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Trilogía medieval #2
Olvidado rey Gudú
"Olvidado rey Gudú" es la obra maestra de Ana María Matute y una de las grandes novelas de este siglo. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras y de un paisaje simbólico: el misterio Norte, la inhóspita estepa del Este y el Sur, rico y exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo.
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First published January 1, 1996
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About the author
Ana María Matute
143 books396 followers(Barcelona, 1925-2014) Escritora española. Novelista destacada de la llamada generación de los "niños asombrados", su obra describe el ambiente de la posguerra civil. Ana María Matute se dio a conocer en la escena literaria española con Los Abel (1948), una novela inspirada en la historia bíblica de los hijos de Adán y Eva, en la cual reflejó la atmósfera española inmediatamente posterior a la contienda civil desde el punto de vista de la percepción infantil. Este enfoque se mantuvo constante a lo largo de su primera producción novelística y fue común a otros representantes de su generación.
Las novelas de Ana María Matute no están exentas de compromiso social, si bien es cierto que no se adscriben explícitamente a ninguna ideología política. Partiendo de la visión realista imperante en la literatura de su tiempo, logró desarrollar un estilo personal que se adentró en lo imaginativo y configuró un mundo lírico y sensorial, emocional y delicado. Su obra resulta así ser una rara combinación de denuncia social y de mensaje poético, ambientada con frecuencia en el universo de la infancia y la adolescencia de la España de la posguerra.
Ana María Matute fue galardonada con el premio Café Gijón por Fiesta al noroeste (1953) y con el premio Planeta por Pequeño teatro (1954), novela a la que siguió En esta tierra (1955). También recibió el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura por Los hijos muertos (1958).
Más tarde escribió la trilogía Los mercaderes, integrada por Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969), que tuvieron un gran éxito. La torre vigía (1971) es la historia de un adolescente que debe iniciarse en las artes de la caballería; aunque sigue la línea de las anteriores, se da en ella un cambio histórico de ambientación hacia el período medieval, rasgo que se prolongó en las obras de su madurez, publicadas tras un dilatado período de silencio literario.
Así, su novela Olvidado rey Gudú (1997) plantea una extensa y compleja trama de acontecimientos centrados en las disputas mantenidas en el transcurso de la décima centuria por el rey de Olar, Volodioso, y sus enemigos, el barón Ansélico y la hija de éste, Ardid. Asimismo, su novela Avanmarot (1999) tiene como escenario la época medieval.
Matute cultivó además la narración corta, reuniendo sus relatos en volúmenes como El tiempo (1956), Historias de la Artáila (1961), Algunos muchachos (1968) y La virgen de Antioquía y otros relatos (1990). Son notables sus dos libros autobiográficos A la mitad del camino (1961) y El río (1963), en los que evoca sus experiencias de la niñez en el ambiente rural y bucólico de Mansilla de la Sierra.
Fiel a su fascinación por el mundo de la infancia, escribió también cuentos para niños, recogidos en su mayor parte en Los niños tontos (1956), Caballito loco (1982), Tres y un sueño (1961), Sólo un pie descalzo (1983) y Paulina (1984). Formó parte de la Real Academia Española desde 1996. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas; era la tercera mujer que recibía el galardón (Rosa Chacel lo obtuvo en 1987 y Carmen Martín Gaite en 1995). En 2010 vio reconocida su trayectoria con la concesión del Premio Cervantes.
Las novelas de Ana María Matute no están exentas de compromiso social, si bien es cierto que no se adscriben explícitamente a ninguna ideología política. Partiendo de la visión realista imperante en la literatura de su tiempo, logró desarrollar un estilo personal que se adentró en lo imaginativo y configuró un mundo lírico y sensorial, emocional y delicado. Su obra resulta así ser una rara combinación de denuncia social y de mensaje poético, ambientada con frecuencia en el universo de la infancia y la adolescencia de la España de la posguerra.
Ana María Matute fue galardonada con el premio Café Gijón por Fiesta al noroeste (1953) y con el premio Planeta por Pequeño teatro (1954), novela a la que siguió En esta tierra (1955). También recibió el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura por Los hijos muertos (1958).
Más tarde escribió la trilogía Los mercaderes, integrada por Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969), que tuvieron un gran éxito. La torre vigía (1971) es la historia de un adolescente que debe iniciarse en las artes de la caballería; aunque sigue la línea de las anteriores, se da en ella un cambio histórico de ambientación hacia el período medieval, rasgo que se prolongó en las obras de su madurez, publicadas tras un dilatado período de silencio literario.
Así, su novela Olvidado rey Gudú (1997) plantea una extensa y compleja trama de acontecimientos centrados en las disputas mantenidas en el transcurso de la décima centuria por el rey de Olar, Volodioso, y sus enemigos, el barón Ansélico y la hija de éste, Ardid. Asimismo, su novela Avanmarot (1999) tiene como escenario la época medieval.
Matute cultivó además la narración corta, reuniendo sus relatos en volúmenes como El tiempo (1956), Historias de la Artáila (1961), Algunos muchachos (1968) y La virgen de Antioquía y otros relatos (1990). Son notables sus dos libros autobiográficos A la mitad del camino (1961) y El río (1963), en los que evoca sus experiencias de la niñez en el ambiente rural y bucólico de Mansilla de la Sierra.
Fiel a su fascinación por el mundo de la infancia, escribió también cuentos para niños, recogidos en su mayor parte en Los niños tontos (1956), Caballito loco (1982), Tres y un sueño (1961), Sólo un pie descalzo (1983) y Paulina (1984). Formó parte de la Real Academia Española desde 1996. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas; era la tercera mujer que recibía el galardón (Rosa Chacel lo obtuvo en 1987 y Carmen Martín Gaite en 1995). En 2010 vio reconocida su trayectoria con la concesión del Premio Cervantes.
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Community Reviews
Displaying 1 - 29 of 318 reviews
November 14, 2023
Este mamotreto medieval de casi 800 páginas hay que leerlo en pequeñas dosis, pues los incontables personajes, guerras, dinastías y demás hacen que te pierdas y te cueste retomar el hilo. Vamos, una especie de “Juego de tronos”, salvo que aquí lo escabroso es sustituido por lo pesimista, y, en mi opinión, ese pesimismo te embarga hasta el final, dejándote con un regusto malsano, que me ha hecho incluso plantearme si he hecho bien en leerlo.
Me explico. Las lecturas amargas no me quitan horas de sueño. El problema con esta lectura es…que está demasiado bien escrita para que no te afecte. Intenté no adentrarme demasiado en el reino de Olar, pero para entonces la rica y mágica prosa de Ana María Matute ya me había succionado. Y sí, me alegro de haberlo leído, aunque permitid que no recomiende su lectura abiertamente. Es un libro que hay que leer, pero con prevención. Comparable a uno de esos cuentos de los Hermanos Grimm que por tradición nos contaban de pequeños, y que también nos dejaban apesadumbrados. Pero con muchas páginas, y no fácilmente digerible.
Si no eres de lágrima fácil, como es mi caso, seguro que lo disfrutas tanto como yo. En cualquier caso, ten los kleenex a mano.
5 🌞🌞🌞🌞🌞
October 1, 2017
No suelo reseñar los libros que leo. Esta excepción es debida a que, acostumbrado a leer libro tras libro, de repente he dado con una de las mejores historias con las que me he cruzado en mi largo tránsito lector.
Hay muchos libros, pero este ha sido demasiado perfecto. De mis favoritos. Algo así como me paso hace años con El conde de Montecristo, Jane Eyre, Las nieblas de Avalón... Cuando se produce la explosión de algo tan impecable, es merecedor de una buena crítica.
Si bien lo empecé con reticencias (tiene muchos detractores), estoy totalmente en contra de una reseña que leí en su día, que lo definía como un libro donde al final, no pasa nada. Increíble. De la 1ª página a la 860, no paran de darse traiciones, venganzas, odios, glorias, ilusiones, pasiones, celos, infancias perdidas... Es un no parar de acontecimientos.
A lo largo de sus páginas, hay un montonazo de guiños a La sirenita de Christian Andersen, Peter Pan, los cuentos de los hermanos Grimm, Charles Perrault... Con la atmósfera de un inmenso cuento para adultos, también es un buen retrato de la oscuridad y brutalidad de la edad media (sobre todo en la primera parte). Muchos fans de Juego de Tronos no se sentirían defraudados.
La historia es muy del tipo que me tira. Una mezcla de histórica, con toques de fantasía, un gran abanico de personajes de todas clases, tramas bien urdidas, sin excesiva ornamentación... Una historia completa, y con mis elementos preferidos.
La única pega son algunas reflexiones demasiado confusas. A veces cuesta coger el golpe a algunos personajes que aparecen a mitad del libro. A grandes rasgos, se entiende, pero a veces puede resultar lioso.
En definitiva, los personajes de Ardid, el trasgo del sur, Ondina... quedarán siempre grabados en mi memoria. Desde la corte de Olar hasta las lindes esteparias pasando por Leonia o las Raíces del Agua, este relato no es uno más, es uno de mis grandes libros de todos los tiempos.
Por momentos tiene regusto a clásico contemporáneo y no entiendo por qué no ha sido adaptada al cine o es relativamente poco conocida (si la comparas a otras obras de corte fantasioso). A este novelón, con tintes medievales y que desprende magia entre sus letras (desde mi punto de vista) tiene todos los ingredientes de los cuentos ( reyes y reinas malvados, valientes, heroínas,hechizos, criaturas, mezquindad por doquier...)de esa infancia que no volverá (un tema recurrente del relato).
Hay muchos libros, pero este ha sido demasiado perfecto. De mis favoritos. Algo así como me paso hace años con El conde de Montecristo, Jane Eyre, Las nieblas de Avalón... Cuando se produce la explosión de algo tan impecable, es merecedor de una buena crítica.
Si bien lo empecé con reticencias (tiene muchos detractores), estoy totalmente en contra de una reseña que leí en su día, que lo definía como un libro donde al final, no pasa nada. Increíble. De la 1ª página a la 860, no paran de darse traiciones, venganzas, odios, glorias, ilusiones, pasiones, celos, infancias perdidas... Es un no parar de acontecimientos.
A lo largo de sus páginas, hay un montonazo de guiños a La sirenita de Christian Andersen, Peter Pan, los cuentos de los hermanos Grimm, Charles Perrault... Con la atmósfera de un inmenso cuento para adultos, también es un buen retrato de la oscuridad y brutalidad de la edad media (sobre todo en la primera parte). Muchos fans de Juego de Tronos no se sentirían defraudados.
La historia es muy del tipo que me tira. Una mezcla de histórica, con toques de fantasía, un gran abanico de personajes de todas clases, tramas bien urdidas, sin excesiva ornamentación... Una historia completa, y con mis elementos preferidos.
La única pega son algunas reflexiones demasiado confusas. A veces cuesta coger el golpe a algunos personajes que aparecen a mitad del libro. A grandes rasgos, se entiende, pero a veces puede resultar lioso.
En definitiva, los personajes de Ardid, el trasgo del sur, Ondina... quedarán siempre grabados en mi memoria. Desde la corte de Olar hasta las lindes esteparias pasando por Leonia o las Raíces del Agua, este relato no es uno más, es uno de mis grandes libros de todos los tiempos.
Por momentos tiene regusto a clásico contemporáneo y no entiendo por qué no ha sido adaptada al cine o es relativamente poco conocida (si la comparas a otras obras de corte fantasioso). A este novelón, con tintes medievales y que desprende magia entre sus letras (desde mi punto de vista) tiene todos los ingredientes de los cuentos ( reyes y reinas malvados, valientes, heroínas,hechizos, criaturas, mezquindad por doquier...)de esa infancia que no volverá (un tema recurrente del relato).
October 26, 2014
Con este libro Ana María Matute tira por tierra los siguientes tópicos sobre la literatura fantástica:
1. Que es un género menor.
2. Que es un género de hombres.
3. Que es un género de británicos o americanos.
Olvidado Rey Gudú es un libraco de principio a fin, sorprendente, cruel, humano, dejando de lado esas chorradas de separación entre el bien y el mal. Es un libro que a la par de enganchar y llenar, no peca de best seller, la estructura, el estilo y la narración desbordan genialidad por los cuatro costados.
1. Que es un género menor.
2. Que es un género de hombres.
3. Que es un género de británicos o americanos.
Olvidado Rey Gudú es un libraco de principio a fin, sorprendente, cruel, humano, dejando de lado esas chorradas de separación entre el bien y el mal. Es un libro que a la par de enganchar y llenar, no peca de best seller, la estructura, el estilo y la narración desbordan genialidad por los cuatro costados.
May 3, 2025
"Olvidado rey Gudú" es la obra maestra de Ana María Matute y una de las grandes novelas de este siglo. Repleta de fábulas y fantasías, narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras y de un paisaje simbólico: el misterio Norte, la inhóspita estepa del Este y el Sur, rico y exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo.
La gente lo considera una obra indiscutible y maestra de la literatura. A tanto yo no llego pues no lo he disfrutado tanto y por momentos se me ha atragantado.
Desde luego es sin duda un libro que contiene una gran riqueza no sólo literaria sino también de una imaginación y enorme calidad.
Muy bien escrito, no, lo siguiente. Aunque ese estilo suyo puesto junto a otra cosilla es lo que a mí me tiró para atrás y no se lleva las 5 🌟 y casi no las 4 🌟.
Nos embarcamos en una aventura con mucha profundidad que va mas allá de su trama con mucho fondo. No es para nada un libro ligero. Me ha parecido demasiado largo que no por ello entendamos denso o aburrido aunque si me costó lograr entrar debido a la gran cantidad de ingredientes que tiene. Personajes, familias, guerras.
Un mundo de lo más rico. Ahora bien donde pierde la estrella pues es en lo que para muchos lectores se esconde lo mejor de la novela.
Que son las reflexiones, esas fehacientes e innegables realidades del ser humano en lo bueno, malo y sobretodo en lo peor. Mucha filosofía y modos de vida encima todo tan adornado por una prosa bonita pero para mi gusto recargada, mucho. Esto hizo que todo el conjunto se me hiciera muy cuesta arriba a veces. Un baile de virtudes y defectos mezclados llevados de la mano por su prosa en forma de reflexiones muy filosóficas de principio a fin.
Demasiado largo y extenso en ciertos aspectos para mi gusto. Demasiado.
Hay de todo en este libro pero admito que hubo partes que no me entretuvieron y sí es cierto que la parte filosófica negativa es un "tienes toda la razon" pero es que lo he leído antes en muchos otros y qué decir..
Considero que el reino de Olar se merece vuestra visita. Una gran autora e historia que se merece estar entre lo mejor de la literatura fantástica patria que a mí no me ha encantado por algo muy personal pero que no le puedo quitar la enorme calidad de la que goza.
Recomendable ateniéndose cada uno a saber lo que se encontrará en el libro y si es su estilo..✍️🧐🎩
La gente lo considera una obra indiscutible y maestra de la literatura. A tanto yo no llego pues no lo he disfrutado tanto y por momentos se me ha atragantado.
Desde luego es sin duda un libro que contiene una gran riqueza no sólo literaria sino también de una imaginación y enorme calidad.
Muy bien escrito, no, lo siguiente. Aunque ese estilo suyo puesto junto a otra cosilla es lo que a mí me tiró para atrás y no se lleva las 5 🌟 y casi no las 4 🌟.
Nos embarcamos en una aventura con mucha profundidad que va mas allá de su trama con mucho fondo. No es para nada un libro ligero. Me ha parecido demasiado largo que no por ello entendamos denso o aburrido aunque si me costó lograr entrar debido a la gran cantidad de ingredientes que tiene. Personajes, familias, guerras.
Un mundo de lo más rico. Ahora bien donde pierde la estrella pues es en lo que para muchos lectores se esconde lo mejor de la novela.
Que son las reflexiones, esas fehacientes e innegables realidades del ser humano en lo bueno, malo y sobretodo en lo peor. Mucha filosofía y modos de vida encima todo tan adornado por una prosa bonita pero para mi gusto recargada, mucho. Esto hizo que todo el conjunto se me hiciera muy cuesta arriba a veces. Un baile de virtudes y defectos mezclados llevados de la mano por su prosa en forma de reflexiones muy filosóficas de principio a fin.
Demasiado largo y extenso en ciertos aspectos para mi gusto. Demasiado.
Hay de todo en este libro pero admito que hubo partes que no me entretuvieron y sí es cierto que la parte filosófica negativa es un "tienes toda la razon" pero es que lo he leído antes en muchos otros y qué decir..
Considero que el reino de Olar se merece vuestra visita. Una gran autora e historia que se merece estar entre lo mejor de la literatura fantástica patria que a mí no me ha encantado por algo muy personal pero que no le puedo quitar la enorme calidad de la que goza.
Recomendable ateniéndose cada uno a saber lo que se encontrará en el libro y si es su estilo..✍️🧐🎩
March 5, 2021
Ha sido una experiencia maravillosa el conocer el reino de Olar. Con un tono de cuento tenebroso y triste nos habla de intrigas y batallas, pero en el fondo lo que queda es un profundo análisis de la naturaleza humana realizado por un alma muy sabia. Me han parecido especialmente bellas las partes que hacen referencia al complicado tránsito entre la infancia y la madurez. Si tenéis este libro olvidado en una librería, como me pasaba a mi, dadle una oportunidad, cuesta un poco entrar en la historia, pero merece mucho la pena.
January 23, 2021
Si alguna vez ven este libro en físico. Por favor, se los suplico: regálenmelo. Es de lo mejor que he leído en toda mi vida. Es maravilloso. Sobre el olvido y el amor y hsghsghfd lo es todo. Luego lo reseño mejor, pero llevaba muchísimo sin leer algo que me maravillara de esta manera, así que nada. Léanlo si quieren. No le sobra NI UNA SOLA PÁGINA.
Y NO, TAMPOCO RECUERDA A JUEGO DE TRONOS.
https://www.neapoulain.com/2021/01/ol...
Ocurre que hasta ahora puedo sentarme con el cerebro suficientemente en calma (pasa que el mío nunca se calla y por eso escribo y borro en cantidad) para hablar de este libro. Fue uno de los favoritos del año pasado, tal como pudieron ver en los Oscars Literarios. No me cuesta entender cómo es que Ana María Matute decía que quería ser recordada por este libro. También me gustaría ser recordada por una obra de este tamaño, es la clase de libros con la que me gusta dialogar al escribir (y justamente ya me descubrí haciéndolo, porque no escribimos en un vacío, sino que estamos llenos de influencias y referentes).
Entre el marketing y los referentes de fantasía
Empecé leyendo este libro como parte del club de lectura del foro de La Noble y Ancestral Casa de los Black. Merece una mención porque es el club de lectura al que le he sido más fiel en mi vida (a pesar de reiteradas ausencias) y porque siempre ha sido un lugar para comentar libros. Gustó y no gustó, por supuesto. Leyendo un compañía uno aprender que a veces los libros no le gustan a todo el mundo porque no todo el mundo tiene los mismos intereses, referencias o trayectos lectores; es el riesgo de leer en proyectos comunitarios. Incluso cuando son tan cerrados como un foro de fanfiction. De los comentarios de este libro (en goodreads, entre mis propios amigos, en otras reseñas) me llamó la atención especial uno: las reiteradas menciones a George Martin y las comparaciones con Canción de hielo y fuego, pero no sólo eso, sino el "es que esto el Canción de Hielo y Fuego Hispano". No puedo expresar cuanto odio eso. "El señor de los anillos latinoamericano", "el Martin mexicano o cualquier nacionalidad que ocurra", "el Tolkien asiático" y así, eternamente, con cualquier referente famoso de fantasía. En este mundo obsesionado con las ventas nada se sostiene por lo que es, sino que siempre tiene que ser algo más.
Entiendo las comparaciones a un nivel más literario: cómo abordan dos autores diferentes un mismo tema o género, entendiendo que son diferentes aunque compartan referentes, pero no puedo con la estrategia de marketing (porque no es otra cosa) desde nombrarse y legitimar (no me gusta este verbo, pero creo que es adecuado en este contexto) desde algo más. Olvidado Rey Gudú es una novela de fantasía que sí, dialoga con muchos referentes (especialmente con los cuentos populares y los personajes arquetípicos de estos) en su prosa, pero que no es el *insterte aquí obra famosísima o autor famosísimo de fantasía* español. Es una obra que se sostiene por sí misma.
No es una historia de personajes y la trama es la historia misma del Reino de Olar. En él se enmarca la historia y este sirve de una suerte de columna vertebral para que Ana María Matute habla de muchos temas. Seguro, si fuera yo aquí otra persona, me detendría un poco a hablar del worldbuilding y de todos esos detalles históricos y políticos que se atisban sobre Olar, pero no estoy tan interesada en ese tema. Me gustaría más compartirles más bien lo mucho que me maravilló el lenguaje de Ana María Matute para crear los cimientos de Olar y el ambiente del libro. Es muy claro, desde el principio, que estamos presenciando la historia de un reino y los personajes están en él, sujetos o hacedores de sus destinos.
No importa tanto, en este caso, imaginarme cómo y dónde está Olar o situarlo en un mapa, como sentir las palabras que Ana María Matute hila para construir la historia de Olvidado Rey Gudú y sus múltiples temas. (Lo digo porque recuerdo hablar de él en conjunto, porque fue leído en un club de lectura y que fuera una pregunta común: ¿dónde está Olar? que me sacó un poco de onda, porque aunque sí puede ser un dato curioso interesante, para mí no pasaba de eso, porque lo importante era todo el lenguaje de la autora para hablarnos del olvido, de las historias populares, de la pérdida de la infancia).
Entonces pues, quiero hablar de Olvidado Rey Gudú partiendo desde el mismo libro. Así pues, vamos tema por tema.
Tontina y la pérdida (olvido) de la infancia
Uno de mis temas favoritos durante todo el libro fue toda la parte que le corresponde a la princesa Tonita, destinada a casarse con Gudú. Perdón si no hablo en orden de algunos sucesos particulares de la trama (nada que pueda considerarse spoiler chungo, más bien hablo de los temas y cómo se tratan, así si lo leen quizá tengan una percepción cercana a la mía o me pueden contar de sus lecturas). El arquetipo de Tontita es uno de los más recurrentes en muchos cuentos populares. Las tontinas pagan por sus pocas luces, por su ingenuidad. Me encanta como Ana María Matute usa este arquetipo justamente para mostrarnos que Tontina sí es perceptiva, imaginativa, entregada a su infancia y a sus juegos y no comprende el mundo adulto tanto como los adultos no la entienden a ella.
Cuando aparece, contrasta con Ardid, Reina de Olar, quien siempre fue un ser humano brillante y quizá hasta podríamos decir que adulto. Ardid, por sus circunstancias particulares, no tuvo tiempo de entregarse tanto al juego o a la imaginación tan desmedida (aunque tampoco es que la rechace, tiene una relación con un trasgo y con cosas mágicas, de hechicería) y no entiende que Tontina no vea las cosas con la misma seriedad que ella. Me encanta cómo está manejado el tema justamente porque en la princesa vemos la pérdida gradual de la infancia y cómo se ve desde afuera. Los adultos alguna vez olvidaron que fueron niños y tienden a glorificar esa época o a desdeñarla. Por eso me gusta ese subtexto de que las Tontinas no son tan tontas, aunque todos los personajes se esfuercen en que ella cumpla un arquetipo ya dado ("todo pasará como tenga que pasar").
Justamente en toda esta parte es que Ana María Matute rescata los cuentos populares de la memoria y me parece muy bien como los va hilando en su narrativa. Desde ahí habla del olvido, cuando aparece el Príncipe Once (de el cuento Los Cisnes Salvajes, que me encanta) y sólo unos pocos pueden reconocerlo. Cuando habla del tiempo, que para estos personajes no se mueve lineal (cosa muy interesante y que como escritora me gusta mucho: la idea de que alguien te resulte conocido porque lo vas a conocer o historias que salen del tiempo para instalarse en otro). La historia de Tontina y Predilecto es probablemente de mis favoritas de la historia y por eso quiero resaltarla en primer lugar. Porque además se puede hablar mucho de las personajas de Matute.
Ardid, Ondina y las mujeres de Olvidado Rey Gudú
Uno de mis intereses (no tan recientes, pero sí recientes) es ver cómo las escritoras retratan a las mujeres. Otro es ver los retratos de las mujeres en la fantasía. Existe la idea de que las mujeres en la fantasía son las damiselas en apuros que carecen de agencia y que sólo existen para ser salvadas; diría, sí, que esta ya no es la idea que prevalece en en género, pero está allí. Existen también las mujeres que son sólo sanadoras, cuidadoras y secundarias porque, obviamente, ese es un trabajo femenino y como femenino que es, es mal visto. Hablando de ello, existe una dicotomía muy clara en obras recientes: las personajas enmarcadas en los cuidados y las guerreras. Parecería que estas dos cosas no se juntan y que reivindicar los cuidados (¡tan importantes y no reservados a lo femenino, por más que el mundo insista!) está más mal visto que presentar mujeres fuertes, guerreras, desapegadas, que siguen y repiten patrones masculinos y desprecian la feminidad. Y digo dicotomía porque pareciera que no se mezclan y tenemos arquetipos rígidos, como una lista que palomear a la hora de crear un personaje. Eso debería ser más libre por supuesto. Adoro a las mujeres cuidadoras y a las guerreras, a las viajeras, a las que cuentan historias y a las que lo hacen todo también.
Tengo planeado hablar de ello pronto con más extensión, pero sí es algo que me llama la atención. Por eso me gustan las mujeres de Olvidado Rey Gudú. Recuerdan constantemente que las mujeres no son una masa homogénea y que puedes escribirse con infinitos ángulos y matices (vamos, como los señores escriben a los señores, harta estoy de listas de "cómo escribir mujeres"). Ardid es probablemente la personaja que se alza más alta sobre todas, por su permanencia en la trama, quizá, pero todas tienen una gran presencia en la historia. Ya hablé de Tontina, pero quiero también resaltar a Ondina y sus amores, esa visión tan profunda que ofrece Matute sobre los amores imposibles y románticos que acaban con todos los implicados y como es eso lo que da nacimiento a la tristeza (y recuerda mucho a como asociamos el azul a la tristeza, además de a la calma, y como los grandes cuerpos de agua nos causan nostalgia).
También está Leonia y su isla, el último reducto de los sueños; Urdska, mujer guerrera y salvaje; Gudrilkja, la niña que grita "¡Yo soy el rey!" y que además protagoniza, junto a Lontananza, su madre, uno de los pasajes que más me gusta de este libro.
Me gusta porque no entiendo el ansía en este mundo real por acaparar los puestos de poder o romper el techo de cristal para volverse opresor de otro. Así que estoy con Lontananza: las mujeres pueden encontrarse en otros lugares y configuraciones lejos de esos puestos, con más horizontalidad y más sensibilidad: ¡y qué suerte para nosotras!
Las personajas de Matute me gustan también por su gran dimensión. No trata a las mujeres como seres perfectos de luz ni como receptáculos de maldad y pecado, sino que retrata matices. ¡Y no lo hace sólo con las mujeres! Ahí están personajes como Gudú, Almíbar, Volodioso, Predilecto, Lisio y no quiero hacer una lista de todos, pero se dan una idea. Me maravilla muchísimo ver a escritoras tratar tantos matices en sus obras.
Conclusiones
Creo que podría hablar de muchos otros temas que Ana María Matute trata en su obra. Por ejemplo, del tono antiépico que tienen algunas partes y de ese retrato crudo de la guerra (que nos arranca de un tajo de esta idea del amor a la guerra), de la sangre y las batallas, siempre con una sensibilidad increíble (sensibilidad que, sinceramente, ya querrían autoros de "grimdark"). El gran tema del libro es el olvido y está presente siempre. Como trata el miedo. Sólo alguien sensible podría hacerlo como lo hace ella. Sin embargo, aspiro que a mis reseñas no sean eternas, así que, por hoy, me quedo con esto de lo que les he hablado.
Olvidado Rey Gudú es un gran libro de la fantasía y de la literatura española. Es un libro gordito que exige atención, lleno de prosa poética (y esto para mí es un punto a favor) que es mejor si se disfruta y se lee con calma (ojo, no lento, con calma, cada quien sabrá cómo es su leer con calma). Se los recomiendo si son especialmente amantes de la fantasía. No me consta que se consiga en México o en América Latina (y en ese caso saben que estoy disponible en mi correo si lo andan buscando), pero si tienen la oportunidad de leerlo, lo recomiendo muchísimo. No se lo pierdan. Si lo leen siempre pueden comentarme qué les pareció
Y NO, TAMPOCO RECUERDA A JUEGO DE TRONOS.
https://www.neapoulain.com/2021/01/ol...
Ocurre que hasta ahora puedo sentarme con el cerebro suficientemente en calma (pasa que el mío nunca se calla y por eso escribo y borro en cantidad) para hablar de este libro. Fue uno de los favoritos del año pasado, tal como pudieron ver en los Oscars Literarios. No me cuesta entender cómo es que Ana María Matute decía que quería ser recordada por este libro. También me gustaría ser recordada por una obra de este tamaño, es la clase de libros con la que me gusta dialogar al escribir (y justamente ya me descubrí haciéndolo, porque no escribimos en un vacío, sino que estamos llenos de influencias y referentes).
Entre el marketing y los referentes de fantasía
Empecé leyendo este libro como parte del club de lectura del foro de La Noble y Ancestral Casa de los Black. Merece una mención porque es el club de lectura al que le he sido más fiel en mi vida (a pesar de reiteradas ausencias) y porque siempre ha sido un lugar para comentar libros. Gustó y no gustó, por supuesto. Leyendo un compañía uno aprender que a veces los libros no le gustan a todo el mundo porque no todo el mundo tiene los mismos intereses, referencias o trayectos lectores; es el riesgo de leer en proyectos comunitarios. Incluso cuando son tan cerrados como un foro de fanfiction. De los comentarios de este libro (en goodreads, entre mis propios amigos, en otras reseñas) me llamó la atención especial uno: las reiteradas menciones a George Martin y las comparaciones con Canción de hielo y fuego, pero no sólo eso, sino el "es que esto el Canción de Hielo y Fuego Hispano". No puedo expresar cuanto odio eso. "El señor de los anillos latinoamericano", "el Martin mexicano o cualquier nacionalidad que ocurra", "el Tolkien asiático" y así, eternamente, con cualquier referente famoso de fantasía. En este mundo obsesionado con las ventas nada se sostiene por lo que es, sino que siempre tiene que ser algo más.
Entiendo las comparaciones a un nivel más literario: cómo abordan dos autores diferentes un mismo tema o género, entendiendo que son diferentes aunque compartan referentes, pero no puedo con la estrategia de marketing (porque no es otra cosa) desde nombrarse y legitimar (no me gusta este verbo, pero creo que es adecuado en este contexto) desde algo más. Olvidado Rey Gudú es una novela de fantasía que sí, dialoga con muchos referentes (especialmente con los cuentos populares y los personajes arquetípicos de estos) en su prosa, pero que no es el *insterte aquí obra famosísima o autor famosísimo de fantasía* español. Es una obra que se sostiene por sí misma.
No es una historia de personajes y la trama es la historia misma del Reino de Olar. En él se enmarca la historia y este sirve de una suerte de columna vertebral para que Ana María Matute habla de muchos temas. Seguro, si fuera yo aquí otra persona, me detendría un poco a hablar del worldbuilding y de todos esos detalles históricos y políticos que se atisban sobre Olar, pero no estoy tan interesada en ese tema. Me gustaría más compartirles más bien lo mucho que me maravilló el lenguaje de Ana María Matute para crear los cimientos de Olar y el ambiente del libro. Es muy claro, desde el principio, que estamos presenciando la historia de un reino y los personajes están en él, sujetos o hacedores de sus destinos.
No importa tanto, en este caso, imaginarme cómo y dónde está Olar o situarlo en un mapa, como sentir las palabras que Ana María Matute hila para construir la historia de Olvidado Rey Gudú y sus múltiples temas. (Lo digo porque recuerdo hablar de él en conjunto, porque fue leído en un club de lectura y que fuera una pregunta común: ¿dónde está Olar? que me sacó un poco de onda, porque aunque sí puede ser un dato curioso interesante, para mí no pasaba de eso, porque lo importante era todo el lenguaje de la autora para hablarnos del olvido, de las historias populares, de la pérdida de la infancia).
Entonces pues, quiero hablar de Olvidado Rey Gudú partiendo desde el mismo libro. Así pues, vamos tema por tema.
Tontina y la pérdida (olvido) de la infancia
Uno de mis temas favoritos durante todo el libro fue toda la parte que le corresponde a la princesa Tonita, destinada a casarse con Gudú. Perdón si no hablo en orden de algunos sucesos particulares de la trama (nada que pueda considerarse spoiler chungo, más bien hablo de los temas y cómo se tratan, así si lo leen quizá tengan una percepción cercana a la mía o me pueden contar de sus lecturas). El arquetipo de Tontita es uno de los más recurrentes en muchos cuentos populares. Las tontinas pagan por sus pocas luces, por su ingenuidad. Me encanta como Ana María Matute usa este arquetipo justamente para mostrarnos que Tontina sí es perceptiva, imaginativa, entregada a su infancia y a sus juegos y no comprende el mundo adulto tanto como los adultos no la entienden a ella.
Cuando aparece, contrasta con Ardid, Reina de Olar, quien siempre fue un ser humano brillante y quizá hasta podríamos decir que adulto. Ardid, por sus circunstancias particulares, no tuvo tiempo de entregarse tanto al juego o a la imaginación tan desmedida (aunque tampoco es que la rechace, tiene una relación con un trasgo y con cosas mágicas, de hechicería) y no entiende que Tontina no vea las cosas con la misma seriedad que ella. Me encanta cómo está manejado el tema justamente porque en la princesa vemos la pérdida gradual de la infancia y cómo se ve desde afuera. Los adultos alguna vez olvidaron que fueron niños y tienden a glorificar esa época o a desdeñarla. Por eso me gusta ese subtexto de que las Tontinas no son tan tontas, aunque todos los personajes se esfuercen en que ella cumpla un arquetipo ya dado ("todo pasará como tenga que pasar").
Justamente en toda esta parte es que Ana María Matute rescata los cuentos populares de la memoria y me parece muy bien como los va hilando en su narrativa. Desde ahí habla del olvido, cuando aparece el Príncipe Once (de el cuento Los Cisnes Salvajes, que me encanta) y sólo unos pocos pueden reconocerlo. Cuando habla del tiempo, que para estos personajes no se mueve lineal (cosa muy interesante y que como escritora me gusta mucho: la idea de que alguien te resulte conocido porque lo vas a conocer o historias que salen del tiempo para instalarse en otro). La historia de Tontina y Predilecto es probablemente de mis favoritas de la historia y por eso quiero resaltarla en primer lugar. Porque además se puede hablar mucho de las personajas de Matute.
Ardid, Ondina y las mujeres de Olvidado Rey Gudú
—Querida, no olvidéis que ésta es una isla, y una isla mujer: y que si bien nadie puede dudar que los hombres son extraordinarios conquistadores, además de otras cualidades bien conocidas, en definitiva las mujeres somos la civilización.
Uno de mis intereses (no tan recientes, pero sí recientes) es ver cómo las escritoras retratan a las mujeres. Otro es ver los retratos de las mujeres en la fantasía. Existe la idea de que las mujeres en la fantasía son las damiselas en apuros que carecen de agencia y que sólo existen para ser salvadas; diría, sí, que esta ya no es la idea que prevalece en en género, pero está allí. Existen también las mujeres que son sólo sanadoras, cuidadoras y secundarias porque, obviamente, ese es un trabajo femenino y como femenino que es, es mal visto. Hablando de ello, existe una dicotomía muy clara en obras recientes: las personajas enmarcadas en los cuidados y las guerreras. Parecería que estas dos cosas no se juntan y que reivindicar los cuidados (¡tan importantes y no reservados a lo femenino, por más que el mundo insista!) está más mal visto que presentar mujeres fuertes, guerreras, desapegadas, que siguen y repiten patrones masculinos y desprecian la feminidad. Y digo dicotomía porque pareciera que no se mezclan y tenemos arquetipos rígidos, como una lista que palomear a la hora de crear un personaje. Eso debería ser más libre por supuesto. Adoro a las mujeres cuidadoras y a las guerreras, a las viajeras, a las que cuentan historias y a las que lo hacen todo también.
Tengo planeado hablar de ello pronto con más extensión, pero sí es algo que me llama la atención. Por eso me gustan las mujeres de Olvidado Rey Gudú. Recuerdan constantemente que las mujeres no son una masa homogénea y que puedes escribirse con infinitos ángulos y matices (vamos, como los señores escriben a los señores, harta estoy de listas de "cómo escribir mujeres"). Ardid es probablemente la personaja que se alza más alta sobre todas, por su permanencia en la trama, quizá, pero todas tienen una gran presencia en la historia. Ya hablé de Tontina, pero quiero también resaltar a Ondina y sus amores, esa visión tan profunda que ofrece Matute sobre los amores imposibles y románticos que acaban con todos los implicados y como es eso lo que da nacimiento a la tristeza (y recuerda mucho a como asociamos el azul a la tristeza, además de a la calma, y como los grandes cuerpos de agua nos causan nostalgia).
También está Leonia y su isla, el último reducto de los sueños; Urdska, mujer guerrera y salvaje; Gudrilkja, la niña que grita "¡Yo soy el rey!" y que además protagoniza, junto a Lontananza, su madre, uno de los pasajes que más me gusta de este libro.
—Nunca te acerques a ellos, Gudrilkja —dijo—. Nunca, hija mía.
—¿Quién es? —preguntó la niña, en su media lengua. Y vio Lontananza que sus ojos azules tenían la misma expresión colérica y centelleante que los ojos de Gudú.
—El Rey —dijo Lontananza—. Vámonos, el rey siempre está lejos, y nadie le puede alcanzar.
—Yo seré Rey —dijo la niña.
Al oírla, la madre se estremeció, y le tapó la boca con la mano.
—Las mujeres no son Reyes —dijo—. ¡Y creo que es suerte para nosotras!
Me gusta porque no entiendo el ansía en este mundo real por acaparar los puestos de poder o romper el techo de cristal para volverse opresor de otro. Así que estoy con Lontananza: las mujeres pueden encontrarse en otros lugares y configuraciones lejos de esos puestos, con más horizontalidad y más sensibilidad: ¡y qué suerte para nosotras!
Las personajas de Matute me gustan también por su gran dimensión. No trata a las mujeres como seres perfectos de luz ni como receptáculos de maldad y pecado, sino que retrata matices. ¡Y no lo hace sólo con las mujeres! Ahí están personajes como Gudú, Almíbar, Volodioso, Predilecto, Lisio y no quiero hacer una lista de todos, pero se dan una idea. Me maravilla muchísimo ver a escritoras tratar tantos matices en sus obras.
Conclusiones
Creo que podría hablar de muchos otros temas que Ana María Matute trata en su obra. Por ejemplo, del tono antiépico que tienen algunas partes y de ese retrato crudo de la guerra (que nos arranca de un tajo de esta idea del amor a la guerra), de la sangre y las batallas, siempre con una sensibilidad increíble (sensibilidad que, sinceramente, ya querrían autoros de "grimdark"). El gran tema del libro es el olvido y está presente siempre. Como trata el miedo. Sólo alguien sensible podría hacerlo como lo hace ella. Sin embargo, aspiro que a mis reseñas no sean eternas, así que, por hoy, me quedo con esto de lo que les he hablado.
Olvidado Rey Gudú es un gran libro de la fantasía y de la literatura española. Es un libro gordito que exige atención, lleno de prosa poética (y esto para mí es un punto a favor) que es mejor si se disfruta y se lee con calma (ojo, no lento, con calma, cada quien sabrá cómo es su leer con calma). Se los recomiendo si son especialmente amantes de la fantasía. No me consta que se consiga en México o en América Latina (y en ese caso saben que estoy disponible en mi correo si lo andan buscando), pero si tienen la oportunidad de leerlo, lo recomiendo muchísimo. No se lo pierdan. Si lo leen siempre pueden comentarme qué les pareció
March 10, 2021
I read this one in Spanish. It has no translation to English. I still don't really know how to feel about it.
A long review, most probably in Spanish, will soon come.
A long review, most probably in Spanish, will soon come.
August 13, 2019
Empece a leer esta novela con todas las ganas y llena de curiosidad. Curiosidad porque, por un lado, hacia tiempo que quería leer algo de Ana Maria Matute y , en concreto, este libro. Y me llamaba la atención que por las reseñas que había leído, sabia que era un libro que era difícil de clasificar en algún genero y que entre los lectores despertaba mucha controversia, ya que a unos les encantaba y a otros se les hacia imposible de acabar, no había termino medio.
¿Y que puedo decir? Desde las primeras páginas ( que pueden llegar a hacerse un tanto pesadas) te das cuenta de que no estas ante una novela al uso o fácilmente identificable con un solo genero. Cuando hablamos de fantasía pensamos lo primero que suele venirnos a la cabeza es, inevitablemente, obras anglosajonas como El señor de los anillos de Tolkien o Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin. Matute no solo se aleja de la épica como la han hecho estos autores, la lleva a su terreno, creando una obra diferente y original, demostrando que no hay nada escrito en este genero, que en España se pueden hacer cosas increíbles en esta materia y que se pueden hacer obras diferentes a lo ya conocido. Personalmente, mientras leía el libro, se me venia a la cabeza escritores como Gregory Maguirre y T.H. White, ya que sus libros y forma de escribir me parecían similares a lo que encontraba en el libro que me ocupa.
Teniendo en cuenta que entre mis libros favoritos figuran algunos de estos autores, no debería haberme sorprendido que este libro me haya encantado como lo ha hecho. Desde las primeras páginas supe que estaba destinado a ser uno de mis preferidos.
La prosa de Matute me ha encantado, me ha parecido que esta tan llena de fuerza, belleza, sensibilidad y crudeza como las estepas que nos presenta. Pero reconozco que no es una prosa apta para todos los públicos y que es densa, muy densa, ya que describe minuciosamente la psiques de sus personajes. Esto , muchas veces, puede resultar pesado y entorpecer la narrativa, a lo cual también ayuda el que haya pocos diálogos.De hecho, yo tuve que dejar el libro unos días de lo denso que me resultaba, y leerme otro antes de acabar el que nos ocupa. Pero la autora sabe atrapar al lector y llevarlo hacia el punto que busca: mostrarle un fresco sobre la humanidad por medio de la historia de la gestación, expansión y declive del reino de Olar. Y todo esto por medio de la historia de la familia de sus reyes, con toda la poética tragedia de los dramas de Shakespeare y las mejores obras del ciclo arturico cuando tratan de su final. De hecho, al final de la novela no podía evitar pensar en la obra de La muerte de Arturo de Mallory, era difícil para mi no relacionar ambas conclusiones.
Los personajes son tan realistas como humanos, acabas conociéndoles y viviéndolos al dedillo. Son todos una buena muestra de lo peor y lo mejor de la humanidad, con sus virtudes y defectos. Es muy facil odiarles, sufrir con ellos, emocionarte y enternecerte con lo que viven, y que lleguen a crisparte los nervios.
En definitiva, Olvidado rey Gudú da una vuelta de genero a la fantasía, convirtiéndose en un libro que abarca diferentes géneros, único y especial , que logra hacerte vivir la trama y las personalidades de sus personajes con una intensidad pocas veces conseguida. Ana María Matute, sin duda alguna, logro hacer una de las piezas de la literatura española más destacables, no ya del siglo XX, sino de toda la literatura española. Estoy deseando leer otros libros de esta autora, especialmente los dos de la trilogía medieval que tiene.
¿Y que puedo decir? Desde las primeras páginas ( que pueden llegar a hacerse un tanto pesadas) te das cuenta de que no estas ante una novela al uso o fácilmente identificable con un solo genero. Cuando hablamos de fantasía pensamos lo primero que suele venirnos a la cabeza es, inevitablemente, obras anglosajonas como El señor de los anillos de Tolkien o Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin. Matute no solo se aleja de la épica como la han hecho estos autores, la lleva a su terreno, creando una obra diferente y original, demostrando que no hay nada escrito en este genero, que en España se pueden hacer cosas increíbles en esta materia y que se pueden hacer obras diferentes a lo ya conocido. Personalmente, mientras leía el libro, se me venia a la cabeza escritores como Gregory Maguirre y T.H. White, ya que sus libros y forma de escribir me parecían similares a lo que encontraba en el libro que me ocupa.
Teniendo en cuenta que entre mis libros favoritos figuran algunos de estos autores, no debería haberme sorprendido que este libro me haya encantado como lo ha hecho. Desde las primeras páginas supe que estaba destinado a ser uno de mis preferidos.
La prosa de Matute me ha encantado, me ha parecido que esta tan llena de fuerza, belleza, sensibilidad y crudeza como las estepas que nos presenta. Pero reconozco que no es una prosa apta para todos los públicos y que es densa, muy densa, ya que describe minuciosamente la psiques de sus personajes. Esto , muchas veces, puede resultar pesado y entorpecer la narrativa, a lo cual también ayuda el que haya pocos diálogos.De hecho, yo tuve que dejar el libro unos días de lo denso que me resultaba, y leerme otro antes de acabar el que nos ocupa. Pero la autora sabe atrapar al lector y llevarlo hacia el punto que busca: mostrarle un fresco sobre la humanidad por medio de la historia de la gestación, expansión y declive del reino de Olar. Y todo esto por medio de la historia de la familia de sus reyes, con toda la poética tragedia de los dramas de Shakespeare y las mejores obras del ciclo arturico cuando tratan de su final. De hecho, al final de la novela no podía evitar pensar en la obra de La muerte de Arturo de Mallory, era difícil para mi no relacionar ambas conclusiones.
Los personajes son tan realistas como humanos, acabas conociéndoles y viviéndolos al dedillo. Son todos una buena muestra de lo peor y lo mejor de la humanidad, con sus virtudes y defectos. Es muy facil odiarles, sufrir con ellos, emocionarte y enternecerte con lo que viven, y que lleguen a crisparte los nervios.
En definitiva, Olvidado rey Gudú da una vuelta de genero a la fantasía, convirtiéndose en un libro que abarca diferentes géneros, único y especial , que logra hacerte vivir la trama y las personalidades de sus personajes con una intensidad pocas veces conseguida. Ana María Matute, sin duda alguna, logro hacer una de las piezas de la literatura española más destacables, no ya del siglo XX, sino de toda la literatura española. Estoy deseando leer otros libros de esta autora, especialmente los dos de la trilogía medieval que tiene.
February 27, 2021
¿Pero quién ha comparado este libro con Juego de Tronos? Nada que ver🐉
Siendo un libro tan extenso (más de 900 páginas),creo que esa sensación de estar leyendo un cuento no le juega a favor (¡pero no lo abandones!). Es una alegoría constante que te hace perder de vista la trama y te preguntas “¿pero esto no iba de una venganza o algo así?” Tanto nos quería legar Matute, que a veces se pierde el foco (solo al principio, de verdad). Y sin duda, lo que menos me ha gustado es que al principio, la construcción excesivamente lírica de los personajes me alejaba de ellos (luego se me pasó).
Y de repente, cuando estaba en la niebla más densa, atisbo mucho ¡muchísimo! Y por fin me empieza a dejar poso. Los personajes cobran la importancia que merecen, empiezan a coger el peso que deberían y termina la cosa por todo lo alto. Una maravilla. Y no hablo de las últimas 50 páginas, más bien de la mitad del relato en adelante. Precisamente cuando abandona ese ambiente tan de cuento y emprende otros caminos te quedas tocado y hundido ¡Ahora sí veo a dónde me estabas arrastrando!
A mí personalmente me ha merecido la pena. Ana María Matute escribe con un preciosismo brutal y es un libro del que no puedes esperar grandes sorpresas. Simplemente disfrútalo y poco a poco te irás dando cuenta de que el viaje ha merecido la pena. Y oye que se puede abandonar un libro a las 200, a las 300 y a las 20 páginas, no pasa nada.
Siendo un libro tan extenso (más de 900 páginas),creo que esa sensación de estar leyendo un cuento no le juega a favor (¡pero no lo abandones!). Es una alegoría constante que te hace perder de vista la trama y te preguntas “¿pero esto no iba de una venganza o algo así?” Tanto nos quería legar Matute, que a veces se pierde el foco (solo al principio, de verdad). Y sin duda, lo que menos me ha gustado es que al principio, la construcción excesivamente lírica de los personajes me alejaba de ellos (luego se me pasó).
Y de repente, cuando estaba en la niebla más densa, atisbo mucho ¡muchísimo! Y por fin me empieza a dejar poso. Los personajes cobran la importancia que merecen, empiezan a coger el peso que deberían y termina la cosa por todo lo alto. Una maravilla. Y no hablo de las últimas 50 páginas, más bien de la mitad del relato en adelante. Precisamente cuando abandona ese ambiente tan de cuento y emprende otros caminos te quedas tocado y hundido ¡Ahora sí veo a dónde me estabas arrastrando!
A mí personalmente me ha merecido la pena. Ana María Matute escribe con un preciosismo brutal y es un libro del que no puedes esperar grandes sorpresas. Simplemente disfrútalo y poco a poco te irás dando cuenta de que el viaje ha merecido la pena. Y oye que se puede abandonar un libro a las 200, a las 300 y a las 20 páginas, no pasa nada.
April 20, 2025
Es un 3.7. Iba a ser un cuatro durante casi toda la lectura, de no ser porque ciertas situaciones, ideas o evocaciones quedaron sin cerrar (eran buenos recursos literarios pero se disolvieron sin mayor explicación), como el tema del tiempo, el futuro, la infancia perdida y el personaje de Tontina que era el más surreal de toda la historia. Quizás sí el tema del olvido se resuelve al final pero creo que los últimos capítulos y sobre todo el último, específicamente las últimas páginas son ya una colección de acciones y situaciones un poco "pretextuosas" para orillar al personaje ¿principal? el Rey Gudú. Es una novela infanto-juvenil, al menos así ha sido catalogada, pero creo que tiene muchísimo más complejidad literaria que aquello, aunque si le dejamos en esa categoría probablemente le vaya mejor en cuanto a mi apreciación general. Tiene partes espectaculares, y en su mejor versión es una mezcla entre cuento de hadas, novela de caballería, tragedia griega, poema épico, fantasía y Shakespeare (guardando las distancias). Por allí unos aires al Theodoros de Cârtârescu, y por herencia, al Salambó de Flaubert. Pero creo que la resolución se la trama quedó debiendo, por más que ya sepamos hacia dónde conducen todas las tragedias griegas y shakespereanas. ¿La historia? Básicamente narra la historia del reino de Olar, marcado por la llegada de una astuta niña que no en vano se llama Ardid, su maestro que es un hechicero y su mejor amigo, un trasgo (ser fantástico invisible a ojos humanos). Antes y después, los reyes predecesores y sucesores, entre los que está su hijo Gudú, quien emprenderá una campaña épica para conquistar tierras y derrotar enemigos, entre ellos, la mítica tierra de las estepas, llena de gente extraña y leyendas oscuras, que durante la mayor parte de la novela mantiene la expectativa latente del "gran desconocido". Ese otro fantasmagórico que ha sido ya abordado en otras novelas como El desierto de los tartaros, de Buzzati, y Esperando a los bárbaros, de Coetzee. Esto, que fue un gran recurso literario durante gran parte de la obra, se disuelve finalmente sin mayor aporte (spoiler: los tesoros que supuestamente había en la isla de la reina Urska sí fueron reales, pero no pasó nada con ello, ni con la propia reina que finalmente fue sometida, con lo que se desdijo su leyenda de supuesta y casi sobrenatural fiereza). En fin, es una novela bastante larga, casi novecientas páginas, así que recomendaría más para lectores de literatura de género fantástico, aunque sí que Matute le dota al género de un sello particular y distinto a la novela de fantasía más típica.
April 13, 2021
https://misgrandespasiones-rosa.blogs...
Cuando una lectura se dilata mucho en el tiempo, hasta casi parecer que no se va a acabar nunca, se corre el riesgo de que la impresión que el lector saca de ella sea más negativa que la que la obra realmente merece. Y eso es lo que me ha ocurrido con la lectura de esta magna obra.
Sumada a la extensión de esta novela está el que la historia que nos narra es bastante densa y la complejidad de la estructuración de las frases que la componen hace que, si bien se pueda leer y comprender sin dificultad, ésta lectura requiera su tiempo. Aún así, tengo la sensación de que esta gran novela se quedará conmigo mucho tiempo y que mi impresión sobre ella irá mejorando con el paso del mismo.
Esta novela se encuadra en el género de la fantasía épica, con ambientación medieval y toques de cuento de hadas. Es la obra magna de esta autora, y tanto su extensión como su complejidad narrativa la llevan a ser considerada como un clásico de culto dentro del género.
En ella la autora nos cuenta la historia del Reino de Olar, desde sus orígenes como condado, hasta su posterior expasión y conversión en reino independiente bajo el reinado del rey Gudú. A lo largos de sus páginas se sucederán las distintas generaciones que culminarán en Gudú, que será el rey que extenderá el reino hacia tierras ignotas y lo llevará a su época de máximo esplendor. Pero aunque Gudú es el rey que personifica dicho hito en la historia de Olar es su madre, la reina Ardid, la que proyecta el futuro del reino, dándole una educación a su hijo acorde a lo que esperaba de él y ejerciendo el buen gobierno del reino mientras su hijo se dedica a la conquista.
La reina Ardid con la inestimable ayuda del hechicero, su maestro, y del trasgo (un duende que la ayuda con sus poderes mágicos) es la verdadera protagonista de esta historia, en la que su inteligencia, astucia, capacidad de liderazgo y de sacrificio y su gran belleza, serán vitales para conseguir los objetivos que ansía y ver a su hijo en el trono de Olar. Éste personaje es mi preferido de todo el libro y e encanta que la autora le diera tanto protagonismo a un personaje femenino.
Esta novela está estructurada en cuatro partes, y éstas a su vez están divididas en capítulos bastante largos narrados en tercera persona y desde varios puntos de vista. Al comenzar la lectura choca bastante que casi en la totalidad de la primera parte no haya diálogos, lo que conlleva que el progreso lector sea muy lento y que haya partes muy densas y se hagan eternas.
Es una lectura extenuante, pero no porque no esté bien escrita ni porque no sea interesante lo que cuenta, sino por la forma en la que está escrita (con frases complejas y muy largas), y estructurada. A mí me ha llevado un mes leer esta novela, lo que para mí es una eternidad.
Pero con esto no quiero decir que no me haya gustado, sino que ha requerido un gran esfuerzo y disciplina por mi parte. Estoy muy contenta de haberla leído y puedo decir que me ha gustado bastante, aunque el proceso lector haya sido agotador. De hecho, cuanto más tiempo pasa desde que finalicé su lectura, mejor recuerdo tengo de la novela.
Pero esto me lleva a ser cauta con la recomendación de este libro. Sólo lo recomiendo para aquellos lectores que disfruten leyendo fantasía, porque para lectores que no son muy aficionados al género puede ser una lectura demasiado lenta y densa, y con muchas papeletas de acabar en abandono.
Cuando una lectura se dilata mucho en el tiempo, hasta casi parecer que no se va a acabar nunca, se corre el riesgo de que la impresión que el lector saca de ella sea más negativa que la que la obra realmente merece. Y eso es lo que me ha ocurrido con la lectura de esta magna obra.
Sumada a la extensión de esta novela está el que la historia que nos narra es bastante densa y la complejidad de la estructuración de las frases que la componen hace que, si bien se pueda leer y comprender sin dificultad, ésta lectura requiera su tiempo. Aún así, tengo la sensación de que esta gran novela se quedará conmigo mucho tiempo y que mi impresión sobre ella irá mejorando con el paso del mismo.
Esta novela se encuadra en el género de la fantasía épica, con ambientación medieval y toques de cuento de hadas. Es la obra magna de esta autora, y tanto su extensión como su complejidad narrativa la llevan a ser considerada como un clásico de culto dentro del género.
En ella la autora nos cuenta la historia del Reino de Olar, desde sus orígenes como condado, hasta su posterior expasión y conversión en reino independiente bajo el reinado del rey Gudú. A lo largos de sus páginas se sucederán las distintas generaciones que culminarán en Gudú, que será el rey que extenderá el reino hacia tierras ignotas y lo llevará a su época de máximo esplendor. Pero aunque Gudú es el rey que personifica dicho hito en la historia de Olar es su madre, la reina Ardid, la que proyecta el futuro del reino, dándole una educación a su hijo acorde a lo que esperaba de él y ejerciendo el buen gobierno del reino mientras su hijo se dedica a la conquista.
La reina Ardid con la inestimable ayuda del hechicero, su maestro, y del trasgo (un duende que la ayuda con sus poderes mágicos) es la verdadera protagonista de esta historia, en la que su inteligencia, astucia, capacidad de liderazgo y de sacrificio y su gran belleza, serán vitales para conseguir los objetivos que ansía y ver a su hijo en el trono de Olar. Éste personaje es mi preferido de todo el libro y e encanta que la autora le diera tanto protagonismo a un personaje femenino.
Esta novela está estructurada en cuatro partes, y éstas a su vez están divididas en capítulos bastante largos narrados en tercera persona y desde varios puntos de vista. Al comenzar la lectura choca bastante que casi en la totalidad de la primera parte no haya diálogos, lo que conlleva que el progreso lector sea muy lento y que haya partes muy densas y se hagan eternas.
Es una lectura extenuante, pero no porque no esté bien escrita ni porque no sea interesante lo que cuenta, sino por la forma en la que está escrita (con frases complejas y muy largas), y estructurada. A mí me ha llevado un mes leer esta novela, lo que para mí es una eternidad.
Pero con esto no quiero decir que no me haya gustado, sino que ha requerido un gran esfuerzo y disciplina por mi parte. Estoy muy contenta de haberla leído y puedo decir que me ha gustado bastante, aunque el proceso lector haya sido agotador. De hecho, cuanto más tiempo pasa desde que finalicé su lectura, mejor recuerdo tengo de la novela.
Pero esto me lleva a ser cauta con la recomendación de este libro. Sólo lo recomiendo para aquellos lectores que disfruten leyendo fantasía, porque para lectores que no son muy aficionados al género puede ser una lectura demasiado lenta y densa, y con muchas papeletas de acabar en abandono.
July 22, 2011
No es aburrido, es aburridísimo, un soponcio. Si no fuera porque ahora están con el Tour, sería lo mejor que te puedes echar a la cara una tarde de verano para echarte una siesta de campeonato. Está visto que no puedo leer escritores vitoreados por la crítica generalista. ¡A quién se le ocurre leer a un premio Cervantes, por $Deity!
865 páginas para no contar absolutamente nada. Mucho lirismo y mucha tontería, pero solo pasan cosas en las últimas veinte páginas. El libro trata el olvido y la futilidad de todas las cosas, y lo mejor que se puede hacer con él es olvidar lo inútil que ha sido su lectura.
Si le pongo dos estrellas en lugar de una es porque está rematadamente bien escrito, tanto en sus pasajes aburridos (99%) como en los que hay algo de movimiento. Esta señora escribe muy bien, pero podría aprender de George R.R. Martin cómo mantener el suspense y la atención del lector. Lo mismo que podría aprender el tito Martin de cómo escribir bien, siempre que no empiece a aburrir las ostras.
Un mes he estado para leerme este maldito libro, ¡UN MES! Tenía como reto leerme sesenta libros este año y solo con este se me ha ido la media a hacer puñetas. Le deja a uno con ganas de leerse un Código Da Vinci cualquiera para disfrutar de un libro con ritmo y eso que he jurado no leer al señor Brown ni muerto.
865 páginas para no contar absolutamente nada. Mucho lirismo y mucha tontería, pero solo pasan cosas en las últimas veinte páginas. El libro trata el olvido y la futilidad de todas las cosas, y lo mejor que se puede hacer con él es olvidar lo inútil que ha sido su lectura.
Si le pongo dos estrellas en lugar de una es porque está rematadamente bien escrito, tanto en sus pasajes aburridos (99%) como en los que hay algo de movimiento. Esta señora escribe muy bien, pero podría aprender de George R.R. Martin cómo mantener el suspense y la atención del lector. Lo mismo que podría aprender el tito Martin de cómo escribir bien, siempre que no empiece a aburrir las ostras.
Un mes he estado para leerme este maldito libro, ¡UN MES! Tenía como reto leerme sesenta libros este año y solo con este se me ha ido la media a hacer puñetas. Le deja a uno con ganas de leerse un Código Da Vinci cualquiera para disfrutar de un libro con ritmo y eso que he jurado no leer al señor Brown ni muerto.
October 3, 2008
...los anillos, Drangonlace, Elric... Olvidado Rey Gudú es como un cuento de niños muy largo (tiene casi 900 páginas), pero destinado a adultos. Una especie de fábula, que nos enseña muchas cosas sobre el amor, el odio, la venganza, la vejez, la guerra... Ana María Matute nos sumerge en un mundo imaginario, pero muy cercano a nuestro mundo real.
April 5, 2019
4 estrellas y media.
Magnífica novela. Pensaba que abordar esta obra requería cierta flema por mi parte, pero compruebo que sin apenas esfuerzo la lectura me cautiva, mientras se va urdiendo una gran historia: ni más ni menos que el auge y caída del Reino de Olar, de la mano de las ambiciones y defectos -en resumen, de la humanidad- de sus reyes.
Personajes inolvidables, incluyendo por supuesto el Rey Gudú, pero también muchos más: su madre, la reina Ardid, gran caracterización; el Rey Volodioso, la princesa Tontina, e incluso la no humanidad del trasgo sin nombre. Respecto a este último y al mundo de las criaturas mágicas que se muestra en la novela creo que se puede hablar de sentido de la maravilla: un mundo oculto, incompatible con el nuestro, aunque con posibles vías de contaminación como nos muestra el genio de la autora.
Ya he comentado que la lectura de por sí es muy entretenida, pero se debe tener presente que es un libro bastante más literario que las “brandonsandersonadas” a las que estamos habituados los aficionados/as al fantástico. La vida, la muerte; la juventud y la decrepitud; el amor y el odio, la lealtad y la traición, la codicia, la ambición, el ansia de poder… la pluma de Ana María Matute lo convierte todo en poesía.
Y para rematar esta mísera reseña -esta obra merecería más tiempo-, voy a compararla con “Juego de tronos” (chupito a mi salud), a la que esta novela no tiene nada que envidiar, si bien su tono es muy distinto al de la novela de Mr. Martin.
Para mí todo un hito del fantástico en español, y del fantástico universal.
Magnífica novela. Pensaba que abordar esta obra requería cierta flema por mi parte, pero compruebo que sin apenas esfuerzo la lectura me cautiva, mientras se va urdiendo una gran historia: ni más ni menos que el auge y caída del Reino de Olar, de la mano de las ambiciones y defectos -en resumen, de la humanidad- de sus reyes.
Personajes inolvidables, incluyendo por supuesto el Rey Gudú, pero también muchos más: su madre, la reina Ardid, gran caracterización; el Rey Volodioso, la princesa Tontina, e incluso la no humanidad del trasgo sin nombre. Respecto a este último y al mundo de las criaturas mágicas que se muestra en la novela creo que se puede hablar de sentido de la maravilla: un mundo oculto, incompatible con el nuestro, aunque con posibles vías de contaminación como nos muestra el genio de la autora.
Ya he comentado que la lectura de por sí es muy entretenida, pero se debe tener presente que es un libro bastante más literario que las “brandonsandersonadas” a las que estamos habituados los aficionados/as al fantástico. La vida, la muerte; la juventud y la decrepitud; el amor y el odio, la lealtad y la traición, la codicia, la ambición, el ansia de poder… la pluma de Ana María Matute lo convierte todo en poesía.
Y para rematar esta mísera reseña -esta obra merecería más tiempo-, voy a compararla con “Juego de tronos” (chupito a mi salud), a la que esta novela no tiene nada que envidiar, si bien su tono es muy distinto al de la novela de Mr. Martin.
Para mí todo un hito del fantástico en español, y del fantástico universal.
August 1, 2018
Esta historia no está escrita para todo el mundo.
Si buscas una novela de fantasía medieval con buen ritmo y pasajes épicos, no la encontrarás aquí. Porque Olvidado Rey Gudú es, ante todo, una historia del ser humano, y así como humana, es caótica, desordenadada, excesivamente engalanada a veces y tosca otras, incluso aburrida por momentos. Es ahí donde está su verdadero valor, pues a través de la imperfección es capaz de reflejar lo más profundo del alma humana.
Tuve que dejar este libro a la mitad y continuarlo posteriormente. Estoy seguro de que no habría sido capaz de terminarlo si no fuese por la prosa mágica de Ana María Matute. Por eso digo que no es una historia para todo el mundo. Pero si tienes la suerte de que este sea tu tipo de historia, enhorabuena, porque acabas de encontrar el más valioso de los tesoros.
Si buscas una novela de fantasía medieval con buen ritmo y pasajes épicos, no la encontrarás aquí. Porque Olvidado Rey Gudú es, ante todo, una historia del ser humano, y así como humana, es caótica, desordenadada, excesivamente engalanada a veces y tosca otras, incluso aburrida por momentos. Es ahí donde está su verdadero valor, pues a través de la imperfección es capaz de reflejar lo más profundo del alma humana.
Tuve que dejar este libro a la mitad y continuarlo posteriormente. Estoy seguro de que no habría sido capaz de terminarlo si no fuese por la prosa mágica de Ana María Matute. Por eso digo que no es una historia para todo el mundo. Pero si tienes la suerte de que este sea tu tipo de historia, enhorabuena, porque acabas de encontrar el más valioso de los tesoros.
October 23, 2019
Creyó distinguir en el último momento a aquel extraño muchacho que acompañaba a Tontina. Ahora por fin liberaba su brazo del manto que lo cubría, y le mostraba su ala de cisne. Pero no supo nunca Gudú, porque no tuvo tiempo, quién era; no supo nunca Gudú si sobrevolaba al Dragón o, como todo, como todos, se hundía también en el inmenso e irreparable olvido de su vida y de todas las vidas.
Me ha encantado, el cuento de todos los cuentos, narrado por una cuentista excepcional. Para niños de todas las edades.
Me ha encantado, el cuento de todos los cuentos, narrado por una cuentista excepcional. Para niños de todas las edades.
Read
October 16, 2020Qué libro más maravillosamente escrito. Pocas veces podré leer algo así, un dominio del lenguaje increíble. La melancolía de la infancia,tengo dieciocho años y aún así me ha hecho sentir una profunda melancolía por mi infancia, por mi inocencia. Un cuento de hadas para adultos, al nivel de los mejores escritores de fantasía, incluido Tolkien, aunque en este ultimo caso añado que El Señor De Los Anillos y Olvidado Rey Gudú son profundamente diferentes en todos los aspectos. Genialidad como pocas.
April 28, 2020
Y aquí va, por fin, mi relectura de este clásico de la fantasía española. ¿Cómo, no te suena de nada? ¿Ni siquiera la autora? Qué pena.
Olvidado Rey Gudú es la obra maestra - y más que eso, la obra personal - de una autora que fue la tercera mujer en ocupar asiendo en la RAE, ganadora del Premio Cervantes, miembro de la Hispanic Society y propuesta para el Nobel de Literatura. Tiene mil premios más, que se entienden por una sola razón: su prosa es perfecta. Difícil, pero perfecta. Y en ella se cumple una combinación que hasta ahora sólo he visto en alguien como Tolkien: combinar la fantasía, ese género tan denostado por las altas letras, con una perfecta técnica literaria.
Sí, no entiendo por qué razón algunos la comparan con George R.R. Martin - o incluso insinúan que debería haber aprendido de él (!?!?). Es al revés. La única persona con que puede compararse a esta autora es con el mismísimo Tolkien, y no es una comparación baladí, porque el viejo profesor inglés y padre del género era igual de exquisito, de refinado con su prosa; y como él, Matute hace que sus palabras canten, y también que sus palabras duelan, a veces haciéndote releer un párrafo de nuevo para que intentes dilucidar de dónde te vino esa cuchillada.
Ahora bien, si lo que esperas es un libro ameno, rápido, lleno de tacos, tetas y dragones, pues esto no es Olvidado Rey Gudú. Este libro, que le llevó una vida entera escribir, su obra vital, cuenta el alzamiento y caída de la ficticia dinastía de Olar, en el imaginado reino de Olar. Es un tocho considerable, pero hasta más allá de la mitad del libro, se lee muy rápido y muy bien - si es que tienes costumbre de leer! Porque parece hoy en día que los libros tuvieran que entrarte todos fácil, como una papilla licuada...
Miles de personajes pasan por tus ojos, cada cual más entrañable que el anterior, aunque antención, Olvidado Rey Gudú no tiene final feliz, como tampoco tiene principio ni desarollo feliz. Sólo el título es un canto a la melancolía. El libro es melancólico. Niña de la guerra, con la infancia destrozada, Matute sufrió en carne de escritora y en inspiración el trauma del conflicto civil, que tuvo a su Musa más muerta que viva la mayor parte de su vida - ¡y aún así escribió como escribió! Así, no tienes ante ti una historia que se preocupe de convencerte, sino que la autora escribe para sí misma, como quiere y lo que quiere, sin molestarse en ser lógica, sin miedo a ser incomprendida, porque no es fácil comprender lo que estás leyendo. Diversos temas atraviesas con este libro: la memoria, el olvido, la pérdida, el odio, la crueldad, el amor malogrado.
La mayoría de sus personajes - particularmente los varones - son absolutamente odiosos, y la mayoría de sus personajes - particularmente las mujeres - se comportan de forma incomprensible. Hay sucesos mágicos, extraños, que la autora no se molestará en explicarte, porque a buen entendedor, palabras sobran; y es aquí donde el libro se hace difícil de digerir. No hay un propósito, no pretende demostrarte nada. Asómate y lee, y no le pidas más.
Cada personaje es inolvidable a su manera, pero se lleva la palma la Reina Ardid, problablemente su personaje predilecto, la niña huérfana que creció entre viñedos acompañada de un Trasgo y un Hechicero, y sabia como era, ideó la venganza perfecta para vengarse del asesino de su padre; casarse con él y convertirse en la soberana de su reino. Sin embargo su sabiduría le jugó una mala pasada al decidir extirpar - mágicamente, se entiende - el corazón de su único hijo, el príncipe Gudú: incapacitado para el amor mediante semejante hechizo, Ardid tardará años en descubrir que ha creado a un monstruo. Pero lo descubrirá, y se arrepentirá.
En torno a este monstruo que es Gudú se articula una malla de personajes que en mayor o menor medida serán víctima de sus monstruosidades. A destacar la princesa Tontina y su mágico candor, su primo Predilecto, con más madera de rey en tanto que Gudú precisamente por su capacidad de amar; Ondina, hada de las aguas, que en intentar amar y comprender a los humanos forjará su propia aniquilación - igual que el Trasgo mismo - y otros tantos personajes que sufrirán la terrible decisión de Ardid, sin ni siquiera saberlo.
El final es desolador, porque ningún personaje sobrevive a la monstruosidad, salvo Gudú, que se ve castigado, sin saber por qué, a contemplar el desmoronamiento de su reino en el olvido, ese reino que le costó una vida entera levantar y que no tiene sentido cuando todos los que lo llenaban han partido. Así, la autora construye un tributo a la melancolía de la pérdida y cómo la falta de amor, o la incapacidad para amar, es la mayor de las mutilaciones.
Olvidado Rey Gudú es un cuento lírico, simbólico, literario, que muchas veces no pretende relatar sucesos concretos ni construir alegorías - incluso la intención de la autora se ve cuando concede a sus personajes unos nombres tan curiosos como simbólicos, y ella misma se ríe de ellos a través de Ardid y Gudú. Por eso resulta tan difícil de leer a muchas personas, que lo tildan de aburrido e infumable, y por eso, me temo, nunca se ha traducido al inglés ni se ha popularizado, ni siquiera en España; lo cual me parece un crimen considerable, teniendo en cuenta la altura literaria de su autora. Pero como tampoco quiero ser una snob prepotente, tengo que conceder que el libro en sí se hace difícil de seguir más o menos a la altura en que desaparecen los personajes de Tontina y Predilecto, que nos ofrecen la más bella historia de amor.
En resumen, una obra maestra, difícil, extraña, dura, pero una obra maestra después de todo. Hemos tenido el privilegio de conocer a una Tolkien española, y no la hemos reconocido, porque no estamos a la altura de semejante narrativa. Ojalá que algún día lo estemos.
Por lo demás, lo recomiendo a los amantes de la fantasía que no tengan miedo de enfrentarse a un reto. Al final, el viaje compensa, aunque es un viaje doloroso, sin gratificación al final; un testamento personal de la misma autora y del tiempo que le tocó vivir.
Olvidado Rey Gudú es la obra maestra - y más que eso, la obra personal - de una autora que fue la tercera mujer en ocupar asiendo en la RAE, ganadora del Premio Cervantes, miembro de la Hispanic Society y propuesta para el Nobel de Literatura. Tiene mil premios más, que se entienden por una sola razón: su prosa es perfecta. Difícil, pero perfecta. Y en ella se cumple una combinación que hasta ahora sólo he visto en alguien como Tolkien: combinar la fantasía, ese género tan denostado por las altas letras, con una perfecta técnica literaria.
Sí, no entiendo por qué razón algunos la comparan con George R.R. Martin - o incluso insinúan que debería haber aprendido de él (!?!?). Es al revés. La única persona con que puede compararse a esta autora es con el mismísimo Tolkien, y no es una comparación baladí, porque el viejo profesor inglés y padre del género era igual de exquisito, de refinado con su prosa; y como él, Matute hace que sus palabras canten, y también que sus palabras duelan, a veces haciéndote releer un párrafo de nuevo para que intentes dilucidar de dónde te vino esa cuchillada.
Ahora bien, si lo que esperas es un libro ameno, rápido, lleno de tacos, tetas y dragones, pues esto no es Olvidado Rey Gudú. Este libro, que le llevó una vida entera escribir, su obra vital, cuenta el alzamiento y caída de la ficticia dinastía de Olar, en el imaginado reino de Olar. Es un tocho considerable, pero hasta más allá de la mitad del libro, se lee muy rápido y muy bien - si es que tienes costumbre de leer! Porque parece hoy en día que los libros tuvieran que entrarte todos fácil, como una papilla licuada...
Miles de personajes pasan por tus ojos, cada cual más entrañable que el anterior, aunque antención, Olvidado Rey Gudú no tiene final feliz, como tampoco tiene principio ni desarollo feliz. Sólo el título es un canto a la melancolía. El libro es melancólico. Niña de la guerra, con la infancia destrozada, Matute sufrió en carne de escritora y en inspiración el trauma del conflicto civil, que tuvo a su Musa más muerta que viva la mayor parte de su vida - ¡y aún así escribió como escribió! Así, no tienes ante ti una historia que se preocupe de convencerte, sino que la autora escribe para sí misma, como quiere y lo que quiere, sin molestarse en ser lógica, sin miedo a ser incomprendida, porque no es fácil comprender lo que estás leyendo. Diversos temas atraviesas con este libro: la memoria, el olvido, la pérdida, el odio, la crueldad, el amor malogrado.
La mayoría de sus personajes - particularmente los varones - son absolutamente odiosos, y la mayoría de sus personajes - particularmente las mujeres - se comportan de forma incomprensible. Hay sucesos mágicos, extraños, que la autora no se molestará en explicarte, porque a buen entendedor, palabras sobran; y es aquí donde el libro se hace difícil de digerir. No hay un propósito, no pretende demostrarte nada. Asómate y lee, y no le pidas más.
Cada personaje es inolvidable a su manera, pero se lleva la palma la Reina Ardid, problablemente su personaje predilecto, la niña huérfana que creció entre viñedos acompañada de un Trasgo y un Hechicero, y sabia como era, ideó la venganza perfecta para vengarse del asesino de su padre; casarse con él y convertirse en la soberana de su reino. Sin embargo su sabiduría le jugó una mala pasada al decidir extirpar - mágicamente, se entiende - el corazón de su único hijo, el príncipe Gudú: incapacitado para el amor mediante semejante hechizo, Ardid tardará años en descubrir que ha creado a un monstruo. Pero lo descubrirá, y se arrepentirá.
En torno a este monstruo que es Gudú se articula una malla de personajes que en mayor o menor medida serán víctima de sus monstruosidades. A destacar la princesa Tontina y su mágico candor, su primo Predilecto, con más madera de rey en tanto que Gudú precisamente por su capacidad de amar; Ondina, hada de las aguas, que en intentar amar y comprender a los humanos forjará su propia aniquilación - igual que el Trasgo mismo - y otros tantos personajes que sufrirán la terrible decisión de Ardid, sin ni siquiera saberlo.
El final es desolador, porque ningún personaje sobrevive a la monstruosidad, salvo Gudú, que se ve castigado, sin saber por qué, a contemplar el desmoronamiento de su reino en el olvido, ese reino que le costó una vida entera levantar y que no tiene sentido cuando todos los que lo llenaban han partido. Así, la autora construye un tributo a la melancolía de la pérdida y cómo la falta de amor, o la incapacidad para amar, es la mayor de las mutilaciones.
Olvidado Rey Gudú es un cuento lírico, simbólico, literario, que muchas veces no pretende relatar sucesos concretos ni construir alegorías - incluso la intención de la autora se ve cuando concede a sus personajes unos nombres tan curiosos como simbólicos, y ella misma se ríe de ellos a través de Ardid y Gudú. Por eso resulta tan difícil de leer a muchas personas, que lo tildan de aburrido e infumable, y por eso, me temo, nunca se ha traducido al inglés ni se ha popularizado, ni siquiera en España; lo cual me parece un crimen considerable, teniendo en cuenta la altura literaria de su autora. Pero como tampoco quiero ser una snob prepotente, tengo que conceder que el libro en sí se hace difícil de seguir más o menos a la altura en que desaparecen los personajes de Tontina y Predilecto, que nos ofrecen la más bella historia de amor.
En resumen, una obra maestra, difícil, extraña, dura, pero una obra maestra después de todo. Hemos tenido el privilegio de conocer a una Tolkien española, y no la hemos reconocido, porque no estamos a la altura de semejante narrativa. Ojalá que algún día lo estemos.
Por lo demás, lo recomiendo a los amantes de la fantasía que no tengan miedo de enfrentarse a un reto. Al final, el viaje compensa, aunque es un viaje doloroso, sin gratificación al final; un testamento personal de la misma autora y del tiempo que le tocó vivir.
March 31, 2019
Mi libro favorito de todos los tiempos. Una obra maestra. Un canto al olvido y la efimeridad del tiempo. Denso, pero una joya de la literatura. No puedo tener más que palabras de amor y agradecimiento a este libro y a su autora.
March 18, 2018
Precioso, dulce, triste, efímero, nostálgico. Como la vida.
July 30, 2019
No le pongo más estrellas porque no hay.
January 21, 2024
Habitualmente soy una lectora tirando a rápida y tirando a voraz. No tanto como algunos que juegan a la carrerita acá y se leen tres libros por semana, claro, pero sí leo cómodamente alrededor de 25-30 libros en un año normal (15 en uno malísimo, 40 en uno bueno). Pero me llevó siete meses leer este libro, que para mí es muchísimo. Al punto de que algunos amigos me preguntaban qué estaba leyendo, y cuando confesaba que todavía me faltaba medio Gudú me miraban con extrañeza y una sombra de reproche: "¿Seguís con ese?".
Estoy acostumbrada a que, en este género, las novelas de cierta calidad y cierta gravitas lleven más tiempo de lectura que otras cosas (incluso que otras cosas con reputación de más "serias" y "mejor reputadas"): como el conjuro, la buena fantasía tiene un tempo que debe respetarse y necesita espacio y tiempo para desplegar las alas.
Es el caso con este, que además es ave extraña y de alas negras, pesadas como la tristeza de todas las noches en que te faltan tus muertos.
En la cuenta final, el último año leí tres libros, y uno fue este.
Si hubiera leído este solo, igual habría valido la pena.
Estoy acostumbrada a que, en este género, las novelas de cierta calidad y cierta gravitas lleven más tiempo de lectura que otras cosas (incluso que otras cosas con reputación de más "serias" y "mejor reputadas"): como el conjuro, la buena fantasía tiene un tempo que debe respetarse y necesita espacio y tiempo para desplegar las alas.
Es el caso con este, que además es ave extraña y de alas negras, pesadas como la tristeza de todas las noches en que te faltan tus muertos.
En la cuenta final, el último año leí tres libros, y uno fue este.
Si hubiera leído este solo, igual habría valido la pena.
December 14, 2024
Otra “relectura” en audiolibro. Una maravilla que me ha encantado recordar.
March 25, 2025
Una tremenda obra, cuyo título desde que supe de su existencia me cautivó, que se inscribe perfectamente en la estética de la fantasía y con una prosa maravillosa, tan poética que siente que el reino de Olar tan cercano y radiante.
Ana María Matute logró crear una historia con personajes tan únicos que amas y odias, por partes iguales; pero que jamás podrás olvidar.
Ana María Matute logró crear una historia con personajes tan únicos que amas y odias, por partes iguales; pero que jamás podrás olvidar.
January 30, 2022
Matute me gusta más cuando escribe novelas realistas. Luciérnagas es una genialidad, Olvidado Rey Gudú es una buena idea (relativamente) con una ejecución terrible. Temáticamente es similar al resto de la obra de Matute, intenta explorar la condición humana, pero se limita a lo peor que se encuentra en la humanidad: crueldad, maldad, ambición desmedida, violencia, celos, ignorancia... Hay que tener en cuenta que Matute tenía once años cuando estalló la Guerra Civil, casi quince cuando acabó, y maduró durante la posguerra. Es normal que identifique la felicidad y la inocencia con la infancia y el desengaño con crecer, así que es una gran idea aunar el mundo de los cuentos de hadas con la sabiduría y la felicidad, de manera que en Olvidado Rey Gudú los únicos seres felices son seres de cuento y niños. Y aún así, ambos son capaces de entender la maldad de los adultos. Además, Matute empieza este manuscrito más o menos en torno a la separación de su marido. Debido a las leyes de separación de España en los 60, pierde la custodia y el derecho de ver a su propio hijo. Y no poco después se sume en una depresión, de manera que la historia de Gudú no la acaba hasta los 90. La obra refleja toda la vida emocional de Matute y es muy interesante desde ese punto de vista, pero yo no comparto su negativa visión del mundo, así que no creo que la novela tenga algo importante que decir sobre la condición humana. Ni los niños son universalmente felices y mejores que los adultos, ni los adultos se rigen universalmente y en todo momento por la ambición y la violencia. Y esta es la esencia de la novela, que se repite durante casi 900 páginas con una prosa tan preciosista que es pesada de leer.
No he disfrutado su lectura y solo lo recomendaría a fans de Matute, la verdad. Pero claramente la obra ha tenido más resonancia con otra gente que conmigo, tiene una puntuación de 4.04/5 aquí en Goodreads en el momento de esta reseña y los premios literarios más prestigiosos de la literatura española.
No he disfrutado su lectura y solo lo recomendaría a fans de Matute, la verdad. Pero claramente la obra ha tenido más resonancia con otra gente que conmigo, tiene una puntuación de 4.04/5 aquí en Goodreads en el momento de esta reseña y los premios literarios más prestigiosos de la literatura española.
October 18, 2020
Lo único que he disfrutado de este libro va desde la aparición de Ardid hasta la muerte del rey. A partir de ahí (todavía no es ni la mitad de la novela) no sucede prácticamente nada. No hay un hilo constante ni remotamente firme como para aguantar tantísimas páginas. Suelo entender cuando a alguien le apasiona un libro que a mi me ha parecido un aburrimiento. En este caso no puedo. He ido leyéndolo pacientemente hasta que me faltaban 200 páginas para acabarlo, pero no he podido más. Y no entiendo la crítica entusiástica que asegura que durante las 750 páginas no se detiene la acción, ni la trama de envidias, traiciones, etc. Es asombroso que alguien perciba de esta manera algo que a mi me parece precisamente todo lo contrario.
Muy bien escrito y muy buen dominio del lenguaje por parte del autora, eso sí. Aún así le falta imaginación para elaborar una trama, y mucha, mucha, mucha profundidad en los personajes. Y esto es una falta muy grande, ya que si no eres capaz de desarrollar una historia sólida, al menos céntrate en darle fuerza a los personajes, diálogos, etc. Algunas de mis lecturas más apreciadas han sido de este tipo; historia sin importancia pero bien contada y con personajes maravillosos. No es éste el caso.
Por cierto, me quedé esperando como un idiota la tan prometida venganza de Ardid contra el rey Volodioso. Es posible que en algún giro posterior sucediese, pero para entonces yo ya había perdido el interés. Es posible también que esta historia sea una obra maestra de la literatura como tantos dicen pero yo no haya sido capaz de apreciarla como se merece.
Aún así, le volveré a dar una oportunidad a Ana María Matute, ya que disfruté mucho aquel pequeño trozo, y tanto que incluso estuve seguro en aquel momento de que acabaría siendo un libro al que le daría cinco estrellas...
Resultó libro abandonado.
Muy bien escrito y muy buen dominio del lenguaje por parte del autora, eso sí. Aún así le falta imaginación para elaborar una trama, y mucha, mucha, mucha profundidad en los personajes. Y esto es una falta muy grande, ya que si no eres capaz de desarrollar una historia sólida, al menos céntrate en darle fuerza a los personajes, diálogos, etc. Algunas de mis lecturas más apreciadas han sido de este tipo; historia sin importancia pero bien contada y con personajes maravillosos. No es éste el caso.
Por cierto, me quedé esperando como un idiota la tan prometida venganza de Ardid contra el rey Volodioso. Es posible que en algún giro posterior sucediese, pero para entonces yo ya había perdido el interés. Es posible también que esta historia sea una obra maestra de la literatura como tantos dicen pero yo no haya sido capaz de apreciarla como se merece.
Aún así, le volveré a dar una oportunidad a Ana María Matute, ya que disfruté mucho aquel pequeño trozo, y tanto que incluso estuve seguro en aquel momento de que acabaría siendo un libro al que le daría cinco estrellas...
Resultó libro abandonado.
October 13, 2012
Non essere amati è solo sfortuna; non sapere amare è una tragedia.” (Albert Camus)
Ci piaccion le storie a noi. Tanto. Da sempre, prima era il mythos, poi vennero fiabe e leggende dove il mythos trasmigrò.
La Matute ci racconta una storia, una lunga storia, che staresti a sentire per sempre. Racconta di arme, cavalieri, donne e amori, eroi, vigliacchi e traditori, bambini che guerreggiano e diventano re e regine, esseri misteriosi e magie.
Una saga ambientata in un luogo imprecisato in un tempo imprecisato, perché il mythos é diacronico e sincronico, é in ogni luogo e in ogni tempo in milioni di varianti.
Qui il problema sono i sentimenti, il cuore, c'é chi non ce l'ha ma gli verrà, c'é chi ce l'ha ma gli verrà tolto (e qui nasce la tragedia) c'é chi ce l'ha ma a volte vorrebbe non averlo oppure lo usa male.
Un lungo racconto epico con tema centrale l'amore, l'amare, le relazioni e tutti i rischi annessi e connessi quando si ama, o non si ama.
Gudù, novello Narciso, incapace di amare perché ama troppo sé stesso, per noi, che abbiamo letto la sua storia, come sarà possibile dimenticarlo?
Ci piaccion le storie a noi. Tanto. Da sempre, prima era il mythos, poi vennero fiabe e leggende dove il mythos trasmigrò.
La Matute ci racconta una storia, una lunga storia, che staresti a sentire per sempre. Racconta di arme, cavalieri, donne e amori, eroi, vigliacchi e traditori, bambini che guerreggiano e diventano re e regine, esseri misteriosi e magie.
Una saga ambientata in un luogo imprecisato in un tempo imprecisato, perché il mythos é diacronico e sincronico, é in ogni luogo e in ogni tempo in milioni di varianti.
Qui il problema sono i sentimenti, il cuore, c'é chi non ce l'ha ma gli verrà, c'é chi ce l'ha ma gli verrà tolto (e qui nasce la tragedia) c'é chi ce l'ha ma a volte vorrebbe non averlo oppure lo usa male.
Un lungo racconto epico con tema centrale l'amore, l'amare, le relazioni e tutti i rischi annessi e connessi quando si ama, o non si ama.
Gudù, novello Narciso, incapace di amare perché ama troppo sé stesso, per noi, che abbiamo letto la sua storia, come sarà possibile dimenticarlo?
October 29, 2023
Está entre los mejores libros que he leído nunca. Me acompañará siempre.
May 31, 2025
Olvidado rey Gudú es un libro inabarcable. Una fantasía medieval deliciosa, escrita con un lirismo y una belleza soberbios. La historia de un reino regentado por hombres obsesionados con conquistar una estepa inaccesible e infinita. El cuento de una reina que tiene que nadar en aguas turbulentas para lograr mantener el reino en pie, mientras todos sus aliados la van dejando sola. Qué libro tan triste y tan hermoso.
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