"Me siento oscura y luminosa, provinciana y newyorka, violada y violadora; traigo ganas de usarlo para estrellarme contra una pared.
Violetta tiene quince años cuando cruza la frontera con más de cien mil dólares robados a sus padres, asimismo excelentes amigos de lo ajeno. Azarosamente desembarcada en Nueva York, sobrevive durante cuatro años a todo tren, gastando montones de dinero en caprichos caros y descabellados. Para mantener semejante tren de vida, acelerado todavía más por el polvo blanco que introduce por su nariz en cantidades generosas, se enseña a enganchar hombres en lobbies de hoteles lujosos. No sabe, ni le interesa, la cantidad de leyes, límites y preceptos a los que pasa por encima. Tampoco sabe que Nefastófeles, el supuesto rico heredero que la deslumbra, será como una daga clavada en su bella espalda hasta que, ya de vuelta en México, se tope con Pig, y llegue entonces la hora del Diablo Guardián. Pero lo que Violetta sí sabe es que es tiempo de arrojar los dados y cerrar los ojos, casi con ganas de que a todo se lo lleve el diablo; y que, generalmente, eso lo haces sólo cuando de plano crees que ya te va a llevar.
Enamorado impenitente de la música, las motocicletas, la adrenalina y las palabras en esteroides, Velasco comenzó a escribir a los nueve años, como una forma de escapar a las aulas. Ejerce desde entonces la literatura como un vicio secreto, al que años después da curso a través de experimentar con la crónica y la forma de vida del rock. Tránsfuga de las carreras de Ciencias Políticas y Literatura, ejerce luego oficios variopintos, como el de director creativo (de lo cual dice haber extraído "algún dinero y ningún orgullo") y editor de una revista de aristócratas. Acostumbrado a dobles y triples vidas, Velasco desempeña al mismo tiempo los papeles de copywriter, periodista, rockero, socialité, noctámbulo barriobajero y escritor subrepticio.
Escribió durante 16 años en el suplemento Sábado, del periódico unomásuno, fundado y dirigido por Fernando Benítez. Publicados sus escritos en los periódicos Novedades, El Universal, El Nacional, La Crónica, Milenio, Reforma y El País, fue en Sábado donde sus experimentos verbales alcanzaron mayores niveles de osadía. Entre sus columnas más leídas se halla Deshoras y penumbras (1995 - 2000), Epistolario (2000 - 2004), El funámbulo errante (2000 - 2003) y Pronóstico del clímax (2004 - ). En unas y otras el mexicano se ha mostrado consistentemente irreverente, así como fiel a la vocación de intensidad que hace de sus presentaciones públicas happenings memorables, masivamente concurridos, donde se dice colega y cómplice natural de las mujeres públicas. Asimismo escribió, bajo el seudónimo de Virginia Wet, la columna satírica Música para hacer el amor.
Velasco permanece como escritor subterráneo hasta el año 2003, cuando es "descubierto" a la fama internacional a través del prestigioso Premio Internacional Alfaguara de Novela, obtenido antes por escritores como Manuel Vicent y Tomás Eloy Martínez, y que le es entregado en Madrid, España, en marzo de 2003, con una dotación de 175,000.00 dólares. Tras varios meses en las listas de ventas de España, México (tres años) y varios países de América Latina, la novela Diablo Guardián (picaresca punk, según el chileno Alberto Fuguet) se convierte en best-seller hispanoamericano, con más de diez ediciones y 200,000 ejemplares vendidos.
Obseso de la forma y esteta del vértigo, renuente a formar parte de movimiento literario alguno, Velasco ha visto su trabajo elogiado por escritores de la talla de Carlos Fuentes y Arturo Pérez-Reverte, quienes ya lo han citado como el futuro de la narrativa mexicana. Actualmente reside en San Angel, el barrio donde creció, en la zona sur de la ciudad de México. Actualmente colabora en el blog literario El Boomeran(g), donde ha anunciado el título de su próxima novela: Puedo explicarlo todo.
Velasco es un hijo de puta que me hizo ponerle pausa al Mario 64 y sentarme a leer su novela de principio a fin.
Como diría Salman Rushdie: es una novela que me llena de envidia, la envidia es un buen test para saber que estamos ante un gran escritor. Como un buen ganador de Alfaguara, las páginas transcurren entre lo coloquial y lo profundo, dejando pasar entre las palabras la dosis ideal de solemnidad para no aburrir y la dosis ideal de frivolidad para no joder.
Violeta es una chica y, al mismo tiempo, una hija de la chingada y al mismo tiempo una escort y al mismo tiempo la asistente en una agencia de publicidad y Pig es un hijo de puta y al mismo tiempo un vato y al mismo tiempo un creativo publicitario y al mismo tiempo el narrador que intenta reconstruir la vida de Violeta y entenderse desde la narración.
Es una novela divertida y palomera, no apta para los exquisitos de la literatura que prefieren los libros complicados. Velasco se anota otro éxito sólo comparable con su Luna Llena en las Rocas.
Es un libro grande por lo que es difícil mantener a dos personajes completamente estáticos: siempre son iguales, la Violetta de 13 años es exactamente a la de 22, y su actitud machista, discriminadora, insegura y prepotente, sólo nos revela un odio por lo que ella misma es. Este odio no le permite relacionarse con nadie en su vida y la lleva a situaciones de autosaboteo que aunque aparentemente cambian, nunca deja de estar en una. A pesar de tener un carácter fuerte e "independiente" siempre depende de alguien, casi siempre un hombre; porque ella es exactamente todo lo que critica: una mujer naca, sumisa, sin educación, dependiente y mexicana que quiere ser extranjera.
Pig, por el otro lado, me aburrió horriblemente, su escritura me parece de un pseudoescritor, que escribe "bien" pero usando analogías cliché y palabras innecesarias, que es justamente lo que es en realidad. Su vida no tiene una buena historia, parece que sólo existe para contar la historia de Violetta por lo que su juventud es una de las partes que más sobra del libro y es obvio que Velasco estaba consciente de esto, ya que los capítulos de Violetta eran bastante extensos mientras que los de Pig eran de 5 páginas.
Al final, no creo que hayan encontrado el amor, su relación no parece diferente a las que tuvieron en toda sus vidas, el que se hayan encontrado parece incidental y a la larga, efímero. También creo que fue culpa de que 4 personas me habían recomendado este libro, entonces tenía expectativas altas, aunque estoy segura que aún sin tenerlas no me hubiera gustado.
Un día me dijeron que la felicidad consiste en no querer moverse de donde uno esta. Si eso es verdad, aquél fue el día más feliz de mi vida.
Saber y sentir son cosas diferentes. Cuando sientes no sabes, y cuando crees que sabes ya dejaste de sentir.
Mira, me duele aquí, entre el hígado, el corazón y el amor propio, ¿cómo no voy a pinche guacarear, si tengo putas náuseas en el alma?
Hay un deleite intrépido en el acto de mirar de hito en hito a una extraña y decirle en silencio. Te conozco. Aunque no sea cierto y más: justo porque es mentira.
Entonces necesito que me abraces, que corras tras de mi, que no me dejes llegar hasta el alba esa que a huevo me encajaron en el nombre.
Ser junkie de tus celos, alimentarme de ellos hasta cuando no estoy, eso sí es ser puta.
Esos que salen con que no te saben olvidar, lo único que deveras no olvidan es su puta soledad podrida.
Desde que gano el Alfaguara en 2003, siendo relativamente desconocido, en el mundillo editorial de habla hispana (pero mucho más en el mundito editorial mexicano) se le endioso de una manera que es normal y natural cada vez que alguien gana un premio literario. Pues porque hay que vender libros. Y admito que nunca me llamo la atención leer la galardonadísima novela debut hasta que Amazon saco la serie. Esta falta de interés puede venir de los términos rimbombantes con los que se describía y describe la novela. Incluso en mi edición nueva de Océano se le sigue describiendo en estos términos, y se lista una chocante serie de influencias de lo más insufribles por ser lugares comunes: ‘descendiente exaltado del boom latinoamericano y del punk británico’. ¿Neta? ¿No podía listar una serie de influencias menos trilladas e inanes? Pero hace poco escuche hablar al autor por primera vez en un podcast y entonces comenzó el conflicto: cuando abre la boca Velasco me parece un cuate aterrizado y buena onda, que habla chistoso y que resulta un poco awkward: así como no se le podría querer.
Lo curioso del caso es que la novela resulta igual. Una parte es insufrible y pretenciosa. Y otra parte es interesante, lograda y casi hasta artística. Casi, porque su corazón me parece un tanto errado porque sobre todo tiene cosas que no acaban de hacer clic.
Pero vamos. Violetta es la iteración mexicana del ‘personaje stock’ de la cortesana. Y Pig es el paleto en turno que cae por ella. Lo malo es que a diferencia de antecesoras tan ilustres como Holly Golightly, como Fraulein Sally Bowles o como la legendaria Fanny Hill Violetta resulta un personaje inconsistente. Probablemente reflejado a propósito (donde hay que darle el honor que merece a Velasco con la manera en que retrata el odio que siente la protagonista al final hacia sí misma, con todas sus inseguridades de haber nacido en una familia de clase media tirando mucho mas a nacona), pero aun así esta inconsistencia al no ser aderezada con la juguetona picardía de la creación de Capote, con la confusa sensualidad de la creación de Isherwood o con la obscenidad de la creación de Cleland; resulta debiéndole al lector. Los característicos bandazos de Violetta entre fingirse de clase alta y que le salga el nopal en la frente son un buen tema, pero me pareció que este es muy chato porque se pierde en los torrentes de la prosa de Velasco.
Hablando de la prosa: esta es altamente competente y sale a borbotones… hasta que llegamos a los capítulos de Pig, narrados en tercera persona. Las ínfulas intelectuales y los conflictos del escritor son expresados de una forma rebuscada, conectando metáfora tras metáfora, algunas confusas, otras simplonas, otras ininteligibles. No recuerdo una que me pareciera ya ni artística, ni bella, ni profunda ni que me hiciera reflexionar. Que la mayoría de lo que conocemos de este personaje se exprese de esta forma hace sufrir dos cosas: al desarrollo del personaje mismo (cayendo como una versión aún mas desubicada y con motivaciones aún más injustificables que las de Violetta) y a la interacción de los dos personajes principales. Entre tanta metáfora, la relación de los dos se pierde por completo y por lo menos a mí nunca me llego a importar la relación entre ellos (o que quisiera que se quedaran juntos y vivieran felices para siempre). Además, la conocida abuelitis de Velasco me hace sospechar de algún elemento autobiográfico en el personaje de Pig: y la verdad espero que el autor no piense así de sí mismo. Porque que flojera.
En cuanto a los demás, Nefastofeles es un buen antagónico aunque carente de motivaciones y/o tenuidad que debieran ser un poco obligatorias en ficción literaria. Y el retrato de los Rosas Valdivia me parece también un hit or miss. Una familia notoriamente pichicata, con niveles de estulticia y depravación moral a nivel parecido al de los papas de Matilda. A veces parece bien. Pero también resulta una caricatura. Me parece curioso como de los pocos retratos que hay en Mexico de como es y cómo vive la clase media, todos sean negativos (como en Las Batallas en el Desierto) y casi todos hayan sido escritos por gente que podríamos llamar especialmente privilegiada económica o socialmente (como Velasco y Pacheco). Esta especie de elitismo carece por completo de la sutilidad y la mordacidad y la viveza que tienen los autores estadounidenses cuando tocan temas semejantes (como el recientemente fallecido Wolfe o como Franzen) y ya ni siquiera de la mordacidad británica políticamente motivada (como la propia Rowling). Esta manera de retratar tan sutil como un martillo hidráulico a mis ojos solo hace más nefasta y alejada de la realidad a la intelectualidad del país.
Al final, no se bien como juzgar la novela. Entiendo y celebro el talento de Velasco (pese a sus influencias anodinas) y me gusto bastante el torrente de su prosa. Pero como que le pega o no le pega a la novela. Yo en serio venia queriendo que pudiéramos llamar a Diablo Guardian ‘la gran novela mexicana’ porque siempre he querido hacer una categoría donde hubiera según yo algo que retratara un país menos rural que Los de Abajo, Pedro Paramo, Al Filo del Agua, Los Relámpagos de Agosto, Los Recuerdos del Porvenir o Balun Canan. Pero bueno. No lo hizo y el tiro salió bastante fuera de la Diana.
Velasco es de esos cabrones que o idolatras u odias. La primera vez que leí este libro fue hace unos 9 años, lo compre en el Sanborns de Plaza Tangamanga en San Luis Potosí, así de cabrón me impresiono. Es una lectura difícil, no por que sea un libro de 500 hojas, o por los capítulos donde Velasco usa un chingo de palabras esdrujulas y metáforas y pendejadas confusas, sino por que la protagonista es la hija de la chingada mas hipócrita que te pudieras imaginar, pero no puedes evitar quererla, y reírte con ella y de ella y esperar que al final todo le salga bien, de una u otra manera. Evocar sentimientos tan extremos por medio de un chingo de palabras no es fácil, y después de pasar las 150 hojas, estas enganchado y Violetta te suelta y te vuelve a agarrar y te exprime y te agota. Mi edición esta toda amarilla y huele ya a libro viejo, se ha mudado conmigo mas de cinco veces, mas de cuatro estados, rayado y doblado, pero aguanta vara. Es uno de esos tesoros que uno guarda para sus hijos.
Como Violetta con el dinero, en algún punto Velasco se engolosina y ya no le importa contar, sólo escribir. Por cada página buena (las hay, y muchas) hay decenas de reiteraciones innecesarias. Cuando vas por la décima reflexión de Violetta sobre lo que significa ser puta y la séptima anécdota autocompasiva de Pig, lo que antes era desenfrenado y emocionante se vuelve rutinario.
Dice Alejandro Zambra que escribir es como criar un bonsái: darle forma, podarlo, contenerlo; escribir es re-escribir, sean cien o mil páginas. Diablo Guardián se siente como un arbolito que Velasco dejó a medio cuidar, olvidado en el jardín.
"Vacío de ambición y pleno de hambre, Pig miraba a Violetta y abrevaba del néctar sin el cual sus monstruos habríanlo martirizado como en sus peores horas."
Un suplicio comparable a algún libro de autoayuda o El Código Da Vinci. Al final, el problema no fueron los personajes anacrónicos ni los diálogos recortados de refritos de Amores Perros, fue la horripilante experiencia, sofocante para cualquier lector, de lidiar con una prosa tan intencionalmente rebuscada, limitada al extremo, relatando una trama que no merecía más que 3 páginas.
En fin, entre página leída y página saltada me quedé con la misma impresión que al leer la primera página: éste es un libro muy pinche.
More than anything this is a coming of age story told with unflinching realism. Violetta, a 15 year old girl who wants no part of her parents' plans for her in Mexico, steals a large sum of money and flees to the US to live out her dreams of the good life in New York. But money has a way of running out and she finds out the hard way that survival for a young, unskilled, immigrant girl comes at a price.
The journey from her initial naivete, her realization of her sexual power, her descent into prostitution and drugs, her cunning and ability to manipulate and the dangerous men she attracts are told without judgement and in such a way that I felt each new realization this character experienced.
Violetta isn't the most likeable character, nor is she painted out to be the victim, which I liked. The last half of the book is suspenseful and the ending haunted me a bit both because of what happens and because Xavier Velasco does such a good job of creating that feeling of innocence lost.
Nomás no. Es un libre muy difícil de leer. No entiendo como ganó un premio regularmente prestigioso como el Alfaguara de novela (quizás en ese año la competencia era muy débil). La protagonista es espectacularmente nefasta, tan nefasta que hace que quieras tirar el libro a la basura. He leído novelas donde los protagonistas se lucen en su nefastez (Las Travesuras de la Niña Mala, por ejemplo) pero nunca había querido tirar un libro a la basura por culpa de la protagonista. La protagonista no evoluciona, es exactamente igual de plana desde los 14-22 años. Pasan 8 años (creo) y no cambia absulutamente nada de su personalidad y, sobre todo, de su asquerosa forma de hablar. NADIE EN EL MUNDO HABLA ASÍ. En fin, que bueno que ya se acabó.
Intercalada la historia de Violetta y de Pig (su Diablo Guardián) Xavier Velasco nos va contando esta historia que empieza desde el final, en un cementerio, para dejar que Violetta, la protagonista, nos cuente su historia. Violetta parece tener voz propia, una forma de narrar caprichosa, que siempre depende del momento de su vida que esté contando.
Violetta no se llama Violetta en realidad, pero en el libro no hay ni rastro de «la otra»: Rosa del Alba Rosas Valdivia. La historia es de Violetta. Intercalando los capítulos narrados con su voz con los de Pig (una voz única, y diferente), nos cuenta todo: sus deseos, sus frustraciones, sus odios. Todo es una gran confesión hacia su Diablo Guardian, la historia de su vida contada, por primera vez sin mentiras y sin añadidos. Lo cuenta todo tal como es, no parece dejarse nada.
Violetta tiene quince años y no es nada ingenua cuando logra cruzar la frontera hacia el norte, deseosa de hacerse pasar por gringa rica. No le tiene miedo a nada, excepto a verse pobre, porque como dice ella, una cosa es ser pobre, y otra parecerlo. Se deshace de cien mil dólares en menos de un año y aprende a seducir a hombres en los lobbys de los hoteles, con tal de tener dinero, y de parecer rica. No le importa que pueda dejar atrás.
Y entonces aparece Nefastófeles, un supuesto rico heredero mexicano que casi la deslumbra para clavarle una daga envenenada en la espalda. Con una narración caprichosa a ratos, la historia de Pig se va entrelazando con la de Violetta.
Narración divertida, una historia entretenida, llena de mexicanismos, de situaciones que le pueden pasar a cualquiera. Digna ganadora del premio Alfaguara.
Me dieron ganas de echarle tierra a este libro. Lo leí a los 19, justo antes de este había leído "Desgracia" de Coetzee y lo intercambié con una muchacha de la facultad que me gustaba. Creo que nunca he realizado un préstamo tan desigual. Lo leí rápido, la prosa no exige nada. Recuerdo bien que, aún con mis nulas nociones literarias, los padres de Violetta se me hicieron tan mal construidos y fársicos que acabaron por fastidiarme. Todo el argumento es de lo más inverosímil y no estoy seguro donde, pero me da la sensación de que es algo que ya he visto antes, como en "Mi Pobre Angelito" o algo por el estilo. Tiene mucho de fantasía típica de vato heterosexual: "si yo fuera mujer sería bien putota" y qué pinche hueva.
Ave María Purísima: Me acuso de ser yo por todas partes.
El pasado 14 de febrero recibí este libro como regalo del día de los enamorados y luego de leerlo, me obsesioné como ustedes no tienen una idea. No sabía qué esperarme de Diablo Guardián, así que cuando lo recibí pensé que era un lindo gesto y un libro como cualquier otro. Vaya error. pues este no es un libro como cualquier otro.
Lo cierto es que, luego de todo lo que me produjo el libro, no sé como tomarme el regalo. Ha pasado un mes y yo sigo atormentada con la idea de porqué darme un libro como este en una fecha como esa.¿Será no soy la única que piensa que Violetta y yo nos parecemos demasiado?
Así que, por este motivo, me he tomado mi tiempo para escribir esta reseña que, de hecho, me está costando mucho hacer. Tengo demasiados sentimientos encontrados que he intentado organizar, pues esta, para mí, no ha sido una lectura fácil y, pese a no ser un gran clásico de la literatura o una novela de mil páginas, Diablo Guardián viene con una fuerte denuncia y una carga emocional bastante dura.
Xavier Velasco relata de una manera increíble la constante tendencia que tenemos algunos de querer siempre sentirnos parte de otro mundo (sobretodo en Latinoamérica). Tomando esa base, el escritor narra la vida de una niña que se autobautiza como Violetta y que solo quiere vivir la vida al máximo sin sufrir. Por ello, en búsqueda de aventuras, huye a EEUU con 100.000 dólares en el bolsillo, buscando alejarse de su atormentada casa y dejar de luchar por el dinero. Todo esto la lleva a convertirse en una "prostituta de lujo", lo que hace que, con un tono de cinismo bastante marcado, la novela se torne truculenta y oscura, pues sus vivencias la llevarán a conocer al Diablo Guardián, que llega a su vida para enseñarle que, de una vez por todas, es tiempo de cerrar los ojos, tirar los dados y dejar que todo fluya, pues la hora del juicio final está aguardándolos.
Toda esta historia se construye bajo el tono confesional de Violetta, tratado con un lenguaje irreverente, transgresor y lleno de humor negro, cinismo e ironía, que parece romper con todo tipo de cánones y dar inicio a una nueva narrativa, donde la ficción surge como respuesta a las ansias de extender y dirigir la realidad de nosotros, los que nos hemos desviado en el camino. Así, Velasco se pregunta lo que pasa y lo que podría pasar para construir su novela, que nace de la imperfecta cotidianidad y que crea un universo nuevo, lleno de vivencias diarias, de fragmentos de la existencia de los personajes, que no pueden ser más reales y que nos muestran todo lo que no queremos ver.
Así, y gracias al estilo que Velasco propone para construir su novela, Violetta es abandonada a su suerte, para que sea ella quien nos cuente la verdad y, a partir de allí, la hagamos nuestra. Y es que, sin duda, ella es la única que tiene en sus manos la absoluta certeza de lo que la impulsa a comportarse de tal forma con tan solo 15 años. Esto es lo que hace a Diablo Guardián una novela memorable, en la que ella es el punto fuerte, configurándose así como un carácter digno de toda admiración, convirtiéndose en un arquetipo que encarna una serie de parámetros propios del siglo XXI. Violetta, sobre todas las cosas, se muestra desafiante y retadora ante una sociedad a la que siente que no pertenece y a la que rechaza a toda costa, pues se niega a que el dinero sea un problema, siendo este un elemento que, para ella, llena de sentido su existencia y soluciona casi cualquier problema.
En consecuencia, Violetta en cada línea se vuelve más entrañable, siendo siempre ella misma, tan única que es imposible no verse reflejado en su sinceridad. Tanto así, que al momento de confesar sus pecados ante el Diablo Guardián, se alza como una Diosa inquietante, asombrosa y auténtica, cuya vida turbulenta le permite al escritor hablar de sus deseos, de sus odios y construir una novela tan grande como esta que, como bien lo dijo su creador, “rasga la ficción literaria y rompe con la realidad convencional”.
En consecuencia, son los personajes los quienes escriben la obra, urgidos por su deseo de pertenecer a una sociedad que los escupe, los mastica y los pisa. Lo curioso es, que como todos nosotros, se alzan para volverlo a intentar. Sin embargo, es esto lo que los lleva a odiar a su cultura feroz, que les recuerda constantemente que quieren y no pueden. Todo esto los lleva a cometer locuras, partiendo de las ansias de huir del destino que les fue marcado, mostrando su lado más oscuro. Entonces, Velasco nos muestra a Violetta como un ser que encarna todas estas cuestiones y, a su vez, deja ver su poco amor propio, que proyecta en esa relación causa - efecto entre su relación con ella misma como inicio de su desarraigo, sin embargo, ¿detesta a su país como reflejo de sí misma o viceversa? He ahí la cuestión.
Aunado a todas estas maravillas y en compañía a Violetta, Velasco introduce a Pig, un publicista con alma de escritor que se enamora de ella en Nueva York. Ambos tienen muchos puntos en común pero, sobretodo, ese gusto por el dinero que tanto los caracteriza.
Su relación es bastante compleja, pues los dos conocen sus puntos débiles y saben lo que les impide ser completamente felices. Él es completamente consciente de que enamorarse de alguien como Violetta significa saltar al abismo y ella sabe que alguien como él no es del todo conveniente para su vida, sin embargo, los dos se unen porque ninguno pretende salvar al otro, pues saben que perderían su encanto si no tuvieran ese toque de maldad y sufrimiento que forma parte de ellos.
Pero, sin duda, el elemento en común que más los une es esa necesidad de prostituirse. Sí, de venderse, pues él, al igual que ella, se prostituye a su modo, vendiendo su arte, su talento, con el fin de subsistir y, a su vez, llenar e basura la mente de sus seguidores.
Estos dos elementos se conjugan, con el fin de dejar lo que es para mí la piedra angular de la novela: el amor es el máximo exponente el derroche. Pig y Violetta se vinculan y, con su relación, dejan claro que lo que siempre han buscado es ese sentimiento universal incuantificable y tan difícil de encontrar. En ambos la falta de cariño es un denominador común y el elemento que da pie a que todo ocurra. Y así, desde la convicción de que la perfección no existe, se ven encerrados entre cables y púas, pues el mundo les impide escapar de la opresión que ejerce sobre ellos, reiterándoles una y otra vez que su desgracia no se soluciona con dinero.
Agridulce como todas las buenas obras, Diablo Guardián encierra a un personaje como Violetta, irritante y cautivador, que te revuelve las vísceras y que te da justo ahí, entre el hígado y el amor propio. Ella representa lo que muchas somos y encarna un ideal típico latinoamericano, pues parece que nos odiamos por naturaleza. Velasco, a través de esa piruja globalizada y apátrida, condensa el espíritu de un continente que lucha contra sí mismo, en medio de épocas convulsas.
En definitiva, Xavier Velasco se ha ganado mi corazón con Diablo Guardián, que se va directo a mis favoritos de este año, pues denuncia de una manera actual y sincera esa problemática que algunos arrastramos por años, mediante un personaje que busca rebelarse de un entorno al que pertenece y que detesta. Valiéndose de un discurso real, en el que todos podemos vernos, el escritos se despoja de clichés y concluye que, así como Violetta, estamos constantemente mirando al norte sin saber lo que tenemos en el sur, peleándonos contra un mundo que nos encierra dentro de situaciones que, pese al dolor, nos enseñan a vivir y nos demuestra, una y otra vez, que nos vendemos constantemente y que, pese a que nos queramos convencer de lo contrario, el dinero rige el mundo.
Diablo guardián nos cuenta la historia de Rosalba, o Violetta como ella prefiere, y como no encaja con su familia que esta llena de mentiras y aparentan ser algo que no son, así que ella decide tomar las riendas de su vida, robar miles de pesos a sus padres y largarse a Nueva York, a disfrutar ahora si su vida.
Pero no sabía lo que esperaba.
Y así es como empieza este viaje que emprendemos junto a Violetta, y sus ganas de vivir una vida de ensueño, pero nada es tan fácil, y durante todo el libro vemos situaciones en las que Violetta tiene que prestarse para sobrevivir.
Es un libro que me gustó bastante por la manera en que esta escrita, de una forma fresca, rápida, y muy mexicana, aunque la mayoría del libro se viva en NY, se siente de alguna manera México,y aunque Violetta trate de alejarse de sus raíces, pues lo lleva con ella.
Sin duda Diablo Guardián es una parte importante en la literatura mexicana contemporánea y que vale la pena leer este gran libro.
Este fue el primer libro que me aventuré a leer de este escritor, es un libro complejo por la forma en la que se desarrollan las historias tanto de Violetta como de Pig. ambos van cayendo en un remolino de desgracia en el que no les importa saber que no hay vuelta atrás.
Es cierto que en veces el libro es un tanto reiterativo de varias ideas y esto puede llegar a cansar, pero en mi caso, disfruté el viaje, no tenia ninguna prisa por terminarlo por lo que no me sentí como un lector "pasajero" sino como un cómplice del escritor.
Conque el Diablo Guardían...de esos libros que terminas de leer y sabes que lo tendrás de volver a leer en un futuro, tanto porque es divertido como porque al final del libro te caen tantos veintes que te gustaría volver al inicio y empezar de nuevo pero ya con otros ojos, o más bien, sin la venda en los ojos. Bravo por el autor, en ningún momento pensé: se nota que el que escribe es hombre y no una mujer....de la historia, qué les digo, trági-comedia, apasionadamente agridulce, en general, bastante buena.
Esta lectura fue densa, desgastante y agotadora. Sentí una historia con personajes poco dinámicos, capítulos muy largos que me causaban tedio.
Tiene frases que me gustaron mucho, reflexiones muy buenas, disfruté en un inicio el lenguaje de Violetta pero de la mitad al final ya no podía con su muletilla.
Violeta, es mi alter-ego. Aunque tiene muchos tintes de personalidad con los que me identifico. En su incio retrata perfecto a la clase media arribista mexicana. Su doble narración y tejido de historias es maravilloso.
My favorite quote "I feel dark and luminous, provincial and newyorkish, raped and raper; i have a motor inside and I feel like using it and smash against a wall."
—————————————————- 2010 No disfruto tanto la novela contemporánea, me paso lo mismo con Javier Marías intentando terminar el libro a rastras, estuve a nada de dejarlo. en fin un libro más leído.
5/5 “No me acuerdo la 1ra vez que enseñé los calzones”; así con esta frase, me ganó.
Narrado por el autor Xavier Velasco, este libro aborda la historia de Violeta y Pig, una de las mejores cosas de escuchar el libro narrado por quien lo pensó es que LE DA UNA VIDA extraordinaria. A lo largo de 27 capítulos escuchas “spanglish”, groserías, raps ha-ha, toda cortesía de Velasco. Incluye su mejor representación de una mujer.
Violeta es una chica mexicana que después de desfalcar a sus papás huye a Nueva York donde conoce al peor error de su vida Nefástofeles, no todo este perdido ya que gracias a él conoce a su Diablo Gurdián: Pig.
Es una historia de amor, venganza, aventura y valentía. Si ya leíste la versión física vas a amar aún más este clásico; en menos de una semana terminé ¡lo deboré!.
Lo que le puedo aplaudir a Xavier Velasco es su capacidad de crear personajes tan odiosos, que lo único que hicieron fue mantenerme alejado de la historia y a veces me quitaban las ganas de regresar al libro.
Vaya que disfrute de esta novela, no sabría bien como catalogarla (thriller, superación), escrito en un lenguaje coloquial que mezcla el inglés y el español llena de manerismos y referencias a la cultura pop que al leerlo suena natural, cómo si estuviera en medio de una conversación. Con temáticas bastante obscuras (prostitución, trata de blancas, uso de drogas) y personajes grises, antiheroicos y bastante patanescos pero carismáticos, de esos que a pesar de ser personas deplorables les deseas lo mejor. El final deja un poco que desear pero los giros que contiene me dejaron con ganas de leer más y esperando a tener un rato libre para sumergirme de nuevo, sensación que ya tenía rato que no me pasaba con un libro.
La historia se centra en dos personajes, aunque en realidad el protagonismo de uno y el otro solo es un medio para darle conclusión (cómo expresamente se menciona en el libro) que son Violetta y Pig, cuyas historias se cuentan en capítulos alternados y lentamente se van entrelazando. Violeta es una joven adolescente (al menos cuando empieza la historia) hija de una familia pretenciosa y mezquina quien se escapa de su casa con dinero que sus padres amasaban robando y se dirige a la ciudad de Nueva York, dónde lleva un estilo de vida frenético y sin control y al esfumarse su dinero recurre a la prostitución para alimentar su estilo de vida lleno de lujos superficiales y mentiras. Después de un rato cae en las manos de un padrote que abusa de ella y se escapa con destino a México donde recurre a las mismas trampas para mantener su estilo de vida y rehacer su vida. Con esta descripción, uno podría pensar que el personaje es una víctima de sus circunstancias (que en parte lo es), pero en realidad Violetta es una maestra de la estafa y la manipulación que deseaba tener ese estilo de vida sin importar las consecuencias que tuviera que pagar para tenerlo, y es plenamente conciente de ello lo que no permite que en ningún momento se tenga lastima por ella. Prejuiciosa, clasista, discriminadora, tramposa, cínica y orgullosa de ello, pero honesta a la hora de narrar su vida turbulenta y frenética lo que hace de ella un personaje memorable y centro de esta novela.
Pig por otro lado es un joven más bien pasivo, idealista de familia acomodada pero que queda al cuidado de su abuela al morir sus padres. Cobarde y empujado por las circunstancias en las que vive, lleva una vida más bien opaca y busca desatar problemas siempre alejado del centro, de esas personas que pasan desapercibidas, quien arroja la piedra, esconde la mano y busca que los demás afronten las consecuencias, quien se queda estancado en una vida que no quiere hasta que se encuentra con Violetta. La verdad es que su historia sirve como una especie de intermedio y son los pedazos más flojos de esta novela.
Lo que mantiene a esta novela como algo fresco es el lenguaje en el que se narra. Violetta cuenta su historia mediante grabaciones y en ellas su forma de expresar es.una combinación entre el español y expresiones en inglés que hacen un lenguaje figurado, lleno de referencias a.la cultura pop como música (en particular Iggy Pop), caricaturas, videojuegos y cómics. Lo increíble es que al leerlo suena como algo natural, como la forma en la que una persona realmente se expresaría, con todo y muletillas. El lenguaje de Pig es más más pretencioso, pseudopoetico y medio fantoche, que también tiene su chiste, pero es más falso. La combinación de estas dos partes le dan un ritmo a la historia que me pareció bueno, le pisa el acelerador con la parte de Violetta y la de Pig es más lenta para agarra aire y seguir con Violetta.
De las descripciones que se dan no son minuciosas pero suficientes, a pesar de que es una novela donde el sexo está implícito hay muy pocas partes en dónde se hace explícito. De las drogas, en eso si hay tela que cortar. Las partes en dónde se incluyen son decadentes pero narradas con soltura, pero cuando tocan los abismos si te hace pensar dos veces.
La novela tiene muchos temas muy fuertes e incómodos, pero hay algo en la forma en la que está narrado que no da esa apariencia, los banaliza totalmente pero no los censura ni romántica. Tal vez sea por la forma tan conciente en que los personajes navegan por esas circunstancias tan negras que se da este efecto, pero entiendo que algunos lectores tomen esto como ofensivo o normalizador, pero siempre hay que tener en mente el subtexto de la historia para darle su justa dimensión.
Emocionante, decadente, narrada con fluidez sinceramente me gustó más de.lo que esperaba. Si bucar algo intenso y obscuro pero narrado de forma coloquial dale una oportunidad. En algunos momentos puede ser demasiado cursi o pretencioso pero si le agarras el gusto lo vas a disfrutar bastante.
Que Xavier Velasco sabe escribir, no lo pongo en duda. Qué pensé que iba a ser el peor libro del año, no lo niego. Que me exasperó Violeta, hasta decir basta. No me dejó el mejor sabor de boca, aunque mejoró mucho en la segunda parte del libro. Me gustaría escuchar a las personas que le dan 5 estrellas. Así que me quedaré un rato leyendo esos comentarios.
Es la segunda vez que lo leo, y en esta ocasión me pareció menos asombroso que la primera. No sé, quizá la madures en mi persona, el haber leído más literatura en general y más del autor, esto último pieza clave, me parece, para saber como escribe y notar esas pequeñas cosas de él que no terminan de gustarme.
Es complicado no enojarse con Violetta por la cantidad de pendejadas que hacer. Aunque también es difícil no entenderla y darle un poco de razón. Velasco intenta mostrarnos lo peor de la adolescencia y la humanidad misma. El que tan fácil podemos caer en "el mal camino" y lo difícil que puede ser salir de él cuando estamos tan concentrados ahí, donde no podemos siquiera apartar la mirada. Algo tan obvio pero que es imposible desde la perspectiva del afectado.
Sí, me da un poco la impresión que los personajes no evolucionan, son victimas y afortunados de las consecuencias, pero también se puede entender porque es así. El entorno, que es probable sea lo más importante a destacar después de Violetta, es un bosquejo muy jodido de lo que pudo haber hecho Ibargüengoitia; dibujar una clase media jodida con aires de grandeza a los cuales nunca se atreve a saltar. Solo es ella, Violetta, quien "quema los barcos" y en un valemadrismo netamente mexicano se lanza al vacío esperando... esperando el chingadazo no sea tan fuerte. ¡Y le sale! Siempre le sale a la cabrona, por ello es posible encariñarse con ella.
¿Y quién no ha pensado alguna vez en vivir la mala vida y salir impoluto de ella? Al menos yo me lo he cuestionado muchas veces. Diablo Guardián es un buen ejercicio de lo bajo que podemos caer, las penurias a las que nos tenemos que sobreponer y, si lo vemos en ese juego, los "trucos" que nos veremos obligados a usar para poder salir de ahí. Claro, desde la comodidad de nuestra sala, nuestra casa, nuestra protección, sin arriesgar nada.
Es ahí donde me recuerda un poco a Bukowski. En el simple hecho de mostrar lo peor que puede pasar, de una manera amena y sin problemas. Vivir lo peor en cabeza ajena esperando así no tener que sufrirlo nosotros.
No es un mal libro, pero Velasco cada vez que lo leo me parece peor y un tanto sobrevaluado. Aunque, insisto, no es mala historia y me encantaría verla en la serie que planean hacer desde hace tantos años. Motivo principal para su re-lectura.
Este libro es horrible y la única razón por la que lo leí fue porque me lo prestaron a cambio de la Rayuela de Cortázar. Es una lectura muy rápida, pero increíblemente pretenciosa, con una trama inverosímil que raya en lo ridícula y con referencias muy forzadas de música post-punk. "Vamos a meter lyrics de Iggy Pop para que vean lo rebeldes que son nuestros personajes, vamos a mencionar a Siouxsie and the Banshees, son bien góticos, bien oscuros, son del diablo y así".
El primer día de lectura, a pesar de haber llegado a la mitad no pude soportarlo y tuvieron que pasar un par de años hasta que me compadeciera del pobre libro (además quería de vuelta mi Rayuela) y decidiera terminarlo. Mi vida pudo transcurrir perfectamente bien sin hacerlo. Ahí aprendí que si un libro no te gusta, no deberías forzarte a leerlo, la vida es muy corta, hay muchos escritores muy buenos y Xavier Velasco no es uno de ellos.