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Solo integral: Una vuelta de tuerca a sus mejores ideas (Biblioteca Fernando Savater)

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Solointegral es la modalidad más extrema de escalada. En su práctica, el escalador se juega la vida en cada uno de sus movimientos. Este conjunto de artículos (cien publicados y otros cien inéditos) reflejan el espíritu crítico y a contracorriente de Fernando Savater. El autor se pone a prueba en esta revisión de sus ideas no solo porque puede llegar a contradecirse, sino porque, al ser textos independientes, que no están adscritos a un medio de comunicación, puede pensar, escribir y opinar de una forma totalmente libre.

Esta obra es un ejercicio intelectual audaz, en el que se tratan los temas clásicos del filó política, nación, sociedad, educación, ética, cultura… sin ninguna línea roja, y en el que se propone un estimulante juego de espejos. Una cuidada selección de textos que hará las delicias de los seguidores de Savater y que además agitará conciencias y levantará polémicas.

218 pages, Kindle Edition

Published December 1, 2021

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About the author

Fernando Savater

259 books408 followers
Born 21 June 1947, Savater is one of Spain's most popular living philosophers, as well as an essayist and celebrated author.

Born in San Sebastián, he was an Ethics professor at the University of the Basque Country for over a decade. Presently he is a Philosophy professor at the Complutense University of Madrid. He has won several accolades for his literary work, which covers issues as diverse as contemporary ethics, politics, cinema and literary studies. In 1990, Savater and columnist and publisher, Javier Pradera, founded the magazine, Claves de Razón Práctica

He defines himself as an agnostic, an anglophile and a defender of the Enlightenment in the Voltaire tradition.

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Displaying 1 - 7 of 7 reviews
Profile Image for Carlos Murguia.
280 reviews8 followers
December 24, 2021
Es un ejercicio muy interesante: Savater revisa y comenta sus artículos, una selección de entre los publicados después de la muerte de su esposa, una situación que permea en todo el libro. Toca temas políticos, como los separatismos catalán y vasco, con una claridad sorprendente; pero otros, como la concepción actual del respeto a los animales, de una manera francamente pedestre; y a mi parecer muy ligeramente, asuntos de educación.
A pesar de todos los pesares es un libro entrañable, como una charla personal, inteligente y honesto.
Profile Image for Miguel Galán de Juana.
2 reviews6 followers
February 15, 2022
Emparejado integral

Leo a Savater con el gusto de encontrarme siempre con el milagro de ver bien escrito y con buen humor lo que yo mismo pienso.Señal será , digo yo, de que lo pensamos más de uno y más de dos. ufff! Que alivio!
Profile Image for Pedro L. Fragoso.
864 reviews65 followers
August 21, 2024
Entiendo que lo que voy a escribir no es natural, pero: mi identificación con las ideas, la visión del mundo y las convicciones de Savater es amplia, total, unánime... Bueno, es lo que es. La escritura es concisa, sin rodeos, clarisima, el todo brilla.

Siguen unas cuantas joyas:

«

Entonces decidimos inventarnos un cobijo y asegurábamos a quien quisiera escucharnos que pertenecíamos a la JOS. Los más ortodoxos nos preguntaban con recelo si las siglas pertenecían a algún grupo de juventudes obreras sindicalistas o algo parecido, y sonreíamos misteriosamente. Frío, frío... La solución del enigma era Jodida Obsesión Sexual. He seguido siendo miembro (claro, a eso me refiero) de esa asociación tremenda y por lo que compruebo en estos últimos tiempos ni siquiera he mejorado con los años. Más bien he tenido la suerte de empeorar...

Si todos fuésemos egoístas racionales, la humanidad estaría salvada. Pero lamentablemente no es así. Mucho más que buscar nuestro provecho, preferimos conseguir el daño ajeno. Los medievales, al estudiar la libido, es decir, nuestro afán concupiscente, la dividían en tres ramas principales: el afán de poseer, el afán de dominar y el afán de sentir (placer). Nada sobra en este sagaz planteamiento, pero falta algo, una cuarta libido tan potente y patente como las otras tres: el afán de castigar.

VIvir humanamente es vivir achuchados y achuchando, olvidarnos del pathos de la distancia, ese prejuicio altanero que predicaba Nietzsche. También queremos reanudar nuestros alegres vicios, el consumo de los regalos que nuestra época nos hace, sus herramientas maravillosas, sus viajes, sus parques de atracciones y la atracción demasiado tiempo postergada de pasear libremente por cualquier parque. Y, desde luego, queremos reiniciar los trabajos de los que tanto nos quejábamos y que hemos aprendido a añorar como lo más parecido a nuestro destino en este mundo: trabajar, producir, construir, vender y comprar, regresar jubilosos al comercio de la carne y de la vida.

Amar, como he repetido muchas veces, es dejar de vivir para algo y ponerse a vivir para alguien. Y el mejor regalo que podemos hacer a quien amamos es la alegría. O si se prefiere, visto desde otro ángulo: ser leal al otro (la fidelidad para los chuchos) es no traicionarle nunca con la tristeza, no convertirle en «paño de lágrimas», como suele decirse. Cuando repaso en clave de arrepentimiento tardío mi relación de treinta y tantos años con Sara, lo que lamento como imperdonable no son mis infidelidades (aunque no estoy ni mucho menos orgulloso de ellas, porque nunca pude confesárselas), sino las veces que la entristecí, que escogí su hombro para darme el gusto sádico de llorar sobre él, que ella vino a mí con su tristura y el ruego que implicaba y yo no tuve tiempo para aliviarla.

Por eso pudo decir Oscar Wilde, con una de sus paradojas de significado más profundo de lo que parece, que «la diferencia entre una pasión eterna y un capricho pasajero es que el capricho suele durar más».

El varón Pavese quedará incomprendido: «No se mata uno por amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, revela nuestra desnudez, miseria, desprotección, nada».

Hoy, mientras escribo este comentario, se prepara una ley de bienestar animal, de la que hasta ahora solo conozco disposiciones sobre cómo deben ser tratadas las mascotas. Habrá que estudiar un cursillo para tener un perro, no se le podrá dejar solo más de un mes, cosas así... No me parece mal porque los animales que sirven de mascota están en transición a dejar de ser animales y convertirse en un tipo de infrahumanos, algo así como los ejemplares del doctor Moreau.

¡Qué cruel inexplicable fatalidad que los caballos mueran siempre pronto mientras que quienes los hemos amado, admirado y gozamos con ellos los sobrevivamos década tras década, inútiles y nostálgicos!

Pero ¿acaso no tiene el País Vasco rasgos de nacionalidad histórica suficientes, una sociedad con arraigadas costumbres y formas de vida común, y una cultura representada por pintores, escritores, cineastas, etc.? Pues sí, todo eso existe, pero no de modo satisfactorio y debido. ¿Por qué? Pues porque no se opone suficientemente a lo español ni se distingue bastante de España. Todavía a los vascos se les confunde con españoles o incluso con franceses, cuando en cambio nadie se equivoca tomándolos por suecos o indonesios. A pesar de nuestras características nacionales (¡ay, si tuviésemos Estado propio! Pero claro, eso cuesta mucho dinero. Como no nos lo regale España...), pese a una sociedad pujante y una cultura estimable en tres lenguas, aún queda mucho camino por recorrer y mucho por construir... después de haber destruido los puentes con España, claro.

El conflicto con los llamados «nacionalismos» tanto en España como en Europa es en realidad cuestión de separatismo. Sea en España o en Europa, los separatistas (de izquierdas o derechas, hay ejemplos de ambas tendencias) se consideran un grupo humano especial, marcado por factores lingüísticos, étnicos, religiosos, etc., que les autorizan a reclamar un trato especial dentro de un Estado o una federación internacional. No reconocen una ciudadanía igual a la de los demás: la igualdad les molesta, iguales solo son entre ellos, no con los otros, tanto si han estado vinculados por siglos a ellos como si deben compartir nuevas asociaciones internacionales recién acordadas. Es inútil que se les recuerde que la modernidad política se basa en instituciones que tienden a reconocer derechos y deberes universales, desligados de etnias, géneros, dogmas, etc. Para ellos lo que cuenta no es la igualdad ante la ley, la antigua y venerable isonomía griega, pues verse igualados con otros ciudadanos que hablan otra lengua, tienen distinto aspecto físico o diferentes cultos les parece humillante, esclavizador. Lo que cuenta no es la igualdad sino la identidad, la suya propia y sobre todo excluyente, cuyos requisitos y marcas distintivas son también ellos los únicos que pueden determinar.

Y la inquisición contra el castellano sobre todo en el terreno educativo (las trabas puestas en los exámenes de selectividad a quienes quieren examinarse en castellano son un ejemplo entre mil) daña principalmente a los estudiantes de origen más humilde, aquellos que no reciben de sus padres mayor legado que una lengua de extensión universal que les proporciona perspectivas laborales y culturales con las que, si fuesen monolingües en catalán, no podrían ni soñar. Como en tantos otros casos, el separatismo consiste en robar a los pobres sus derechos para que una burguesía autocomplaciente pueda monopolizar el poder presente y futuro de la comunidad.

En realidad, todos los ciudadanos españoles (incluso los más remisos a serlo) somos castellanohablantes, aunque algunos encuentran más dificultades para vivir en su lengua que otros. Desde luego, quienes utilizan el catalán para tiranizar a sus conciudadanos no lo hacen por miedo a que el catalán desaparezca, porque es una lengua moderna, con actividad literaria, en la cual puede estudiarse, etc. Nunca alcanzará la expansión mundial del castellano, porque carece de la oportunidad histórica que tuvo este en América, pero tampoco parece verosímil que retroceda de su situación actual. En todo caso, su pervivencia y asentamiento dependen de la voluntad de sus hablantes de no renunciar a utilizarlo, pero nunca de que logren extirpar el castellano de su región. La obsesión de perseguir la lengua castellana responde a la decisión política —no cultural— de disolver los lazos que unen a los catalanes (o vascos, etc.) con el resto de los españoles.

En España hay sin duda discriminación lingüística, pero contra el castellano. Sucede en Cataluña, el País Vasco, Baleares, Galicia... La razón es fácil de entender: los que discriminan son los nacionalistas, que utilizan su lengua particular como ariete a favor de la independencia; para ello deben acabar con la posibilidad de una lengua común, porque ahí está la base de un Estado común y ellos quieren un Estado propio. No quieren hacerse entender; al contrario, prefieren resultar ininteligibles porque eso demuestra que son extranjeros, que no pertenecen a España y que tienen poco que ver con ella.

Nada más equivocado educativamente, a mi inmodesto entender (y ahora quizá estoy pecando del mismo vicio que critico), que reducir la formación humana a esa recomendación troglodítica que a veces resuena en lo peor de la sabiduría clásica y los menos acertados manuales de autoayuda: «Aprende a ser tú mismo». Pues no, ni hablar. Aprende a dejar tu querido «yo mismo» en el guardarropa, junto a «lo de aquí» y a «lo que yo siento, lo que yo quiero», para dar paso a aquello a lo que nos parecemos cuando dejamos de mirarnos al espejo. (...) Enfocó bien la cuestión François Mauriac, cuando respondió al que le preguntaba qué hubiera querido ser: moi-même, mais reussi («yo mismo, pero conseguido»). La educación no está destinada a cultivar lo que somos sino a lograr que se transforme en lo que deberíamos ser.

Para empezar, es falso que haya Gobiernos «de izquierdas» o «de derechas», porque todos los parlamentos tienen grupos de ambas tendencias —y de las intermedias— y necesitan medidas legales y sociales de ambos tipos. Si falta una de ellas, no estamos en una democracia sino en un totalitarismo enemigo de las libertades públicas. Lo que eligen los ciudadanos en cada caso son ejecutivos más preocupados por la gestión de las medidas redistributivas o de las liberales, pero sin suprimir ninguno de esos bloques complementarios. Por eso es frecuente que después de una época de Gobiernos «de izquierda» venga otra más derechista o viceversa: como ambas líneas políticas son indispensables, los propios votantes se encargan de corregir el desnivel en un sentido u otro de los gestores.

Pero lo chocante es la diferente respuesta que obtiene la postura extremista entre quienes no la comparten, al menos en España. Por lo general, el extremista de izquierdas —aunque se le tenga por exagerado y algo peligroso— es visto como alguien generoso, amigo del pueblo y bien intencionado, mientras que el extremista de derechas es considerado como un enemigo de los derechos y las libertades, muy egoísta y muy mala persona. De ahí que la aparición de Podemos, un partido populista de inspiración castrista como otros que tanto daño han hecho en Hispanoamérica, fuese recibido como una gran esperanza para nuestro país, mientras que Vox fue visto como el retorno pavoroso de la bestia parda. Pero la sociedad, la nuestra y cualquier otra que se pretenda democrática, está compuesta de gente situada ideológicamente a la derecha, a la izquierda... y está muy bien que sea así. Lo único exigible y en lo que debemos ser intransigentes es el cumplimiento de la ley, la constitucional y las otras. Quien proponga saltarse la ley por el bien del país, sea de derechas o de izquierdas, es un enemigo inequívoco de la democracia. Y en este punto sí que me vuelvo extremista...

En nuestro país (que es España, nadie vaya a creer que me refiero a uno de esos reinitos de taifas que han proliferado como setas venenosas), «fascista» sigue siendo un grave insulto y «comunista», un piropo al buen corazón.

Hay que repetir que hoy en día, en España, se valora a la izquierda por sus mejores intenciones y se condena a la derecha por sus peores resultados. (...) Ese populismo no es más que la democracia de los ignorantes, es decir, la forma de perder poco a poco los verdaderos contenidos democráticos para sustituirlos por exhibicionismo demagógico.

El griego Tsipras, Podemos, Izquierda Unida, EH Bildu y algún otro grupo parecido se desmarcaron de la celebración proclamando que «equiparar nazismo y comunismo supone un error histórico». Cosas del parentesco. No sé exactamente qué error hay. Si es el número de asesinados por cada equipo siniestro, dentro de Europa el balance está bastante equilibrado, pero China y los jemeres rojos desbordan a sus rivales. La única diferencia que veo es que alguna vez pudo haber comunistas de buena fe, mientras que un nazi de buena fe es inimaginable. Pero eso a las víctimas de unos y otros les ayuda poco.

Finalmente me he dado cuenta de que, dejando a un lado o en el fondo del armario los pastos de lo teórico, la monarquía española ha dado muestras de un pragmatismo (al sustituir al en su día muy útil pero luego corrupto Juan Carlos por el recto Felipe) del que carecen la mayoría de las altas instituciones de nuestro país. Tras su fenomenal discurso en octubre de 2017 que cerró de un portazo la farsa del golpe de Estado separatista en Cataluña, muchos vimos en nuestro rey actual la única encarnación militante y eficaz del ideal republicano con el que habíamos soñado. Desde una consideración nada idealista de las cosas, preferimos conservar nuestro país democrático en su forma monárquica que verlo deshacerse en diversos retazos republicanos enfrentados.

Los hallazgos que más nos emocionan, para bien o para mal, dependen de la perspectiva con que enfocamos el mundo. Borges contó que un amigo japonés recordaba con entusiasmo su viaje a Irán: «¡Por fin he conocido Occidente!».

»
Profile Image for Miguel Garzón.
332 reviews15 followers
March 16, 2024
Me sigue gustando leer a Savater aunque en algunas aserciones (pocas) discrepe. Sigo pensando que es lúcido, jovial, corajudo y libre. Y también creo que escribe muy bien. Este centón de artículos es triste porque revela el bucle melancólico en el que nos han acostumbrado a vivir y alegre porque revela que hay muchas más razones para la alegría de las que querrían los tristes. Muy honrado, muy recomendable.
30 reviews
July 12, 2022
Una buena lectura para quien gusta de filosofar sobre el mundo y la vida. Lo más interesante de este libro es la revisión que hace el mismo autor sobre temas que ya ha tratado con anterioridad.
Profile Image for Fabian.
10 reviews26 followers
January 14, 2023
“Hay que repetirlo: las lenguas tienen dos enemigos, el que las prohíbe y el que las impone”
Profile Image for FERNANDO CALOCA AYALA.
121 reviews
March 7, 2025
El mejor Savater ha pasado en mi vida y en la suya también. Sin embargo, cuando añora o extraña algo cuando habla de literatura o del amor, volvemos a ser los de entonces los mismos.
Displaying 1 - 7 of 7 reviews

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