NIÑAGORDITA es una historia que muestra una realidad sobrecogedora que la sociedad a veces desoye, pero que otras, esconde bajo la alfombra de las buenas formas y el sexismo. Talía quisiera ser como sus amigas, extrovertida como Caro, popular como Nicole, dejar de ser la niña gordita, la que suele quedarse callada porque no está segura de tener nada divertido que decir. Llega el programa de confirmación en cuarto de media, conocer gente nueva, el primer enamoramiento, Felipe. Y con él, el descubrimiento del sexo, los celos, el asco. Trata de escapar comenzando una relación nueva con Tomás, quien se comporta con ella como no había imaginado. Tali se desvanece tratando una y otra vez de complacerlos, y llega al límite de su capacidad de resistencia. Revienta, de un modo que no espera y que, quizás, cambie su vida y su manera de entenderse a sí misma.
“Sanar es un proceso largo. Hay que tener paciencia y perdonarse. Hay que volverse a querer. Y tú lo intentas de verdad. Tratas primero en Argentina, donde vive la hermana de tu madre. Ella conoce a un súper psiquiatra, tú no tienes que preocuparte por nada más que por tratar de estar mejor. Recoges los pedazos, los reúnes, te vas reconstruyendo. Vuelves a hablar. Vuelves a decir lo que piensas.”
Hubo un momento que en el que una generación de mujeres se sintió en constante juicio, siempre bajo la lupa, todo el rato con alguien la señalaba… Hubo un tiempo, no muy lejano, y que, tristemente, aún a día de hoy se sigue sufriendo.
Niñagordita es una historia generacional. La de esas adolescentes de los años 2000. El cambio de siglo, el siglo veintiuno, que tanto se prometía. La de unos años de evolución, de avances, de modernidades… Y sin embargo, de mujeres que seguía siempre estando en el ojo de la tormenta.
Da igual niña, adolescente, adulta… Da igual tu edad. Da igual tu origen o tu raza. Cuando eres mujer, hay siempre esa crítica, ese prejuicio, esos miedos…
En esta historia, la protagonista es el perfecto retrato de cómo nos sentíamos las jóvenes de los 2000. Es un retrato que tristemente se sigue repitiendo. Ese patrón generacional. Ese mezcla de sentimientos, de rechazo, de miedo, de inseguridades…
Pero es también un reflejo de que hay luz al final del túnel. De que tu pasado no condiciona tu futuro. Que nada ni nadie te va a condicionar. Que tú y solo tu eres dueña de tu destino. Que el patriarcado no va a vencer. Que el futuro es femenino. Hoy y siempre.
Para poder hacer una lectura oportuna de este libro, hay que leerlo con la cabeza bien colocadita, sabiendo distanciarnos del texto para que no nos destroce. Es un libro muy duro y hay que estar preparado para leerlo.
Toma a Talía como protagonista para presentar ciertos terrores que se nos presentan a las mujeres desde bien jóvenes y que nos llegan de una manera disfrazada de amor y romanticismo. Coloca todas esas emociones de montaña rusa, del todo y nada, de la adolescencia de una manera MUY REAL. Es difícil no identificarse siendo mujer con al menos una de las experiencias que presenta la protagonista, y eso lo hace aterrador, preocupante, triste, pero real. Es tan real que duele.
Me parece super interesante y - que lo convierte en un buen libro - el crear una sensación de incomodidad constante, con una mirada de reproche constante hacia su personaje principal, convirtiéndolo en una mirada super cruel y mucho más crudo.
A su vez me trae a la memoria ciertos libros como Beloved de Toni Morrison - por su fluir de pensamiento; a Yo no sé de otras cosas de Elisa Levi por su forma de narrar y a Panza de Burro de Andrea Abreu por su carácter crudo tomado desde una etapa de la vida ignorante-inocente por su temprana edad
This entire review has been hidden because of spoilers.
« Sanar es un proceso largo. Hay que tener paciencia y perdonarse. Hay que volverse a querer. Y tú lo intentas de verdad. [...] Recoges los pedazos, los reúnes, te vas reconstruyendo. Vuelves a hablar. Vuelves a decir lo que piensas. Con la palabra empieza a volver la fuerza. »
Un libro muy duro que me hizo pensar en mis amigas, en mis relaciones y en la forma en la que como mujeres crecemos pensando en ser “perfectas para los otros” es una historia de dolor, de desamor, de abuso, y de hipocresía social que terminan llevando a Talia al límite. Muy recomendado ♥️ Una lectura increíble al leerla en el audio libro en Spotify.
Tali, la protagonista, se siente tan cercana que duele leer todo lo que le pasó. Me he reconocido en ella, he reconocido a amigas en ella y la he abrazado.
Todo lo que una mujer vive, venga de donde venga, cuando va creciendo siempre se encuentra con prejuicios, con toxicidad, con el patriarcado que no la deja ser feliz, sino que la obliga a encajar. La autora retrata muy bien esto.
Me ha encantado el libro, me ha hecho llorar, pero también me hizo sentir bien el confirmar una vez más, que nuestro pasado no nos define, que siempre podemos aprender a valorarnos nosotras mismas y que eso es lo único y más importante 💜
Niñagordita te confronta sin descanso con terribles verdades, y ese viaje de constante dolor y crueldad puede acabar resultando asfixiante para algunos, especialmente porque el bálsamo final es demasiado corto e impreciso para devolver la vida al cuerpo. Narrado con un estilo particular que le da agilidad y una identidad propia a la lectura, te zambulle de los pies a la cabeza en el alma torturada de Tali hasta el punto de dejarte afectado. Y aunque quizás con esto le quite algo de espacio a aquellas reflexiones que busca poner sobre la mesa, es gracias a esa falta de oxígeno mientras leemos que el efecto post-lectura se convierte en un monstruo mental donde toda clase de pensamientos y recuerdos aparecen y te interpelan. Así pues, Belinda hace un extraordinario trabajo espejeando a la sociedad alta limeña, y es por eso que lo escalofriantemente reales que resultan los personajes involucrados es lo que te acompañará por mucho tiempo. 3.5/5
no le doy 5⭐️ porque creo que la premisa del libro (en relación al título) es engañosa, y eso me da penica me da penica porque pensaba que me iba a ver representada como niñagordita pero no lo he hecho porque no hay niñagordita aunque esta historia es tanto la mía que me aterra me aterra que el abuso sea tan fácil de escribir y de identificarse con él
Niñagordita es una historia sobre el hundimiento de Talía, una joven de la parte moderna o globalizada de Lima que, paradójicamente, no tiene relaciones sinceras con nadie. No es una persona falsa o una farsante; más bien, es una empeñada en mentiras, imposturas e incluso silencios sobre detalles cotidianos respecto de su conducta, empeñada en funcionar bajo las reglas del mundo social en que vive y encajar en las expectativas de sus padres, de sus amigos y sus novios. Es el mundo de los jóvenes que estudian en las universidades privadas de Lima, el del sector privilegiado que no socializada en las aulas de clase, sino en las exclusivas discotecas de Lima y en sus lugares de diversion. Pero Talía rara vez se divierte aunque circule por ese mundo en cumplimiento de los rituales de la juventud de su clase. Más bien estos, y también el interior de los autos, los malecones que se caminan, las casas de playa, la borracheras en el Sargento, no existen como lugares habilitados para el relax y el erotismo de una vida sexual y romántica que despierta, sino que son cajas oscuras donde se enuncia una y otra la reglamentación moral castrante, implacable, enloquecedora. Constantemente miradas, gestos, frases al vuelo y mensajes directos de sus pares y sus mayores le recuerdan y demandan la preservación de su pureza, los modales de la modestia, la corrección de los conductas propias, y sobre todo, extirpar de de su vida pública y privada cualquier explosión de su libido, so pena de imperfección absoluta: ser llamada puta. Es un regimen de represión absurda, que se ejerce no porque se extraiga de tal disciplina alguna virtud, sino porque permite un sistema de control y castigo brutal de los cuerpos y el deseo transgresor, done el primer latigazo lo lanza el transgresor contra él mismo, al resultar devorado por la culpa, y por lo mismo se infringe castigos psicológicos y luego físicos. Por ello, Talía, una chica del siglo XXI, llena de privilegios, habilitada para en la teoría para el goce capitalista, se hunde en esa espiral de culpa y autocastigo que incentiva el bullying de una juventud limeña cruel, prejuiciosa hasta el hartazgo y practicantes de una moral conservadora e inquisitorial que apoyan porque les sirve para tener los cuerpos de los débiles y sensibles bajo control. Son los hijos de las familias conservadoras y ricas de Lima moderna, que se empeñan en representar la escena doméstica de la buena familia que se junta para las comidas diarias, como de la televisión americana de los años 5o, pero que no se dan cuenta en absoluto de que el siglo XXI les está devastando la salud mental hasta la médula, en especial a sus hijos. Así, Talía progresivamente convierte su sed de perfección en pura pulsión repetitiva, agotadora, y torturante, que la dejan a merced de la manipulación de Felipe y Tomás, sus dos intereses románticos, quienes desde muy chicos han aprendido a pulsar las cuerdas del mecanismo de control y creación de complejos de culpa a su favor. El contexto histórico, borroso, pero que emerge por aquí y allá es el periodo de Juan Luis Cipriani como arzobispo de Lima y la intervención masiva del Opus Dei en la formación de las clases altas limeñas. La novela debut de Belinda Palacios, bien escrita y con una tensión que nunca decae, es de un lenguaje sencillo pero impecable. Apela masivamente al diálogo indirecto de estirpe vargallosianas y bryceana, que siempre es claro y funcional, pero no para contar lo mismo que sus modelos, sino como estrategias para referir un mundo jamás soñado por ellos: el de las juventudes de las elites conservadoras limeñas de las primeras décadas de este siglo, lleno de voces y conversaciones estruendosas, pero terriblemente, inenarrablemente, solitarias. No es una novela perfecta, pero de lejos exhibe la fluidez, la sensibilidad, y la inventiva de una escritora de veras.
La novela debut de Belinda Palacios, Niñagordita, explora la identidad, la presión social y la resiliencia. La historia se centra en Talía, que crece en los círculos elitistas pero conservadores de Lima, donde las apariencias y la estricta adhesión a las normas sociales dictan cada aspecto de la vida.
Talía está marcada por el peso del juicio, tanto externo como interno. Desde su familia hasta sus parejas románticas, las personas que la rodean le imponen un ideal de perfección inalcanzable, convirtiendo su existencia en una lucha constante por la aceptación. La novela profundiza en sus relaciones tóxicas con Felipe y Tomás, que explotan su vulnerabilidad y refuerzan las estructuras patriarcales.
Aunque la historia de Talía es en el contexto cultural de Lima, sus experiencias resuenan con las de incontables mujeres en todo el mundo que se enfrentan a luchas similares con su imagen personal, las expectativas sociales y relaciones marcadas por desequilibrios de poder.
La autora retrata los momentos más oscuros de la vida de Talía, sus sensaciones de inutilidad y autoculpabilidad. Sin embargo, entre el dolor, la novela ofrece también un mensaje de esperanza y empoderamiento. A medida que Talía comienza a recuperar su voz, la historia se transforma en un testimonio de la fuerza de las mujeres que se niegan a permitir que su pasado las defina.
Niñagordita es una historia de supervivencia y autodescubrimiento. Confronta las verdades incómodas sobre las normas sociales y el impacto que tienen en la salud mental. Esta es una novela que te hará reflexionar sobre las batallas de cada uno y la fortaleza que se necesita para liberarse de ellas.
“Niñagordita” duele. Es enfrentarte a un relato doloroso porque no puedes hacer nada por Talía. Quisieras salvarla mientras lees como la van despedazando, imparables, inmunes. Desgraciadamente relata una realidad, la de muchas mujeres, sobre todo jóvenes como Talía.
Talía tiene el autoestima rota. Esta hecha de pedacitos y tiene la falsa idea de que solo esos chicos pueden reconstruirla, a ella, a su felicidad, a su persona. Se silencia, se deja hacer por ese primer amor, la usa como quiere, le hace creer que la quiere solo cuando le interesa y Talí se va apagando… se siente sucia y abochornada por hacer eso que no quiso, pero no quería perderle… doblegada.
Pasa el tiempo, cree que ha encontrado el amor de verdad, y no es más que una relación de poder y control absoluto. Él la desprecia por vivir su sexualidad, por avivar su deseo. Le hace juicios sobre su cuerpo y su forma de vestir. Talí asiente, cambia. No puede perderlo. Cree que sólo él la va a querer. Y él solo la castiga. Una y otra vez.
Hay un patrón que se repite. Pero Talí ya no escucha aunque sus amigas le digan que si duele, ahí no es.
¿No ven que la están destrozando? Y en consecuencia ella se hace daño así misma. Llega un momento que la narración es angustiosa, sobre todo un capítulo que parece salido de una película de terror. Todo ha volado por los aires. Y ya no hay vuelta atrás. Todo está podrido.
Por suerte, al final podemos admirar a una Talía empoderada, segura de sí misma. Sabiendo que el relato anterior ha sucedido por personas podridas, porque ella no tuvo las herramientas que necesitaba para detectar a tiempo todo ese dolor. Sabe que no es merecedora de lo ocurrido. Ni ella ni ninguna más.
¿Sabéis eso de que “si duele no es amor” y que “no solo duelen los golpes”? Son la perfecta descripción de “Niñagordita”.
Este libro debería ser de lectura obligatoria en los colegios de todas las sociedades latinoamericanas, en donde aún imperan los prejuicios y costumbres que oprimen a las mujeres, en simultáneo con la exigencia de “ser sexys y liberadas”. Es una historia de dolor, desamor, humillaciones, abusos, pero también de crecimiento y aprendizaje. Las chicas reflejarán sus vidas en la de Talía y verán que no son las únicas en sentirse juzgadas y controladas por su apariencia. Entenderán que el afán de encajar en el entorno y de complacer al resto lleva a postergarse a sí misma, a humillarse, a no quererse. Comprenderán que existen depredadores que no tienen reparo en manipular, utilizar y hasta destruir a las presas más débiles que encuentran (y que deben aprender a detectarlos y apartarlos de su camino). Se convencerán de que las mujeres deben seguir luchando por su libertad y autonomía porque en nuestras sociedades, a pesar de todo lo avanzado, las mujeres aún son vulnerables. Y recomiendo a los padres leerlo también. Les mostrará que el mundo de los adolescentes es muy difícil, y que lo que necesitan en esa etapa es el amor incondicional de sus padres, expresado en sinceridad, acompañamiento, comprensión y confianza. Que las muestras de rebeldía son parte de la naturaleza (y quizás hasta necesarias, para hacerse adulto); que la disciplina dura es inconducente. Verán que los chicos mienten mucho (incluso los “buenos”) sí, pero entenderán que lo hacen para juntar las piezas del rompecabezas en el que se han convertido sus vidas al terminar su niñez.
Este libro se resume en cómo una excesiva dependencia emocional puede dañar relaciones y dañarnos a nosotros mismos. Cuenta la historia de Tali, una adolescente insegura de su cuerpo y en constante búsqueda de aceptación. Las dos relaciones que Talia tuvo en su adolescencia fueron ciclos tóxicos interminables que la iban destruyendo poco a poco.
En general no me gustó mucho el libro. Los personajes son muy planos, la redacción puede ser confusa y a veces me parecía irreal y exageradamente tóxico. El libro en sí es "pegajoso" y lo lees rápido. No me encantó, pero creo que me llevo un gran aprendizaje: la dependencia emocional excesiva daña y enferma. Muchas veces no puedes salir de ciclos tóxicos por tus propios miedos e inseguridades. Como seres humanos, debemos aprender quiénes nos suman en la vida y ser lo suficientemente fuertes para romper lazos con aquellas personas que solo restan.
Una historia que te va envolviendo en las relaciones tóxicas e inseguridades propias de la adolescencia. Te adentra en abusos y sometimientos de una forma muy sensorial, en el deseo de autoflagelación y de escape. Todo en un marco de una sociedad latinoamericana alta y esquiva a las desigualdades del propio entorno.
Me ha encantado como la autora logra mantener la tensión durante toda la novela. Logra además llevar a flote lugares y sensasiones que suelen quedar estancadas en la adolescencia.
Comencé a leer el libro con un poco de desconfianza en el personaje, tal vez sientiéndolo plano. Sin embargo conforme fui avanzando con la lectura, pude conectar profunademente con el personaje de Tali. Por momentos con ganas de abrazarla y por momentos con ganas de zarandearla.
3.5 ⭐ Niñagordita em va enganxar molt, però alhora em va deixar amb una sensació que no acaba de ser un llibre rodó. Es plantegen diversos temes com la pressió estètica, la salut mental, les relacions tòxiques i abusives, entre d'altres, però no s'aprofundeix en cap d'ells. La història, a més, s'explica mitjançant dos narradors, un en tercera persona i un en segona amb un llenguatge molt més directe, però a mi no em va quedar del tot clar el perquè d'aquesta diferència. He trobat a faltar saber molt més sobre les amigues de la Talía i que participessin més en la seva vida perquè són les amigues qui ens salven. Per acabar, vaig trobar el final era precipitat i que deixava massa portes sense tancar.
las consecuencias que provoca en una adolescente el asfixiante ambiente machista y conservador de la clase privilegiada limeña. Familias bien acomodadas, con casas de playa, que viven en los mejores barrios, que envían a sus hijos a colegios religiosos privados o a estudiar al extranjero, y que practican un catolicismo tan férreo que, por paradójico que resulte (los extremos se tocan, dicen) tiene mucho en común con el islamismo más radical. No hace falta que la mujer lleve un burka, igualmente se la cosifica, no se la escucha, se le niegan sus deseos o se la castiga por ellos. Reseña completa en http://canal-l.blogspot.com/
Increíble la prosa. La historia tiene una crudeza que duele, me pareció súper ingeniosa la forma en que está escrito.
Hace tiempo que deseaba leerlo, valió totalmente la pena comprarlo. Espero que la autora siga escribiendo, siga exponiendo lo que viven más mujeres en relaciones tóxicas y abusivas.
Me pareció un libro muy bonito, el personaje principal pasa por una serie de sucesos que la llevan a hundirse y darse cuenta de muchas cosas, demuestra que sanar es un proceso largo y difícil pero vale cada paso
Este libro tiene TODOS los trigger warnings que se te ocurran. Lo que me ha enfadado, uff. Apretaba las páginas sin querer de la rabia. Pero del mismo modo me ha encantado. Es muy buen libro, a pesar de que cueste pillarle el ritmo a la manera de escribir tan caótica. El final 🔥
Belinda Palacios escribe increíble. Nunca había leído sobre una relación de malos tratos tan bien retratada, tan real. Vamos, que tuve que dejarlo por un tiempo porque me daba ansiedad. Si estás en una época mala mejor no leas este libro.
Acompañar a Tali, la protagonista de “Niñagordita”, en su proceso de sanación ha sido un camino que agradezco haber recorrido.
Al leer el libro de Belinda Palacios he:
- Reído al reconocerme y reconocer a mis amistades en las diferentes situaciones y personajes - Rabiado al ser consciente del daño que hacemos y nos hacemos cuando tratamos encajar - Lagrimeado cuando me identifiqué tanto con Tali que sentía que sus dolores eran los míos
Pero, sobre todo, y de alguna manera, he entendido y he sanado. Gracias.
Recuerdo haber estado caminando por la FIL del 2022 en busca de algún tesoro escondido cuando de repente apareció en mi campo visual un título difícil de olvidar: “Niñagordita”. Esta combinación de palabras resonó en mi cabeza y tuve que leer inmediatamente la sinopsis. Una vez supe la trama del libro sabía que teníamos que discutirlo con el Club Matriarcadia.
Belinda Palacios nos sumerge en la historia de Talía, una jovencita llena de sueños pero también de inseguridades, miembro de una familia acomodada pero que no le presta la atención necesaria y con una vida amorosa llena de culpas, mensajes contradictorios y maltrato psicológico. ¿Podrá Tali salir de este infierno, o seguirá quemándose a fuego lento?
Esta es la historia de Tali, pero tranquilamente puede ser mi historia, o la tuya, o la de una conocida. En la discusión del Club Matriarcadia no hubo persona que no se sintiera identificada con la protagonista, o que conociera a alguien que hubiera pasado algo parecido.
Uno de los aspectos del libro que me fascinó es que se toca el tema del despertar sexual femenino (Sí, ese del que nadie quiere hablar porque las mujeres somos puras e inmaculadas <.<), un tema que parece incomodar mucho a la sociedad. Mientras que muchos bromeando con la masturbación en adolescentes varones: “Son muchachos, ya está en edad”, “Es normal”; a las jóvenes se nos deja con la mínima información, incluso se nos dice abiertamente que explorarse está mal, es pecado. La asquerosa doble moral de la sociedad peruana está en cada página de Niñagordita y es escalofriante observar como puede hundir a una persona lentamente, dejarla sin voz y armas para luchar.
A opinión personal este libro debería ser leído por todo adolescente para que tengan herramientas para detectar y defenderse del abuso, incluso puede ayudar a los chicos a identificar cuando están repitiendo patrones misóginos y romper por fin con ideas erróneas inculcadas por generaciones anteriores.
Espero le den una oportunidad al libro, en el Club el comentario unánime fue: “Hubiera querido leer este libro en mi adolescencia”.
Siempre es difícil opinar sobre una obra, y más si son los primeros pasos de un autor o autora en el mundo de la narrativa, y sin más criterio literario que el de mi subjetividad. #Niñagordita es una propuesta complicada. Pocos autores son capaces de transmitir tal cantidad de dolor explícito de forma brillante. Esta novela es un tsunami de dolor tremendamente arrollador. Es también un espeluznante retrato de clase. De todo lo podrido que hay en las clases más pudientes de la sociedad Limeña y de la violencia que supura de su falso puritanismo. Eso queda perfectamente plasmado tras las líneas de esta obra, escondido tras las heridas de la protagonista. Sin embargo, tras un buen inicio en el que se nos marca dos estilos de atacar los tiempos narrativos, y de una narración a modo de diario crudo, entramos en una reiteración de estilo y forma. Tras el primer golpe crudo de este tsunami, nos vemos atrapados, al igual que su protagonista, en una espiral de autodestrucción y narración explicita. Y allí recae mi principal problema: la inexistencia del subtexto y su reiteración me expulsan del libro. No me molesta su crudeza, sino la neutralidad de como se expone. Hay muchas virtudes en esta novela y, sin ser perfecta, apunta a un futuro brillante para la autora.