Una sagaz reflexión sobre el arte y su función en tiempos de pandemia, confinamiento, crisis climática y manipulación de la verdad.
¿Tiene el arte la capacidad de ver lo que no vemos, de hacer visible lo invisible? Este libro fue escrito durante la pandemia de covid-19. El tiempo suspendido del confinamiento acaso sea un anticipo del futuro al que estamos abocados: virtualidad, trabajo y relaciones a distancia, vigilancia, entretenimiento digital... Y en esta realidad el arte quedó refugiado en lo virtual, convertido en un «arte sin nosotros», mudo, hablando para nadie. ¿Qué puede decir el arte en medio de la catástrofe? Partiendo del Perro semihundido de Goya, la autora propone tres itinerarios por el arte y la literatura que nos interpelan en tiempos de pandemia. Tres itinerarios vinculados con tres temas fuerza: el cambio climático y la destrucción del planeta; el mundo digital, la virtualidad y el control, y por último la manipulación de la verdad, la ficción y el artificio.
Graciela Speranza nació en Buenos Aires en 1957. Crítica, narradora y guionista de cine, es doctora en letras por la Universidad de Buenos Aires, donde enseña literatura argentina. Entre otros libros ha publicado: Primera persona: Conversaciones con quince narradores argentinos, Guillermo Kuitca: Obras 1982-1998, Razones intensas, Manuel Puig: Después del fin de la literatura, y una novela, Oficios ingleses. Ha colaborado en los suplementos culturales de los diarios Página 12 y Clarín, y codirige la revista de letras y artes Otra parte.
La paradoja de lo que no se ve en el arte, no va a radicar en los “remades” y su puesta en el cosmos, forzando algo insulso a catalogarlo como estético. Y aunque el campo de las percepciones sea muy amplia, no es un indicio de incluir cualquier disparate como arte.
La argentina Graciela Speranza nos acerca el arte contemporáneo para comprender la incertidumbre de la actuación del hombre en la destrucción del planeta, muy interesante. De ejemplo la artista rumana Agnes Denes y su Campo de trigo en el bajo Manhattan. Una lectura que reconforta y hace pensar en nuestro futuro en relación con el planeta.
Este libro me genera sentimientos encontrados. Por un lado, me parece interesante el tema que la autora analiza (que el arte da a ver lo que no se ve en torno a la crisis ambiental y la digitalización del mundo) y los distintos ejemplares de arte contemporáneo que trae a colación para ejemplificar. Gran parte de las obras que menciona y describe no las conocía, motivo por el cual a cada momento interrumpía la lectura para buscarlas en internet. De hecho, ella misma incita al lector a hacerlo y fue muy iluminador. Sin embargo, por otro lado, me resultó un libro agotador y repetitivo. No dudo de la enorme erudición de la autora. Hace referencia a los trabajos de muchísimos otros autores (como Agamben, Benjamin, Sontag, etc.) y se sumerge profundamente en cada obra para interpretarla. Pero no hace más que girar una y otra vez sobre el mismo tema y ofrecernos más y más ejemplos que demuestran su hipótesis. Desde mi punto de vista, le falta argumentación, sacar nuevas conclusiones, ofrecernos nuevas miradas de su opinión. Me saco el sombrero por su claridad explicativa y capacidad crítica. Pero me hubiese gustado encontrarme con una mayor progresión temática en el texto.