Si en 1867 Marx señalaba en El capital que el trabajo era una necesidad natural del ser humano, en 1883 su yerno Paul Lafargue se apresuró en vindicar un derecho a la pereza. Desde entonces, el trabajo ha constituido tanto la forma de vida como la dominación generalizada en las sociedades capitalistas, sin dejar siquiera una pausa para preguntarse si acaso la existencia continuaba más allá de la fábrica. «Hago películas para ocupar mi tiempo», escribió más tarde Marguerite Duras. «Si tuviera la fuerza de no hacer nada, no haría nada. Como no tengo la fuerza de no ocuparme de nada, hago películas», sentenció. Este ensayo recorre las tentativas de artistas y escritores que han criticado la ideología de la productividad y han defendido a ultranza la ociosidad y la pereza como forma de resistencia al gobierno de nuestras vidas. Desde sus obras, la inacción y la inoperancia constituyen la forma más alta de disidencia, en un cruce entre estética y política que no entiende de revoluciones, pero sí de la felicidad de los tiempos muertos. Un libro exquisito al alcance de todo lector que aspira a componer una teoría general de la vagancia.
Es escritor y profesor de Filosofía de la Cultura en la Universidad Complutense de Madrid. Se ha desempeñado como profesor de Estética y Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona y en BAU, Centro Universitario de Artes y Diseño, y ha sido investigador posdoctoral Margarita Salas en la Universidad de California-Riverside. Su trabajo se centra en las poéticas de la inoperancia, el rechazo del trabajo y las políticas del deseo en el marco de una crítica a la subjetividad neoliberal, con especial atención a la teoría de los afectos y la filosofía francesa contemporánea. Entre sus publicaciones destacan los ensayos Giorgio Agamben: política sin obra (2020), Metafísica de la pereza (2022) y Suely Rolnik. Descolonizar el inconsciente (2024).
Buscando coartadas intelectuales para mi natural inclinación hacia la pereza, la inacción, la contemplación, el pasmo, el vagabundeo, la renuncia, el devaneo, etc. me colé en esta fiesta, divertida e ingeniosa. No estoy seguro de haber comprendido en ocasiones la frustrante jerga utilizada, sin embargo lo que sí he podido entender me dio más o menos lo que buscaba. No posee la hondura suficiente como para eregir sobre ello una postura vital permanente, al menos así me lo parece, y no obstante, abre espacios de intriga y poesía. Estoy más de acuerdo en su diagnóstico de los síntomas y males que en los remedios propuestos, por mucho que una parte de mí aplauda desde la distancia el atrevimiento.
Como los videoclips de “Un verano sin ti” o comerse un tarta con gusto. 150 páginas disfrutonas sobre cómo vivir y bloquear la rueda de hámster o en palabras de Juan, el coladero (frenético). Ojalá lo leáis y veáis lo enfermos que estamos e intentemos, urgente y diariamente, erradicarlo.
tinc la sensació que si no m’hagués fet tanta mandra començar-lo fa uns tres anys quan me’l vaig comprar no m’hagués semblat tant repetitiu d’un discurs amb el qual estic d’acord però ja se’m fa conegut i se siente com quan tornaves a fer el past continuous a 1r de batx
Fantàstic llibre que combina l'assaig i la lectura d'algunes obres d'art i textos de filosofia amb apunts personals de l'autor que exemplifiquen la situació precària (tant econòmica, com laboral i mental) a la qual està avessada la juventut. El ritme frenètic del primer capítol per explicar l'autoexplotació a cop de 'you better work bitch' de la Britney Spears mereix tota la vostra atenció.
Mi cansancio es una región poblada de furia y de vergüenza, de ademanes bulímicos y de optimismo cruel, y pienso mucho en cómo será el de los demás, cómo serán sus vértebras, cómo el tejido invisible que sostiene su productividad, ese destello salvaje en los ojos. La fatiga no tiene, así, nada de casual: antes bien, es estructural — condición de posibilidad del ser neoliberal— y singular —pues cada vida expresa a su modo su cansancio—. Como estructura, el cansancio ha de ser a la vez obviado y requerido; como vivencia personal singular, habría de ser traído a la conciencia, verbalizado y no silenciado. Pero somos conminados a sostenernos en lo que nos destruye, vivimos contra el cansancio. El cansancio vive contra nosotros. ... No sé si el espacio guardará el hueco de mi cuerpo con tanta lealtad como yo guardo los gestos con que mi cuerpo demoraba en el espacio. Una casa es un hábito, y como todo hábito se compone de repeticiones, de repeticiones de gestos. Así podría verse: una casa es un baile. Al menos, una casa sienta las condiciones para una serie definida de coreografías. ... En este sentido, la huelga no está del lado del poder, sino del lado de la potencia: no del lado de la eficacia, sino del lado de la posibilidad. La huelga libera un cuerpo de los fines a que se somete y hace de él, de nuevo, un puro medio, un medio sin fin: un respirador, una oportunidad para la música. ... Ser feliz significa poder percibirse sin horror.
¿Un texto que reivindica el derecho al descanso en la vorágine de una sociedad capitalista que nos engulle? Tienes toda mi atención 🤚
Arranque y cierre sublimes. El libro transita por el contenido con dosis de humor muy características de su autor —al menos si has tenido ocasión de escucharle o leerle en entrevistas. Si que es cierto que la pomposidad del lenguaje me ha hecho bajar la guardia e incluso perder la atención en ciertos tramos intermedios. He despertado con la jarana final.
Si eres alguien como yo, hasta la coronilla de habernos convertido en máquinas (auto)explotadas y sin energía para lo que realmente importa, este texto te ofrece una plenitud de motivos para reafirmarte en tu rechazo al sistema. Vivimos en una entrega irracional y automatizada al mundo productivo que, sin duda, nos tiene adormecidos o narcotizados —es la única razón que encuentro para no haber integrado ya los fundamentos de este libro en el diálogo y la reivindicación social. Deberíamos haber llegado a estas conclusiones por nosotros mismos.
Bellísimo libro. Un amigo me lo ha enviado por correo, ha sido un amable atardecer leerlo, un amarillear con el otoño, una caída con gracia. Lo recomiendo muchísimo, háganse un favor y dejen todo mañana lo que pueden hacer hoy.
Muy guay este ensayo sobre el no hacer. Entras de lleno con Britney Spears y acabas en una fiesta libidinal y antiproductiva muy de posmos locos que eso es a lo que venimos. Me hubiera gustado subrayarlo mucho pero no he podido que era prestado.
Hay dos frases, tremendas, que tardaré en olvidar. "La convivencia más intensa es una codurmencia". "Ser feliz significa poder percibirse sin horror" :'(
además de haber leído este libro he podido hacerlo mientras el autor me daba clase y una de las claves (creo que sin querer) para entender la intención de este libro: no es una tesis sobre la pereza. es un cuadro sobre ella
Quería que me gustara más, de hecho no empezó mal, terminó siendo un libro muy del género típico, de ensayo de closet académico repetidón sin alma, aunque muchas de sus referencias sí la tenga, sea interesante la sección de bibliografía, no termina por decir las cosas en una forma poderosa, ni rearticularla ni contiene algo muy original, al final terminas cansado y con pereza, no en un buen sentido.... ese de aviento un título y cómpramelo lector, tú por tu cuenta y con todas las citas que te embarro haz mi teoría, ni tampoco con esas salidas de tono que van desde el artículo average de humanidades a intimidades banales con las cuales difícil conectas,,,, lo del editor encontrando el manuscrito en una boya forzado, lo de la relación con britney también como un viejo bait publicitario a la gen x, miren, se leer los productos culturales y explicartelos con teoría, FALTÓ TOMAR MÁS RIESGOS, como que no hay nada que convenza a leerlo como index o como referente original. me duele decir esto, quisiera recomendarlo aún así! siento que se viene una ola lucrativa de libros antikapitalistas, antineoliberales, pero que son callejones sin salida medio estériles, pecan de citas, poco de experiencia, refs típocos de mark fisherbergggg, byung chul han, jonathan crary, laval, etcetc que si quiso aliviar al lector de los males? un libro práctico terapéutico, meh, al inicio lo logró, al final entremezcló escritos de toros lados y perdió su capacidad incisiva, que si la politización del cansancio, que si renunciar al heroísmo con la incompetencia, la vacación luego de hartarse de ser quien se es, el anonimato y tal, la decreación reducir la obra al proyecto, la potencia, práctica destituyente de las ambiciones situadas en el espectador, desestabilizar la noción de obra, lo infraleve" "la repetición y martha rosler, creatividad, sueño y confesión, los excedentes derrideanos, la huelga como deconstrucción, suspender la norma de lectura, el devaneo, la fiesta algo parecido, derroche zzzz muy repetido, sigue siendo muy coach al ser anticoach, no se si me explico?
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Me interesa mucho el tema de la improductividad y hacer el vago. Dejar en pausa la mirada productiva (sacar provecho a todo) y la necesidad constante de ser útil y necesitar serlo para a partir de ello ser reconocido. Son muchísimos los esfuerzos que hacemos para ser puestos en valor por los demás, entendiendo que "el valor" está inscrito en una lógica de producción que podría resultar interminable. Siempre se pueden hacer más cosas.
Aún así me preguntó hasta qué punto las reflexiones de este libro están situadas en posiciones de privilegio donde la persona se puede dar por fin el gusto de no hacer nada. Me asusta un poco (y no digo que este libro se dirija hacia eso, ni mucho menos) que el manifiesto por la pereza resulte en inmovilización o en discurso del autocuidado y convencimiento de que el yo es la entidad más importante.
Por un contexto en el que se alabe el descanso, el jolgorio, la inutilidad y las personas que dejamos las cosas para mañana. Un abrazo gente vaga, nos necesitamos como referentes más allá de modelos que no paran de producir cosas.
Es un buen libro que, desde mi punto de vista, no mantiene todo el interés que despierta al inicio.
Empieza conjugando humor, inteligencia y una idea clara. Sin embargo, con el paso de las páginas se hace más arduo, la inteligencia se convierte académica (lo cual no tiene por qué ser malo, pero sí es anti-pereza), y la idea se dispersa.
Tiene un buen cierre y, en general, me parece un libro muy válido, con toques originales y que se hace llevadero en su discurso metafísico en torno a la pereza.
Lástima que no mantenga la brillantez con la que empieza, esa es mi mayor pega.
Solo espero que de una vez reduzcan la jornada laboral. Nos están robando la vida. Trabajar 8h diarias es maltrato y el precio que cobramos no llega para vivir. Alguien tiene que parar esto.
Este libro es una delicia, comparado con “no seas tu mismo” mucho más bello e interesante. Sin tanto ego ni ornamento. He disfrutado muchísimo de cada capitulito aunque me he perdido con la jerga en algunas páginas.
"El cansancio del cuerpo viene aquí a tumbarnos con el ímpetu del bostezo y el temblor de los párpados; no es una caída de la energía o un dolor que se tiene y ha de calmarse, sino una pasión que acontece, el momento en que mi cuerpo sigue sus propias ideas (cf. Barthes, 1973:30), unas ideas que mi yo más competitivo jamás acogería, porque constituyen su íntima amenaza."
Un ensayo que combina una fina reflexión filosófica con una redacción poética. Recorre temáticas reivindicativas sobre la necesidad de la detención de la lógica de consumo y consumación permanente del capitalismo.
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