Diario del dolor

by María Luisa Puga

Los cien fragmentos de los que se compone este breve y poderoso diario son aproximaciones a la experiencia del dolor que María Luisa Puga narra a partir de su lucha personal contra la artritis reumatoide. Aquí, el cuerpo vulnerable recurre a la escritura y convierte al propio dolor en personaje y destinatario, a n de restablecer el vínculo con el yo, que el sufrimiento tiende a desgarrar. La autora se desnuda de todo articio literario para confrontar a su dolor desde la experiencia corporal más íntima, en toda su aterradora cotidianidad, y lo hace con el arrojo de quien confía por completo en el lenguaje. Sin embargo, como leeré en su prólogo Brenda Navarro, este Diario del dolor "no es solo un diario sobre cuerpo y escritura, sino un testimonio de un curso de vida que probablemente pudo ser distinto si la salud pública no diera por hecho que puede decidir el destino de los enfermos, y escuchara y tuviera la voluntad de entender el proceso vital por el que todas pasaremos".

Genres: Nonfiction, Womens

77 pages, Paperback

First published January 1, 2003

About the author

María Luisa Puga fue una escritora y ensayista mexicana. Tras la muerte de su madre, pasa su infancia en Acapulco. La adolescencia la pasa en Mazatlán, y después de volver a México D. F., en el año 1968 se traslada a Europa, para después establecerse en Nairobi. Después de volver a la capital mexicana, decide trasladarse a vivir a una casa en un bosque de a orillas del lago Zirahuén, en Michoacán. En 1995 es secuestrada, y recoge esa experiencia en la novela "Nueve madrugadas y media". En el año 2002 empieza a sufrir los dolores causados por una artritis reumatoide, lo que la lleva a escribir en el año 2004 "Diario del dolor". En diciembre de 2004 se le detecta un cáncer de hígado y ganglios en estado avanzado, falleciendo a las tres semanas.

Reviews

[Alejandra Arévalo · Rating 4 out of 5]

diario del dolor es un diario donde Dolor es el protagonista principal y quizás fiel amigo (fuera de lo bueno o malo) de la narradora quien es María Luisa Puga. Dolor acompaña estas páginas en una mezcla de ironía, sarcasmo, enojo, tristeza y también mucho humor sobre el cuerpo enfermo. Muchas cosas.

[Alaíde Ventura · Rating 3 out of 5]

Agradezco el formato, la potencia de muchas de las entradas, el sentido del humor que subyace en otras, la inteligencia y la radiografía de la escritura. Sin embargo, en algún momento se torna repetitivo, cansino, y me sucede lo que me sucede con los sufrientes del "mundo real": que la empatía se me convierte en distancia (cosa mía, cosa estudiada y trabajada mas no solucionada, ¿qué sería solucionar?).

La prosopopeya también me cansó.

¿Por qué no se llamó "Diario de Dolor"?

Leí la edición de Alfaguara. Esta no trae el prólogo de Brenda Navarro, que me encantaría leer, creo que debe estar chingón y que me ayudará a entender cosas. Luego lo consigo.

[Lucinda Garza Zamarripa · Rating 3 out of 5]

(3.5)

¿Cómo nos relacionamos con el dolor?, ¿cómo nos comunicamos con y sobre el dolor aún cuando lo quisiéramos ignorar?, ¿cómo convivimos con algo que nos pesa así en el día a día?

Un ejercicio de escritura para sobrellevar lo que no podemos controlar.

[Nora · Rating 5 out of 5]

Ligero y tierno, me imaginaba otra cosa pero fue una agradable sorpresa.

[carim · Rating 5 out of 5]

El escribirle al Dolor como un destinatario es una premisa interesante por si sola. Este libro logra la construcción de un diálogo entre la narradora y otra parte de ella que a la vez es independiente, el Dolor. La conversación se configura a partir de la intimidad, la confesión y la sinceridad. De esta manera, la escritura es una mediadora que, cuando logra su cometido, pasa a dialogar con un nuevo interlocutor

[Cassandra Meléndez · Rating 5 out of 5]

Este libro llegó justo para recordarme lo importante que es querer y cuidar el cuerpo que habitamos. Nunca me hubiera imaginado que un día después de comenzar a leer este libro, Dolor también llegaría a mí. Ahora pienso que fue muy importante para replantearme muchas cosas sobre el cuidado de mi cuerpo.

Admiro demasiado lo resiliente que fue María Luisa Puga y lo valiente que fue al aceptar a Dolor como parte de ella y de su cotidianidad. Además de que escribe precioso, me hace tan feliz saber que a pesar de que Dolor ya no la soltaba en sus últimos años de vida no dejó de hacer lo que le gustaba: escribir. La admiro mucho mucho muchooo.

[Alaide Mo · Rating 4 out of 5]

Siempre he tenido un conflicto con leer los diarios o antologías de cartas de les autores, me preocupa invadir una intimidad que, aunque compartida (publicada) mundialmente, no hay certeza de que fuera intencionada (muchas veces se justifica con el hecho de que les autores no hayan destruido esos textos, como si antes de morir esa fuera su prioridad o si, como Kafka, su petición de destrucción fuera ignorada).

En fin, son conflictos a los que probablemente me enfrentaré cada que llegue a un libro similar y ese es el caso con Diario del dolor, pero lo que sucede aquí es que María Luisa Puga enuncia el proceso de escritura como una forma de lidiar con lo que siente, con lo que duele. Admito que no es un estilo extraordinario, ni excéntrico, ni nada; es, en realidad, muy sencillo y que no se confunda con simple, que dentro de su sencillez y cotidianeidad expresa su tristeza, su enojo, sus pequeñas alegrías, sus dudas y, finalmente, la aceptación de su enfermedad. Y es tremendo. Y abrumador. Porque poco después de terminar de escribir el diario, María Luisa Puga falleció. Me entristezco nuevamente al escribirlo, es inevitable sentir empatía con ella y olvidar, por un momento, que no hay ficción, entonces el regreso a la realidad, sin una María Luisa Puga en el mundo terrenal, resulta mucho más estremecedor.

Quiero destacar algo en este comentario gudreadiano (¿?) y es el énfasis que pone la autora en el fallo del sistema de salud mexicano, sabemos que hay excepciones, pero en general suele ser terrible debido a causas estructurales. María Luisa Puga cuenta en cierto momento que un doctor le dice que se opere, aunque vaya a quedar "un poco contrahecha", no importa, porque lo que ella hace "es escribir", nomás eso. Ahí les encargo la reducción de las personas a sus oficios, a lo que producen, sin considerar antes el hecho de que son personas que merecen calidad de vida.

En cuanto a la cuestión escritura-dolor, no quiero idealizar nada, eso de que es necesario sufrir para escribir no es verdad (justo hoy vi que Nora de la Cruz tuiteó ese amable recordatorio), pero también pienso que abundan los libros dolorosos y tristes por sobre los felices, aunque definitivamente hay matices en ambos y de nada sirve polarizar. No sé si algún día experimentaré un dolor como el de María Luisa Puga, ojalá no -suspiro nerviosamente-, por ahora sólo lo conoceré mediante ella y otras (a la par de este libro, leí La ridícula idea de no volver a verte, no sé por qué, pero al parecer ando muy experimentadora de dolores ajenos). Pero de algo tiene que servir el dolor, hay que encontrarle sentido para no perder los estribos porque a veces un "así es la vida" no basta. Entonces, María Luisa, así como dijo Rosario Castellanos: el dolor te ha hecho eterna. Y las palabras, tus palabras, también. Y las lectoras te leemos y te abrazamos, eternamente también.

[Carolina Cruz (Aries_en_libros) · Rating 4 out of 5]

Habla de l dolor como si fuera una persona, un ente que llegó a cambiar su rutina, la vida y sus espacios.

Aunque se lee rápido creo que vale la pena detenerse a analizar lo que transmite.

[Abril G. Karera · Rating 5 out of 5]

Me quedo con muchas cosas de este libro: la valentía de dialogar con Dolor, la certeza de mi salud, el coraje por el sistema negligente de salud en México, la perspectiva de una vida donde el cuerpo no responde de la manera en que debería. Es un libro duro de leer, pero también me pareció muy luminoso, irónico y filosófico. Además, es una defensa de la escritura y amé eso profundamente.

[Banny Villana · Rating 4 out of 5]

Por si mismo es un gran libro. María Luisa le habla a su dolor para tratar de entenderlo y mantenerlo como parte de ella sin que ocupe toda su existencia ni mucho menos de toda su escritura.

"Necesito que entiendas que este ciclo se acabó. Porque no puedes irte de mí nunca, pero de mí escritura sí te vas a tener que ir porque ya terminamos contigo."

Pero además, Diario de dolor y quién me regaló mi copia (tqm Sofi) me han acompañado en mi duelo por la muerte de mi papá. De forma catártica lloré mucho pensando en él y en su dolor por metástasis en los huesos. Tal vez para algunos fragmentos me imaginé a mi papá hablándole a su dolor también, sin embargo, hubo otros que eran casi idénticos a algún recuerdo amargo de las noches en las que lo cuidé. Por eso, coincido con la autora en que:

"Tienes una especie de crueldad inconsciente, sí,Dolorcito de mierda, a veces parece que quieres demostrar que eres más fuerte que yo. De una vez te digo que sí, que tú ganas."

[Martha Luna Exploradora de Universos · Rating 5 out of 5]

Calificación real: 5/5

El dolor vivido a diario, el diario del dolor. Así es como María Luisa Puga nos narra como es vivir con este ser insidioso y que ocupa cada espacio del cuerpo de quien lo vive y lo siente.
Narrado como una platica entre la autora y el dolor que la acompaña, María Luisa Puga nos conmueve con esta narrativa que hizo a partir de su experiencia con la artritis reumatoide y que le condenó a estar permanentemente en una silla de ruedas, luchando al mismo tiempo por entender, tanto su dolor físico como la indiferencia de las instituciones de salud, que se niegan a ver al ser humano que sufre, reduciéndolo a un paciente más.
Conmovedora, profunda y también graciosa es de esas lecturas para que quienes hemos pasado o estamos pasando por alguna enfermedad dolorosa, encontremos empatía, comprensión y fuerza para enfrentarlo.
Mención aparta la bellísima introducción que le hizo Brenda Navarro al libro.

[Tania Palomo · Rating 5 out of 5]

Wow, mi experiencia de vida como lectora quedó transformada con este libro y la verdad no lo esperaba. Lo empecé a leer a prisa para un club de lectura y no llegué a la meta establecida, y en ese punto no me había conectado del todo con el libro; pero decidí continuar haciéndolo poco a poco, avanzando un 5% por día para leer con total consciencia y poder introyectar mejor lo que leía. Básicamente, a través de ese proceso y las palabras de María Luisa logré descifrar mi forma de leer y mis procesos para comprender y por eso, y hasta donde esté, le estoy profundamente agradecida.

Con respecto al tema, puedo decir que este ha sido mi diario favorito, en el diálogo que establece María Luisa consigo misma a través de su diálogo con Dolor como personaje ajeno y al mismo tiempo tan de ella. Por ese lado, creo que es una gran lectura para invitarnos a nosotros mismos a escribir, a explorarnos a través de las letras sin expectativas, tan sólo dejando salir aquello que guardamos en el fondo pero que muchas veces se hace más evidente cuando pasamos por procesos de enfermedad o de duelos. No me parece un libro triste ni desgarrador por completo, de hecho tiene algunas entradas bastante simpáticas, pero inevitablemente hay partes tristes, esa donde la autora en un cansancio enfrenta sus miedos y sus disgustos y también es inevitable sentir empatía por ella, ganas de abrazarla y decirle, en mi caso: "lamento todo lo que pasaste, pero también desde la dimensión que me encuentro, quisiera agradecerte todo lo que me has enseñado a través de tus letras, vivirás muchísimos años más por el impacto que dejarás en quien le lea, créeme".

Y pues nada, así termina mi opinión en modo muy fan de este libro. Mi recomendación es leerlo poco a poco y tener una libreta a un lado o algo para tomar notas, porque definitivamente, creo que esta lectura inspira muchas reflexiones con respecto a muchos temas.

[Cristina Bello · Rating 5 out of 5]

Es un libro interesantísimo, me encantó cómo María Luisa Puga narra su relación con el dolor y como éste se transforma en un personaje que la acompaña. El proceso de humanización y ese humor ácido de Puga fue lo que definitivamente me atrapó.

[Athziri Padilla · Rating 5 out of 5]

Ligero, tierno y triste para quienes hemos visto a esta enfermedad (artritis reumatoide inflamatoria) llegar a habitar el cuerpo de seres queridos.

Como su título lo dice, es un diario. En este se convierte al propio Dolor en personaje y destinatario, donde la autora describe y confronta al dolor en toda su aterradora cotidianidad.

[Lissa Reyes · Rating 3 out of 5]

3.5 ⭐
El dolor en este libro es un personaje más. Me gustó la personificación y las características que le dio a varias situaciones y sensaciones que generalmente se perciben desde lo externo.

[❛ ɴᴀᴛᴀʟɪᴀ ❟ · Rating 5 out of 5]

Mi primer libro de 5⭐
😻😻😻
Lo que dice Brenda Navarro en el prefacio describe a la perfección Diario del dolor: «No se es cuerpo escrito, sino cuerpo que se cuida para poder escribir. No se es cuerpo que escribe, sino un cuerpo autónomo que quiere/desea escribir».

En este diario María Luisa Puga nos muestra por medio de 100 fragmentos cómo es vivir con artritis reumatoide, enfermedad crónica que provoca inflamación en todo el cuerpo, además de dolor en las articulaciones.
Es a este dolor a quien se dirige, tanto en segunda como en tercera persona, como si se tratase de una presencia física o una manifestación. Pero siempre siendo un invasor que, poco a poco, se expande por los rincones del hogar que su cuerpo compone. Más allá de reconocer y nombrar al dolor nos habla de la cotidianidad de sus días, que van desde cómo hacer una cama usando un bastón como soporte hasta su rutina de escritura, esa que sobrevenía por una punzada creativa que, en ocasiones, resultaba más fuerte que el dolor mismo.
Si lo que buscan es una lectura ligera y reflexiva (al igual que sentirse comprendido/a), Diario del dolor es para ustedes.💖
Es un libro cargado de humor y reflexión, donde a veces claro, asoma el miedo; pero muchas otras la fortaleza de ese cuerpo resiliente. Tal y como dice Brenda Navarro en el prefacio, «No se es cuerpo escrito, sino cuerpo que se cuida para poder escribir. No se es cuerpo que escribe, sino un cuerpo autónomo que quiere/desea escribir».
A pesar de que el dolor forma gran parte de su vida, no deja que el diagnóstico la defina, ni sus limitaciones. Hay una anécdota sobre un artefacto que su pareja creó para que pudiera meterse a la piscina ya que por si sola no podía que me pareció muy bella y significativa. 🥺
Su pluma, así como la forma que tenía de ver la vida es simplemente… Wow. No por nada es el primer libro del año al que le doy 5 estrellas.⭐

Si desean ver cosas relacionadas tanto del libro como de literatura en general, les invito a seguirme en ig, donde estoy como @nattehabladelibros ✨

[Alejandra Olivares · Rating 5 out of 5]

Pienso mucho en la frase de Yásnaya Aguilar que dice: "El dolor es casi por definición una experiencia solitaria", porque creo que desde esa soledad nos escribe María Luisa Puga.

Por eso, Dolor se vuelve tan importante en esta historia, porque es como si fuera el único compañero de María. En ocasiones le escribe a él, y en otras desde él.

Desde el inicio la autora habla de un dolor, pero poco a poco lo va personificando. Y de repente es como si todo su entorno tuviera una personalidad propia, desde la silla de ruedas hasta su escritura.

Este libro en sí nos propone algo distinto a una narración vivencial, porque ajá, sí habla de una experiencia sensorial, pero es más como un recorrido para descubrir a los personajes involucrados y cómo es que ellos afectan a la protagonista en las distintas etapas de una enfermedad crónico-degenerativa.

Todo este diario es un duelo y los lectores lo sentimos con todo lo que conlleva: molestia, tristeza, evasión, adaptación, aceptación, hartazgo, resignación y autoconvencimiento.

Sin duda, lo más bonito de este libro es todo lo que detonó en el Círculo de Lectura: el miedo, el confrontamiento, el cuestionamiento y toda la ternura que desbordamos al sabernos vivas y acompañadas

[Romelina · Rating 4 out of 5]

Por el título estaba esperando encontrarme con libro difícil y crudo, ¿Quién no le tiene miedo al dolor?. Pero el humor negro que María Luisa Puga maneja en su libro me resultó sorprendente. 😮
Diario del dolor es como lo dice el título, un diario que recopila 100 entradas de cómo la autora encara a Dolor, la consecuencia inevitable de su artritis. Para esto se le dará una personalidad al dolor, como un compañero molesto del que está mujer no se puede deshacer y el cual le hace la vida imposible.
Pero lo difícil del libro es que el dolor que describe esta mujer es tan crónico y degenerativo que vemos como su libertad e independencia se van esfumando mientras la depresión se va abriendo camino como una posibilidad.
A pesar de todo esto la autora maneja un lenguaje sencillo, coloquial y con cierto ritmo tan gracioso que la lectura se hace llevadera y se disfruta hasta el final por la fuerza con que ella acepta y enfrenta su realidad.
Sin duda es un libro que te hace pensar en lo aterrador que son la enfermedades o la misma vejez a la que todos estamos destinados pero al mismo tiempo el humor te deja por lo menos agradecer que puedes caminar al baño por las noches sin tener que despertar al gato o a tu esposo.

[Melissa Martinez · Rating 4 out of 5]

"No me siento parte de nada más que de mi cuerpo tan raro, tan desconocido y al mismo tiempo tan mi casa"

Una lectura preciosa que Puga nos obsequia para ver el dolor desde un personaje, que tiene cuerpo, emociones y nos acompaña.
Se me entro al corazoncito cada una de estas palabras, leer fragmentos sobre la depresión, las enfermedades, las rutinas y como cambian según tu dolor es un relato real, sensible, honesto.

No podría estar más de acuerdo con Brenda Navarro al decir que revolucionariamos si la colectivización de los cuidados no estuviera cruzada por la capacidad de quién puede pagarlos y quién no. Deberían ser un bien común.

[Ale Gachuz · Rating 4 out of 5]

Me encanta la forma en que la escritora resignifica su dolor y lo convierte en este ente que la acompaña día con día. Lo describe de una manera muy intensa y te hace sentir el dolor con ella, pero además creo que la narración nos ayuda a reflexionar sobre nuestros propios dolores y cómo coexistimos con ellos. Disfruté mucho cada fragmento, porque incluso de cosas tan difíciles logra sacar algo de humor.

[Verónica · Rating 4 out of 5]

«Porque tengo bien definida su presencia, su territorio, sus recovecos, pero ¿Y yo? Perdí mi imagen. (...) Soy algo huidizo, indefinible, algo que se está evaporando.

Perdí el pasado y el futuro. Ambos son irreales. (...) Soy este presente raro y largo.

Una impaciencia que no tiene nada que ver con el tiempo

Los poetas, Dolor, más que los narradores. Tienen razón. Les toca a ellos, más que a la narrativa decir la violencia.»

[Alex Cassiopeia · Rating 3 out of 5]

3.5 ⭐
Hay partes de muchísimas reflexión desintencionada, porque es del monólogo de Maria Luisa a Dolor.

Somos expectadorxs tardíos escudriñando un proceso personal y no del todo vocal, porque la contraparte [Dolor] no nos habla a nosotrxs, está en los recobecos de la autora.

[Frida A · Rating 3 out of 5]

3.5
Parrafitos del Dolor, así con mayúscula. Aprendiendo a convivir con esa presencia diaria. Dolor y escritura.

[Astroandbooks.byjess · Rating 4 out of 5]

Como nos relacionamos con el dolor, nuestro cuerpo, el espacio y los cambios.

Me pareció complicado al principio pero después pude entender el diálogo que llevaba la autora con el dolor.

Se lo recomendaría a cualquiera que haya pasado por una enfermedad silenciosa o/ y fuera de su control.

[Claudia · Rating 5 out of 5]

Hay que leer y aprender sobre el Dolor de María Luisa. 💔

[ros · Rating 5 out of 5]

Libro precioso y preciso.

[Mariaam · Rating 3 out of 5]

Recordé los comerciales de cierta pastilla para el dolor de cabeza donde un hombre con un mono amarillo seguía a la víctima, como una encarnación de la molestia.
La idea del dolor como personaje me parece interesante. Las imágenes que hace sobre esta sombra-persona me gustaron, pero concuerdo con otra reseña de aquí en que llega un momento en el que parece repetitivo.

[Carolina Ruiza · Rating 4 out of 5]

Qué bonito escribe María Luisa Puga, nunca la había leído y ahora quiero leerlo todo. Que fuerte encontrar en el Dolor a un otro, que no es algo sino un alguien que cohabita contigo.

[Genesis]

No me siento cómoda dando un valor numérico a este libro. Es un diario, sus experiencias y no quiero hacer una calificación de eso.
Lo que puedo decir es que me pareció interesante la personificación de Dolor, dotarlo de esa persona que siempre está ahí, alguien que también se enoja. Se ofende, me pareció interesante, cada quién lidia con su dolor de la forma que más le convenga.

[Fady Estrada · Rating 4 out of 5]

En 2002 María Luisa Puga es diagnosticada con artritis reumatoide, enfermedad que causa que el sistema inmunitario ataque por error las células sanas del cuerpo que genera inflamación en las partes afectadas, finalmente el proceso lleva a deformidades y dificultades de movimiento, sin dejar de lado el dolor. El dolor se vuelve parte de Puga al punto de que un año después de su diagnóstico publica la obra Diario del dolor, dedicada exclusivamente hacia su dolor. El sufrimiento causado por su dolor físico causa una ruptura con la humanidad, por el miedo tan natural de enfrentarse con algo que no sólo no se comprende, sino que, en el fondo, solo conoce el lenguaje del silencio. Es por eso que el dolor cobra vida, es nombrado de forma consciente al punto de volverlo un interlocutor mudo cuya presencia es infalible, puede ser nombrado en mayúscula: Dolor.



El ejercicio de Puga como la mayoría de los ejercicios literarios más profundos, es el óptico, se trata ante todo de una constancia de sí, ella es el dolor y de ahí surge su universalidad. Esa ruptura con su humanidad sólo se puede arreglar con lo mismo que la niega, el dolor nos hace inhumanos y en la revelación del dolor hacia la persona anónima hallamos nuevamente humanidad. El dolor individual niega lo humano, pero cuando este se vuelve colectivo, nos volvemos demasiado humanos. Ya lo he dicho en otra reseña, el dolor es la condición de posibilidad para que exista la humanidad. Puede mencionarse el martirio cristiano cuya máxima expresión se halla en el calvario de Cristo, el dolor trasciende, la persona, tal vez, no.

En su obra, Puga se configura como dolor, el diario se compone de cien entradas en las que la autora se contempla a sí misma para sobrellevar lo que sufre. El espejo en el que se mira se fragmenta y su cuerpo se vuelve testigo de las grietas en las que se refleja. El cuerpo ya no es suyo, sino que lo comparte con el dolor, de ahí que Dolor se vuelva algo más que solo un interlocutor, es presencia y ausencia, es Puga y a la vez no es. El diario se configura en dos entes dentro de un mismo cuerpo, la salud y la enfermedad.

Entendemos, mi cuerpo y yo, que el espacio ya no es nuestro; tampoco es del dolor, es de los dos (p.17)

En esas cien entradas hallamos diversos temas: la presencia del dolor, el cuerpo como espacio compartido, el Dolor como forma tomada, la ampliación del cuerpo en el bastón o la silla de ruedas, la conquista del dolor y la derrota de Puga, la explicación especializada de los médicos, la pérdida del cuerpo en los hospitales, la exigencia de escritura, la confusión vital, los refugios del dolor, la condición de lo crónico, más aún, de lo degenerativo, la persistencia del dolor... Dolor / dolor... llegamos a la entrada final y el título se quiebra lingüísticamente en un juego retórico. Léase, por ejemplo:

Esperar es algo que hacemos toda la vida. Que aprendemos casi desde el inicio, que nos toca a todos aunque algunos epxliquen: es que a mí la espera me mata. No, pues a todos. Esperar es justamente eso, tiempo, pasos indetenibles hacia la muerte. Claro que nos mata. Además hay la calidad de esperas a lo largo de todas nuestras identidades de vida. (p.36)

En la prosopopeya tan terrible de Puga para con el dolor busca comprender el proceso de ser una enferma, busca comprender su padecimiento. Los médicos le explican su enfermedad, en el aspecto subjetivo y físico, pero sólo la escritura le permite comprender su padecimiento en los términos de su subjetividad, es decir, de su sufrimiento. Se trata de un ejercicio que nos puede ayudar a comprender al otro en su dolor y a nosotros mismos en nuestro dolor. El cuerpo que duele genera escritura para entenderse, el sufrimiento abarca los espacios que el Dolor ignora, el dolor es su luz y el sufrimiento su sombra, Puga es ambas.

Luisa Puga, María, Diario del dolor, Ciudad de México, UNAM (Colección Vindictas. Novela y memoria, No. 8), 2020, 77 p.