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La memoria del alambre
Dos chicas adolescentes viven al límite en la Valencia de los últimos años ochenta, justo antes de que la música mákina y las drogas sintéticas arrasen con todo.
¿Qué sucede cuando la madre de la que fue tu mejor amiga reaparece al cabo de veinticinco años para preguntarte qué llevaba su hija en un bolsillo de la chaqueta el día que la atropelló un tren? Es lo que le ocurre a la narradora de esta profunda y trepidante historia. Y a partir de ese enigmático y doloroso primer email, empieza a hurgar en la memoria para recuperar a la adolescente que fue, a la pareja de amigas que formaba junto a Carla, dos jóvenes intrépidas que querían vivir muy rápido. Recuerda entonces el liceo en el que estudiaban, y sus incursiones en los billares y las discotecas de una Valencia de finales de los años ochenta. Una época en que la música todavía importaba, y los paisajes sonoros eran el más potente conductor de emociones, el último hábitat de la adolescencia. Al hilo de la conversación con la madre de su amiga, la narradora reconstruye su propia memoria hasta llegar a la ruta del bakalao, donde la muerte de la melodía coincide con la de la propia inocencia.
¿Qué sucede cuando la madre de la que fue tu mejor amiga reaparece al cabo de veinticinco años para preguntarte qué llevaba su hija en un bolsillo de la chaqueta el día que la atropelló un tren? Es lo que le ocurre a la narradora de esta profunda y trepidante historia. Y a partir de ese enigmático y doloroso primer email, empieza a hurgar en la memoria para recuperar a la adolescente que fue, a la pareja de amigas que formaba junto a Carla, dos jóvenes intrépidas que querían vivir muy rápido. Recuerda entonces el liceo en el que estudiaban, y sus incursiones en los billares y las discotecas de una Valencia de finales de los años ochenta. Una época en que la música todavía importaba, y los paisajes sonoros eran el más potente conductor de emociones, el último hábitat de la adolescencia. Al hilo de la conversación con la madre de su amiga, la narradora reconstruye su propia memoria hasta llegar a la ruta del bakalao, donde la muerte de la melodía coincide con la de la propia inocencia.
- GenresFiction
148 pages, Kindle Edition
Published February 9, 2022
14 people are currently reading
751 people want to read
About the author
Bárbara Blasco
5 books41 followersEstudió Dirección cinematográfica en el CECC (Centre d´estudis cinematogràfics de Catalunya) y guión en la escuela de cine de San Antonio de los Baños en Cuba, y en la UIMP, en la escuela de guionistas Luis García Berlanga.
Licenciada en periodismo, con premio extraordinario fin de carrera. Ha trabajado en diversos medios locales de Valencia y en el gabinete de prensa de la Bienal.
Ayudante de mago, bailarina de cabaret, camarera, teleoperadora, actriz secundaria, periodista,... ha desempeñado multitud de oficios, todos ellos absurdamente productivos hasta desembocar en el maravilloso e improductivo mundo de la literatura, laberinto del que no consigue salir
Licenciada en periodismo, con premio extraordinario fin de carrera. Ha trabajado en diversos medios locales de Valencia y en el gabinete de prensa de la Bienal.
Ayudante de mago, bailarina de cabaret, camarera, teleoperadora, actriz secundaria, periodista,... ha desempeñado multitud de oficios, todos ellos absurdamente productivos hasta desembocar en el maravilloso e improductivo mundo de la literatura, laberinto del que no consigue salir
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Displaying 1 - 30 of 98 reviews
April 1, 2022
«He recordado aquella historia de un vendedor que le preguntaba a un cliente: “¿Quiere la jaula vacía o sin pájaro?”. “¿Y que diferencia hay?”. “La nostalgia, por supuesto”».
.
Me siento como la clienta que se llevó la jaula sin pájaro. Desde que DEVORÉ «La memoria del alambre» intento nombrar el poso que ha dejado en mí. Quizá desasosiego, por su trama; quizá nostalgia (desmitificada) por ese retrato de la amistad adolescente; quizá ternura por esa narradora sin nombre y su mejor amiga, Carla; quizá alegría porque he revivido esos veranos adolescentes en mi pueblo zamorano, ligados de por vida a las orquestas de verbena, tan denostadas artísticamente pero que conformaron mi mapa emocional y musical en esa etapa.
.
«Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma».
.
El alambre posee memoria y nuestra memoria es un alambre: cómo retorcemos los recuerdos para sobrevivir a ellos; cómo olvidamos para no estancar el trauma; cómo reinterpretamos para poder atravesar indemnes esa vía del tren que es la adolescencia.
.
El punto de partida de esta obra es sencillo: la amistad entre dos amigas quinceañeras, Carla (la que deslumbra y lidera) y la narradora (su acólita fiel). Ésta recibe de adulta un mail de la madre de aquella preguntándole qué llevaba Carla en los bolsillos el día en que murió, veinticinco años antes. A partir de ahí se destensa el alambre. Con una prosa brillante e incisiva Blasco rememora la historia de esa amistad. Una historia en la que nada es lo que parece y los secretos quebraron la creencia ingenua de que se saldría indemne.
.
[Yo también tuve una Carla en mi vida. Por eso son más los párrafos subrayados en este libro que los que quedaron sin anotar.]
.
«Sé que es difícil vivir con la incertidumbre, y peor aún, con la culpa. Lo sé porque también yo estoy manchada, también yo soy un alambre torcido que jamas recuperará la posición original».
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#BárbaraBlasco#LaMemoriaDelAlambre #NarrativaContemporánea#LaAmistad #Adolescencia#Buildungsroman #MaternidadesLit
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Me siento como la clienta que se llevó la jaula sin pájaro. Desde que DEVORÉ «La memoria del alambre» intento nombrar el poso que ha dejado en mí. Quizá desasosiego, por su trama; quizá nostalgia (desmitificada) por ese retrato de la amistad adolescente; quizá ternura por esa narradora sin nombre y su mejor amiga, Carla; quizá alegría porque he revivido esos veranos adolescentes en mi pueblo zamorano, ligados de por vida a las orquestas de verbena, tan denostadas artísticamente pero que conformaron mi mapa emocional y musical en esa etapa.
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«Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma».
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El alambre posee memoria y nuestra memoria es un alambre: cómo retorcemos los recuerdos para sobrevivir a ellos; cómo olvidamos para no estancar el trauma; cómo reinterpretamos para poder atravesar indemnes esa vía del tren que es la adolescencia.
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El punto de partida de esta obra es sencillo: la amistad entre dos amigas quinceañeras, Carla (la que deslumbra y lidera) y la narradora (su acólita fiel). Ésta recibe de adulta un mail de la madre de aquella preguntándole qué llevaba Carla en los bolsillos el día en que murió, veinticinco años antes. A partir de ahí se destensa el alambre. Con una prosa brillante e incisiva Blasco rememora la historia de esa amistad. Una historia en la que nada es lo que parece y los secretos quebraron la creencia ingenua de que se saldría indemne.
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[Yo también tuve una Carla en mi vida. Por eso son más los párrafos subrayados en este libro que los que quedaron sin anotar.]
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«Sé que es difícil vivir con la incertidumbre, y peor aún, con la culpa. Lo sé porque también yo estoy manchada, también yo soy un alambre torcido que jamas recuperará la posición original».
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#BárbaraBlasco#LaMemoriaDelAlambre #NarrativaContemporánea#LaAmistad #Adolescencia#Buildungsroman #MaternidadesLit
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February 16, 2022Es la segunda vez que me leo esta novela y me ha gustado incluso más que la primera.
November 2, 2023
Hay mucho tipos de adicciones: al alcohol, al sexo, las drogas, a la adrenalina .. a personas. El enganche a ciertas personas, soles al rededor de las que gravitan todos los demás, opacados por su luz pero deslumbrados... polillas. La dependencia que esas personas generan es tan dañina como la más tóxica de las drogas. Esa clase de adicción es, para mí, la verdadera historia que nos cuenta la narradora sin nombre de esta novela.
La autora crea un carácter muy convincente, que narra su historia pasada y presente de una forma directa, autoconsciente, sin concesiones a la lírica. Sí, porque también son protagonistas aquellos malos tiempos para la lírica, los brillantes, chillones por momentos, autocomplacientes y miserables años 80, que se nos cuentan tal y como los recuerdo.
Aunque este par de pijas no se movieran por los mismos garitos que yo. No todos, al menos.
Una excelente novela.
La autora crea un carácter muy convincente, que narra su historia pasada y presente de una forma directa, autoconsciente, sin concesiones a la lírica. Sí, porque también son protagonistas aquellos malos tiempos para la lírica, los brillantes, chillones por momentos, autocomplacientes y miserables años 80, que se nos cuentan tal y como los recuerdo.
Aunque este par de pijas no se movieran por los mismos garitos que yo. No todos, al menos.
Una excelente novela.
February 8, 2022
La narradora recibe una carta firmada por la madre de la que hace 25 años fue su mejor amiga, y que murió arrollada por un tren. En la carta le pregunta cosas sobre su hija, instándola a compartir recuerdos.
Con esta excusa por delante, Bárbara Blasco retrata una época y una adolescencia sin tapujos, con mucho dolor y mucha verdad, y con un estilo narrativo que me ha atrapado completamente. No es otro libro sobre los 80, es algo bien distinto aunque también recoge muchas de las miserias de esa época que después se ha idealizado sobremanera.
Con esta excusa por delante, Bárbara Blasco retrata una época y una adolescencia sin tapujos, con mucho dolor y mucha verdad, y con un estilo narrativo que me ha atrapado completamente. No es otro libro sobre los 80, es algo bien distinto aunque también recoge muchas de las miserias de esa época que después se ha idealizado sobremanera.
September 25, 2023
Es lo primero que leo de esta autora y me ha sorprendido muy gratamente su prosa ágil y fresca.
Me gustan los libros con banda sonora y esta especialmente que he tarareado e incluso ha hecho que retrocediera a esos años ochenta en mi plena adolescencia.
Una historia que la disfrutará más aquellos lectores que como yo vivimos esos años en primera persona.
Me gustan los libros con banda sonora y esta especialmente que he tarareado e incluso ha hecho que retrocediera a esos años ochenta en mi plena adolescencia.
Una historia que la disfrutará más aquellos lectores que como yo vivimos esos años en primera persona.
May 16, 2025
La empecé por una recomendación, sin saber muy bien qué esperar, y desde la primera página, supe que no iba a ser solo una historia más. Me encontré con una narradora rota, cansada, que canta en orquestas de pueblo, en esas fiestas que todos conocemos: borrachines bailando hits que ya no dicen nada. Vive como puede, anestesiada, tirando del hilo de una vida que se quedó atrapada en otro tiempo. Y de repente, un email lo cambia todo. La madre de su mejor amiga de la adolescencia —Carla— le escribe para preguntarle qué llevaba su hija en los bolsillos el día que murió atropellada por un tren. Imagínatelo. Veinticinco años después. Una sola pregunta que lo abre todo.
A partir de ahí, la novela es un viaje al pasado, a los años ochenta en Valencia, a una amistad intensa, de esas que te lo dan todo y te lo quitan todo. Carla y la narradora eran inseparables, adolescentes salvajes, llenas de música, de rabia, de ganas. Vivieron rápido. Tal vez demasiado. Sexo, drogas, garitos oscuros, guitarras eléctricas en las discotecas, todo eso está ahí. Pero también la ternura, la necesidad de pertenecer, la lealtad absoluta. Lo que me ha dolido más, creo, es que esa amistad tan feroz parecía invencible. Y sin embargo…
Blasco escribe con una crudeza elegante. No necesita adornar nada: te lanza frases que te hacen parar, subrayar, pensar. Tiene esa habilidad de tocar donde duele, pero con una voz que no grita. Solo dice la verdad. Y eso a veces impacta más.
La música atraviesa todo el libro. No es solo ambientación: es lenguaje, es memoria, es identidad. Las canciones que suenan en los recuerdos no son solo bandas sonoras, son nudos emocionales. Y, en contraste, la música que canta ahora la narradora es como una condena: ruido vacío. Es brutal cómo Blasco juega con ese contraste para contarte cuánto puede doler crecer.
Pero La memoria del alambre no es solo una historia de amistad rota. Es también una novela sobre la culpa, los abusos que se silencian, las cosas que no se dijeron a tiempo.
Sobre cómo la memoria no siempre es aliada, y cómo lo que una vez fuimos todavía nos moldea, aunque intentemos mirar hacia otro lado.
Terminé el libro con un nudo en la garganta, por la forma en que el pasado, por más que lo empujemos, siempre encuentra una grieta por la que colarse.
Es un viaje emocional a través de la memoria torcida, como ese alambre del título, que nunca vuelve del todo a su forma original. Una narración poderosa sobre la culpa, la amistad, el duelo, la música, la adolescencia y el dolor de crecer. Bárbara Blasco no solo ha escrito una historia hermosa y terrible a la vez, sino que nos ha recordado que todos llevamos alambres dentro, con dobleces que ya son parte de quienes somos.
A partir de ahí, la novela es un viaje al pasado, a los años ochenta en Valencia, a una amistad intensa, de esas que te lo dan todo y te lo quitan todo. Carla y la narradora eran inseparables, adolescentes salvajes, llenas de música, de rabia, de ganas. Vivieron rápido. Tal vez demasiado. Sexo, drogas, garitos oscuros, guitarras eléctricas en las discotecas, todo eso está ahí. Pero también la ternura, la necesidad de pertenecer, la lealtad absoluta. Lo que me ha dolido más, creo, es que esa amistad tan feroz parecía invencible. Y sin embargo…
Blasco escribe con una crudeza elegante. No necesita adornar nada: te lanza frases que te hacen parar, subrayar, pensar. Tiene esa habilidad de tocar donde duele, pero con una voz que no grita. Solo dice la verdad. Y eso a veces impacta más.
La música atraviesa todo el libro. No es solo ambientación: es lenguaje, es memoria, es identidad. Las canciones que suenan en los recuerdos no son solo bandas sonoras, son nudos emocionales. Y, en contraste, la música que canta ahora la narradora es como una condena: ruido vacío. Es brutal cómo Blasco juega con ese contraste para contarte cuánto puede doler crecer.
Pero La memoria del alambre no es solo una historia de amistad rota. Es también una novela sobre la culpa, los abusos que se silencian, las cosas que no se dijeron a tiempo.
Sobre cómo la memoria no siempre es aliada, y cómo lo que una vez fuimos todavía nos moldea, aunque intentemos mirar hacia otro lado.
Terminé el libro con un nudo en la garganta, por la forma en que el pasado, por más que lo empujemos, siempre encuentra una grieta por la que colarse.
Es un viaje emocional a través de la memoria torcida, como ese alambre del título, que nunca vuelve del todo a su forma original. Una narración poderosa sobre la culpa, la amistad, el duelo, la música, la adolescencia y el dolor de crecer. Bárbara Blasco no solo ha escrito una historia hermosa y terrible a la vez, sino que nos ha recordado que todos llevamos alambres dentro, con dobleces que ya son parte de quienes somos.
April 30, 2022
En un estilo muy parecido al de Elena Ferrante y sus Lila y Lenù, Bárbara Blasco recrea la historia de dos jóvenes valencianas en los últimos años de la década de los ochenta.
Con un lenguaje directo y crudo, nos narra la lucha de ambas adolescentes por llegar al límite y poder así hacerle trampas a la memoria. Un salto al vacío para huir de la realidad que las rodea. Una novela breve en que lo descarnado se hace común y cuya capacidad para romper en pedazos ciertos esquemas mentales es infinita. Maravillosa metáfora entre el alambre y la adolescencia.
Con un lenguaje directo y crudo, nos narra la lucha de ambas adolescentes por llegar al límite y poder así hacerle trampas a la memoria. Un salto al vacío para huir de la realidad que las rodea. Una novela breve en que lo descarnado se hace común y cuya capacidad para romper en pedazos ciertos esquemas mentales es infinita. Maravillosa metáfora entre el alambre y la adolescencia.
January 12, 2023
La segunda lectura de esta novela es necesaria para no pasar muchas cosas por alto. De esta forma de escribir no me cansaría nunca <3
July 13, 2022
Um livro curto de uma crueza tremenda.
Mais do que o retrato de um período temporal muito concreto - o período “em que se ouviam guitarras eléctricas nas discotecas” (aquele que antecedeu “descalabro” da “Ruta del Bakalao” - vale a pena pesquisar e perceber um bocadinho do crescimento da “movida” Espanhola) este é um livro sobre as “dores de crescimento”. O idealismo, a rebeldia, o experimentalismo, a idolatração dos amigos, a incompreensão do mundo adulto, numa época em que não existia a tecnologia actual e a permanente conexão com tudo e com todos era uma miragem, estão presentes nesta pequena história.
É, também, uma espécie de catarse e grito de revolta contra tudo o que pode correr mal…
A ler, definitivamente, e em especial a quem viveu a adolescência entre os 70 e os 80.
Mais do que o retrato de um período temporal muito concreto - o período “em que se ouviam guitarras eléctricas nas discotecas” (aquele que antecedeu “descalabro” da “Ruta del Bakalao” - vale a pena pesquisar e perceber um bocadinho do crescimento da “movida” Espanhola) este é um livro sobre as “dores de crescimento”. O idealismo, a rebeldia, o experimentalismo, a idolatração dos amigos, a incompreensão do mundo adulto, numa época em que não existia a tecnologia actual e a permanente conexão com tudo e com todos era uma miragem, estão presentes nesta pequena história.
É, também, uma espécie de catarse e grito de revolta contra tudo o que pode correr mal…
A ler, definitivamente, e em especial a quem viveu a adolescência entre os 70 e os 80.
March 3, 2024
Me ha enamorado más la forma que el contenido. La prosa de la autora es poética y fluida al tiempo, te muestra de manera lírica y cruel a estos personajes traumatizados, llenos de culpa e inseguridades. Lo ambienta en la actualidad y en los 80,y los 80 siempre son la excusa para escenificar una juventud arrolladora y arrollada. Las páginas están llenas de música, de verdades ocultas, de desesperanza. Quizá no le doy las 5 estrellas porque estoy cansada de tanta negrura junta, como si los escritores necesitasen juntar toda la miseria posible para llamar nuestra atención.
May 22, 2023
al principio me ha perdido un poco por la manera cerebro gordo q hablan de la musica los protas, pero olé menudo dramón 👏🏼
March 4, 2023
Como diría una cantante q los personajes del libro (y autora?) supongo q odiarían (nicki minaj): Mmm chile anyways so
(Fue devorado tho por su manera de escribir y por cómo se ve en algunos trozos el tema de la memoria-fantasía q me fascina)
(Fue devorado tho por su manera de escribir y por cómo se ve en algunos trozos el tema de la memoria-fantasía q me fascina)
March 6, 2023
⭐4⭐
Wow! Me ha gustado muchísimo no me esperé el final para nada. :0
Wow! Me ha gustado muchísimo no me esperé el final para nada. :0
July 31, 2025
Una historia que quisiéramos no fuera tan “normal” y, tal vez por eso, sólo se sintió como la reiteración de la realidad de muchas adolescentes hoy en día. Normalizar lo malo no está bien, pero en estos tiempos es un poco inevitable.
March 9, 2022
La memoria del alambre nos pone en el pellejo de una cantante de orquesta de pachanga con la que gira de pueblo en pueblo por la españa «agreste y desconocida», la orquesta maravillas, que podía haber sido Zodiaco, Zafiro, Coral, o Limón y menta, todos sabemos que tipo de orquesta.
Entre bote y bote de pueblo en pueblo recibe una carta de la madre de una amiga pidiéndole que comparta secretillos de su juventud, asi que como la vida del feriante tombolero no es muy intensa se pone a recordar a su amiga Carla. Ambas formaban una pareja de hecho de las que tendían a formar las adolescentes en los 80 hasta que un día se enfadaban porque una se había echado novio o la otra maduraba o diversas mezclas de ambas posibilidades.
El primer capítulo es un poco de su manera, y por de su manera quiero decir, malo, pero sigo porque no tiene muchas más opciones que remontar. Con Carla perdió el contacto porque bueno, a Carla se la llevó un tren por delante (alerta spoiler) asi que lo que nos viene a ofrecer la autora es una sucesión de trampillas para, cebo tras cebo, hasta llegar a ese acontecimiento y las circunstancias que lo desencadenan que, damos por supuesto, son turbias y eso si que no, eso no lo comparto porque es la chicha del libro.
La novela camina entre el Kronen más aliporico al Loriga más, bueno, igual de vergonzante mezclado con el levante pre Alcasser. Su principal pega es ser una novela que parece escrita por alguien con una edad mental bastante adolescente y que sale mal parada en todos sus frentes salvo en el de recopilar tópicos y recursos de los relatos adolescentes. Vale, las chavalas zorrean, beben, se drogan en la españa de los 80. ¿Pero eso es suficiente no ya para escribir una novela? Estamos un poco hasta las narices de los 80 amigos autores. Igual con el juego de truculencias, de cuento pero no cuento, de uy uy uy uy, al final casi me fastidia decir que he tenido que leer un poco más lento para enterarme, cuando lo pauper de la narración me había hecho leer a toda pastilla y mi cuerpo solo pedía acabar con la tortura.
Escrita está como el culo también, hay muchas cosas que estan metidas con calzador un poco para hacer bulto o por que debieron resultarles sórdidas o llamativas a la autora. Al final o bien no pintan nada o no les saca partido más allá de lo evidente. Los diálogos son peores que los de una telenovela protagonizada por los vecinos de una pedanía de Ciudad Real para la tele local y el estilo no destaca por bueno precisamente. Por ejemplo, daría para análisis enumerar todo lo malo que hay en frases como «Paco tiene un trozo de cáscara de cacahuete pegado en el diente, que me hace pensar, sin motivo, en un refugiado de guerra».
Asi que he de admitir que me cuesta ver que ha encontrado la gente por aqui, o el motivo de reeditar algo que a la autora puede hacer más mal que bien. Peor, leo una entrevista donde la susodicha comenta que claro, esto de la literatura para vivir no da, pero que da clases de escritura creativa y cosas asi y me entran sudores frios porque esto lo ha escrito ya con sus 45 primaveras y porque al igual que su novela premiada con el Tusquets con la que comparte protagonista con vivencias, parece tirar bastante de lo autobiográfico.
Entre bote y bote de pueblo en pueblo recibe una carta de la madre de una amiga pidiéndole que comparta secretillos de su juventud, asi que como la vida del feriante tombolero no es muy intensa se pone a recordar a su amiga Carla. Ambas formaban una pareja de hecho de las que tendían a formar las adolescentes en los 80 hasta que un día se enfadaban porque una se había echado novio o la otra maduraba o diversas mezclas de ambas posibilidades.
El primer capítulo es un poco de su manera, y por de su manera quiero decir, malo, pero sigo porque no tiene muchas más opciones que remontar. Con Carla perdió el contacto porque bueno, a Carla se la llevó un tren por delante (alerta spoiler) asi que lo que nos viene a ofrecer la autora es una sucesión de trampillas para, cebo tras cebo, hasta llegar a ese acontecimiento y las circunstancias que lo desencadenan que, damos por supuesto, son turbias y eso si que no, eso no lo comparto porque es la chicha del libro.
La novela camina entre el Kronen más aliporico al Loriga más, bueno, igual de vergonzante mezclado con el levante pre Alcasser. Su principal pega es ser una novela que parece escrita por alguien con una edad mental bastante adolescente y que sale mal parada en todos sus frentes salvo en el de recopilar tópicos y recursos de los relatos adolescentes. Vale, las chavalas zorrean, beben, se drogan en la españa de los 80. ¿Pero eso es suficiente no ya para escribir una novela? Estamos un poco hasta las narices de los 80 amigos autores. Igual con el juego de truculencias, de cuento pero no cuento, de uy uy uy uy, al final casi me fastidia decir que he tenido que leer un poco más lento para enterarme, cuando lo pauper de la narración me había hecho leer a toda pastilla y mi cuerpo solo pedía acabar con la tortura.
Escrita está como el culo también, hay muchas cosas que estan metidas con calzador un poco para hacer bulto o por que debieron resultarles sórdidas o llamativas a la autora. Al final o bien no pintan nada o no les saca partido más allá de lo evidente. Los diálogos son peores que los de una telenovela protagonizada por los vecinos de una pedanía de Ciudad Real para la tele local y el estilo no destaca por bueno precisamente. Por ejemplo, daría para análisis enumerar todo lo malo que hay en frases como «Paco tiene un trozo de cáscara de cacahuete pegado en el diente, que me hace pensar, sin motivo, en un refugiado de guerra».
Asi que he de admitir que me cuesta ver que ha encontrado la gente por aqui, o el motivo de reeditar algo que a la autora puede hacer más mal que bien. Peor, leo una entrevista donde la susodicha comenta que claro, esto de la literatura para vivir no da, pero que da clases de escritura creativa y cosas asi y me entran sudores frios porque esto lo ha escrito ya con sus 45 primaveras y porque al igual que su novela premiada con el Tusquets con la que comparte protagonista con vivencias, parece tirar bastante de lo autobiográfico.
November 7, 2022
La memoria del alambre
Bárbara Blasco
“Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma. La adolescencia es como ese momento en que se tuerce el alambre. Es bueno comprender lo inane de la propia voluntad y no seguir engordando la culpa, no seguir añorando la rectitud en vano. Es bueno recordar que el alambre tiene memoria.”
Años 80 y adolescencia. Luces y sombras. Los años del descontrol y el desmadre unidos a la revolución de las hormonas. Nuestra protagonista vivió junto a su amiga Carla toda esa etapa de autodescubrimiento, el sexo, las discotecas, el fumar a escondidas, las salas recreativas, el fumar a escondidas, cometer un pequeño hurto en resumen, vivir a tope y sin miedo a la represalia.
Carla es una adolescente conflictiva e impulsiva que vive a tope y desafortunadamente muere demasiado pronto. Con esta muerte la protagonista queda huérfana, no logra remontar la vida, siendo adulta trabaja como cantante en una orquesta que ofrece conciertos en verbenas y fiestas de pueblo. Un vida poco satisfactoria para ella , al parecer todo converge en ese momento de su adolescencia. ¿por qué murió Carla? ¿Fue un accidente o algo mucho más complejo?
Un buen día recibe un correo de la madre de Carla preguntando sobre qué llevaba su hija en los bolsillos en el momento de su muerte. A partir de aquí tira de memoria y pasado y presente se entrelazan en la búsqueda de respuestas con final inesperado.
Este libro huele a exceso a juventud, a cigarro y a alcohol, pero también a nostalgia y añoranza. Es una novela magnifica pese a la crudeza de la historia, la tristeza, el asco y el peso de la adolescencia de palpan en cada página.
Me ha gustado muchísimo.
Bárbara Blasco
“Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma. La adolescencia es como ese momento en que se tuerce el alambre. Es bueno comprender lo inane de la propia voluntad y no seguir engordando la culpa, no seguir añorando la rectitud en vano. Es bueno recordar que el alambre tiene memoria.”
Años 80 y adolescencia. Luces y sombras. Los años del descontrol y el desmadre unidos a la revolución de las hormonas. Nuestra protagonista vivió junto a su amiga Carla toda esa etapa de autodescubrimiento, el sexo, las discotecas, el fumar a escondidas, las salas recreativas, el fumar a escondidas, cometer un pequeño hurto en resumen, vivir a tope y sin miedo a la represalia.
Carla es una adolescente conflictiva e impulsiva que vive a tope y desafortunadamente muere demasiado pronto. Con esta muerte la protagonista queda huérfana, no logra remontar la vida, siendo adulta trabaja como cantante en una orquesta que ofrece conciertos en verbenas y fiestas de pueblo. Un vida poco satisfactoria para ella , al parecer todo converge en ese momento de su adolescencia. ¿por qué murió Carla? ¿Fue un accidente o algo mucho más complejo?
Un buen día recibe un correo de la madre de Carla preguntando sobre qué llevaba su hija en los bolsillos en el momento de su muerte. A partir de aquí tira de memoria y pasado y presente se entrelazan en la búsqueda de respuestas con final inesperado.
Este libro huele a exceso a juventud, a cigarro y a alcohol, pero también a nostalgia y añoranza. Es una novela magnifica pese a la crudeza de la historia, la tristeza, el asco y el peso de la adolescencia de palpan en cada página.
Me ha gustado muchísimo.
June 12, 2022
En 2018 se publicaron en España más de 80.000 libros. Y entre ese mar de páginas, sepultada por las novedades y los autores consagradas, había una joya. Una joya que ahora emerge en forma de reedición para regalarnos uno de los mejores libros del año (o de 2018).
Cuando Bárbara Blasco publicó ‘La Memoria del alambre’, poca gente le hizo caso. Era un sello pequeño, una autora desconocida. 80.000 libros. Pero al final el buen trabajo se hace valer, y la cruda historia de dos amigas en la España prebakalao ha acabado llegándonos a través de Tusquets. Y menos mal.
La novela es una narración dura acerca de una tragedia que marca la vida de una mujer, que tiempo después sigue huyendo del recuerdo de su amiga. Pero un email le obliga a recordar esos tiempos salvajes, cuando eran dos chicas de 15 años, dos corceles indomables. Una época en la que eran demasiado jóvenes y vivían demasiado rápido.
‘La memoria del alambre’ es una obra dura, que camina el escándalo como lo hace un trapecista sobre el cable. Pero en ese gusto por el descaro se intuye verdad, y se construye una visión desesteriotipada de la adolescencia que se aleja de lo que la mayoría quiere mostrarnos.
Además, hay algo en la novela que hace que todo se enriquezca: está increíblemente bien escrito. Hacía mucho que un autor contemporáneo no me maravillaba únicamente por su elección de palabras, por su tempo. Es imposible escaparse de una frase de Bárbara Blasco. Te noquea.
Espero su próximo golpe.
Un libro maravilloso.
Cuando Bárbara Blasco publicó ‘La Memoria del alambre’, poca gente le hizo caso. Era un sello pequeño, una autora desconocida. 80.000 libros. Pero al final el buen trabajo se hace valer, y la cruda historia de dos amigas en la España prebakalao ha acabado llegándonos a través de Tusquets. Y menos mal.
La novela es una narración dura acerca de una tragedia que marca la vida de una mujer, que tiempo después sigue huyendo del recuerdo de su amiga. Pero un email le obliga a recordar esos tiempos salvajes, cuando eran dos chicas de 15 años, dos corceles indomables. Una época en la que eran demasiado jóvenes y vivían demasiado rápido.
‘La memoria del alambre’ es una obra dura, que camina el escándalo como lo hace un trapecista sobre el cable. Pero en ese gusto por el descaro se intuye verdad, y se construye una visión desesteriotipada de la adolescencia que se aleja de lo que la mayoría quiere mostrarnos.
Además, hay algo en la novela que hace que todo se enriquezca: está increíblemente bien escrito. Hacía mucho que un autor contemporáneo no me maravillaba únicamente por su elección de palabras, por su tempo. Es imposible escaparse de una frase de Bárbara Blasco. Te noquea.
Espero su próximo golpe.
Un libro maravilloso.
August 13, 2023
Nada más por ese giro final y por lo bien que consigue retratar la adolescencia de la generación X... Jo, me ha encantado.
Hay cosas que me sobran (los trozos de canciones sin ir más lejos), pero la historia de amistad de estas dos, me ha gustado mucho, muchísimo.
Hay cosas que me sobran (los trozos de canciones sin ir más lejos), pero la historia de amistad de estas dos, me ha gustado mucho, muchísimo.
September 20, 2022
Es como si Romina Paula escribiera una temporada de la serie española Elite. Tirando a flojo. Me encapriché en llegar al final pero no valió la pena.
August 1, 2025
Me ha gustado mucho, sobre todo el estilo de la autora, a veces poético, a veces irónico. La parte de la gira con la orquesta, con esa crítica tan sarcástica a la música comercial, es buenísima. El libro me parece brillante excepto el final, ya que creo que es un poco "engañoso" para el lector. Supuestamente la protagonista narradora olvida algo que es clave para entender lo que le sucede a Carla. A mí no me parece verosímil que alguien olvide algo así. Es una omisión deliberada para mantener el suspense hasta el final. No me ha encajado que la protagonista olvidara que se acostó con el padre de su amiga, pero eso no quita que el libro merezca la pena.
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December 27, 2023
Con una narración muy ágil y amena, esta novela te abraza desde el primer minuto. Reviviendo recuerdos de la Valencia previa a la ruta del bacalao. Recuerdos rodeados de música, y la amistad casi adictiva.
January 22, 2024
Brillante y turbio.
October 23, 2022
La memoria del alambre une dos temporalidades que se van alternando a través de la narración: el presente de la protagonista y su adolescencia, que queda al descubierto cuando recibe un extraño email. Creo que el punto fuerte de esta novela es precisamente la rememoración de ese pasado: la nostalgia, la amistad, el sentimiento de culpa y la búsqueda de la propia identidad.
"El alambre posee memoria. Una vez doblado tenderá a su posición combada, no importan los esfuerzos que se hagan por enderezarlo".
"El alambre posee memoria. Una vez doblado tenderá a su posición combada, no importan los esfuerzos que se hagan por enderezarlo".
March 10, 2022
Bárbara Blasco lo ha vuelto a hacer.
En realidad, debo decir que ya lo había hecho antes porque a lo que me refiero es a su manera tan tremenda de contar historias. Primero leí Dicen los síntomas (Premio Tusquets Editores de Novela 2020) y me pareció una obra estupenda. Una novela descarnada y sincera en donde la autora echa mano de unas habilidades y recursos narrativos envidiables. Ahora he leído La memoria del alambre, que fue escrita en 2018 y publicada por lo que parece ser una editorial sin mucho renombre o hasta sin mucho nombre, no lo sé, pero algo de eso he leído, y que este año ha reeditado y publicado precisamente Tusquets.
Un correo electrónico sirve de pretexto para que descubramos la vibrante historia de dos adolescentes marcadas por la sexualidad y el sexo, más por el sexo directo y sin adornos que por otra cosa. Dos amigas que se arriesgan a ser locas, a actuar como locas, a creerse medio locas y libres y rebeldes. Una historia que en algunos momentos es brutal y en otros delicada, piadosa, pero que en todo momento hace alarde de buena literatura, con todas sus letras.
La memoria del alambre ya es considerada uno de los mejores libros del año, según un artículo en El Confidencial. Y a mí no me extraña nada porque la calidad narrativa es de las mejores.
A la escritora española las metáforas y las frases memorables se les caen de los bolsillos como si fuese ella la dueña absoluta de todas las buenas frases y buenas metáforas de nuestro idioma, y uno, que intenta escribir, siente ganas ingobernables de robarle alguna de esas maravillas: “Andaba con la conciencia siempre a cuestas”; “…es silenciosa como un perro obediente”; “…su sudor, su postura, su olor eran masticables”; “Me reconfortan las desgracias”.
En efecto, tal parece que, además del personaje de La memoria del alambre, a la autora también le reconfortan las desgracias porque en las dos novelas que he leído la desgracia está presente con una fuerza imparable.
Además de todas las cosas buenas que es esta novela por sí misma, su publicación a cargo de una editorial importante, tras cuatro años de anonimato, representa un indicio de que no todo lo que publican las grandes editoriales responde a mercantilismos. A veces, solo a veces, también se interesan por la literatura en su estado mas puro.
Bárbara Blasco es una escritora que hay que seguir y hasta perseguir un poco. Por los temas que aborda en su escritura, por su prosa, por sus magníficas metáforas y sus frases inmortales, por ese lirismo solapado conque escribe sobre tragedias y desperdicios humanos, porque como su personaje, ella ofrece lo mejor que puede tener un escritor: “No tengo certeza que ofrecer, solo palabras, la trampa de las palabras que nos atrapan a los dos años y no nos suelta hasta oírnos expirar. Aunque callara ahora, lo haría con palabras”
En realidad, debo decir que ya lo había hecho antes porque a lo que me refiero es a su manera tan tremenda de contar historias. Primero leí Dicen los síntomas (Premio Tusquets Editores de Novela 2020) y me pareció una obra estupenda. Una novela descarnada y sincera en donde la autora echa mano de unas habilidades y recursos narrativos envidiables. Ahora he leído La memoria del alambre, que fue escrita en 2018 y publicada por lo que parece ser una editorial sin mucho renombre o hasta sin mucho nombre, no lo sé, pero algo de eso he leído, y que este año ha reeditado y publicado precisamente Tusquets.
Un correo electrónico sirve de pretexto para que descubramos la vibrante historia de dos adolescentes marcadas por la sexualidad y el sexo, más por el sexo directo y sin adornos que por otra cosa. Dos amigas que se arriesgan a ser locas, a actuar como locas, a creerse medio locas y libres y rebeldes. Una historia que en algunos momentos es brutal y en otros delicada, piadosa, pero que en todo momento hace alarde de buena literatura, con todas sus letras.
La memoria del alambre ya es considerada uno de los mejores libros del año, según un artículo en El Confidencial. Y a mí no me extraña nada porque la calidad narrativa es de las mejores.
A la escritora española las metáforas y las frases memorables se les caen de los bolsillos como si fuese ella la dueña absoluta de todas las buenas frases y buenas metáforas de nuestro idioma, y uno, que intenta escribir, siente ganas ingobernables de robarle alguna de esas maravillas: “Andaba con la conciencia siempre a cuestas”; “…es silenciosa como un perro obediente”; “…su sudor, su postura, su olor eran masticables”; “Me reconfortan las desgracias”.
En efecto, tal parece que, además del personaje de La memoria del alambre, a la autora también le reconfortan las desgracias porque en las dos novelas que he leído la desgracia está presente con una fuerza imparable.
Además de todas las cosas buenas que es esta novela por sí misma, su publicación a cargo de una editorial importante, tras cuatro años de anonimato, representa un indicio de que no todo lo que publican las grandes editoriales responde a mercantilismos. A veces, solo a veces, también se interesan por la literatura en su estado mas puro.
Bárbara Blasco es una escritora que hay que seguir y hasta perseguir un poco. Por los temas que aborda en su escritura, por su prosa, por sus magníficas metáforas y sus frases inmortales, por ese lirismo solapado conque escribe sobre tragedias y desperdicios humanos, porque como su personaje, ella ofrece lo mejor que puede tener un escritor: “No tengo certeza que ofrecer, solo palabras, la trampa de las palabras que nos atrapan a los dos años y no nos suelta hasta oírnos expirar. Aunque callara ahora, lo haría con palabras”
November 24, 2024
Me lo regalaron diciendo que era un libro sobre la amistad adolescente, sin embargo, yo he leído un libro sobre abusos, donde una de las protagonistas se auto destruye, mientras la otra - perseguida por un sentimiento de abandono desde la infancia - busca formar parte de algo y ser querida y, para eso, imita a su amiga y la sigue en una serie de aventuras turbias hasta el final. Tal vez el tema no era para mí, porque reconozco que la instrumentalización del sexo y el abuso de las drogas en adolescentes, me afecta, más aún cuando se emplean como herramienta para huir de cosas peores. Sin embargo, más allá del fondo, la forma sí que es poética y a la vez fluida, con un uso de los tiempos, del pasado y del presente, de la realidad sucedida y la realidad deseada, que me ha gustado mucho.
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May 13, 2023
“Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma”.
No sé si ha sido la voz de la narradora, el estilo narrativo o la historia en sí. Quizás haya sido el conjunto de las tres cosas. No lo sé, pero me he visto atrapada en una historia (sencilla, aparentemente), de dos amigas adolescentes en los años 80.
Con una prosa directa y descarnada, sin complejos, la voz de una de ellas, de nombre desconocido para el lector, alterna en la narración dos tiempos. Por un lado su presente, en soledad, marcado por la desafección y la culpa por sobrevivir a su amiga. Por otro lado su pasado con ella, con Carla, inmersas ambas en una huída hacia delante, una huída de la rutina, de la normalidad, una huída en busca de experiencias vitales no siempre recomendables. La excusa: una carta de la madre de Carla pidiendo a nuestra narradora que le cuente cosas de su hija. El resultado: el despertar de muchos recuerdos dormidos, algunos incluso retorcidos para no recordarlos del todo, o incluso apagados y olvidados.
“Sé que es difícil vivir con la incertidumbre, y peor aún, con la culpa. Lo sé porque también yo estoy manchada, también yo soy un alambre torcido que jamas recuperará la posición original”.
Me ha gustado mucho, especialmente como audiolibro. Creo que se presta mucho a este formato y Marta Bassols lo hace muy bien.
“Dicen los síntomas”, también de esta autora, está pendiente en mi estantería y creo que no tardará mucho en caer en mis manos. Y vosotros… ¿Habéis leído a Bárbara Blasco?
No sé si ha sido la voz de la narradora, el estilo narrativo o la historia en sí. Quizás haya sido el conjunto de las tres cosas. No lo sé, pero me he visto atrapada en una historia (sencilla, aparentemente), de dos amigas adolescentes en los años 80.
Con una prosa directa y descarnada, sin complejos, la voz de una de ellas, de nombre desconocido para el lector, alterna en la narración dos tiempos. Por un lado su presente, en soledad, marcado por la desafección y la culpa por sobrevivir a su amiga. Por otro lado su pasado con ella, con Carla, inmersas ambas en una huída hacia delante, una huída de la rutina, de la normalidad, una huída en busca de experiencias vitales no siempre recomendables. La excusa: una carta de la madre de Carla pidiendo a nuestra narradora que le cuente cosas de su hija. El resultado: el despertar de muchos recuerdos dormidos, algunos incluso retorcidos para no recordarlos del todo, o incluso apagados y olvidados.
“Sé que es difícil vivir con la incertidumbre, y peor aún, con la culpa. Lo sé porque también yo estoy manchada, también yo soy un alambre torcido que jamas recuperará la posición original”.
Me ha gustado mucho, especialmente como audiolibro. Creo que se presta mucho a este formato y Marta Bassols lo hace muy bien.
“Dicen los síntomas”, también de esta autora, está pendiente en mi estantería y creo que no tardará mucho en caer en mis manos. Y vosotros… ¿Habéis leído a Bárbara Blasco?
September 28, 2024
¿Alguien se acuerda de cuando “sonaban las guitarras en las discotecas”? La protagonista de esta novela, sí. Especialmente cuando la madre de la que fue su mejor amiga contacta con ella con una pregunta, cuanto menos, desconcertante. Y vuelven a su cabeza las aventuras con Carlas, su amiga inseparable. Dos adolescentes en plena Valencia de los 80 dándolo todo, bebiéndose el mundo al ritmo de Violent Femmes o los Smiths, con la rebeldía que pretende dar por finiquitada la inocencia preadolescente para pasar a palabras mayores. Una época que recuerda con la perspectiva que dan los 25 años que han pasado desde la trágica muerte de Carla.
La autora da forma a los pensamientos de la protagonista con un ritmo que hace devorar este libro, con una ambientación perfecta que lo mismo te teletransporta a una verbena de pueblo que a una discoteca abarrotada cubata en mano, o a los recreativos de tu barrio. Una historia que saca alguna sonrisa y varias punzadas en el corazón. Un futuro truncado con muchas sombras, y una memoria rebuscando en los cajones del olvido. Buenísima.
“No éramos chicas de barrio, íbamos a un colegio pijo aunque teníamos alma de barriobajeras, no éramos pobres aunque sobrevivíamos en la indigencia emocional, lo éramos todo y no éramos nada aún. No pedíamos explicaciones y el mundo tampoco nos las proporcionaba, si acaso emociones.”
“Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma.
La adolescencia es como ese momento en que se tuerce el alambre.”
La autora da forma a los pensamientos de la protagonista con un ritmo que hace devorar este libro, con una ambientación perfecta que lo mismo te teletransporta a una verbena de pueblo que a una discoteca abarrotada cubata en mano, o a los recreativos de tu barrio. Una historia que saca alguna sonrisa y varias punzadas en el corazón. Un futuro truncado con muchas sombras, y una memoria rebuscando en los cajones del olvido. Buenísima.
“No éramos chicas de barrio, íbamos a un colegio pijo aunque teníamos alma de barriobajeras, no éramos pobres aunque sobrevivíamos en la indigencia emocional, lo éramos todo y no éramos nada aún. No pedíamos explicaciones y el mundo tampoco nos las proporcionaba, si acaso emociones.”
“Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma.
La adolescencia es como ese momento en que se tuerce el alambre.”
March 21, 2022
A lo mejor el texto contiene algunos defectos, se me ocurren dos:
1.- La voz del personaje principal a veces no se justifica (puede saltar de comentarios de barra de bar a pensamientos profundos)
2.- Hay algunos excesos en forma de anécdotas que no aportan a la historia, más allá de que puedan ser curiosas, pero distraen.
La trama está más o menos bien construida y se agradece el acompañamiento que proporciona, a pesar de que los saltos temporales siempre me resultan difíciles de leer. Hay momentos inconexos.
El tema me gusta y la ambientación también (tanto la ochentera como la de la orquesta), la autora presenta una historia descarnada, con contenido y de forma más o menos entretenida.
A mí si me parece oportuna la reedición. Aunque no sea ninguna maravilla de novela es publicable y lo suficientemente buena e interesante para muchos lectores. Para mí lo ha sido. Además creo que el libro deja ya ver el estilo, la forma de pensar de los personajes y el gusto por entender el conflicto en familia, marca de la casa.
1.- La voz del personaje principal a veces no se justifica (puede saltar de comentarios de barra de bar a pensamientos profundos)
2.- Hay algunos excesos en forma de anécdotas que no aportan a la historia, más allá de que puedan ser curiosas, pero distraen.
La trama está más o menos bien construida y se agradece el acompañamiento que proporciona, a pesar de que los saltos temporales siempre me resultan difíciles de leer. Hay momentos inconexos.
El tema me gusta y la ambientación también (tanto la ochentera como la de la orquesta), la autora presenta una historia descarnada, con contenido y de forma más o menos entretenida.
A mí si me parece oportuna la reedición. Aunque no sea ninguna maravilla de novela es publicable y lo suficientemente buena e interesante para muchos lectores. Para mí lo ha sido. Además creo que el libro deja ya ver el estilo, la forma de pensar de los personajes y el gusto por entender el conflicto en familia, marca de la casa.
July 7, 2022
Lo peor que le puedes hacer a Madrid es venir de Paris. Creo que este libro me ha gustado tan poco porque el anterior me había encantado y no ha podido salir victorioso ante las comparaciones.
He de decir que trata muy bien la educación en la capitalización del sexo y el deseo en la que fuimos educadas de forma inconsciente las niñas de los 90. El hacer para producir, el vas a conseguirlo. El fracaso.
Las referencias musicales postpunk también me han gustado mucho.
Por lo demás me parece bastante predecible de principio a fin.
He de decir que trata muy bien la educación en la capitalización del sexo y el deseo en la que fuimos educadas de forma inconsciente las niñas de los 90. El hacer para producir, el vas a conseguirlo. El fracaso.
Las referencias musicales postpunk también me han gustado mucho.
Por lo demás me parece bastante predecible de principio a fin.
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