Estos relatos de Fernanda Trías puntean algunas notas del presente, o tal vez de todos los presentes; la soledad, la violencia, el dolor, los quiebres, la enfermedad, los destiempos. Pero hay en ellos un más allá de los "temas" donde habita un deseo de escribir y su réplica, el deseo de seguir leyendo.
Son cuentos largos, tensos, de violencias contenidas y situaciones amargas, narrados, en general, por voces de mujeres excluidas: de un triángulo amoroso, de un vínculo maternal antes declinado o del trabajo indigno que nunca joven migrante pobre encara en una gran ciudad. Varios son relatos que impulsan algún tipo de vida mientras otros grupo de historias alternan con la muerte: un sepulturero que dice estar tranquilo con ella o un grupo de desconocidos que se aglutinan para sostener la memoria de sus muertos en una especie de comunidad sacrificial y autodestructiva.
Un límite que es fuego, desgracia, ruina pero también escritura que sigue en un cuaderno y no se sabe dónde va a parar. En medio de esas batallas piadosas, Trías compone escenas imborrables con lenguajes bellamente afilados. El título No soñarás flores aproxima el grito de una referencia imposible; detrás de él podremos amarrar seguros nuestro paciente desconcierto de lectores.
Fernanda Trías (Montevideo, 12 de octubre de 1976) es una escritora uruguaya. Es profesora de inglés y traductora certificada.
Fernanda Trías is a Uruguayan writer. She was born in Montevideo in 1976. She is the author of three novels and two short story collections. In 2004 she won a Unesco scholarship to write in Camac, an artists’ residence in Marnay-sur-Seine. She lived for five years in the medieval village of Provins and a few months in London. She spent one year in Berlin and two years in Buenos Aires. Trías earned a Master’s degree in creative writing from New York University and was disciple of the Uruguayan writer Mario Levrero. She integrated anthologies of new narrative in Colombia, the United States, Uruguay, Peru, Germany (Neues vom Fluss: Junge Literatur aus Argentinien, Uruguay und Paraguay, 2010) and UK (Uruguayan Women Writers, 2012). Her novel Rooftop (La azotea, 2001) was selected among the best books of the year by the El País Cultural Supplement, and won the third prize of edited narrative of the Uruguayan National Literature Prize (2002). In 2006 she received the BankBoston Foundation Prize for National Culture. She was one of the “Voices for the New Millennium”, organized by Cornell University in 2013. She currently lectures in Creative Writing at the Universidad de los Andes in Bogotá, Colombia. Her most recent novel Mugre Rosa (Pink Slime) has just come out in Uruguay (2020).
"Fernanda Trías recoge en sus relatos un conjunto de mujeres marcadas. Personas con cicatrices que a fuerza de ser cotidianas pueden haberse normalizado en nuestra vida, pero cuyo filo morado que siempre está ahí, visible. Quizás en esa normalidad hemos dejado de ver su tragedia, escondida en rutinas, y, sin embargo, no dejan de ser lastres con los que día a día nos dolemos. Una piel muerta con la que jugamos y que deja en ridículo el oportunismo del lema heroico actual: así somos y vivimos y no hay grandeza más que la de la supervivencia. No hay que avergonzarse de la mácula, porque no sólo valen los guerreros, ni los más fuertes, ni los más resilientes. También hay cierta sátira en la farsa social que ignora los problemas de los protagonistas, como si fueran casos aislados, marginados, seres al borde, pero ¿lo son? No, en absoluto.
Trías una vez más nos presenta la enfermedad y la herida sin pedir perdón, recordándonos su existencia. En ello sus personajes no pierden humanidad ni dignidad. Por el contrario, sus mujeres, y también algunos hombres, ganan en realidad y autenticidad, al tiempo que juegan entre ellos con un anhelo de cura y entidad." Laura Franco
Buenos cuentos en los que se captan fragmentos de vida y partir de ellos se logra vislumbrar una historia apenas sugerida. No hay golpes de efecto ni personajes que destaquen por algún rasgo particular. Hay momentos, sensibilidades, en general rodeadas de una melancolía que flota en el aire y que acaso esté acicateada por la soledad. Trías escribe muy bien, no hay ningún cuento que "rompa todo", pero los hay muy buenos. Mis preferidos: "Último verano", "La medida de mi amor" y especialmente "La muñeca de papel".
Fernanda escribe muy bien. El problema es que a los cuentos les falta pasión, les falta el golpe. No sé ,algunos creo que me aburrieron. Tampoco hay humor, entonces muchas veces el tedio está ahi solo sin nada que lo aleje. Me gustaria leer mugre rosa
Hay un no sé qué en este libro que me cautivó. El relato que le da nombre y “Anatomía de un cuento” son increíbles. El resto es una combinación entre historias muy buenas y otras que no terminaron de atraparme; incluso me dieron ganas de releerme “La azotea”. El exilio, el amor, el desamor y, adivinen qué: la condición humana!!!! lo que más me encanta en un escrito. No sé, es un tema tan universal, pero no todo el mundo sabe captarlo. Aquí encontré mucho de eso.
Adoro cuando mi intuición está correcta porque últimamente ando muy cauteloso con lo que compro; la plata no está para tirarla. Afortunadamente, este libro me gustó mucho. Trias crea ambientes que oscilan entre lo tranquilo y lo asfixiante, donde en realidad no hay nada terrorífico ocurriendo… o sí: la vida misma.
Con la prosa que destaca a Fernanda Trías como una voz fundamental para la narrativa latinoamericana actual, este libro de ocho cuentos profundiza los vericuetos de las relaciones humanas, lo desgarradoras e insondables que pueden llegar a ser. Entre las páginas de este libro se descubre el carácter errante de Fernanda, que ya no es turista sino una habitante de cada uno de los lugares que recorre.
“Pero todo cansa, o no? Hasta la felicidad cansa.”
“Todo mundo mentía, hasta ella. Si revisaba lo suficiente, todo el mundo era culpable.”
“Aún no entendía que el deseo era una mentira, un invento demasiado nuevo.”
“El pasado está encima; se carga con él o no, pero no puede dejarse a un lado.”
#bookquotes
Ocho cuentos protagonizados por mujeres principalmente. Que aunque podrían ser muchos los puntos que tienen en común, son probablemente dos los predominantes: la perdida y lo roto de sus existencias. Estos personajes van a vivir y respirar el fracaso, pero también el cambio. Lejos de estar en un lugar cómodo, pero en el muchas ya se han acostumbrado a habitar.
Muchas ganas de llegar a Fernanda desde hace tiempo y sin duda valió la pena la espera. Cómo se podría decir? Fue algo como por fin haber llegado a una cita con un crush de hace muchas lunas, en donde la experiencia no fue la mejor pero en dónde se sabe que la cosa terminará en boda. El talento de Trías se siente en cada coma, no se puede esperar para llegar a una de sus novelas
"Volver a empezar. Levantarse de las cenizas. Arrancar de cero. Nos han hecho creer que hay algo heroico en ese empecinamiento. (...), como si el pasado quedara en alguna parte, como si fuera un lugar del que se puede entrar y salir y no una condena tan presente como ese árbol que veo por la ventana y que hoy mismo podría caerme encima. El pasado está encima; se carga con él o no, pero no puede dejarse a un lado."
Me siento decepcionado 😥. Casi todos los cuentos comparten el mismo tono, los mismos registros y hasta los mismos temas (la muerte, las relaciones amorosas/ de amistad y los tránsitos). Me sorprende que la autora no haya jugado con los formatos ni ido más allá en profundidad. No terminó encantándome la abstracción. Quizá solo esa melancolía cortazariana es lo que lo salva un poquito a todo el compendio. También la galería de personajes al borde. Nada más.
La simpleza de la prosa puede calar profundamente sin aspavientos. Estos cuentos narran dolores escondidos, miedos, rabia, culpa y que son, al final, un retrato de la vida de cualquiera persona.
Siempre me asombra cuando la “ficción” es un retrato vívido de la vida misma y creo que por eso me gusta el estilo de Fernanda Trías, pues no se disculpa ni justifica a sus personajes, sino que los muestra tal y como son.
En este libro Fernanda nos presenta ocho historias que considero tienen por eje central el tema de la pérdida. En "No soñarás flores" -el primer relato que es también el nombre de la antología- habla por el ejemplo de la muerte de un ser querido, de cómo se afronta el fallecimiento, de cómo los otros afrontan sus propias pérdidas; habla del recuerdo y del olvido, que es también una forma de perder al otro. Esta particularmente me pareció una historia muy fuerte por la reflexión que dejó en mí: la muerte llega inexorable y buscamos formas de reemplazar lo que nos ha arrebatado. Otra historia que habla directamente de la muerte es la titulada "Inzúa" en la que se narra la labor de un sepulturero, la mano derecha de quien se lleva la vida. Una cita de esta historia: "la muerte es la única carrera que nadie quiere ganar, la única en la que todos quieren salir de últimos. Pero el reloj algún día se para (...) el reloj se detiene para todo el mundo (...) si hacés silencio, vas a escuchar el tic tac del tuyo". Estas dos fueron mis historias favoritas.
En los otros relatos, la pérdida toma otras formas: se pierde el amor filial; se pierden los vínculos amorosos; se pierden las amistades; se pierden ciertas formas de sentir. Frente a tantas marchas irrenunciables, una consideración proveniente del penúltimo relato, titulado: N- Astoria-Ditmars": "La manera de acostumbrarte a tanta pérdida es renunciando de antemano". Lindo libro. 3.7
Después de mirar este libro en todas las ferias y librerías con cariño durante días, mi papá me lo regaló poco antes de las fiestas y lo leí con muchísimas ganas. Además, me lo habían recomendado y todo y bueno, nada, tenía que leerlo. Ya saben cómo es eso de tener que leer cosas.
No estaba errada. Los relatos que encontré me llenaron el pecho de cosas movedizas y angustiantes, pero también me maravillaron con sus construcciones. En unos cuantos es imposible desprenderse del aire a melancolía y exilio, que llena todos los espacios. Los protagonistas de estos relatos están siempre fuera de lugar, como si no pertenecieran al mundo que habitan. Quizás es la distancia entre estos y lo que sucede lo que hace que se sienta esa extrañeza al leer, aunque lo que se cuente sea cotidiano.
No siempre lo que se cuenta es cotidiano, a veces se extiende en ese plano pero se estira hasta rozar las fronteras de lo extraño y lo siniestro, como en los últimos relatos. Terminé de leer con una cierta angustia que no sabría explicar del todo. Sin embargo, eso, valió la pena. La prosa es excelente y sabe lo que hace. Súper recomendado.
La escritura de Fernanda me catapulta a muchas, demasiadas, cosas que me resuenan. Que me persiguen, sería más acertado decir.
Y no porque sea uruguaya y escriba desde la distancia. Y no porque hable de pérdidas y de exilios y pertenencias.
Y sí, un poco sí.
Exploraciones diversas en torno a la pérdida. De una persona, de una relación, de un país, de un rol (de madre/hija/amiga), de una idealización del propio yo.
«Hay presencias enormes», escribe Fernanda. Y en los ocho relatos que conforman esta pieza de dolor que es este libro; hay ausencias muy presentes, aplastantes. Y un pasado acechante. Muñecos de papel y pegamento, que nos traigan de nuevo a nuestros muertos. Que para algo son nuestros, digo yo. Inconfundible asfixia la que, en más de una ocasión, transmite Trías cuando escribe.
En sus personajes también subyace el conflicto de la identidad que se juega en la pérdida. ¿Qué queda de nosotros, entonces? ¿En quién, otro, nos transforma la pérdida?
Fernanda es ya, para mí, una magnífica constructora del relato. "La azotea" y "No soñarás flores", obligan a la relectura y también al encuentro, por qué no, de una conversación.
Buena antología. De ocho relatos, a seis les doy un sobresaliente y dos me han parecido más flojitos. La autora tiene una narrativa poderosa, sobre todo en su aspecto visual. En muchas escenas me pareció estar viendo una película (una buena película argentina, por ejemplo... Aunque no quiero confundir: la autora es uruguaya). Las escenas de este tipo fueron mis favoritas. Hay buenos personajes también y alguna situación extraña que se vuelve verosímil gracias a un estilo fluido y fácil de leer. De hecho, sí... Fernanda Trías es mejor cuando construye un texto "fácil" que cuando hace experimentos con las estructuras o los narradores.
Me gusta el mapa que dibujan estos cuentos. Son mapas a través de la vida de mujeres, Nueva York, Montevideo, Buenos Aires, un pequeño pueblo de verano en Francia. Así como traza hitos geográficos, hay trazos de experiencias. La muerte, el abandono, el amor, las mudanzas, la renuncia, el padre, las amigas, el trabajo, las despedidas. Aparecen imágenes constantes de metros, trenes, vías, carreteras, desplazamientos. Ese ritmo geográfico marca un pulso de pérdida, de no pertenencia, errancia, oportunidad de equívocos, bares, estacionamientos, enfermos, viejos. Me ha interesado este libro por su transparencia. No quiere impresionar, es lo que es, la vida misma que pasa, la vida sobre un tren quizás a ninguna parte.
Estaba entre ponerle 3 o 4 estrellas, es que a mí parecer a estos cuentos les falta "algo" y a la vez no. Es como querer que en nuestro día a día suceda algo extraordinario y no siempre es así. Estos cuentos son sobre eventos importantes en los que realmente no sucede nada extraordinario pero que aún así te cambian la vida. Tuve que ponerle 4 estrellas porque no puedo negar que la escritura de la autora es muy buena.
Voces femeninas que transitan la soledad, el duelo y el desarraigo, no buscando consuelo o redención, si no como invitación a habitar nuestras cicatrices. Leí por ahí que si el Otoño fuera un libro, sería este, no podría estar más de acuerdo.
Pero no anestesia la realidad. Digamos que el primer relato de los ocho arranca con la juventud, esa libertad desatada, y la angustia que se mantiene en alguna parte no sé por qué. Es un verano que parece primavera y todo recuerda a las flores. Estamos en la plena vida, y todo puede ser eterno. Para siempre.
Segundo libro que leo de esta autora. Me gustaron sus cuentos cortos, variados, sencillos y a la vez profundos. Creo que voy a ir por más de sus obras.
. Si el otoño fuese un libro sería sin duda #nosoñarásflores de #fernandatrías. en cada una de sus páginas árboles caducos van desprendiendose de los recuerdos del verano y se transforman por alquimia literaria en ocho maravillosos cuentos. Y si este libro fuese un color sería ocre porque así ven la vida las mujeres que habitan sus páginas... Decadencia, hastío, tristeza es el rastro que va dejando #nosoñarásflores que por instantes me trasladaba a la sonata de otoño de valle-inclán volviéndome a encontrar con Concha vagando perdida en su palacio. Cuentos que "tienen algo de jardín encantado [...] de casa de muñecas. Excepto porque al otro lado del muro se alzaban las dos enormes chimeneas de la central nuclear." . Todos los personajes de #nosoñarásflores se encuentran dentro de un gran impasse. En un estado de parálisis emocional conviven con un miedo que les impide continuar " este es el comienzo de un cuento que nunca voy a terminar. lo sé porque nunca termino lo que empiezo." no esperan nada porque "la manera de acostumbrarse a tanta pérdida es renunciando de antemano." . Si con #laazotea #fernandatrias consiguió crear esa atmósfera oprimida y asfixiante donde la vida se convierte en algo agonizante en #nosoñarásflores vuelve a recrear esos ambientes lúgubres, nocturnos, fríos... Un nivel que avanza más allá de cuando tocas fondo. No hay impulso suficiente para que estos personajes puedan volver a la superficie que buscan "un detalle que les ayude a perdonarse". . Es difícil decantarse por un solo cuento así que estos tres serían mis favoritos : N Astoria - Dimart quizá porque yo también me pregunto por qué el metro va tan lento por las noches... La medida de mi amor porque el amor o el odio no se piensan, se sienten y La muñeca de flores porque elegir es renunciar a su vez...
“No soñarás flores” es una colección de relatos que se caracteriza por la melancolía que predomina en la construcción de sus estructuras y de sus personajes, que parecen derrotados por las circunstancias de la vida. A diferencia de otras publicaciones que he leído de la autora, las historias de este libro no me resultaron tan poéticas, pero sí introspectivas, pues parecen ofrecer un conflicto externo, pero, en realidad, este se encuentra en el interior de cada protagonista.
En cuanto a los cuentos en sí, los que más me gustaron fueron “Inzúa”, “N Astorio-Ditmars” y “Anatomía de un cuento”. De todas formas, creo que vale la pena leerlos todos.
Le pongo tres estrellas porque si bien disfruté su lectura, me quedo con la sensación de que los cuentos no me ofrecen nada realmente nuevo (salvo “Inzúa”, mi favorita, de lejos) y me pregunto hasta qué punto es atractiva una autora que sabe generar atmósferas, pero que exprime sensaciones y temas hasta parecer que se está leyendo el mismo libro una y otra vez. O, en todo caso, se sigue al mismo personaje repitiendo experiencias y emociones en contextos narrativos que, al final, no son tan diferentes unos de otros.
Buena prosa. La autora sabe transmitir los sentimientos más profundos de los personajes de manera magistral. Sin embargo, a un cuento le pido más. Le pido que me enganche. El libro es desigual, lo cual suele pasar con los libros de relatos. Es muy difícil mantener el nivel. Particularmente, me pesan los relatos largos a menos que haya una trama muy concreta. Estos son relatos muy introspectivos, lúgubres, psicológicos. Están hermosamente escritos pero un tipo de prosa así, a mi juicio, pide menos número de palabras. Sino, el mismo cuento se torna aburrido. Sin duda, es una buena escritora. Como último asunto, el hablar rioplatense, siéndolo yo también, se me hace duro. Demasiado cercano. Pero esa es una apreciación personal. La autora no tiene la culpa.
Entré en las mistica de este libro por el fragmento del olor de su padre. Fue uno de esos libros que lees para llegar a la pagina que te hace entender por completo los 'porqués' de la frase que te trajo en un principio.
Me encontré con historias muy diversas, hasta el punto que costaba seguirles el paso, pero que a la vez hacían muy fácil el dejarte arrastrar a través de las paginas.
Y finalmente el ultimo capitulo que fue por el cual entre, no fue mi favorito sino "Inzùa". Que muestra una especie de teléfono descompuesto muy informativo entre personas y un sepulturero. Esa caminata poética por el camino de la muerte sin duda me capturo.
Fernanda Trías sin duda es una de las justificaciones de porque la literatura uruguaya merece ser celebrada.
8 cuentos sobre dilemas humanos profundos; sobre las cuestiones que a menudo recorren nuestra cabeza pero les ponemos constante resistencia.
Los personajes son complejos y misteriosos, pero a la vez tan comunes como quien podría ser tu vecino o tu mejor amigo. Las intimidades de las escenas son reveladoras sobre las situaciones que despiertan los sentimientos más viscerales. Duelo, pérdida, desamor, frustración, desilusión, abandono, rechazo.
Recomiendo dejar un espacio entre cuento y cuento para que no resulte tan abrupto el cambio y la particularidad de cada uno se pueda procesar con tranquilidad.