In un mattino di primavera una giovane donna entra nello studio di un illustre penalista di Tokyo. È Kiriko. Ha appena vent’anni, il volto pallido dai tratti ancora infantili, ma qualcosa di inflessibile nello sguardo, «come fosse stata forgiata nell’acciaio». Non ha un soldo e ha attraversato il Giappone dal lontano Kyūshū per arrivare fin lì, a implorare il suo aiuto. Il fratello, accusato di omicidio, è appena stato arrestato, e Kiriko è la sola a crederlo innocente. L’avvocato rifiuta il caso: non ha tempo da perdere, tanto meno per una difesa che dovrebbe assumersi senza essere retribuito. Kiriko si scusa con un piccolo inchino, esce dallo studio e così come è arrivata scompare. Il fratello verrà condannato e morirà in carcere qualche mese dopo, poco prima che l’esecuzione abbia luogo. È solo l’antefatto da cui prende il via questo gelido noir di Matsumoto. Dove un caso-fantasma, ripercorso nei minimi dettagli, lascia spazio a una vendetta esemplare che si fa strada da lontano. E mentre ogni colpa – consapevole o inconsapevole – viene pesata accuratamente, come su una bilancia cosmica, una tensione impalpabile, un «rumore di nebbia» accompagnano questa storia da cima a fondo. Finché lei, Kiriko, la ragazza del Kyūshū, non otterrà ciò che le spetta.
Seicho Matsumoto (松本清張, Matsumoto Seichō), December 21, 1909 – August 4, 1992) was a Japanese writer.
Matsumoto's works created a new tradition of Japanese crime fiction. Dispensing with formulaic plot devices such as puzzles, Matsumoto incorporated elements of human psychology and ordinary life into his crime fiction. In particular, his works often reflect a wider social context and postwar nihilism that expanded the scope and further darkened the atmosphere of the genre. His exposé of corruption among police officials as well as criminals was a new addition to the field. The subject of investigation was not just the crime but also the society in which the crime was committed.
The self-educated Matsumoto did not see his first book in print until he was in his forties. He was a prolific author, he wrote until his death in 1992, producing in four decades more than 450 works. Matsumoto's mystery and detective fiction solidified his reputation as a writer at home and abroad. He wrote historical novels and nonfiction in addition to mystery/detective fiction.
He was awarded the Akutagawa Prize in 1952 and the Kikuchi Kan Prize in 1970, as well as the Mystery Writers of Japan Award in 1957. He chaired the president of Mystery Writers of Japan from 1963 to 1971.
Credited with popularizing the genre among readers in his country, Matsumoto became his nation's best-selling and highest earning author in the 1960s. His most acclaimed detective novels, including Ten to sen (1958; Points and Lines, 1970); Suna no utsuwa (1961; Inspector Imanishi Investigates, 1989) and Kiri no hata (1961; Pro Bono, 2012), have been translated into a number of languages, including English.
He collaborated with film director Yoshitarō Nomura on adaptations of eight of his novels to film, including Castle of Sand.
4,5. Kiriko Yanagida es una joven con pocos recursos que se ve obligada a viajar a Tokio desde Kyushu, donde su hermano ha sido acusado del asesinato de una rica anciana. Kiriko conoce a su hermano y por eso sabe que es imposible que este haya cometido los hechos de los que se le acusa, así que decide buscar ayuda en la gran Tokio, pidiéndole a un reputado abogado, llamado Kinzo Otsuka, que le ayude a esclarecer los hechos y así salvar a su hermano. Sin embargo, este solo tiene en la cabeza su cita con Michiko, así que decide rechazar su caso poniendo como excusa unos honorarios demasiado altos para que Kiriko pueda pagarlos. Esto desencadenará una serie de sucesos imprevistos.
He disfrutado muchísimo esta lectura, me enganchó desde las primeras páginas y me ha mantenido en vilo hasta el final. Pese a que podría ser una obra actual por la ágil narración, la historia se publicó en 1961, y de entrada ya me sorprendió no sentirla rancia en cuanto a personajes o comentarios propios de la época. De hecho los dos personajes femeninos principales son bastante interesantes y se salen completamente de la imagen de la mujer japonesa servicial pendiente de su hogar que suele ser muy representada, sobre todo en obras más antiguas. Además, tiene ese aura a la mejor novela policiaca, ese toque a Sherlock Holmes o Hercules Poirot, que para los que somos fans del género es una delicía.
Realmente es una historia muy adictiva, que consigue todo el tiempo mantener esa atmósfera de tensión, jugando con la incertidumbre del lector sobre hacia donde va la historia. Mientras la leía hacía mis cábalas sobre el misterio, pero no acertaba ni por asomo. Es ese tipo de historia donde da la sensación de que va a pasar una cosa u otra, en función del pesonaje al que siga la trama en ese momento, y es algo que me encanta. La ambientación es perfecta, me imaginaba un Tokio oscuro, lleno de niebla, mientras que la historia nos lleva a través de callejones estrechos donde la nocturnidad los convierte en algo totalmente diferente a lo que son de día.
Como no podía ser de otra manera, también tiene su momento de crítica y Kiriko tiene ciertas reflexiones que a mí me han parecido acertadísimas sobre la justicia y la desigualdad de clases. No quiero decir mucho más, porque no quiero desvelar ningún dato importante que destripe la trama, pero deciros que promete lo que da hasta el final, de hecho este no es brutal, es lo siguiente. Hacía tiempo que un final de un libro no me gustaba tanto, que cerré el libro y dije “ole”.
Es una pena que no tengamos una variedad más amplia de literatura japonesa de suspense o policiaca en español, porque prácticamente toda la que leo me gusta muchísimo. Tengo que añadir a Seicho Matsumoto a ese selecto grupo de autores de suspense de los que quiero leerlo todo, donde están Kanae Minato, Keigo Higashino o Natsuo Kirino. Grupo en el que no desentona para nada a pesar de que la obra de Matsumoto tiene treinta o cuarenta años más, así de fresco se siente. Tengo intención de coger otra obra del autor, y creo que será “El expreso de Tokio”.
Un giallo/noir mozzafiato dai risvolti non prevedibili. Matsumoto Seichō è definito il Simenon giapponese e lo avevo già notato nel precedente romanzo Tokyo Express che ho letto. Ha la precisione chirurgica di far combaciare i pezzi, mettendo a nudo i sentimenti più biechi dell’uomo. Un romanzo che sarà molto apprezzato da chi ama questo genere.
Una scrittura lineare ed elegante segna il ritmo di questo giallo raffinato e privo di sbavature. Sullo sfondo del Giappone della metà del secolo scorso, la vita di un celebre avvocato di Tokyo cambia all’improvviso, in seguito all'incontro con una giovane ragazza di provincia. Entriamo così in una spirale di rancore, senso di colpa, desiderio di giustizia che culminerà in una vendetta sottile e atroce.
Esta novela es deliciosamente cruel. Y lo cierto es que no lo parece al principio. Se va cociendo poco a poco, de tal manera que en los dos tercios de la historia no sabes muy bien qué pasará o hacia dónde tirará. Hay una tensión soterrada todo el tiempo, impregnándolo todo, y sabes que el escritor se está guardando un giro en alguna parte, pero no sabes lo que es.
No hasta el momento en que lo ves y entonces se produce un magnifico momento de anticipación. Yo personalmente gocé con esa mala idea que Seicho te muestra. Una vez que supe hacia dónde iba, no pude parar de leer.
Hay, sin embargo, dos cosas que empañan esta historia:
- Un exceso de repetición o de sobreexplicación. No sé si la historia se publicó por parte y por eso el autor se obligó a repetir cada cierto tiempo partes de la trama a unos lectores que lo leían con cierta pausa temporal entre uno y otro capítulo, o se debe a las ansias del escritor de que el lector no pierda el hilo nunca. De cualquier forma, se hace un poco pesado en un punto de la narración.
- El giro final, el meta giro, digamos, es menor de lo que me esperaba. Y no tendría mucho sentido si no fuera porque esta es una novela japonesa, de los años 60, y hay que entenderla en su contexto cultural y temporal. De alguna manera, el final puede resultar algo decepcionante para el lector occidental.
Salvo esos pequeños "peros", la novela es fácil de leer, con cierto punto oscuro y perverso, y una buena muestra del género negro clásico. Muy recomendable.
Ho conosciuto questo autore grazie a "Tokyo Express" e ne sono rimasta semplicemente incantata, al punto da desiderare di leggere tutte le sue opere. Questo è il secondo suo libro che leggo, straordinario al pari del primo, se non di più. La fanno da padrone il rancore, il dolore, il senso di colpa, il desiderio di giustizia e di vendetta, tutti cupi sentimenti magistralmente delineati dall'autore.
Finito in due giorni. Lo stile è davvero vecchio, con un narratore onnisciente e pieno di informazioni superflue... ma questo penso sia dovuto al fatto che sia un libro anni '60. La storia è decisamente amara, e a un certo punto diventa prevedibile nel suo epilogo catastrofico.
Solo io ho riscontrato degli errorini nella costruzione del giallo? *SPOILER* Ad esempio, la polizia come movente sicuro sostiene che il maestro (il fratello di Kiriko) abbia ucciso la signora a causa del debito... ma il debito stesso era di dominio pubblico: nella testimonianza dell'altro maestro si capisce che l'avevano capito tutti, visto che la signora lo umiliava in pubblica piazza. Quindi... uccidere l'usuraia sarebbe stata una mossa stupida per chiunque, a meno che NESSUNO fosse a conoscenza del debito. Mi sembra più ovvio pensare che sia stato incastrato, ma nessuno ci pensa! Inoltre, l'assassino come faceva a sapere che sarebbe arrivato il maestro? 🤷🏻♂️
Il secondo omicidio mi sembra ancora più improbabile. Kiriko dice al giornalista di avere un piano ma... non c'è nessun piano! Lei si ritrova per caso in una situazione assurda, e guardacaso riesce ad improvvisare una storia credibile per tutti! Non so, mi ha convinto poco...
Tras leer el expreso de Tokyo seguí con el otro libro publicado de Matsumoto por asteroide y me ha sorprendido. Tiene una trama mas compleja que el anterior con un desarrollo menos convencional de la típica novela negra. No me esperaba al principio que la historia iba a desembocar en como termina. Aparte de lo que es la trama del crimen con el que se inicia la narración Matsumoto hace un análisis de la sociedad nipona de la época muy interesante mostrando las formas de vida de los japoneses en sus distintos estratos sociales con situaciones para mi sorprendentes como el papel de las camareras en los bares de Japón que por lo que he visto buscando sigue siendo muy parecida en los maid café en la actualidad con chicas adolescentes atendiendo a los clientes de una manera muy peculiar. Como me ocurrió con la otra novela a pesar de sus 50 años de publicación es una novela que si no supiéramos cuando se publicó podría pasar por una recién publicada sin ningún problema. Ojalá pueda encontrar algún otro libro de este autor traducido porque su forma de escribir es muy asequible para los lectores occidentales muy lejos del ritmo pausado de otros autores orientales.
¡Qué bien me cae Seicho Matsumoto! Había leído El expreso de Tokio, gracias también a Libros del Asteroide, y tenía muchas ganas de leer más. A diferencia de aquél, que es una novela detectivesca clásica, pero muy japonesa, en la que la precisión del tren es la clave del misterio, en este caso Matsumoto añade un comentario social inesperado, aunque quizá, a mí manera de ver, un poco desorientado. Es verdad que el sistema al que se enfrenta Kiriko es injusto con los que menos tienen, y aunque Kinzo Otsuka tomó una decisión errada o precipitada, él no es el mejor representante de los vicios del sistema judicial. Pero, bueno, tiene un punto.
El personaje de Kiriko me recordó mucho a la protagonista de País de nieve. Son más o menos de la misma época, así que tiene sentido que Matsumoto y Kawabata compartan un ideal de belleza femenino: mujeres de rasgos infantiles, de mejillas sonrosadas, rodeadas de nieve o bruma, pero con una mirada y una actitud que sugieren una rica vida interior, una madurez oculta y una inteligencia más allá de sus años.
Tengo que confirmar si la novela se publicó originalmente por entregas, pues al inicio de cada capítulo el autor hace un breve resumen de todo lo que ha ocurrido hasta ese punto. Eso hace que sea muy reiterativa. Sin embargo, no me pareció cansada, de hecho me gustó poder repasar los detalles del caso para especular a gusto, como debe ocurrir cuando se lee una novela negra.
***SPOILERS*** Esperaba un final diferente: que Michiko se librara de la cárcel e inculparan a Kiriko, lo que demostraría la tesis de Kiriko sobre el privilegio que el sistema judicial brinda a los ricos. O bien, que condenaran a muerte a Michiko, y Kiriko le enviara el mechero a Kinzo una vez que hubiera sido ejecutada, en relación directa con lo que ocurrió con el hermano. El final sí está bien, pues, pero me imaginaba otra cosa.
My love is vengeance/ That’s never free [Behind japanese eyes]
Un noir cupo, gelido , con un sottile ed elegante fascino nipponico (un po' simenoniano - è vero quanto si dice in giro ) Una storia che sembra avvolta da uno strano rumore di nebbia ..
La nebbia che si infittisce attorno a Kiriko è quella della rabbia dissimulata , del rancore, dell'odio, quella che circonda Otsuka è fatta dai sensi di colpa e dal crescente senso di minaccia .
Kiriko -la ragazza del Kyūshū - è una protagonista che lascia il segno ,giovane e determinata, lucida nella sua spietatezza , implacabile nella ricerca di una sua "giustizia" , al di là di ogni verità . Avvincente ! 3/4 ☆
Era da tempo che pregustavo la lettura di questo romanzo, dopo la bellissima scoperta di Matsumoto Seichō con Tokyo express. Il libro che mi sono trovata davanti non è un giallo investigativo come pensavo, ma un noir scandito da sensi di colpa e sete di vendetta, che covata pazientemente sfocerà in giustizia privata. La scrittura di Matsumoto mi ha catturata anche questa volta, ma sul finale mi aspettavo qualcosa di più.
Chi afferma che Matsumoto Seichō è il Simenon giapponese non ha tutti i torti.
Per le atmosfere ricorrenti, per la malinconia intrinseca dei personaggi, per la scrittura scabra, essenziale, pulita, per il crescendo che con precisione chirurgica porterà alla soluzione del caso.
Ma poi c’è l’ambiente e il suo carattere: il Giappone degli anni Sessanta/Settanta, c’è la cura meticolosa delle ricostruzioni, l’attenzione a luoghi, date, orari... che appartiene a Matsumoto e a lui soltanto. In questo romanzo, in particolare, la ripetizione dei fatti e della dinamica dei fatti acquistano un tono ossessivo. Del resto Kiriko, la ragazza del Kyūshū, è ossessionata dalla ingiusta condanna per omicidio del fratello. Lo è, per altri motivi, il giornalista Abe, lo diventerà anche l’avvocato Otsuka che a suo tempo ne rifiutò la difesa.
Qui non è importante scovare il colpevole, un elemento che sarà ben presto chiaro e tuttavia ininfluente. Qui si tratta di giustizia privata, ovvero di vendetta, si tratta della percezione fredda e lucida dell’iniquità, del divario sociale, dell’indifferenza verso l’altrui dolore. È questo che ha davvero peso, è questo che non ha prezzo di possibile riparazione.
“Tutto il sistema penale è colpevole, se i poveri non possono ottenere giustizia”
Al principio pensé que sería la típica novela en la que el abogado va reuniendo pistas para demostrar la inocencia de su cliente y encontrar al verdadero culpable, pero no es así; hacia la mitad da un giro y se convierte en una historia de venganza.
La historia de La chica de Kyushu, en la que el autor denuncia la desigualdad de las personas ante el sistema judicial según sus recursos económicos y en la que advierte de las consecuencias que pueden tener nuestra indolencia ante el dolor ajeno, me ha gustado. También es cierto que creo que deja algún pequeño cabo suelto y que el autor repite demasiado ciertas cosas, supongo que esto último es debido a que se publicó por entregas y Matsumoto quería recordar ciertos aspectos al lector.
Matsumoto è stato definito il Simenon dell'Oriente e devo ammettere che questo paragone è assolutamente azzeccato. Proprio come Simenon, oltre a indagare sui fatti e quanto successo, si concentra sull'aspetto psicologico dei suoi protagonisti. Il ritratto di Kiriko, la protagonista, emerge in modo spietato ed efferato. Matsumoto descrive un noir in cui le tinte oscure, fredde dei suoi stessi protagonisti si riflettono in una Tokyo caotica e affollata, per le strade di Ginza in cui il divario tra ricchi e poveri raggiunge confini enormi. Kiriko farà di tutto per salvare la vita al fratello, colpevole di un omicidio, di cui lei riconosce l'innocenza, ma c'è poco da fare perché "per chi è povero non può esserci giustizia". Un noir che trascina il lettore nella Tokyo degli anni '60 con tantissime contraddizioni, denso di rabbia, vendetta e dolore feroce in cui Kiriko, alla fine, non riesce a ottenere ciò che le spetta. Un libro che lascia tante domande insolubili e trascina tutti i protagonisti nella solitudine più atroce e reale.
Me ha gustado mucho este libro, me ha hecho estremecerme ante la personalidad de la protagonista Kiriko, que a pesar de ser tan joven, su enorme capacidad de odiar, su frialdad, su inteligencia y sus pocos escrúpulos para llevar a cabo una de las venganzas mejor manejadas que he leído, me ha dejado con los pelos de punta.
El libro se lee muy fácilmente, pero tengo que reconocer que en algunas ocasiones se me hizo algo pesado porque la historia del juicio del hermano de Kiriko lo han contado con pelos y señales al menos unas cuatro veces, de principio a fin y eso además de parecerme innecesario ha rellenado varias páginas de la primera parte del libro, fuera de eso, una vez que comienza la segunda parte y comenzamos a conocer a esta chica y como toma su oportunidad para vengarse es absolutamente fascinante y honestamente el final aunque bastante predecible, esta muy bien llevado a puerto.
Por supuesto la historia además de la venganza y la personalidad de Kiriko tiene su trasfondo que te deja pensando ante situaciones como estas, nadie esta obligado a nada, sin embargo, los abogados y los médicos pareciera que al tener éxito en su carrera la gente piensa que tienen una obligación de regalar su trabajo cuando alguien sin posibilidades les pide ayuda, que bueno, pues humanamente hablado es valido, pero por otro lado ¿Qué nos hace pensar que la gente tiene que tener la obligación de realizar un trabajo sin cobrar?
Y con este ya he terminado toda la obra traducida al español de uno de los padres de la novela negra japonesa, Seicho Matsumoto. Un viaje que ha ido de más a menos, de escenarios atípicos, planteamientos interesantes a historias que, ya sea por la diferencia cultural o por decisiones del propio autor, difícilmente podrían considerarse novela negra; que digo, ni siquiera policiaca. Y es que Matsumoto no busca desarmar al lector urdiendo una intrincada trama criminal que, con ingenio, pericia y un poco de suerte, acabe con el genio criminal entre rejas, algo que solo ocurría en El expreso de Tokio, mi favorita del autor, pero ausente en el resto de novelas. Tampoco parece querer hacer un retrato de su época, limitándose de tanto en tanto a unas pinceladas de brocha gorda, como en la novela que nos ocupa.
La chica de Kyushu tiene una tesis clara: la justicia no está al alcance de los pobres. La protagonista viaja desde Kyushu, la isla más septentrional del archipiélago japones, a la capital para limpiar el nombre de su hermano, un profesor de instituto acusado de haber asesinado a la usurera local. Todas las pruebas apuntan al hermano, incluso éste ha confesado el crimen luego de los rigurosos interrogatorios de la policía, por lo que el caso está aparentemente resuelto y ningún abogado parece capaz de interceder por el acusado. Aún así, la protagonista lo sabe inocente, por lo que acude a Tokio para entrevistarse con Kinzo Otsuka, el mejor abogado de todo Japón y la única esperanza de que se haga justicia. Sin embargo, cuando la protagonista cuenta el caso y su precaria situación económica, el abogado rehúsa defender al hermano. Sin la ayuda del abogado, el hermano es condenado y muere al poco de ingresar en prisión. Cuando Otsuka, movido por la culpa, decide investigar el sumario del caso descubre que, efectivamente, el hermano era inocente del crimen del que se le acusaba. Pero ya es demasiado tarde.
En principio, parecería que esta novela va a tratar de la investigación para descubrir al verdadero asesino de la usurera y limpiar el nombre del hermano de la protagonista. Parecería, y de hecho lo es durante la primera mitad del libro. Sin embargo, tras cuatro novelas de este autor he descubierto que sus tramas nunca son lo que parecen, y que esta investigación, en realidad, esconde otra historia, más perversa: una historia de venganza. Para empezar, la identidad del verdadero asesino no tiene importancia, porque en cierto punto de la novela ésta se revela de manera implícita. Luego de la aparición extraordinaria de unos personajes en determinado punto de la historia queda claro que la investigación solo era un ardid de Matsumoto para mantenernos entretenidos. De hecho, tras esta irrupción no se vuelve a investigar, el foco cambia ¿Y qué ocurre? Pues que todo queda improvisado, salido de la nada, como si a la mitad de la novela se hubiera aburrido de la historia o se hubiera percatado de una falla esencial y, en vez de arreglarla, hubiera preferido construir sobre lo ya construido sin importar el contraste resultante.
Otro problema que me he encontrado en la novela es la constante repetición de aclaraciones. Cada nuevo dato que se nos revela se nos repite una y otra vez a cada capitulo, como si Matsumoto tuviera miedo de que el lector se perdiera -cuando en ningún momento la trama presenta tal complejidad- o la novela se hubiera publicado originalmente por fascículos. De hecho, esto último fue lo primero que pensé, que cada inicio de capitulo venía con una recopilación de los hechos más importantes de los capítulos anteriores a modo de recordatorio. Pero no es así, pues en un mismo capitulo un personaje es capaz de volver a enumerar, casi parafraseando, lo que ya se ha enumerado en párrafos anteriores por el narrador u otro personaje. El cansancio que produce os lo podéis imaginar y solo se hace soportable por la breve extensión de la novela.
Por lo demás, el final, aun teniendo sentido, ocurre con demasiada precipitación. No es que salga de la nada, pero si que todo desemboca en una tromba en las últimas cinco páginas, de nuevo, como si el autor se hubiera aburrido de su historia o estuviera deseando terminarla. Es decir, que Matsumoto termina la novela marcandose un King de manual.
Si queréis iniciaros con este autor, os recomendaría que empezarais por El expreso de Tokio, una novela policiaca mucho más convencional, o Un lugar desconocido, con una premisa mucho más original y un desarrollo bastante peculiar.
Si parte dal giallo, si sfiora solo di sponda la crime story e, a piccoli e delicatissimi passi, si arriva al noir, in tutte le sfumature più cupe. Plot impeccabile (nè dall'autore di Tokio Express, ci si poteva aspettare nulla di diverso), scrittura lieve, armosfera rarefatta, quasi sospesa, in puro stile nipponico, per un capolavoro psicologico di rara maestria.
An old-fashioned noir, written in the early 1960s, in which all the charm (for those who perceive it) of the “old” Japanese society can be found, and whose mechanisms are fundamental to understanding the characters' choices. 3.5 rounded up. ------- Un noir vecchio stile, scritto all'inizio degli anni '60, in cui si ritrova tutto il fascino (per chi lo percepisce) della "vecchia" società giapponese e i cui meccanismi sono fondamentali per comprendere le scelte dei personaggi. 3,5 arrotondato per eccesso.
Seicho Matsumoto (in Giappone il cognome viene sempre anteposto al nome per cui il nome è Seicho) è stato il giallista nipponico più importante e celebrato del secolo scorso, capace di scrivere più di 300 romanzi e tanti altri racconti. La casa editrice Adelphi sta pubblicando alcuni suoi romanzi sull'onda del successo di "Tokyo Express", suo romanzo d'esordio scritto nel 1958 che è un compendio di diversi stilemi del giallo classico, non ultimo quello del "giallo ferroviario" e che stupisce con l'intricata trama basata sui pochi minuti di vuoto di traffico ferroviario nella stazione centrale di Tokyo. Matsumoto fu il maggior rappresentante del filone del giallo giapponese chiamato “Suiri” o “giallo psicologico” che si contrapponeva al giallo ad enigma chiamato “Tantei” terreno privilegiato di Soji Shimada ed al giallo sociale frequentato da Seiichi Morimura e da Shizuko Natsuki. “La ragazza del Kyushu”, pubblicato in Giappone nel 1961 e per la prima volta in Italia nel 2019, è un giallo psicologico che esplora le dinamiche susseguenti ad un delitto e i rapporti tra chi dovrebbe indagare e non l'ha fatto e chi subisce le conseguenze di questa ignavia. Kiriko giovane impiegata di K. città della periferica regione meridionale del Kyushu (che poi è Kitakyushu, città natale di Matsumoto) arriva un giorno a Tokyo per un compito importantissimo. Deve convincere il famoso avvocato Kinzo Otsuka a difendere il fratello accusato ingiustamente di aver ucciso a bastonate una vecchia avida usuraia. Questo delitto ricorda immediatamente “Delitto e castigo” di Dostoevskij come se Matsumoto ne volesse fare la moderna versione nipponica. Otsuka non vuole assistere la giovane sia perché la giovane non riesce a pagare la cospicua caparra che chiede e soprattutto perché sta solo pensando di raggiungere l'amante Michiko in un club di golf e non vuole perdere tempo per un caso senza attrattive. Questo diviene il punto focale del libro ed è il messaggio di Matsumoto ai lettori: “Tutto il sistema penale è colpevole, se i poveri non possono ottenere giustizia” come dice la ragazza al grande e celebre avvocato. In un giallo americano l'avvocato si sarebbe impegnato con ala massima dedizione a risolvere il caso, che ritengo ispirato da uno dei migliori gialli di Ellery Queen “Il villaggio di vetro”, mentre il riluttante Otsuka si rifiuta di farlo e causa la morte in carcere di un innocente. Il caso vuole che un cronista senta le disperate telefonate di Kiriko all'avvocato e pensando di avere una storia interessante per il suo giornale chiede al legale un parere tecnico. Con questo stimolo Otsuka rilegge tutti i verbali dell'inchiesta e in breve tempo capisce che il giovane indagato e carcerato era innocente e il colpevole è in libertà ma anche con questa consapevolezza il grande giurista non si mobilita e si rifugia nella sua “comfort zone”. Il caso vuole che le traiettorie di vita della ragazza del Kyushu e del principe del foro edochiano si incrocino nuovamente in occasione di un altro delitto e allora ci sarà un sorpresa che farà capire chi ha ragione nel dilemma sollevato da Seicho Matsumoto con il suo libro; se è più grave il peccato di omissione oppure il delitto in sé. “La ragazza del Kyushu” conferma l'idea che il giallo giapponese, per tanto tempo sottovalutato, sia una grande miniera di storie, intrecci e universi narrativi che possono interessare gli appassionati del genere e che devono esplorati per trovare altre perle del genere e in particolare questo giallo di Matsumoto si dimostra un congegno perfetto in cui tutti gli ingranaggi collimano alla perfezione per offrire un ottimo noir, algido al punto giusto. Di particolare rilievo è la figura di Kiriko, la ragazza del Kyushu, che da modesta impiegata diventa un'entraîneuse da bar di infimo livello per mettere a punto il suo lucido progetto di vendetta e allora tutto quello che abbiamo letto sino ad allora si ribalta e ha bisogno di un nuovo livello di lettura. Quello che colpisce nella costruzione del personaggio di Kiriko è la sua capacità di agire con uno scopo ben preciso sin dall'inizio della narrazione e senza far trapelare niente all'esterno come un samurai che ha ben preciso il suo ruolo di silenzioso giustiziere.
Una ragazza chiede aiuto a un avvocato per scagionare suo fratello indagato per l'omicidio della sua padrona di casa, ma lui si rifiuta perché non ha abbastanza soldi per pagarlo. Tempo dopo il fratello morirà in carcere e sua sorella, trovandosi per caso in un'altra scena del delitto, mediterà una fredda vendetta.
Dopo aver apprezzato questo autore giapponese con Tokyo Express ho voluto leggere un'altra sua opera, e anche in questo caso si tratta di una storia gialla. Ritrovo lo stile dell'autore, riconoscibile soprattutto nella precisione dei particolari dei delitti avvenuti, che ripete tante volte durante lo scorrere dei capitoli (questo potrebbe stancare ai più). Non si può non affezionarsi alla storia di Kiriko, questa giovane ragazza che cerca in tutti i modi di salvare suo fratello da un'accusa infamante di omicidio ma, ahinoi, non ci riesce e mediterà vendetta verso l'avvocato che l'ha tranquillamente snobbata perché indigente (mentre lui doveva andare a giocare a golf con la sua amante). Fa impressione vedere come una dolce e all'apparenza innocente ragazzina possa trasformarsi in un personaggio pieno di rancore e letale. E poi le atmosfere dei luoghi, sempre pieni di nebbia, ti fanno entrare ancora di più nella storia e ti fanno sentire la forte tristezza e malinconia dei personaggi, soprattutto di Kiriko.
La primera mitad es un poco repetitiva cuando recrea una y otra vez (declaraciones, informes, conversaciones…) los mismos hechos relativos al crimen cometido, supuestamente, por el hermano de Kiriko. A medida que vamos conociendo a los demás personajes y la historia va tomando forma, se intuye (¡y se espera con ansia!) un giro en la trama, que llega pero sin ser lo que esperaba, y digo “qué” y no “quién” porque . La trama no es más que una excusa para reflejar la injusticia y desigualdad existente en una sociedad que se mueve por dinero. Tanto tienes, tanto vales.
Sinceramente mi aspettavo qualcosina in più.nonostante io lo abbia letto in soli tre giorni(quindi si fa leggere molto bene) Ho trovato la scrittura un po' ripetitiva,nonostante la linearità della storia, l'intreccio è un po' banale e forse avrei preferito più approfondimenti psicologici,piuttosto che dialoghi scontati. Il finale mi ha lasciato con l amaro in bocca,perché non sono sicura di aver capito chi era l'assassino. Ma darò sicuramente un'altra possibilità all'autrice.
En esta historia conocemos a Kiriko Yanagida, una mujer joven que decide acudir a un famoso abogado de Tokio, para que le ayude a demostrar la inocencia de su hermano, al cual le han inculpado de un asesinato.
La trama se iba poniendo interesante mientras iba avanzando con la lectura, aunque era muy repetitivo mencionando los casos muy a menudo y recordando lo que acababa de pasar hace unas pocas páginas. Intenta dar una moraleja sobre el dinero y la justicia que la veo correcta, pero la manera en que intenta hacer justicia me ha parecido pésima.
Una novela negra entretenidilla, y con un argumento quizás no tan metido en los clichés del género como es habitual, pero que no me ha llegado a entusiasmar, aunque se lee bien y entretiene. También debo decir que a mí este género no suele entusiasmarme.
A su favor, la ambientación en ese marco japonés que todavía nos resulta bastante exótico en general, aunque aquí ese exotismo resulte limitado. En contra, a menudo resulta en exceso reiterativo, repitiendo lo mismo una y otra vez no sea que el lector sea un poco lerdo y no se vaya a enterar si se cuenta solo una vez...
Por lo demás, pues lo cierto es que el argumento es curiosón y no quedaría mal en una película. En fin, como lectura ligera no está mal, sin más.
Chica pobre va a pedir a abogado rico que defienda a su hermano injustamente acusado de asesinato. Abogado rico enfrascado en sus propios 'problemas' de lujosa vida rechaza la petición sin saber la que se lía después. . Lo que parece una típica novela de asesinato y resolución del crimen encierra más que los simples hechos. Es para leerla de tirón, la verdad. Entretenida y me ha gustado especialmente el final, que no es el habitual (hay que tener en cuenta que es de 1960). Me gustaría leer algunas más del autor
"Tutto il sistema penale è colpevole, se i poveri non possono ottenere giustizia"
Secondo libro che leggo di Seichō e devo ammettere che adoro la sua scrittura. È rilassante, nonostante si tratti di gialli. Intrigante e ti sospinge a continuare nella lettura, anche se lentamente per assaporare ogni passaggio. Mi piace che i suoi libri siano dei gialli "mascherati", non si cercano tanto i colpevoli, quanto i sentimenti. E qui abbiamo il piano di una vendetta perfetta. Bellissimo, ne consiglio la lettura.
Seconda esperienza con Matsumoto. Grandioso il ritratto della protagonista, femmina ultrice dall'apparenza fragile ed aggraziata ma tagliente e resistente come l'acciaio della katana. Si perdona all'autore il fatto che i personaggi coinvolti nella vicenda siano tutti legati tra loro da rapporti di parentela, lavoro o sentimentali, come se Tokyo fosse Trebaseleghe.
Una novela negra que empieza con una premisa típica del género para acabar de una manera bastante inesperadas (y acertada). Me ha gustado mucho y me ha mantenido relativamente enganchado a pesar de que la trama no tiene giros de guion. Lo mejor son los protagonistas cuyas personalidades mantienen al lector reflexionando sobre cómo se va a desarrollar el conflicto. Quizá hacia la mitad el libro da varias vueltas sobre sí mismo sin avanzar apenas, pero el desenlace hace que todo cobre sentido. Un acierto.