QUINO, Joaquín Salvador Lavado, nace, hijo de inmigrantes españoles, andaluces, en la ciudad de Mendoza (Argentina) el 17 de julio aunque en los registros oficiales conste nacido el 17 de agosto. Desde que nació se lo llamó Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y dibujante publicitario con quien a los 3 años descubre su vocación. Comienza la escuela primaria donde descubre que su verdadero nombre es Joaquín y vive las dificultades de su personaje Felipe: «Me angustiaba tanto que en los primeros tres meses tenía malas notas, pero después terminaba el año con notas altas, aunque nunca era el primer alumno y eso me daba bronca».
Un cómic típico de Quino en el que sus viñetas siguen, más o menos, un hilo argumental basado en el trabajo, la jerarquía o la expectativas respecto al futuro. Tiene otros que me gustan más que este, aunque te hace reflexionar, como siempre.
Quino es un genio de la caricatura y su trabajo se extiende más allá de Mafalda. Sus viñetas te hacen reír y llorar al mismo tiempo. Diría que su humor no es blanco ni negro, sino gris.
Cinco estrellas porque todos deberían conocer su trabajo.
Che delusione, pure Quino si è trasformato in un vecchio trombone. Quello che una volta era uno degli spiriti più caustici in circolazione ora ricorda molto un vecchio brontolone, con bersagli banali e argomenti assai triti. Devo dire che non son riuscito a leggere tutto, la delusione è stata troppo grande... magari nel "non letto" c'era qualche vignetta azeccata... magari ero pure io in un "mood" non adatto alla lettura... rimane comunque che la delusione è stata cocente.
La gran mayoría de los cartones en este volumen tienen un tono pesimista sobre el futuro, otros tantos son directamente anti-tecnología (antitransgénicos, principalmente). Varios más son cartones de pobres vs. ricos, sin mucha gracia. Hay algunos, pocos, que son geniales. Me parece que hay más material para llorar que para reír.