¿Cómo se ingresa al CONICET? ¿Cómo se evalúa a becarios e investigadores? ¿Cómo se los financia? ¿Existe el federalismo científico o es solo un mito más de la Macondo argentina? ¿Qué pasó con los célebres repatriados de la “Década Ganada”? El relato de la revalorización kirchnerista de la ciencia ¿se corresponde de alguna manera con la realidad? ¿Qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona en absoluto en el mundo científico argentino? ¿Se puede hacer investigación con dos pesos, en medio de una burocracia demencial y una infraestructura en constante decadencia? En este libro, Sandra Pitta explica los misterios, problemas y desafíos del CONICET en particular y de la investigación científica argentina en general. Al mismo tiempo, revela los orígenes del mito que se pretendió instalar en torno a las convicciones de la política en el apoyo a la labor científica.
El conicet se parece muy poco a la secta satánica que describe este libro. Lo interesante, a la vez que desconcertante, es la serenidad del temerario. En eso me hizo pensar este libro. Prefiero las patrañas de Marcelino.
Es un libro de muy rápida lectura. La verdad que me atrapó. Hay partes que dejan entrever lo desquiciada que es la autora y eso es entretenido. En mucho no coincido y en algunas cosas sí. Sinceramente recomiendo su lectura. Es ideal para twitteros conicetianos
Un libro que sin tapujos trata de mostrar la realidad del funcionamiento de LA vaca sagrada del sistema científico argentino. Quienes lo transitamos, dentro del CONICET o desde el sistema universitario, sabemos de la sin razón que campea a sus anchas en ámbitos que deberían ser serios. Es un libro incómodo, más allá de las ideas políticas, para aquellos que conocemos y vivimos dentro de estas instituciones. Pero esa incomodidad es bien recibida ya que pone en claro la impostura de la supervivencia de las burocracias estatales (y el sistema cientifico argentino lo es) que ya no encuentran la manera de funcionar correctamente. Está en los actores sociales, políticos y en los mismos científicos en hacernos cargo de estas falencias y reestructurar el sistema. Se puede o no coincidir con la autora en torno a sus ideas, pero es ineludible aceptar la baja credibilidad social que tiene el CONICET y otras instituciones científicas. En tiempos de COVID-19 esquivar el bulto a las responsabilidades es suicida. Celebro el valiente libro de Sandra Pitta y espero que sea un paso adelante para mejorar el sistema científico tecnológico de nuestro país