Mientras dormías, cantabas , narra los acontecimientos que ocurren durante una celebración familiar de Año Nuevo en un barrio de la periferia de Santiago. Marta, la protagonista del relato, se ve enfrentada al pasado y está obligada a sobrellevar una noche que parece no acabar. A través de un lenguaje articulado en torno a la cumbia, la autora le da ritmo a la narración, la cual está cargada de elementos de un cotidiano popular, que convierten a esta novela en un relato que te transporta a las emociones de una madrugada familiar de un primero de enero.
Un libro donde la intensidad y sutileza del lenguaje son la piedra angular de una historia que bien puede ser la de tus tías o la vecina del block donde viviste cuando chica.
Conozco esos blocks, esas calles de tierra, esas canchas y plazas feas donde los niños van a jugar. También conozco esos secretos familiares que nadie quiere decir pero que todos saben que existe.
Una historia potente y a la vez delicada, cruel y cruda.
Una noche de año nuevo, que pudiese ser cualquiera en cualquier barrio de la periferia de Santiago. Marta comienza a recordar al son de las cumbias que vaticinan y despiden los años. Sus recuerdos y memorias se mezclaran con otras voces que estarán guiando cada una de esa historias en torno al colegio, su nacimiento, sus amores adolescentes, sus lecturas y su vida en general. El debut de Nayareth Pino Luna nos evoca que las narraciones pueden estar envueltas en las peripecias propias de una noche cualquiera, pero que envueltas en las palabras precisas nos transportan por las emociones que cada una y uno de nosotros han vivido al momento de prepararnos para recibir un nuevo año. ¿Quién eres tú? Pareciese ser la pregunta que más de alguna vez nos hacemos en esa noche transnacional y en esta historia aparece como telón de fondo una pregunta que muchas veces no tiene una respuesta segura. Es a esos recuerdos y memorias que nos invita a sumergirnos esta increíble nueva escritora. Una lectura que parece perfecta para ir preparando este final de año.
Ojalá haber leído esta novela siendo una fanática de la cumbia, definitivamente debe ser una experiencia muy rica. Me pareció muy interesante cómo estaba estructurado el relato, la historia era de una tristeza inabarcable pero que se lograba transmitir muy bien. La propuesta del lenguaje y cómo se construían las imágenes, al principio me hizo sentir que el relato avanzaba demasiado lento, pero después me cautivó y sin duda está lleno de frases preciosas.
Libro fiero, temerario. La enfermedad congénita y la muerte de una mujer que urde una trama familiar tremenda. La narración de Nayareth es maravillosa. Una danza de telas negras. Gran novela. Ansío leerla más.
No me gustó. El libro es de prosa sencilla pero creo que son demasiados personajes para un problema que no logré distinguir. La voz del narrador se mezcla con las voces de los personajes al punto de que no sabía si eran pensamientos de ellos o del que contaba la historia. Además, no me gustó el formato de los diálogos, en el sentido de que no me parecieron verosímiles. Me costó un mundo terminarlo.
casi nada más empezar el libro, pino escribe: “los bailes existen para evitar que los cuerpos terminen haciendo otra cosa. los cuerpos a veces eligen dañarse, por eso es mejor entregarse al vaivén, pasos hacia delante y pasos hacia atrás” para despues usar la cumbia como elemento que aligera todo lo que se dice (y lo que no) en este libro, porque lo que vertebra todos los conflictos es la ausencia de respuestas.
Está muy bellamente escrito! Me costó enganchar con la historia, quizá por la misma propuesta estética del lenguaje que, aunque muy trabajado, me dio un poco de fatiga. Creo que lo volvería a releer después de un tiempo
bonito, nostálgico, herida familiar. Me gustó la forma en que se introducia nuevos personajes y que con la lectura se iba haciendo la conexión con los principales.
Me gustó mucho el libro. tengo que decir sí que lo conocí de potrillo jajaj cuando era un proyecto en El taller (aquel taller mítico), así que mi review es un poco de tía chocha. Algo que me encanta del libro es que tiene eso íntimo, de familias, que tienen algunos libros de [algunas de] mis autoras preferidas (Banana Yoshimoto, Yoko Ogawa). La Naya escribe sobre la pérdida y sobre el dolor de forma muy delicada, pero no "suave". Delicada en el sentido de que no es un show espantoso, son personas que se sienten reales, el dolor en las páginas te aprieta y no te suelta: no es una lectura liviana para leer en un rato. Es para leerlo de a poco, porque de verdad el corazón no aguanta. Se salen las lágrimas. Te ríes a veces, cuando hay que reírse. Hay muchas emociones por todos lados, no caben en el cuerpo. Cuando lo terminé di un suspiro bien largo. Yo creo que me va a acompañar hartos días (de hecho, antes de leer el libro final, de vez en cuando me acordaba de lo que había leído del manuscrito hace como dos años y pensaba: qué pasa después, necesito saber cómo sigue. No me soltó nunca la historia.)
No esperé que iba a cruzarme con este camión de libro, con esa narración rápida, a saltos, fresca, pícara a veces y otras increíblemente profunda, con una amalgama de historias desordenadas pero que de alguna forma calzan perfecto, y no saturan, y van sumando más capas, más información que te completa lo que ya sabías, lo que pensabas que sabías, con unos destellos de genio abrumador, como cuando habla que la pena llega en un momento inesperado y te destruye. Y ufff.
Muy lindo. Era muy rápido de leer y sobretodo, muy triste. Rescato mucho que la historia te hacía sentir la pena y la ausencia de Marta. Gran parte del libro me sentí fuera de la historia familiar: había algo que no entendía por completo, cosas que estaban incompletas o eran confusas, pero después me di cuenta que estaba viviendo el mismo proceso de la protagonista. Es muy valioso que una novela te involucre tanto en una historia tan íntima.
Debo admitir que al principio no me enganchó mucho el libro, a medida que me fui adentrando en la familia y sus secretos no pude soltarlo. Una familia chilena promedio, con secretos que se guardan bajo la alfombra, mientras se obligan a pasarla bien en una noche de Año Nuevo. El libro te va dando poco a poco y muy sutilmente (a través de recuerdos de los propios protagonistas) información para ir entendiendo a las dos familias en las que gira en torno esta historia. Recomendado !
Real con un soplo de tristeza nostalgica como una canción de cumbia que avecina un futuro incierto, nosé, me encanto , me dio mucha penita pero es muy bueno, una escritura hermosa que plasma perfectamente los escenarios donde ocurre esta historia. Me imagino los personajes, la tierra, las flores plásticas, los cuerpos copeteados , a Leonor . ❤️
he acabado el libro y me he puesto a llorar escuchando Cumbia para adormecerte y ahora cada Nochevieja voy a pensar en «la soledad probable de Año Nuevo»
Un clásico moderno de la literatura chilena. Cumbia, enfermedad, marginalidad, diferencia, literatura. Pino Luna ama la literatura y nos entrega un trabajo de modista, fino, elegante, chileno.
una noche que pareciera infinita, una noche donde los recuerdos no dejan de colarse en un presente incómodo. este libro trata sobre aquello que permanece abyecto en las festividades, en el comienzo de un nuevo año que, lejos de ser un reinicio se queda como una incansable continuidad. pino luna, con una indiscutible belleza escritural, trae a la luz aquellas dinámicas familiares que se despliegan luego de sucesos traumáticos que permean su construcción: las enfermedades, la culpa, los que ya no están, el olvido. al ritmo de la cumbia, música movida con una lírica que descansa en el asfalto, vamos acompañando a Marta, quien desea encontrar respuestas a todas aquellas dudas que quedaron en el tintero luego de la muerte esperada de Leonor. así se suma Gabriel, mejor amigo de la fallecida y cuya historia personal y familiar arrastra el abandono temprano de su madre. en un relato íntimo, poético, pero también muy colectivo, vamos recorriendo aquel block, aquel paisaje llano que, sin embargo, alberga una pluralidad de voces y fantasmas que reclaman su memoria. es un relato hermoso, es una búsqueda de aquellos rastros y huellas que de ser encontrados, ayudan a estabilizar el presente y dejar atrás la culpa, bajar de la ilusión, aceptar la realidad y de que solo muere quien se olvida.