Me encantó poder leer más literatura nacional, especialmente de una escritora uruguaya, y conocer más sobre este periodo del país que parece de película, influenciado por el estilo de vida europeo y como la clase alta vivía en esa burbuja de idas y vueltas al continente. Pero la vida de la protagonista está lejos de ser envidiable, como es de esperarse por el periodo que trata la historia, los personajes masculinos están marcados por una evidente misoginia que desde el primer momento deja en claro que no tienen ninguna intención en dejar que Blanca, la protagonista, tome las riendas de su vida.
La escritora logra transmitir muy bien como es tratada, todo el paternalismo expuesto en como es vista como un bien que se traspasa de hombre a hombre, poniéndole un valor inmensurable que sea exponencial a la reputación “de bien” que tienen, primero del padre y luego el esposo, Miguel. De ella se espera todo, principalmente temor para no actuar en contra de la voluntad de su nuevo patriarca, pero a la que ella se revela siempre que puede.
Es una locura cuando de la nada te acordás que solo tiene 17 años, a diferencia de el que es de más edad, esa diferencia se ve durante toda el libro y se va marcando cada vez más. Él es frío: la edad, el hecho de que es militar, y su soberbia forman alrededor de el un muro y una sensación de solemnidad, pero que es solo eso, una ilusión, porque se deja entrever que no es ningún santo, y que falla en su rol como esposo, no le importa su bienestar y siempre que puede la tira abajo con comentarios despectivos, y mucho menos busca su placer (hasta tal punto que ella busca en el diccionario que es un orgasmo cuando una mujer menciono la palabra en una conversación) Como resultado, ella es miserable, no importa si es en Montevideo o en París, en su apartamento o en su luna de miel. No es feliz.
A pesar de que trata un tema que causa mucha impotencia y con muchos momentos donde es imposible no indignarse, toda la historia se desarrolla de manera muy fluida y entretenida, es como si como lectores nos distrajéramos a la par de Blanca, por todo el lujo y exceso que la rodea, junto a la nueva información que no deja de llegar. Vamos acompañando a la protagonista en su búsqueda por significado, por amor verdadero, por esperanza, por placer y sobre todo por una identidad propia que la ayude a desdoblar todas las oportunidades que va descubriendo a medida que se abre paso por el mundo.