BEN CLARK: No es poesía. No es narrativa. Y no es, desde luego, ficción. Vida condensada que nos llena de vida y armonía.
ERIKA MARTÍNEZ: Ajeno al imperio del desencanto, Jesús Montiel convierte la sencillez revelada en un laboratorio subjetivo. Devuelve a quien mira una candidez incómoda para el cinismo de nuestro presente, y es justo por ello muy necesaria.
ALFONSO TORRECILLAS: En su poesía y simplicidad recuerda al entusiasmo vital de los libros de Bobin:
un entusiasmo nada ingenuo, sino arraigado en el ser del hombre y en su sentido de la trascendencia.
JUAN GRACIA ARMENDÁRIZ: Toca con delicadeza y honestidad casi escandalosa asuntos que no suelen ser enunciados. Acaso escandalice a los beatos de lo intrascendente. Lejos de la bisutería espiritual, donde la búsqueda de la otredad se rodea de budas de plástico, Montiel se toma muy en serio su forma de estar y el vínculo con lo sagrado.
JUAN MARQUÉS: Montiel, vaticinamos, se va a ir convirtiendo en un fenómeno creciente, va a ir ganando más y más lectores, va a ir convenciendo con sus silencios y haciéndose fuerte con su delicadeza (…) “Literatura” es una palabra muy pobre y pequeña para lo que él hace. Lo suyo es vida escrita, una ventana abierta a todo lo que importa.
Jesús Montiel (Granada, 1984), es autor de varios poemarios que le han valido distintos reconocimientos, entre ellos el Premio Hiperión (2016). Suya es la traducción de Resucitar y Prisionero en la cuna, de Christian Bobin (Encuentro, 2017 y 2020). Ha publicado, asimismo, un libro de aforismos, Silencio casi (Trea, 2020) y seis libros de difícil clasificación, entre la narrativa, la poesía y el aforismo, todos ellos en la editorial Pre-Textos: Notas a pie de instante, Sucederá la flor, El amén de los árboles, Señor de las periferias, Casa de tinta, Lo que se ve y Canción de cuna. Un banquito de madera es su primer ensayo, fruto de su práctica meditativa.
Este libro es un despertar al mundo que nos rodea, un llamado a desgastarse en el amor concreto, a leer en las páginas de lo cotidiano la entrega absoluta de Dios y la libertad que nos regala cada día. Cada vez disfruto más leer a Jesús Montiel y mirar el mundo a través de su lente compasivo.
Jesús Montiel es uno de mis descubrimientos del 2022, este es el segundo de sus libros que me leo. De modo que parezca un diario, Montiel va sacando brillo a los pequeños detalles de cada día. Hay momentos en los que lo único que puedes hacer es cerrar el libro y pararte a observar lo que te rodea, así te contagia el autor su mirada contemplativa.
Me ha maravillado. Jesús Montiel habla de la vida y de la muerte a través de las fotografías de Josef Sudek, de las flores, las velas y la enfermedad. La poesía es su acompañante. Quiero recomendarlo siempre.
Otro precioso libro de Jesús Montiel, a la altura de los dos anteriores. Siempre vale la pena meterse en esa prosa poética tan singular, inclasificable y conseguida. Una delicia.