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Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel
En octubre de 2019, durante el estallido social en Chile, las calles se llenaron de pintadas con el rostro de Pedro Lemebel. Fallecido en 2015, su figura, a la vez altiva y martirizada, provocadora y dramática, permanecía en el imaginario como uno de los símbolos más vibrantes de la rebelión y la furia, alcanzando niveles de devoción inusuales para un escritor. Lemebel fue un niño pobre en una barriada pobre, el hijo consentido de su madre, el maricón del que todos se burlaban, la loca golosa que recorría el centro de Santiago en busca de sexo, el profesor de liceo que se vestía de manera extravagante, el artista brutal de las Yeguas del Apocalipsis, el orfebre de un lenguaje propio, el cronista de éxito, el terror de las ferias literarias, el superventas de taco alto. Las distintas facetas de la vida de uno de los autores más populares de Chile son complejas, a menudo contradictorias, casi siempre extremas. A través de una intensa investigación y decenas de testimonios de quienes lo conocieron, el periodista Óscar Contardo retrata, con la solidez elegante e incisiva de su mirada y de su prosa, a un hombre cuya metamorfosis –de la pobreza al reconocimiento internacional– resulta impresionante. Loca fuerte no narra la historia de un mito, sino la de un hombre complejo, a veces tierno, siempre rabioso, cuya voz no se ha apagado con la muerte.
- GenresBiographyNonfiction
278 pages, Paperback
First published July 1, 2022
31 people are currently reading
536 people want to read
About the author
Óscar Contardo
14 books92 followersEscritor y periodista chileno, ha logrado una gran repercusión en el panorama editorial de su país gracias a sus libros Siútico y La era ochentera. Contardo ha trabajado para medios como Artes y Letras, aunque ahora se dedica al periodismo freelance.
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 66 reviews
July 12, 2022
Hubiese sido demasiado fácil perfilar a Pedro desde el carácter magnánimo que tenía. Él ya lo hizo en vida. Últimamente se ha visto en la prensa descripciones del mismo autor: vulnerable, rabioso, caótico, doliente. Pero ahora se ha abierto esa faceta tierna, como de niño que no quiere ser visto llorar, pero que solo se tapa la cara. Que a pesar de no haber crecido con mucho, no es ese que vivió queriendo todo, sino que teme perder lo que le ha costado ganar.
Uno de los libros del año
Uno de los libros del año
August 2, 2022
Una mirada compleja, rabiosa, suelta a Lemebel. Es un retrato, ante todo, honesto: no se guarda nada: ni las rabietas ni los demonios. Es una crónica incómoda, que sitúa al lector en momentos incómodos. Increíble.
January 23, 2023
Loca:
1. adj. Que ha perdido la razón.
2. adj. De poco juicio, disparatado e imprudente.
10. f. despect. coloq. Hombre homosexual afeminado.
Lemebel significa tanto para la literatura nacional como para la política y la artes escénicas; es todo, y sin embargo, jamás nos enseñan de él en el colegio como nos enseñan de los “padres de la patria”.
para mi Pedro es madre de la matria, de mi matria, mi cultura y mi arte. Lemebel es libertad, amor y revolución. La revolución de las locas.
1. adj. Que ha perdido la razón.
2. adj. De poco juicio, disparatado e imprudente.
10. f. despect. coloq. Hombre homosexual afeminado.
Lemebel significa tanto para la literatura nacional como para la política y la artes escénicas; es todo, y sin embargo, jamás nos enseñan de él en el colegio como nos enseñan de los “padres de la patria”.
para mi Pedro es madre de la matria, de mi matria, mi cultura y mi arte. Lemebel es libertad, amor y revolución. La revolución de las locas.
January 4, 2023
Cinco estrellas por el tremendo trabajo de investigación que hizo el autor.
July 20, 2022
Este libro es muy bonito. Me parece muy sensible y delicado a pesar de lo pragmático que es Contardo en su investigación; se nota que existe una admiración y que no intenta ocultarla, se agradece esa honestidad. Me gustó mucho que el problema de la clase esté presente durante todo el relato.
January 6, 2025
y lo terminé. me demoré harto en leerlo pero porque no quería que terminara nunca. hace mucho no rayaba tanto un libro y todo lo que rayé podría crear un diálogo fantasma del lemebel que vieron, escucharon y vivieron las personas que lo rodeaban. lo amo tanto, en serio que sí. me emociono de tan solo pensar en él. me dio por odiar a la misma gente que la maricona odiaba, porque hay que ser agria para aguantar tanta hueá que le pasó. es un libro hermoso, sincero, cruel, erótico, tierno… y siento que a lemebel le hubiese cargado, porque se develan muchos secretos de la loca y ante todo era escorpio, así que le robaron el misterio que se encargó de cuidar y alimentar durante años. pero la amo. es de mis escritores favoritos y nunca me canso de aprender más sobre él. por favor leánlo, es un trabajo extraordinario y no sé, me quedo con que “las locas siempre son jóvenes. las locas pueden tener 80 años y estar paseándose con zapatos blancos en la plaza de armas a la pesca de algún cafiche. las locas siempre son niñas”.
November 23, 2023
"Aquí me quedaré por siempre atado a tus despojos, mamá"
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Creo que la palabra clave para entender el libro es "retrato"; como biografía falla, como perfil trasciende. El libro incorpora de manera orgánica las voces de amigos y allegados, y presenta a Lemebel de manera sensible y, como dicen la mayoría de las reseñas, yendo un poco más allá del personaje que construyó de si. El autor es cuidadoso en incorporar consideraciones críticas sobre la obra aunque no siempre logra que sus juicios no afecten la forma o el interés con la que se habla de sus últimos trabajos (por momentos da la sensación de que sugiere obviarlos). Irreprochable el trabajo de archivo y el cuidado con el que maneja las referencias (siendo que no se trata de un texto académico).
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Creo que la palabra clave para entender el libro es "retrato"; como biografía falla, como perfil trasciende. El libro incorpora de manera orgánica las voces de amigos y allegados, y presenta a Lemebel de manera sensible y, como dicen la mayoría de las reseñas, yendo un poco más allá del personaje que construyó de si. El autor es cuidadoso en incorporar consideraciones críticas sobre la obra aunque no siempre logra que sus juicios no afecten la forma o el interés con la que se habla de sus últimos trabajos (por momentos da la sensación de que sugiere obviarlos). Irreprochable el trabajo de archivo y el cuidado con el que maneja las referencias (siendo que no se trata de un texto académico).
December 16, 2023
Me gustó mucho este retrato, pese a que no suelo leer libros del género. Y siempre me ha gustado como escribe Óscar Contardo. En “Loca fuerte” abre una puerta para poder mirar el lado más personal de Lemebel, y, de paso, de la escena literaria y cola en el Santiago de la dictadura y postdictadura que disfruté mucho.
November 12, 2022
Nada como una lloradita para alimentar la primavera
October 6, 2022
un retrato a la altura, que desde su complejidad, con la rabia y con el sufrimiento, nos sumerge en aquello que pedro no quería que viéramos. la escritura se funde con la de lemebel, haciéndolo un homenaje completo y muy necesario, porque esta loca vivirá x siempre jiji
August 16, 2025
Creo que ya basta de tanto Lemebel en mi vida porque me toi aprendiendo de memoria su vida pero cuando fue al programa de Carcuro y le hablo sobre su hermana al final… wow
July 21, 2024
En general disfruto una buena biografía, ésta no fue buena, fue excelente. Un recorrido no sólo por la vida de Lemebel, sino también por la historia de una ciudad cruel. Un lindo, minucioso, respetuoso, sincero y detallado trabajo de recopilación de información. Novelesco, documental. No podía soltar la lectura, no dejaba de asombrarme por las conexiones, los intrincados hilos que conectaban a cada uno de los cercanos, y no tan cercanos, de Lemebel. Por conocer parte de la historia de Santiago y de Chile. Me sentía como cuando leía sobre el movimiento sufragista chileno, esa otra historia que nadie te cuenta.
Un niño nacido del mismo barro del Zajón de La Aguada, un adolescente repudiado por ser cola, un profesor peculiar, un militante comunista malvisto hasta por su propio espacio político, un artista disruptivo, una loca escritora, paria y atrevida, articulando una voz llena de florituras y recovecos populares, poco valorada, incomprendida por el canon literario santiaguino, tan clasista, tan academicista, tan homofóbico, tan pobrefóbico. Un viaje por el éxito, por las oportunidades aprovechadas y desaprovechadas, por un descenso al alcoholismo. Un viaje por forjar la propia voz, por ser escuchado, por ser leído, una voz que le quitó la vida mientras hacía metástasis.
Yo, criada en una comuna periférica de Santiago, una comuna vista por todo el resto como flaite pero que se cree a sí misma de clase media, entiendo bien el clasismo, el arribismo, el intento por surgir en un contexto tan invalidante. No es fácil resistir, te come la cabeza si te pilla volando bajo. Lemebel fue astuto encontrando siempre por dónde escurrir.
Valoro su trabajo y valoro el trabajo de Contardo, mostrando los claroscuros de Lemebel, su tridimensionalidad siempre en contexto.
Un niño nacido del mismo barro del Zajón de La Aguada, un adolescente repudiado por ser cola, un profesor peculiar, un militante comunista malvisto hasta por su propio espacio político, un artista disruptivo, una loca escritora, paria y atrevida, articulando una voz llena de florituras y recovecos populares, poco valorada, incomprendida por el canon literario santiaguino, tan clasista, tan academicista, tan homofóbico, tan pobrefóbico. Un viaje por el éxito, por las oportunidades aprovechadas y desaprovechadas, por un descenso al alcoholismo. Un viaje por forjar la propia voz, por ser escuchado, por ser leído, una voz que le quitó la vida mientras hacía metástasis.
Yo, criada en una comuna periférica de Santiago, una comuna vista por todo el resto como flaite pero que se cree a sí misma de clase media, entiendo bien el clasismo, el arribismo, el intento por surgir en un contexto tan invalidante. No es fácil resistir, te come la cabeza si te pilla volando bajo. Lemebel fue astuto encontrando siempre por dónde escurrir.
Valoro su trabajo y valoro el trabajo de Contardo, mostrando los claroscuros de Lemebel, su tridimensionalidad siempre en contexto.
November 20, 2023
El género de la biografía rinde en su totalidad cuando, más allá del cahuín y la sorpresa –elementos que no pueden faltar, por favor–, las escenas, voces y circunstancias con que se construye la vida de un otro logran develar algo que no veíamos en ese personaje. Pero cuando es el ego quien recolecta el material y escribe, cuando la vida del perfilador es la que intenta ingresar a la sombra de la víctima de la biografía, surge un problema.
Con eso en mente nos topamos con Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel (UDP, 2022). Un primer escozor es la duda que provoca la palabra “retrato”. Pues aquí, nos avisa la portada, no nos encontramos con una biografía de una totalidad –la que quizá no sea necesaria–, sino que, con una visión enmarcada, más pequeña, de la realidad del personaje. Pero al ser el primer texto biográfico publicado sobre un personaje tan atractivo como el autor de Háblame de amores (Seix Barral, 2012), uno esperaría más. No una totalidad, remarco, pero si un trabajo más profesional que busque ahondar en la vida de Lemebel.
El libro, tal como está terminado, provoca insatisfacción. Los desvíos con los que Contardo interrumpe la vida del otro son, muchas veces, vergonzosos. Un ejemplo de esto es la forma en que Contardo juzga los libros de no ficción del retratado. Dice que aquellas crónicas son un espacio donde «no [se] cultivaba la exactitud de los datos ni la constatación de acontecimientos y fechas, como lo haría un cronista más clásico». Puede ser una frase ligera, pero al incluirla para hablar del trabajo de Lemebel, se transparenta el prejuicio de la lectura de Contardo. Pues, el valor de las crónicas de Lemebel, pensando en las lecturas que hace Soledad Bianchi, está en el trabajo de la lengua. No importa si miente, inventa o exagera. Ahí está la gracia.
Frente a ese cuestionamiento, es necesario enfrentar el trabajo mismo que Contardo nos entrega en esta biografía –corrijo, retrato–. Loca fuerte está repleto de falencias en tanto «exactitud de los datos […] constatación de acontecimientos y fechas», usando las mismas palabras con las que su autor acusaba a Lemebel. Lo que en este último es estilo, en la escritura de Contardo es solo desprolijidad. Ejemplos de lo anterior hay varios: podría aquí citar a todas las personas que nombra como importantes en la vida de Lemebel, pero que nunca entrevista para corroborar datos. Tampoco explica si se acercó y fue negada una conversación, si acaso espantó a sus fuentes. Lo más grave, en todo caso, es el error por el que hay que apuntar con el dedo a Contardo. Esto es cuando nos cuenta las circunstancias de la muerte del padre de Lebemel. Escribe Contardo: «el 15 de julio murió su padre […] el mismo día, en Barcelona, murió Roberto Bolaño». Ese dato es erróneo, el padre de Lemebel murió, sí, el mismo año que Bolaño, pero en diciembre. Aquí es cuando, con un poco de pesquisa, puede corroborarse que se ingresa con desfachatez a la vida del otro y, ni siquiera, como exige Contardo, se es un “cronista clásico”. Contardo peca de lo que exige a Lemebel y no es por una cosa de estilo, porque este libro es un perfil y no una crónica. Pero el error existe.
Otro ejemplo de precariedad de su trabajo: habla de una «legendaria juerga en Valparaíso», donde Francisco Casas y Pedro Lemebel conocieron a Néstor Perlonguer, pero, Contardo, tan alejado de la sabrosura del dato, prefiere no investigar. No le voy a regalar la anécdota que cruzó a los tres personajes, prefiero que salga a la calle y pregunte.
Escapando de la exactitud de esos ejemplos, llama la atención una de las mayores falencias de Loca fuerte. Esto es lo evidente del precario trabajo de Contardo y sus graves fallas al tratar temas sensibles. Más aun cuando son «Vidas ajenas» –así se llama la colección de la editorial con nombre de ministro dictador–, es importante el respeto al dato. Al parecer esto no es importante para Contardo. Es por eso que gran parte de la escritura cansina de este libro en que merodea a Lemebel, va dirigida hacia él mismo, encajándose como un observador profundo de esa otra vida. Es como si él fuera irremplazable para la escritura de una biografía –corrijo, retrato–, pues nadie más sería capaz de hacerlo.
Sumado a lo anterior hay que dejar constancia de la flojera reflejada en la utilización de las crónicas escritas por Lemebel, como base documental de este retrato. En reiteradas ocasiones se utilizan como un relleno de datos que Contardo al parecer no puede recabar. Si uno ha leído las crónicas del retratado y luego se encuentran en Loca fuerte como resúmenes bien carentes de interés, lo que más sorprende y quizás hasta sea un logro de Contardo, es cómo este se las ingenia para desplumar toda esa escritura tan atractiva y entregarnos una escritura de columna de diario.
Contardo, como articulador de todo el texto, parece buscar siempre ser el foco de las voces. Se hace evidente esta carencia de apertura al momento de permitir que otras voces complementen este «retrato», pues es ahí, como un error calculado, cuando esa información se entrega como una colección de datos carentes de interés. Es como si Contardo pensara que solo con una acumulación se construye algo interesante.
Quizás por razones como las acá comentadas, Lemebel, según cuentan, no pasaba a Contardo.
Es él mismo quien lo confiesa en Loca fuerte: «Sergio Parra me contó que incluso me tenía un apodo». No es necesario escribirlo aquí. Esto posiblemente explica la especie de encontrón que tuvieron en una ocasión y que también aparece en el libro:
«Sin que me percatara, Lemebel se acercó sigilosamente por la espalda y me lanzó un vaso de café […] me di vuelta solo porque los demás se quedaron mirando con el rostro algo desencajado a mis espaldas: lo vi haciéndome una mueca de niño travieso mientras escapaba corriendo […] un diario de Santiago había descrito la travesura de Lemebel como si se hubiera tratado de una especie de disputa (…) Era la clásica manera de retratar a los hombres homosexuales como personas que se enfrascan en peleas ridículas y se arrojan cosas por la cabeza».
Vinculado a lo anterior, una duda cruza toda la lectura de Loca fuerte y es la nula posición que Contardo le entrega al mundillo literario. No hay opiniones ni criticas de otros escritores. Nadie de su generación, nadie más viejo, nadie más joven, nadie que lo odiara. No existen opiniones críticas, literarias o personales que permitan acercarnos a los efectos del personaje y la escritura que Lemebel construyó. Sin tener estas referencias y cruces, el retrato se vuelve ligero. Al no existir estos contrapuntos, Contardo no nos permite acercarnos a entender a Lemebel en relación a su alrededor. La única voz disidente y distante a la amistad parece solo ser Contardo. Pero, tampoco es posible tomarles el peso a sus apreciaciones al solo leer Loca fuerte. Digo, sin saber el currículum de Contardo y solo leyendo el libro, nunca queda claro por qué tenemos que leer sus opiniones sobre Lemebel. Hubiera sido interesante contraponer opiniones y buscar voces que nos entregaran un más completo perfil.
En definitiva, Contardo ha escrito un libro que cae en la irrelevancia, aumentado por una escritura aburridísima, perdiendo años y la oportunidad de entregar un trabajo más atractivo, certero en datos y con una mayor variedad de fuentes. Por ahora, nos entrega un ligero retrato de uno de los escritores más refrescantes de las últimas décadas en Chile. Un libro fome, lo que es imperdonable. Contardo prefirió mostrarse a sí mismo y con esa opción, no está a la altura de Lemebel.
Con eso en mente nos topamos con Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel (UDP, 2022). Un primer escozor es la duda que provoca la palabra “retrato”. Pues aquí, nos avisa la portada, no nos encontramos con una biografía de una totalidad –la que quizá no sea necesaria–, sino que, con una visión enmarcada, más pequeña, de la realidad del personaje. Pero al ser el primer texto biográfico publicado sobre un personaje tan atractivo como el autor de Háblame de amores (Seix Barral, 2012), uno esperaría más. No una totalidad, remarco, pero si un trabajo más profesional que busque ahondar en la vida de Lemebel.
El libro, tal como está terminado, provoca insatisfacción. Los desvíos con los que Contardo interrumpe la vida del otro son, muchas veces, vergonzosos. Un ejemplo de esto es la forma en que Contardo juzga los libros de no ficción del retratado. Dice que aquellas crónicas son un espacio donde «no [se] cultivaba la exactitud de los datos ni la constatación de acontecimientos y fechas, como lo haría un cronista más clásico». Puede ser una frase ligera, pero al incluirla para hablar del trabajo de Lemebel, se transparenta el prejuicio de la lectura de Contardo. Pues, el valor de las crónicas de Lemebel, pensando en las lecturas que hace Soledad Bianchi, está en el trabajo de la lengua. No importa si miente, inventa o exagera. Ahí está la gracia.
Frente a ese cuestionamiento, es necesario enfrentar el trabajo mismo que Contardo nos entrega en esta biografía –corrijo, retrato–. Loca fuerte está repleto de falencias en tanto «exactitud de los datos […] constatación de acontecimientos y fechas», usando las mismas palabras con las que su autor acusaba a Lemebel. Lo que en este último es estilo, en la escritura de Contardo es solo desprolijidad. Ejemplos de lo anterior hay varios: podría aquí citar a todas las personas que nombra como importantes en la vida de Lemebel, pero que nunca entrevista para corroborar datos. Tampoco explica si se acercó y fue negada una conversación, si acaso espantó a sus fuentes. Lo más grave, en todo caso, es el error por el que hay que apuntar con el dedo a Contardo. Esto es cuando nos cuenta las circunstancias de la muerte del padre de Lebemel. Escribe Contardo: «el 15 de julio murió su padre […] el mismo día, en Barcelona, murió Roberto Bolaño». Ese dato es erróneo, el padre de Lemebel murió, sí, el mismo año que Bolaño, pero en diciembre. Aquí es cuando, con un poco de pesquisa, puede corroborarse que se ingresa con desfachatez a la vida del otro y, ni siquiera, como exige Contardo, se es un “cronista clásico”. Contardo peca de lo que exige a Lemebel y no es por una cosa de estilo, porque este libro es un perfil y no una crónica. Pero el error existe.
Otro ejemplo de precariedad de su trabajo: habla de una «legendaria juerga en Valparaíso», donde Francisco Casas y Pedro Lemebel conocieron a Néstor Perlonguer, pero, Contardo, tan alejado de la sabrosura del dato, prefiere no investigar. No le voy a regalar la anécdota que cruzó a los tres personajes, prefiero que salga a la calle y pregunte.
Escapando de la exactitud de esos ejemplos, llama la atención una de las mayores falencias de Loca fuerte. Esto es lo evidente del precario trabajo de Contardo y sus graves fallas al tratar temas sensibles. Más aun cuando son «Vidas ajenas» –así se llama la colección de la editorial con nombre de ministro dictador–, es importante el respeto al dato. Al parecer esto no es importante para Contardo. Es por eso que gran parte de la escritura cansina de este libro en que merodea a Lemebel, va dirigida hacia él mismo, encajándose como un observador profundo de esa otra vida. Es como si él fuera irremplazable para la escritura de una biografía –corrijo, retrato–, pues nadie más sería capaz de hacerlo.
Sumado a lo anterior hay que dejar constancia de la flojera reflejada en la utilización de las crónicas escritas por Lemebel, como base documental de este retrato. En reiteradas ocasiones se utilizan como un relleno de datos que Contardo al parecer no puede recabar. Si uno ha leído las crónicas del retratado y luego se encuentran en Loca fuerte como resúmenes bien carentes de interés, lo que más sorprende y quizás hasta sea un logro de Contardo, es cómo este se las ingenia para desplumar toda esa escritura tan atractiva y entregarnos una escritura de columna de diario.
Contardo, como articulador de todo el texto, parece buscar siempre ser el foco de las voces. Se hace evidente esta carencia de apertura al momento de permitir que otras voces complementen este «retrato», pues es ahí, como un error calculado, cuando esa información se entrega como una colección de datos carentes de interés. Es como si Contardo pensara que solo con una acumulación se construye algo interesante.
Quizás por razones como las acá comentadas, Lemebel, según cuentan, no pasaba a Contardo.
Es él mismo quien lo confiesa en Loca fuerte: «Sergio Parra me contó que incluso me tenía un apodo». No es necesario escribirlo aquí. Esto posiblemente explica la especie de encontrón que tuvieron en una ocasión y que también aparece en el libro:
«Sin que me percatara, Lemebel se acercó sigilosamente por la espalda y me lanzó un vaso de café […] me di vuelta solo porque los demás se quedaron mirando con el rostro algo desencajado a mis espaldas: lo vi haciéndome una mueca de niño travieso mientras escapaba corriendo […] un diario de Santiago había descrito la travesura de Lemebel como si se hubiera tratado de una especie de disputa (…) Era la clásica manera de retratar a los hombres homosexuales como personas que se enfrascan en peleas ridículas y se arrojan cosas por la cabeza».
Vinculado a lo anterior, una duda cruza toda la lectura de Loca fuerte y es la nula posición que Contardo le entrega al mundillo literario. No hay opiniones ni criticas de otros escritores. Nadie de su generación, nadie más viejo, nadie más joven, nadie que lo odiara. No existen opiniones críticas, literarias o personales que permitan acercarnos a los efectos del personaje y la escritura que Lemebel construyó. Sin tener estas referencias y cruces, el retrato se vuelve ligero. Al no existir estos contrapuntos, Contardo no nos permite acercarnos a entender a Lemebel en relación a su alrededor. La única voz disidente y distante a la amistad parece solo ser Contardo. Pero, tampoco es posible tomarles el peso a sus apreciaciones al solo leer Loca fuerte. Digo, sin saber el currículum de Contardo y solo leyendo el libro, nunca queda claro por qué tenemos que leer sus opiniones sobre Lemebel. Hubiera sido interesante contraponer opiniones y buscar voces que nos entregaran un más completo perfil.
En definitiva, Contardo ha escrito un libro que cae en la irrelevancia, aumentado por una escritura aburridísima, perdiendo años y la oportunidad de entregar un trabajo más atractivo, certero en datos y con una mayor variedad de fuentes. Por ahora, nos entrega un ligero retrato de uno de los escritores más refrescantes de las últimas décadas en Chile. Un libro fome, lo que es imperdonable. Contardo prefirió mostrarse a sí mismo y con esa opción, no está a la altura de Lemebel.
February 22, 2023
por la mierda, puta que me dio pena, me di cuenta de cuanto extraño a lemebel.
un retrato honesto de quien era, de como la rabia y el arte desprendía de su ser, el amor era lo más grande que tenía, aunque su forma de amar saliese de la norma, al igual que cada fragmento de él. de que todo tenía que ser como el quisiese y que si no lo era se armaba el despelote.
cómo me alegró al fin leer algo que se le reconociera a pedro todo lo que fue (y todo lo que se mantendrá), porque en cada obra de teatro que se le referencia, todo es tengo miedo torero, cuándo a mi parecer, tengo miedo torero es la nada misma a comparación a todo lo que escribió lemebel.
lo más bonito de todo, es cómo a todos les parece difícil hablar de él, ya que era completamente diferente con todos, entonces describirlo era algo complejo, pero con cada relato te das cuenta de que sin importar lo colérico que pudiera ser lemebel, todos sus amigos lo querían sin importar qué.
---
p.d. mi libro quedó todo rayado y eso significa mucho para mi :-)
un retrato honesto de quien era, de como la rabia y el arte desprendía de su ser, el amor era lo más grande que tenía, aunque su forma de amar saliese de la norma, al igual que cada fragmento de él. de que todo tenía que ser como el quisiese y que si no lo era se armaba el despelote.
cómo me alegró al fin leer algo que se le reconociera a pedro todo lo que fue (y todo lo que se mantendrá), porque en cada obra de teatro que se le referencia, todo es tengo miedo torero, cuándo a mi parecer, tengo miedo torero es la nada misma a comparación a todo lo que escribió lemebel.
lo más bonito de todo, es cómo a todos les parece difícil hablar de él, ya que era completamente diferente con todos, entonces describirlo era algo complejo, pero con cada relato te das cuenta de que sin importar lo colérico que pudiera ser lemebel, todos sus amigos lo querían sin importar qué.
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p.d. mi libro quedó todo rayado y eso significa mucho para mi :-)
February 7, 2024
Toda la existencia de Lemebel se resume en una especie de novela muy política. Me encontré con un retrato lleno de rouge, pestañas postizas, de luces y sombras, de amor, odio y rabia. Encontré aquí alegria y tristeza, nostalgia, olvido y diferencia.
Recorrí el centro de Santiago junto a todos los personajes presentes y al protagonista, y desde un paisaje completamente distinto, al que enmarca esta historia, agradezco los discursos atrevidos de Pedro Lemebel.
Óscar Contardo nos entrega una narración tan detallada como bella, llena de anécdotas, de emociones y brinda una biografía rica en investigación, conversaciones con personajes importantes dentro de la historia y testimonios que contribuyen a conocer más la complejidad presente en el carácter de Lemebel, una de las yeguas del apocalipsis y la última Frida.
"Las locas siempre son jóvenes". Pedro siempre será inolvidable.
Recorrí el centro de Santiago junto a todos los personajes presentes y al protagonista, y desde un paisaje completamente distinto, al que enmarca esta historia, agradezco los discursos atrevidos de Pedro Lemebel.
Óscar Contardo nos entrega una narración tan detallada como bella, llena de anécdotas, de emociones y brinda una biografía rica en investigación, conversaciones con personajes importantes dentro de la historia y testimonios que contribuyen a conocer más la complejidad presente en el carácter de Lemebel, una de las yeguas del apocalipsis y la última Frida.
"Las locas siempre son jóvenes". Pedro siempre será inolvidable.
October 8, 2023
una exquisitez de principio a fin. siempre me es grato aprender más sobre lemebel porque es alguien que admiro, y con esta lectura, mi admiración creció porque con el paso de las páginas te vas dando cuenta de que más allá de un ícono marica, era una persona común y corriente que cometía errores y hacía también cosas buenas. es bacán conocer la intimidad de las personas a quienes admiras, te sientes, de alguna forma, parte de ella.
aparte el libro está súper bien escrito, es precioso. me tomé mi tiempo para leerlo porque una parte mía no quería soltarlo.
aparte el libro está súper bien escrito, es precioso. me tomé mi tiempo para leerlo porque una parte mía no quería soltarlo.
December 5, 2025
«Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza».
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y ésa es mi venganza».
February 21, 2024
Contardo retrata a Lemebel de forma compleja, honda, íntima. Con descripciones precisas y vaivenes entre el pasado y el presente, el libro es muy rápido de leer; me gustó mucho.
December 21, 2023
Este libro es una especie de eslabón extra, de eso que le dan un brillo único a las joyas.
Lemebel y su obra siempre ha sido un estandarte de lucha, rabia y sentimiento. La loca huachaca que recorría la gaytown y que contó los secretos de la misma. Lemebel se mostró como un libro abierto, pero solo podemos leer las primeras páginas, el desarrollo profundo queda entrelazado en sus crónicas y amigos.
Contardo, por lo que he investigado, es un autor experimentado en este tipo de temas y este libro es una muestra clara de esto. Se destacan todos los matices que pudo retratar el autor, de las miles de entrevistas y conversaciones. El libro funciona como una especie de trabajo arqueológico-psicologico del autor. Nunca había leído un libro así y la sorpresa es grata.
Mi historia con Lemebel es larga y me llevó a leer toda su obra. Cuando terminé de leer el último libro no supe qué más hacer. Encontré Loca fuerte y le di la oportunidad. No puedo más que recomendar la lectura del este libro, para los que son entusiastas de la obra de Lemebel, es una luz sobre todas las sombras que hay de su vida y sus aspectos más privados. A ratos me sentía como un rata al conocer cosas tan profundas y personales del autor, pero lo veo como algo más de respeto, como el cariño que le tengo al autor y mi gusto por completar el rompecabezas que era.
Felicito a Contardo por el trabajo brutal que demuestra en el libro. Su forma de narrar e hilar todo como un tejido perfecto, que recorre cada esquina. Es una investigación profunda y respetuosa. Una joya que viene a hacer relucir aún más la mano que Lemebel se lleva al pecho con gesto de vieja paltona.
Lemebel y su obra siempre ha sido un estandarte de lucha, rabia y sentimiento. La loca huachaca que recorría la gaytown y que contó los secretos de la misma. Lemebel se mostró como un libro abierto, pero solo podemos leer las primeras páginas, el desarrollo profundo queda entrelazado en sus crónicas y amigos.
Contardo, por lo que he investigado, es un autor experimentado en este tipo de temas y este libro es una muestra clara de esto. Se destacan todos los matices que pudo retratar el autor, de las miles de entrevistas y conversaciones. El libro funciona como una especie de trabajo arqueológico-psicologico del autor. Nunca había leído un libro así y la sorpresa es grata.
Mi historia con Lemebel es larga y me llevó a leer toda su obra. Cuando terminé de leer el último libro no supe qué más hacer. Encontré Loca fuerte y le di la oportunidad. No puedo más que recomendar la lectura del este libro, para los que son entusiastas de la obra de Lemebel, es una luz sobre todas las sombras que hay de su vida y sus aspectos más privados. A ratos me sentía como un rata al conocer cosas tan profundas y personales del autor, pero lo veo como algo más de respeto, como el cariño que le tengo al autor y mi gusto por completar el rompecabezas que era.
Felicito a Contardo por el trabajo brutal que demuestra en el libro. Su forma de narrar e hilar todo como un tejido perfecto, que recorre cada esquina. Es una investigación profunda y respetuosa. Una joya que viene a hacer relucir aún más la mano que Lemebel se lleva al pecho con gesto de vieja paltona.
August 6, 2024
La mezcla Contardo-Lemebel prometía y el resultado es esta interesante biografía que complementa de manera perfecta la colección Vidas Ajenas de la UDP. Como puntos alto, destacó el excelente análisis del estilo y sello de las crónicas y obra de Lemebel y la sutileza con la cual aborda la importancia de la figura materna. Como puntos bajos, como fanático de Pedro me sentí leyendo el guión del documental de hace unos años de Joanna Reposi.
February 8, 2024
Realmente no sé qué decir sobre este libro. Disfruté cada página, aprendí un montón sobre historia y legado lgbtiq+ en Chile, me reí, me sorprendí y, principalmente, vi bailar a Lemebel en la voz y recuerdo de quienes lo quisieron y lo quieren, a pesar de (¿o por?) su personalidad fuerte y estridente.
Pedro Lemebel queda en mi memoria como alguien a quien tú decidías querer. Era una elección constante, pero que a la vez podía surgir y fluir natural. Era una persona tremendamente complicada, un marica totalmente comprometido con el arte de ser protagonista. En palabras tiktokers, Pedro Lemebel inventó el main character syndrome. Me odiaría por decirlo. No deja de ser verdad.
Las figuras familiares me resultan confusas y tristes, marcadas por el amor y la confusión. Una madre que siempre fue su defensora, mas al final del día quería que cambiase. Un padre visto desde la rabia, cuando la mayoría de los relatos lo describe como un ser taciturno e invisible. El hermano vale callampa. Dicho sea de paso, su hija también vale callampa. Fuck them kids and fuck you too.
Me gustaron los detalles cuando Óscar se introduce en la historia que nos está contando. Durante la mayor parte del libro se me pasa desapercibido: a pesar de que usa primera persona, la narración es tan bien articulada que sólo soy capaz de ver a Pedro y a sus amigues. No obstante, cuando el escritor aparece, es realmente como si se uniera a la grabación VHS de la vida, obra y muerte de Pedro Lemebel.
Es interesante también ver cómo la vida del protagonista está marcada por las mujeres. Madre, amigas, conocidas, socias, etc. La figura femenina siempre parece estar presente en los hombres lgbtiq+ y este caso no es la excepción. Pedro se define desde una masculinidad disidente, se nombra desde la feminidad y está constante y fielmente acompañado de ella. No sé, me parece lindo, interesante, para nada sorpresivo y al mismo tiempo curioso.
Una última cosa que me llamó muchísimo la atención hasta la última página, es la evidente necesidad de gran parte de su círculo, cercano o no, de buscar su aprobación. Me resulta tan singular la constante urgencia de tener su ¿aceptación? ¿permiso? ¿beneplácito? en un millar de temas personales y/o laborales. Le pasa incluso a Óscar. Muy curioso.
Eso, no sé qué más decir, aunque siento que queda mucho en el tintero. Es una noche calurosísima (23:14) y mi cerebro está derretido. Una última apreciación funable: qué hombre que es Sergio Parra. Quiero un hombre igualito para Navidad.
Pedro Lemebel queda en mi memoria como alguien a quien tú decidías querer. Era una elección constante, pero que a la vez podía surgir y fluir natural. Era una persona tremendamente complicada, un marica totalmente comprometido con el arte de ser protagonista. En palabras tiktokers, Pedro Lemebel inventó el main character syndrome. Me odiaría por decirlo. No deja de ser verdad.
Las figuras familiares me resultan confusas y tristes, marcadas por el amor y la confusión. Una madre que siempre fue su defensora, mas al final del día quería que cambiase. Un padre visto desde la rabia, cuando la mayoría de los relatos lo describe como un ser taciturno e invisible. El hermano vale callampa. Dicho sea de paso, su hija también vale callampa. Fuck them kids and fuck you too.
Me gustaron los detalles cuando Óscar se introduce en la historia que nos está contando. Durante la mayor parte del libro se me pasa desapercibido: a pesar de que usa primera persona, la narración es tan bien articulada que sólo soy capaz de ver a Pedro y a sus amigues. No obstante, cuando el escritor aparece, es realmente como si se uniera a la grabación VHS de la vida, obra y muerte de Pedro Lemebel.
Es interesante también ver cómo la vida del protagonista está marcada por las mujeres. Madre, amigas, conocidas, socias, etc. La figura femenina siempre parece estar presente en los hombres lgbtiq+ y este caso no es la excepción. Pedro se define desde una masculinidad disidente, se nombra desde la feminidad y está constante y fielmente acompañado de ella. No sé, me parece lindo, interesante, para nada sorpresivo y al mismo tiempo curioso.
Una última cosa que me llamó muchísimo la atención hasta la última página, es la evidente necesidad de gran parte de su círculo, cercano o no, de buscar su aprobación. Me resulta tan singular la constante urgencia de tener su ¿aceptación? ¿permiso? ¿beneplácito? en un millar de temas personales y/o laborales. Le pasa incluso a Óscar. Muy curioso.
Eso, no sé qué más decir, aunque siento que queda mucho en el tintero. Es una noche calurosísima (23:14) y mi cerebro está derretido. Una última apreciación funable: qué hombre que es Sergio Parra. Quiero un hombre igualito para Navidad.
October 24, 2023
¿Quién fue Pedro Lemebel? ¿Qué había detrás de su excéntricos modos e irreverente lengua? ¿Cuáles eran sus dolores, anhelos, pasiones y secretos? Esas son las preguntas a las que Oscar Contardo, en aproximadamente 300 páginas, busca dar respuesta con su libro Loca Fuerte, sumergiéndonos en un viaje a la intimidad del reconocido cronista chileno. Contardo no cae en imitar el estilo literario de Lemebel, sino que pretende evocarlo a través de las imágenes que logra construir con los testimonios y narraciones de atmósferas.
Loca fuerte constituye así un perfil de vida sobre el escritor y artista performer chileno, Pedro Lemebel, que nos adentra a sus facetas más conocidas y las que no lo son tanto, a una familiaridad que el cronista no dejaba entrar a la prensa e incluso a quienes se consideraban sus más cercanos. Pues, el autor evidencia en varios pasajes del libro que Lemebel era una persona muy consciente de su biografía por lo que poseía un control de lo que quería contar respecto a su vida.
Bajo esa línea, Contardo hace un trabajo excepcional de recopilación de fuentes e información sobre Lemebel. Al leer se nota la profundidad y seriedad con la que se realizó el perfil y la buena documentación que hizo. Pues son numerosas las entrevistas hechas así como los textos revisados con el fin de darnos a conocer las contradicciones en torno a su vida y obra. El contar con personas que eran desconocidas para la prensa como es el caso de Jorge Leiva, quien era amigo de Lemebel desde la escuela y estuvo a su lado en casi todas las etapas de su vida. Enriquecen el texto., Debido a que pues Leiva aporta detalles que desconocidos y sorprendentes: como la única la pareja que tuvo –Cristián–, la tensa relación que mantenía con su hermano y padre, o el acoso que sufrió en su barrio por ser homosexual.
Asimismo, la prosa del autor –y la forma en la que el libro está estructurado– hace que los lectores se encariñen con Lemebel, nos damos cuenta de lo compleja de su personalidad, que va más allá de su constante provocación y que deja en evidencia que también puede llegar a ser una persona vulnerable. Nos hace capaces de quererlo, con sus anécdotas y su personalidad atrapante, así como detestarlo en algunas ocasiones con sus berrinches y excesos. Le devuelve una humanidad pérdida tras la construcción que el mismo Lemebel hizo de su persona, haciendo que empaticemos con su historia, sus victorias y derrotas.
Una es capaz de entenderlo en muchas situaciones, lo que hace que el final del relato sea más duro de leer. Pues no queremos que este muera, sobre todo sabiendo que él no lo quería hacer, ya que, como se expone en el texto “fue como si el cáncer hubiera dejado en evidencia lo mucho que le gustaba vivir”. Llega a ser angustiante ese final con un Lemebel dando una lucha que parece imposible de ganar, buscando segundas opiniones y tratamientos innovadores, los que para quienes seguimos su historia sabemos que no resultaron para él.
La tarea que realiza Contardo con este libro no es menor, bajar del pedestal, de las cámaras y de los escenarios a una figura con el peso que tiene Pedro Lemebel en Chile y en específico en las disidencias sexuales, es admirable. Porque no solo nos narra lo bueno del artista, sino que se atreve a exponerlo. Nos sumerge de lleno en sus amistades, sus relaciones, sus recorridos, en su vida de una manera que nadie había hecho antes con él.
Loca fuerte constituye así un perfil de vida sobre el escritor y artista performer chileno, Pedro Lemebel, que nos adentra a sus facetas más conocidas y las que no lo son tanto, a una familiaridad que el cronista no dejaba entrar a la prensa e incluso a quienes se consideraban sus más cercanos. Pues, el autor evidencia en varios pasajes del libro que Lemebel era una persona muy consciente de su biografía por lo que poseía un control de lo que quería contar respecto a su vida.
Bajo esa línea, Contardo hace un trabajo excepcional de recopilación de fuentes e información sobre Lemebel. Al leer se nota la profundidad y seriedad con la que se realizó el perfil y la buena documentación que hizo. Pues son numerosas las entrevistas hechas así como los textos revisados con el fin de darnos a conocer las contradicciones en torno a su vida y obra. El contar con personas que eran desconocidas para la prensa como es el caso de Jorge Leiva, quien era amigo de Lemebel desde la escuela y estuvo a su lado en casi todas las etapas de su vida. Enriquecen el texto., Debido a que pues Leiva aporta detalles que desconocidos y sorprendentes: como la única la pareja que tuvo –Cristián–, la tensa relación que mantenía con su hermano y padre, o el acoso que sufrió en su barrio por ser homosexual.
Asimismo, la prosa del autor –y la forma en la que el libro está estructurado– hace que los lectores se encariñen con Lemebel, nos damos cuenta de lo compleja de su personalidad, que va más allá de su constante provocación y que deja en evidencia que también puede llegar a ser una persona vulnerable. Nos hace capaces de quererlo, con sus anécdotas y su personalidad atrapante, así como detestarlo en algunas ocasiones con sus berrinches y excesos. Le devuelve una humanidad pérdida tras la construcción que el mismo Lemebel hizo de su persona, haciendo que empaticemos con su historia, sus victorias y derrotas.
Una es capaz de entenderlo en muchas situaciones, lo que hace que el final del relato sea más duro de leer. Pues no queremos que este muera, sobre todo sabiendo que él no lo quería hacer, ya que, como se expone en el texto “fue como si el cáncer hubiera dejado en evidencia lo mucho que le gustaba vivir”. Llega a ser angustiante ese final con un Lemebel dando una lucha que parece imposible de ganar, buscando segundas opiniones y tratamientos innovadores, los que para quienes seguimos su historia sabemos que no resultaron para él.
La tarea que realiza Contardo con este libro no es menor, bajar del pedestal, de las cámaras y de los escenarios a una figura con el peso que tiene Pedro Lemebel en Chile y en específico en las disidencias sexuales, es admirable. Porque no solo nos narra lo bueno del artista, sino que se atreve a exponerlo. Nos sumerge de lleno en sus amistades, sus relaciones, sus recorridos, en su vida de una manera que nadie había hecho antes con él.
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May 27, 2024
Pedro Lemebel se ha transformado en un ícono de las letras chilenas y en una figura que traspasa generaciones por su perspectiva de transgresión a todo lo que llevaba adelante, desde sus performances en la década de los 80's-90's, pasando por su escritura de las crónicas de un hombre homosexual pobre y que deviene en un autor reconocido en el "jet set criollo", hasta sus fiestas casi legendarias. Pero todo ello con el vaho de una personalidad difícil que podía hacer lo que quería y se lo permitían: desde tratar mal a quién tenía en frente -por su odio de clase que él muchas veces manifestó- hasta sus borracheras que no le permitían ver el contexto en dónde estuviese.
Oscar Contardo, a través de una entrevista que debe realizarle para una revista colombiana vuelve a entretejer y desenmarañar a un personaje único de nuestra intelectualidad nacional. Pero sin una pizca de querer edulcorar la realidad sino que mostrarla tal cuál es. Conversando con quienes le conocieron en distintas épocas, a través de sus escritos y presentaciones, con entrevistas en diversos medios, volvemos a encontrarnos con un autor que deja huella y que una y otra vez vuelve sobre la palestra por el rompimiento qué significo su literatura y su arte.
Si quieres conocer al autor y su obra, este es una de esos libros que te ayudará en ese cometido.
Para leerlo, acá lo encuentras.
Oscar Contardo, a través de una entrevista que debe realizarle para una revista colombiana vuelve a entretejer y desenmarañar a un personaje único de nuestra intelectualidad nacional. Pero sin una pizca de querer edulcorar la realidad sino que mostrarla tal cuál es. Conversando con quienes le conocieron en distintas épocas, a través de sus escritos y presentaciones, con entrevistas en diversos medios, volvemos a encontrarnos con un autor que deja huella y que una y otra vez vuelve sobre la palestra por el rompimiento qué significo su literatura y su arte.
Si quieres conocer al autor y su obra, este es una de esos libros que te ayudará en ese cometido.
Para leerlo, acá lo encuentras.
July 24, 2022
Amo todo lo que Contardo escribe. Leer algo nuevo de él es irse a la segura como se dice.
Las crónicas de Óscar son impecables pero acá se supera así mismo, tal vez porque, a diferencia de sus otros libros, hay en éste algo diferente, ciertos tintes novelescos que a ratos se apoderan de la narración y uno se olvida que es Contardo quien habla desde la comprobación de datos, las entrevistas, los archivos y se termina metiendo en el cuerpo de Lemebel.
¿Por qué? No sé. Tal vez sea Contardo que cuela emotividad en este libro como no lo había hecho antes en sus otras obras. Tal vez sea yo que crecí con la figura del autor en la radio y en la tele, en esa conversación con Tati Penna o la célebre entrevista de Carcuro que recuerdo haber visto en vivo con tan solo 17 años y la confesión de mi homosexualidad atorada todavía en la garganta. Las provocadoras portadas de sus libros dispuestas entre los ejemplares pirateados que se vendían en la calle y que yo no me atrevía a coger para leer la contraportada aunque me moría de ganas.
Lemebel se fue, dejando un espacio vacío que nadie podrá llenar porque fue único para su tiempo, una personalidad que deja el aire enrarecido incluso ahora, cuando Contardo ayuda a evocar su vida de manera tan magistral.
¡IMPERDIBLE!
Las crónicas de Óscar son impecables pero acá se supera así mismo, tal vez porque, a diferencia de sus otros libros, hay en éste algo diferente, ciertos tintes novelescos que a ratos se apoderan de la narración y uno se olvida que es Contardo quien habla desde la comprobación de datos, las entrevistas, los archivos y se termina metiendo en el cuerpo de Lemebel.
¿Por qué? No sé. Tal vez sea Contardo que cuela emotividad en este libro como no lo había hecho antes en sus otras obras. Tal vez sea yo que crecí con la figura del autor en la radio y en la tele, en esa conversación con Tati Penna o la célebre entrevista de Carcuro que recuerdo haber visto en vivo con tan solo 17 años y la confesión de mi homosexualidad atorada todavía en la garganta. Las provocadoras portadas de sus libros dispuestas entre los ejemplares pirateados que se vendían en la calle y que yo no me atrevía a coger para leer la contraportada aunque me moría de ganas.
Lemebel se fue, dejando un espacio vacío que nadie podrá llenar porque fue único para su tiempo, una personalidad que deja el aire enrarecido incluso ahora, cuando Contardo ayuda a evocar su vida de manera tan magistral.
¡IMPERDIBLE!
March 24, 2024
No soy un lector imparcial ni tengo el corazón de acero. Cuando la figura pública de un autor me desagrada, aunque sea por razones tan estúpidas como haberlo visto patalear en redes sociales por no haber ganado un premio ordinario , disfruto con la idea de verlo fracasar. Lamentablemente, mi deseo no ha sido concedido esta vez.
Este retrato biográfico de Pedro Lemebel tiene muchos logros. Está escrito en una prosa de elegancia periodística (del periodismo bueno), que hace que su lectura sea muy ligera. Sin ser exhaustivo en su bibliografía (habría sido un buen gesto de la editora incluir un apartado dedicado a estas fuentes), está muy bien documentado, mayormente a partir de entrevistas con conocidos. Mezcla en dosis precisas el cahuineo y la reflexión sobre la obra, alejándolo tanto de la biografía bestsellera pornográfica como del paper académico somnífero. El autor aparece y desaparece de la narración sin que esta se vuelva autoreferente y, además, evita todo tipo de zalamerías post-mortem, lo cual es muy valorable en un medio literario en el que la presunta amistad con los autores muertos se cotiza en bolsa.
Recomiendo para cualquiera que esté interesado en la figura de Lemebel o en la historia cultural reciente de nuestro país.
Este retrato biográfico de Pedro Lemebel tiene muchos logros. Está escrito en una prosa de elegancia periodística (del periodismo bueno), que hace que su lectura sea muy ligera. Sin ser exhaustivo en su bibliografía (habría sido un buen gesto de la editora incluir un apartado dedicado a estas fuentes), está muy bien documentado, mayormente a partir de entrevistas con conocidos. Mezcla en dosis precisas el cahuineo y la reflexión sobre la obra, alejándolo tanto de la biografía bestsellera pornográfica como del paper académico somnífero. El autor aparece y desaparece de la narración sin que esta se vuelva autoreferente y, además, evita todo tipo de zalamerías post-mortem, lo cual es muy valorable en un medio literario en el que la presunta amistad con los autores muertos se cotiza en bolsa.
Recomiendo para cualquiera que esté interesado en la figura de Lemebel o en la historia cultural reciente de nuestro país.
Read
July 20, 2025El libro tiene la distancia de alguien riguroso que no pudo entrar en su círculo pero realizó un periodismo impecable, está escrito con una distancia muy respetuosa que le dio el método y no adorna la biografía como sí lo hacía la persona retratada, considero que está inteligentemente salpicado con citas de la obra de Lemebel o se sentiría todo muy ajeno, descontextualizado. A pesar de que logra muy bien armar un relato biográfico y cronológico me lleva a reflexionar sobre qué necesidad hay de escribir una biografía con rigor cuando tenemos las coloridas manos de las figuras literarias y la fantasía que lo dijeron por si mismas, entiendo que la realidad resulte interesante para algunes pero la gracia de la literatura (y junto a esto, la razón de la relevancia de Lemebel dentro de la misma) es la posibilidad de crear otros mundos y encontrar otras realidades que queremos habitar. Dicho eso entiendo también que este libro es periodismo y no literatura. Primera vez que no abandono con una lata tremenda un libro de Contardo, supongo que es una forma un poco agresiva de hacerle un cumplido, pero a fin de cuentas disfruté la lectura y me hizo pensar en releer la obra de Lemebel, creo que eso es una de las cosas más relevantes de esta investigación.
January 27, 2025
Como un caleidoscopio.
Literalmente un retrato. El libro te permite entender a Lemebel desde un espacio de tremenda vulnerabilidad, como si una fuera parte del circulo que se esquematiza minuciosamente en el libro. Es un trabajo muy bonito tanto en la recopilación de la información como a la hora de hilar esta con el fin de dar a conocer la complejidad de su persona; Loca Fuerte.
Su relación con el contexto nacional y personal desde su infancia, como va fluctuando su entorno, su obra con respecto a cada una de sus etapas y cómo se entregó por completo para visibilizar desde lo estético todo lo que para la loca desataba su rabia.
Quedo corta de palabras con respecto a las reflexiones que el libro gatilló en mi, quedo muy agradecida nomas de la oportunidad que deja el autor para realizarlas.
"Me cuesta armar el personaje de ahora con esos restos de memoria que tengo esparcidos en el ayer."
Literalmente un retrato. El libro te permite entender a Lemebel desde un espacio de tremenda vulnerabilidad, como si una fuera parte del circulo que se esquematiza minuciosamente en el libro. Es un trabajo muy bonito tanto en la recopilación de la información como a la hora de hilar esta con el fin de dar a conocer la complejidad de su persona; Loca Fuerte.
Su relación con el contexto nacional y personal desde su infancia, como va fluctuando su entorno, su obra con respecto a cada una de sus etapas y cómo se entregó por completo para visibilizar desde lo estético todo lo que para la loca desataba su rabia.
Quedo corta de palabras con respecto a las reflexiones que el libro gatilló en mi, quedo muy agradecida nomas de la oportunidad que deja el autor para realizarlas.
"Me cuesta armar el personaje de ahora con esos restos de memoria que tengo esparcidos en el ayer."
April 5, 2024
Una lectura entretenida donde se abordan todos los matices de la poderosa figura que es Pedro Lemebel. Desde su conocida rabia y sentido del humor, hasta sus dolores y peleas mas personales.
Contardo hizo un gran trabajo de investigación y narra la historia de forma realista y lineal a través de testimonios que te hacen sentir, muchas veces como si hubieses estado ahí y si bien es difícil captar la vida y personalidad de un mito, se acerca bastante.
Es difícil no emocionarse en las ultimas páginas.
"Hablar de Pedro me da pudor, él es como un caleidoscopio, cada persona que lo conoció tiene un fragmento de él, una parte que lo representa en nuestras vidas, no es fácil hablar de una personalidad tan abismante y diversa."
Mirna Uribe
"Aquí me quedaré por siempre atado a tus despojos, mama".
Pedro Lemebel
Contardo hizo un gran trabajo de investigación y narra la historia de forma realista y lineal a través de testimonios que te hacen sentir, muchas veces como si hubieses estado ahí y si bien es difícil captar la vida y personalidad de un mito, se acerca bastante.
Es difícil no emocionarse en las ultimas páginas.
"Hablar de Pedro me da pudor, él es como un caleidoscopio, cada persona que lo conoció tiene un fragmento de él, una parte que lo representa en nuestras vidas, no es fácil hablar de una personalidad tan abismante y diversa."
Mirna Uribe
"Aquí me quedaré por siempre atado a tus despojos, mama".
Pedro Lemebel
December 23, 2022
Contardo escribe claro y en fácil sin recursos literarios que no sumen al relato. Y como además el personaje de la historia es Lemebel, el resultado es un libro que atrapa y entusiasma.
En esta biografía no sobra nada ni se echa de menos algo; logra todo su propósito siendo un gran retrato de esas pocas personas inusuales, rupturistas, creativas e incómodas que de cuando en vez nacen en Chile.
El año 2022 nos trajo esta justa biografía de Lemebel –la que por su honestidad también es un homenaje–, para recordarnos a través de su vida y obra que existen más posibilidades para vivir y crear.
En esta biografía no sobra nada ni se echa de menos algo; logra todo su propósito siendo un gran retrato de esas pocas personas inusuales, rupturistas, creativas e incómodas que de cuando en vez nacen en Chile.
El año 2022 nos trajo esta justa biografía de Lemebel –la que por su honestidad también es un homenaje–, para recordarnos a través de su vida y obra que existen más posibilidades para vivir y crear.
June 25, 2023
Lemebel corrió para que el resto pudiera caminar, se mostró real para despojarnos de la vergüenza, para recordarnos que la percha, lo putifrunci, lo rococó, el pan duro resonando en la guata, el olor a colonia inglesa emanando por los poros, el polvo hongueado al fondo del neceser, es lo que nos hace inmortales. Lo material como identitario, siempre.
¿Quién más que tú podría haber organizado un réquiem a tu altura? ¿Cómo hablar de tu muerte si no es en tu misma vida? Ya te adelantaste, las locas no mueren, porque las locas siempre son jóvenes.
Una crónica incómoda como tu (nuestra) propia vida.
¿Quién más que tú podría haber organizado un réquiem a tu altura? ¿Cómo hablar de tu muerte si no es en tu misma vida? Ya te adelantaste, las locas no mueren, porque las locas siempre son jóvenes.
Una crónica incómoda como tu (nuestra) propia vida.
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