Un fascinante recorrido por la cultura y literatura japonesa.
Una escritora chilena y su investigación sobre el Genji Monogatari; Murasaki Shikibu y las mujeres de la corte Heian; el zuihitzu (ensayo a la japonesa) y el ensayo occidental; el castellano y el japonés; una nieta y una abuela; un monje y el vacío; una pareja y una serie de fotografías; una serie de libros y una biblioteca son algunos de los diálogos que propone María José Ferrada en Diario de Japón, un fascinante montaje de imágenes, reflexiones, historias y conceptos que nos conduce a un viaje al centro del alma japonesa.
Con inteligencia, humor y una sensibilidad única, la autora nos habla de un país tan lejano que pareciera ser el lugar en el que pueden darse todas aquellas cosas que son imposibles acá. Un territorio de sueños y pesadillas, sin pureza ni identidad estable, donde muchachos que no salen de su pieza coexisten con los espíritus que habitan los bosques.
María José Ferrada is the author of Mexique: A Refugee Story from the Spanish Civil War. She is a recipient of the Municipal Prize of Literature of Santiago, as well as the Academy Award from the Chilean Academy of Language. María currently works as the children's editor of Chilean Memory, a digital resource center of the National Library of Chile.
Hermoso el formato de este libro, no es ni una cosa ni otra, pongamosle diario. Más allá del registro de la autora, me parece de mucha generosidad los puentes que abre y une a otra literatura y escritores. Muy interesante.
Aprendí mucho de la literatura japonesa y, en especial, de sus orígenes y tópicos. Sin embargo, el valor de este libro radica en la manera en que la autora se apropia de la belleza de los textos japoneses para contarnos parte de su vida, sus preguntas, descubrimientos y pérdidas.
Hermoso precioso. No entiendo porque en un momento lo dejé, no me acuerdo. Cuando lo retomé no pude parar 💖🫂 por favor diosito algún dia llevame a Japon
María José Ferrada (1977) es una destacada escritora de libros para niñes. Obtuvo el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2021. Fuera de este ámbito, ha publicado dos novelas en los últimos años, ambas con reconocimiento de la crítica y premios a su haber. Este es el primer libro que leo de la autora y he quedado maravillado. Diario de Japón (2022) no es un diario. Especie de crónica, ensayo y testimonio. Quizás la clave para localizarlo genéricamente la otorgue la siguiente cita de su libro, cuando se refiere al zuihitsu o "ensayo a la japonesa":
"Ni objetividad ni hechos empíricos, o no eso solamente, más bien recuerdos desordenados, anécdotas reales o inventadas que permiten al lector sentir que entabla una conversación silenciosa con el autor". (p.116).
Eso es precisamente lo que sentía al leer estas páginas bellamente escritas.
María José Ferrada plasma en esta escritura distintas vivencias que la vinculan estrechamente a Japón: viajes, trabajos, estadías, lecturas, amistades, estudios. Las reflexiones sobre cultura y literatura japonesa se enlazan con la dimensión humana, personal e íntima de la autora. Esta escritura va recreando una mirada personal sobre el Japón con parámetros estéticos que brotan del riquísimo intercambio cultural vivido por Ferrada, en una amalgama perfecta de pensamiento y emociones.
Se incluye al final una valiosa bibliografía para todas las personas interesadas en literatura japonesa.
Una introducción de un país del que se tienen muchas ideas preconcebidas. Me gustó mucho la narración, como va, vuelve, inventa y se siente verosímil. Me dieron ganas de leer literatura japonesa y me agrada que este libro me advierta, recomiende e ilustre como puede llegar a ser leer autores y autoras japonesas.
La importancia de los diarios. Guardé la lista de libros para complementar con lo que ya he leído. Será mi única forma de viajar a Japón en la vida probablemente.
La nada: si encuentras a Buda, mátalo.”, es una de las referencias de María José Ferrada en Diario de Japón para comprender o complejizar la cultura nipona, que con apuntes y vivencias de sus viajes a Tokio escribe sobre el tiempo, la relación entre niñez y vejez, va a las citas de otros libros,recuerda desastres nucleares y revisa poemas que le permiten adentrar la mirada de un país que está absolutamente lejos.
Este Diario de Japón no tiene orden cronológico, es la unión de diversos puntos y apartados relacionados desde que una niña recibe una pequeña biblioteca de escritores japoneses, que pueden ser Kawabata, Mishima, Oé o Tanizaki, hasta ya de adulta escribir una tesis de grado sobre la mítica novela Genji Monogatari, y crear así una obsesión, al punto de crear un diario sencillo, cercano, monstruoso y delirante, pero que en general endulza lo Japonés hasta volverlo una isla incógnitas.
Por qué escribir de la isla Japón? ¿Por qué escribir de un país que por centenares de años se cerró al mundo? ¿Un país que tuvo un desastre nuclear tras el terremoto más grande de su historia?, ¿Un país que perdió la segunda guerra mundial al recibir un doble impacto nuclear? ¿ Y por qué revisitar la tumba del escritor que se mató frente a un ejército derrotado? ¿Por qué escribir sobre los niños que se encierran en sus habitaciones por miedo al mundo? Estas preguntas se responden en cada página porque la sensibilidad que tiene Ferrada es similar a la de sus poemas de LIJ, enfrentar lo grande con la sutileza de un niño alejada de los tiempos cambiantes, de la sobreinformación, del fracaso de la paz y permite una pausa en cualquier habitación pequeña.
Esta nueva publicación configura una escritura honesta, alejada de las pretensiones del mercado de lo friki y vender la belleza como un croma. En países donde cada uno quiere ser su propio jefe o ejecutivos de su propia explotación es interesante ver cómo las corrientes del neoliberalismo también afectan sociedades supuestamente colectivas, pero bajo el ojo del arte siempre hay fisuras y esas fisuras parecen ser respondidas así: “La nada: si encuentras a Buda, mátalo.”
Compré el libro para estimular mi pasión por la literatura y cultura japonesas. Pero no hizo más que matármela. Un libro escrito sin pasión, un libro aburrido, caótico en el peor sentido de la palabra. Una especie de introspección de los años de estudio de Genji pero glosado con un par de vivencias personales. Todas superficiales. Todas irrelevantes. Y, más encima, serios problemas de puntuación.
Me encantó. Creo que me va a gustar todo lo que María José haga porque me encantó este formato, la posibilidad un poco de adentrarse a su vida y cabeza, pero también con todas las referencias y reflexiones que hace.
Lo mas interesante de este libro es la cantidad de autorxs que va nombrando en el libro, con sus respectivas historias y anécdotas. Varios de los libros nombrados ya los leí y concuerdo con algunos pensamientos y reflexiones, dejé anotados varixs autorxs que también me dieron ganas de leer. Por todo, aplaudo el trabajo de investigación de la autora.
Lindo relato de un viaje propio, propio de María José y propio mío. Pensé que sería un libro que me recordaría mi tiempo en Japón, pero terminé leyendo mi propia historia. Además de lugares comunes encontré un vínculo que nunca imaginé: ambos perdimos a nuestras abuelas estando en Tokio. Ninguno podía volver a casa. Ambos visitamos jardines y templos de Buda para despedirla allí. Una nostalgia bella en la que hoy encuentro una hermana. Ayer fue el aniversario de mi abuela, y coincidencialmente terminé el libro. Seis años después no estoy en Tokio, pero María José me llevó de regreso a él y a ella. Gracias por esto tan lindo. ありがとうございます ❤️🩹⛩️🇯🇵
Siempre nos enfocamos más en el estudio que en el proceso mismo. Al final del día, quiénes escriben todos esos artículos literarios y científicos son seres humanos que tienen sus propias experiencias y que también merecen ser contadas.
Yo, que no sé nada de literatura japonesa, quiero decir que disfrute tanto este libro como se puede disfrutar alguna cosa. Me hizo bien, creo que con eso digo todo lo que podría decir. Y lo subrayé entero. En una parte la protagonista (que es o no es María José) lleva un caballito de greda envuelto en papel como regalo a un niño. Ese niño será un emperador japonés. También así me sentí leyendo este libro: como si tuviera entre mis manos una artesanía de acá, que desde esa insularidad familiar me hiciera entender esa otra insularidad desconocida. Lo mismo cuando aparece Teillier (también aprendí a leer por mi abuelo) o cuando se dice “Japón es un país hecho con ramas y piedras, por un niño que juega a orillas del Río Cautín”. De verdad, qué ganas de prestarle esto (que, como el de Murasaki Shikibu, tampoco es una novela) a la gente que quiero.
Da mucho para aprender de literatura y cosmovisión japonesa. Hay muchos datos para seguir explorando terminada la lectura, todo guiado por un relato y una perspectiva cercana (la de una mujer chilena, a la que le pasan cosas de mujer chilena). Me habría gustado que fuera un poco más confesional todavía, no se sintió tanto como un diario y creo que había material para más intensidad emocional, pero así como está iwal me pareció bien. Muy rápido y agradable de leer. Me gustaron harto las conexiones que la autora hace entre su vida y su relación con Japón y las lecturas que hace de él.
pero en resumen: este libro se sintió como un documental con voz en off y un par de entrevistas sin contexto, pero que te dejan con una especie de sabiduría superior. es divertido como escuchar un podcast de alguien con quien tienes una relación parasocial y no puedes dejar de saber datos de su vida; no porque sean particularmente interesantes, sino porque los cuenta con mucho cuidado. pero la autora aquí hace las dos cosas: buena narración y buenas historias.
hay datos de sus estudios y viajes sobre japón, especialmente lo relacionado a su literatura e historia. todos esta información se hila con su propia historia y reflexiones, siempre haciendo conexiones interesantes que dejan más preguntas que respuestas, como abriendo debates.
lo dejé lleno de anotaciones para volver a revisarlo cuando sea necesario.
No sé si es porque no estoy muy familiarizada con la literatura japonesa, pero me aburrí en algunos tramos y otros se me hicieron densos. De todas maneras hubo partes que si disfruté mucho y me atraparon. Todo esto me pasó con este diario 😅, un ir y venir de emociones. Siento que aprendí un poco más sobre esta cultura y dentro de todo, me gusta como escribe la autora, es el segundo libro suyo que leo y me gusta su sensibilidad y prosa.
Es muy hermoso sentirse interesada por la cultura de varios rincones del mundo. Traducir textos debe ser una experiencia increíble, entender un idioma es adentrarte a navegar espacios inexplorados. Me encantan las imágenes, la narración, su historia.
Esta mujer también trabaja con niños y niñas autistas, nos da un pequeño recorrido por el mundo de enseñar y estar abiertxs a ver con dulzura la vida y la diversidad de pensamiento.
Diario de Japon no es precisamente una novela, es el registro de la experiencia de la autora con Japón. Es interesante porque es realmente la experiencia a todo nivel, experiencias familiares, anecdotas de su trabajo con niños en Japón, literatura, historia y todo mezclado con preceptos budistas sobre la nada. Todo se relaciona en esta novela (*no novela), que para mi encuentra su parte fuerte en la historia y en la literatura (no tenía ni idea que Japón se había aislado 3 siglos, mira que brutalidad) y su parte debil en la cohesión que a veces Maria Jose Ferrada intenta forzar entre toda su composición de temas. De todas formas, esta novela aumentó mi TBR escandalosamente xd
Me pareció un poquito desordenado y superficial en ideas que podrían haber sido muy bien desarrolladas (los objetos, los gatos, la abuela, la traducción, etc). Pero, pese a eso, me llevó de viaje e hizo acordar a Doraemon, el gato cósmico, y todo un ambiente de puertas corredizas y un pulcro cuidado de las palabras.
Compré este libro por presión de estar más de media hora en la librería buscando libros que sí me interesaban leer, entonces para no sentir culpa por haberle hecho perder el tiempo a la chica que me atendió terminé llevándome este libro. Fome, plano, con vivencias personales que no conmueven a nadie. Lamento mucho haberlo comprado.
Entre cuaderno y notas al margen, ensayo y enciclopedia, Diario de Japón es, antes que todo, un ejercicio literario precioso. Las historias, anécdotas e impresiones se enlazan muy sutilmente y en una apariencia de desorden se esconde una obra en serio.
Si bien me cuesta mucho la lectura de diarios este es ademas una excelente guia por la literatura de japon. Ese desprendimiento del yo, que es básicamente la escencia de este genero le da otra vida al libro, permitiendole incluso valor en el velador para la consulta.
La escritura de María José Ferrada es exquisita. Porque la escritura de este libro no tiene cabida en ninguna categoría formal: diario, epistolario, novela, ficción, no ficción, ¿biografía? Son recuerdos con más de 10 años de antigüedad en sus 4 visitas a las islas de Japón (un dato no menor es que Japón lo compone más de 6 mil islas), de su trabajo como escritora-traductora, cuidadora de niñas y niños con trastorno autista y el querer comprender cómo estuvo tan lejos para el fallecimiento de su abuela. Esta escritora de Temuco cautiva con una pluma sin florituras, cargada de emociones, que permite conectarte con cada una de sus ideas, pensamientos e incluso sueños y pesadillas. Su investigación sobre Genji Monogatari (considerada la primera novela del mundo por muchas y muchos) la retrotrae a pensar su vida, sus anhelos, sus recuerdos con el telón de fondo de un país que quiere, admira y desea conocer porque quizás está lo suficientemente lejos. Extraordinaria lectura para comenzar el año.