, principalmente suas relações humanas. Todas suas amizades, meros compromissos. Incapaz de compartilhar ou elaborar sua própria dor, ele também não conseguia ser confidente dos outros. Quando esses pequenos fragmentos de consciência entram em conflito, ele recorria a um topos imaginativo:
Als achtjähriger Junge schon hat er eine Vorliebe dafür gehabt, jetzt verfällt er nur noch selten darauf, nur wenn er einmal uneins mit sich ist und einer niederschlagenden Stimmung nicht Herr werden kann. Er betrachtet es als einen Atavismus, Rückkehr in infantile Betätigung und verfällt dann in einen Katzenjammer wie nach einer Sauferei. Das Dirigieren besteht darin, daß er aus voller Kehle eine selbstkomponierte, das heißt aus allen möglichen Melodienreminiszenzen zusammengestoppelte Symphonie brüllt.
[Quando tinha apenas 8 anos tinha adotado um certo “uso” – do qual raramente recorre no presente – para quando se sentia em desacordo consigo mesmo ou não conseguia vencer a melancolia. Etzel via isso como um atavismo, um regresso ao nível infantil, do qual saía com uma ressaca comparável a de um bêbado. Tal “uso” consiste em se esgoelar numa sinfonia composta por ele mesmo a partir de reminiscências de outras sinfonias.]
No centro desse mundo imaginativo estava o próprio pai, cujo símbolo era Hermes Trimegisto, o deus que atravessa os mundos. Oberstaatsanwalt (Procurador Geral) Wolf Freiherr Andergast estava no centro do “complô” que obscurecem Etzel de encontrar a verdade sobre a sua mãe.
Tudo mudou com a aparição de maltrapilho, pálido, macambúzio e quase fantasmagórico senhor com chapéu de comandante que dizia »Ich heiße Maurizius.«, “me chamo Maurizius”. A princípio Etzel se assustou mas depois, como um pálido Hamlet que vê o espectro do pai subir do seio da terra, ouve o discurso do pobre espírito. O que o velho Peter Paul Maurizius tinha para dizer estremeceu a vida de todos. Seu filho, Leonhardt Maurizius, tinha sido julgado injustamente e Herr Wolf Andergast tinha errado na corte.
Etzel Andergast
Mas o que quer Andergast? Ele terminaria por fugir de casa para ajudar o velho Maurizius. A nota de despedida de Etzel dizia ao final:
Seit ich von dem Schicksal und dem Prozeß des Leonhart Maurizius weiß und dem Anteil, den Du na seiner Verurteilung hast, ist keine Ruhe mehr in mir, da muß die Wahrheit an den Tag, ich will die Wahrheit finden.
[Desde que eu soube do destino e processo de Leonhardt Maurizius e a parte que lhe coube no seu julgamento não tive mais sossego. A verdade deve vir à luz, eu quero a verdade.]
Etzel quer a verdade. Mas esse não é um romance sobre a busca da verdade. Lembremos: essa não é a história de Etzel Andergast mas do caso Maurizius. O romance é sobre justiça (como vocês devem ter lido por aí) mas Etzel busca por verdade! Mas o que é verdade para o jovem? A pergunta é relevante porque em algum momento o leitor cairá em confusão: por que o interesse pelo Maurizius se ele busca pela mãe? Na verdade, o que é que Etzel tem que ver com todo esse julgamento, com que direito ele se mete nessa história?
Der seltsame Junge! Auch hier, gewissermaßen vor seinem Meister, hielt er mit dem Tatsächlichen, dem Schicksalhaften zurück. So wie er gegen Camill Raff und gegen Robert Thielemann damit zurückgehalten hatte. Und wie er im Gespräch mit Thielemann das Verhältnis der Mutter als Paravent benutzt hatte, so schob er jetzt die Beziehung zum Vater vor.
[O jovem é mesmo um raro! Mesmo aqui, diante de quem ele chamaria um mestre [Melchior Ghisels], ele omite a realidade e o decisivo. Tal como o fez diante de Camill Raff e Robert Thielemann. Assim, na conversa com Thielemann a relação com a mãe serviu-lhe de biombo, aqui a relação com o pai cumpre esse papel.]
Esses três atos de revelação, na verdade propositalmente obscuros e enigmáticos, são tudo o que temos para entender Etzel. Fiz tudo o que pude para descrever a imagem que Wassermann pintou do Andergast filho na primeira parte do livro, uma pessoa com a vida interior fragmentada e fraco senso de realidade. Para Etzel a verdade é aquilo que unirá esses fragmentos e sobre a base sólida da qual uma realidade pode ser construída. A verdade destronará Hermes Trimegistos do grande teatro de espelhos, do mundinho controlado no qual se acha Etzel. A verdade começa a se construir a partir de três problemas: Qual carreira seguir? Esse é o tópico do diálogo com o prof. Raff. Com Thielemann, pouco antes de fugir de casa, a conversa é sobre a ausência e omissão da mãe. A relação com o pai e o caso Maurizius são expostos diante de Ghisels. Nenhum dos interlocutores tem o restante dos temas através dos quais Etzel pretende encontrar a verdade. O que é buscado nessa primeira parte do livro é a correta enunciação dos problemas:
Mut zu der Frage zu finden, das war das Schwerste. Einmal in einer Sache mutig gefragt, hieß für Etzel, Schwungkraft und Freiheit zu Handlungen zu gewinnen...
[A coragem de encontrar a pergunta é o mais difícil. Para Etzel elaborar corajosamente uma pergunta sobre algo é ganhar impulso e liberdade para lidar com ela]
Assim, da selvagem confusão em que se acha aquela consciência, uma linha de trabalho começa a ser elaborada. Embora no começo apenas uma intuição, a inocência de Leonhardt Maurizius se torna para Etzel uma questão existencial. Como vemos no diálogo entre Camill Raff e o Senhor von Andergast não é a primeira vez que o garoto toma para si a responsabilidade de trazer justiça a um oprimido; e isso leva a crer a muitos críticos que Etzel é um militante de um conceito abstrato de justiça. O restante do livro me leva a crer que não. O caso Maurizius é para Etzel uma questão pessoal e concreta. Um passo para organizar seu mundo interno, de conectá-lo com a realidade exterior e a vida.
O Caso Maurizius
Quanto mais distante do drama familiar e mais próximos do thriller policial, menos engajados se sentem os leitores. Não tirei isso de nenhum lugar nem me senti assim. Apenas suponho que leitores de Hesse e Kundera – autores que suponho próximos a Wassermann - se sentiriam dessa forma. O fato é que na segunda parte do romance o foco está na família Maurizius principalmente.
Tal como a busca da verdade onde a elaboração da pergunta é importante, para a busca da justiça ela é vital. Veremos o caso Maurizius elaborado de diversas formas. Peter Paul Maurizius, o pai protetivo, o faz. Etzel lê como os jornais e revistas da época retrataram o julgamento. Ouvimos os professores explicarem o significado do caso. Também ouvimos a repercussão doméstica através de vovó Andergast e Sophie. Mas a narrativa decisiva foi a do Oberstaatsanwalt Wolf Freiherr von Andergast embora nunca a ouçamos de sua boca, mas através dos autos.
Otto Leonhardt Maurizius era um pobre estudante universitário que dependia economicamente do pai. Embora um aluno talentoso, Leonhardt era mais conhecido por ser um conquistador e um apostador. Mesmo enquanto professor ele não consegue se livrar das dívidas e aos 23 anos casa com a rica viúva de 38 anos Elli Hensolt (Jahn, quando solteira) – um casamento que o pai não aceita (os Maurizius são protestantes e os Jahns católicos além de outros fatores) e distancia-se do filho. O casamento começa bem mas encontra seu primeiro empecilho com a chegada de Anna Jahn, a ex-freira e irmã pobre de Elli, cuja presença incomoda Leonhardt. Um choque maior foi a descoberta de uma filha ilegítima, Hildegard, fruto dos seus dias de solteiro. A situação foi amenizada quando Anna tomou conta da menina que depois foi estudar em Londres.
A dinâmica familiar se transformaria com a chegada de um novo elemento, um personagem cujos traços trazem uma nova direção a toda a história, Gregor Waremme.
Spieler, Salonlöwe, Weiberheld, nun, das kennt man, der Typus ist nicht aufregend; zugleich aber Philolog, Philosoph, Dichter, Politiker, und in welchem Format! Kein hergeschneiter Dilettant, kein Gedächtnisakrobat, sondern ein produktiver Geist, etwas wie ein Teufelskerl, ein Universalgenie. Er arbeitet an einer neuen und, wie es heißt, grandiosen Übersetzung des ganzen Plato, aus der er seinen Freunden bisweilen Bruchstücke zum besten gibt, und hält Privatvorlesungen über Hegel und den Hegelianismus, der ja eben im Begriff ist, wieder in Blüte zu treten. Er veröffentlicht einen Band Deutsche Oden von Hölderlinschem Klang und führt in einer Zeitschrift für Altertumskunde den profunden Nachweis, daß die Parsifalsage durchaus nicht rein französischen Ursprungs sei, sondern in altgermanischer Mythe wurzele. Wie man hört, war er persona grata beim Fürstbischof von Breslau und ist durch diesen an den rheinischen hohen Klerus warm empfohlen worden. Als überzeugter Katholik besucht er die Messe, lebt aber dabei geschieden von seiner Frau. Er hat weder Vermögen noch regelmäßiges Einkommen, weigert sich aber, ein Lehramt oder eine dotierte Stellung anzunehmen. Ist es, weil er seine Unabhängigkeit bewahren will (wenn er es beteuert, glaubt man ihm unbedingt), oder fließt ihm Geld aus irgendwelchen dunklen Quellen zu? Auch das könnte man glauben. Seine stärkste Wirksamkeit ist die philosophisch-politische. Mit aller Leidenschaft, die ihm innewohnt, verkündet er die deutsche Weltmission und erklärt, Deutschland müsse in seiner Enge ersticken, an den zerstörenden Elementen im eigenen Haus zugrunde gehen, wenn es sich nicht durch einen Krieg Luft mache. Dieser Krieg ist ihm religiöse Angelegenheit, er nennt
ihn heilig, er fühlt sich als seinen Peter von Amiens. Indem er sich auf die historische Überlieferung stützt, die am Ausgang eines gesegneten Mittelalters durch die lateinisch-keltische Flut unterbrochen worden ist, errichtet er im Geist ein römisch-deutsches Imperium, das von Sizilien bis Livland und von Rotterdam bis an den Bosporus reicht. Alles muß dieser Konstruktion dienen, Kunst und Dichtung, Gotik und Barock, Renaissance und Antike, Christus und die Kirchenväter. Entweder ist es wirklich die Idee, die ihn zum Fanatiker macht (falls er einer ist), oder Fanatismus (falls er ihn hat) ist ein Bestandteil seines Wesens und treibt die Idee aus sich heraus, weil die Zeit dafür reif ist. An Anhängern fehlt es nicht; Bewunderer, können sie auch seiner hungrigen Eitelkeit nie genügen, umschwärmen ihn gelehrig, und die Vermutung einiger kühler Beobachter mag nicht aus der Luft gegriffen sein, daß ihm mächtigere Leute den Rücken decken als eroberungslustige Professoren,...
March 1, 2025
Llevo tres días totalmente embelesado y fascinado con "El caso Maurizius" de Jacob Wassermann. Justicia, relación padre- hijo, la subjetividad del relato enfrentada, una premonición del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Un texto que se disfruta por la riqueza de pensamiento. Es una de mis mejores lecturas del 2025. Hay alguien que lo cuenta mejor que yo: https://kansasbooks.blogspot.com/2025....
Recuerdo que cuando era un crío vi una serie de dibujos animados basada en un libro de Wassermann: "El hombrecillo de los gansos" del que tengo un grato recuerdo.
Leer "El caso Maurizius" es posicionarse ante la barbarie actual del pensamiento ultra.
Recuerdo que cuando era un crío vi una serie de dibujos animados basada en un libro de Wassermann: "El hombrecillo de los gansos" del que tengo un grato recuerdo.
Leer "El caso Maurizius" es posicionarse ante la barbarie actual del pensamiento ultra.
April 22, 2013
Ci ho messo un po' a finirlo, ma solo per mancanza di tempo. La storia è molto bella ed offre validi spunti di riflessione sul tema della giustizia. Molto intenso, i personaggi - soprattutto alcuni - sono descritti in maniera molto approfondita e spesso toccante. L'unica perplessità è data dallo stile di scrittura, in alcuni punti un po' ampolloso al punto di risultare pesante. Però potrebbe anche essere un problema derivante dalla traduzione, non so, tenuto anche conto del fatto che la edizione a mia disposizione è datata 1966.
September 22, 2017
Finisco adesso di leggere questo libro (primo di una trilogia, che adesso vanno tanto di moda) di Jakob Wasserman, scrittore tedesco dei primi del Novecento. Non è un libro facile, Wassermann scrive prolisso, ed a volte si perde nei meandri della mente, come forse gli amici di Schnitzler facevano ai suoi tempi. Ma sono andata avanti. Stoica, tedesca anch'io. Non so se leggerò gli altri due libri che continuano la storia di Etzel Andergast, forse tra un po'. Di seguito mi pare troppo. Ma chissà...
September 8, 2015
A novel about conflict between father (state attorney) and adolescent son representing the "old" system (Wilhelminian spirit during Weimar republic) and radical enthusiasm for justice. Demonstrated by a major court failure of a murder case 19 years ago. Also an interesting illustration of German society from 1900 to 1925.
February 9, 2020
Uma mistura improvável de Dostoiévski, Kafka e... Conan Doyle.
Vai dos males do positivismo alemão do entre-guerras à impossibilidade da justiça; das dificuldades de relacionamento entre um pai que sucumbe e um filho adolescente que o quer ver sucumbir, ao amor culpado do pai que negou um favor ao filho adulto; do amor mais profundo à mais banal das desilusões.
Vai dos males do positivismo alemão do entre-guerras à impossibilidade da justiça; das dificuldades de relacionamento entre um pai que sucumbe e um filho adolescente que o quer ver sucumbir, ao amor culpado do pai que negou um favor ao filho adulto; do amor mais profundo à mais banal das desilusões.
June 11, 2017
One of the best book ever. I reader twice. Amazing and well writen.
August 30, 2018
Tenía muchas espectativas puestas en esta novela y desgraciadamente, en parte me ha defraudado. Es interesante ver la relación (o quizá sería mejor decir falta de ella) entre Eztel y su padre, el señor Andergast, y como se transforma a lo largo de la novela, además de ver como 'evoluciona' Herr Andergast. La novela también resulta una interesante muestra de la Alemania de principios del siglos XX, antes de que llegara la locura. Es curioso como algunas frases parecen salidas de un oráculo, aunque a lo mejor soy yo, que estoy leyendo cosas donde no las hay.
Lo que se me ha atragantando, era lo que a priori parecía la parte más interesante, es decir, la parte judicial y la investigación de que pasó realmente con Maurizius. Me parece que hay demasiada palabrería y demasiados discursos por parte de los implicados que no hacen más que dar vueltas al asunto sin llegar a ninguna parte. Dado que estamos hablando de casi 600 páginas, a ratos se me hizo arduo continuar leyendo.
Lo que se me ha atragantando, era lo que a priori parecía la parte más interesante, es decir, la parte judicial y la investigación de que pasó realmente con Maurizius. Me parece que hay demasiada palabrería y demasiados discursos por parte de los implicados que no hacen más que dar vueltas al asunto sin llegar a ninguna parte. Dado que estamos hablando de casi 600 páginas, a ratos se me hizo arduo continuar leyendo.
June 29, 2023
“
— Está bien, hablemos de la justicia — dijo sacando el pecho, lo que le daba un aire fanfarrón y ofendido a la vez.
No reclames airadamente lo que se te debe, no sea que te lo acuerden de verdad. (...) exigir de la sociedad justicia es una perfecta falta de sentido, porque no dispone de los medios necesarios para acordarla. Además, no está hecha para ello. Es como querer iniciar a un bebé en los misterios del cálculo integral y descuidarse de darle la leche que le es necesaria. Nosotros no tenemos la leche que necesitamos. (...) La mujer que reclamaba ante Salomón que el niño en litigio fuera cortado en dos, representa el encarnizamiento para sacar de la idea de justicia sus últimas consecuencias. Ateniéndose a la justicia pura, el niño debe ser cortado en dos.
¿Se ha visto alguna vez, desde que el mundo es mundo, que una guerra tuviese una causa justa? ¿Se ha visto nunca a un general que librara sus batallas por la justicia? (...) Lo invito a que reflexione un poco en las relaciones, iba a decir en el parentesco, que existe entre la idea de derecho y la idea de venganza. ¿Cuándo y dónde, en la historia, vio usted que se fundaban imperios y religiones, que se edificaban ciudades, y que se difundía la civilización con ayuda de la justicia?
¿Conoce un ejemplo de ello? Yo no lo conozco. ¿Dónde está la picota que hará expiar la masacre de diez millones de indios, el envenenamiento con el opio de cien millones de chinos y la esclavitud a que han sido reducidos trescientos millones de hindúes? ¿Quién detuvo a los navíos repletos de esclavos negros que, del decimosexto al decimonoveno siglo, atravesaron el océano de África para América en largas caravanas? ¿Quién levanta el dedo meñique en favor de centenares de miles de hombres que se consumen en las minas de cobre del Brasil? (...) ¿Quiere otros ejemplos? Los tengo a su disposición. (...) La empresa es demasiado vasta y el individuo de formato demasiado pequeño, mi pobre Mohl. ¡Son presunciones!
¿Para qué reclamar la justicia a grito pelado, cuando la realidad que nos rodea nos recuerda sin cesar, con un desprecio insolente, que vivimos únicamente del fruto de la injusticia? El bocado de pan que yo como, el marco que gano y el par de zapatos que llevo puesto, es el resultado de un complicado sistema de injusticias y violaciones del derecho. Toda existencia humana, toda actividad humana, presupone hoy una hecatombe de víctimas. Usted y sus semejantes suponen, por el contrario, que existe una voluntad de justicia, una idea inmanente de la justicia, por decir así. Es falso. Es un sofisma. Al conjunto de la humanidad se le importa bien poco de la justicia. No tiene órgano para percibirla.
”
— Está bien, hablemos de la justicia — dijo sacando el pecho, lo que le daba un aire fanfarrón y ofendido a la vez.
No reclames airadamente lo que se te debe, no sea que te lo acuerden de verdad. (...) exigir de la sociedad justicia es una perfecta falta de sentido, porque no dispone de los medios necesarios para acordarla. Además, no está hecha para ello. Es como querer iniciar a un bebé en los misterios del cálculo integral y descuidarse de darle la leche que le es necesaria. Nosotros no tenemos la leche que necesitamos. (...) La mujer que reclamaba ante Salomón que el niño en litigio fuera cortado en dos, representa el encarnizamiento para sacar de la idea de justicia sus últimas consecuencias. Ateniéndose a la justicia pura, el niño debe ser cortado en dos.
¿Se ha visto alguna vez, desde que el mundo es mundo, que una guerra tuviese una causa justa? ¿Se ha visto nunca a un general que librara sus batallas por la justicia? (...) Lo invito a que reflexione un poco en las relaciones, iba a decir en el parentesco, que existe entre la idea de derecho y la idea de venganza. ¿Cuándo y dónde, en la historia, vio usted que se fundaban imperios y religiones, que se edificaban ciudades, y que se difundía la civilización con ayuda de la justicia?
¿Conoce un ejemplo de ello? Yo no lo conozco. ¿Dónde está la picota que hará expiar la masacre de diez millones de indios, el envenenamiento con el opio de cien millones de chinos y la esclavitud a que han sido reducidos trescientos millones de hindúes? ¿Quién detuvo a los navíos repletos de esclavos negros que, del decimosexto al decimonoveno siglo, atravesaron el océano de África para América en largas caravanas? ¿Quién levanta el dedo meñique en favor de centenares de miles de hombres que se consumen en las minas de cobre del Brasil? (...) ¿Quiere otros ejemplos? Los tengo a su disposición. (...) La empresa es demasiado vasta y el individuo de formato demasiado pequeño, mi pobre Mohl. ¡Son presunciones!
¿Para qué reclamar la justicia a grito pelado, cuando la realidad que nos rodea nos recuerda sin cesar, con un desprecio insolente, que vivimos únicamente del fruto de la injusticia? El bocado de pan que yo como, el marco que gano y el par de zapatos que llevo puesto, es el resultado de un complicado sistema de injusticias y violaciones del derecho. Toda existencia humana, toda actividad humana, presupone hoy una hecatombe de víctimas. Usted y sus semejantes suponen, por el contrario, que existe una voluntad de justicia, una idea inmanente de la justicia, por decir así. Es falso. Es un sofisma. Al conjunto de la humanidad se le importa bien poco de la justicia. No tiene órgano para percibirla.
”
October 9, 2007
Viel zu langatmig ! Das Thema war nicht so reich, dass es verdient hätte, über 600 Seiten entwickelt zu werden. Schöne Momente trotzdem, besonders am Anfang.
January 5, 2011
Excelent narrative, readable easily till the end without stopping.
The end of the book unexpected. A forgotten masterpiece.
The end of the book unexpected. A forgotten masterpiece.
September 30, 2020
This is a wonderful novel. It has a cast of beautifully described characters and a plot almost like a thriller.
February 27, 2018
Wassermann is a more or less forgotten writer. I think he does not compare unfavorably to Thomas Mann. This is an excellent novel.
June 27, 2022
Primo libro di una trilogia . Il caso Maurizius è un romanzo tratto da una storia vera, che racconta la verità dietro un processo che condanna un uomo per un delitto che non ha commesso. Etzel Andergast è un ragazzo di 16 anni figlio del procuratore Andergast, che quasi 20 anni fa giudico colpevole Maurizius . Etzel dopo l'incontro con il padre di Maurizius si interessa sempre di più a questo caso e capisce dalle sue parole che c'è molto di più di quello che è stato detto e che il signor Maurizius è stato condannato per un'ingiusta causa. Il ragazzo allora prende una decisione drastica decide di partire per percorrere un lungo viaggio che lo porterà alla ricerca di quelle persone che durante il processo hanno determinato il giudizio finale del processo. Durante questo lungo viaggio, anche un'altra persona si interessa di nuovo al caso, il procuratore Andergast che dopo la scomparsa del figlio decide di indagare nuovamente sul caso e per farlo si ripresenta davanti alla cella del detenuto Mauriuzius. E proprio da questo punto scopriremo la storia di questa persona . Scopriremo che cosa e successo quella sera che cambio per sempre la vita di quest'ultimo. Tra un susseguirsi di colpi di scene e rivelazioni scioccanti vediamo pian piano scoprire tutte le verità, e capiremo che alle volte la giustizia non colpisce tutte le persone allo stesso modo.
Romanzo davvero appassionante, anche se all'inizio ho trovato un po' altalenante tra passaggi davvero interessanti che hanno catturato subito la mia attenzione a momenti in cui Jakob Wassermann si dilunga troppo allontanandosi qualche volta dal discorso che stava seguendo. Infatti all'inizio è stato difficile seguire il ritmo della storia, trovandomi a dover alternare a questa lettura quella di altri libri e questo per lo meno fino alla metà del libro, dopo la storia a preso tutta un'altra piega. Libro che consiglio e spero presto di poter leggere il secondo e il terzo volume di questa trilogia.
Romanzo davvero appassionante, anche se all'inizio ho trovato un po' altalenante tra passaggi davvero interessanti che hanno catturato subito la mia attenzione a momenti in cui Jakob Wassermann si dilunga troppo allontanandosi qualche volta dal discorso che stava seguendo. Infatti all'inizio è stato difficile seguire il ritmo della storia, trovandomi a dover alternare a questa lettura quella di altri libri e questo per lo meno fino alla metà del libro, dopo la storia a preso tutta un'altra piega. Libro che consiglio e spero presto di poter leggere il secondo e il terzo volume di questa trilogia.
July 20, 2023
This is the first of a trilogy featuring the character of Etzel Andergast. Although it has the structure of a mystery, this is a very dense psychological study of the characters in the parallel plots. A critique of 1920s German justice system, it has been compared to Dostoevsky's Crime and Punishment, but Thomas Mann's The Magic Mountain also comes to mind.
This novel is a slow read. Don't take it on unless you are experienced with 20th-century long novels of ideas. However, there is a study of the effects of antisemitism on the villain Warshauer/Waremme that is of interest considering that the book was written in 1929, just before Nazis took power. Warshauer's behavior parallels that of the chief prosecutor/father, von Andergast. Both are manipulators and arrogant intellectuals who have far too much power. The son, Etzel, is fighting both.
This novel is a slow read. Don't take it on unless you are experienced with 20th-century long novels of ideas. However, there is a study of the effects of antisemitism on the villain Warshauer/Waremme that is of interest considering that the book was written in 1929, just before Nazis took power. Warshauer's behavior parallels that of the chief prosecutor/father, von Andergast. Both are manipulators and arrogant intellectuals who have far too much power. The son, Etzel, is fighting both.
August 1, 2018
Maurizius, al cabo de muchos años preso, comprendería lo que se le había venido encima. Había fingido no sentir nada mientras conservaba apenas una chispa de dignidad, de autocontrol. Y como le pasó a su esposa, por cuyo asesinato estaba encarcelado, fue perdiendo el dominio de sí mismo a cada día que pasaba, aunque se aferrara a él “con la fuerza de la desesperación”. El principio de una pérdida que sería irrecuperable. “Regresar a los lugares en los que se ha sufrido una pena jamás mitigada no es tanto una prueba para la memoria del corazón como para la de los ojos”, dirían durante este torrente trágico, convertido para el fiscal que provocó la condena de Maurizius en la mancha indeleble de una vida que se torcería en su mejor momento…
April 18, 2019
Escrita en 1928, reflecteix la situació moral de l’època, quan els valors antics estan saltant pels aires i ja no es pot amagar més la podridura dels vells costums arrelats a tota la societat. La rigidesa de la justícia, amb l’anàlisi d’un cèlebre error judicial, és el paradigma d’aquesta societat decadent que està tocant fons. En ocasions, la lectura s’ha fet feixuga amb una sensació de llegir una novela del s. XIX amb aquestes pàgines que ens descriuen, tan exhaustivament, les meditacions dels personatges.
October 23, 2025
Es un libro extraordinario.
En la primera parte del libro la trama avanza con ritmo, el autor va moviendo a los protagonistas por la historia con rapidez y, llegado el momento, todo se ralentiza y comienza una serie de diálogos largos, con buena carga filosófica, donde el relato va cogiendo profundidad para dar lugar a un desenlace fugaz.
En la primera parte del libro la trama avanza con ritmo, el autor va moviendo a los protagonistas por la historia con rapidez y, llegado el momento, todo se ralentiza y comienza una serie de diálogos largos, con buena carga filosófica, donde el relato va cogiendo profundidad para dar lugar a un desenlace fugaz.
November 5, 2025
Ein nicht ganz leicht zu lesendes Buch, teils ist es etwas langatmig, insbesondere im ersten Teil. Es lohnt sich aber dranzubleiben, es warten spannende - erstaunlich aktuell und tiefschichtig anmutende - Geschichten und damit verbundene Einsichten, sowie die „Lösung“ des Falls, welche dann umso mitreisender sind.
November 10, 2025
Un bel classico, che risente in alcuni punti del passaggio del tempo (ritmo eccellente eccessivamente lento, termini ed espressioni sessiste, ecc.), ma riesce ad avvolgerti piano piano nell'atmosfera thriller dell'epoca, regalando un "cattivo" che rappresenta l'apoteosi del narcisismo e dell'assenza di empatia. Consigliato.
August 2, 2019
Sensacional novela sobre el sistema judicial y las injusticias del mismo. Es una novela densa, a ratos un poco compleja, sobre todo las reflexiones sobre la justicia y el hombre, pero fantásticamente escrita y con un trasfondo histórico muy interesante, la Alemania de principio del 20!!
December 27, 2023
Příběh začal skvěle, zdlouhavá popisnost mě ale bohužel nakonec odradila od dočtení knihy. Částečně mě to mrzí, vlastně mě pořád zajímá, jak to celé dopadlo a nevylučuji, že se ke knize v budoucnu vrátím. Teď ale nebyl ten pravý čas.
July 19, 2020
Ethzel, Maurizius, Riel, Sofía, la generala, Anne, Elli...demasiadas reflexiones filosóficas. Lenta la trama.
March 21, 2022
Denso e complexo como a Alemanha deve ser.
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