Dos cadáveres han aparecido en un pinar de Valladolid. Según la autopsia uno de ellos es el principal sospechoso de unos crímenes acaecidos en el municipio de Urueña varios años atrás. Este giro de guion pone en alerta a Bittor Balenziaga y Sara Robles, los policías y guardias civiles encargados de aquel caso, sobre todo cuando empiezan a aparecer otros cadáveres por distintos puntos de la geografía nacional. Y todos con el rostro desfigurado tras practicarles la sonrisa de Glasgow.
César Pérez Gellida construye con maestría una trama escalofriante llena de giros y personajes memorables. Nos crecen los enanos es una novela brutal y afilada que trasciende los límites de lo policial y nos ofrece un fresco de relaciones humanas inquietante.
Nací en Valladolid en 1974, soy Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y Master en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid. He desarrollado mi carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las Telecomunicaciones (Retecal), outsourcing (Grupo Norte) y la Industria Audiovisual (Canal Ocio Europa), hasta que en 2011, mi mujer y yo decidimos trasladarnos a Madrid con nuestro hijo para poder dedicarme en exclusiva a mi carrera de escritor. Desde abril de 2013 coloboro en el programa de la SER, Acento Robinson.
Gellida no defrauda. Novela policíaca por momentos a ritmo de thriller, con la que el autor repite lo que mejor sabe hacer, enganchar sin piedad al lector de principio a fin.
Dice la sinopsis: Dos cadáveres han aparecido en un pinar de Valladolid. Según la autopsia uno de ellos es el principal sospechoso de unos crímenes acaecidos en el municipio de Urueña varios años atrás. Este giro de guion pone en alerta a Bittor Balenziaga y Sara Robles, los policías y guardias civiles encargados de aquel caso, sobre todo cuando empiezan a aparecer otros cadáveres por distintos puntos de la geografía nacional. Y todos con el rostro desfigurado tras practicarles la sonrisa de Glasgow.
Mis impresiones.
"Nos crecen los enanos" retoma los hechos acaecidos en "Astillas en la piel". Me ha gustado mucho la fórmula utilizada por el autor, para darles solución de continuidad. Me explico. "Astillas en la piel", aunque publicada el año pasado, pertenece a ese amplio grupo de novelas, que los escritores ambientaron en 2019, por lo de obviar los años de lo peor de la pandemia. La acción de "Nos crecen los enanos" está situada en 2022, tres años después. Gellida justifica este periodo de tiempo en el que su asesino no mata, entre otras razones, aunque no todas, por dicha pandemia. La forma en que lo hilvana es muy coherente, no chirría absolutamente nada. Es más, por asociación de ideas, me ha hecho pensar en la cantidad de delincuentes de todo tipo, confinados en sus casas durante meses y se me ha puesto piel de gallina y los pelos como escarpias.
Dicho esto, si bien es mejor seguir el orden, "Nos crecen los enanos" se puede leer de forma independiente, aunque no hayamos leído "Astillas en la piel". Aquellos que empiecen por ella, que no tengan miedo. Gellida nos da los pocos datos que necesitamos para poder seguir la trama sin desvelar la anterior.
La novela está muy bien escrita, con ese estilo tan suyo. En esta ocasión, emplea una serie de recursos narrativos muy interesantes. El título de los capítulos, utilizando términos circenses aplicados a la escritura y la concatenación de párrafos empezando uno con la misma palabra o frase con la que terminó el anterior, son los que más resaltan. Añadir a lo anterior, la riqueza del vocabulario, así como una prosa fluida, que conjuga el ser plena en matices y el estar bien adaptada al género. Mi único pero, que en algunas escenas ha exagerado esas notas sin que fuese preciso para el desarrollo de la trama.
Como suele ser habitual en él, tenemos, además la aparición del autor a lo Hitchcock y numerosos guiños a su obra.
La trama comienza " veinticuatro días después". Un comienzo potente, que, desde la primera línea, nos lleva a querer saber más. Alterna capítulos con un narrador equisciente focalizado en los personajes relevantes, salvo en el caso del asesino. Este, nos habla en primera persona, lo que nos permite adentrarnos en su psique, iba a decir enferma, pero no, es maldad en estado puro.
La investigación se desenvuelve bien. No vamos a encontrar demasiados giros (los justos, buenos y bien colocados), sino lo que es habitual. Trabajo policial, búsqueda de confluencias y a menudo la impotencia de no saber por dónde tirar. El lector va a ir en todo momento por delante de la policía. El autor ha sabido aprovechar como nadie esta circunstancia y generar tensión en torno a ella.
Los personajes, bien trazados sin duda. Todos ellos complejos, ninguno en blanco y negro. Sara Robles vuelve a ser protagonista. En la nota final, Gellida nos explica, que, en su búsqueda de explorar los límites de Sara, necesitó crear un antagonista que generara rechazo. Ha salido airoso de ambos empeños. Sara Robles es un personaje que nunca me ha despertado la más mínima simpatía. En esta ocasión tampoco, sin embargo, es cierto, que vamos a explorar nuevas facetas de su personalidad. Facetas que, no me han suscitado empatía, pero sí un pequeñísimo atisbo de conmiseración. Su antagonista es sin duda uno de los psicópatas más desagradables, que hayan salido de la mente de un autor. Si el objetivo era generar rechazo, lo ha conseguido plenamente. Ahora bien, la repugnancia que suscita, no la compensa una Sara a su vez desagradable.
La ambientación a su altura. La acción se desenvuelve en Valladolid, Madrid y otros puntos de España como Valencia y Cartagena. Las de Valladolid y Madrid brillan con luz propia.
El final tremendo, me deja con sentimientos encontrados, pero como he dicho, tremendo y coherente.
En conclusión, una novela policíaca al más puro estilo Gellida. Bien escrita, bien desarrollada, con buenos personajes y buena ambientación. Engancha de principio a fin. Recomendable.
Thriller. Policiaca Brutal hasta la repugnancia, con algunas escenas no muy agradables. Ampliamente recomendable, aunque no para todos los públicos.
Tercera novela protagonizada por la inspectora Sara Robles, después de La suerte del enano (2020) y Astillas en la piel (2021).
Esta novela enlaza con el asesino presentado en el libro anterior, Astillas en la piel. Y aunque siempre defienda leerlas en orden, en este libro el autor nos hace un cierto recordatorio. Aún así, si no te has leído los anteriores, te vas a perder la relación previa de algunos de los personajes que aparecen .
El descubrimiento de dos cadáveres desencadena que un asesino dormido -o impedido por la limitación de movimientos durante la pandemia- despierte. Varios cuerpos, con la seña identificativa de la sonrisa de Glasgow marcada en el rostro, empiezan a aparecer. Sara Robles junto a Bittor Balenziaga serán los designados para dar caza al "Torturador risueño".
En este libro el autor pretendía -y lo ha conseguido- meternos en la mente de un asesino deleznable, repugnante y despreciable. Ni siquiera te planteas como atenuante un posible trastorno psicológico. No puedes sentir un ápice de empatía por Álvaro Rodríguez López. No hay perdón ni conmiseración. Ni ese final te conmueve. Me ha parecido más depravado que Augusto Ledesma, el otro gran psicópata desarrollado por César Pérez Gellida y que tan buenos momentos nos brindó en las primeras trilogías de Ramiro Sancho. En esta nueva entrega, Sara Robles tampoco hace mucho para despertar nuestra simpatía. El autor la lleva a enfrentarse a situaciones límite. Ya veremos si hay siguiente novela y como se desarrolla en su nueva faceta -creo que veremos cambios-. Junto a los nuevos personajes, nos reencontraremos con Ramiro Sancho y otros viejos conocidos.
Disfruto con el extraordinario manejo del lenguaje del autor. La obertura con la consulta de la doctora Velasco -una psicologa que ayuda al famoso escritor Álvaro Vázquez de Aro a profundizar y desarrollar mejor a Suso, el protagonista de sus libros- usando un narrador en tiempo futuro que ya te adelanta lo que le va a ocurrir y te mantiene expectante durante todo el tiempo: sabes qué, pero no cómo ni cuándo va a ocurrir. Reservar el acertado recurso de utilizar la primera persona como narrador protagonista cuando desarrolla el potente personaje del asesino. Jugar a enlazar las últimas palabras de una escena con las primeras de la siguiente, palabras vertidas a bocajarro, sin presentación previa de los personajes que intervienen, obligandote a centrarte y exigiendo tu atención. El guiño al mundo del circo con el título de los capítulos.
La trama es ágil, no te da tiempo a dormirte. Tensión, repulsión, expectación, espera, más tensión y confirmación te guían por sus páginas. Situaciones duras, persecuciones increíbles al margen de todas las normas y la voz de los protagonistas provocan todo un tiovivo de sensaciones pasando por tu mente mientas saltas de una escena a otra.
Se nota que el autor está evolucionando, exigiéndose un paso más en cada uno de estos últimos libros y lo está consiguiendo en estas escenas tan extremas con su estilo, la utilización del lenguaje y los personajes que está construyendo, pero en estos momentos la lectura de este libro me ha dejado tan asqueada -principalmente por el asesino aunque también por el papel que le ha tocado jugar a Sara Robles- que no sé si me gustan más sus primeros libros o estos. Aún así cumple de sobra las expectativas y seguiré leyendo sus libros.
Aviso a navegantes, esta reseña tendrá spoilers de la propia obra en su pestaña correspondiente, pero también los tendrá de las obras previas del autor, porque sino me sería imposible hablar de ella. Así que leer solo si se va al día o no importan los spoilers.
Hay que joderse
Por motivos que no logro discernir, ni voy a intentar ya, dejé pasar la novela anterior aún estando a mi vista en la estantería. Cuando salió esta me propuse remediar tamaña desfachatez haciendo un maratón Gellida, y leyendo ambos libros de seguido. Y creo que es un gran acierto, puesto que es una secuela de manual, aunque el autor ponga de su parte para que si alguien llega de rebote no se pierda casi nada (nota: mejor leerlos en orden) Y como tal, sigue la historia más o menos como quedó, eso sí, Gellida se atreve a incluir en su historia la dichosa pandemia, aunque habiendo pasado ya apenas afecta a la trama.
La trama vuelve a unos derroteros ya conocidos por los asiduos a la literatura del insigne calvo, dejando de lado esa forma de escritura que usó en Astillas en la piel para volver a la pluralidad de personajes y localizaciones. Y siendo así, muchos de éstos son viejos conocidos (tanto personas como entornos) aunque hay nuevos, obviamente. Y, ¿Que tenemos aquí? Un asesino en serie, con un método muy definido, causa estragos mientras la policía y la Guardia civil deben detenerlo. Más desarrollo en la pestaña de spoiler de abajo.
—Obtener placer a través del sufrimiento. Horrible. —Es que su personaje es un ser horrible.
Una de las pegas de la novela para mí es el trato a los personajes. En la cita de arriba se aprecia en apenas un par de líneas y usando el metalenguaje cómo se describe al antagonista de la obra. Lo de un ser horrible le va como un guante, no tiene un solo atisbo de bondad. Pero cuando esto ocurre el protagonista debe ser lo contrario, y aquí al personaje principal le falta en muchos sentidos. La segunda pega que le veo va a spoilers también.
En los puntos fuertes, vuelve Gellida a narrar de esa forma tan particular suya, y en este caso además se atreve a innovar usando un juego de palabras dentro de cada capítulo cuando cambia el punto de vista de un personaje a otro, y es que la última o últimas palabras de un personaje las usa para iniciar el siguiente, y sale airoso con ello. Además vuelven personajes de obras anteriores, y los usa con maestría para hilar todo lo que tiene ya publicado y crear un universo propio con cohesión y coherencia.
Si no te has acercado nunca a Gellida, recomiendo empezar por el principio. Si eres veterano de estas lides, adelante. Pero recomiendo encarecidamente leer sus obras, así que ya sabéis, dadle amor al calvo!
Muy Gellida; sangre, sadismo, dolor, historia contra reloj… Vuelven algunos personajes de libros (astillas en la piel) anteriores aunq se pueden leer independientes.
Personaje con una filia que lleva a asesinar por placer. Con muchos giros en la historia y sorpresas que te mantienen enganchada al libro.
Muy recomendado, de los últimos del autor el que más me ha gustado
Siempre he dicho que lo que más me gusta de los libros de César, es cómo mi amiga Carmen se los disfruta. He leído varios por sus recomendaciones y no era yo muy fan hasta que Astillas en la piel me logró enganchar. De este solo puedo decir: ¡Brutal! Te engancha desde las primeras líneas y no lo puedes soltar y disfrutarlo con mis amigas en una lectura conjunta mejor todavía. Un asesino retorcido, sin piedad y que por momentos, entre lo cruel que podrían ser las descripciones, hasta cierto punto era «poético» por lo magistral de la narración. No sé ni cómo describir exactamente las emociones para no ser malinterpretada. Y aún dentro de todo lo retorcido, quedó espacio para unas buenas carcajadas hasta el dolor de barriga. Una trama muy bien construida, trepidante, que te deja con ganas de seguir leyendo.
9/10 César no falla, vuelve a conseguirlo. Thriller policíaco muy del estilo de César, y que podría decirse que es la 3ª entrega de la trilogía formada por La suerte del enano (2020) y Astillas en la piel (2021), con la inspectora Sara Robles de protagonista, aunque se pueden leer de forma independiente. Como todas las obras anteriores del autor, la trama es dura y brutal. Un asesino, un auténtico psicópata de manual, muy muy cruel, mantiene en jaque a la policía, investigación liderada por la inspectora Sara Robles, mientras va sembrando la piel de toro de cadáveres. El libro engancha, tiene mucho ritmo y acción trepidante, cualidad de los libros de César. Me sigo considerando Gellidista.
4.5 Continuación de la novela “Astillas en la piel”, de uno de mis autores de thriller de referencia… y es que en esta novela vuelve a su estilo, a lo que era el, su forma de escribir y sus historias macabras… . En esta novela desde el principio sabemos quién es el villano, pero iremos descubriendo cómo lo atrapan.. ¿o no? . Está narrado en tercera persona salvo aquellos capítulos que los narra el asesino y están en primera… Los capítulos están divididos en “subcapitulos “ y el comienzo de estos… me encantan (si lo has leído y no te has dado cuenta, echa un vistazo), además los comienzos de cspitulos como SIEMPRE , son “diferentes”, curiosos, originales… . Sobre los personajes… es que no hay nada que decir, todos sin excepción son brutales , todos están bien construidos y cada uno tiene su importancia en la historia… adoro que meta personajes de otras historias anteriores… ( por eso deberíais leer todo 🙄) . El final ha sido muy macabro, pero magnífico…. Dejando una pequeña ventanita para seguir con estos protas… y es que el autor en esta novela, se ha sumergido mucho en las relaciones entre los personajes y al final, pues claro, quieres saber como sigue. . Soy muy fan de Cesar pero entiendo que haya personas que no les guste su forma de escribir o sus historias, para quien no lo conozca … dadle una oportunidad.
Pues que Gellida lo ha vuelto a hacer. Te engancha de forma que sin darte cuenta lo vas leyendo con ansia viva, que quieres saber más, que quieres ver que frontera de lo repugnante va a superar en el próximo capítulo.. Vuelve a su esencia, algo perdida en su anterior libro, con un ritmo trepidante y una salvajada más bestia que la anterior. Además , me gusta lo que hace con los personajes cuando dejan de interesarle, jaja Una de las cosas del universo Gellida es que todos sus libros están relacionados, compartiendo personajes o situaciones. Pero este caso va más allá. Aunque lo niegue, este es una descarada continuación de Astillas en la Piel que además engancha con el anterior, La suerte del Enano. Para mi constituyen una trilogía aunque se pueden leer por separado, pero en orden. Porque si lees este libro sin haberlo hecho con los anteriores te los va a espoilear totalmente. Esas constantes autorreferencias a su obra, incluyendo las que hacen los personajes de ficción dentro del libro en un ejercicio de metaliteratura irónica, pueden ser un poco molestas y me hacen pensar que Cesar se gusta mucho y le encantan los espejos, pero eso no tiene que ver para que no lo considere de lo mejorcito en novela negra que se puede leer hoy en día. Una forma de escribir original, llena de ironía y a la vez explícita hasta el repelús hacen sus libros no aptos para todos los paladares, pero te puedo asegurar que si te gusta vas a querer más. Como punto en contra personal tengo los personajes, aunque todo el mundo está unánimemente enamorado de Sancho a mi la verdad es que me cae gordo, es un pesado y Sara, pues no he logrado empatizar con ella, lo siento por mi falta de sensibilidad, pero se puede ir a paseo. El malo es de 10. No se puede odiar más a alguien y los secundarios para mi son lo mejor de la historia pero, como buenos secundarios, están ahí a medio gas, esperando su oportunidad de ascender o morir. Porque Gellida no perdona la vida ni a su padre.
Lo mejor: un villano memorable. Con una evolución muy interesante, de autoconocimiento y que deja tras de sí un rastro de una violencia sanguinaria y descomunal.
Me parece divertido el enganche que hace repitiendo las últimas palabras de un pasaje al inicio de la siguiente escena. Esto te obliga a concentrarte y a prestar atención. Es muy inteligente.
Tenemos que los capítulos no llevan números sino nombres de todos los elementos del mundo del circo con su definición respectiva: por ejemplo: el hombre bala, la mujer barbuda, los payasos, el hombre elefante, el escapista, etc. Y estas expresiones las encontramos dentro de cada capítulo a modo de símil. Es muy interesante.
Sin embargo, me ha parecido una narración algo repetitiva, que no me llevaba a ningún lado… tal vez porque así estaban los policías, dando vueltas sobre su propio eje. A partir de la mitad del libro, ya empecé a leer en diagonal; me pareció un ritmo muy lento. El personaje de Sara….INSUFRIBLE. A ratos creía que estaba ante un culebrón mejicano.
Y ya para terminar, y esto lo digo con mucho respeto, me da la impresión que no supo cómo resolver la trama con las herramientas y los recursos que usualmente utilizan las fuerzas del orden, porque inventó un personaje tan formidable que sólo a punta del azar, de casualidades y de golpes de suerte pudo resolver la trama. No me cierra. No me parece verosímil. Y ese es mi problema con esta novela. Si quitas eso, no hay manera de avanzar.
Además, no sentí que se hizo justicia. No puedo decir más porque estaría haciendo spoiler, pero me deja una sensación extraña.
Como aporte, me parece ponderable el análisis psicológico y muy profesional que hace del individuo. Hasta podría servir como material de consulta. Se nota que el autor se ha informado y se ha asesorado mucho y muy bien al respecto. Esas partes no tienen desperdicio.
En conclusión, es una lectura para todo público...a mi se me hizo muy lenta...pero lo que salva a la novela es el protagonista, un villano de antología. Sólo por eso, recomiendo su lectura. Creo que es un manual de cómo crear a un villano memorable.
Una novela negra al más puro estilo Pérez Géllida. Es decir, una trama bien pensada, ágil y construida como si se tratase de un espectáculo circense. No le doy cinco estrellas porque pienso que sobran las referencias que el autor hace a su obra anterior (no me gusta nada que un autor se autocite) y porque no soy capaz de empatizar con ningún personaje. Valoración 4/5
Nueva entrega de este amplio universo que el autor se empeña en conectar obra tras obra. Aunque casi nunca sabemos a ciencia cierta lo que aparecerá entre las páginas de Gellida, no tardamos en encontrar personajes conocidos. A mi personalmente, tras tantos libros, se me empieza a hacer algo cuesta arriba. Siento que los libros funcionarían mejor si les concediera todo el protagonismo a sus personajes principales, y no estuvieran siempre supeditados a otros emblemáticos de entregas anteriores. Apreciación muy personal que ha sido en este libro donde he comenzado a sentir como un problema.
Este libro me engaño por su título, principalmente al pensar que sería más continuación de La suerte del enano, que de Astillas en la piel. Rápidamente el autor no deja margen a esta confusión y nos pone tras los pasos de uno de sus asesinos más despiadados y repugnantes. De nuevo Sara Robles es la encargada de llevar la investigación de los hechos en colaboración con otros agentes de los cuerpos de seguridad del estado ya conocidos en anteriores entregas.
La aparición casual de dos cuerpos enterrados en un bosque, por dos excursionistas "peculiares", es el pistoletazo de salida a una carrera plagada de asesinatos y violencia desmedida. Acompañamos a los protagonistas a través de una narración en tercera persona que se convierte en primera cuando se trata de la voz del asesino. Vamos conociendo los pasos de cada cual casi de manera cronológica (a excepción de las primeras apariciones de la psicóloga). Las muertes se suceden y los investigadores, lejos de acercarse a una resolución, andan cada vez más perdidos. Las historias personales toman más protagonismo en muchas ocasiones y la investigación policial queda en un segundo plano.
Todos sabemos que al final ganaran los "buenos". Tan solo se trata de averiguar que pérdidas sufrirán por el camino. Y aquí es cuando Gellida se muestra más él que nunca y no le tiembla la pluma al hacer rodar cabezas. Sus binomios, o triángulos amorosos, o lo que sea que crea en esta ocasión, como he dicho, aparecen página tras página, para hacer dudar a este lector si esta ante una novela negra o rosa. Mucho sexo, mucho ahora te quiero a ti y ahora al otro y cosas por el estilo me han cansado. Entiendo que hay que construir las relaciones entre personajes para dar más profundidad al conjunto, pero siendo que ya conocíamos mucho de lo que aquí se expone, creo que su uso ha resultado desmedido.
Su estilo es peculiar y único, algo que se agradece y lo hace fácil de identificar, pero creo que en esta ocasión ha sido demasiado exagerado. Ha hiperbolizado la hipérbole que le distingue y me ha hecho difícil seguir sus diatribas con atención. Valoro el estudio psicológico que hace del asesino, pero me sobra la larga exposición sobre los retorcijones que sufre la periodista. Creo que ha cuidado más el como contarlo que lo que estaba contando. Y justo esto lo he sentido en muchas partes del libro.
Tirando de este mismo hilo, en otras entregas no me había pasado, pero en esta ocasión he sentido que ha tirado por un camino demasiado fácil. La historia no tenía la contundencia necesaria para impresionar, y ha ido campeando el temporal con clichés y casualidades. Encuentros fortuitos que hacen clics en la mente páginas después, disfraces a todas luces innecesarios y recursos parecidos me han parecido que han empobrecido el contenido de la historia. No indagaré en algunos de ellos por no hacer mucho spoiler, pero si explico uno un poco por encima para clarificar a lo que me refiero, y lo haré con una pregunta retórica: ¿Todos los directores o trabajadores de banco tienen una vida oculta para poder chantajearlos? No sé la de veces que me he encontrado con este recurso en distintos libros y nunca acaba de convencerme. Parece que todo el mundo prefiere ir a la cárcel por revelar información confidencial que tener una bronca con la esposa...
No me alargo más, estas solo son algunas de las impresiones que me ha dejado esta lectura. Habría mucho que analizar, pero esto ya es bastante extenso, así que dejaré de lado mi opinión sobre el final y sobre algunos otros aspectos que me han chirriado. Para mí, este es un tropiezo importante en la trayectoria del autor. Me da la sensación ante tanta reseña positiva que esta viviendo un poco de lo cosechado hasta el momento. Si este libro fuera de un autor emergente, tengo la sensación de que las valoraciones serían mucho más bajas. Con esto no quiero poner en entredicho el criterio de nadie, simplemente cada uno valora según sus entandares, que no tienen que ser mejores que los del vecino. Los míos son estos y sin poner en duda que César escribe rematadamente bien y tiene una mente brillante y retorcida, siento que necesita refrescarla. Volveré a su obra y seguro que la disfrutaré, pero en esta ocasión, sintiéndolo mucho, no lo he hecho.
Leer a Gellida siempre es un placer, un placer y un sufrimiento, que mira que nos lo hace pasar mal con determinadas escenas y giros, pero, gellidista que es una, será que me gusta sufrir. En "Nos crecen los enanos" Gellida recupera el ritmo desenfrenado de sus novelas anteriores, que solo ralentizó en "Astillas en la piel" para coger carrerilla, y un villano de los de odiar con ganas. Más que recomendable.
👍 La inspectora Robles. Sé que hay gente a la que no le gusta este personaje, no empatizan o no les cae bien, pero a mí me encanta esta mujer, sus claroscuros, sus dudas y sus trastornos. 👍 Sancho. Qué puedo decir, su ingenio es para comérselo a achuchones. 👍 Los capítulos de la doctora Velasco. Un nuevo enfoque sobre la historia. 👍 La evolución de los protagonistas, dónde empiezan y dónde acaban. 👍 Ese villano. De los de odiar mucho y fuerte.
👎 Gellida siempre ha sido un maestro de las palabras, con el lenguaje, retorciendo frases y buscando maneras originales de expresar ideas o acciones sencillas. Es el estilo gellidista que lo caracteriza, y me encanta, pero quizás, en esta ocasión se le ha ido de las manos.
4,25/5⭐️. Leí hace muchos años Memento Mori y por entonces no me entusiasmó el estilo de Pérez-Gellida como para continuar la trilogía. Más de una década después ha caído sobre mis manos este Nos Crecen los Enanos y mi impresión ha dado un giro de 180 grados.
No sé si será la pura evolución del escritor o que me ha entrado mejor ahora ese estilo a veces en exceso coloquial, pero Nos Crecen los Enanos me ha parecido un adictivo libro que te hace pasar un buen rato si eres amante de la novela negra y policíaca.
He devorado sus más de 600 páginas en apenas una semana y el personaje de Sara Robles me invita a leer en un futuro el primero de esta suerte de trilogía compuesta por La Suerte del Enano, Astillas en la piel y Nos Crecen los Enanos. Una grata sorpresa.
Decepción es la palabra. Estaba siendo el Pérez Gellida de siempre pero según se va avanzando en la trama, se va convirtiendo en un folletín. Y el final, con ese "fueron felices y comieron perdices" es de los que no me esperaba ni en mis peores pesadillas.💀
4'5/5. Me ha encantado la incursión en la mente del asesino, y saber más de los distintos personajes. Si bien es cierto que lo personal quizá está muy presente, aún así me ha gustado mucho, y me ha ayudado a hacer un mapa bastante claro de los distintos protagonistas. Novela muy completa, con Gellidismo extremo. La anécdota de Khaleesi me acompañará toda la vida, con las risas que me he provocado incluidas jajajaja. Muy recomendable
Si segundas partes nunca fueron buenas, “Nos crecen los enanos” debe ser la excepción. Si con “Astillas en la piel” me impactó, con esta continuación Gellida ha conseguido volarme la cabeza del todo. Dice una de las citas en la solapa que “Pérez Gellida es, sin ninguna duda, el mejor autor de novela negra de España”, y va a ser que lleva razón porque “Nos crecen los enanos” es un caramelito para todos los amantes de la novela negra. Pero negra, negrísima, de esas en las que la maldad en estado puro campa a sus anchas a lo largo de sus páginas.
El hallazgo de dos cadáveres en un pinar de Valladolid desconcierta a la policía, al descubrirse durante la autopsia que uno de ellos era el principal sospechoso de unos crímenes ocurridos tres años antes (crímenes que se relatan en “Astillas en la piel”). La aparición de nuevos cadáveres con el rostro desfigurado repartidos por distintas ciudades llevarán a la inspectora Sara Robles y al Teniente Bittor Balenziaga a enfrentarse nuevamente a un despiadado asesino, que no se lo pondrá nada fácil.
Si en “Astillas en la piel” eran definiciones de crucigrama las que daban título a los capítulos, aquí son términos circenses los que dan inicio a los mismos (por aquello de “monto un circo y me crecen los enanos”), en un espectáculo en el que el maestro de ceremonias llevará al límite a la policía y al propio lector.
La narración en tercera persona, que solo pasa a primera persona cuando se trata del asesino, es todo un acierto. Con ello el autor consigue que el lector se meta en su mente enferma y sienta un profundo rechazo por él, provocando auténtica repulsión en algunos momentos. Al contrario de lo que ocurre en otras ocasiones, el asesino no tiene ningún rasgo que le pueda redimir a ojos del lector, despertando en él el odio más visceral posible, lo que consigue una implicación del 100% durante la lectura.
Los personajes están perfectamente construidos y están llenos de matices. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son… Bueno, en esta ocasión sí, los malos son malísimos, pero los buenos se mueven en esa escala de grises que hace que sin poder a llegar sentir simpatía por alguno de ellos, si hace que podamos empatizar con su situación.
La historia no da tregua en ningún momento, con una narración fluida, un lenguaje rico pero que no rechina, y una curiosa manera de enlazar escenas aprovechando la frase final de una para dar comienzo a la siguiente. Una investigación correcta, que resulta creíble y con los giros justos para que el lector no se sienta a salvo en ningún momento y que conduce a un final que, aunque un pelín peliculero, no deja de ser tremendamente satisfactorio (ni confirmo ni desmiento que grité al libro mientras leía esa escena 😆).
Si eres fan de Pérez Gellida, “Nos crecen los enanos” te encantará, y si no lo eres aún, lo serás después de leerlo.
Decir que es el primer libro que leo del autor y aseguro que no será el último . Ha sido espectacular , brillante. Con ritmos y giros inesperados que van enredando la trama. Destacar la lucha de la policía por detener al asesino y el empeño de este de destacar y siempre ir un paso por delante. Este libro está dentro del reto Libro de un autor nuevo para tí, julio Alíbrate.
Brutal, como todo lo que he leído del autor hasta ahora. No sé cómo lo hace pero consigue engancharme desde las primeras páginas. Cada vez se regodea más en el dolor, con sus sádicos asesinos, y los personajes van avanzando en relaciones personales. Un gran libro con grandes personajes. 9/10
«Nos crecen los enanos» ha sido una novela que ha cumplido mis expectativas, narrada con mucha calidad, con crudeza, sin tapujos, presentando un malo que traspasa límites y que me llevó a hacer alguna que otra mueca mientras leía. Sin duda, he vuelto a disfrutar de lo que el autor nos ofrece.
En esta novela no nos da tregua, con un ritmo continuo en la que consigue crear una atmósfera cargada de tensión y situaciones inesperadas. Es cierto que hay algunos pasajes bastante explícitos y que no se corta en narrar lo que sea necesario para mostrarnos un personaje cruel que nos va a llevar a todos de cabeza, investigadores incluidos.
Novela que ha tenido altos y bajos, pero muy loable lo que consigue el autor. Tiene una forma de escribir muy personal, y es muy sutil en algunas frases y títulos. Además consigue con creces que aborrezcas al torturador risueño, estaba deseando que se quedara impotente de por vida y sufriera todas las plagas de Egipto. Pero sí es cierto que se me ha hecho largo, sentía que en partes de la historia no se avanzaba nada y perdía fuerza. Además, voy a ser sincera, al no haber leído toda su obra se me escapaban algunos personajes y perdía sintonía con la narración. Eso sí, muy válida para amantes de villanos malosos y policías perdidos.
La historia está narrada en primera persona protagonizada por un solo personaje y en tercera por el resto, en capítulos mayoritariamente largos pero dentro de cada uno de ellos está separado por diferentes párrafos donde protagonizan la narración cada personaje.
La trama gira en torno al descubrimiento de dos cadáveres que supimos de su muerte y como ocurre en la primera parte “Astillas en la piel”. Entre la policía y la Guardia Civil irán investigando el caso de estos dos cadáveres hasta desenterrar una verdad muy oscura y perturbadora que ya pudimos conocer en la primera parte.
La brutalidad de la pluma de César y el sadismo del protagonista principal es lo que mas destaca en esta historia. Es un libro que no sabría asegurar que fuera para todos los públicos ya que las torturas son bastante explicitas y puede herir sensibilidades. Por lo que hace a mí, me encanta esta manera de narrar y de explicarnos un poco cómo funciona la mente de un psicópata temible como es el de esta novela.
Los personajes son otro punto fuerte de esta historia y es que están muy bien construidos y se les conoce a la perfección gracias a la narrativa del autor y a como nos lo va presentado a lo largo de todo el libro.
No le doy las cinco estrellas porque considero que le sobran bastantes páginas y que para escribir esta segunda parte no hubiera hecho falta tantas escenas que son irrelevantes para la trama principal. Es lo único que me ha podido fallar tanto en la trama policial como en la personal del propio asesino donde nos va narrando lo que va haciendo en cada momento y su manera de pensar y actuar.
En resumen es un buen libro de novela negra bastante perturbador con grandes toques de suspense donde es imposible no pasarlo un poquito mal por la crudeza de su historia. A mí me ha encantado y lo he disfrutado bastante.
No sé si es el final de la saga, pero está muy bien llevada, en la línea del autor, aunque tengo que reconocer que me ha parecido muy salvaje la evolución del asesino con respecto a la entrega anterior: Astillas en la piel. Intriga, suspense, buen ritmo, excelente prosa, en la línea de César. Una novela negra imprescindible.
Recomendable, Gellida no defrauda y te engancha de forma que sin darte cuenta lo vas leyendo a toda velocidad, con ansia. Su forma de escribir sigue siendo auténtica, original y aunque personalmente no me agradan tanto las autocitas ha conseguido enlazar este con Astillas en la piel perfectamente. El final me ha encantado..!!
Hoy ha llegado a librerías la nueva novela de César Pérez Gellida "Nos crecen los enanos" y gracias a la editorial Suma de letras yo ya la he leído 🤩
No puedo ocultaros mi entusiasmo ni dosificar la emoción que siento. ¡ES PERFECTA! Nos encontramos de nuevo con la inspectora Sara Robles y con los tan bien conocidos por todos los gellidistas Bittor Balenziaga, Ramiro Sancho y... Álvaro Vázquez de Aro. Sí, el antagonista de "Astillas en la piel" hace una reaparición infame y tiene en asquas a los policías y guardias civiles y lectores pegados al libro hasta las últimas páginas, hasta la última palabra.
El autor no nos sorprende con su excepcional estilo: las conexiones entre los párrafos y entre los siguientes capítulos son fluidas, el ritmo acelerado desde la primera frase, la tensión no decae en ningún momento. Sangre, drama, muertes y una pizca de problemas amorosos. Alguien podría decir que es una típica novela negra, pero no: la escritura de Pérez Gellida hace ya mucho llegó a un nivel de maestría insuperable e incomparable con ningún otro autor nacional. Yo compraría todo de este autor a ciegas, sin leer la sinopsis, sin saber de qué va la historia.
Volviendo a "Nos crecen los enanos", un día y medio me ha durado y sólo porque una tiene que trabajar y dormir por lo menos un poco. Y ya estoy esperando el otoño 2023, rezando de que el autor no baje el ritmo y que nos traiga algo nuevo al igual que los últimos otoños. ¡Gracias, César, gracias, Suma! En mi tenéis una lectora fiel para siempre.
Viajamos de nuevo entre Madrid Valladolid y otros destinos que me reservo por no hacer spoiler. La inspectora Sara y el guardia civil Bittor vuelven para dar caza al fugitivo más buscado de España, al cual ya conocimos en la anterior entrega "Astillas en la piel". Es muy complicado hacer esta reseña al tratarse de una segunda parte pero lo resumo en tres palabras: TENÉIS QUE LEERLOS. ¿La sensación de no poder parar de leer? ¡Aquí está! Y eso que pensaba que no iba a ser así partiendo de la base de que desde el primer momento se sabe quién es el culpable pero... ¡Que aventura! ¡Que mente perversa! Sin palabras... Una historia llena de giros que no dan tregua en ningún momento, donde no existe el límite. Con unos personajes de infarto y un final que supera cualquier expectativa. Conclusión: se dice que las segundas partes no siempre son buenas pero en este caso César se supera. Una bilogía más que recomendable, no apta para lectores sensibles y que sin duda ya está en mi lista de mejores lecturas del año.