Es bastante simple, de verdad, una vez que llegas al centro de lo que se necesita para detener una adicción al juego. El jugador problemático o compulsivo primero tiene que desear auténticamente dejar de jugar. Es más fácil decirlo que hacerlo. Muchos jugadores con problemas pasan años sin darse cuenta de eso.
Cuando y si lo hacen, con frecuencia es solo un deseo fugaz y no lo suficientemente importante como para que tomen medidas. Ese es el segundo requisito básico para dejar de tienes que pasar por el arduo trabajo que requerirá vencer tu adicción.