El periodista Diego Carcedo, premio Espasa de Ensayo por Entre Bestias y Héroes, ahonda en la heroica peripecia de dos diplomáticos, el español Eduardo Propper de Callejón y el portugués Aristides de Sousa Mendes, ambos cónsules en Burdeos durante la II Guerra Mundial.
Este libro es una auténtica encrucijada en la que se dan cita el ritmo de una interesante novela, la mejor divulgación histórica y una necesaria investigación periodística. De la mano de un periodista español anónimo, al que su periódico de Madrid envía como corresponsal a Burdeos a principios del verano de 1940, el lector se sumerge en una ciudad tomada por miles de personas huyendo caóticamente del avance nazi.
En esa turbamulta, los judíos encontraron dos inesperados aliados en los cónsules de España y Portugal quienes, anteponiendo sus principios a los dictados de sus respectivos gobiernos, el de Franco en Madrid y el de Salazar en Lisboa, se dedicaron incansablemente a facilitar la huida de miles de judíos. En ese momento, su actuación les acarreó duras consecuencias personales. La posteridad, sin embargo, honra su memoria.
Una extraordinaria novela histórica ambientada en la Segunda Guerra Mundial, que nos cuenta una historia casi olvidada de la que me he quedado prendada. RESEÑA COMPLETA: https://atrapadaenunashojasdepapel.bl...
Los dos cónsules nos recuerda que muchas buenas personas trataron de ayudar a gente desesperada durante la Segunda Guerra Mundial y, como en este caso, su reconocimiento fue tardío o, incluso, sus actos desconocidos para la mayoría.
Nos encontramos en Burdeos, tras la invasión de París por el III Reich, y la ciudad es un completo caos: el gobierno francés se ha trasladado allí para deliberar, los nazis comienzan a llegar a la zona, los consulados cierran sin conceder visados y las primeras detenciones de judíos y españoles republicanos (huidos, estos, a Francia tras la Guerra Civil española) no se hacen esperar. Pero, de entre toda esta marabunta, el cónsul de Portugal, Aristides de Sousa Mendes, y el de España, Eduardo Propper de Callejón, deciden desoír las órdenes de sus respectivos gobiernos y empiezan a emitir visados a todo el que lo solicite y así tratar de salvar todas las vidas posibles. Al mismo tiempo, un periodista español vivirá esa situación en la ciudad y sufrirá las consecuencias, al igual que los cónsules, de no compartir con su periódico los ideales del nacionalsocialismo.
Esta novela es una magnífica mirada al pasado. Un nuevo recuerdo de lo que fueron aquellos primeros años de la Segunda Guerra Mundial y el horror que vivieron todos los exiliados que huían de sus países de origen para encontrar una vida mejor en América. Diego Carcedo nos hace sentir parte de la historia, como si realmente estuviéramos allí en ese momento y nos faltase el aire mientras los dos cónsules firmaban, una y otra vez, visados para las miles de personas que pasaban por allí. A parte, está esa otra mirada del periodista y sus pesares por los ideales franquistas y contra los republicanos exiliados; el resultado de la Guerra Civil española también queda bien reflejado en la novela y nos sirve de recordatorio de cómo se vivieron aquellos terribles años.
Existen diversos narradores: en primera persona, siendo el periodista enviado desde Madrid; en tercera, acompañando a los dos cónsules y, luego, un omnisciente que nos introduce en aquellos momentos históricos relevantes para situarnos cronológicamente. La lectura es fluida y el vocabulario apto para cualquiera.
Además, la obra viene acompañada de contenido fotográfico para demostrar todo lo que allí se vivió.
Mi más sincero agradecimiento por lo que Aristides de Sousa Mendes y Eduardo Propper de Callejón hicieron por las más de 30 000 persona que recibieron sus visados. Como se menciona en el libro, si ya intentas salvar a un ser humano, estás salvando al Mundo entero.
Este es un libro para conocer la biografía de los dos cónsules y plantearse un dilema ético: ante una injusticia, ¿saltarse las normas o seguirlas a rajatabla?
No es un libro pretencioso. La forma me resulta típica de los periodistas que deciden escribir: descripciones sencillas, explicativas a veces en exceso, sin apenas implícitos. Poco queda al misterio, a la imaginación y a la indagación del lector. En cuanto al contenido, el tratamiento de la IIGM es muy divulgativo: se quedará pequeño para personas con gran conocimiento de la historia.
Me disgustó, sin embargo, la superficialidad del dato escogido (en dos ocasiones, además) como colofón de la novela: que Eduardo Propper de Callejón no llegara a conocer la carrera artística de su hoy famosa nieta. Decidir incluir con calzador esa "tragedia" de un señor fallecido a los 77 años, incluso como "fun fact" amable, resta justicia y seriedad a las tragedias de las familias judías que el autor había venido describiendo.
En cualquier caso, ha sido un buen acercamiento a las biografías de dos Justos entre las Naciones.
Es una lástima, pero creo que el autor no ha sacado todo el partido que de viera a dos personas tan interesantes como Propper de Callejón y Arístides de Sousa. La novela se queda en la superficie, sin adentrarse en las motivaciones de sus actos más allá de algunas obviedades. Tampoco entiendo bien la función de los capítulos protagonizados por el periodista español. Supongo que pretendía ser el hilo que permitiese recorrer las vidas de los protagonistas hasta sus respectivos finales. Pienso que no ha cumplido su función. En fin, una oportunidad perdida de bucear en las decisiones humanas, en el peso de la conciencia y en las consecuencias de los propios actos. También en el horror, claro, y en el miedo.
Una historia para constatar los esfuerzos de dos diplomáticos para ayudar a gentes que huían de los nazis en la zona de Burdeos para pasar a España y Portugal. Interesante.